Una mujer dentro de una mujer issu

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Cuentos Prosas & Relatos

INSURGENTES poesia e ilustraciones Tomo ll Anik & LihuĂŠ Cuentos, prosas & relatos insurgentes

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INSURGENTES poesia e ilustraciones

Tomo ll Anik & LihuĂŠ Cuentos, prosas & relatos insurgentes

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Índice 8 Prólogo

Una Mujer dentro de una Mujer 12 14 16 18 20 22

Una Mujer dentro de una Mujer El Aeropuerto DF El Beso ¡Oh Nina, oh Lulú! El Billete

La fuerza del amor es el motor de nuestra revolución 26 30 32 34 36 38 40

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Elsa Las Brujas El Machete Santa María ¿Ojos Negros? Genußmittel El Espejo

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Índice

Mi dolor no es tu culpa y tu culpa no es mi dolor 46 48 50 54 56 58 60

Cuando le pegan a una ¡No es No! El Masaje Dos Disparos ¡Ya Basta! No nos van a parar La Inseguridad

Todo empieza y todo tiene un final, el dolor se va, se fue 66 68 70 72 74 76 78 80 82

Rota Despierta, compañera Cuando llega a mí la luna Las Bañistas Mi Cabeza Esperar Las Miradas Palabras azules El Coliseo

84 Lxs autores 86 Palabras finales 88 Equipo de trabajo

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Prólogo

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Cuentos, Prosas y Relatos INSURGENTES es una trilogía, y este volumen, que es el segundo, toma el título del poema con el que arranca: Una Mujer dentro de una Mujer. Sostienen ustedes un libro en las manos que contiene 29 textos y 30 hermosas ilustraciones de temática femenina, fundamentalmente. Una miscelánea de 29 poemas, prosas poéticas, microrrelatos, minificciones emparentadas, a pesar de provenir de dos voces distintas: Anik y Camilo Lihué. En Una Mujer dentro de una Mujer, rebelados –con b-, sublevado, podemos apreciar el dolor de ambos. Anik y Camilo reconocen el propio dolor en de los otros, el de los demás en el suyo. Los nombro: Anik y Camilo, Camilo y Anik, lxs autores, porque no han recurrido a ningún filtro, porque hablan ellxs y percibimos la simbiosis de cada uno –distintas- con la realidad, una simbiosis que alcanza la identificación. Ambos se reconocen habitados por un universo humano variado, las asesinadas, las desaparecidas, las amigas muertas de la madre, las apaleadas, vejadas… Hay un mundo femenino inmenso en este libro. Un mundo de mujeres en el que indagan los dos. Desde perspectivas diferentes, dos miradas distintas bien próximas en el abordaje. Asaltan la realidad desde el respeto y el afecto. Quieren comprender. Ella en la búsqueda propia y él más en el reconocimiento, en la comprensión y aceptación de la entidad del ser mujer que percibe. Ella busca su esencia, la propia, para poder comprender la de los seres humanos, mientras que él reconoce esa esencia en todas las mujeres, la admira. Conscientes ambos de la herencia que los habita. Tan distintas y tan parecidas. Dos perspectivas diferentes, curiosas las dos. En este libro se desdibujan, se diluyen los géneros y van apareciendo las entidades. Entidades humanas únicas y originales: Elsa, Nina, Lulú, la comandanta Ramona… que no se corresponden con moldes ni estereotipos. Personas de carne y hueso, que aman, y temen, y sufren. Dijimos

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que las dos voces se aproximan al objeto poético de forma amable, amorosa, sin embargo hallamos firmeza en sus conclusiones. Fuerza y rebeldía, necesidad de manifestarse en su mismidad, en su dignidad. Insurgentes los hechos, insurgentes las voces. Este punto de vista otorga cierta unidad al libro, que está dividido en cuatro partes. Organizadas temáticamente, igual que los textos. Desde el nacimiento hasta la muerte –el inframundo y los demonios-, la lucha, la pena, la culpa, el amor y el desamor, las fronteras, el mestizaje, la paz… Dice Camilo en su poema Las bañistas: […] Todas las cicatrices cierran en el mar… Aunque encontramos algún pequeño matiz que habrá que pulir, festejamos y agradecemos el español de Anik. Valoramos también que a partir de tópicos como Cuando le pegan a una o ¡No es no!, sea capaz de generar poemas sólidos, dándoles la vuelta, sacándolos de esos lugares comunes para mostrarnos una visión particular y original. Esa identificación, esa literal compasión de la que hablamos, la del título, con todas las mujeres, que también parece alimentarla, viene en sus versos cargada de rabia. En este aspecto se muestra más rebelde, más indignada… La mujer que viaja, que convive y conoce las penas de otras mujeres, que ha sentido el oprobio de la vejación y la reconoce, que sabe de su oscuridad, del dolor e inseguridad que genera, igual que siente el sufrimiento de todas, desde ese sentimiento que Marcela Lagarde acuñó como sororidad, con la voz, con los ojos, con el puño, con el acordeón… escribe Anik, para visibilizar, para denunciar la violencia contra las mujeres y todos los tipos de violencia. Buscan los poetas porque necesitan descubrir, ver lo oculto, en la conciencia de que todo está y precisan desvelarlo. Porque ambos son conscientes, tienen conciencia de la realidad de las mujeres. Cuentos, prosas & relatos insurgentes

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Sus poemas son gritos, muchos de los textos del libro son gritos de protesta, de rabia, porque saben que las mujeres somos tratadas como objetos, cosificadas. Contra este principio del patriarcado y del sistema basado en la opresión de las mujeres arremeten ambos, sabiendo que el único camino para la transformación de la realidad, para la conquista del mundo más justo que deseamos, es necesaria la construcción de otros modelos de relaciones que no dañen y que no se basen en la dominación de unas personas sobre otras. Desde un lenguaje múltiple –palabra, arte, cultura-, rico y libre de violencia, en Una Mujer dentro de una Mujer, además de esa sororidad empática, la sensualidad, la sexualidad y el placer, hallamos también la esperanza: […] Ahora llega el tiempo de sacar la inseguridad de todos los rincones y de sembrar semillas de confianza. Sembrémosla con Anik y Camilo Lihué, y cosechen sus frutos todas las mujeres y hombres. María Gutiérrez, Canarias, 2017

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Primera parte

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Una Mujer

La voz que no se escucha. La imagen que no se ve, se queda adentro.

dentro de una Mujer

Dentro mío, yo siento una mujer. Pero no solo una mujer, son miles de mujeres. Las pinté y aquí están¹. Las nombro porque las siento en mi cuerpo y hoy nada más se queda adentro. Hoy las llevo afuera para que todxs nos puedan ver y escuchar. Este grito nos va a alimentar. Nos va a alimentar hasta que la voz que no se escucha y la imagen que no se ve se transformen en una luz.

¹Theresa, Pratzi, Maxie, Terex, Alex, Azul, Dalmira, Verónica, Laura, Carmen, Emilce, Macarena, Josefina, Victoria, Teresa, Aimé, Kali, Antonella, Anahí, Paula, Sol, Lucia, Valentina, Maia, Carolina, Agustina, Paloma, Ludmila, Piera, Belén, Rebeca, Elsa, Marita, Camila, Noemí, Sofía, Sara, Julia, Mónica, Amalia, Elena, Estefanía, Elisabeth, Tamia, Brit, Ulla, Pascuala, Gabriela, María, Marta, Nadia, Dani, Alba, Begoña, Raquel, Sagrario, Norma, Carlotta, Martina, Valeria, Diana, Dulce, Eva, Julieta, Lis, Priscila, Cristina, Greta, Agostina, Blanca, Bärbel, Susann, Grete, Sajida, Rebbecca, Inken, Jesica, Ana, Helga, Gisel, Antonia, Frida, Evita, Guadalupe, Violeta, Simone, Lucia, Berta, Ramona, Nadeschda, Indira, Wangari, Lakshmi, Rojava, Rosa, Sophie, Hannah y todas las que llevo adentro.

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El Aeropuerto

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Cuando las puntas de tus pies se estiren para besarme en el aeropuerto del Plumerillo, ahí estaré tranquila. Ahí estaré relajada porque no te pasó nada y estás con vida. Llegaste a la Tierra del Sol y del buen Vino en perfecto estado. Nos separamos en el sur de México y hoy te espero en el aeropuerto. Yo regresé a Argentina, a mi Mendoza natal. Tú volviste para Alemania y te instalaste en Berlín para estudiar y matar el tiempo. ¡Llegaste! Diré. Mientras tanto, el llanto estará contenido, contenido en la garganta, en la tráquea, contenido en los pulmones. Querida Nina, contigo aprendí a volar y a soltar las cadenas mentales. Me convertiste en un ave que vuela alto, muy alto y suave como el sonido de tu pequeña voz. Cuando los talones de tus pies apoyen en el piso del aeropuerto, ahí estaré tranquila. Ahí estaré feliz y emocionada. Por el parlante del aeropuerto se anuncia la llegada del vuelo 2266 sin retraso. Nina, es hora de retomar vuelo, este es nuestro vuelo.

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Distrito Federal, 2 pm en la plaza “La Llorona” y Nina sale del mercado junto a Lulú, con tofu, pan, humus, tomates y aguacates. Enamoradas México caminan y caminan por la ciudad de la furia, la más densa y poblada del mundo. La selva de cemento comenzaba a calentarse... Sentadas en la plaza “La Llorona” comen mientras que de pronto una mujer con su perro llega a la plaza. El perrito, sin avisar, roba un poco de pan a las jóvenes, come y luego caga en el cemento. La dueña del perro, muy educada y civilizada, se disculpa y saca de su cartera una bolsa para recoger la caca de su perro, la envuelve y la tira en el basurero. Mientras las dos jóvenes comían y observaban. Cerca del parque Chapultepec, el Distrito Federal se toma un respiro… Lulú piensa y dice: -Que difícil vivir en esta ciudad, nunca podría soportar tanta gente, uno arriba del otro, encasillados, sin espacio ¿Tu qué piensas Nina? -Es terrible vivir aquí, si tu mascota, tu única alegría ni siquiera puede ir al baño tranquila, no es buena la vida acá. Vivir en esta ciudad sería un horror, pobre perrito, cagar en el cemento qué feo. -¡Pobre perra sola y sin un huesito al menos! dice Lulú. Ríen juntas un rato… Nina besa en la boca a Lulú, la distrae de la conversación y continúan comiendo el rico tofu, el humus, el pan, los tomates y los aguacates. Así pasan las horas en el Distrito Federal, la ciudad más densa y poblada del mundo. Mientras el sol va pasando de árbol en árbol, la noche llega tranquila a la plaza “La Llorona”.

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El Beso

Ahora que el día cae y desciende, ahora que la noche sube y asciende nos escapamos del sol una vez más. Le mostramos nuestra espalda dura y cansada, para recibir la luna y su luz que llega como un rayo. Su cara más amable nos sonríe y nos multiplica, aquí en la tierra. Ahora que el día cae y la noche sube, ocurre un milagro del tiempo y del espacio. Ocurre un beso que dura pocos segundos y a la vez una eternidad. En tus ojos se dibujan mándalas que anuncian lo maravilloso de este tiempo. El sol y la luna se besan y se acarician. Y nosotras dentro eclipsadas, solo disponemos a contemplar. Contemplar el día, recibir la noche… Ahora que nadie grita, nadie molesta, el sol y la luna se besan, se funden en bailes milenarios y fecundan el aire. Allí, quedan partículas de otros tiempos, tiempos atrás, muy lejanos, cuando la mujer no era mujer, cuando la rana no era rana sino una simple partícula espacial. Ahora que el día cae y desciende y ahora que la noche llega sin prisa, me dispongo a soñar, soñar con tus labios, soñarte por segunda vez, soñar que fui real y tú estabas ahí.

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¡Oh Nina, oh Lulú!

¡Oh, Nina, oh, Lulú! Este día yo te pido que dibujes nuestro encuentro hoy te veo dibujando dibujando mis poesías Y tus ojos tan azules que me miran y me dicen ¡Qué brillante este encuentro! Mi sonrisa te regalo te regalo mis poesías ¡Oh, Nina, oh, Lulú! Hoy tu pelo es rojo sangre y tus ojos muy azules Olvidar ya no preciso, olvidar no me interesa ¡Oh, Nina, oh, Lulú! En tus ojos yo me vi y en tu rostro veo luz esa luz que yo busqué en Siberia o Estambul ¡Oh, Nina, oh, Lulú! Hoy te veo dibujando dibujando nuestro encuentro un encuentro en fin de año y el comienzo de algo nuevo ¡Oh, Nina, oh, Lulú! Este día yo te pido que dibujes nuestro encuentro que dibujes nuestros cuerpos, nuestras bocas, nuestros labios, nuestros besos

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El Billete

Voy camino al banco a cobrar mi primer sueldo. Todo es muy extraño, no me detengo en ningún detalle. No pienso, no reflexiono, es evidente que mi viaje a México, a Chiapas me tiene vegetal, llano, desconocido. Sigo caminando y, como en una novela de amor, por la calle que voy cruzando, se detiene una piba en bicicleta, es conocida y por sobre todas las cosas es muy oportuna. Ella parece distinta, me atrae, me intriga. Pronuncio su nombre ¡Ey, Lulú!, la sorprendo, la saludo y sigo, sin detenerme ni siquiera en los pensamientos cotidianos. Voy en busca de ese billete que me lleve a Chiapas, que me sumerja en el corazón del Zapatismo, quiero autonomía, organización popular y resistencia indígena. Voy hacia ese lugar, que me modifique y me limpie. Cuando llego todo es blanco, quieto, perfecto. Recibo el dinero cuento los billetes uno por uno y de repente pasa la imagen de ¡EVITA! no lo podía creer ver en un billete de $100 pesos a una mujer argentina, mueca de sonrisa y alegría.Guardo el dinero y me sumerjo de nuevo en la ciudad. Vuelvo al trabajo y termino la jornada. Compro frutas y verduras afuera de la casa de gobierno de Mendoza. Aunque a simple vista parece el mercado central de San Cristóbal de las Casas. Me mareo, mi vista se nubla pero me recupero y voy contento con las bolsas al auto y por fin llego a casa. Entro y veo aa una mujer ellaes parecida a la chica de la calle, Lulú, pero no lo es, eso creo ¿Quién es? ¿Será la chica de la bicicleta? Actúo por inercia, al parecer tenemos confianza, la toco y le hablo de forma natural, pero no sé quién es ¿Dónde estoy? me pregunto ¿Esto es México o es Argentina, es Chiapas o Mendoza, vivo en tierras Mayas o son tierras Huarpes¹? Hoy atravesé una puerta, un portal de tiempo y ya no sé quién soy. Creo que fue mucho por hoy, mejor me recostaré, voy a seguir soñando. ¹Pueblo originario de Mendoza, Argetina

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Segunda parte

La fuerza del amor es el motor de nuestra revoluciรณn

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Elsa

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Hoy saliste de la panza de una nueva madre, hoy regresas a la tierra porque yo te nombro. Lentamente la niña salía del útero de su madre. -Bienvenida, te estábamos esperando. -Es lindo dar un paseo por la tierra de vez en cuando ¿no? -Si claro, es muy lindo visitarlos otra vez. En la tierra alguien contó una historia que salía de las viseras, una historia que venía del hígado, desde la médula espinal, atájala, ahí te va… Elsa tenía una alegría linda y especial, con sus ocurrencias todes reían. Era profesora en Lengua y Literatura en el Colegio Nacional. Allí, conoció a Blanca, la profesora en Historia del Arte. Elsa hacía pensar y al mismo tiempo divertía a los alumnxs en sus maravillosas clases. Mientras, Blanca intentaba que algunos de lxs chicxs del Colegio se interesaran por el arte. -Eso es una tarea muy difícil- decía ella. -A los chicos de hoy no les interesa el arte, solo les interesa el fútbol, comprar ropa y salir a bailar.- A diferencia de sus colegas, ellas hicieron del colegio un lugar para divertirse y ser felices. Esos momentos compartidos forjaron una gran amistad. Así, Nina, hija de Blanca, también fue parte de la familia de Elsa. Un día ella supo que llevaba consigo una enfermedad en los huesos, su sonrisa poco a poco se desdibujó. Luchó y lucho pero igual los días cambiaron, las risas se aquietaron y todos a su alrededor comenzaron a marchitar. Desde joven, Elsa escribía poesías muy bellas, su estilo era único. Nina dejó de verla por su enfermedad y se quedó con muchas palabras que hubiera querido compartir. Pero Elsa le dejó un legado sin pronunciar una palabra, fue un mensaje telepático. Ese día, Elsa dejó la tierra. Blanca decoró su habitación y su cama con guirnaldas. Sus amigxs trajeron vino, ron y un poco de caña. Algunos familiares, vestidos de negro, lloraron. La familia mexicana llevó tambores y tocaron durante el entierro, era la transición a una nueva vida. Luego de la muerte llega la reencarnación y el paso a la eternidad.

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Después del entierro todxs estaban aliviados y dolidos a la vez. Pero Nina quedó desorientada, aturdida, tenía que descifrar el mensaje telepático. Leyó unos escritos de Elsa descubiertos en su casa y ese día Nina comenzó a escribir. “Hoy, hace 3 años que el Cáncer te llevó mi querida Elsita, y con lágrimas en los ojos escribo en el metro de Moncloa. Desde este infierno, te cuento que hace poco recité en la casa de Federico García Lorca, pienso que tú estarías contenta con la noticia, qué orgullo estar allí dirías y me felicitarías. Te quiero contar muchas cosas lindas que me han pasado, pero el silencio me alcanza, prefiero escribir. Hoy recibí la noticia de que tengo una hermana en Francia y fue madre hace tres años. Tuvo una niña lindísima y se llama Elsa como vos, que mundo extraño ¿No? Ahora, en el metro, estoy sola y me acompaña tu alma. Antes de llegar a la estación de Pueblo Nuevo, te quiero contar todas mis historias y quiero acompañarte pero creo que es mejor que me despida de ti en el limbo… Ya llegamos a la estación de mi casa Simancas y tu recuerdo sigue en mí. Amiga querida esa enfermedad te llevó, esa maldita enfermedad apareció, pero no pudo con tu sonrisa, esa sonrisa sigue intacta. Ahora creo y veo y, es cierto, hoy hemos reencarnado y salimos de la panza de una nueva madre.” De manera natural, la niña corta su cordón umbilical y comienza a respirar el oxígeno de los árboles.Una voz suave se escucha en el hospital… Bienvenue, Elsa, nous t’attendions, bienvenue, mon amour. La madre emocionada lleva a la niña a su pecho la besa y la abraza fuerte.

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Las Brujas

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Mi madre decía, todo lo que una quiere lo puede lograr, todo lo que una sueña lo puede lograr. La vida, el amor, la pasión, la urgencia, la ausencia, el dolor y una canción. ¿Y las brujas madre, dónde están? Las Brujas navegan y navegan. Ellas navegan en la pesada espuma. Mi Madre tuvo tres hijas y les dibujó tres caminos diferentes: El camino al Paraíso, El camino al Cielo y El camino al Inframundo. ¿Y los Ángeles? Se preguntaban las niñas al caminar. Los Ángeles navegan y navegan por el cielo. ¿Y las brujas? Se preguntaban las jovencitas. Las brujas preparan la revolución. ¡Las brujas salvarán al mundo, hijas! Ellas preparan la revolución desde el inframundo. ¿Y nosotras, madre, dónde estamos? ¡Hijas! ¿Como, aún no lo han notado? ¡Nosotras estamos sobre el pecado! El pecado, hijas, es el puente, entre el paraíso y el inframundo. Y eso nos eleva por el cielo y podemos volar. Y aquí, nos quedamos y aquí, nos quedamos. ¡Ay, ay, ay, ay,ay! Hoy soñé, hoy tomé, hoy pagué. La vida, el amor, la urgencia, la pasión, la ausencia, el dolor y un corazón. Todo lo que una quiere, lo puede lograr. Todo lo que una sueña, lo puede lograr.

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El Machete (a la comandanta Ramona)

En Acteal, en la comunidad de Las Abejas, Chiapas, México. miles de mujeres indígenas detienen tanques de guerra. El machete es guerra y revolución, es insurgencia y contra insurgencia. El machete camina solo y desamparado por la selva, por el monte, por los ríos y por el bosque. El machete corta hierbas y sangra pinos, toca la marimba y toma licor. El machete solo y cansado, en la fría lluvia de los Altos de Chiapas, no tiene donde ir, tranquilo espera que salga el sol, quizá sea el quinto sol o el sexto. Cansado de cortar maleza, vuelve a casa, bebe su café, descansa y piensa… mañana será un nuevo día de trabajo y lucha. Temprano, por la mañana, se escucha en las calles de Chiapas “Machete al machote” que grita Sofía, “Machete al machote” que grita María, “Machete al machote“ que grita Lupita. “Por ser mujeres, no podemos trabajar no podemos gobernar, no podemos hablar” Son las voces sin miedo, son las voces que no callan, son las voces de las brujas que no pudieron matar, son las voces de la tierra que piden paz. Hoy gritan las mujeres del mundo. ¡Queremos paz, no a la guerra, trabajo digno, tierra, educación, autonomía, organización indígena, libros libres, derecho a la información libre, democracia verdadera e igualdad entre hombres y mujeres! Esas fueron nuestras demandas en la larga noche de los 500 años, hoy esas son nuestras exigencias.

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Santa María

Santa María, Madre de Dios, ruega por nosotras, todas pecadoras. Ahora y en la hora de nuestra muerte, ámen. Negra, Negrita, lucha por nosotras, todas pecadoras. Ahora y en la hora de nuestra muerte, ámen. Santa María, tú eres desgracia, te alquilan por centavos, tus gustos son inciertos. ¡Oh, madre creadora! ¡Oh, madre creadora! Lucha con nosotras, todas pecadoras. Ahora y en la hora de nuestra muerte, ámen. Santa María eres desgracia, tu cuerpo y tus senos me queman por dentro. Mi amor, mi caramelo, mi trenza africana. No dejes que nadie te ofenda y líbranos del mal. Toma mi mano y caigamos juntas en la tentación ¡Ámen!

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¿Ojos Negros?

¿Ojos negros? Nunca vi a una mujer de ojos negros. No me permití mirarla ni perderme en su mirada. No la mire más de 5 segundos. Sabe mi corazón que esos ojos pueden hacerlo explotar de alegría. Pero también sabe el corazón que esos ojos pueden secarlo de tristeza por un largo tiempo. No quiero correr ese riesgo, no estoy en condiciones de morir otra vez. Pero algo me dice que debo avanzar, al menos saber ¿De dónde salieron esos ojos negros? Quiero mirarlos, quiero conocerlos… ¿De dónde vienen? ¿Mayas¹, beréber², aztecas³, marroquíes, del África, árabes o del Amazonas? Ojos oscuros, rasgados y profundos, que me conducen a la dimensión donde mi espíritu nunca navegó. No los miré más de 5 segundos y allí comenzó mi perdición. ¿Traes esas flores para Quetzalcóatl4? ¿Para la serpiente emplumada? Niña huracanada que excitas a los Señores de Xibalba5¡Qué bello es verte bailar! Qué suave estás hoy. Bella música es tu gemido felino… Ojos negros, ojos profundos… Es tu vientre la tierra de las diosas morenas. Mujer, esta noche seamos suaves y salvajes a la vez.

¹Comunidad indígena originaria del sur de México y Norte de Guatemala ²Comunidad originaria del desierto del Sahara ³ Comunidad indígena originaria del centro de México

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Dios Atzteca

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Infierno Maya

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Genußmittel 1 °acto: Entra Lulú a la habitación de Nina.

Nina: -Amor, estuve estudiando un poco de Alemán. Lulú: -¿Si? ¿Qué aprendiste hoy? Nina: -Aprendí una nueva palabra. Lulú: -¿Qué palabra? Nina:- Genußmittel Lulú:- ¿Qué es eso? Nina: -Un medio que produce placer. 2° acto: Ríen juntas un rato, Nina busca aceite para masajes, se desnuda y pone música. 3° acto: Lulú llena la tina, toma una toalla, se desnuda y se mete a bañar.

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El Espejo

Lulú llega a casa estresada del trabajo y entra al baño toma una toalla y se da una ducha. Luego, lava sus dientes y mira su rostro un largo tiempo en el espejo. Ingresa a su cuarto, se recuesta en el sillón frente al espejo de su armario y se mira otra vez. Luego de unos minutos, ve a una mujer que nunca vio en su vida y no la reconoce. Se acomoda y comienza a liberarse de las toallas. Su mirada y sus manos se posan en su vientre. Sus manos se mueven suaves sin el control de su mente y comienza a masajear su clítoris. Despacio comienza a cambiar y su estado de excitación se enciende, su dedo índice toca sus labios vaginales. Cierra y abre los ojos frente al espejo, ve a una chica y luego a una mujer. Se pregunta por qué las madres nunca te enseñan esta sensación tan linda: la de acariciar tu propio cuerpo. Por su cabeza pasan fantasías sexuales con mujeres y con hombres que su mente crea. Una chica la besa en la boca y su excitación aumenta. Sus pechos se erizan con una brisa que se filtra por la ventana

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de su cuarto. Mira hacia la puerta de su habitación para ver si ha cerrado bien. Lulú está muy cerca del orgasmo y comienzan a escaparse gemidos. Muerde sus labios y su lengua se desliza suave por su boca. El espejo rebota imágenes de su rostro, de placer, de éxtasis. Con sus dedos acaricia su punto G. Su útero se transforma en un rio. Siguen las imágenes y escenas eróticas en su mente, recuerda hacer el amor en un cementerio, luego en la playa y también en el baño de un bar. Sus gemidos suben y ya está sin control, puede gritar que nadie la puede oír. El orgasmo como un volcán se prepara para la erupción, el río de lava caliente comienza a bajar. Su cuerpo vibra, acaricia su vientre y sus piernas. La energía sexual femenina trasciende el tiempo y el espacio… El espejo proyecta imágenes difusas, el perfume a sexo invade su cuarto, sus pómulos están rojos, se mira desconocida y es otra mujer, no es la joven Lulú que todos conocen tranquila y callada. En su fantasía, se siente la diosa Afrodita a quien deben acariciar 42

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mujeres y hombres. Comienza a gemir muy fuerte y su cuerpo eléctrico tiembla. ¡El volcán estalla! Su conciencia se eleva. El orgasmo aparece como un mensaje revelador y divino. El volcán sigue en erupción y su mente viaja a la velocidad de la luz. Luego de unos segundos su respiración quiere normalizarse. Desde el espejo ve la imagen de una mujer nueva. Y del cerrojo de la puerta un ojo se retira.

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Tercera parte

Mi dolor no es tu culpa y tu culpa no es mi dolor

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Cuando le pegan a una (Para Michelle)

¡Cuando le pegan a una, nos pegan a todas! En la casa, en la calle, de día y de noche los golpes que le dan a una mujer, los sentimos todas. El dolor nos junta. El dolor que veo en tu cara y que siento en tu cuerpo. El dolor que no se cura porque las personas que lo producen siguen iguales. En la casa, en la calle, de día y de noche. El dolor nos junta. Tú lo sientes y yo lo siento. El dolor nos junta y la rabia nos hace levantar. Hoy me quiero levantar por una amiga a quien su marido le pegó en la calle. Este golpe no solo era para ella, era para todas nosotras. Hoy siento este golpe, hoy quiero gritar. Grito y escucho, grito y escucho. Cuando oigo los gritos que vienen de la casa, de la calle, del día y de la noche me preparo. Me preparo porque no quiero esperar más golpes. Al dolor lo sacamos afuera. Aquí, todos nos pueden ver, sentir y escuchar. No estamos solas, no somos pocas. El mismo golpe que ayer le pegó a mi amiga, le pegó también a Mary, a Laura, a Carmen, a Betty, a Ivonne, a Michelle, a Helen, a Trish y a Nadine. Este golpe se repite todos los días en la casa, en la calle, de día y de noche. No quiero esperar más golpes. Quiero que los golpes paren, quiero ver a ese marido señalado y castigado por todos los golpes que le da a una mujer. Señalado por el dolor que le ha causado a mi amiga y a todas las que estamos con ella. Este marido debe sentir nuestra rabia. La tenemos que sacar afuera. Nos tiene que ver, nos tiene que sentir y escuchar. Estas palabras son un grito de solidaridad con mi amiga. Las escribo porque quiero sacarlas afuera, para que mi amiga sepa que no estará nunca sola ni en la casa ni en la calle ni de día ni de noche.

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¡No es No!

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Como un grito veo el dibujo, se alimenta del fuego y de mi rabia. Grande era mi rabia. El rojo de los colores salía directo de mi corazón. Hoy quería terminar el dibujo, hoy quiero terminar con todas las personas que no me quieren ver, que no me quieren escuchar y no me quieren sentir. Este camino me lleva lejos de ellos. Hoy les hablo por última vez y les grito hasta que todxs me puedan escuchar: ¡No es No! … Cuando salió de mi boca, mi cuerpo se desarmó. Tus palabras me entraron como espinas, era una violación, no quería verlo, no quería sentirlo, no quería aceptarlo. Con una persona conocida eso no me va a pasar. La verdad salió de mi boca y en ese momento se convirtió en mentira. Las palabras no tenían más el sonido de mi voz. Era la voz de una mujer maltratada que no quería escucharse. Hoy digo ¡No es No! Cuando digo no me toques, la persona no me debe tocar. Yo lo he decidido hoy para mí y para todas las personas. Ahora digo No. Sí, yo digo “NO”, vos me vas a escuchar y cuando vos me escuchás, vas a decir que “NO”. ¡No es No! Juntxs lo vamos a gritar. Hasta que vos me escuchas y yo te escucho. Difícil es el camino que transforma el dolor y la rabia en luz y alegría. Hoy, me ayuda el mar y el silencio. Cuando entra la noche, tomo el camino hacia la casa para pedir una vez más la fuerza de todas las personas que yo llevo adentro.

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El Masaje (Para Higui)

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Ese día me sentía súper sensitiva. Ahora que logré desintoxicarme y estar tan perceptiva, viene un proceso lento pero inverso a la vez, una caída libre y larga al centro de la tierra. Donde los pájaros de mi ecosistema cantan si el mar y las ballenas cantan. Y esa caída es un dominó infinito, en el que van cayendo las fichas una tras una. Y tú estás súper sensible. ¡Felicidades, lo lograste! Limpiaste todo tu cuerpo, tu casa y ahora puedes ver como el mundo y su vibración eléctrica conspira contra todxs. Entra un hombre al bar, pide una cerveza de mal modo y la mujer que lo atiende, absorbe toda la mala energía que el hombre carga. Esa mujer se siente maltratada por todos en el bar. Ella no es una trabajadora, es una esclava. Termina su jornada, cierra el bar como todos los días y se dirige a su casa en tren. Llega muy cansada, abre la puerta y la está esperando su marido, dispuesto a recibir el masaje de los jueves. Entonces, ahora que estás súper sensitiva comienza un camino nuevo. Un camino libre, una larga caída al centro de la tierra, donde se queman todas las malas energías del mundo, tu cuerpo se quema por completo, ya eres cenizas y vuelves a la tierra en forma de mujer. Lento, caminas por la ciudad y comienzas a intoxicarte de nuevo. El camino recorrido no fue en vano, ahora entiendes la culpa y el dolor que sienten los pájaros del mar pacifico cuando del aleteo de sus alas nace un tsunami en Japón y en Filipinas. Sabemos entonces el recorrido de la energía oscura, de las bajas vibraciones y los malos pensamientos. Sabemos su origen y su fin. Ahora que estamos desintoxicadas y súper sensitivas nos toca cambiar el rumbo de este barco, para dirigirnos a un puerto nuevo en el que muchos corazones nos esperan. Ahora que estamos súper sensitivas podemos ver el camino. El hombre espera que su mujer se acomode en casa, deje sus cosas y se ponga ropa más cómoda, él quiere su masaje de los días jueves. La mujer se prepara, pero se siente rara y cansada.

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En sus manos pone aceite y suave comienza a masajear a su compañero en la espalda. En las manos de la mujer se concentran todas las malas energías de su trabajo y del mundo. Y las libera en el cuerpo de su compañero, él sin saber nada disfruta del masaje. El masaje habla del tren, del bar y sus horribles clientes. En los brazos de la mujer están todas las desgracias del mundo, la angustia, la guerra, la violencia, el desamparo, la pobreza, el dolor, el sufrimiento, el hambre y la ira. De pronto la mujer entra en pánico nervioso, el masaje deja de ser suave y es desgarrador. La mujer clava sus uñas en el cuello del hombre hasta dejarlo sin vida. La sangre poco a poco comienza a caer por la cama. La tensión nerviosa de la mujer baja, pero ella sigue en shock unos minutos, luego de ver como su compañero sangra. Se retira de su habitación y entra al baño. Limpia sus manos llenas de sangre, mira el espejo aliviada, piensa y dice en voz alta: “Alguien tenía que pagar esta cuenta.”

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Dos Disparos (a Lucia y Micaela)

En el monte la tormenta amenaza al rebaño. Se oyen pasos en la noche y los lobos al acecho. En el limbo ya te esperan. Si te salvas, es con suerte. Los sicarios han cobrado el dinero adelantado. Y el sonido de la muerte se entremezcla con los rayos. La difunta se despide y se escuchan dos disparos. Dos disparos en la noche junto al canto de los gallos. Mala suerte, mi Lucia, 15 años, inocente. Dos disparos y en su mano un rosario. Y en el pueblo todos saben nadie habla, todos callan… El silencio es bastardo. Mala suerte, Micaela, 20 años, inocente. Dos disparos en la noche junto al canto de los gallos. Y en el limbo ya te esperan. Si te salvas, es con suerte. Los sicarios han cobrado el dinero adelantado y el sonido de la muerte se entremezcla con los rayos. Dos disparos en la noche. Dos disparos de sicarios.

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¡YA BASTA! (Para Terex)

Hoy salí de la casa para caminar. Quería conocer un camino nuevo. Puse mi canción favorita y bailando seguí el sendero al lado del mar. Cuando me cansé, busqué un lugar para estar tranquila. En una bahía no había nadie, solo una pareja bañándose y mucho más atrás dos hombres buscando algo en el agua. Contenta fui a nadar. Pasaron 20 minutos, la pareja se fue y quería seguir con mi camino. Ya había notado que uno de los dos hombres se había alejado un poco del otro. Estaba parado y me miraba masturbándose. En ese momento, algo dentro mío se rompió, agarré mis cosas y de repente empecé a gritar y correr hacia él. Nunca he gritado tanto en mi vida. Quería expresar mi rabia. Quería golpear a todas las personas que ven a las mujeres como objetos y que piensan que pueden hacer lo que quieran con ellas. La rabia y la adrenalina me hicieron llegar hacia él y no paré de gritarle. Quería que todxs escucharan mi enojo. Gritaba: ¡Ya Basta! ¡Ya Basta! ¡Yo no quiero eso! ¡Déjalo! ¡Déjalo! ¡Yo no quiero eso! Él se subió el pantalón y me miraba. No dejé de gritarle. Pero en un momento cambió la cara y me hizo entender que quería que yo me calle, no lo hice. Empecé a gritarle al otro señor también y me puse en guardia, lista para pelear con ellos. Con esta postura y con mis gritos seguí mi camino. Después de algunos pasos miré hacia atrás y grité por ultima vez: ¡YA BASTA! Hoy salí viva y con fuerza de esta situación pero si ustedes no empiezan a gritar conmigo las cosas no van a cambiar. Este señor va a seguir pensando que tiene el derecho de tratarme y de tratarnos así. Esta historia no solo es mía, me la han contado todas mis amigas. Ya estoy harta, voy a gritar y gritar, hasta que las personas que ven a las mujeres como objetos escuchen mi voz, nuestra voz. ¡Ya basta!

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No nos van a parar (Para Sajida)

¡No nos van a parar! Tus palabras, el miedo, el odio, los golpes, la ignorancia y la tristeza. ¡No nos van a parar! No me van a parar. He perdido todo en el momento cuando vos me mandaste la muerte: mi cuerpo, mis recuerdos, mi fuerza y mi alegría. No me van a parar. No hay nada más que perder. Ahora cada momento que vivo, gano. ¡Cada momento que vivo, gano! Gano porque veo, gano porque siento, gano porque escucho, gano porque me abro, gano porque respiro, cada segundo más y más. Veo, siento y escucho. Muchos quieren que nos callemos y que la voz de la mujer no se escuche nunca. Pero no nos van a parar: porque somos muchxs porque estamos afuera porque estamos juntxs. Porque el tiempo llegó. El tiempo en que ellxs no nos pueden parar más.

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La Inseguridad

Las palabras que no te van a gustar. Para mis amigas: La inseguridad invadió mi sangre cuando estaba todavía en la panza de mi madre. Mis ojos, mi cara, mis movimientos... Todo mi cuerpo era un espejo de esta inseguridad. Las mujeres también tienen una voz pero esa voz se queda abajo de otras voces. Cuidan a las personas, se preocupan por los demás, su camino es aguantar, dar y perdonar. Aguantan, dan y perdonan, aguantan, dan y perdonan, todos los días. Crecí con la esperanza que eso cambie algún día. Ahora lucho por este cambio. Lucho porque no puedo esperar más. Tanto dolor, tanta injusticia se manifiesta en mi cuerpo que no puedo esperar más. El momento más oscuro ocurrió después de una cadena de cosas que pasaron. Entré en dudas y tuve miedo, no sabía cómo salir de esta historia. Necesitaba una mano, alguien que me escuchara sin juzgar.

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Para quitarme un poco el dolor llamé a mi compañero que estaba en Italia. En vez de una mano llegó un golpe. Me vi sola y sin control sobre lo que iba a pasar. Hablé con otro amigo y en el momento cuando necesitaba más su apoyo, me dio otro golpe. Yo no era yo, era una persona sin contacto con la tierra. No sabía dónde ir, qué hacer o dónde descansar. Pensaba que esta historia no podía ser real. No tenía ningún control sobre la situación y tampoco sobre mi cuerpo. Llegué a mi casa y por allá me esperaba el golpe final. Mi compañero, desde Italia, me mandó un mensaje y me dijo en palabras muy claras que el mundo sería mejor sin mí, la oscuridad del mundo viene de personas como yo. Miré el mensaje y me salí del cuerpo. No pude aguantar más. No sabía dónde mirar o qué hacer. No sabía nada, solo que no quería estar más en este mundo. Las palabras se pueden usar como golpes y desde muy joven me han pegado con palabras. Estos golpes te quitan la tierra debajo de tus pies y te dejan con 62

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inseguridad. Inseguridad por las cosas que te gustan, inseguridad por las cosas que quieres hacer, inseguridad por las personas que quieres. Otras personas veían mi inseguridad y con sus golpes la hicieron crecer todavía más. Este juego se puede jugar hasta la muerte. Cuando escuchas que el mundo no te necesita, el mensaje es fuerte, te entran las palabras y empiezas a creerlas. En un momento yo las creía. Sentí en mi cuerpo espinas de fuego y me fui. La inseguridad la producimos nosotrxs. Ahora llega el tiempo de sacarla de todos los rincones y de sembrar semillas de confianza.

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Cuarta parte

Todo empieza y todo tiene un final, el dolor se va, se fue

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Rota

Bajando a la tierra las lágrimas mojan mi cara con ojos cerrados me quiero mirar el espejo me asusta, los pies no paran de moverse ¡Ayer! Grita una voz… Miro atrás y me entra una ola No debe existir esa sensación, no es la mía ¡Ahora! Veo las lágrimas, que no son mías, y se transforman en lluvia la nube de lluvia se queda arriba de mi cuerpo ¡Mañana! Despierto en la tierra y devuelvo el préstamo

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Despierta, Compañera (Para Sisa)

Falta poco, ya llegamos, por las dunas del Sahara, ella duerme inconsciente en su vientre, mucha sangre

Despierta, compañera, no te duermas, no te vayas. Falta poco, ya llegamos por las dunas del Sahara,

A lo lejos los palmares y el oasis nos esperan carreteras y fronteras largas filas, mucha espera

No hay doctores y ella sangra y este monstruo se agiganta. Cruces rojas, cruces negras, niña Fátima, no te vayas.

Y este monstruo se agiganta niña Fátima, no te vayas…

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Los camellos viajan lejos, desde Argelia hasta Marruecos. Los camellos nunca duermen Despierta, compañera, despierta tu conciencia.

Y este monstruo se agiganta. Niña Sara, no te vayas. No te vayas, mujer… Despierta, compañera, despierta tu conciencia, falta poco, ya llegamos.

No respira, ya se fue, otra más, miles más. Y las cruces ya no alcanzan. El desierto es muy duro.

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Cuando llega a mĂ­ la luna

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Cuando llega a mí la luna, se abre un portal. Cada parte ínfima de mi cuerpo guarda un secreto. Cuando llega a mí la luna, aparecen imágenes. Abro caminos a otra dimensión y llego a lugares lejanos... Lugares desconocidos, vividos en otras tierras, en otras vidas. Puedo estar en cualquier lugar del mundo, sola con el pensamiento. Cuando llega a mí la luna, espirales de sabiduría surgen de mi vientre. Mi cuerpo busca luz pero algo se rompe, se quiebra. Estalla mi útero lleno de sangre y comienza el baile. Lloran las madres de mi madre y se oyen en mi vientre. Los deseos y anhelos de vidas pasadas, encarnan en mi cuerpo. Cuando llega a mí la luna ¡Mi vientre no es un campo de batalla! ¡Mi vientre nunca más será un campo de batalla! Mi vientre no es un nido vacío... Mi vientre se purifica y trasciendo con mi sangre. Angeles y brujas se llevan los restos de lo que fui. Hoy mi sangre es sangre nueva, sin miedo, sin tristeza. Hoy bailo con la luna y me río con ella. Danzamos, reímos, danzamos y reímos. Esta sangre hoy nos une y es sagrada, no es vergüenza, es conciencia. Esta luna ya se aleja y este cuerpo vuelve calmo, vuelve en paz. Cuentos, prosas & relatos insurgentes 71


Las Bañistas

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Las Bañistas desnudas aguardan la caída del sol en el pacífico mexicano. Lulú y Nina, dos amigas, dos corazones y cuatro tetas al viento recibiendo la sal que llega desde el mar. La brisa enfría sus pechos y se rozan entre sí al besarse. Las manos de Lulú tan suaves, tan cálidas toman las manos de Nina. Juntas ven el día pasar, el sol caer y la luna subir. Las bañistas se miran, sonríen y siguen su camino. Ellas se besan desnudas en la playa, felices, muy felices. Sin tiempo, sin jornada, sin estudios, sin trabajo, sin noticias, sin información de política y economía. Sin guerra. Sus corazones chocan amables y ya es la hora de partir, la noche las invade y los mosquitos comienzan a llegar. Las dos jóvenes amigas dejan la Playa del Amor y caminan a su habitación, donde un rico baño las espera, una comida calentita cocinarán. Juntas se pierden en el horizonte, dos mujeres americanas, dos mujeres europeas, dos mujeres africanas, dos mujeres asiáticas. ¿Quién sabe su nación o religión? Eso no importa porque ellas caminan juntas y piensan... en nunca separarse. Las bañistas se retiran a sus transitorios hogares. La sal del mar empieza a curar el dolor y las heridas. Todas las cicatrices cierran en el mar…

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Mi Cabeza

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Dentro de mi cabeza vive una mujer, eso solo pasa si te descuidas un día de amor. Una mañana esa mujer lloró y en mi cabeza se creó un lago de lágrimas. ¿Dónde estabas? Cuando estabas, si es que estabas. Ahora todo es nada y nada tengo. Mi cabeza busca un shock eléctrico. Esa mujer deja de llorar y duerme. Allí descansa y sueña con un amor calentito que la abriga. Un rayo de luz entra y golpea en el lago de lágrimas. Se altera la imagen y se produce un efecto prismático. Llueven colores y arcoíris en mi cabeza. Como en un cine se proyectan imágenes y recuerdos. Momentos felices, el vino, las frutillas con crema, el asado del domingo, mi abuela contando historias de Bolivia, tu casa de las torres y termina el film. En mi cabeza, hay un rincón y en ese rincón hoy llora una mujer. No es una mujer, es una mujer dentro de una mujer. ¿Sabes? Esto pasa si te descuidas un día de amor. Esa mujer quiere y espera. Mujer no esperes, mujer no esperes, no llores ni esperes. Mi cabeza está vacía, sin tiempo, sin memoria, sin pena. Alguien desaloja la sala y los recuerdos. La imagen final está en blanco.

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Esperar

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Esperar... Esperar... Esperar... Tanto tiempo que esperar nuestras almas para amar. Ya no hay nadie en la estación ojos lloran por temor.

Esperar... Esperar... Esperar...

Ojos negros, ojos pardos, y no llega el desembarco. Ojos negros, ojos pardos y no llega el desembarco.

Tanto tiempo hay que esperar, nadie sabe hasta cuándo. Nuestras almas van en barcos, solo toca esperar . Este año hay que esperar. Como duele esperar… Este año hay que esperar. Como duele esperar…

Este año hay que esperar, nadie llega desde el mar. Labios fríos de alta mar, nadie llega desde el mar…

Hoy te toca esperar, labios fríos de alta mar. Hoy nos toca esperar, nadie llega desde el mar.

En el puerto hay temor, muchos barcos se han hundido. Ojos lloran con dolor. Nina espera confundida.

Cuerpos fríos, cuerpo helado. Esperar y nadie llega. Tú, en el mar, y yo en la tierra. ¿Cuantos años? ¿Y hasta cuándo? Esta guerra hay que esperar…

Ojos negros, ojos pardos y no llega el desembarco. Ojos negros, ojos pardos, y no llega el desembarco.

Tú, en el mar y yo en la tierra. ¿Cuantos años? ¿Y hasta cuándo? Esta guerra hay que esperar…

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Las Miradas

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Ellas están en todos lados, vienen y van. Dos hacia aquí, una hacia allá. Algunas hacen doler, otras calientan. Algunas nos hacen caminar y otras nos dan escalofríos. Como a Melina en Cuba, cuando un transeúnte le clava la mirada, la desnuda y sigue caminando. Las miradas viajan a la velocidad de la luz o quizás más rápido. En la plaza de la Iglesia “El Cerrillo”, allí están humildes y tristes. Miradas cansadas de tanta injusticia, ya no saben a quién mirar, quieren dejar de ver tan desalentadora realidad. Las miradas son comunicación y complicidad. Las miradas son esos ojos que dicen lo que el corazón calla. Mientras tanto, cae tu lágrima brillante de dolor y angustia. Tranquila amor, tranquila Nina, todo esto es un milagro, es un milagro que tu mirada se cruzara con la mía. ¿Tú crees? Pero sí, claro o ¿Todos los días coincides en mirar a alguien con esta intensidad, con tanta fuerza y logras mantener la mirada tantos años? Acaso ¿Todos los días logras codificar lo que te dicen sin hablar la misma lengua? Las miradas aquí y ahora son milagrosas, algunas logran seducir, otras nos marean, otras nos asustan y nos acobardan. Algunas nos indican direcciones, otras quedan perdidas en las calles, en el bus, en el metro, en el mercado, pero algunas miradas logran no ser efímeras y quedarse para siempre. De esas miradas hablo yo, de esas miradas vivo yo, esas son las miradas que me alimentan y me hacen crecer. Miradas profundas, miradas sinceras, miradas de llanto, miradas de risa. Vamos, tranquila Nina deja de llorar, mírame estamos juntas, eso es lo que importa, si mañana te vas, un día nuestros ojos volverán y a eso apostamos, todo lo que vemos es maravilloso. Dale, Nina, sube esa mirada, que tus ojos son los míos, toma, guárdalos y regálalos a quien quieras. Tu eres otra como yo. Las miradas se despiden tristes, toman su camino y vuelven a mirar un nuevo horizonte.

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Palabras azules

Diálogo entre Nina y Lulú en la cocina de Lulú. Nina: -Para mi amiga Rita, todos los números tienen un color. 1,2,3,4,5 todos los números tienen un vestido diferente. Lulú: -Para mi amiga Alex, cada persona tiene un aura con un color diferente. Nina: -¿De verdad? ¿De qué color es tu aura para ella? Lulú: -Mi aura no tiene solo un color, tiene miles de colores. El color depende de la energía de una persona y la energía siempre se puede cambiar. Nina: -¿Y en ese momento, que veía Alex? Lulú: -Me veía con un aura azul, que casi parece violeta como esta uva. Lulú empieza a reírse, agarra la fruta y la mete en la boca de Nina. Nina: -¡Ah, pero qué rica aura que tienes, prima! Lulú: -Que extraño pasa el tiempo aquí, cerca del mar y con la familia, las horas se expanden hasta el horizonte. Nina: -Se nota que cada hora, cada minuto y cada segundo tienen su propio color. Eso depende del sol, del viento y de todas las estructuras que reflejan la luz. Lulú: -¿Qué hora es? Nina: -Las 14: 35 ¡Es hora de salir de casa y tomar el tren a Roma! En su auto Lulú lleva a Nina a la estación del tren. Con un aura roja, se despide y la hora tenia el color del 1, del 4, del 3 y del 5.

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El Coliseo

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La hora era esa cuando el sol ya decidió alejarse del cielo y bajar lentamente a la dirección de la tierra. Lulú y Nina llegaron a Roma desde un viaje muy largo por el sur de Italia. En sus mochilas llevaban recuerdos llenos de la gente que cruzaron por el camino, músicas que escucharon y historias que han tocado su corazones. Como un artefacto de un tiempo mucho, mucho más atrás apareció el coliseo. Nina cerró los ojos y empezó a viajar por el tiempo. De repente vio mujeres con vestidos blancos charlando con una vieja con el pelo azul. Tenía un aura de sabiduría y belleza. Con su mano, señaló un camino que estaba al otro lado del coliseo. Lulú dijo: -Nunca me imaginé que iba a andar por las calles de Roma. Nina miraba al otro lado del coliseo. -Nunca me imaginé compartir este momento con una amiga que tiene un corazón tan parecido al mío. Tomó la mano de Lulú y juntas empezaron a caminar. Así pasaron por monumentos y ruinas, hasta que llegaron a una iglesia. ¿Tú, Nina, qué piensas, vamos a entrar en esta puerta para ver que hay detrás? -¡Claro!- dijo Nina -¡Vente conmigo!

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La iglesia estaba llena de santos pintados en las paredes y en el techo. En una esquina, había una mesa con velas y al lado una cajita de madera para dejar deseos y sueños. Las dos agarraron un papel y con el mismo corazón escribieron las siguientes palabras: _________ nos alumbra _________ nos regala la vida, el amor y la alegría _________ somos nosotras _________ sos vos y soy yo. Mientras tanto, el sol pasaba por los arcos del coliseo. Para Nina y Lulú llegó el tiempo de despedirse. En frente del coliseo, se besaban y cantaban. Cantaban una canción del sol, de su calor y del mar. El azul del mar que se expande hacia el horizonte. Su sueño las llevó a Roma y mañana caminarán por las calles que construimos vos y yo, las calles que contruimos vos y yo.

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Lxs autores

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Camilo Lihué nació en Mendoza, Argentina, 1989 y Anik en Hannover, Alemania, 1989. Se conocieron en Chiapas, México en el año 2014. Allí comenzaron a viajar juntxs y después por España. En Madrid, estudiaron en la Universidad Complutense y se unieron al grupo poético y social POETAP (poetas de la tierra y amigxs de la poesía). Con ellxs publicaron dos antologías literarias escritas por 53 poetas de Latinoamérica, España y Alemania. En la primera, Lo que deben decir hoy… los poetas presentada en la Biblioteca de la Universidad de Humboldt en Berlín trabajaron juntxs en la interpretación y traducción de los textos bilingües español-alemán. El abrazo del nogal de Daimuz, antología lorquiana presentada en la casa de Federico García Lorca en Valderrubio, Granada. Una Mujer dentro de una Mujer tomó forma en Bolonia, Italia en el año 2016, donde las palabras y las pinturas se transformaron en un puente entre ellxs. Este trabajo e intercambio es una manera de comprender sus culturas y sus orígenes. Los une una visión común del mundo en el cual las personas se puedan relacionar sin reproducir la violencia de género.

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Palabras finales

Agradecemos, en primer lugar, a todas las mujeres que dieron a luz a los participantes de este libro, lectores, diseñadores, ilustradoras y escritorxs. Este libro salió de un encuentro, un amor y una esperanza pero más que nada, de un sueño que en este momento se convierte en realidad. Una realidad para compartir y construir de nuevo todos los días. Una Mujer dentro de una Mujer lleva mucha fuerza, surgió con el impulso de muchas mujeres que caminaban solas, ahora juntas nos sentimos más fuertes y con esa fuerza su nacimiento es posible, porque este camino es el de miles de mujeres que pasan historias tristes, historias de amor y algunas historias que nos hacen pensar. Cuando nuestra boca forma las palabras para contar nuestras historias aparece una imagen, un árbol con aspecto de corazón. En su columna vertebral hay mujeres dando a luz a sus compañeras y en lugar de un rostro, el primer cuerpo tiene una vulva. Con el azul dentro, arriba, en el cielo y abajo, en la tierra, respira y cuenta la historia de su madre, su abuela y todas las generaciones de mujeres. Hoy, nos levantamos con fuerza, con la seguridad que no estamos solas ni en la casa, ni en la calle, ni de día, ni de noche. Estamos unidas y salimos afuera, lo que tenemos dentro lo sacamos. Aquí nos encontramos y nos juntamos para construir todos los días un sueño que se alimenta de la alegría, de la luz y del amor. Este libro es un mensaje de paz y esperanza que indica un camino sin violencia, donde un mundo más justo e igualitario es posible. Muchas gracias a todxs.

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Equipo de trabajo

Ilustradoras Azul MĂŠndez (p 23, p 55), Argentina azulmendezmza@yahoo.com.ar Cristina Perez (p 35, p 37, p 68, p 70), Argentina www.perezpintora.com.ar Diana Frasek (p 21, p 39, p 73, p 75), Alemania diana.frasek@web.de Valeria Notarangeli (p 19, p 33, p 51, p 67), Italia valeria.notarangeli@gmail.com Lis Cardenas (p 31), Argentina liscardenas02@gmail.com Laura de Evey (p 81), EspaĂąa Lena (p 47, p 57), Alemania lenaste@t-online.de Daniela Zaror (p 49), Chile vitupirena@gmail.com Anik (p 13, p 15, p 17, p 27, p 41, p 59, p 61, p 77, p 79, p 84, p 87), Alemania annikasterk@posteo.de Priscilla Oliveira (p 82), Brazil priscillaoliveira13@gmail.com

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Colaboración literaria Anahí Rivero (p 70) anahirivero@gmail.com Correccion de color Hiram Di Lorenzo Correcciones Victoria Urquiza mariviurquiza@hotmail.com Diseño de tapa y contratapa Anik annikasterk@posteo.de Diseño general Munir Ots monots1@hotmail.com Idea original Camilo Lihué camilolihue@gmail.com Anik annikasterk@posteo.de

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Este libro es la segunda parte de la trilogía “Cuentos, prosas y relatos Insurgentes”. Una Mujer dentro de una Mujer busca reconocer en el lenguaje la violencia de género. Las poesías, cuentos y relatos se encuentran en un escenario de viaje por el mundo, tocando las puertas de Europa, Latinoamérica y África. Donde sus dos protagonistas Nina y Lulú transitan por diferentes paisajes y estados. Alegría, amor, lucha, dolor, culpa, odio, perdón y liberación. Diez artistas de Italia, Argentina, Alemania, Chile, España y Brasil ilustran estas historias que son también sus historias. Ahora las mujeres hablan y recuperan su fuerza.

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