FEMZINE
#1
Ilustración por: Malena Guerrero
Ven, acércate: Abrimos las letras para dejar salir a la bestia, en un ritual que nos permite ser libres, a través de la palabra y la ilustración. Recibe lectora estas danzas entintadas de poder, pero sobre todo corazón, de mujeres creadoras, quienes ponen ante ti su luz para dar un poco de su ser. Movimiento Malinche les da la bienvenida a su 1era Femzine, hecho de mujeres, para mujeres, por ello recibe estos textos e imágenes que ponemos ante ti con todo nuestro amor. Pasa, ya te estábamos esperando…
Yo decido quien habita en mi cuerpo y quién no. Soy capaz de crear pensamientos, domar amores y germinar semillas o no hacerlo si no quiero. Con mi cuerpo y mi mente hago lo que me venga en gana, no soy sumisa, ni callada, ni devota, soy mujer y eso es lo que importa.
Movimiento Malinche
Y usted me verá caminar por ahí muy sonriente y soberbia como si no pasara nada, pero por dentro vive mi alma en lucha porque defiende la voz de muchas. Por dentro y por fuera soy fuerza, tormenta y pólvora, abro la boca, levanto el puño y no parpadeo. Podrá llamarme loca y hasta radical, pero avanzo por todas sin titubear.
Ilustración por: Mónica Pérez
Soy tu y soy otras. Usted me verá por ahí caminado a veces tan tranquila y compasiva, pero soy huracán, soy movimiento, soy Malinche. Bree Soto
Ilustración por: Arsenia Calvillo
A veces se sangra A veces se mueren las plantitas en eternos ciclos noche y día que dan vueltas dolor y muerte vida en sangre fruto de vientre Jugo-pigmento. A veces con él pinto mi casa de recuerdos y locuras fantasmas de dolores varios de cansancio que llora por mis piernas. Rojo fértil de mis labios, mis adentros. Mujer agotada de la espalda en labor de parto de nacimiento tenue de calma.
Ilustración por: Neus Mahiques
A veces las flores sangran y no es sangre mala es cuerpo, es hembra porque la mujer es vida que mancha donde siembra. Elena Vega
Antes y después, la vida de una mujer que decidió su destino Ella era joven, quizás una adolescente aún, sin embargo, decidió cambiar el rumbo de su vida, la de su madre y la de un pueblo. Tal vez ella no se dio cuenta de la diferencia que marcaría con un acto suyo. Lo cierto era que ella aún no estaba preparada para casarse a sus escasos años, no estaba dispuesta a compartir la vida con alguien que no amaba y alguien que no conocía, no estaba dispuesta atar sus adolescencias o su juventud a un hombre que tal vez era de su edad pero que no la amaba. Ella simplemente no estaba dispuesta a ceder su libertad a las tradiciones de su pueblo ni a las obligaciones que su madre la ataba, ¿por qué? Porque así ha sido desde hace muchos años. Ella nació con alma salvaje, esa que sabía que la jaula pintada de rosa no era lo suyo, es más bien una mujer que sabía, sabe y sabrá defenderse porque es con el instinto que nació. Su primera gran aventura fue escaparse por una venta para irse con unas monjas y así huir de un matrimonio pactado por mayores. Su viaje fue de un pueblo cerca de la costa de Oaxaca al Estado de Querétaro, este acto era la revolución para las futuras generaciones de mujeres de su familia e incluso a las mujeres del pueblo, dio valor a muchas para decir no.
Ilustración por: Lucía Bueno
Esta mujer de quien hablo es mi madre, mi gran heroína, tal vez ni siquiera sabe el impacto que esta anécdota ha causado en mí, tal vez ni sepa que es mi inspiración a seguir luchando día a día, pero lo hago y por eso esta página y con unas breves palabras escribo de ella y sobre ella.
Judith González
Ciertos vicios Mi nombre es Minerva y soy alcohólica. Los extrañaba compañeros, me cae de a madres que sí. Hoy me dieron de alta y me dije, Minerva deja de hacerte pendeja, vuelve al grupo, sola no vas a poder. Aquel cabrón me engañó otra vez. Ya lo veía venir, pero algo dentro de mí quería guardar esperanza de que no fuera así. Me decía, no Minerva, no te mal viajes, él no lo volverá a hacer, él sabe todo lo que has avanzado, él vio como casi te mueres la vez pasada que supiste de la mujer aquella. ¿Se acuerdan compañeros? ¿Se acuerda padrino como llegué al grupo? Pesaba casi cuarenta kilos porque duré mes y medio perdida en el alcohol, todo por tener más mierda para anestesiar el dolor. Y aquí me fueron sacando, aquí fui poco a poco saliendo adelante. Yo ya estaba del otro lado, ya me iba sintiendo bien. Pero eso él no lo soportó. Necesita verme tirada en el fango porque así me quiere tener, en el piso. Solo bastó que me viera de pie, fuerte otra vez para que llegara con su cara de perro a decirme que me amaba. Y yo padrino, le creí. ¿Por qué soy tan estúpida?, ¿Por qué estoy tan necesitada de que ese infeliz me ame? Le volví a creer padrino, eso es lo que no me perdono, eso es lo que me desmadra el corazón. ¿Para qué todo el teatro de jurarme que estaba arrepentido? Si no más volvió a la casa y se empezó a endiablar porque venía. A decirme que por qué mejor este tiempo no se lo dedicaba a él, a estar juntos. Ya sentía el remordimiento de dejarlo y terminé como todas haciéndole caso. Ahí estoy, dedicada a él en cuerpo y alma, trabajando como bruta para apoyarlo, para salir juntos a la vida. Y hace unas semanas compañeros, comencé a sentir otra vez el miedo, esa zozobra cada que le sonaba el celular. ¡Otra vez el aparato pegado a él hasta para ir al baño carajo! Otra vez las salidas sin explicación, otra vez la distancia. Ya intuía yo madrina, pero me negaba a creerlo. Hasta que lo enfrenté hace días que lo vi salir todo perfumado. ¿A dónde vas cabrón? ¿Es la misma de siempre o es una nueva? Me aventó padrino, me aventó allá contra la tele que tantos meses estuvimos pagando, por allá fui a dar, ni se inmutó, ni hizo por ver si me había lastimado. No llegó a dormir. Yo como loca, como ánima en pena toda la noche dando vueltas y vueltas, se me hicieron eternas las horas y nada. Como a las cuatro madrina, me salí, yo sabía dónde vivía la mujer aquella, no más al dar la vuelta y ver afuera la moto de este perro, sentí que el diablo se me metía, no me acuerdo que pensé, no me acuerdo que dije, solo me acuerdo de mi rompiendo a pedradas todos los cristales de la casa, y a este infeliz saliendo en calzones y agarrándome a los golpes. Solo sentía las patadas ya tirada en el suelo pero ni me dolían, ni me dolían porque era más el dolor y más la rabia que sentía por el engaño, por la mentira, por haber creído en él otra vez, por haber sido tan estúpida.
Ya no me acuerdo que pasó madrina. Desperté en el hospital civil. Tres costillas rotas y casi me saca un ojo. Pero nada me dolió. Yo ya estoy muerta en vida. Mi madre fue una vez a verme, me dijo que no podía ir más porque mis hermanos le dejan de dar dinero si saben que me ayuda. Es que no me perdonan que volviera con él. Hacen bien padrino, me merecía los golpes por no tener dignidad. Hoy salí del hospital, me vine directo por que todo esto ya no se trata ni siquiera del alcohol. Me cae de a madre que en todo este tiempo no lo necesité. Por eso pedí tribuna porque yo sé que a la hora que vengo, hablo, dejo salir todo y comienzo a entender. Solo cambié de vicio, dejé el alcohol para enviciarme con este perro. Pero así como dejé lo otro compañeros, me voy a agarrar también de esto para salir. Y así sé que me va a llegar la ansiedad por saber del él, la necesidad de verlo, de que me busque a pesar de ser peor de nocivo que los tragos, de tirarme mucho más al suelo que de lo que lo hizo la maldita bebida. Así andaré como loca mañana llorándole, extrañándolo como la enferma que soy. Querré agarrar el teléfono, marcarle para preguntarle que hice tan mal, en que es mejor que yo aquella vieja, pero en lugar de hacerlo vendré aquí o le marcaré a usted padrino, aún que me escuche aullar, bramar de dolor. Sé que pasará compañeros, sé que la tristeza, el dolor ese sordo se tienen que ir disminuyendo hasta que vuelva a estar bien. Hoy me dije, ve al grupo Minerva, ya conoces el camino. Esta vez ni siquiera se trata del alcohol compañeros, se trata del maldito vicio de un mal amor. Carmiña Mejía
Ilustración por: PanchaLuz Osorio
Me duele Me duele cuando mamá cree que la vida así tuvo que ser, me duele mirarla esperar, me duele que la olviden, me duele que piense que las cosas se ganan, que para las dolencias se surten recetas, me duele que pague por su paz, me duele que no haya flores, me duele que no las busqué, me duele que duerma al lado de un hombre que no sueña con ella. Me duele que eso también lo llevo yo. Mariana Acosta
Asumisión Desenredo el camino trazado los nudos de la obediencia la caricia premeditada. Hago hilacha los ancestrales contratos la social risa. ¿a quién cuido cuando cumplo? Ensortijada en compromisos dejo mi sí en el cajón voy y exploro destiempada. Desato mi sumisión en el planeta de las corbatas descalzo los zancos de mi andar tan adaptada. Denise Sánchez Ippi Neuquén
Ilustración por: Carolina Zomosa
No soy feminista ¡Feminista! ¡Machorra Feminista! ¡Pinche feminista! Muchas veces escuché o leí esas frases y siempre las desestimé, porque yo no soy feminista… Soy mujer sí, pero no soy feminista porque no quiero ser hombre. Aunque por dentro sé que soy más atlética que muchos hombres que conozco. Soy mujer sí, pero no soy feminista porque yo no odio a los hombres. Aunque siempre he odiado cómo la sociedad los venera desde antes que nazcan, ya que todo padre quiere un hijo al cual decirle junior. Soy mujer sí, pero no soy feminista porque no me parece ofensivo que un hombre te chifle en la calle. Aunque todavía me da asco recordar las muchas ocasiones en que no solo me chiflaron sino también me tocaron el culo… Soy mujer sí, pero no soy feminista porque creo que los chistes de mujeres son parte de la cultura mexicana... Aunque muchas veces llegué a mi casa a llorar después de escuchar cómo me gritaban en la calle: ¡Pinche gorda! O algún chiste relacionado con mi sobrepeso. Soy mujer sí, pero no soy fem….femi… ¡Pero no soy un pedazo de carne!, no soy solo una gorda, no soy inútil en mi trabajo aunque sea un campo dominado por hombres, no soy torpe en los deportes, de hecho te puedo patear el trasero y con la mano izquierda, no soy insensible por no querer hijos o pensar que si me embarazo tengo la opción de abortar…
Ilustración por: Arte Mapache
Soy mujer, pero creo que si no soy feminista debo empezar a serlo, porque estoy harta de vivir a expensas de lo que la sociedad espera de mí, UNA MUJER, que solo desea ser suya y de nadie más, deseo ser mía y no de la puta sociedad que me susurra cada mañana que no soy suficiente, que no soy hombre… ¡Al carajo con eso! No deseo ser hombre, solo quiero ser una mujer libre de toda represión y disfrutar ser mujer con cada una de mis curvas, defectos, errores y vulnerabilidades. Sí soy mujer y soy feminista… Denisse Quiñones
La sangre que corre, como ama mata Me reflejo en tu espejo, en las olas, en el viento, el mar y las montañas. Me guío por mi yo primitivo, esa parte salvaje que el mundo me enseñó a callar, a frenar y privar. En las dunas, en las flores, en las aves, las felinas, las lobas, las mariposas y las arañas. Las que corren y las que danzan, las que vuelan y las que se arrastran. Que mi espíritu rebose y se agote, que no tenga más, que se apague. Nazco de entre las cenizas, me vuelvo polvo de estrellas, piel, humana, animal, planta, todo. Soy bruja, soy chamana, soy maga y revolución. Soy la resistencia, voz que canta, la puta que te levanta, soy la loba que aúlla y la gata que gime, soy la madre en parto, tu hermana gritando. Porque he visto como la sangre que corre, como ama y mata. La fuerza, impuesta a través de la violencia, mujer, sumisa, princesa, guapa. Cuando el amor te grita y te hiere, te sangra. Me juzgas por mis manchas en la entre pierna, pero no por las de mi cara, esas que dejas con cada parranda. No olvido ni perdono cada herida que hoy y antes y más antes, a mi madre, mi abuela, mi hermana, nos ha causado este sistema patriarcal. Recuerdo claro tus manos tocándome advirtiendo que esto, esto que pasa es mi amuleto, mi cruz, mi pena, mi cuerpo sometido a tu placer. Hoy me paro, me lanzo, apuñalo y me arrebato, me rompo las vestiduras, poso desnuda, bailo, pedaleo, me baño y me seco con la toalla de la indiferencia y la injusticia, me sacudo las penas, las dejo lejos y emprendo el viaje. Un viaje en busca del auto-respeto, el auto-cuidado, con la voz de adentro rebosando, sin miedo. Grito y exijo justicia, un salario, un espacio, un amor libre y digno de impuestos y sistemas opresores, un amor anticapitalista que me quiera tal cual soy transmutable y naciente. Itzel C.P.
Ilustración por: Alicia Guerrero
Ilustración por: Perla Ram
Ilustración por: Lizzmaría Jaramillo
Esquirla Llámame loca Llámame loca Que decidí estar borracha siempre Que la espontaneidad se apodere de mí No una irresponsable ansiedad Sino una deliciosa euforia Llámame loca Que mi voz se eleva Mientras mi cuerpo levita Ya no siento los pies como parte del cemento Llámame loca Que no haces más que halagarme Que mi risa poco cálida y sin melodía Es mi venganza, mi escudo, mi ser Llámame loca Y prometo amarte Encontrarte y apreciarte en tu espontaneidad Ingenua, auténtica y valiente ¡Llámame loca! Eterna e intensamente loca Valeria Núñez Morales
Los poros se esfuerzan por bloquear la vorágine, el pecho se pone una coraza invisible y los ojos se congelan, se paran. La violencia es un polvo molesto que se cuela de improviso por las ventanas de nuestra existencia. ¿Cómo sentimos los huesos en la humedad de nuestra sangre? ¿Cómo puedo gritar este dolor de mi estómago, mis pies, mi pecho? ¿Cómo, ante el terror de tu palabra, tu voz, tu puño, puedo brillar? Se cuela la confusión hasta las hondas comisuras del vaso con cerveza en la barra, en ese espacio de dolor el corazón se teje una cobija, para protegerse de esa fría vena. La esquirla la convirtió a ella en crisálida y poco a poco se fabrica sus alas de mariposa pues la danza del viento es más fuerte que el poder de un tipejo que se cree dios. Paola Tásai
Historias Historias de duelo que son contadas de angustia que se comparten de indignación que se tragan adornadas a veces con falsa preocupación para evitar un dolor más profundo. La impotencia sigue creciendo, aprendí a tragarla desde niña, pero nunca a digerirla sigue creciendo en mi, a veces se camuflajea, en miedo, en indiferencia, en superioridad hasta llegar al odio. Cada acoso, cada mirada lasciva cada descalificación por ser mujer debería expulsarse en cada menstruación, con el óvulo infecundo debería despedazarse toda la impotencia pero no, sigue creciendo, sigue llenando mi cuerpo hasta ahogarme quiero apagarla, quiero eliminarle de todas las almas, erradicarla de donde sea que los espacios vacíos le den cabida De mi madre, de mi padre, de mis compañeras de vida, de la puta vida y muerte. Soy mujer, pero no tu mujer Soy mujer, pero no de alguien, ni para ti ni por ti. Soy, a pesar de ti y tu hueca descalificación. Rubí Xie
Ilustración por: Daniela González
Ilustración por: Daniela Ladancé
Menstruación Menstruar es el silencio en cuclillas sobre lo blanco del váter es tener sangre pero no tener heridas es aquella chica de cuarto c dirigiéndose a las demás como una señora de ochenta años. Menstruación es cuarenta y cinco milímetros de vida contenidos en una toallita higiénica es callar secar doblar tirar y esconder el delito es la forma de exultar el odio. Menstruación es un milagro muerto que yace en las bragas. Andrea Abreu López
Ilustración por: Lorena Arévalo
Volcánica Traumas, llantos y pastillas para dormir. Sí, esa eres tú, pequeña fiera silenciada, encarecidamente exhausta, una sin palabras. Costillas de cartón, corazón roto, sueña tu alma. Mar de dudas, nariz rota, negra casi oscura; grisácea. Paria aterciopelada, leona asustada. Viento y marea entre sábanas, dulce enjambre de miel insana. Mano ensangrentada, bruja de las montañas. ¡Empodérate mujer! Lucha sin cesar, que no te pase nada. Bienquerida en el mundo de las que se rebelan, somos nietas de las brujas que no pudieron quemar. Hambrientas de poder, sedientas de palabra. Necio aquel que no se aparte. Reina de las cavernas, guerrera silenciada, grítale al mundo que estás viva y que te amas. Rostro de cerámica, manos de papel, chica de lana, botones de agua. No me rendiré jamás, tatuado en tu espalda. Peligro sistemático, combatiente siempre. Destruye y huye, no mires atrás, se acabó el llorar querida hermana. Fiona Gallofré
¡Que se extingan! ¡Eso buscamos! ¡Que se extingan los machos, que se extingan! Esta tierra necesita humanos... Que te sigan doliendo los huevos, cada que hablo claro, cada que te acomodo el saco, cada que no puedes callarme, cada que atento contra tu hombría. Machito, te dijeron que no podías llorar pero mira que bien lloriqueas sin parpadear. ¡Que te sigan doliendo los huevos porque no voy a dejar de gritar! Hasta que te extingas... Zamudito Loko
No lo podríamos haber hecho sin ti: Por ser el fruto y la conjunción, por darle play a ese correo, GRACIAS queridas colaboradoras, nos sentimos enteramente respaldadas por esas voces suyas que nos confirman la necesidad de más espacios para compartirnos, luchar y sanar juntas.
Movimiento Malinche
Un fanzine de Movimiento Malinche Selección de textos: Zamudito Loko · Itzel C.P. Selección de ilustraciones y diseño editorial: Perla Ramírez
Ilustración por: Nany Guerrero
Ilustración de portada por: Paola Mendoza
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