Ejercicio 12 Proyecto Final

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CICLO DE FOTOGRAFÍA PROYECTOS II 2020-21 EJERCICIO Nº : 12 TEMA: Proyecto Final NOMBRE: William Steven Moreno Piedrahita ENTREGADO EL DÍA: 13/01/2021



CICLO DE FOTOGRAFIA CURSO 2019-20 Grupo: Segundo FOTOGRAFÍA ARTÍSTICA II Ejercicio nº 12 Tema: Proyecto final Contenido del tema: En este ejercicio vamos ha realizar un trabajo que seguirá el esquema del proyecto final de estudios. Evidentemente será más limitado en extensión y un poco diferente en la forma. El tema de este proyecto será libre. Cada alumno buscará un contenido. Lo primero será elegir el tema y dar un título al proyecto. El trabajo tendrá una parte escrita, otra gráfica además de las imágenes del proyecto. La parte escrita será de cinco folios por una sola cara, con un tamaño de la fuente 11, Los apartados de esta parte escrita serán: a) Introducción histórica al tema que se va a tratar. Un folio de extensión. b) Fotógrafos de referencia para lo que serán vuestras fotografías. Un folio de extensión c) Comentario sobre vuestro trabajo: Cómo os habéis planteado el trabajo y comentario sobre vuestras fotografías. Tres folios. Parte gráfica e) Después vendrá la parte gráfica que consistirá en imágenes de otros autores, e imágenes propias que nos hablen de la evolución del trabajo. f) Incluimos también las hojas de contacto de las tomas que hemos hecho. g) Para acabar incluimos las imágenes seleccionadas para el proyecto, mínimo ocho. El orden de montaje será como sigue: portada, ficha del trabajo, parte escrita del proyecto, parte grafica, hojas de contacto, fotografías editadas del proyecto. Se presentará como ya es habitual en el Drive y en el Classroom subís el PDF, el enlace ISSUU y la foto miniatura. Criterios de corrección: Adecuación de las tomas al contenido del ejercicio Presentación correcta del trabajo según las condiciones dadas en clase Correcto tratamiento de los archivos. Información correcta en la ficha de trabajo y en cada foto ampliada. Presentación dentro del plazo dado

Fecha de entrega: Consultar Classroom





La historia de la fotografía comienza en el siglo XIX cuando Joseph N. Niépce consigue en 1826 la primera imagen con una cámara oscura. Desde entonces comenzamos a fotografiar nuestra comida y bebida, algo tan cotidiano y vital. Las primeras fotografías eran muy similares a las pinturas: objetos centrados y estáticos, colocados con el fin de ser retratados. Incluso se le seguía dando importancia al significado de los elementos, al igual que en la pintura: los melocotones para la fertilidad, la manzana como el fruto prohibido, etc. “Las fotografías de comida -así como la comida en sí misma- puede inspirar profundas reflexiones acerca de temas como el consumo, las tradiciones, género, raza, riqueza, placer, repulsión y domesticidad” escribe Susan Bright en la introducción de su libro Feast for the eyes (2017). Susan Bright se remonta a los pioneros para llegar a artistas contemporáneos, como Irving Penn, Stephen Shore, Wolfgang Tillmans o Martin Parr, para los que la comida es objeto de reflexión y observación preferente. “Todos ellos me interesan por su capacidad para convertir la comida en símbolo de algo más del funcionamiento de las sociedades humanas, de los sueños y anhelos del individuo...” cuenta Susan Bright. El estilismo culinario se deja ver ya en las primeras instantáneas, por ejemplo William H. Fox Talbot, nos enseña en su fotografía “A fruit piece” que las frutas no están colocadas aleatoriamente. La fotografía gastronómica también se utilizó desde sus comienzos para ilustrar libros de recetas, los cuales eran destinados sobre todo a chefs y cocineros y no tanto, para un entorno doméstico. Más adelante, ya en el siglo XX, los recetarios comenzaron a entrar en los hogares y las fotografías se empeñaron en mostrar platos muy cuidados, hogares limpios y familias perfectas. Después, la fotografía gastronómica se vio inmersa en un mundo más publicitario, es decir, más luces y color. Nickolas Muray, destacó y fue un referente por sus fotografías saturadas y muy preparadas. Tras la popularización de varios libros y autores como Anton Bruehl o Victor Keppler, en la década de los 50, la fotografía gastronómica se hizo un negocio. La comida debía estar perfectamente colocada en estudios, bajo las luces correctas, con la vajilla y el mantel perfectos, antes de que el fotógrafo hiciese su trabajo. Entre la década

de los 60 y los 80, coincidiendo con el auge del arte conceptual, la fotografía en los libros gastronómicos dio un giro. Los elementos eran fotografiados solos, en repeticiones y de maneras más sencillas o incluso abstractas. Un ejemplo de ello es la obra “La soupe” de Daguerre de Marcel Broodthaers. También la obra de Irving Penn es clave en este periodo. La comida deja de ser solo comida, y pasa a tener un significado, convirtiéndose en un elemento identificativo de religión, cultura, clase social, raza, etc. En este sentido es ampliamente conocido el fotógrafo Martin Parr, que retrata la comida de una manera singular, casi bajo el lema “somos lo que comemos”. A partir de la década de los 90 hubo un auge de los cocineros celebrity, los programas de cocina en televisión y la cultura foodie, lo que hizo que los libros de gastronomía volvieran a su popularidad. La cocina francesa dejó de verse como la más perfecta, se empezaron a incorporar ingredientes diversos y empezó a ser una moda la “fusión”. Nombres como Jamie Oliver, Nigella Lawson, Mario Batali, Gordon Ramsay, se hicieron muy conocidos. Sus libros se llenaron de fotografías de comida real, tal cual querrías comerla, sin adornos excesivos. Todo esto coincide con la llegada de internet a nuestros hogares, con lo cual consultar recetas en un libro empezaba a ser un acto menos común. Sin embargo, la producción de revistas y libros gastronómicos se incrementó debido a que tuvieron que buscar un espacio para no desaparecer en la sombra de Internet, así que se convirtieron en objetos de arte y diseño, y dejaron atrás los manuales y recetarios. Las imágenes son bonitas, están cuidadas, son limpias, son las que quieres ver cuando hojeas un libro, son las que te conectan a una experiencia, a un “yo quiero comer así”, “yo quiero esa cocina”, “yo quiero esa vajilla”. También existen, al mismo tiempo, fotógrafos gastronómicos que se apropian de otras técnicas artísticas como el montaje, los collages, la pintura, como Laura Letinsky, Lorenzo Vitturi o Daniel Gordon. A comienzos del S. XX la presencia de la fotografía gastronómica ha aumentado cada vez más, debido a la popularización de la cámara fotográfica y, hoy en día, por el acceso a los smartphones. Hacer fotos de nuestra comida, se ha convertido en parte de la experiencia de comer.



Matt Armendariz

Hélène Dujardin

Es un diseñador gráfico/fotógrafo, especializado en la fotografía de alimentos. Actualmente reside en Los Angeles, California y entre sus clientes se encuentran: Bristol Farm, Coca Cola, Culture Magazine, Fiji Water, Food Network, Time Magazine, Food & Wine, Cooking Light, Quik Books, La Brea Bakery, entre otros. Durante 20 años trabajó como diseñador gráfico, director de arte y creativo, dentro de este mundo de especialidades donde comenzó, fue el proceso fotográfico lo que le emocionó y motivó lo suficiente como para cambiar su cubículo por una cámara.

Ex-chef de repostería, estilista de alimentos y bloguera. Es una de las personas más aclamadas en América por su excelente trabajo en el mundo de la gastronomía. Sus imágenes son la inspiración de muchos artistas que como ella, expresan a través de la cámara su amor por la cocina. Sus fotografías desvelan una gran pasión por el retrato de alimentos frescos y de temporada, la pastelería creativa y los viajes gastronómicos. Su blog, Tartelette, con siete años de vida, es todo un ejemplo para jóvenes estilistas y aficionados del sector; una página recomendada por la propia Marta Stewart.

Ahora, como fotógrafo, le encanta capturar el momento y la historia de la comida para una variedad de clientes editoriales y publicitarios, así como para varias publicaciones de libros de cocina. Matt Armendariz dice de sí mismo que está “obsesionado con la comida, las bebidas y todo lo demás”. “Nunca he conocido una pizza que no me guste”.

La luz, las sombras y el contraste son sus mayores fuentes de inspiración y, a menudo, pasa buena parte de sus días libres en su estudio tocando y aprovechando la luz, combinando la luz natural con las luces estroboscópicas. Le apasiona colaborar con un equipo para ayudar a crear una visión y una historia.

https://www.mattarmendariz.com/

https://www.helenedujardinphoto.com/

Rick Souders

Bill Brady

Es un graduado con honores del Art Center College of Design en Pasadena, California. La experiencia creativa y empresarial única de Rick le ha permitido trabajar en una empresa de bebidas de Fortune 250, luego en una de las agencias de publicidad más grandes de los EE. UU., hasta ser propietario de uno de los mejores estudios de alimentos y bebidas de EE. UU. Ha publicado fotos en 60 países. En el año 2003 entró en el Top 10 mejores fotógrafos de alimentos del mundo, en 2005, 2007 y 2010, fue nombrado el mejor fotógrafo de bebidas. Su pasión por la alimentación y la agricultura es profunda. Aprecia de dónde viene la comida y cree que eso ha jugado un papel importante en su amor por la fotografía de comida y bebida. Trabajar con luz, textura, color y forma le resulta increíble, sus imágenes se distinguen por su brillo y gran saturación del color. “El arte de ver es un viaje sin fin por la vida. Luego, agregue alimentos y bebidas a este fabuloso viaje y simplemente no podrá equivocarse...” “Así que pase para satisfacer su hambre creativa”. https://www.soudersstudios.com/

Creció en la cultura gastronómica italiana. Como muchas familias italoamericanas, la comida, en su casa, era una forma de vida. Cocinar estaba asociado con el orgullo y el honor. Su arte, según sus propias palabras, es la capacidad de traducir su amor por la comida y la alegría absoluta que esta le trae en sus fotos. “Mi trabajo es seducirlo, atraerlo y lograr que usted pida un deseo”. El trabajo de Brady es meticuloso en iluminación y composición. “La comida, como el cine, es transformadora. Los chefs fusionan sabor, esencia y aroma. Al igual que una receta, una fotografía fija requiere la combinación correcta de luz, composición y técnica. Comer o ver una imagen ofrece una experiencia sensual subjetiva”. “Capturo comida, sabor y forma”. http://studio212photo.com/



La fotografía gastronómica siempre me ha llamado la atención, ya que para mí es un tipo de fotografía esencial, forma parte de nuestro día a día, y es que ¿Quién no ha hecho alguna vez una foto del plato que se va a comer? Cada día estamos realizando diferentes composiciones gastronómicas que bajo un lente fotográfico resultan absolutamente fascinantes. Es un acto tan sencillo y cotidiano que a menudo puede pasar desapercibido, por esta razón quiero enseñar con este proyecto, la riqueza visual que se puede conseguir de “un simple plato de comida” que es como muchos lo suelen llamar. Desde pequeños nos han metido en la cabeza la frase “comer por los ojos” por eso es tan importante una buena imagen cuando de fotografía gastronómica se trata. En este proyecto quiero conseguir una fotografía cuidada, lo que es fundamental en el mundo de la gastronomía, ya que de esta manera se cautiva a las personas y se genera un interés por degustar lo que se ve. A través de un aspecto realista de los alimentos, conseguido con la iluminación, volumen, textura, sombras, colores y tonos, plasmaré una imagen natural que se asemeja al punto de vista del espectador y que hace al plato mucho más apetecible a la vista. Con este proyecto me he planteado proponer y promover de alguna manera un tipo de alimentación que rechaza el consumo de cualquier producto de origen animal, y que más que otro tipo de alimentación es una forma de vida. El Veganismo busca excluir todas las formas de explotación y crueldad a los animales destinados para alimentos, ropa o cualquier otro propósito, y así mismo promueve el desarrollo y uso de alternativas libres de animales. Así mismo, el Veganismo evita el uso de productos de origen animal basándose en que la captura o cría industrial de animales es perjudicial para el medio ambiente. Las dietas basadas en vegetales son más sostenibles que las dietas con base en productos animales, puesto que utilizan menos recursos naturales y provocan menor impacto en el medio ambiente. A nivel global, la ganadería es una de las principales causas de pérdida de biodiversidad, de emisión de gases de efecto invernadero y la principal fuente de contaminación del agua en los países desarrollados y en vías de desarrollo.​ Una dieta basada en grasa y proteína animal es perjudicial para la salud. Por lo que quiero proponer una dieta de base vegetal baja en grasas,

la cual previene y hasta puede llegar a revertir enfermedades, tales como la diabetes o el cáncer. He elegido para este proyecto un menú Vegano completo, con un entrante (Hummus de Remolacha), un primero (Ensalada de Quinoa), un segundo (Espaguetis integrales con crema de aguacate y pistachos) y un postre (Tarta de manzana Vegana), con la intención enseñar una alternativa fácil, saludable y atractiva de comer. Para la elección de estos platos he tenido en cuenta el potencial que me podían ofrecer sus ingredientes, en cuestión de colores, textura, vistosidad y frescura, así como también, en la facilidad y rapidez en su elaboración. Son cuatro platos básicos en el mundo de la alimentación vegana, que resultan muy atractivos y apetecibles en una fotografía, y como lo dice el título de mi proyecto “somos lo que comemos” para las personas veganas es muy importante su alimentación, no solo por el hecho de que sea más saludable, sino por el trasfondo y el significado que tiene el no consumir productos derivados de animales como su filosofía de vida, así que definitivamente “somos lo que comemos”. Me he inspirado en la fotografía de cuatro fotógrafos de comida: Matt Armendariz, Rick Souders, Hélène Dujardin y Bill Brady, quienes expresan en sus fotos el amor y la pasión que sienten por el mundo de la gastronomía y la alimentación, en sus fotos a menudo muestran una gran relación con los productos frescos y de temporada, se preocupan por el origen de los alimentos que usan, resaltan la textura, color y forma de estos, a través de una fotografía perfectamente iluminada, con una apariencia muy natural, que lo que quiere es hacer sentir cercano al espectador. En mis fotografías quiero expresar esa naturalidad que tienen estos fotógrafos, consiguiendo mediante la composición y el juego de elementos escenas que resulten cotidianas, que acerquen al espectador a cada uno de los platos, y así lograr la persuasión que quiero para generar interés por este tipo de alimentación saludable y responsable con el medio ambiente. Quiero que mi proyecto sea una mini guía de como empezar en el mundo de la alimentación vegana, ofreciendo platos muy fáciles y rápidos de preparar, en otras palabras, me gustaría enseñarle a las personas a través de mis fotos una manera diferente, sencilla y saludable de comer.


Me ha gustado muchísimo hacer este proyecto, ya que en la fotografía gastronómica se tiene una gran libertad a la hora de recrear lo que se va a fotografiar, tanto en su forma como en la disposición de los elementos que van a componer la imagen. Así mismo, se puede jugar con las texturas, los tonos, el volumen, y como no, con los espacios o escenografías. Me he divertido y he disfrutado de ir a elegir y comprar los productos necesarios para preparar los platos, de buscar elementos para cada escenografía y por supuesto, de cocinar y presentar cada plato, en este punto he podido jugar con los elementos y alimentos para crear composiciones atractivas. Una de las mayores dificultades al realizar este proyecto es que la comida es vulnerable al paso del tiempo, le afecta la temperatura ambiente e incluso la luz de los flashes, es por esto que hay que ser muy rápido a la hora de fotografiar un plato, cuanto más tiempo estén expuestos los alimentos tenderán a secarse, oxidarse, derretirse hasta perder su textura degradando su estado y frescura inicial. Para solucionar este problema, hay que tener bajo la manga una serie de trucos aplicados en la elaboración y presentación de los platos para que queden con el mejor aspecto posible en el momento de ser fotografiados, por ejemplo, se pueden alterar los tiempos de cocción, bracear los alimentos por zonas, añadir de una manera oculta elementos que den forma y volumen, tener a la mano productos para hidratar los alimentos y así dar la apariencia de frescura o jugosidad. Pero sin duda, la planificación, el orden y la rapidez han sido fundamentales a la hora de desarrollar este proyecto. También he aprendido que en la fotografía de alimentos hay que prestar mucha atención a cada mínimo detalle, hay que trabajar minuciosamente y estar dotado de mucha paciencia. Aunque al momento de fotografiar los platos tenemos que ser los más rápidos que podamos ser, también debemos ser conscientes de que no siempre se va a conseguir la fotografía que queremos a la primera, es por esto que antes mencionaba que había que tener mucha paciencia y poner suficiente atención a los detalles, ya que tendremos que ir cambiando la composición, moviendo elementos de un lado a otro, agregando, quitando y variando el plano de las tomas para conseguir la mejor manera de enseñar ese plato que tenemos en frente de nuestra cámara. Hay algunos alimentos y algunos platos que nos van a dar mucho

más margen de tiempo para hacer cambios, por ejemplo al hacer las fotografías de los ingredientes de cada plato, al estar los alimentos sin cocinar en este caso, he podido en algunos de los platos, jugar más con los elementos hasta conseguir la composición que me gustara más. Ha sido muy interesante poder tener la oportunidad de buscar y elegir los alimentos y elementos que se adaptarán mejor a la idea que tenía en mente para cada uno de los platos. Esto sin duda me ha ayudado mucho a la hora de que la composición y la imagen final resultarán como yo tenía pensado desde un principio. Porque aunque la imagen parezca muy natural, nada de lo que en ella sale ha sido por casualidad, cada elemento juega un papel en la imagen y ayuda a dar sentido a la composición, como bien lo he mencionado antes la planificación en este tipo de fotografía es primordial, aunque luego a la hora de fotografiar la comida tengamos que improvisar un poco y dejar volar la creatividad. También he descubierto en mí un gran potencial en el mundo de la gastronomía, aunque es algo complicado cocinar y a la misma vez estar preocupado de como vas a fotografiar ese plato, pienso que el hecho de yo mismo haber cocinado los platos me ha permitido darle mi toque personal a cada uno de estos, he podido hacer a mi manera cada receta y emplatarla para que me agradase a la hora de fotografiarla, entonces no me he limitado a fotografiar el arte gastronómico de otra persona, sino que he plasmado algo que yo mismo he creado. Para concluir he de decir que me siento bastante satisfecho con el resultado de este proyecto, puesto que no solo he hecho lo que me apetecía hacer, que es fotografía de producto/gastronómica, sino que he podido promover un tipo de alimentación que es más beneficiosa tanto para el ser humano como para nuestro medio ambiente. Me he quedado verdaderamente fascinado con las posibilidades creativas que hay en la fotografía gastronómica, así como de las texturas, los detalles, las figuras geométricas, los colores, las tonalidades, las sombras, etc. He aprendido muchas cosas que me servirán para mi desarrollo y consolidación como profesional, pues me gustaría dedicarme al mundo de la fotografía de producto/gastronómica publicitaria, ese siempre ha sido mi objetivo y ahora mismo lo tengo aún más claro.


El proceso para realizar cada una de las fotografías que enseño en este proyecto ha sido muy gratificante, en algunos momentos fue más difícil y a lo mejor no surgió tan rápido como esperaba, pero al final con paciencia y varias cientas de tomas pude llegar al resultado que quería. Para empezar hice las fotografías del Hummus de Remolacha, buscando un enfoque muy natural y rústico. Probé diferentes tipos de plano, el cenital no me ayudaba a transmitir la idea que tenía en mente, así que finalmente me decidí por un plano de 45 grados, el punto de vista del comensal, ya que hace la imagen más tradicional, más realista y por lo tanto más cercana. Mi intención con este plato era hacer sentir al espectador parte de la foto, que crea que está viendo un plato que ha hecho el mismo y que lo tiene en la mesa de su comedor. Una vez encontré el plano adecuado y la luz más natural posible, me centré en jugar con los ingredientes para conseguir una composición más equilibrada y atractiva. Consiguiendo que la vista se centre en el objeto principal y con la ayuda de los demás elementos se haga un recorrido natural por toda la imagen. Me ayudé de elementos como la remolacha y las zanahorias para crear direccionalidad y finalmente busque otros puntos de atención con los demás ingredientes como el limón, los garbanzos o el aceite, sin llegar a hacerlos totalmente protagonistas en la imagen. Para terminar me acerqué mucho para reflejar la textura y los detalles del plato en sí mismo, es algo que siempre me gusta hacer cuando hago fotografía de alimentos, aislar por un instante al protagonista para apreciarlo más detalladamente. Después hice las fotografías del plato de Espaguetis, y también les di un enfoque muy natural, pero en este caso jugué más con la composición geométrica, me interesaba darle la apariencia de un cuadro abstracto. Elegí un plano cenital, ya que se aprecian más las formas geométricas y le da mayor nitidez a todos los elementos de la composición gracias a la alta profundidad de campo que ofrece este tipo de plano. Lo tenía claro desde el principio, así que no probé mucho más con otros tipos de plano. Luego hice un par de pruebas de iluminación y la cambié varias veces hasta encontrar la que me generaba las sombras justas y perfectas que necesitaba en la imagen. Una vez elegidos el plano e iluminación hice varias pruebas de plano en el emplatado, pero al final decidí seguir con el cenital que ya

había usado en la fotografía de los ingredientes, ya que la naturalidad y la cercanía me lo estaban dando elementos de la foto (los cubiertos usados, servir la pasta en la misma sartén), entonces me convenía conservar el plano y así seguir destacando las formas. En estas fotos prácticamente todos los elementos están nítidos, así que todos tienen gran importancia en la composición a la hora de equilibrarla o no, pero aun así hay elementos que crean grandes puntos de atención como la sartén o los aguacates, y otros que dan direccionalidad como los cubiertos o el chile. Finalmente me acerqué un poco más, como lo suelo hacer siempre, para destacar aún más la textura de los espaguetis. Las siguientes son las fotos de la ensalada de Quinoa, que han sido quizás las que menos me han costado de hacer. Tenía ya el enfoque definido y el tipo de plano también. Quería al igual que la sesión anterior, que fuese natural, pero que a su vez la foto pudiese parecer un cuadro abstracto. Así que jugué con los elementos y creé una composición de círculos que se rompe con algunos elementos como las hojas de las zanahorias o la cucharita, y que a su vez le aportan direccionalidad a la imagen, lo que hace que vayamos de un círculo a otro. En la siguiente toma del plato ya preparado, quise poner un punto de vista de un comensal dispuesto a empezar a comer, pero visto desde un plano cenital, para seguir destacando las formas, se puede ver el plato centrado, lo cual genera un gran punto de atención, y los demás elementos acompañan perfectamente al plato sin quitarle la atención principal. Finalmente para hacer la foto de detalle, agregué el elemento humano, que es una mano que pone el aceite en la ensalada, lo cual me ayuda a reforzar ese punto de vista cercano, que hace que el espectador se crea dentro de la escena. Por último, realicé las fotografías de la tarta de manzana, las cuales quería que tuviesen un enfoque natural y muy rústico. Utilicé nuevamente el mismo tipo de plano, y jugué con los elementos para crear la composición que quería. He creado puntos de atención por toda la imagen, y he puesto elementos como los cubiertos, la cuchara de palo o la canela que direccionan la vista a través de toda la foto. Finalmente me centro nuevamente en recrear un escenario de comensal, y genero puntos de atención, juego con la composición y por supuesto me acerco al detalle.






1. Disposición de materiales y escenarios. 2. Iluminar la escena. 3. Elección de la luz. 4. Elección del tipo de plano. 5. Juego de composición/ Elección de composición final.



1. Disposición de materiales y escenarios. 2. Iluminar la escena. 3. Elección de la luz. 4. Elección del tipo de plano. 5. Juego de composición/ Elección de composición final.



























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