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El hockey sobre césped
EL HOCKEY SOBRE CÉSPED, EL SEGUNDO DEPORTE COLECTIVO EN VOLVER A LA PRESENCIALIDAD
Fiorella Johanna (20), preseleccionada nacional del hockey sobre césped femenino nos cuenta cómo la pandemia ha afectado al desarrollo de este deporte luego del impulso que tuvo con los Juegos Panamericanos Lima 2019.
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¿Cómo ha sido para ti como deportista esta pandemia? En especial porque el hockey es un deporte no tan conocido en el país y quizá los permisos para entrenar pueden haber tardado por no ser prioridad para el IPD
Fue frustrante, creo que a todos los deportistas nos chocó. Llegué a entrenar tres veces al día por la ansiedad de saber que no estaba haciendo lo mismo de afuera. Fue frustrante, sabiendo que el hockey no es tan conocido y que los Panamericanos nos dieron unas canchas increíbles y estábamos con todas las ganas de aprovecharlas y hacer crecer el deporte. Estábamos encaminadas. Ahora tenemos un día de cancha, cuando usualmente teníamos 5. Pero, a pesar de no ser tan conocidos, fuimos el segundo deporte colectivo en volver a entrenar presencialmente. Me alegró que la Federación haya presionado y actuado rápido para reactivarnos lo antes posible.
¿Cuánto sientes que ha cambiado el trabajo de este deporte luego de los Panamericanos? No tenían una cancha de competencia donde entrenar
La diferencia es abismal. Es como que una patinadora de hielo patine en loza. La bocha corre más rápido, los tiempos son mucho más rápidos, te puedes deslizar en la cancha y muchas más cosas que en una cancha de fútbol sintética se hacen más difícil. Esto de no tener cancha propia como federación hacía que no haya un orden, algunos entrenamientos en la semana eran en Chorrillos, otros en la UPC, otros en San Miguel. Teníamos que ir cargando nuestros arcos, implementos y ahora tenemos una casa del hockey. Ahí tenemos gimnasio, guardamos los implementos y las arqueras pueden dejar sus equipos. Significó sentimos parte de un deporte en crecimiento y que nos tenían en consideración. Es un sueño. Hasta ahora no lo creemos. Ya no hay excusas, antes podíamos decir que no nos preparábamos bien por la ausencia de una superficie correcta. Todo depende de nosotras, de aprovechar lo que nos han dado.
Hablando de salarios el hockey no es pagado para ser considerado como una profesión como otros deportes, ¿cómo vive esta situación el jugador?
Sabemos que es complicado, que no tengamos el público suficiente como para llamar sponsors y la Federación tampoco es la indicada y responsable para cubrir con salarios de más de 40 personas. Muchas veces hemos tenido que dar de nuestro propio dinero para pagar los pasajes de avión a campeonatos internacionales, etc.; ahora tenemos la
suerte de que la Federación nos puede pagar el transporte, giras y uniforme. Ahí podemos ver como esto va creciendo. En clubes es todo por nuestra cuenta, cuando viajábamos a Chiclayo teníamos que pagar 4 pasajes al año. No es sencillo, porque no todos estamos en la misma situación económica y no todos podemos darle esa importancia al deporte. Eso limita que este deporte crezca. Todos tenemos que tener una carrera o un trabajo profesional aparte del deporte. Nuestra jornada de 9 horas se vuelve una de 12 y no descansas lo que un deportista debe. Tu cabeza no solo piensa en el deporte, como debería ser si quieres llegar a un alto rendimiento profesional. Es un tope que no nos paguen, lo digo pensando en qué más podría hacer por mi deporte si ganara haciéndolo.
El campeonato de clubes es una mixtura entre ellos y colegios, ¿cómo se está manejando esta falta de actividad desde allí?
Toda actividad de clubes está paralizada. Nadie tiene club porque no se está haciendo nada. Tengo la suerte de estar en una lista de jugadoras nacionales, porque si no, no podría hacer lo que más me gusta. Los seleccionados podemos mantener cierto nivel porque estamos entrenando, pero da miedo volver a la cancha y que el torneo haya perdido competitividad. Da miedo que esta paralización haya detenido el avance que el hockey estaba teniendo.
Hablas de este avance, ¿qué tanto se había logrado luego de los panamericanos?
Es un gran logro tener la cancha. Yo no tuve la oportunidad, como sí muchas generaciones que están viniendo, de pisar una cancha de hockey a los 8, 12 años. La primera vez que lo hice fue a los 16 en Argentina. Se les hará mucho más fácil de aprender porque tienen una cancha apropiada para generar todas las aptitudes técnicas. El centro juvenil es un trabajo a largo plazo. También se estaban haciendo talleres en distintos lugares de Lima, la Municipalidad junto a la Federación estaban dando clases gratuitas de hockey en los conos, algo nunca antes visto, porque el hockey solo era San Miguel, Magdalena, Surco y parabas de contar. Hablamos de clubes, pero ¿cuántos somos? 5 o 6. Que se pueda llevar implementos y profesores fuera de esta zona ya es algo. Esos son los mini avances, porque no fue mucho tiempo, pasaron 6 meses de los Panamericanos y se paralizó todo.
¿Tienes la esperanza de que, al acabar esta pandemia, se pueda retomar todos estos proyectos de desarrollo del hockey?
Bueno, ganas hay. Tenemos un nuevo presidente que quiere trabajar un montón. Esa gente que colgó las zapatillas luego de los Panamericanos tiene muchas ganas y, a pesar de no estar más en la selección, no quieren dejarlo de lado. Por ejemplo, Claudia Ardiles, que fue la capitana por varios años de la selección femenina, antes de la pandemia tenía su academia de hockey, trabajaba muchas veces sin fines de lucro para llevar este deporte a muchas más personas. El Perú le estaba dando más importancia al deporte como cultura.
Estudias psicología, ¿en el futuro piensas dedicarle tu carrera al hockey o al deporte en general?
Claro, toda mi vida ha sido dedicada al deporte. No pienso dejarlo nunca, sea como jugadora, entrenadora, o psicóloga. Aproveché este tiempo de virtualidad para especializarme en psicología deportiva en una universidad de España. Ahora que he dado una pausa, que no quería dar, a los entrenamientos presenciales, es momento de enfocarme en lo académico o hacer cosas que cuando entrene a doble turno presencial ya no lo pueda hacer. Mi máximo sueño es ser psicóloga de algún club muy importante extranjero y, con toda esa experiencia, volver al país a ayudar a que el deporte crezca. Podemos entrenar mucho y tener complejos increíbles como el de Villa María; pero si las cosas no funcionan aquí (señalándose la sien), es muy difícil obtener logros. Perú es un país caracterizado por su baja autoestima o pensar que somos menos que muchos otros equipos. Mi meta será cambiar eso.
Durante los Panamericanos había esa ilusión del crecimiento del deporte en el país, se logró el récord de medallas obtenidas por la delegación peruana, ¿cómo fue el mes de los juegos para ustedes los deportistas?
Fue un sueño, tal cual. No podía creer que un evento de esa magnitud y tan bien preparado, se dé. Desde la hermosa inauguración hasta el cierre, incluyendo a los Parapanamericanos. Usualmente no somos anfitriones, pero creo fue un evento para demostrar que sí podemos ser buena casa. Marcó un antes y un después, espero que luego de la crisis sanitaria tengamos algún cambio en cómo nos ven otros países en lo deportivo.
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