4 minute read

CONCIERTOS Carolina Durante

Lugar: Sala Industrial Copera (Granada). Fecha: 11/02/23

CAROLINA DURANTE NO ES NI UNA NI SON TRES 10. Tampoco son famosos (sólo) en tres calles, y si fuiste a verlos, seguro que son tu nuevo grupo favorito. Diego, Martín, Juan y Mario son cuatro chavales que aparecen en Madrid en 2017 abanderando un punk casi ramoniano. Si bien no son los primeros ni los últimos en apostar por la contundencia y el “lo bueno, si es breve, dos veces bueno”, entre pseudo prensa rosa, versiones y mucho, mucho trabajo de fondo, se convierten en tiempo récord en parte indi(e)spensable de la alineación titular de los principales festivales multitudinarios que inundan las redes sociales cada verano. Hoy, 11 de Febrero de 2023, tras colgar hace menos de un mes un sold out en el nada despreciable Wizink Centre de Madrid con más de 15.000 personas, aterrizan en el templo andaluz de la música electrónica, la granadina Industrial Copera.

Advertisement

Pero como siempre, antes de hablar del concierto resulta interesante contextualizar el ecosistema cultural que lo envuelve. Muy a mi pesar, ir al concierto de Carolina Durante implicaba no ir a ver a Rufus T. Firefly, de quienes me ha dicho un pajarito que estuvieron espectaculares en la Sala El Tren. Siguiendo con Industrial Copera, la noche la calentaba Muro María, probablemente uno de los descubrimientos del año, con una propuesta noise arriesgada que combina sonidos guitarreros que recuerdan a Yawners y una voz que nos traslada a los primeros discos de Zahara, pero con más distorsión y mala hostia.

Con una agradecida puntualidad, Carolina Durante se subían al escenario con Segundo Premio sonando de fondo, y la sala se venía arriba repleta del público más variopinto posible; y es que, según mi humilde opinión, la gran baza que tienen los madrileños es que aúnan con gusto a punkies, indies, rockeros, adictos al shoegaze, y hasta alguna camiseta de Megadeth que se veía entre el público. Hablando del público, la discreta pero simbólica presencia de Jota ya nos decía que iba a ser un concierto que vamos a recordar. Nueve temas como un tiro en el pecho fueron la modesta presentación de la banda hasta que Diego hizo algo que no fuera cantar y dejarse la piel (setlist al final de la crónica). Sobre el escenario no estaba claro si teníamos a Elvis Costello o a Liam Gallagher, pero era pura energía y rock. Aaaaaa#$!&, 10, Moreno de Contrabando o la imprescindible Nuevas Formas de Hacer el Ridículo fueron parte de esa introducción donde la tónica general que se mantendría en todo el concierto (y la gira) era la ausencia de efectismo. Literalmente, son cuatro chavales que se dedican a hacer lo que mejor saben hacer, y eso es tocar. Ni pantallas, ni disfraces, ni atrezzo innecesario, elementos que estamos acostumbrados a ver en sus compañeros de liga. Y es que los paralelismos con el fútbol podrían no acabar, porque aún con la crudeza del espectáculo, el público animaba a su equipo cantando absolutamente todas las canciones al puro estilo Boca Juniors.

Tras los agradecimientos a público, equipo técnico y sala, comenzaba la parte central del concierto, enfocada principalmente en su último trabajo, donde se muestra claramente la deriva que han tomado en este disco, menos nihilista y más pesimista, especialmente cuando hablamos de amor y vicios, intercalados con temas de sus primerísimos trabajos. Si bien, por una cuestión de antigüedad, es normal que los temas de su primer disco se corearon más fuerte, no fue impedimento para que el público hubiera hecho los deberes, con temas como Joder, No Sé, La Planta que se Muere en la Esquina, Niña de Hielo, Minuto 93’ o Espacio Vacío. Quizá no son los temas más archiconocidos de la banda, pero fueron la previa perfecta para la tormenta que daría el broche final al concierto.

En este punto aparecen entre mis notas frases como “relevo generacional” o “si el cantante de tu grupo favorito canta tus temas, es que algo estás haciendo bien”. Hemos cambiado los cuatro millones de rayas por buscar ayuda cuando se está al borde del precipicio. Y es que los paralelismos no sólo aparecen con el fútbol, si no que no es difícil escuchar ciertas órbitas y constelaciones que tienen un nombre en común: The Beatles tenían a George Martin, los Ramones a Phil Spector, y Carolina Durante (y no hace tanto, Los Planetas) a Carlos Hernández, modesto artífice de sonidos que han conformado la historia de buena parte del rock español en los últimos 20 años. Corista profesional, productor, técnico de sonido con un buen par (estéreo) que apoya desde su mesa coros interminables canción tras canción, y que al terminar el concierto tenía más gente haciendo cola para saludarlo que los propios Carolina Durante.

La traca final que completaría hasta la asombrosa cantidad de 25 temazos tenía que estar a la altura de un concierto de alta intensidad, y es que tocar todos mis temas favoritos, uno detrás de otro, no me iba a dejar indiferente. Mención especial a Casa Kira, más cruda que en su versión grabada, sin efectos ni máscaras, y con uno de los mejores estribillos que he escuchado. Pero los Famoso(s) en Tres Calles aún nos tenían una sorpresa guardada, y es que sin previo aviso y con la sala a reventar, Diego decidió disfrutar del calor del público recién exprimido saltando al centro del último pogo del concierto, del que salió en volandas como Maradona y la Copa del Mundo 86’.

Lo bueno, si es breve, dos veces bueno, y sorprendentemente, 25 canciones y hora y media después, sin tiempo para respirar, aún nos sabía a poco, tras casi cuatro años sin disfrutar de los madrileños en una sala granadina. En vísperas de la estación festivalera, estamos convencidos de que los vamos a ver capitaneando más de un cartel, pero de lo que estamos seguros es que no nos vamos a cansar de ellos. Punk is not dead!

VÍCTOR ALONSO VILLA

This article is from: