EL DESPACHO
Una especie de galerón abierto, donde cada objeto parece haber sido ubicado con total naturalidad, cobija la creatividad del equipo de Héctor Galván.
ES TIEMPO DE LA CREACIÓN NATURAL
Hace 14 años, el diseñador Héctor Galván fundó Omelette, un despacho multidisciplinario cuyas sorprendentes creaciones colaboran en la reconfiguración del oficio del diseño en México. por MÓNICA ISABEL PÉREZ fotos JAIME NAVARRO
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MÁS QUE VERDE
El respeto al entorno ni siquiera es tema en Omelette, se da por hecho. Su amor por la naturaleza los ha llevado a crear incluso un hotel flotante, en el cual se recupera la verdadera esencia del viaje. Su creatividad está puesta en colaborar para hacer un mundo más bello.
“E
s una estrella. Está bonito, ¿verdad?”, pregunta mientras, sobre la mesa llena de libros y papeles, sus manos deshacen la figura que acaba de mostrarme para crear una nueva. Mueve con tanta precaución los bloques hechos de cartón, que simulan trozos de un pastel de chocolate, que parece que en lugar de dummies realmente estuviera reacomodando un postre. Transforma la estrella en una flor. Da un paso atrás para tomar distancia y observar. “Los pétalos parecen estar deshojándose”. Efímera, la figura vuelve a ser destruida y mientras es convertida en otra nueva, Héctor Galván habla sobre Omelette, el despacho de diseño que fundó en el año 2000 y que, desde entonces, ha sido un referente internacional del diseño mexicano contemporáneo: “La gente nos ha conocido porque somos un despacho raro que hace pocos proyectos y que, cuando los realiza, estudia la antropología, la historia, las economías del mundo, la moda, las tendencias… No ubican qué estamos haciendo ni qué papel estamos jugando en todo esto. Y es bien difícil definirlo porque es un nuevo papel”. Contrario a la tendencia de la especialización, Galván ha dirigido su despacho a una visión más amplia e integral del mundo. Lo mismo diseñan hoteles que construyen casas a las faldas de un volcán, que prendas y hasta chocolates que llevan su marca La Casa Tropical. “Estamos conformando el oficio nuevo de un diseñador que ni siquiera es social. Estamos convencidos de que debemos ir a tocar a la naturaleza. Por ejemplo, yo tuve que 64 ELLE DECORATION
jugar con vainilla y chocolate —y adentrarme en su historia y agricultura— porque quiero diseñar un jardín erótico de vainilla, pero no quería hacerlo jugando en el vacío. Sustentar y construir es lo que hacemos en cada proyecto”. ¿Un jardín erótico de vainilla? Basta escuchar eso para saber por qué este despacho es considerado “raro” —entendiendo raro como sinónimo de excepcional—: un paraíso natural, idílico, destinado a convertirse en un espacio sagrado en el que las parejas que desean procrear un hijo estén rodeados de belleza, de cosas bien hechas. Suena a quimera, a surrealismo. “Me encanta la idea de este jardín y de construirlo bien justo cerca de la región donde yo nací y donde se encuentra la vainilla madre, el origen de la vainilla del mundo”. Pero, ¿dónde surgen estas ideas? Héctor Galván es un genio modesto: “No estoy inventando nada, solo voy construyendo mi propia mitología a través de la vida. Mi herramienta es el diseño y estoy usándola para regresar a la naturaleza, a mi país… Me parece extraordinario poder hacer cosas así”. SINTONÍA CON LA NATURALEZA Cuando habla de diseño y arquitectura, en Omelette no se habla de ecología. El respeto al ambiente se da por hecho: “En ningún proyecto vamos a saquear nuestros paisajes como han hecho otros. Tenemos que respetar y sustentar. Todo es tan simple y bonito que, yo que crecí rodeado de fantasías, no pienso ofrecer nada doloroso ni para mi país ni para la sociedad”, asegura Héctor Galván.
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EL SECRETO ESTÁ EN EL BUEN GUSTO Todos los objetos del despacho ocupan el espacio adecuado de manera natural, como si no se hubiera planeado nada. El secreto está en el buen gusto, que a decir de Galván se compone “de una intuición estética muy fuerte, de un preconocimiento del mundo, de romper a veces ese mundo y hacer una configuración nueva de éste, de atreverse, es algo concebido por el gusto por la vida, por la literatura, por la noción de vivir, por las tragedias… Es un lenguaje que se construye a través de un estilo de vida, de una determinación. Es un aprendizaje que se muestra, se demuestra y se comparte. No es que inventes nada, es que seleccionas algo. Eres un seleccionador del mundo”. RHIZOPHORA MANGLE Un hotel flotante. En eso se encuentra trabajando Omelette —de manera simultánea con otros proyectos—. Sobre él, Galván nos cuenta: “El hotel de los pájaros surgió a partir de una cosa terrible que nos pidió un cliente. Le dije que no lo íbamos a hacer porque quería construir en una zona protegida, pero que le iba a proponer otra salida: un hotel extraordinario de bajo impacto ambiental. Y mejor que un edificio fijo de 30 pisos le ofrecimos algo maravilloso. Rhizophora Mangle, el hotel de los pájaros, es un barco, una travesía, que revive la esencia de los viajes. Ahora ya no viajamos. Subimos a un avión y llegamos a un lugar, pero este hotel será una travesía, una historia”. Ya queremos verlo. 66 ELLE DECORATION