Año 3 - Número 27
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SOMOS SOLIDARIOS
EDITORIAL
EL SENTIDO DE LA SOLIDARIDAD Todos tenemos en nuestras manos, y en nuestra decisión, el poder de transformar el mundo. Todos podemos dar mucho más de lo que creemos para hacer del gran hogar que compartimos, un lugar mejor. Puede sonar ingenuo, pero les aseguro que no lo es. Permitámonos soñar, soñar en grande. Y veremos que nuestra voluntad, sumada a la de otros que se unen en el camino, se convierte en una gran fuerza, arrolladoramente positiva. Es cierto que, en los tiempos que corren, todos llevamos una vida intensa, que a veces es abrumadora. Todos asumimos responsabilidades y obligaciones para con nosotros mismos y nuestras familias. Es cierto, también, que abundan (y sobran) las noticias que nos dejan sin aliento. Por eso mismo, es un muy buen ejercicio preguntarnos, seriamente, para qué estamos en este mundo. Soy socia de Hacoaj desde siempre. Aquí me crié, construí mi familia, disfruté y sigo disfrutando con mis hijos y mis nietos. En Hacoaj los veo crecer haciendo deportes, forjando grandes amistades y formando sus propias familias. Así transcurría mi vida,
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normalmente, hasta que me enfermé. Afortunadamente, logré curarme. Ese largo proceso de enfermedad y curación fue, claramente, la gran bisagra en mi vida. Por obligación tuve que dejar de lado casi todo, por mucho tiempo… Un tiempo que, entre otras cosas, sirvió para hacerme una pregunta muy simple y, a la vez, muy profunda: ¿Cuándo vas a hacer lo que realmente querés hacer? La respuesta fue muy clara y directa, también: era hora de devolverle a la sociedad, aunque sea en parte, algo de lo que me había dado. Allí se abrió un camino interno, una búsqueda profunda en la que aprendí muchas cosas: a permitirme equivocarme, a seguir esa sensación visceral e inexplicable de que -a pesar de la incertidumbre que a veces nos ataca- estaba en el camino correcto. Empecé a escuchar al que sufre, y me di cuenta de que en esa escucha está puesta toda su esperanza. Aprendí a ser fuerte para dar contención. Supe, por experiencia propia y con cientos de historia que lo avalan, que las redes de gente dispuesta a ayudar desinteresadamente son infinitas y muy sólidas. Entendí a que hay que estar atentos, ya que las buenas respuestas pueden llegar desde el lugar y en el momento menos esperados. En mi caso, la respuesta a esa pregunta ¿Cuándo vas a hacer lo que realmente querés hacer? adoptó la forma de sumarme a una organización totalmente voluntaria llamada Missing Children Argentina, en la que nos dedicamos, a buscar niños perdidos y reconectarlos con su identidad, su pertenencia y su historia. Pero -más allá de mi decisión en particular- lo importante que quiero transmitirles es que, en algún momento, todos nos detengamos a pensar seriamente por donde queremos que pase el eje de nuestra existencia, incluso sin la necesidad de llegar a situaciones límite. Porque, les aseguro que todos tenemos el poder de hacer algo realmente bueno por los demás y por la sociedad de la que formamos parte. Y cada logro, e incluso cada palabra de agradecimiento por seguir intentándolo, es una caricia al alma que nos da una energía infinita para continuar con más fuerza, con mayor convicción. Los invito, entonces, a mirarse al espejo con sinceridad, a descubrir todo lo que son capaces de dar y animarse a replantear el camino de sus vidas. A transformarse y transformar el mundo. A darle sentido profundo, pero al mismo tiempo concreto y real a esa palabra tan fuerte y bella que es Solidaridad. Lidia Grichener Socia N° 2655
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NUESTRA RESPONSABILIDAD SOCIAL COMUNITARIA Como Institución de la Comunidad Judía Argentina, Hacoaj se guía por el principio de Tzedaká, precepto fundamental para un mundo más justo, inclusivo y equitativo.
Esto se materializa en acciones formativas, educativas y solidarias para los socios, el espacio comunitario del que somos parte y el conjunto de la sociedad. En el campo de la Responsabilidad Social Comunitaria se plasman nuestros valores y cobra vida nuestra identidad. Hacoaj promueve: • Educación deportiva integral a través de los valores del trabajo en equipo; el respeto por las normas, rivales y autoridades; el esfuerzo permanente en pos de objetivos de superación personal y grupal; el cultivo de la salud física y mental y el cuidado de la naturaleza y sus recursos. • Educación de los jóvenes para el liderazgo. • Expresiones culturales y artísticas con mirada abierta y espíritu crítico constructivo. • Impulso al voluntariado, sostén de la actividad institucional y comunitaria. • Generación de recursos materiales y movilización de recursos humanos voluntarios en programas de gestión propia. • Alianzas estratégicas con organizaciones de la sociedad civil, en apoyo a sus iniciativas. • Vínculos de colaboración con instancias con las que compartimos afinidad territorial y de identidad: Tigre, Ciudad y Provincia de Buenos Aires. Educación Integral Deportiva Los valores educativos del deporte se ponen en juego con: • Más de 2.000 deportistas en 16 disciplinas en categorías formativas, primeras divisiones y veteranos. • Más de 500 niños en 10 Escuelas Deportivas. • Representación deportiva nacional, regional e internacional. • Más de 15 variantes en clases de gimnasia, para todas las edades. Promoción de Expresiones Culturales y Artísticas • Bailes tradicionales judíos, en diversos niveles y edades. • Talleres de desarrollo artístico en cine, teatro, música, artes plásticas y escénicas. 8
• Espacios de diálogo con los protagonistas de la cultura, el deporte, la economía y la política. Educación para el liderazgo • Escuela de Madrijim para jóvenes de entre 16 y 18 años en la que desarrollan habilidades, herramientas y competencias en educación no formal, con fuerte impronta deportiva. 42 promociones graduadas. Muchos de los egresados se destacaron en la educación, la investigación, la dirigencia comunitaria, las ciencias y los negocios. Programas de gestión propia • Voluntarios en Red Hacoaj: Área de Voluntariado para la ayuda social dentro y fuera de la comunidad. • Proyecto Magal: Inclusión de chicos con necesidades especiales en las actividades recreativas. Acciones Solidarias • Maratón Ciudad de Tigre: Construcción y equipamiento de la Escuela Nº 506 para Hipoacúsicos y Disminuidos Visuales del Tigre. • Deportes en acción: Campañas de equipos de Básquet, Hockey y Fútbol, entre otros, en las acciones solidarias de la Fundación Techo y distintas cooperadoras escolares. • Cena Solidaria de Pesaj. Alianzas estratégicas Trabajo conjunto con: Fundación Tzedaká, Cilsa, Akim, Escuela Hogar Don Orione, Rosas del Plata, Boca Social. Cesión de Instalaciones A escuelas de la comunidad judía, CABA y el Tigre, para sus proyectos educativos. • Escuela de Enseñanza Media N° 7, Luis Miguel Piedra Buena (Rincón de Milberg, Tigre). • Jardín de la Esquina (Tigre). • Escuela Normal N° 7 (Ciudad de Buenos Aires). • Liga LEB (programa deportivo de las escuelas comunitarias) con más de 2.000 chicos de 18 escuelas de Argentina y Uruguay.
amando mi bandera
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disfrutando del club
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VENDO LOTE 231 (CLUB DE CAMPO) LA MEJOR VISTa. INMEJORABLE. ACEPTO PERMUTA EN PARTE DE PAGO
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afilarent@gmail.com
SOY SOLIDARIO
SARITA GRIMBERG PALABRAS LLEVADAS A LA ACCIÓN Hace ya cerca de 40 años que con Harry decidimos que nuestros hijos ya estaban en la edad suficiente para comenzar una actividad deportiva. El Club Náutico Hacoaj fue el lugar elegido. Cada uno de ellos se decidió por un deporte y actividad preferidas: remo, tenis, rikudim, escuela de madrijim… Ahora, ya grande, Irene, Marcelo y Federico incorporaron el golf y sus hijos, mis nietos, siguen la misma ruta: Sebastián juega al tenis, Julieta es madrijá y Martín es un destacado remero. Hacoaj nos brindó y nos sigue brindando salud física y mental.
Pero lo que convoca esta nota es contarles mi vocación solidaria, una herencia de mi padre. Hace cinco años le propuse una idea a la Fundación Tzedaká: crear un grupo denominado C.A.S. Se refiere al Conocimiento que nos brindaron los intelectuales, a la Amistad que se genera entre los asistentes 20
alrededor de una mesa de té y a la Solidaridad que llegaría a través de los aportes de los concurrentes al grupo de tercera edad de la Fundación Tzedaká. Esta es una idea que prospera día a día. Comenzamos con diez personas, ahora ya somos unas ochenta y, seguramente, se seguirán sumando muchas más, ya que todos somos conscientes de la importancia de la solidaridad. Para ello se formó un eficiente equipo de colaboradores. Ser solidario es ser un agente transformador de la triste realidad por la que transita mucha gente. Ser humanitarios es lo que nos hace ser humanos. Ser solidarios no sólo monetariamente, sino brindando tiempo, oídos, voces y también con miradas y sonrisas. Una buena sociedad es aquella donde ser solidarios tiene sentido. Ernest Jung dice: “No hemos sabido reconciliar el Poder con la Solidaridad y acaso en esa impotencia está la raíz de nuestro padecimiento”. Maimónides nos brinda este pensamiento: “Todo hombre puede llegar a ser justo como Moisés o un malvado; sabio o torpe; mezquino o generoso; piadoso o cruel. Él sólo determina el camino a seguir”. En estos tiempos violentos de cambios por los que atravesamos, el hombre no podrá sobrevivir si no aprende a convivir. El legado judío nos habla de compasión y solidaridad, conceptos indispensables para la supervivencia. En la próxima actividad del C.A.S. contaremos con la presencia de la Dra. Mónica Katz, médica nutricionista. A lo largo de estos años han contribuido con sus conocimientos el escritor Federico Andahazi, Ana María Shúa, la Dra. Diana Cohen Agrest, Martha Wolff, Lea Kliksberg, Daniel Dujovney, el Dr. Luis Kancyper, Roberto Moldavsky, Andrés Ini y muchos más. También agradezco los aportes gastronómicos de Evelyn, Nora Douer y Patricia Alfie, que hacen tan gratos estos encuentros. A todas las personas que quieran apoyar esta obra solidaria, en beneficio de la gente mayor de la Fundación Tzedaká y asistir a estas reuniones, los invito a escribir a sarigrim@ gmail.com o sarigrim@fibertel.com.ar La única forma de ayudar a otros es con gestos de solidaridad. Y la forma de transmitirlo a nuestros hijos es con el ejemplo: es decir, la palabra llevada a la acción.
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TANIA LEIBOVICH CONCORDIA EN MI CORAZÓN El lugar donde uno se crió, donde dio sus primeros pasos y comenzó a conformar su identidad, está fuertemente ligado a nuestra memoria. De mil maneras, marca las experiencias que tendremos a lo largo de la vida. Este es el caso de Tania Leibovich, socia de Hacoaj nacida en Concordia, Entre Ríos, en el seno de una de las más antigua comunidades del país, fundada y sostenida por los gauchos judíos hace ya casi un siglo y medio. Como muchos jóvenes, en determinado momento de la vida, Tania se vino a Buenos Aires a estudiar. Esto, lejos de debilitar sus raíces, las fortaleció. Desde aquí, con más recursos, con una más amplia perspectiva del mundo y con la misma pasión que la movilizó desde siempre, dedica gran parte de sus energías y anhelos a mejorar y sostener al Centro Jaim Najman Bialik de Concordia. Y por extensión, a muchas otras organizaciones sociales -comunitarias y no comunitarias- de esta ciudad.
¿De dónde nace tu visión solidaria? Yo creo que viene de mis abuelos, fundadores de las primeras comunidades judías de la Argentina, en Entre Ríos: Pedernal, Villaguay, Villa Clara o Concordia, entre otras. Crecí, disfruté y viví junto a mi familia y amigos en el mismo Centro Bialik en el que mi papá jugó desde chico y en la misma escuela hebrea Eliezer Ben Iehuda donde años más tarde comparti42
mos morá con mi papá. En Concordia también está el shil, la Asociación Unión Israelita (AUI), de la que mi abuelo fue uno de los primeros socios y donde siempre bregaba para que hubiera minián en Shabat y las fiestas. Así fueron mis primeras vivencias con lo comunitario, viendo a mis padres trabajar incansablemente y colaborar en las actividades de la comunidad, junto a sus amigos, para sostenerla viva con mucho esfuerzo. Años más tarde, ya como morá de rikudim y madrijá, comencé a transmitir mis conocimientos y a ayudar a comunidades judías vecinas que no contaban con recursos, transmitiendo lo valioso de nuestra cultura y tradiciones. Cuando tenía sólo 17 años, con un hermoso grupo de alumnas organizamos el primer Festival de Rikudim para Adultos de todo el país, para principiantes e intermedios, el IAJAD. Mis alumnas confiaron en la idea y le pusimos el hombro para recibir 200 personas de todo el país por muchos años consecutivos... Era por esos tiempos mi manera de demostrar solidaridad. A los 18 años me vine sola a estudiar a Buenos Aires en búsqueda de mis sueños profesionales y personales. Me recibí de Licenciada en Comercio Internacional en la UADE y Agente de Transporte Aduanero con altos promedios en la Aduana.
A poco de terminar mis estudios, la vida me sorprendió con la hermosa familia que construimos día a día con Gabriel Fridman y nuestros tres hijos: Mikaela de 9 años, Benjamín de 8 y Leo de casi 6. ¿Qué es el Centro Bialik de Concordia? Bialik funciona para todo dentro de la comunidad: es escuela, lugar de reunión, salón donde se hacen los almuerzos comunitarios y donde se hacen las actividades para 70 chicos, cada fin de semana. ¿Cuál es el motor de tus sueños? Devolver a los demás un poco de todo lo que la vida me dio. Por eso estoy muy abocada a las necesidades de la AUI y del Centro Bialik de Concordia, para que los chicos de hoy, y los que vendrán, puedan disfrutar como yo lo hice de chica. Hoy van allí mis sobrinos y los hijos de mis amigos. La idea es continuar con la iniciativa de nuestros abuelos para que todos tengan un lugar donde ir y pertenecer. Las comunidades del interior no manejan los mismos recursos que las de Buenos Aires. Año a año muchos emigramos, pero los gastos siguen siendo los mismos. Las familias y dirigentes ad honorem, a quienes aplaudo, hacen muchísimo esfuerzo para sostenerlas. Por eso es fundamental la colaboración generosa de las comunidades e instituciones más grandes, entre las que destaco lo que realiza Hacoaj, a través de Voluntarios en Red. También nos dan una gran mano Lamrot Hakol y Tarbut (jardín y 5° grado) con material para la Escuela Hebrea y pintura, y Casa Grande. Es muy emocionante recibir donaciones de MUCHA gente que no nos conoce o no sabe nada del Bialik de Concordia ¿Qué lograron hacer en el Bialik gracias a estas colaboraciones? A nivel edilicio pudimos reconstruir a nuevo tres baños, que estaban clausurados. Se pintó todo el edificio (aulas, cocina, espacios comunes) y estamos reparando los techos... Nos falta armar todo el sector de la pileta y renovar mobiliario. ¿Qué es lo que más necesitan? Una sala de computación donde los chicos puedan aprender
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de forma divertida e interactuar con comunidades de todo el país. Ese es nuestro sueño inmediato. Los juegos de patio son los mismos de cuando yo era chica. Soñamos con juegos de patios nuevos para ellos, se lo merecen. Sería muy bueno contar con un equipo de música para bailar Rikudim, como lo siguen haciendo todas las edades. También necesitamos resolver el tema de la logística. Concordia queda a 400 km. de Buenos Aires, Tal vez si tuviera la manera, podría ayudar a más gente y que las cosas le lleguen más rápido. También colaboró en Concordia con otras instituciones no judías, que no cuentan con ayuda del Estado en ropa, materiales y todo lo que necesitan. Un Hogar para hombres en situación de calle, las villas de Camba Paso y La Bianca, un hogar de día para 80 chicos y el Hogar San Javier, con abuelas que cuidan chicos en edad escolar. ¿Qué valores transmitimos a nuestros hijos? Educamos a nuestros hijos con nuestras acciones, con nuestro hacer, con el ejemplo... Con recordar de donde uno viene y qué es lo importante y esencial de la vida para nosotros. Pero, por sobre todo, con los mismos valores que nos transmitieron nuestros padres y abuelos, basados en el esfuerzo, la perseverancia, la dedicación y el amor por los sueños y lo que uno hace. Ojalá ellos puedan continuar con lo mismo.
hacoaj es un sentimiento
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PADEL DEPORTE, DIVERSIÓN Y CAMARADERÍA Quien diga que el Padel es un deporte individual está equivocado. Dentro de la cancha, un jugador puede estar sólo o a lo sumo en parejas. Pero todos son parte de un equipo que los sostiene, los impulsa, los ayuda a mejorar y seguir adelante.
Cuando uno se pone a conversar con los jugadores de Padel en Hacoaj, habla con uno y con todos al mismo tiempo. El diálogo se convierte en un juego armónico en el que intervienen varios jugadores: hablan como juegan al padel. Comienza Daniel, sin interrumpirlo continúa Rubén, Néstor suma un dato, Adrián agrega un comentario, Daniel complementa con una anécdota… Se da una especie de valet de palabras amalgamado por el poder maravilloso de la amistad. Hay una coordinación natural entre ellos. Como si se conocieran de toda la vida. Como si hubieran compartido infinidad de horas en el rectángulo verde de paredes altas. Como si hubiesen ganado juntos infinidad de copas en los torneos de Faccma. “Ya tengo más de 42 años en el club y desde hace unos 11 o 12 que estamos participando en torneos de Faccma en Padel”, reseña Daniel Epstein. “Ganados unos nueve campeo52
natos, en categoría A y B. Éste debe ser el equipo deportivo más ganador en la historia de Hacoaj. No creo que otro haya obtenido tantos torneos”. Más allá de estadísticas, hay una sensación de pertenencia que se desprende de sus palabras. No se trata sólo de ganar, sino de ganar con la camiseta de Hacoaj. “Ahora ya estamos grandes”, admite Rubén con una sonrisa. “Pero igual ponemos todo, honrando el espíritu de Hacoaj”. El Padel convoca a unos sesenta jugadores. Juegan sábados y domingos entre las dos y las seis de la tarde en forma recreativa, como entrenamiento y en los torneos de Faccma. “Siempre a cara de perro, a morir. Y después de los partidos… compartimos los terceros tiempos, disfrutamos mucho de nuestra amistad, como debe ser”, sintetiza Daniel Epstein. El Circuito de Faccma es uno de los ejes centrales del deporte y su sentido de pertenencia comunitaria. Un par de veces año los equipos de Faccma realizan una salida conjunta a Gesell o La Lucila, con un torneo de varias categorías. “Jugamos mezclados entre todos los clubes, lo que lo hace muy interesante: jóvenes y un poco menos jóvenes de Macabi, Hebraica, Cissab, Guesher, Kadima, Lamroth Hakol y Hacoaj. El clima es bárbaro. Cuando los más jovatos estamos reventados, jugamos al truco… Y la pasamos genial”. ¿Qué caracteriza al Padel? Que lo puede jugar cualquier persona y dominarlo rápidamente, lo que lo hace muy disfrutable, divertido y dinámico. Mientras charlamos al costado de las canchas, en un sábado un poco destemplado, van llegando más jugadores. “Acá siempre está lleno. Con frío o calor nuestra gente nunca falta”. Unos metros más allá, Néstor comienza a elongar. Nos cuenta que está participando en un megatorneo de los 36 jugadores mejor rankeados de Faccma, todas las semanas, en el que cada uno suma puntos individualmente. Otro de los grandes referentes del Padel de Hacoaj es Sergio Abolsky, considerado el mejor de Faccma. Sergio logra un excelente equilibrio en un juego que combina técnica con destreza y capacidad físico y, también, mucha cabeza. “Las canchas de Tigre Maliar están listas para recibir más jugadores y jugadoras, también, a quienes esperamos todos los sábados, para sumarse a nuestro deporte. Les aseguramos que es una gran experiencia y la van a pasar muy pero muy bien”, reseña Daniel.
padel
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tratamos de ir en horarios donde están los chicos y, si nos permiten, jugar un rato con ellos, merendar ¡o simplemente estar! ¡La verdad que sacarle una sonrisa a esos chicos paga todo el esfuerzo que uno hace!
VANINA CHAMI AGRADECIDA A LA VIDA Aunque al principio le costó un poco encontrarse, rápidamente se dio cuenta de que Hacoaj era un lugar muy importante en su mundo y uno de los factores de su felicidad.
¿Cómo, cuándo y por qué te haces socia de hacoaj? Empezamos a venir a Hacoaj en el 2007 porque era el club que nos quedaba más cerca de Capital. Al principio no me cerraba del todo, pero con el tiempo me empecé a sentir parte del club y, más aún, al formar parte de nuestro grupo familiar ¿Qué actividades hacen vos y tu familia? Mis hijas juegan al hockey y al tenis y reman de vez en cuando. Pachy hace fútbol y yo corro y juego al tenis.
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¿Todos “debemos” ser solidarios? No sé. Para mí las personas deben hacer lo que sienten y necesitan. Creo que si uno hace las cosas con amor y dedicación, también es una forma de ayudar. Cómo dividís tu tiempo entre familia, amigos, viajes, trabajo, deportes y CELULAR Me encanta y disfruto de ciertos momentos que son únicos, ya sean con amigos, con mi familia, corriendo o simplemente observando a las personas en la calle. Amo mi trabajo, me llena y me enriquece profundamente. Trato de combinar mis cosas y dedicarle tiempo a lo que me gusta, aunque a veces debo quedarme trabajando a la noche con la compu. Hago todo lo que me gusta y disfruto de la vida. Siempre trato ver lo bueno y positivo de las cosas.
SOBRE MI Un deportista Nadal / Federer
¿Cómo nace tu espiritu solidario? Hace muchos años que sentía la necesidad de ayudar, sobre todo a los más pequeños. Los chicos en situación de calle, con faltas familiares o con carencias sentimentales me pueden. Por eso hace ya dos años que apadrino un comedor en José C. Paz en donde los chicos van todos los sábados a desayunar y almorzar, y también a cantar, a aprender algo de valores. Son chicos del Barrio que van desde chiquitos y crecen todos como una gran familia. Hoy ya son sesenta. También soy colabora en Casa Grande.
Una comida Las Milanesas de mi casa son lo más
¿Cuánto tiempo le dedicás a Casa Grande? Intento ir una vez por semana, trato de disponer de una tarde en la semana, así puedo ir a las instituciones los comedores y hogares en donde hacemos un pantallazo general del lugar, de los responsables de cada lugar y vemos sus necesidades;
Un lugar en el mundo Paris. Y cualquier montaña nevada con lago abajo tiene su encanto.
Una canción Fix You Un prefume I Love Último viaje Todo viaje de aventura, de ski, de montaña, lago y de playa me encanta.
Un sueño Poder tener a mis seres queridos siempre cerca.
nuestro tesoro, los chicos
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amigos de la vida
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fan nĂşmero 1 de la revista
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ALICIA BOYKIER DAR LO MEJOR DE SÍ PARA LA COMUNIDAD Cuando la crisis del 2001 arreciaba, la Comunidad Judía Argentina puso en marcha una diversidad de acciones tendientes a enfrentar con la mayor fortaleza posible sus tremendos efectos. El concepto de tzedaká y de tikún olam están indivisiblemente ligados a la visión judía del mundo. Tzedaká en tanto justicia y equidad social; tikún olam, como horizonte posible de reconstrucción del mundo, es decir, de los lazos que nos unen a todos como miembros de una misma sociedad. Hacoaj se sumó a este accionar a través de la conformación del grupo de Voluntarios en Red.
Desde aquellos convulsionados años, si bien el contexto cambió, quedaron expuestas a la luz distintas necesidades insatisfechas que siguen requiriendo una mirada, pero por sobre todo, un accionar. Voluntarios en Red Hacoaj hoy convoca alrededor quince socias y adoptó como objetivo dar lo mejor de sí para, simplemente, ayudar a cambiar esas realidades. Voluntarios en Red Hacoaj se dedica, básicamente, a colaborar en la generación de recursos para sumarse en la concreción de proyectos específicos, tanto en instituciones comunitarias como no comunitarias. Alicia Boykier, Secretaria de esta Comisión, lo explica con claridad: “En primer lugar, hacemos una investigación. Vemos qué organización tiene proyectos en los que nuestra asistencia pueda ser de importancia, los evaluamos, establecemos los vínculos y, entre todos, decidimos los pasos a seguir”. El nombre de Voluntarios en Red Hacoaj se relaciona fuerte y
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positivamente con distintas entidades con las que viene colaborando desde hace décadas: la Escuela Marc Chagall, para la construcción de las rampas de acceso y equipamiento del jardín de infantes; la Asociación Ory (centro de contención comunitaria para personas adultas con discapacidad intelectual leve y moderada), la Escuela Jaim Weitzman, el Hospital de Tigre (pintura y memebranas de impermeabilización), la Casa Angelman (que da contención a las familias con hijos con Síndrome de Angelman y diagnóstico similar), la Fundación Garrahan, con computadoras para conectar a sus sedes del interior del país. Y, por supuesto, la Fundación Tzedaká, especialmente en lo relacionado a la campaña anual de colecta de medicamentos para el Banco Comunitario de Medicamentos Refuot. Incluso, parte de los recursos se vuelcan en Hacoaj, ya que Voluntarios en Red lideró el acondicionamiento del Beith Haieladim de la Sede Tigre. ¿Cómo lo hacen? “Básicamente con mucho esfuerzo” -responde Alicia, sin dudarlo ni un instante. Y con una inmensa dedicación, habría que agregar. A lo largo del año, Voluntarios en Red Hacoaj organiza una serie de actividades de gran convocatoria, que ya son clásicos en nuestro Club: “Tenemos el Burako Solidario que atrae a centenares de apasionados por este juego quienes, al tiempo que se divierten, colaboran. Este año hicimos uno en mayo y seguramente lo repetiremos en el segundo semestre. Tenemos el Stand de Productos de Pesaj, y son muchísimos los socios y amigos que lo esperan para comprar aquí, y no en otro lado, las comidas típicas de la festividad”. El trabajo voluntario es, fundamentalmente, un gesto de gran generosidad. Es brindar lo mejor que uno tiene para dar: conocimientos, energía, valores, tiempo, sin esperar nada a cambio. Es, también, un rasgo de identidad judía que se transmite de generación en generación. “Los voluntarios aprendimos de ver la dedicación de nuestros padres. Y no hay alegría mayor que ver que nuestros hijos y nietos continúan por la misma senda”. La satisfacción pasa por el trabajo realizado, el objetivo cumplido y el impulso necesario para plantearse nuevos objetivos. “Por eso emociona mucho cuando las instituciones a las que ayudamos nos invitan a ver plasmado el fruto del esfuerzo”. Esa es, sin dudas, la mejor retribución a la que un voluntario puede aspirar.
llenamos hacoaj de sonrisas
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Edad, altura, peso. Primario, secundario. Tengo 15 años, 16 dentro de poco, en agosto. Mido 1,83 mts. Peso 62 kg. Mi escuela primaria la hice en el St’ Marks y actualmente estoy en mi 4° año de secundaria en Tarbut. ¿Qué se siente ser mellizo? Es genial, es tener otro yo con quien poder compartirlo todo; desde fútbol, minas, risas y más. Creo que es la persona que más me puede hacer reir en este planeta, sin duda. Por más peleas que tengamos nos queremos y sin Matias, yo no seria yo. ¿Qué torneos jugas y cuánto entrenas? Juego la Liga Metropolitana AFA y LIDE con la 2000. Además juego Futsal con Tarbut todos los lunes. Entreno los martes, jueves y sábados con el Náutico y los martes y viernes con Tarbut. Los domingos o sábados juego con Hacoaj.
JUAN KIRZNER LA 9 NO ME LA SACA NADIE A los 15 años, Juan sueña con llegar más lejos, en el fútbol, en la vida, en Hacoaj. Tiene mucho por delante y suficiente talento como alcanzar lo que se proponga.
¿Cómo, cuándo y por qué te haces socio de Hacoaj? Me hago socio de Hacoaj por mi hermano Tommy que viene al club desde que nació. Fue a los 8 o 9 años, porque quería empezar a jugar en cancha de 11. ¿Qué significa Hacoaj en tu vida? Hacoaj es el lugar donde puedo jugar con mis amigos al fútbol. Hacoaj me hizo conocerlos y hoy en día muchos de ellos son mis mejores amigos. Hacoaj es mi club y es donde me gusta pasar los fines de semana.
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¿Qué es lo más lindo del futbol? Hoy en día lo más lindo que me da el fútbol es poder disfrutarlo con mis amigos. Es algo que lo vivo con una felicidad inexplicable. El momento del vestuario y la cumbia es incomparable. Pero sin duda, al jugar de delantero, el hacer goles es lo que más me vuelve loco. Aún aspiro a poder compartir cancha con mi hermano en algún momento. Estas en la Escuela de Madrijim. ¿Qué onda? Estoy en Escuela. Entré este año pero siempre tuve a mis amigos que van ahí desde chicos. ¿Qué onda? Muy bien, paso los sábados yendo al club y disfruto el poder estar con mis amigos y amigas cada fin de semana. ¿Qué viajes tenes planeados para la segunda mitad del 2016? No tengo nada planeado por el momento. Pero se vienen las Macabeadas y Marcha por la Vida. ¿Te gustaria ser jugador profesional de fútbol? Creo que es una idea que voy a terminar de decidir dependiendo como se den las cosas en mi vida. En un principio aspiro a llegar a la Sub 20 de Hacoaj para después llegar a Primera y en ese momento decidir para donde dirijo mi vida.
SOBRE MI Una comida ¡La de mi abuela, la de mi mama o los asados de mi viejo! Una salida Con mis mejores amigos cada fin de semana, sin duda. Una canción No tengo una en particular. Me gusta la cumbia y la música en inglés. De a poco y cada vez más, mi hermano Mati me tienta con el rock nacional. ¿Te va bien en el colegio? ¡Por suerte, muy bien! Un perfume Invictus. Un deportista Zlatan Ibrahimovich Un calzado Borcegos (Dr. Martens) ¿Hincha de? River desde que nací, por mi mamá, mi hermano y mi tío; pero siempre tuve fanatismo por Atlanta gracias a mi papá. Un lugar en el mundo Mi casa. Un sueño Poder jugar al fútbol primero en la Primera de Hacoaj y con mi hermano Tomás y después profesionalmente. ¿Novia? ¿Chicas? Por el momento estoy solo y disfruto salir con mis amigos, aunque puede ser que haya alguien por ahí... ¿Arito o piercing? Uno en el cartílago izquierdo. ¿Número de Camiseta?: ¡La 9 no me la saca nadie! 81
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MATILDE YAHNI - ROSAS DEL PLATA REMANDO A FAVOR DE LA VIDA Matilde es pura energía. Es de esas personas que, cuando hablan, contagian un entusiasmo tan potente que hace que, a su alrededor, las cosas sucedan. No es magia, pero algo de eso hay… Cada una de sus palabras transmite una fuerza de voluntad tremenda. Con pasión nos cuenta sus sueños. Y soñar en grande es una de las premisas que mueven su vida. Así como hacer que, quienes la rodean se suban, también, al bote de sus sueños para remar juntas, siempre hacia adelante.
¿Cómo nace la idea de fundar Rosas del Plata – Tigre - Argentina? El año pasado me diagnosticaron un cáncer de mama. Yo sabía que me podía pasar: mi mamá, una tía y mi abuela —en honor a ella me llamo Matilde— murieron por esta enfermedad. Incluso tengo una prima en Tel Aviv, con cáncer de mama. En mi caso, ocurrió en las mejores circunstancias posibles, gracias a una detección temprana, lo que condujo a una radioterapia. El día en que estaba terminando el tratamiento, casualmente escuché en la radio una entrevista a una doctora de Canadá, que hablada de un grupo de mujeres que habían tenido cáncer de mama. Cuando contó que se vestían de rosa y salían a remar, me puse a investigar en Internet. Así, di con un movimiento mundial llamado “Abreast in a boat”, que significa “lado a lado en un bote” —pero que también es un juego de palabras con “breast”, es decir, “pecho” o 88
“mama”—. Sin perder un minuto escribí un mail y, para mi sorpresa, de inmediato me llamaron por teléfono. Del otro lado de la línea estaba Adriana Bértoli; ella es argentina y vive en Canadá. Enseguida me invitó a sumarme, y me convenció de formar un grupo en Buenos Aires. A los dos días, en Hacoaj, les conté la idea a algunas amigas: Vivian Hemsani, Tamara Mazur, Patricia Saal, Mariana Kossoy y Alicia Kriner. Recibí de su parte un apoyo instantáneo. A partir de ese momento, en octubre del año pasado, el grupo empezó a crecer, como esas noticias que corren de boca en boca y gracias al apoyo que recibimos de Hacoaj. En ningún otro lugar del mundo hay un club por detrás de estos grupos de mujeres que reman, con la importancia que esto representa —por el apoyo logístico y por el renombre—. En eso somos pioneras, también, junto con Hacoaj. Me enorgullece la calidez con que la fue recibida la idea en mi club. Dentro de la comunidad judía ashkenazí la prevalencia del cáncer de mama es altísima, porque lo tenemos unido a los genes. Por eso es muy importante también que el primer club en el mundo que apoya este movimiento sea uno judío. Les está diciendo a las mujeres: “acá tenés tu lugar”. ¿Vos ya remabas? Soy socia de Hacoaj desde los 10 años, donde jugué al sóftbol
hasta la primera división, y también del Club San Fernando, donde hice canotaje. Desde hace unos años, cuando todavía no imaginaba lo que iba a representar esta actividad para mí, me sumé al equipo de remo. ¿Por qué remar y no otro tipo de actividad deportiva? ¡Porque está probado que funciona! El fundador y gran inspirador de este movimiento es el Dr. Don McKenzie. En 1996, este médico deportólogo propuso subir a un bote dragón a veinte mujeres operadas de cáncer de mama, quienes tenían los brazos hinchados por la extracción de los ganglios axilares. Fue bastante osado, pero pudo demostrar que este tipo de remada y el ejercicio aeróbico que implica, son excelentes para el tronco superior. Estamos hablando de una palada por segundo, en tramos de dos minutos y medio. A todas las mujeres se les deshinchaban los brazos y, además, les generaba una gran sensación de bienestar y de estar acompañadas en un equipo. En base a esto hizo varios trabajos científicos muy minuciosos, en los que demuestra los logros y beneficios de esta actividad, con datos acumulados en veinte años. ¿Cómo fue creciendo este movimiento? Aquel primer equipo de Vancouver se multiplicó en otros cinco en la misma ciudad, luego en 55 en todo Canadá y rápidamente se desparramó por el mundo. Hoy hay más de 200 equipos. En Argentina tenemos cuatro: uno en La Plata, dos en Neuquén y Rosas del Plata, en el Tigre. ¿Cuál es la finalidad de Rosas del Plata? Primero y principal, mostrar que la prevención es todo. Pensemos que, si estás remando arriba de un bote es porque te hiciste los controles en tiempo y forma. Segundo, insertar y hacer crecer esta convicción de que, si tuviste cáncer de mama y lo trataste a tiempo, podes volver a estar plena, en una actividad que te hace bien. Eso es muy inspirador para las mujeres que, ante el diagnóstico, naturalmente tienen miedo y se encierran. En tercer lugar —y creo que en esto radica el secreto del éxito, tanto a nivel de convocatoria como de resultados—, proponer un ámbito de contención, apoyo mutuo y hermandad. Las Rosas del Plata nos cuidamos entre nosotras, nos consultamos; le recordamos a cada una hacer89
se las mamografías, y las ayudamos cuando es necesario. ¿Cuáles son los próximos objetivos? Es mejor hablar primero de objetivos cumplidos: Hoy Rosas del Plata cuenta con alrededor de veinticinco mujeres que participan activamente —muchas de ellas nunca se habían subido a un bote, ¡y las pusimos a flotar!—. También nos acompañan cuatro madrinas de Hacoaj, que nos dan una mano cuando salimos a remar. Pero nos proponemos mucho más: ahora estamos trabajando —con el esfuerzo y la inversión que eso implica— para constituirnos como ORGANIZACIÓN. Para la primavera, planificamos un EVENTO INTERNO en Hacoaj. Queremos darnos a conocer, romper con las barreras del temor, y terminar con los resquemores que rondan el cáncer de mama. Vamos a pintar de rosa un bote, y esperamos reunir fondos para poder comprar nuestro propio bote dragón, que cuesta unos 7.000 dólares. Contar con ese tipo de embarcación —la del proyecto original— es fundamental para poder comenzar a entrenar con más rigurosidad. Y Rosas del Plata tiene otro enorme sueño… Cada cuatro años se realiza un gran torneo y encuentro mundial. En 2014 fue en Sarasota, Estados Unidos, con 4.800 mujeres vestidas de rosa, remando juntas. El próximo será en el río Arno, Florencia, Italia en 2018 ¡y queremos estar allí! ¿Quién sabe?, tal vez el encuentro de 2022 pueda ser en el Tigre, organizado por nosotras con el apoyo de Hacoaj. ¿No sería hermoso? Gabriel Rozenzon Para más información sobre Rosas del Plata Tigre Argentina www.rosasdelplata.wix.com/rosasdelplata Facebook: Rosas del Plata Organización.
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TRABAJAR EN HACOAJ
CRISTINA RAO JEFA DE SOCIOS Cuando Cristina ingresó a Hacoaj la Sede Capital era un edificio recién inaugurado. Dos amigas del colegio le habían ofrecido sumarse al equipo de trabajo, para ayudar en la administración y el archivo de socios, en una época en la que todos los registros se hacían a mano, en carpetas que era imprescindible mantener ordenadas y actualizadas. “Entré como cadeta, pasando fichas para que las chicas pudieran sacar los pagos”, recuerda hoy en su oficina del 2° piso, mientras se toma un respiro de un día laboral intenso, como son casi todos en Hacoaj.
En esos legajos, aún bien guardados, se pueden leer las historias de miles de socios de Hacoaj. Historias que, sumadas, unidas y multiplicadas, describen 80 años de permanente crecimiento. ¿Se imaginó Cristina que aquel día de mediados de los años setentas, en que atravesó por primera vez la puerta de Estado de Israel 4156, iba a ser uno de los más importantes de su vida? Tal vez en ese momento no. Era un trabajo más, de esos que uno toma cuando es muy joven para ver qué pasa… Pero hubo algo que -de alguna manera un poco misteriosa- la atrapó. El desafío que planteaba un mundo nuevo y desconocido, el buen clima entre compañeros, la sensación de ser parte de algo más grande y muy importante. A los pocos meses, esta dedicada, concienzuda y prolija empleada tuvo su primera oportunidad de crecimiento: reemplazó a una compañera en el área de atención. Pronto comenzó a ser conocida y ganarse el respeto de los socios. “En esa época teníamos muchísimos ingresos, con lista de espera. Había que esperar que renunciara alguien para que 94
otro ingresara. Teníamos 10.500 socios y ese era el tope”. Poco después, cuando Hacoaj comenzó a sistematizar sus registros, se postuló para un curso de capacitación en la NCR. Hubo un examen de lógica para todo el personal administrativo y Cristina, con otros dos compañeros, lo aprobó. Fueron meses de puro crecimiento, en el misterioso y por eso fascinante mundo de lo que se llamaba “el Centro de Cómputos”. “En esas máquinas grandotas, alquiladas, comenzamos a llevar la contabilidad, los sueldos y la facturación…” Al paso del crecimiento de la tecnología Cristina iba creciendo también en sus tareas, basada siempre en haber cimentado una fama de persona confiable y sumamente responsable. Poco a poco se fue convirtiendo en un referente de información para los gerentes, directores y directivos que conducían la Institución. Luego de acompañar varios cambios tecnológicos -“…de la NCR pasamos a las IBM 34 y luego a las PCs de escritorio…”-, dio otro gran salto a mediados de los años noventas, cuando fue promovida a Jefa de Socios, luego de que se jubilara uno de los “históricos” de Hacoaj, Jorge Adonaylo. Desde ese lugar Cristina pudo dar aún más de sí. Los socios que ya conocía a través de los registros y los sistemas, ahora son personas de carne y hueso que se acercan a su oficina, en Tigre o Capital, con todo tipo de inquietudes y propuestas que ella canaliza en forma directa o a través del equipo que formó con Marcela López, Mariela Pustelnik y Patricia Álvarez. “Pasar a Jefa de Socios fue un desafío muy grande. Me convertí en la cara visible del Club frente a los asociados. Fueron años buenos, de muchos cambios, en los que descubrió el gusto por relacionarse con la gente. “Si bien no tengo la atención directa de los temas cotidianos, lo que está en manos de las chicas, a mí me tocan los casos que requieren una mirada especial”. “El socio es lo más importante de Hacoaj, sin lugar a dudas”, afirma Cristina. “Todos dependemos de su satisfacción, de que encuentren respuestas y contención”. “En los últimos años el Club cambió. Y, como siempre, va en pos de un progreso, buscando nuevas formas de atraer y vincularse con sus socios, de brindar entretenimiento con contenido, experiencias de felicidad para todas las edades. Por eso, le damos la mejor bienvenida a todo aquello que haga que los socios sientan que Hacoaj es y seguirá siendo un lugar muy importante es sus vidas.”
dueños del río
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el amor es asĂ
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SOY SOLIDARIO
PAULA GUZ LO QUE HAY DETRÁS DE CADA SONRISA La casa no es muy grande. Es un típico departamento de clase media, con sus libros, sus fotos y esas chucherías que una familia va acumulando en su sinuoso tránsito por la vida. Este sería un departamento más, uno como tantos, si no fuese porque está atestado de bolsas y más bolsas con ropa, calzado, frazadas, remedios, útiles escolares y comida. Los paquetes desbordan los armarios, inutilizan el baño de servicio y amenazan con tomar definitivamente el comedor… Dicho así, parece la descripción cómica de una obsesión. Pero no lo es. Está muy lejos de serlo.
Todo comenzó treinta y pico de años atrás cuando Silvia Schmunis, odontóloga y docente universitaria, comenzó un programa de atención primaria de la Facultad de Odontología de la UBA, El destino la llevó a la Escuela N° 168 de Caraguatay, una localidad rural de alrededor de 3.000 habitantes a la vera del Paraná, en la profundidad de esa selva misionera de tierra roja y naturaleza exuberante. Una comunidad de gente cálida dedicada básicamente a trabajar en la tarefa (la cosecha de yerba mate) y en algunos pequeños aserraderos. Silvia y el equipo de odontólogos del que formaba parte viajaban a Caraguatay una vez al año. Su hija, Paula Guz, una adolescente con vocación de seguir los pasos de su madre, comenzó a acompañarla. “Estábamos a mediados de los ochenta. El 102
país salía de la dictadura y vivíamos un clima muy especial, de reconstrucción, de ganas de ayudar, de brindarnos por los demás”, recuerda Paula. Como todo programa de atención primaria de la salud, éste tenía entre sus objetivos lograr el involucramiento de la comunidad beneficiaria, como una de las claves para hacerlo sostenible en el tiempo. “Era y sigue siendo un programa modelo. No tenía nada que ver con la idea de llevar ropa… Pero, es muy difícil llegar a una comunidad, conocer el nombre y apellido de un pibe que no tiene zapatillas y no involucrarte”. Y en la Escuela Nº 168 de Caraguatay, Misiones, cada boca que se abría para mostrar una dentadura invariablemente incompleta, torcida, quebrada y cariada, develaba una historia. O mejor aún: un entramado de historias, anhelos, alegrías, esperanzas, deseos y frustraciones. “Es muy distinto saber que uno está juntando ropa para Misiones, de forma casi abstracta, a saber que la frazada, el medicamento o el cepillo de dientes es para la familia Tal y Cual, que tiene cinco pibes, que viven en una dirección concreta, en condiciones que una puede palpar, sin agua corriente, sin cloacas ni electricidad. De ir tantas veces a un lugar, y conocer a la gente, se establece un vínculo muy fuerte. Lo más importante
es que lo que comenzó de forma un poco impulsiva, llevando donaciones una vez al año, fue consolidándose como una red solidaria”. El concepto de red es fundamental, porque implica la participación activa de muchos actores: los miembros de la comunidad beneficiaria y sus instituciones básicas, escuelas, cooperadoras, empresas de transporte e, incluso, gente que no está directamente vinculada con el lugar pero que se sensibiliza brindando una ayuda anónima y fundamental. “Ese fue el caso de Jorge “Tote” Roszenszain, socio de Hacoaj, cuya donación fue fundamental a la hora de formar y sostener dos comedores escolares muy importantes para los chicos de Caraguatay.” En un mundo en el que todos parecemos vivir bastante apurados, con la mirada puesta en la infinidad de pantallas que nos rodean y la atención se dispersa en mil estímulos, es un alivio encontrar a alguien que haga un culto de la conversación. Paula Guz tiene ese don. De forma muy natural, logra conectarse con las otras personas. No sólo lo hace en el nivel de sus opiniones, sino un poco más allá, en el de sus emociones. Pregunta, escucha, dice mucho con sus palabras, con sus silencios… y también con la mirada. Paula va a lo profundo, no se conforma con el brillo aparente, con lo superficial. Por eso, aprendió la diferencia entre la caridad y algo más consistente que, a falta de mejores definiciones, llamamos solidaridad. Y rápidamente entendió que los problemas estructurales que se evidencian en Caraguatay no se solucionan con paliativos. “Las donaciones están bien para salir del paso, pero no alcanzan. No van a la raíz del problema”. Es preciso que las comunidades atraviesen un proceso de aprendizaje que las lleve a un estado de autosuficiencia. En términos más formales y académicos, esto se llama Desarrollar y sostener capacidades instaladas. Es un camino complejo, de concientización, de impacto en el largo plazo, de idas y vueltas. De pasos pequeños, que se suman lentamente uno tras otro y de esperanzas, en la que la transformación es mutua. No es sólo dar y recibir. Es aprender del otro. “Yo creo que el trabajo realizado comenzó a dar frutos cuando vimos a las mamás de Caraguatay organizándose para apropiarse del programa de salud dental, ayudándonos en las aulas de la escuela transformadas en clínicas… El mejor ejemplo de esto fue Teresa, una bisabuela de Caraguatay que
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murió hace poco y dejó un buen legado entre las mamás más jóvenes, al enseñarles que ellas pueden ser protagonistas de su transformación”. Caraguatay queda en Misiones, a un día de viaje desde Buenos Aires. Pero hay miles de lugares como éste, que quedan muy cerca y que están ocultos a nuestra mirada. Lugares a los que podemos ayudar a transformar con compromiso, acción, pasión y una decisión que siempre está en cada uno de nosotros. Gabriel Rozenzon
el mundo para nuestros socios
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tenis
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bellezas del nรกutico
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nutrición ¿Cómo y por qué mejorar tu alimentación y calidad de vida? A lo largo de estas últimas décadas se fueron desarrollando hábitos alimentarios caracterizados por una alta carga calórica, un consumo de alimentos con gran cantidad de grasas saturadas, azúcares y sodio. También ha aumentado la ingesta de alimentos ultra procesados como snacks, bebidas azucaradas y comidas rápidas. A esto se le suma el escaso consumo de frutas, verduras, granos y cereales integrales. En suma, todo esto predispone a la aparición de factores de riesgos y enfermedades, como la hipertensión, colesterol elevado, enfermedades coronarias, diabetes, sobrepeso, obesidad y algunos cánceres. Según la Organización Mundial de la Salud, el aumento del consumo de frutas y verduras podría reducir la carga de morbilidad en 1,8% a nivel mundial. Tips para revertir estos riegos, sumando más vitalidad a tu vida. (Adaptación de guías alimentarias Argentinas Ministerio de Salud año 2016)
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Realizar las 4 comidas completas al día. Consumir al menos medio plato de verduras en almuerzo y medio plato en la cena (variar los colores en la semana) y 2 o 3 frutas por día. También las podes incorporar en licuados. Consumir 3 porciones de leche y / o yogur y / o quesos, preferentemente descremados por día. Niños, adolescentes y embarazadas 4 porciones. Menores de 5 años lácteos enteros. Incorporar 1 porción de carne por día: pescados 2 o más veces por semana. Pollo 2 veces y carne rojas hasta 3 veces. Incluir hasta 1 huevo por día, sobre todo si no se cubre la frecuencia de carnes. Consumir legumbres (arvejas, porotos, lentejas, porotos soja etc.), cereales integrales (arroz integra, trigo burgol, cebada, centeno, entre otros). La combinación de cereales y legumbres puede reemplazar las carnes en algunas comidas, menos los niños y adolescentes. Utilizar cereales en desayunos y meriendas (panes integrales, cereales integrales, granola, tutucas) y una comida al día incluir cereales integrales y /o legumbres; también podes incluirlos en la comida con carnes, junto a las verduras. Por día 2 cucharadas soperas de aceite crudo. En lo posible, alternarlos: oliva, girasol, soja, maíz, canola, etc. Optar por otras formas de cocción antes que las frituras. Utilizar, al menos, una vez por semana un punado de frutas secas (maní, nueces, castañas, almendras, etc.) o semillas (sésamo, chía, girasol ,lino, etc.) Reducir el contenido de sal y el consumo de alimentos de alto contenido en sodio .Cocina sin sal y limita el agregado de sal en las comidas. Limitar el consumo de: golosinas, amasados de pastelería, productos de copetín (papas, palitos, etc.) bebidas azucaradas, manteca, margarina, crema, grasa animal. Si los consumís, elegí porciones pequeñas. El exceso predispone a obesidad, hipertensión, diabetes, enfermedades cardiovasculares, entre otras. …Y COMO ESTAS EN HACOAJ, practicá deportes, gimnasia, baile, que junto a los demás consejos cuidaras tu calidad de visa PARA VIVIR EN FELICIDAD. Lic. Carina Ringel Nutricionista
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nos une una pasiรณn incontrolable
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FUNDACIÓN TZEDAKÁ
PATRICIA KAHANE DIRECTORA EJECUTIVA REFERENTE CENTRAL DE LAS ORGANIZACIONES sOCIALES ARGENTINAS Hace ya cerca de 40 años que con Harry decidimos que nuestros hijos ya estaban en la edad suficiente para comenzar una actividad deportiva. El Club Náutico Hacoaj fue el lugar elegido. Cada uno de ellos se decidió por un deporte y actividad preferidas: remo, tenis, rikudim, escuela de madrijim… Ahora, ya grande, Irene, Marcelo y Federico incorporaron el golf y sus hijos, mis nietos, siguen la misma ruta: Sebastián juega al tenis, Julieta es madrijá y Martín es un destacado remero. Hacoaj nos brindó y nos sigue brindando salud física y mental.
Tzedaká cumple 25 años y, desde su creación, el mundo y la sociedad se han transformado de forma vertiginosa. ¿En qué cambió el mapa de las necesidades sociales y cuales otras, sin embargo, son recurrentes en este período? Los últimos 25 años han sido de enormes cambios en Argentina, con ciclos económicos y políticos con fuertes impactos en el campo social. Y una de las características que atraviesa nuestra historia tiene que ver con la posibilidad de haber transitado esos diferentes escenarios, dando respuestas con-
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cretas a las necesidades de cada momento. Desde el inicio, en 1991, cuando apenas comenzaba a vislumbrarse una necesidad de ayudar a familias con dificultades para sostener la educación judía de sus hijos, a la realidad que enfrentamos hoy con miles de familias con dificultades para sostener el techo, la alimentación, los tratamientos médicos, etcétera… claramente no somos la misma organización. Tzedaká comenzó con un grupo de askanim (dirigentes voluntatrios) que evaluaba casos y asignaba recursos, los que había. Hoy es una organización social modelo para el país, con más de 600 voluntarios, 100 profesionales y 6.500 donantes, para sostener la ayuda a 11.000 personas en forma directa y más de 35.000 a través de la Red Nacional de Distribución de Medicamentos. Hemos pasado de épocas donde había que responder a la urgencia de la necesidad de comida o medicamento a otras etapas, como la actual, donde subsisten necesidades básicas de sostenimiento de la vivienda, por ejemplo, pero acompañadas de otras que implican un trabajo más profundo y cuerpo
a cuerpo: desaliento, violencia, problemas emocionales, altos niveles de deserción escolar y repitencia, malas condiciones de habitabilidad de las viviendas, fragilidad de los adultos mayores. ¿Cuáles son los hitos que marcaron el crecimiento de la organización? Los hitos que fueron marcando la historia de Tzedaká estuvieron siempre ligados a los contextos sociales a los que hubo que hacer frente. Como decíamos antes, al comienzo la necesidad de becas educativas; luego fue el surgimiento de la nueva pobreza y la implementación, junto con AMIA, AISA y el Joint, de la Alianza Solidaria como un sistema para enfrentar el desafío de un problema nuevo: personas de clase media que por primera vez en su vida requerían ayuda, una ayuda distinta a la tradicional; en el 2001 la peor crisis de la historia argentina y la decisión de la Fundación –con el apoyo del Joint- de multiplicar sus centros de atención. Entre el 2001 y el 2002 pasamos de 7 a 23 Centros de Atención Social Solidaria y la población asistida se incrementó en un 130%. Pasada la crisis, vinieron los tiempos de reestructuración y adecuación, con la creación de programas más enfocados en la promoción social para finalmente, a partir del 2005, trabajar en programas de promoción de derechos y en la apertura a la sociedad en general. Y en todo ese devenir hemos sabido diversificar nuestras fuentes de financiamiento para convertirnos en una institución sustentable. ¿Cuáles son los ejes de trabajo en los que se enfocó Tzedaká? Hoy la Fundación trabaja con la misma filosofía que en sus comienzos, creyendo y creciendo sobre la base de las alianzas institucionales, la transparencia, conjunción de trabajo profesional y voluntario, descentralización geográfica y fundamentalmente, integralidad y perspectiva interdisciplinaria. Trabajamos con una mirada integral sobre las necesidades de las personas y familias, y a la vez focalizados en programas en los campos de salud, educación, asistencia básica, vivienda, vejez, niñez y capacitación laboral, siempre con una mirada de restitución de derechos y promoción social.
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¿Cuáles consideran que son sus principales aportes? Creo que la Fundación ha logrado en estos 25 años constituirse en un referente entre las organizaciones sociales no ya de la comunidad sino del país, constituyéndonos como parte de una red de protección social para quienes necesitan ayuda. Tenemos una experiencia y un saber en el trabajo con población vulnerable que es un área en el que pocas organizaciones trabajan. Pero el principal aporte es el efecto de nuestra tarea en la vida de quienes recibieron ayuda. Hoy tenemos médicos y abogados que han sido fruto de nuestros programas de apoyo a la educación. Tenemos familias que han podido dejar de recibir ayuda y hasta se han convertido en donantes. No todas las historias tienen final feliz, porque hay miles de personas que siguen necesitando ayuda y poder brindársela y hacerlo con calidad y eficiencia es un motivo de orgullo, tanto como estos profesionales que ya han emprendido su camino y corporizan mejor que nada los valores de dignidad que nos sustentan. ¿Cómo están celebrando este aniversario? Venimos ya desde comienzos de este año celebrando nuestros 25 años pero tenemos tres hitos fundamentales: uno ha sido un evento en Nueva York en el mes de mayo donde nos acompañaron cerca de 150 personas. El segundo será nuestro Evento Anual Aniversario, el próximo 10 de agosto y finalmente en diciembre, nuestro Encuentro de Voluntarios. Porque sin ellos, donantes y voluntarios, esta historia no hubiera sido posible. Estamos orgullosos y felices y queremos compartirlo con todos aquellos que han sido parte. ¿Cuál es el vínculo de Tzedaká con Hacoaj? Hacoaj ha sido y es un aliado fundamental para la Fundación Tzedaká. Un socio siempre dispuesto al trabajo en conjunto y abierto a cualquier acción de bien. Hacoaj es la sede, el hogar, de nuestro Banco Comunitario de Medicamentos y muchísimos de sus voluntarios son socios de la institución. Y nos une además la entrañable figura de Juan Ofman (Z’L), primer presidente de la Fundación y destacado directivo del Club. Mucho más que una alianza, nos une una amistad profunda.
miradas profundas
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hockey
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SOY SOLIDARIO
CILSA Y HACOAJ
UNA MIRADA MÁS AMPLIA DEL MUNDO Quien recibe una silla de ruedas no sólo está recibiendo la posibilidad de moverse, lo que de por sí ya es muy importante. Está abriendo la gran posibilidad de salir a trabajar, de estudiar, de pasear, de encontrarse con sus amigos, de hacer nuevos amigos, de acompañar a otros en esas pequeñas pero fundamentales tareas que hacemos todos los días casi sin darnos cuenta. En pocas palabras, quien recibe una silla de ruedas o un elemento ortopédico tiene la gran oportunidad de llevar una vida normal.
Desde hace siete años, el Náutico Hacoaj acompaña la labor de Cilsa, ONG líder en desarrollar programas de inclusión. Y lo hace con gran compromiso, como reconoce Laura Wierszylo, su Directora del Área Institucional. “Hacoaj participa activamente junto a Cilsa en las reuniones para la entrega de elementos ortopédicos y en las capacitaciones que brindamos sobre su uso y cuidado. Es un compromiso muy fuerte del Club a través de sus voluntarios. Es mucho más que cedernos el espacio, Hacoaj, a través de sus propios voluntarios, hace todo lo necesario para que cada vez que venimos aquí, una vez al año, vivamos una fiesta, por el clima que se genera, el amor, la energía de la gente, las sonrisas”. El pasado 30 de junio en el 3° piso de la Sede Capital cuarenta personas con discapacidad de escasos recursos recibieron treinta y siete sillas de ruedas y tres elementos ortopédicos, especialmente adaptados a las necesidades de cada persona, en base a su estilo de vida y sus medidas física, entre otros parámetros. El evento contó con la presencia de dos madrinas de lujo: las actrices Celeste Cid y Paula Kohan. Cilsa tiene en marcha cinco programas sociales. El más conocido es el de entrega de sillas de ruedas. Desde el Programa de Concientización “trabajamos en distintos ámbitos educativos y en el empresarial, justamente con personas que no tienen discapacidad, promoviendo la toma de conciencia sobre la importancia de incluir a personas con discapacidad en
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el mundo laboral, basándose en su idoneidad y capacidades, pero en igualdad de condiciones”, explica Laura Wierszylo. El Programa de Becas y Oportunidades apoyar el acceso a la educación terciaria y universitaria de personas con discapacidad, dando apoyo financiero, seguimiento y orientación; hoy cuenta con 400 becarios y 60 graduados. El Programa en Formación en Tecnología, en los centros Poeta, se puso en marcha en alianza con Microsoft y el Trust of America. El Programa de Recreación y Deporte pone en juego los reconocidos valores del deporte como medio excelente para la integración social. “Nuestro deporte estrella es el Básquet en Silla de Ruedas, con muchos jugadores en la selección nacional que participará en los Juegos Paralímpicos de Río, en pocas semanas. También tenemos natación para hipoacúsicos y escuelas de iniciación deportiva”. Los entrenamientos y partidos del equipo de Cilsa se realizan en Hacoaj Capital, en el marco del convenio que une a ambas instituciones. Finalmente, el Programa Un Niño un Futuro cuenta con 33 hogares de día al que asisten 2.200 niños en todo el país, a contra turno de la escuela. “En los hogares reciben su merienda o desayuno y contamos con equipos profesionales que brindan talleres de apoyo escolar y trabajan en un enfoque integral en conjunto con la familia. Estamos presentes en zonas de asentamientos de Rosario, Santa Fe, Córdoba, Mendoza, La Plata y Buenos Aires”, explica Laura. El trabajo conjunto de Cilsa y Hacoaj es una muestra del poder constructivo de las alianzas, en las que cada uno pone su experiencia y lo mejor de sí para alimentar la mirada y el mundo del otro. Una nueva mirada, mucho más amplia, comprensiva y completa. Una mirada hecha de nuevas experiencias, que da le da una dimensión especial y profunda a nuestro concepto de Vivir en Felicidad.
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FLOR MUHAFRA dar es dar Dar es dar es una organización solidaria formada en el año 2005 como iniciativa de tres jóvenes que buscaban cambiar la realidad en la que vivimos. Con el tiempo, fue creciendo y sumando voluntarios, hoy somos alrededor de 100 jóvenes que día a día trabajamos y colaboramos para llegar a nuestro objetivo de combatir la pobreza y desnutrición infantil en la Argentina. Actualmente apadrinamos la escuela N° 56 en Puerto Yerua, Entre Ríos, a la cual viajamos dos veces por año, llevando donaciones y compartiendo tres días con los chicos de la escuela y sus maestras y formando asi un vínculo con los mismos. Además, en 2012 logramos abrir un centro contra la desnutrición infantil en el barrio de Nicole, La Matanza. Allí trabajan distintos profesionales que, semana a semana, realizan un seguimiento tanto de los chicos como de las madres y se les ofrecen distintos talleres como por ejemplo de cocina, tejido, entre otros. El objetivo principal del centro es ofrecer un tratamiento integral a los niños y su entorno, principalmente las familias y el barrio, para que puedan lograr un óptimo 148
desarrollo y un mejor futuro. Dar es Dar recibe constantemente la colaboración de personas que se ofrecen voluntariamente para ayudar a nuestra causa mediante donaciones tanto de ropa, alimentos o distintos recursos que puedan ser utilizados por el centro o la escuela, como también dinero. Contamos con la opción de realizar una donación mensual o una única donación mediante nuestra pagina web www.daresdar.com.ar. El dinero es utilizado para pagar los sueldos de los profesionales y para poder seguir creciendo como organización y, de esta manera, poder seguir ayudando cada vez más. A mí me hace sentir muy bien saber que estoy ayudando a gente que lo necesita y ver esas sonrisas es pura felicidad, ver a los chicos del centro o de la escuelita encariñándose con vos, que ni siquiera te conocen, es hermoso. Así, ellos ya sienten que los estas ayudando. Fui a la primaria en Beth. Ahora estoy en ORT y tengo 15 años.
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abrazos del alma
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MATIAS GUTKOWSKI “LA CERCANÍA DENOTA EL CALOR DE LA GENTE” Matías es voluntario en ALCESI, Asociación de Lucha contra la Enfermedades Sanguíneas Infantiles, que está orientada en acompañar a los chicos y sus familias durante la difícil situación que les toca vivir proporcionándoles ayuda económica, espiritual, psicológica y de apoyo a lo largo del tratamiento, en el Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez. Aquí nos cuenta su experiencia y el mundo de posibilidades que se abre ante quienes ponen por delante una mirada solidaria y comprensiva de la realidad que atraviesan los demás.
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¿Cómo llegas a ALCESI y qué hacés en la Asociación? Llegué a la Asociación Alcesi por medio de una amiga cercana de la secundaria, Valentina Schuchner, quien nos invitó, a mí y a otros amigos a formar parte de este proyecto. Esto es una de las partes que a mí más me hace disfrutar del proyecto: poder ayudar junto a mis propios amigos y, claro está, poder conocer a nuevas personas en el medio. Tener la posibilidad de poder hacer una actividad tan linda junto a personas queri-
das es sumamente enriquecedor. En la Asociación yo estoy en el área de producción de contenidos, es decir, junto a mis compañeros creamos la gran mayoría de todo lo que subimos a nuestras redes sociales. El que quiera ver lo que hacemos, nos puede buscar en Facebook como “Asociación Alcesi”. Hacemos, más que todo, fotos y vídeos con el fin de transmitir y conectar sentimientos llegando a muchas personas que quizás no conocen la situación de los chicos.
todo lo que hacemos. También infinitos son sus comentarios que recibimos. Al no ser demasiados los atendidos, uno puede reconocer fácilmente numerosas caras e identificar a cada uno, una vida distinta. Poder pensar que ayudamos realmente a cada uno, sin duda nos hace valorar lo que hacemos. Por último, ver a los niños sonreír en el hospital, distraerse por un tiempo, es la mayor de las recompensas para nosotros. Quizás en este sentido cuando jugamos con los chicos o cuando fuimos a dar regalos son de los momentos más lindos.
¿Qué te impulsó a trabajar como voluntario? La oportunidad de poder hacerlo es justificativo suficiente para realizarlo. Es indescriptible la sensación de dar sin recibir nada a cambio. Poder tomarse un momento cada día o semana, dejar de hacer lo cotidiano y dedicar el tiempo propio al otro es sumamente satisfactorio. Quizás lo más lindo es poder ver cómo evoluciona la gente y el hospital gracias al apoyo de la Asociación. Nosotros estamos en la Unidad de Hematología del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez la cual se ocupa de los chicos con cáncer. Pese a todo el sufrimiento que tienen los chicos y diría que, aún en mayor medida, los padres, es sumamente gratificante ver el progreso de cada paciente. Cada uno que se cura es la mayor motivación. Ver cómo avanzan en el tratamiento, siendo personas que en general no gozan de una gran cantidad de recursos pero sin embargo luchan contra la enfermedad dando todo, viniendo de distintos rincones del país hasta el hospital, todo por sus hijos nos genera una gran admiración y motivación en todo lo que hacemos.
¿Qué hacés en Hacoaj? Contanos brevemente tu vida en el Club. En Hacoaj hago básquet desde hace cerca de diez años. Con mi familia venimos al club desde siempre. Hice muchos deportes: softbol, remo, tenis y demás. También, de chico, como muchos otros, iba a los grupos.
Contanos alguna situación o anécdota en la que hayas sentido que el trabajo que vos y los demás voluntarios hacen vale la pena. Quizás el área a la cual pertenezco es la que mayor conexión tiene con las personas. La cercanía denota el calor de la gente. Infinitos son los comentarios de las personas ajenas al hospital y la organización que desean ayudar y sumarse a la causa, o celebran lo que hacemos. Aliento tanto para la asociación como para los padres y niños atendidos. Personalmente, lo que más nos toca y más hace notar que vale la pena son las palabras de los mismos padres que agradecen
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¿Qué le dirías a otras personas, chicos o grandes, para convencerlos de sumarse a la acción solidaria? A cualquiera que le parezca lindo lo que hacemos, lo invitaría al Hospital a vivir ellos mismos todo. No hay nada más real y convincente que eso. Por supuesto que se puede ayudar de otras formas. No todos tendrán el tiempo para dedicar a la actividad pero pueden ayudar a la Asociación de otra manera. Todo lo que pueda ayudar a los chicos es recibido con los bazos abiertos. ¡El que lo desee, se puede contactar con la organización por Facebook mandando un mensaje! Estamos planificando un número de reformas en la unidad por lo que toda donación (monetaria o no monetaria) nos es de gran ayuda.
festejo de gol
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magia pura
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risas desopilantes
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nuestro paraiso el rĂo
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instantes inolvidables
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LAGUNASEMPRENDIMIENTO HACOAJ