STYLE
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LAS BELLAS DURMIENTES
Los estilos destinados a la hora de convocar el sueño son ahora el sueño en sí mismo. La comodidad y, sobre todo, la elegancia sirven como ejes centrales de una tendencia cargada de un alto poder de seducción.
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MAYO 2016
Givenchy
FOTO: CORTESÍA
Por MÓNICA ISABE L P É RE Z
Chloé
el minimalismo perfecto para una silueta espigada. Un lienzo en blanco que, pese a su simpleza, es capaz de despertar un sinfín de fantasías si es usado en el lugar y momento adecuado. Esa limpieza no la quiso Etro, que más bien apuesta por la saturación, por los estampados y el layering. La firma italiana, siempre fiel a sus principios boho, lúdicos y relajados, se permite mezclar texturas como transparencias con suntuosas sedosidades y, por qué no, inspiraciones o evocaciones que transportan a veces a Oriente, otras tantas a tapices parisinos del siglo XIX. Ya no se sabe. El opuesto a la luz del blanco y los colores lo presenta la casa italiana Fendi, que de la ropa interior solo toma prestada la seda, ya que la estructura de su propuesta resulta infinitamente más cercana a un auténtico vestido «para exteriores». Por supuesto, el uso que hace del ma-
Calvin Klein Collections
L
a fantasía: pasar en pijama todo el día, salir con ella puesta, olvidar el qué dirán. La realidad: esta vez, andar por ahí en prendas de dormir será más complicado de lo que suena. Maquillaje perfecto, zapatos muy precisos —aunque las sandalias con tacón son válidas también, entre más similares a unas pantuflas sean, mejor combinarán— y joyas —muchas— serán los complementos básicos para conseguir el look de «sonámbula chic» que proponen los diseñadores en esta temporada en la que todos extrañamos las vacaciones. La tendencia no es del todo nueva: mostrar la ropa interior, los camisones para dormir —y seducir— es algo que se ha visto desde finales del siglo pasado. Luego, con más fuerza, estuvo presente en los primeros años del siglo XXI, en forma de coquetas blusas, camisas y
Balenciaga
STYLE
Céline Ellery
Fendi
MAYO 2016
Alexander McQueen
92
terial basta para que se integre de manera perfecta en este conjunto y que, de hecho, ayude a darle cierto contrapeso con la negritud que de otra manera haría falta en una tendencia tan apegada a los hábitos de la noche, que siempre apuntan a la ya varias veces mencionada seducción, en la que esta clase de prendas son un arma infalible. Quizá por eso Céline y Chloé quisieron hacerlo todo más obvio integrando terminados que son cien por ciento naturales de la lencería a la francesa. De manera más reveladora lo hace la casa dirigida por Phoebe Philo, que parece apuntar —o al menos hacer un giño no tan discreto— al burlesque, mientras Chloé hace de su lingerie externa un asunto más romántico, como de luna de miel. Por su parte, Alexander Wang propone diseños con los que cualquiera quisiera aparecer en una gala y enmudecer a todo el mundo con la imagen frágil, etérea y, al mismo tiempo, deslumbrante que provoca. Para cerrar con broche de oro la revisión, algo del mismo brillo: un vestido de Saint Laurent que combina a la perfección los elementos más destacados de ésta: comodidad, elegancia; un recordatorio de que menos siempre es más y que, si le otorga una certeza a quien use este modelo, es que la noche le ofrecerá mucho más que un buen sueño.
FOTOS: CORTESÍA
minivestidos que se veían por doquier. Al parecer, ni los creativos ni los amantes de la moda se han permitido renunciar al encanto de la seda y los encajes. Ahora todo vuelve de una manera más arrolladora, ya no con pequeñas prendas o detalles, aunque sí con algunas «pijamas informales» —por lo regular conjuntos de dos piezas de seda o algodón, o camiseros como los que temporadas antes ya había presentado Céline y que ahora vemos con Ellery en satinado blanco y negro— y esta vez nos sorprendemos con largos vestidos de fiesta. Frescos e inocentes, los modelos presentados por Alexander McQueen, Balenciaga y Givenchy destacan por su blancura. Por supuesto, cada firma aporta el sello de su personalidad: la primera, más arriesgada, con una estructura compleja en el torso deconstruido, adornado con volantes y, a los pies, terminado con arrugas que le dan un aire trashy; la segunda, ropa interior evidenciada, con las costuras típicas de ésta y una cierta rigidez en la estructura, digna de todo aquello que prometa sujeción; la tercera, más madura y sobria, con encajes aplicados al estilo bohemio, invita a un atardecer en compañía de una taza de té en una terraza de Marruecos. En el mismo tenor níveo se encuentra Calvin Klein, que presenta algo mucho más cercano a un camisón tradicional, sin demasiados adornos, ofreciendo más bien
Givenchy
...Esta vez, andar por ahí en prendas de dormir será más complicado de lo que suena. Maquillaje perfecto, zapatos de diseño muy preciso y joyas —muchas— serán los complementos básicos para conseguir el look de «sonámbula chic» que proponen los diseñadores en esta temporada.