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EL DISCO. RECUPERADO.
Booth And The Bad Angel Booth And The Bad Angel (Fontana, 1996)
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EN 1996 QUEDÓ MATERIALIZADA una de esas alianzas sorprendentes y a priori poco probables, con la publicación de un álbum de estudio firmado a la par por Tim Booth –la inconfundible y portentosa voz de los no menos míticos James– y el excelente compositor de bandas sonoras Angelo Badalamenti –conocido, entre otros méritos, por poner música a no pocas películas de David Lynch–. Una sinergia del todo inesperada y bautizada con el (poco) disimulado nombre de Booth & The Bad Angel, que derivó en álbum homónimo y que, a pesar del encantador desenlace, nunca llegaría a tener continuidad en el tiempo. Un trabajo más que notable que procede reivindicar sin tapujos tras el reciente fallecimiento de Badalamenti el pasado mes de diciembre, atendiendo también a la considerable cantidad de dianas que sus autores acertaron a colocar entre las once seleccionadas. Lo cierto es que británico y norteamericano contaron con ayuda en forma de colaboraciones, entre las que destacaban la presencia del ex Suede Bernard Butler como guitarrista, el bajista Mark Egan –procedente del mundo del jazz y habitual de Pat Metheny y Gil Evans–, y el batería Graham Hawthorne, además de puntuales apariciones vocales a cargo de Chloe Goodchild, Allison Cornell, Joy Askew y hasta el mismísimo Brian Eno en la insinuante “Butterfly’s Dream”. En la práctica, el resultado se acercaba bastante más a un