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Napoli Sotterranea Apasionada y apasionante, Nápoles es italianissima en cada rincón. Llena de arte, música y buena comida, la ciudad ofrece auténticos tesoros no sólo en sus calles, sino también debajo de ellas… por: mónica isabel pérez. fotos: cortesía m.n. metropolitana di napoli. traducción inglés: juan francisco rodríguez.
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Y
a lo sé: lo primero que hay que hacer al salir del aeropuerto es dejar el equipaje al hotel, ya lo sé. Pero es que es Nápoles, y aquí todas las reglas cambian, porque las pasiones mandan. ¿Que habrá tiempo para el protocolo viajero? Por supuesto, pero sólo después de aterrizar de verdad, y en esta ciudad eso sólo se logra cuando se ha dado la primera mordida a una pizza. Por eso, lo primero que hago es llegar al número 29 de la Vía Gianlorenzo Bernini, donde se encuentra la pizzería Gorizia. Histórico, este local fundado en 1916 se convirtió en un punto muy apreciado en la ciudad desde su inauguración, en plena Primera Guerra Mundial. Cuentan que durante un tiempo fue el único lugar abierto en el casco antiguo de la ciudad, y que cuando la paz volvió se convirtió en punto de encuentro de los napolitanos más destacados —la vieja élite, los círculos de intelectuales—; luego, y pese a las dificultades también sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial. Cuando uno prueba sus pizzas, sabe por qué. El ritmo en el local es frenético. Gorizia presume su capacidad para hacer hasta mil pizzas al día. La cifra suena irreal para un restaurante con esas dimensiones (es pequeño y siempre está atiborrado), pero puede ser cierto considerando la velocidad del servicio: apenas llevo ahí unos minutos y ya tengo frente a mí una magnífica pizza margherita, que más bien parece una hirviente sopa de mozzarela fresco con salsa de jitomate. La pasta, delgada y crujiente, con el vino tinto haciendo un maridaje perfecto me dicen: sí, es verdad que estoy en Italia. Mejor aún: es verdad que he llegado a la dulce Nápoles. >>>
SORPRESA
Napoli sotterranea Passionate and enthralling, Naples is simply
En los túneles puede descubrirse otra cara de esta urbe italiana. Bajo el nivel del suelo hay catacumbas y galerías que alguna vez realmente conformaron una ciudad subterránea.
italianissima in every corner. Fraught with art, music, and good food, the city puts up real treasures not only on its streets, but also under them… by: mónica isabel pérez.
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know it: The first thing to do after landing is to get the luggage to the hotel, I know. But boy, this is Naples, and all rules change in here, as passion rules. There will be time for travel protocol? Of course, but not before we have really landed, and in this city that means “after the first bite of pizza.” Hence, my first move is getting to the 29, Via Gianlorenzo Bernini, where the Gorizia pizzeria is located. This historic eatery, established in 1916, became a cherished spot in the city since its opening, in the heat of World War I. It is said to have been the only open place in Naples’ downtown in wartime, and after the war it was the meeting point for the most prominent Neapolitan personages—the old elite, the intellectual circle. Later, and in spite of countless difficulties, it also survived World War II. After tasting their pizzas, one learns why. The pace in the locale is hectic. Gorizia claims on being capable to make up to one-thousand pizzas per day. The figure seems unreal for such a small restaurant (even though it is always overcrowded), but could be true taking into account the swiftness of the service: >>>
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It has been a few minutes since I am here, and I am sitting before a superb Margherita pizza, looking more like a scalding soup of fresh mozzarella and tomato sauce. The crust, thin and crispy, and the perfectly paired red wine tell me: It is true, I am in Italy. Even better: It is true that I arrived to the sweet Naples.
not so far, a volcano Just after getting in the hotel, an atmosphere of vintage glamour, of past glories that the present refuses to let go, can be perceived. The aisles I stroll on were walked upon by Enrico Caruso, Clark Gable, Humphrey Bogart, Rita Hayworth, Sofia Loren, Marcello Mastroianni, Alfred Hitchcock, Maria Callas, Oscar Wilde, and Pablo Picasso (just to mention a few). Signing the guestbook of this lodge is no small feat. On reflection, it is carving your own little place among such inspiring names. What did all these celebrities see in this place? The most basic creature comforts, certainly. But beyond coziness, antique rugs, and splendid chandeliers, the Grand Hotel Vesubio has picture windows and terraces looking onto Il Castel dell’Ovo—a castle built on 1128 to serve as the residence of the kings of Naples—and, of course, to the eponym volcano. Legendary but still active, its burning lava buried the ancient city of Pompeii, whose ruins are about three hours away of Naples. Everyone in the city feels a deep respect for the mountain. The trip is worth it, but even if you cannot do it, the simple, silent contemplation of the mountain from the hotel roof garden—accompanied by an intense-flavored Neapolitan espresso—is a remarkable experience. But of course, your trip does not end there. The hotel has several assets; in addition to the marvelous view and the quality service since 1882, it features a strategic location: It is in a pedestrian precinct. This will allow you to take long and relaxing walks, making you oblivious of any stressful affair and leading you, almost without realizing it, to one of the new highlights in Naples. Yes, it is time to go underground: You are about to enter the Bourbon Tunnel.
NO TAN LEJOS, UN VOLCÁN Al entrar al hotel se siente un aire de glamour viejo, de glorias pasadas que el presente se empeña en conservar. Por los mismos pasillos que recorro caminaron alguna vez Enrico Caruso, Clark Gable, Humphrey Bogart, Rita Hayworth, Sofia Loren, Marcello Mastroianni, Alfred Hitchcock, Maria Callas, Oscar Wilde y Pablo Picasso (sólo por mencionar algunos). Estar en la lista de huéspedes de este lugar no es cualquier cosa. Es, si se piensa bien, hacerse un lugarcito entre estos nombres apabullantes. ¿Qué vieron estos personajes en él? Los lujos más básicos, seguramente. Más allá de la comodidad, los tapetes antiguos y los candelabros fastuosos, el Grand Hotel Vesubio tiene ventanales y terrazas desde donde es posible observar Il Castel dell’Ovo —castillo construido en el año 1128 para servir como residencia a los reyes de Nápoles— y, por supuesto, el volcán epónimo. Legen-
the underground city On the surface you will see great castles, cathedrals, the sprightly streets such as Spaccanapoli—traversing downtown—, the venerable Via Toledo or the fashionista Via Chiaia—perfect for shopping. But right beneath these Neapolitan wonders, another city hides. The tunnels show the other face of this Italian city. Under the ground level there are catacombs and passages that once made up a real subterranean city and then, during the Christian persecution in ancient Rome, served as a Christian refuge. Later, in the World War II, these tunnels were used again to shelter the Neapolitans from allied bombing and now constitute one of the greatest attractions in Naples.
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dario y aún activo, fue él quien sepultó bajo su lava la ciudad de Pompeya, cuyas ruinas se encuentran a tres horas de esta ciudad y donde no hay nadie que no sienta un profundo respeto por él. El viaje vale la pena, pero de no hacerse, el solo hecho de contemplarlo en silencio desde el roof garden del hotel —en compañía de un intenso espresso napolitano— es una experiencia memorable. Claro que las cosas no quedan ahí. El hotel tiene otros puntos fuertes; además de la magnífica vista y la calidez en el servicio que ofrece desde 1882, su ubicación es estratégica: se encuentra en la zona peatonal, lo que te permitirá tener largas y tranquilas caminatas, que te ayudarán a olvidar cualquier motivo de estrés y te llevarán, casi sin darte cuenta, a uno de los nuevos highlights de Nápoles. Sí, es momento de ir bajo tierra: estás a punto de entrar al Túnel Borbónico.
LA CIUDAD SUBTERRÁNEA En la superficie están los grandes castillos, las catedrales, la animadas calles como Spaccanapoli —que atraviesa el Centro Histórico—, la antigua Via Toledo o la fashionista Via Chiaia —ideal para ir de compras—, pero debajo de todo eso Nápoles oculta otra ciudad. En los túneles puede descubrirse otra cara de esta urbe italiana. Bajo el nivel del suelo hay catacumbas y galerías que alguna vez realmente conformaron una ciudad subterránea y que luego, >>>
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BELLEZA
The entrances from Piazza San Gaetano and Via Santa Ana di Palazzo are well-known, but a 2008 discovery is capturing the public attention: The Bourbon Tunnel—starting on Vico del Grottone, a few steps away from the Grand Hotel Vesubio—; it was built in 1853 by orders of Ferdinand II, king of the Two Sicilies, who required an escape route from the castle to the harbor in case of revolt. Royal memories remain on the moist walls of the Tunnel, along with signs from who inhabited it on World War II. Names written on the walls by refugees, who engraved the stone as to leave a hint of their existence… There are fragments of statues demolished by the end of the Fascist regime, antique cars dis-
Tiene una gran riqueza histórica, artística, cultural y gastronómica, lo que llevó a la Unesco a declarar su centro histórico Patrimonio de la Humanidad. Griegos, romanos, normandos y españoles han dejado su huella en la ciudad.
carded and piled-up who knows how long ago… The 150-meters long, half-light, 30 meters deep walk offers a peculiar record of Neapolitan history. >>>
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TRASLADOS Aunque Nápoles fue la primera ciudad italiana en disponer de un ferrocarril, la línea Nápoles-Portici, inaugurada el 3 de octubre de 1839; fue uno de los últimos lugares a donde llegó el metro en 1993.
durante la persecución de los cristianos en la antigua Roma, sirvieron como refugio a éstos. Más adelante, en la Segunda Guerra Mundial, volvieron a ocuparse para proteger a los napolitanos de los bombardeos y ahora constituyen, por supuesto, una de las mayores atracciones turísticas. Son famosas las entradas desde la plaza San Gaetano y de la Via Santa Ana di Palazzo, pero un descubrimiento hecho en 2008 está acaparando la atención: el Túnel Borbónico —ubicado en Vico del Grottone, a unos pasos del Grand Hotel Vesuvio—, cons-
more than refuges and catacombs It is not surprising that for the Neapolitans—accustomed as they are to strolling under the ground—modernity had to include subterranean structures. Late—very late indeed with respect to other cities in the world— the subway came to town just in 1993. As functional as any other, it would not be a point of interest for visitors if it was not for the recent renovation it underwent, redefining the underground Naples. The revamp started one year ago, as part of an urban project called Stations of Art, aimed at taking to the most ordinary and busy spot in the city. The result was amazing: A genuine museum within the Neapolitan insides. All stations are wonderful galleries exhibiting more than 180 works by 90 international artists. Among them are architects, designers, and visual artists such as the Egyptian Karim Rashid and the Spanish Oscar Tusquets Blanca; the latter did a masterly work at the Toledo station. In that same place are poised some murals by the South-African artist William Kentridge, as well as the “aquatic”
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truido en 1853 por órdenes de Fernando II, rey de las dos Sicilias, quien lo proyectó como vía de escape desde su castillo al puerto en caso de rebelión. En los húmedos muros del túnel permanecen las memorias reales, pero también señales de quienes lo habitaron en la Segunda Guerra Mundial. Nombres escritos en las paredes por los refugiados, quienes grabaron la piedra para dejar registro de su existencia… Hay restos de estatuas destruidas a la caída del gobierno fascista y coches antiguos abandonados en pila hace ya quién sabe cuántos años… El paseo de 150 metros, a media luz y a treinta metros de profundidad, ofrece un curioso registro de la historia napolitana.
MÁS QUE REFUGIOS Y CATACUMBAS Era de esperar que para los habitantes de esta ciudad, tan apegados a los caminos bajo tierra, la modernidad tendría que incluir construcciones subterráneas. Tarde —muy tarde, en comparación con otras ciudades— el metro llegó apenas en 1993. Funcional como todos, no tendría por qué ser un sitio de interés para los visitantes de no ser por la reciente remodelación que sufrió y que redefine a la Nápoles subterránea. La transformación comenzó hace un año gracias a un proyecto urbano llamado Stations of Art, cuyo objetivo fue llevar arte al rincón más cotidiano y ajetreado de la ciudad. El resultado es asombroso: un verdadero museo en las entrañas napolitanas. Las estaciones son maravillosas galerías en donde se exponen más de 180 piezas creadas por noventa autores internacionales. Entre ellos hay arquitectos, diseñadores y artistas visuales como el egipcio Karim Rashid y el español Oscar Tusquets Blanca, quien realizó un trabajo magistral en la estación Toledo. En ese mismo sitio pueden verse murales del sudafricano William Kentridge y la instalación “acuática” del estadounidense Bob Wilson, que en verdad hace que cualquier paseante sienta que se sumerge en el mar con sólo entrar en el subterráneo. El lado B de Nápoles, por llamarlo de alguna manera, se ha hecho así de un gigantesco museo de arte contemporáneo que no sólo se admira, sino que se usa y se habita. >>>
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installation by the American Bob Wilson, which really sets visitors in an underwater scenario by just entering the subway. Thereby, the “B-side” of Naples has gotten a gigantic museum of contemporary art, not only meant to be admired, but also used and inhabited.
una notte a napoli Before leaving this dual city, deeply Italian, I go to the Gran Caffé Gambrinus, a mecca for the coffee lover. The showcases, with chocolates and an assortment of cakes, pose a temptation too strong to resist. The beauty of the building is matched by the quality of the coffee served in there, an espresso with intense yet delicate flavor that honors the coffee-brewing tradition of the city—one of the heaviest coffee-consumers per capita—. Over the years, the Gambrinus has established a reputation as a relevant cultural agent in the city, both as a meeting point for promoters, artists, and men of letters and by its own cultural projects, usually aiming to support and publicize the local art. >>>
NOMBRES
El metro también es llamado Metrò dell’Arte haciendo referencia a las instalaciones permanentes de arte contemporáneo en numerosas estaciones, o Collinare, ya que lleva a los barrios en los cerros de Nápoles.
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TURISMO
Nápoles es una ciudad muy visitada, no sólo por derecho propio, sino también como punto de partida hacia otros destinos cercanos como Pompeya, el Palacio Real de Caserta, las islas de Capri e Ischia o la Costa Amalfitana.
UNA NOTTE A NAPOLI Antes de abandonar esta ciudad dual, italianísima, voy al Gran Caffé Gambrinus, una verdadera catedral del café. Las vitrinas, con chocolates y pastelillos de todas clases, significan la perdición de cualquiera. La belleza arquitectónica del local es equiparable a la calidad de su café, un expreso de sabor intenso pero delicado al paladar que hace honor a la tradición cafetera de esta ciudad —una de las mayores consumidoras de café per cápita en el mundo—. A lo largo de los años, el Gambrinus se ha consolidado como uno de los agentes culturales más reconocidos de la ciudad, bien sea porque ha servido como punto de reunión para gestores, artistas y literatos o por sus propios proyectos culturales, que suelen apoyar la difusión del arte local. La labor cultural del Gambrinus es admirable… aunque con un babá enfrente es difícil pensar en cualquier otra cosa: tomo la cucharilla para cortar el suave pan en forma de corona, bañado en ron, mientras bebo a sorbitos el negro café servido en una diminuta tacita estilo Belle Époque. La Dolce Napoli, la doble Napoli, la ciudad que es una ciudad encima de otra… qué difícil es decirle adiós.
The cultural efforts of the café are admirable…but right before a babà it is hard to think on anything else: I take the teaspoon to cut the soft, crown-shaped, rum-soaked bread as a sip the dark coffee served in a tiny Belle Époque cup. La dolce Napoli, the double-faced Naples, the city that is a city over another…it is hard to say good-bye.
01 ¿qué y dónde? What and Where? 01
PARA COMER / TO EAT: Pizzeria Gorizia. 29 Vía Gianlorenzo Bernini. gorizia1916.com
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PARA VISITAR / TO VISIT: Túnel Borbónico. 4 Vico del Grottone.
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PARA HOSPEDARSE / TO LODGE: Vesuvio. 45 Via Partenope. vesuvio.it
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PARA TOMAR CAFÉ / FOR A COFFEE: Gran Caffé Gambrinus. ½ Via Chiaia. grancaffegambrinus.com