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Editorial
by MOVICARGA
Macarena García Oliver. Directora Movicarga. macarenagarcia@movicarga.com
La importancia de un buen jefe
No cabe duda de que un buen jefe hace la diferencia en la empresa, para bien o para mal. Y jefe me refiero desde el jefe de taller, a director de zona o al director supremo. A ese que tiene personas a su cargo y una responsabilidad que asumir.
Cómo se comporte esa persona, y cuál sea su actitud, se reflejará en los resultados de las personas que estén a su cargo.
Si las personas tienen como ejemplo a una persona honrada, trabajadora, con valores de verdad, inquieta, con ideas innovadoras, competitiva, ambiciosa para superarse a sí mismo y superar los baches, una persona que respete a los demás y que sepa transmitir confianza, sus trabajadores tendrán la seguridad de que su barco difícilmente se hundirá independientemente de la tormenta que venga. La clave está en la confianza, en saber que depositas tu futuro como trabajador en una persona que cumple su palabra y no vende la piel del oso antes de haberlo cazado.
Veo a trabajadores que despotrican de sus jefes, que no les respetan porque han perdido su confianza, y que trabajan sabiendo que su pie está aquí, pero que lo más probable es que ese pie se apoye donde está, para coger impulso para irse a otro sitio.
Sería muy fácil echarle la culpa a los trabajadores siempre, y decir que son ellos que no rinden lo suficiente. No. Hay que parar de vez en cuando a hacer un análisis sincero de cómo estás llevando a cabo tu trabajo. En las empresas grandes lo hacen, valoran el desempeño de los cargos intermedios y altos cargos. En la empresa pequeña no se hace. Pero ahí entra la humildad de cada uno para saber si su trabajo y su carrera profesional va o no por buen camino. Saber si las personas que están por debajo tuya están trabajando a gusto, si se puede mejorar y si tú puedes hacer algo para mejorar, es clave para que la empresa siga avanzando.
Así debería ser en política. Vienen tiempos no sabemos si movidos o agitados, como el Martini de James Bond, y tenemos el Gobierno más caro de la democracia en España, superando a Zapatero. Este Gobierno nos cuesta a todos los españoles una barbaridad de dinero. En el año 2021, el Gobierno de Sánchez nos costó 470 millones de euros al día. Es decir, 19 millones y medio por hora. ¿Perdoooona?
Con 22 Ministerios, con mas cargos y ministros que todos los ejecutivos de Europa, teniendo en cuenta sus presupuestos, gastos de personal y todo lo que arrastra toda la estructura del Gobierno, me permitís que lo repita porque no salgo de mi asombro: 470 millones al día. Dos veces más que con Zapatero. Son derrochadores profesionales, con 800 asesores para un Presidente que clama al viento su preocupación por el medioambiente y por ello se quita la corbata. Eso sí, llega el verano y se suelta la melena, toda la familia en Falcon de vacas. Que para lo que le queda en el convento…
Este Gobierno no tiene una relación normal con la verdad. Tienen una tendencia a la propaganda y al triunfalismo que roza el surrealismo. Su palabra está desacreditada y devaluada. Deben pensar que los españoles somos retrasados mentales.
¿Y vienen a decir que las familias se ajusten el cinturón? Con una inflación por las nubes y con la situación actual, gastar 20 millones a la hora para mantener a estos inhábiles me parece cuanto menos una broma.
A ver si en las próximas elecciones hacemos un examen de conciencia y somos objetivos o por lo menos se abstienen los que se proclaman socialistas, porque por culpa de esa gente, tenemos a los mandos a gente incompetente que lo único que sabe es gastar pero no producir, que es lo fácil.
Es como si un empresario de nuestro sector acumulase deuda y más deuda, contratase a personal innecesario, contratase asesores para que le bailasen el agua, y no produjese lo suficiente. Esa empresa estaría destinada al cierre tarde o temprano.
Pase lo que pase, nuestro sector podrá con ello, porque la mayoría de empresarios tienen la cabeza bien amueblada y saben que teclas tocar. Pero tener en cuenta una cosa.
Ganar contratos, no siempre significar ganar. Los precios siguen estando bajos. Puedes trabajar mucho, pero si lo haces con precios con los que no cubres gastos, eres un Sánchez de la vida. No te has enterado todavía que la empresa debe ser rentable, y sino, siempre puedes reinventarte, que está muy de moda ahora, y dedicarte a otra cosa. Porque aquí no venimos a jugar, aquí venimos a ganar.