El arte de sobrevivir

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CUB El arte de sobrevivir 2_Maquetación 1 23/03/11 09:31 Página 1

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ÚLTIMOS TÍTULOS

64. Montañas de papel, anTxon iTUrriza 65. Prisionero del annapurna, Jean C. lafaille y B. HeiMerMann

66. Huida de las cimas, MarC BaTard 67. el monstruo de artouste, alBerTo MarTínez eMBid

68. Cita con la cumbre, JUanJo San SeBaSTián 69. grandes engaños de la exploración,

E L

A R T E

D E

SOBREVIVIR es una relación de historias cortas de ficción basadas en algún hecho real, siempre dentro del marco de la vivencia y la supervivencia en montaña.

daVid roBerTS

70. la araña Blanca, HeinriCH Harrer 71. Mi vida al límite, reinHold MeSSner 72. el precio de ser pájaro, riCardo MarTínez llorCa

73. Un verano loco en Chamonix, zBigniew TUMidaJewiCz

74. escalad, escalad, malditos, álVaro oSéS arBizU

75. andando la vida, PaTi BlaSCo 76. Quién vive, quién muere y por qué, laUrenCe gonzaleS

Historias sin rodeos, que van directas al corazón. Supervivencia de montañeros, de pueblos, de naturaleza amenazada… sobrevivir a los demás e incluso a uno mismo. dentro de un universo místico y lleno de fantasía, los personajes de los relatos viven íntimamente la montaña y conciben el alpinismo como una filosofía, una manera de entender la vida. Todo rodeado de una prosa impecable, repleta de literatura y humor. el lector de este libro puede jugar a adivinar lo que es imaginación y lo que es real, pero teniendo en cuenta que muchas veces la realidad supera la ficción.

77. doctor vertical, eMManUel CaUCHy 78. la montaña desnuda, reinHold MeSSner

81. la viuda del eiger, VV.aa. 82. Mal de altura, Jon KraKaUer 83. en tierra de lobos, alBerTo MarTínez eMBid

84. om, la montaña roja, feliPe Colorado 85. Patagonia, Tierra de gigantes,

ISBN: 978-84-9829-214-5

CéSar Pérez de TUdela

86. annapurna, Primer ochomil, MaUriCe Herzog

87. Mi montaña, eider elizegi

9 788498 292145

T o n i

P a r a d e l l

79. el séptimo sentido, KUrT dieMBerger 80. la montaña caníbal, fernando aloMar

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A R T E

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SOBREVIVIR Relatos entre la vida y la muerte Toni Paradell

SOBREVIVIR

rodrigo MUñoz alVia

EL ARTE DE

63. alfonso Vizán, un pirata en la montaña,

Relatos entre la vida y la muerte

de eSTa ColeCCiÓn

Toni Paradell Llaudet nació en Barcelona en 1965, y a los nueve años sube su primera “gran” montaña: una sencilla cima de la sierra del Cadí. Su afición al alpinismo y a recorrer países exóticos, le lleva a pisar desiertos, selvas y macizos de Kenia, Tanzania, Marruecos, Jordania, Túnez, Uzbekistán, Kirgyzstán, Siria, Venezuela, islandia, alpes, nepal, Pakistán, China… llegando a los siete mil metros en el Muztagata con esquís. Siente la misma pasión también por las montañas cercanas, lo que le mueve a regresar una y otra vez a su estimado Pirineo. Su interés por el budismo y en especial la cultura tibetana, le hizo recorrer el Tíbet en todoterreno. Ha escrito algunos artículos en revistas y este es su primer libro.


En cumplimiento de los derechos de autor y edición de esta obra, no se muestra la totalidad de la misma. Si te interesa alguno de nuestros servicios editoriales: > Corrección de textos > Diseño editorial > Tratamiento fotográfico > Maquetación > Arte final > Impresión Contáctanos en…


SOBREVIVIR E L

A R T E

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Relatos entre la vida y la muerte toni par a dell



PRÓLOGO

PRÓLOGO

Cada vez más, los medios de comunicación se hacen eco de los accidentes de montaña. A menudo la opinión pública reacciona con incomprensión y reproche cuando aparecen en los periódicos noticias de accidentes y muertes relacionadas con el alpinismo. ¡Están locos!, ¡así escarmentarán!, ¡quién les mandaba subirse allá arriba!... son los comentarios más frecuentes ante este tipo de noticias. Se ha hablado mucho del porqué el Hombre sube a las montañas. Del porqué se expone a perder la vida, y aguanta sufrimientos, y camina hasta caer extenuado una y otra vez. Nadie sabe dar una respuesta clara. Mallory dijo simplemente: «Voy al Everest porque está allí». En lugar de preguntarnos «¿por qué el Hombre lucha hasta la muerte por subir una montaña?», nos tendríamos que preguntar «¿por qué ese Hombre no se queda en la ciudad haciendo una vida convencional como la mayoría?, ¿por qué huye de una sociedad superficial que nos invita a consumir basura?, ¿qué puede ofrecerle

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EL ARTE DE SOBREVIVIR

esta vida de bienestar donde nos hacen creer que las comodidades lo son todo? Una civilización así no entiende la riqueza de las privaciones. Sólo se lucha por lo que produce beneficio material. Como bien dijo Lionel Terray, «la felicidad está en el deseo y no en la posesión». El Hombre encuentra en las montañas todo lo que no puede ofrecerle una vida sedentaria y llena de comodidades. Encuentra la manera de romper las cadenas que lo atan a una forma de vida que se nos quiere presentar como la única posible. Encuentra libertad. Las montañas son poesía, y subirlas se convierte en arte. A veces, en el arte de sobrevivir. Al andar, los pensamientos afloran al ritmo de los pasos, y a menudo en la cima se escapan unas lágrimas que son sentimientos en estado líquido. Las cimas están envueltas de emociones, y las páginas de este libro están llenas de estas emociones. El arte de sobrevivir es una relación de historias cortas de ficción basadas en algún hecho real, siempre dentro del marco de la vivencia y la supervivencia en montaña. Son historias sin preámbulos ni rodeos que van directas al corazón. Supervivencia de montañeros, de pueblos, de naturaleza amenazada... Sobrevivir a los demás e incluso a uno mismo. Supervivencia porque el alpinismo es el más duro de los deportes. Muchos pensarán que hay otros deportes igual o más exigentes que el alpinismo, como por ejemplo el ciclismo, el boxeo o las maratones, pero se olvidan de un detalle importante: mientras en todos estos deportes uno puede abandonar en cualquier momento, en el alpinismo no siempre se puede tirar la toalla cuando uno quiere. Incluso renunciando a la cima tienes que regresar 6


PRÓLOGO

por tus propios medios, nadie te llevará a un hotel para que te puedas duchar y descansar. En la montaña, cuando ya no puedes más y el rescate es imposible, tienes que seguir luchando para regresar, y esto es lo que diferencia el alpinismo de los demás deportes. Pero para los personajes de las historias de este libro la montaña no es sólo el escenario donde practicar deporte, sino un lugar casi místico, y el alpinismo, una filosofía, una manera de entender la vida. El lector de este libro puede jugar a adivinar lo que es imaginario y lo que es real, pero teniendo en cuenta que muchas veces la realidad supera la ficción.

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SEXTO SENTIDO A fin de percibir el infinito valor de todas las cosas, debemos prestar a la vida una atenciรณn plena y completa. Jack Kornfield.



SEXTO SENTIDO

Agarro ilusiones con las manos del pensamiento, y sigo escalando… Ilusionado pero atento. Contento pero sereno. Se trata de aquella serenidad responsable de cuando todo está en juego. Los movimientos, perfectamente calculados, se asemejan a los de un felino cuando éste se aproxima a su presa. De esta manera me lanzo sobre los agarres, cogiéndolos amorosamente, sin brusquedades, como si no quisiera despertar al gigante de piedra dormido que con su solidez no percibe las cosquillas de magnesio de mis movimientos. Los sentidos están alerta. La vista escudriña el proteiforme perfil de roca intentando desnudar una ruta lo más vertical posible. El oído está atento a la respiración y a cualquier ruido que provenga de las alturas, que se traduciría rápidamente en proyectiles disparados tal vez por el gigante de roca. El tacto, en plena orgía de contacto, es el encargado de descubrir formas y texturas que se escapan a la vista. 17


EL ARTE DE SOBREVIVIR

El olfato, oliendo el aire fresco de la montaña, se inunda también del inconfundible olor de las cuerdas de escalada y de la ineludible emanación de sudor. El gusto sólo interviene cuando, en un pequeño descanso, aprovecha para recordarme la poca originalidad de los alimentos que como. Pero estoy convencido de la existencia de un sexto sentido, y no me refiero al sentido del ridículo. Me refiero a esa intuición que nos sugiere lo que tenemos que hacer. Aquella voz interior que nos susurra al oído lo que más nos conviene. Una voz que no todo el mundo sabe escuchar. De la misma manera que hay personas con un refinado paladar o un excelente oído para distinguir instrumentos o captar débiles sonidos, también hay personas con un sexto sentido más desarrollado que otras. Igualmente, si un catador de vinos consigue entrenar y educar el sentido del gusto, tal vez se pueda desarrollar el sexto sentido. Las personas que ya hemos tenido experiencias con el sexto sentido tenemos más facilidad para entrenarlo. Yo, de pequeño, ya intuía cuando el profesor faltaría a clase, y me ahorraba hacer los deberes de ese día. También sabía que sería elegido para salir a la pizarra antes de que dijeran mi nombre. Pero todo esto son cosas banales, comparado con lo que pasaría después en mis ascensiones de montaña. En caso de duda siempre surge la voz interior que me dice el itinerario a seguir, o cuándo debo retirarme. Siempre la decisión es la acertada. El mejor itinerario es el elegido y cuando abandono la ascensión a pesar de hacer buen tiempo, la tormenta no tarda en estallar.

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SEXTO SENTIDO

Recuerdo que en una ocasión, sin saber por qué, me levanté de una piedra donde estaba sentado y comencé a caminar: breves momentos después, un alud barría el sitio donde había estado descansando. Ráfagas de piedras esquivadas justo a tiempo, y retiradas acertadas de la montaña, me confirman que el sexto sentido me ha salvado la vida en más de una ocasión. Sin darme cuenta, cada vez confío más mi suerte a la intuición. Tal vez sea peligroso pero nunca me ha fallado. O quizá todo se deba a la experiencia, que nos hace desconfiados, y por eso descubro los peligros mucho antes que un principiante. Un viejo proverbio tibetano dice que «un hombre mordido por una serpiente desconfía hasta de una cuerda». Pero me niego a creer que todo se deba a la experiencia. ¿Cómo se explicaría si no el presentir una tormenta cuando el cielo aún está sereno?, ¿o un alud de piedras momentos antes de que caiga? Es cierto que la voz interior acude más nítida y clara en los momentos difíciles, cuando la situación comporta un cierto peligro. Por el contrario, en situaciones cotidianas, si se manifiesta pasa más desapercibida. Es como si su misión fuera la de salvarnos de un peligro. No es un sentido que esté siempre funcionando como lo hacen los demás, sino que espera la señal de alarma para actuar. Convencido de que forzando situaciones límite entrenaré el sexto sentido, me someto a difíciles escaladas en solitario y en las condiciones más duras. Pero en esta escalada parece ser que el sexto sentido falla por primera vez. Ante el dilema de continuar escalando por la derecha o por la izquierda, una intuición me dice que siga por el itinerario más peligroso. Peligroso porque caen piedras con más frecuencia de la deseada. 19


EL ARTE DE SOBREVIVIR

Finalmente, una vez más decido obedecer a la voz interior aunque en un primer momento parezca una elección ilógica. Continúo escalando hasta que una piedra del tamaño de un bíceps branquial bien entrenado impacta en mi hombro y me provoca una brecha, cuyo tamaño sugiere abandonar la escalada. Totalmente convencido de que esta vez ha fallado la voz interior, empiezo a rapelar hasta una repisa donde se encuentra una cordada haciendo reunión. Tal vez si hubiera desobedecido la voz interior y seguido el otro itinerario, el resultado sería aún peor. Nunca lo sabré. A pesar de lo evidente de mi situación, incomprensiblemente siento otra vez la voz interior que me insta a continuar escalando. Algo me dice que debo seguir subiendo a pesar de mi estado. Esta vez no puedo hacerle caso. La herida sangra abundantemente y la suerte está de mi lado: los escaladores de la reunión tienen una emisora de radio y comunicarán con el helicóptero de rescate. Pocas veces se tiene tanta fortuna en una situación como la mía. Mientras espero impaciente la llegada del helicóptero, intento contener las gotas de sangre que caen al vacío como proyectiles, pero una fuerza interior sigue seduciéndome para continuar subiendo, para seguir la escalada. Estoy tentado de ponerme de pie y obedecer al sexto sentido como siempre he hecho, pero en ese instante aparece en el horizonte el helicóptero de rescate. Mientras me engancho al cable que hacen bajar hasta donde me encuentro, pienso en lo absurdo de mis pensamientos. He sufrido un accidente de montaña y no puedo quejarme de la rapidez del rescate.

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SEXTO SENTIDO

Cómodamente estirado en el interior del helicóptero, y mientras recibo los primeros auxilios, pienso en lo acertada de mi decisión. El sexto sentido no es infalible.

NOTA: A causa de un problema mecánico, el helicóptero de rescate se estrelló y murieron todos sus ocupantes. Descansen en paz.

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La difusión de esta obra tiene por objeto la muestra de diseños editoriales y de composición. Si te interesa alguno de nuestros servicios editoriales como: > Corrección de textos > Diseño editorial > Tratamiento fotográfico > Maquetación > Arte final > Impresión Contáctanos en…


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