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Ortografía

En el contexto de una escritura correctamente utilizada, dando el valor que se requiere a cada uno de los símbolos, grafías y signos, la ortografía es fundamental en el proceso de la buena escritura, guiándose así de las normas y reglas de las diferentes partes que componen la redacción de letras, poemas, diarios, libros, y todo aquello que requiere la escritura para ser comprendida, y la comunicación de los hablantes.

Conceptos de Ortografía

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• Es el conjunto de normas que regulan la escritura. Forma parte de la gramática normativa ya que establece las reglas para el uso correcto de las letras y los signos de puntuación. • La ortografía es la parte de la gramática normativa encargada de establecer las reglas que indican el uso correcto de las palabras y de los signos de puntuación en la escritura. • Rama de la gramática que enseña las reglas de uso de las letras y signos auxiliares de una lengua con el fin de escribirla correctamente. (Angel, s/f) • Es la parte de la Gramática que estudia el correcto uso al escribir de las letras, acentos, mayúsculas y signos auxiliares de escritura, para poder ser comprendidos e interpretados correctamente cuando se lean. • Regula a la escritura mediante normas y establece reglas para el uso de todos aquellos símbolos y signos que componen una lengua. De este modo, contribuye decisivamente en mantener la coherencia entre el uso de la lengua, al ser hablada y al ser representada de manera gráfica. • Como ortografía se designa al conjunto de reglas y convenciones que rigen la escritura de una lengua. En este sentido, forma parte de la gramática normativa. (Significados.com, 2019)

Como tal, la función de la ortografía es mantener la unidad lingüística en el idioma que comparte una comunidad de hablantes. En este sentido, las reglas ortográficas no pretenden sino homogeneizar los principios que rigen la escritura del código lingüístico, con la finalidad de que éste pueda ser descifrado y entendido por todos sus hablantes, incluidos aquellos que se encuentran en proceso de adquirir este idioma como segunda lengua.

LINGÜÍSTICA

Un fenómeno que sorprende a quien se interesa por los textos antiguos es el uso de grafías diversas para una misma palabra, algo que no sólo se comprueba tras revisar los escritos de varios individuos, sino que incluso se percibe dentro de una misma obra cuando ha sido copiada por un único escriba o ha sido impresa por el mismo cajista.

En el caso particular del español, la explicación a este hecho radica en que la lengua mantuvo una ortografía oscilante desde sus orígenes hasta el siglo XVIII, en que la Real Academia de la Lengua Española (en especial, con su Gramática de 1771) estableció unas reglas ortográficas que, con sucesivas revisiones, continúan vigentes hasta hoy.

Algunas de las normas dictadas por dicha institución atañen al conjunto de la escritura, como las relativas a la acentuación; otras, no obstante, afectan tan sólo a palabras concretas en distintos niveles lingüísticos. Por lo que respecta a los signos de puntuación, aunque éstos existen y se usan desde los textos medievales más tempranos, la RAE ha venido revisándolos sistemáticamente desde el nacimiento de la institución; a ella le corresponde también velar por la corrección de la lengua en todos y cada uno de sus aspectos, gráficos, fonéticos, morfológicos, semánticos y sintácticos.

Para comprender mejor algunas definiciones se presentan los siguientes conceptos. • ORTO: Prefijo que significa correcto, recto, como debe ser. • GRAFÍA: Letras o signos que se emplean para poder representar sonidos.

USO DE LA ORTOGRAFÍA

La ortografía se puede describir como el uso correcto de las letras para escribir palabras. Concretamente el término ortografía subraya que las letras se usan de acuerdo con convenciones que se expresan a través de un conjunto de normas. Estas fijan el uso correcto de las letras y de los signos gráficos en la escritura.

La ortografía no es un mero artificio que pueda cambiarse con facilidad. Un cambio ortográfico representa un cambio importante en una lengua. La ortografía es el elemento que mantiene con firmeza la unidad de una lengua hablada por muchas personas originarias de países muy alejados. Si la ortografía cambiara para ajustarse sólo a criterios fonéticos, el idioma podría fragmentarse en tantas lenguas como regiones del mundo donde se habla, pues poseen algunos hábitos articulatorios diferentes, y si se representara en la escritura, con el paso del tiempo aparecerían problemas de comprensión que conducirían a la incomunicación. La ortografía no es sólo un hecho gramatical, también obedece a motivos extralingüísticos.

Uno de los grandes problemas de la enseñanza de hoy día es la gran cantidad de faltas de ortografía que cometen los alumnos. Y este problema no es solamente escolar, afecta a todos los niveles de la sociedad pues, aunque los procesadores de texto incorporan herramientas de corrección ortográfica, con frecuencia se pueden observar faltas de ortografía en periódicos, escritos y cualquier tipo de impreso. Y ya, sin comentarios, en los mensajes de texto. Por supuesto que leer ayuda mucho a no cometer faltas, pero esto, por sí solo, no es válido, hay que practicar.

La ortografía y la gramática son, entonces, el esqueleto del idioma. Son establecidas formalmente por los estudiosos de la lengua, pero en realidad tienen su fundamento último en la manera como los pueblos hablan. A lo largo de los siglos, el idioma experimenta un verdadero proceso de evolución que se alimenta del habla del hombre común más que de las reglas dictadas por los filólogos.

El idioma muta, constantemente cambia su forma, porque la gente lo enriquece añadiendo palabras o combinando las ya existentes, importando vocablos de otras lenguas y en ocasiones hasta sustituyendo palabras que se ignoran con otras que sólo tienen significado para un grupo, una familia o hasta para un solo individuo. Paradójicamente, este proceso suele ser designado comúnmente con la palabra degeneración.

HISTORIA DEL ALFABETO

La historia del alfabeto comienza en el Antiguo Egipto, más de un milenio después de haber comenzado la historia de la escritura. El primer alfabeto formal surgió hacia el 2000 a. C. para representar el lenguaje de los trabajadores semitas en Egipto, y se gestó a partir de los principios alfabéticos contenidos en los jeroglíficos egipcios. La mayoría de los alfabetos actuales del mundo o bien descienden directamente de esta raíz, por ejemplo, los alfabetos griegos y el latino, o se inspiraron en su diseño.

Escritos Pre-Alfabéticos

Existen dos tipos de sistemas de escritura bien documentados que surgen en el IV milenio a. C.: la escritura cuneiforme de Mesopotamia y los jeroglíficos egipcios. Ambos eran muy conocidos en la zona del Mediterráneo oriental, donde se desarrolló el primer alfabeto que alcanzó amplia difusión, el alfabeto fenicio. Existe alguna evidencia que indicaría que el sistema cuneiforme estaba desarrollando algunas propiedades alfabéticas en algunos lenguajes a los que se había adaptado, tal como se observa posteriormente en el antiguo sistema cuneiforme persa, pero todo indica que dichos desarrollos fueron líneas laterales y no ancestrales al alfabeto. El silabario de Biblos posee sugestivas similitudes tanto con el egipcio hierático, como con el alfabeto fenicio, pero como no ha sido descifrado, no es posible precisar si es que tuvo algún rol en la historia del alfabeto.

Comienzos en Egipto

Hacia el año 2700 a. C. los antiguos egipcios ya habían desarrollado un conjunto de 22 jeroglíficos para representar las consonantes de su lenguaje, más un símbolo 23 que podría representar vocales al comienzo o al final de una palabra. Estos glifos eran utilizados a manera de guías de pronunciación en logogramas, para escribir inflexiones gramaticales, y posteriormente para transcribir palabras y nombres extranjeros.

El primer sistema de escritura totalmente alfabético se estima que fue desarrollado hacia el 1850 a. C. por los trabajadores semíticos en la zona egipcia del Sinaí. Durante los cinco siglos siguientes se difundió hacia el norte, y muchos alfabetos de Occidente provienen de él, o han sido inspirados en uno de sus descendientes. El alfabeto meroítico fue una adaptación en el III siglo a. C. de los jeroglíficos, en Nubia en el sur de Egipto –aunque muchos estudiosos sospechan que existieron influencias del primer alfabeto.

El primer Estado canaanita que hizo un amplio uso del alfabeto fue Fenicia, y por ello las versiones posteriores de la escritura canaanita son llamadas fenicias. Fenicia era un Estado marítimo en el centro de una vasta red comercial, y pronto el alfabeto fenicio se difundió por todo el Mediterráneo. Dos variantes del alfabeto fenicio tendrán un gran impacto en la historia de la escritura: el alfabeto arameo y el alfabeto griego.

VARIANTES EN LOS ALFABETOS PENINSULARES Evolución de la Grafía de la Z visigoda a la Ç.

La letra Ç, que se usó en castellano antiguo para representar el fonema /ts/, es una letra originada durante la Edad Media en la península ibérica por arqueamiento superior de la zeta visigoda y con un cambio sucesivo de la posición hacia abajo. Los primeros escritos donde aparece esta grafía fueron españoles. Con el paso del tiempo se invirtieron los caracteres, colocando la z bajo la c; de aquí que se llame cedilla (zeta pequeña: la zeta se llamaba ceda), que fue evolucionando hasta convertirse en la actual ç. Esta letra, que se usó también en el euskera pre normativo, se utiliza actualmente en el catalán, el occitano, el francés, el portugués y en algunos dialectos del friulano con el valor de /s/. En cambio, en el turco, el curdo, el albanés, el turcomano, el tártaro, el azerí, el gagauzo y en algunos otros dialectos del friulano, sirve para representar el sonido /tú/. En el turco es considerada letra de pleno derecho y no una variación.

La letra Ñ se originó en la península ibérica. La primera referencia es del año 1295 en la obra anónima escrita en castellano La gran batalla. Durante el siglo XIV se extendió su uso, y ya en 1492 aparecía en la Gramática de Nebrija. La grafía surgió de la costumbre de los copistas medievales de colocar una rayita encima de una ene para indicar que era doble, ahorrando así espacio. Cuando el par «nn» cambió su sonido palatalizándose, /ɲ/, la eñe se adoptó como nueva letra en el alfabeto español. Se emplea también en gallego, asturiano, extremeño, euskera y tagalo, así como en algunas lenguas indígenas de América, como el otomí, las lenguas quechuas, el aimara y el guaraní.

Nombres de las letras y su orden

Existe un registro histórico con el orden de las letras del alfabeto del siglo XIV a. C., en un lugar llamado Ugarit situado en la costa norte de Siria. Se encontraron tabletas que contenían alrededor de un millar de signos cuneiformes, aunque no eran babilónicos y sólo había treinta signos diferentes. En doce de ellas aparece el conjunto de signos en orden alfabético. Han aparecido dos órdenes distintos, uno que es casi idéntico al orden usado por el alfabeto hebreo, griego y el latino, y un segundo orden muy similar al utilizado por el alfabeto etíope.

Se sabe cuántas letras había en el alfabeto protosinaítico, pero no se conoce su orden. Entre sus descendientes, el alfabeto ugarítico tenía 27 consonantes, el alfabeto árabe meridional tenía 29 y en el alfabeto fenicio se redujeron a 22.

Estas escrituras se colocaban en dos órdenes: uno era ABGDE en el fenicio, y otro HMĦLQ en el meridional; el alfabeto ugarítico se ha encontrado en los dos órdenes. Ambas secuencias atestiguan la estabilidad que han conservado todos los alfabetos derivados de estos tipos de escritura. Los nombres de las letras también han permanecido estables en muchos de los alfabetos descendientes del alfabeto fenicio, entre los que se encuentran el alfabeto samaritano, el arameo, el sirio, el hebreo y el alfabeto griego. Sin embargo, esos nombres fueron abandonados en el alfabeto árabe y en el alfabeto latino.

El orden de las letras permaneció más o menos intacto en el latino, en el armenio, gótico y cirílico, pero se modificó en el alfabeto brahmi, el rúnico y en el árabe, aunque en este último también se mantuvo, o fue reintroducido, el orden abjadi tradicional como alternativa. La tabla siguiente es un esquema de los nombres y forma de las letras del alfabeto fenicio y los alfabetos derivados de él, en el orden del fenicio, junto con el ugarítico

Fundamentos de la Ortografía Española

Como en otros muchos idiomas, la escritura española representa la lengua hablada por medio de letras y de otros signos gráficos. En su intención original, el abecedario o serie ordenada de las letras de un idioma constituye la representación gráfica de sus fonemas usuales, es decir, de los sonidos que de modo consciente y diferenciador emplean los hablantes. Una ortografía ideal debería tener una letra, y solo una, para cada fonema, y viceversa. Pero tal correspondencia, por motivos históricos y de diversa índole, no se produce en casi ninguna lengua, aunque el español es de las que más se aproximan a ese ideal teórico. Como las demás lenguas románicas, el español se sirvió básicamente desde sus orígenes del alfabeto latino, que fue adaptado y completado a lo largo de los siglos. El abecedario español quedó fijado, en 1803, en veintinueve letras, cada una de las cuales puede adoptar la figura y tamaño de mayúscula o minúscula. He aquí sus formas y nombres:

a

A a B b C c Ch ch D d E e F f G g

be, be alta, o be larga ce che de e efe ge

H h I i J j K k L l Ll ll M m N n

hache i jota ka ele elle eme ene

Ñ ñ O o P p Q q R r S s T t U u

eñe o pe cu erre ese te u

V v W w X x Y y Z z

uve ve uve doble, ve doble, ve doble, ve baja o doble ve equis i griega o ye Ceta, Ceda, Zeta o Zeda

En realidad, ch y ll son dígrafos, signos ortográficos compuestos de dos letras. Desde la cuarta edición del Diccionario académico (1803) vienen, sin embargo, considerándose convencionalmente letras — cuarta y decimocuarta, respectivamente, del abecedario español—, por el hecho de que cada uno de ellos representa un solo fonema.

Alfabetos Gráficamente Independientes

El único alfabeto oficial en la actualidad que no deriva del alfabeto canaanita es el thaana de Maldivas, aunque ha sido claramente influido por el árabe, en el que las formas de sus letras derivan de numerales. El alfabeto osmanya ideado para el somalí en la década de los 1920, que fue cooficial en Somalia junto con el alfabeto latino hasta 1972, también tenía letras con formas completamente innovadas.

Entre los alfabetos que ya no se usan oficialmente por ninguna lengua, algunos mostraban claramente que sus formas eran independientes de los semíticos. El alfabeto zhuyin deriva de las formas de los caracteres chinos.

El alfabeto santali de la India oriental parece basado en símbolos tradicionales, tales como "peligro" y "punto de encuentro", además de pictogramas inventados por sus creadores. Los nombres de las letras del santali están relacionados con los sonidos que representan, según el principio de acrofonía, al revés que en el semítico original, ya que incluyen el sonido al final del nombre tanto como los pictogramas inventados por su creador: le (olor) representa a la e, mientras que en (grano)" representa a la n.

Alfabetos en otros soportes

La adopción de nuevos soportes y materiales de escritura provocan una ruptura en las formas gráficas y dificulta el seguimiento de las relaciones entre sus grafías, como es el paso de la inscripción en barro, sobre piedra o a la escritura con tinta. Por ejemplo, no se observa de forma inmediata que el cuneiforme alfabeto ugarítico deriva del prototípico abjad semítico, aunque parece ser que así es. Los alfabetos manuales son una continuación directa de los alfabetos locales, el alfabeto a dos manos y los alfabetos a una mano francés y americano mantienen las formas del alfabeto latino, el alfabeto manual indio se asemeja al devanagari y el coreano al hangul, mientras que el braille, el alfabeto semáforo, las banderas de señales marítimas y el código Morse son esencialmente formas geométricas elegidas arbitrariamente. Las formas del braille y de las letras semáforo, por ejemplo, derivan del orden alfabético latino, pero no de sus formas. La forma de la moderna taquigrafía también parece no estar relacionada, si lo estuvo, con el alfabeto latino, pues la conexión se ha perdido con el tiempo. Para un mejor uso de la ortografía y la gramática es importante tomar en cuenta las normas que se presentan a continuación.

EL ACENTO

La palabra acento deriva del término latino accentus, que a su vez tiene su origen en un vocablo griego. Se trata de la articulación de la voz para resaltar, con la pronunciación, una sílaba de la palabra. Esta distinción se produce a través de una mayor intensidad o gracias a un tono más elevado. En el caso de la lengua hablada, a este relieve de la pronunciación se lo conoce como acento tonal. En los textos escritos, el acento puede ser ortográfico e incluir una tilde, que es una pequeña raya oblicua que, en español, baja de derecha a izquierda de quien lee o escribe. La tilde permite señalar cuál es la sílaba tónica de la palabra, que requerirá de una mayor fuerza en su pronunciación. Este acento ortográfico también permite distinguir entre dos palabras que se escriben de la misma forma pero que señalan diferentes cosas: “salto / saltó”, “el / él”, “gano / ganó”, “solo / sólo”.

Por otro lado, no todos los acentos de los vocablos castellanos son indicados con tildes. Sin embargo, gracias a una serie de reglas, es posible leer correctamente cualquier palabra sin necesidad de conocerla; cabe mencionar que, en otros idiomas, como el inglés o el japonés, por ejemplo, la fonética exacta de ciertos términos no está implícita a través de la ortografía, por lo cual es indispensable memorizarla. Retomando el español, se sabe que: Las principales reglas y observaciones que pueden establecerse con respecto a este campo de la gramática son las siguientes:

Acentuación

Las principales reglas y observaciones que pueden establecerse con respecto a este campo de la gramática son las siguientes: • Palabras agudas. Son aquéllas que llevan el acento prosódico (mayor fuerza o énfasis en la pronunciación) en la última de sus sílabas; se acentúan gráficamente siempre que la última de sus letras sea una vocal, una -n o una –s. (ej.: soledad, berbiquí, portón, estás).

• Palabras llanas. Son aquéllas que llevan el acento prosódico en la penúltima de sus sílabas; se acentúan gráficamente siempre que la última de sus letras sea una consonante, excepto -n o -s (ej.: campo, néctar).

• Palabras esdrújulas. Son aquéllas que llevan el acento prosódico en la antepenúltima de sus sílabas; siempre se acentúan gráficamente (ej.: regímenes, dámelo).

En casos excepcionales, las palabras llevan la fuerza o énfasis en posiciones anteriores a la antepenúltima sílaba, en cuyo caso se habla de palabras hiperesdrújulas o esdrujulísimas (ej.: sarcásticamente). (Angel, s/f)

ACENTO ORTOGRÁFICO O TILDE

La tilde o acento ortográfico es la marca escrita que se coloca sobre una letra para indicar que esa sílaba se pronuncia con mayor intensidad. Las mayúsculas también se escriben con tilde. Hay que tener en cuenta que el sentido de una palabra puede ser modificado según la sílaba que se acentúe. El acento gráfico o tilde es un signo visible (´) que se coloca sobre las vocales (a, e, i, o, u) según las reglas de la acentuación del español regidas por la Real Academia de la lengua española. El acento ortográfico, también llamado tilde, es un signo en forma de rayita inclinada que se coloca sobre la vocal tónica de una palabra para indicar una mayor intensidad en su pronunciación si el término se acoge a las reglas de acentuación que llaman al uso de la tilde. Todas las palabras tienen una sílaba que se pronuncia con mayor intensidad, pero no todas las palabras tienen tilde. En español hay una única tilde (´) mientras que otros idiomas utilizan más de una, cada una con una apariencia gráfica diferente. También se llama tilde al trazo horizontal que tiene la letra t y a la ondulación sobre la letra ñ. El acento ortográfico, junto con el acento prosódico, es uno de los dos tipos de acentos en el español.

La Función de la Tilde

Todas las palabras tienen una sílaba que es pronunciada con una intensidad distinta a las demás; esta es la llamada sílaba tónica, en contraposición a las sílabas átonas.

Clasificación del acento ortográfico

El acento ortográfico se clasifica en:

1. Acento ortográfico de las palabras llanas

Son las palabras que llevan el acento ortográfico en la penúltima sílaba si terminan en consonante diferente de -n, -s o -ch, terminan en más de una consonante o terminan en la letra y: trébol, fácil, cómics, yérsey, ciborg, Enríquez, revólver.

2. Acento ortográfico de las palabras esdrújulas

Son las palabras que llevan el acento ortográfico en la antepenúltima sílaba y siempre llevan tilde. Ábaco, teléfono, brócoli, esdrújula, brújula, caótico, Bélgica.

3. Acento ortográfico de las palabras sobreesdrújulas

Las palabras sobreesdrújulas llevan el acento ortográfico en el tras antepenúltima sílaba. Rápidamente, diciéndotelo.

ACENTO DIACRÍTICO

El acento diacrítico o tilde diacrítica es el que se emplea para distinguir los significados de palabras, frecuentemente monosílabas, de las cuales unas son regularmente tónicas (las que se resaltan en la pronunciación), mientras que las otras son átonas en el habla. El acento diacrítico es una tilde (signo (´) que se coloca sobre las vocales y que se utiliza para diferenciar el significado de las palabras que se escriben igual, que por lo general son monosílabas.

El acento gráfico que permite distinguir palabras con idéntica escritura, pero que tienen diferente significado y pertenecen a categorías gramaticales distintas. Las palabras que llevan tildes diacríticas en algunos casos se apartan de las reglas básicas de acentuación, pero se aceptan porque gracias a esas tildes se evitan situaciones de ambigüedad.

EJEMPLO DE PALABRAS MONOSÍLABAS

Palabra Función Gramatical

Dé Lleva acento cuando corresponde al subjuntivo o al imperativo del verbo distinguirlo de la preposición de, que no se acentúa. dar, para Sé Lleva acento en la primera persona del presente de indicativo del verbo saber y en el imperativo del verbo ser, a diferencia del pronombre reflexivo se, que no se acentúa.

Sí Lleva acento cuando es el adverbio afirmativo o el pronombre personal reflexivo de tercera persona, frente a la conjunción si, que no se acentúa.

Mí Lleva acento cuando corresponde al pronombre posesivo de primera persona; sin embargo, el adjetivo posesivo mi no se acentúa.

Más

Aún Lleva acento cuando corresponde al pronombre personal sujeto de segunda persona, a diferencia del adjetivo posesivo tu, que no se acentúa.

Se escribe con acento cuando se trata del sustantivo que sirve para designar la hierba aromática que se bebe en infusión; en cambio, la forma del pronombre personal objeto te no se acentúa

Se acentúa cuando equivale al adverbio de cantidad, a diferencia de la conjunción adversativa mas (equivalente a pero o sino), que no se acentúa.

Se acentúa sólo cuando tiene el sentido de todavía (en cuyo caso es bisílabo), no cuando equivale a hasta o incluso; no obstante, este acento es potestativo.

Se acentúa sólo cuando corresponde al pronombre personal sujeto de tercera persona, pero el artículo determinado el carece de acento.

Es conveniente —aunque no obligatorio— acentuar los pronombres demostrativos, como forma de diferenciarlos de los adjetivos demostrativos, que nunca se acentúan (ej.: éste frente a este coche). Sin embargo, los pronombres demostrativos neutros esto, eso y aquello (siempre en forma singular, pues el plural corresponde a palabras masculinas) nunca se acentúan, al no haber adjetivos demostrativos neutros en español con los que puedan confundirse.

Es obligatorio acentuar las partículas que introducen las oraciones interrogativas, tanto las directas como las indirectas (ej.: ¿cuándo vendrás?; no sé qué quieres de mí).

Palabras Que Llevan Acento Diacrítico

Monosílabos. La regla es que los monosílabos se escriben sin tilde a excepción de aquellas que necesitan distinguirse de otros vocablos formalmente idénticos, pero de pronunciación átona. Por ejemplo: más, té, sé. Pronombres. Los pronombres personales llevan tilde diacrítica para diferenciarse de los pronombres posesivos. Por ejemplo: mí, tú. Adverbios interrogativos o exclamativos. Llevan tilde diacrítica para diferenciarlos de la forma átona relativa. Por ejemplo: Cuándo, dónde, cómo.

USO CORRECTO DE LAS MAYÚSCULAS Y MINÚSCULAS

Como norma general, se escriben con mayúscula los nombres propios de personas y lugares; también se emplea este recurso ortográfico en el caso de los nombres de empresas, organismos públicos, instituciones culturales, partidos políticos, leyes o cuerpos legales concretos, sucesos históricos, deportivos o culturales famosos, edificios singulares, etc. Se representan igualmente con mayúsculas las siglas ya sean de una nación, de un organismo o de los más diversos campos. No se escriben con mayúscula los días de la semana ni tampoco, preferentemente, los meses del año; sí se usa la mayúscula para los cuatro puntos cardinales, pero no cuando marcan una parte determinada en una zona. Después de dos puntos, se emplea por lo general la minúscula (con las excepciones mencionadas más arriba). Los títulos y dignidades se escriben ora con mayúscula ora con minúscula, aunque es preferible esta última allá donde se acompañan del nombre completo; también en el caso de los nombres de los santos es más conveniente el empleo de la minúscula. Del mismo modo, se emplea la minúscula en aquellos términos que constituyan denominaciones genéricas (si no se especifica ningún nombre, irán así escritos ministerio, universidad, partido, etc.), en los accidentes geográficos, en los nombres genéricos de una localidad, en las diversas vías urbanas que la forman (plazas, avenidas, calles, etc.) y en los gentilicios oficiales o populares (toledano, fenicio, charro, etc.). (Angel, s/f)

La Sílaba y Sus Límites

En primer lugar, hay que retener en la memoria que nunca se debe partir un diptongo (esto es, una sílaba única en la que hay dos vocales: una fuerte (a, e, o) junto a otra débil (i, u), lo que impedirá separaciones del tipo de “acentu-ación” o “cambi-amos”; además, no debe olvidarse que una h en medio de un diptongo no afecta para nada a la estructura de éste, por lo que habremos de considerarlo como una unidad indivisible (“sahu-merio” o “sahume-rio”, pero nunca “sa-humerio”). • No debe partirse una pareja de vocales ni siquiera cuando formen sílabas diferentes (por ello, no es lícita una partición como estas que siguen: “contra-erán” o “cape-aron”). • Una falta ortográfica que muchos ignoran consiste en dejar una vocal aislada al final de línea y el resto de la palabra en la siguiente, como en “a-/cabar”. • Hay que aplicar estas reglas generales incluso en el caso de compuestos de dos palabras que son independientes en origen (“voso-tros”, pero no “vos-otros”); no obstante, hay casos en que procede partirlas con atención a sus distintos componentes, debido a que el hablante posee clara conciencia de la adición de un prefijo a un sustantivo (así, se separará “sub-inspector”, no “su-binspector”, o bien “anti-americano”, no “antia-mericano”). De todos modos, no cabe hablar de reglas fijas para casos semejantes a los señalados.

Leísmo, Laísmo y Loísmo

Es este uno de los problemas de expresión más comunes y, a menudo, más graves. Algunos de estos rasgos informan con precisión sobre la región de la que procede una persona; otros, incluso, dan datos concluyentes sobre su cultura o sobre su extracción social. El leísmo consiste en servirse de “le o les” como complemento directo, algo que molesta a los hablantes de cualquier zona. El leísmo en caso de complemento directo de persona no sólo está extendido, sino que es comúnmente aceptado —¿Has traído los libros? —Sí, les he traído. Les tengo ahí mismo. —¿Viste a Juan? —Sí, ayer pude verle.

El laísmo, fenómeno que resulta difícil de corregir por cuanto corresponde a una tendencia universal: la de ofrecer la información más clara posible por medio del menor esfuerzo necesario. Consiste en usar las formas “la” o “las” con función de complemento indirecto: ―Ayer vi a tu niña y la di un beso. La dije que te mandase recuerdos. El loísmo refleja una cultura ínfima en quien incurre en tal defecto, que consiste en usar “lo y los” como complemento indirecto. Muy pocos realmente dirán: Me cansó mucho y acabé por darlo un cachete al niño. Más fácil es incurrir en loísmos suaves.

SIGNOS ORTOGRÁFICOS

Las entonaciones, pausas y énfasis que regularmente empleamos en el lenguaje oral se indican en el lenguaje escrito por medio de diversos signos textuales a los que llamamos signos ortográficos. Se trata de marcas de tipo gráfico que facilitan la comprensión e interpretación de lo que leemos. Sin ellos, entender lo que alguien escribe sería más difícil y nuestra comunicación se vería seriamente afectada. Hay signos ortográficos de tres tipos que cumplen distintas funciones:

1. Diacríticos

Sirven para indicar rasgos o valores de alguna letra; existen dos: la tilde (´) y la diéresis (¨).

2. De Puntuación

El punto (.), la coma (,), el punto y coma (;), los dos puntos (:), los paréntesis (), los corchetes [], la raya (_), las comillas (“”), los signos de interrogación (¿?) y exclamación (¡!) y los puntos suspensivos (...) forman parte de este grupo.

3. Auxiliares

Los hay de diverso tipo. En este libro solo trataremos el guion, la barra y el apóstrofo, que son los de uso más frecuente. Pero existen otros más como el asterisco (*), la flecha (→), el calderón (¶), el signo del párrafo (§), la llave ({}) o la diple (< >). Los signos ortográficos también se clasifican por el número de componentes que los representan. Si solo tienen uno de apertura o cierre se les llama simples, como el punto, la coma, el punto y coma, los dos puntos y los puntos suspensivos. Si poseen dos elementos para señalar la apertura y cierre son dobles, como la raya, los paréntesis, los corchetes, las comillas y los signos de interrogación y exclamación; estos se escriben junto a la unidad textual que enmarcan, más adelante explicaremos esto con detalle.

USO DE LOS SIGNOS DE PUNTUACIÓN

Los signos de puntuación delimitan las frases y los párrafos, establecen la jerarquía sintáctica de las proposiciones para conseguir estructurar al texto, ordenan las ideas y las jerarquizan en principales y secundarias.

1. El Punto

El punto (".") es el principal signo de puntuación. Se usa para indicar una pausa mayor que la coma. Existen tres tipos de puntos dependiendo de su ubicación en el texto: punto y seguido, punto y aparte y punto final. El punto y seguido separa oraciones en un párrafo. El punto y aparte se usa para delimitar los párrafos y organizar las ideas. El punto final indica el cierre de un texto (es el último punto que se encuentra). También se emplea el punto para marcar los millares en las cifras que indican una cantidad (16.748.000), excepto cuando se trate de una fecha concreta (1998), una página (pg. 2356), un número de teléfono (795 2653), etc. Indica igualmente abreviación de un término (dpto. por departamento), de un nombre propio (Edward G. Robinson), de unas siglas (EE.UU.), etc.

Reglas de Uso

• Se escribe punto al final de un enunciado y una oración. • No se escribe punto al final de los títulos. • Se escribe punto después de las abreviaturas y sin dejar espacio junto a la abreviatura, pero sí después del punto (si se requiere): o Correcto: Sr. Germán. Querido Dr. Eusebio... o Incorrecto: Sra. Lucía. Lic. Juan • Siempre se usa mayúscula después de un punto.

o Correcto: Rafa ama a María. Ella no lo ama a él. o Incorrecto: Rafa ama a María. ella no lo ama a él. • Solo se escribe un punto (ver puntos suspensivos). o Correcto: Rafa ama a María. Ella no lo ama a él. o Incorrecto: Rafa ama a María. Ella no lo ama a él. • No se usa punto después de signos de interrogación ni de signos de admiración. o Correcto: ¿Cómo estás? o Incorrecto: ¿Cómo estás?

2. La Coma

La coma (",") es un signo de puntuación usado para marcar pausas breves en las oraciones.

Reglas de Uso

• Se usa coma para separar elementos en una enumeración o en un listado. o (1, 2, 3...) (Tú, yo, ella...). • Nunca se usa coma en listado o enumeraciones unidas por ni. o Correcto: Ni lo hiciste ni lo intentaste. o Incorrecto: Ni lo hiciste, ni lo intentaste. • Sólo se usa coma después de punto si sigue a una abreviación. o (el sr., la Sra.…). • Una coma nunca separa al sujeto del predicado. o Correcto: Juan ríe de un chiste, el chiste lo contó Luis. o Incorrecto: Juan ríe, de un chiste, el chiste lo contó, Luis. • Las acotaciones van entre dos comas (una antes y una al final): o Cristóbal Colón, explorador genovés, es conocido como el descubridor de América • En caso de que se usen varias comas (por lo regular más de cinco), se aconseja usa punto y coma para evitar la repetición.

3. Punto y Coma

El punto y coma (";") se utiliza para crear una pausa en los textos o para alternar el uso de la coma. Este signo se emplea de forma muy libre en aquellas ocasiones en las que podría sustituirse indistintamente por una coma o un punto, puesto que posee un valor intermedio entre ambos (pusieron todo su empeño para lograrlo; sin embargo, no fue suficiente). Es muy útil, por ejemplo, para separar los miembros de una oración cuando éstos ofrecen alguna dificultad de lectura por llevar incisos de diversa índole. Es norma servirse del punto y coma en el caso de oraciones adversativas que se introducen con: sin embargo, con todo o por ello.

Reglas de Uso

• Se usa punto y coma cuando se desea dar una pausa similar a la del punto, pero dando continuidad a la oración previa. • Se usa el punto y coma cuando se enumeran atributos con sus valores, después del segundo valor; después del atributo se usa coma y después del valor, punto y coma: o Mi color favorito es el azul; el de Juan, el naranja; el de Pedro, morado; el de Lupe, negro; y el de David, verde.

4. Dos Puntos

Este signo ortográfico se emplea generalmente al dar comienzo a una cita textual entrecomillada o al hacer una relación o enumeración de elementos (había tres personas en la sala: dos mujeres y un niño). La palabra que sigue a los dos puntos comienza por letra minúscula, a no ser que forme parte de una cláusula claramente independiente, como una cita literal o el texto que sigue al encabezado de una carta. También se emplean los dos puntos para separar las horas, los minutos y los segundos en las cifras que indican el tiempo (18:20:40 'dieciocho horas, veinte minutos, cuarenta segundos')

Reglas de Uso

• Para anunciar una enumeración escribiendo sus elementos uno a continuación de otro en la misma línea. Ejemplo:

o «Para aplicar a la vacante es necesario presentar: dos fotografías, comprobante de estudios, comprobante médico y fotocopia de identificación personal.» • Para anunciar una enumeración cambiando de línea cada vez que se escribe un nuevo elemento. Ejemplo: o Cinco gases nobles son: ▪ Helio ▪ Neón ▪ Argón ▪ Kriptón ▪ Xenón • Para anunciar citas textuales. Ejemplo: o Plutarco lo dijo así: «Lo que haces sin esfuerzo y con presteza, durar no puede ni tener belleza.» • Para anunciar el texto de una carta a continuación del saludo. Ejemplo: o Querida prima: Te escribo para saludarte y preguntarte por la salud de mis queridos tíos… • Después de los conceptos de informes, solicitudes, credenciales, u otros documentos. Ejemplo: o Nombre: o Apellidos: o Edad: o Estado civil: o Domicilio: o Teléfono: • Para expresar una relación de causa y efecto. Ejemplo: o «Ella me descubrió y lo entendió todo: me dirigió una última mirada, dio la vuelta y se marchó para siempre sin decir una palabra.»

5. Puntos Suspensivos

Los puntos suspensivos ("..."), comúnmente llamados tres puntos, (nunca más ni menos) se utilizan para crear intriga, suspenso, indicar una interrupción o el paso del tiempo. También se utilizan en las citas para indicar que un texto continúa después de donde acaba la cita. También se pueden emplear al final de una enumeración que se cierra con un etcétera (etc.).

Reglas de Uso

• En caso seguir a un punto, se omitirá el punto y se usarán puntos suspensivos. • Sólo se ponen tres puntos. • Cuando un texto inicia con puntos suspensivos se iniciará con minúscula, excepto en caso de que impere el uso de mayúscula.

6. Signos de Admiración

Los signos de admiración ("¡!") son dos signos de puntuación muy usados. Es éste igualmente un signo doble con el que se enmarcan las oraciones de modalidad exclamativa (¡hay que ver cómo llueve esta mañana!). Las reglas de uso son idénticas a las de los signos de interrogación.

Reglas de Uso

• Siempre se usan dos signos de admiración: uno de apertura (¡) y uno de cierre(!). • Los signos de admiración se usan para representar emociones fuertes: ira o enojo, tristeza profunda, sorpresa, entre otros. (¡Pero ¡qué está pasando aquí!). • Después de signos de admiración no se escribe punto. • También se utilizan para indicar una elevación en el tono de voz. • En ocasiones se utilizan seis signos de admiración (tres de apertura [¡¡¡] y tres de cierre [!!!]) para darle énfasis a una frase o palabra, lo cual es considerado correcto.

7. Signos de interrogación

Los signos de interrogación ("¿?") se utilizan para mostrar duda y/o indicar una pregunta.

Reglas de Uso

• Las preguntas siempre van dentro de signos de interrogación. • Las cuestiones universales (qué, quién, cómo, cuándo, dónde) siempre llevan acento cuando están dentro de signos de interrogación. • A los signos de interrogación nunca le sigue un punto.

8. Paréntesis

El paréntesis ["()"] o los paréntesis son signos de puntuación con diversos usos, entre ellos, dar aclaraciones y/o especificaciones, encerrar ejemplos, hacer acotaciones, etc.

Reglas de Uso

• Siempre se usan dos paréntesis: uno de apertura "(" y uno de cierre ")". • No puede haber un paréntesis dentro de otro, pero sí dentro de un corchete ("[]") o una llave ("{}"), y a su vez, uno de éstos sí podrá ir dentro de un paréntesis. o Si un punto precede a un paréntesis al final de una oración, un párrafo • un texto, también se usará punto afuera del paréntesis (si corresponde).

9. La raya

La raya o guion largo se usa aisladamente o bien como signo de apertura y cierre para enmarcar un elemento o enunciado. Su trazo horizontal es de mayor longitud que el del guion y el signo matemático menos. En algunos casos, sus funciones pueden ser sustituidas por comas o paréntesis. • Raya — • Menos (signo matemático) − • Guion -

Usos Principales Como Signo Doble

• Para insertar aclaraciones en un discurso o enunciado: Albert Einstein —aunque sus maestros le decían que no triunfaría en nada cuando era pequeño— está considerado uno de los genios más importantes de todos los tiempos. o El cuadro de Santa Teresa de Jesús —que está muy deteriorado— es del siglo XVI.

Usos Principales Como Signo Simple (una raya)

• Para introducir los diálogos de las personas o personajes sin mencionar sus nombres, después de la raya no se deja espacios y las intervenciones se anotan en líneas distintas: o —¿Acaso has dejado de amarme? o —No, solo que tu actitud ha sido muy dura conmigo. o —He hecho solo lo que tú has querido. o —No, has hecho lo que te dicta tu egoísmo. (Osorno, 2014)

REDACCIÓN DE NÚMEROS

Existen dos sistemas básicos para representar los números mediante signos: la «numeración arábiga», llamada así porque fue introducida en Occidente por los árabes, y la «numeración romana», heredada de los romanos. Además, los números pueden representarse mediante palabras, denominadas «numerales». En la numeración arábiga, cualquier número puede representarse mediante la combinación de solo diez signos, llamados cifras o dígitos: 0, 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9; la numeración romana se basa en el empleo de siete letras del alfabeto latino, a las que corresponde un valor numérico fijo. Debido a su mayor simplicidad, la numeración arábiga sustituyó en la Edad Media al sistema romano, que ya no se emplea en la actualidad, salvo en unos pocos casos.

Uso de cifras o de palabras.

La elección de cifras o de palabras en la escritura de los números depende de varios factores: • el tipo de texto de que se trate, • la complejidad del número que se deba expresar • el contexto de uso.

Así, en general, en textos científicos y técnicos es más normal, por su concisión y claridad, el empleo de cifras, y resulta obligado cuando se trata de operaciones matemáticas, cómputos estadísticos, inventarios, tablas, gráficos o cualquier otro contexto en que el manejo de números es constante y constituye parte fundamental de lo escrito. A este respecto pueden ofrecerse las siguientes recomendaciones generales:

Se escribirán preferentemente con letras:

• Los números que pueden expresarse en una sola palabra, esto es, del cero al veintinueve, las decenas (treinta, cuarenta, etc.) y las centenas (cien, doscientos, etc.) • Los números redondos que pueden expresarse en dos palabras (trescientos mil, dos millones, etc.) • Los números que se expresan en dos palabras unidas por la conjunción y (hasta noventa y nueve) • No es recomendable mezclar en un mismo enunciado números escritos con cifras y números escritos con letra; así pues, si algún número perteneciente a las clases antes señaladas forma serie con otros más complejos, es mejor escribirlos todos con cifras: o En la Biblioteca de Palacio hay 35 manuscritos y 135 226 volúmenes impresos, 134 de ellos incunables. • En textos no técnicos es preferible escribir con letras los números no excesivamente complejos referidos a unidades de medida. En ese caso, no debe usarse el símbolo de la unidad, sino su nombre • Todos los números aproximados o los usados con intención expresiva. • Los números que forman parte de locuciones o frases hechas

Se escribirán con cifras:

• Los números que exigirían el empleo de cuatro o más palabras en su escritura con letras, en algunos documentos, como cheques bancarios, contratos, letras de cambio, etc., por razones de seguridad, la expresión en cifras va acompañada normalmente de la expresión en palabras: o Páguese al portador de este cheque la cantidad de veinticinco mil trescientos treinta y ocho quetzales. • Los números formados por una parte entera y una decimal. También en este caso, en cheques bancarios, contratos, letras de cambio, etc., • Los porcentajes superiores a diez: o En las últimas elecciones votó el 84% de la población. • No debe dejarse espacio de separación entre el número y el signo %. Hasta el diez suele alternar el empleo de cifras o palabras en la indicación de los porcentajes: o El 3% (o tres por ciento) de los encuestados dijo no estar de acuerdo con la medida. • El símbolo % debe leerse siempre «por ciento», no «por cien», salvo en el caso del 100%, que puede expresarse en letras de tres modos: cien por cien, cien por ciento o ciento por ciento. • Los números referidos a unidades de medida, cuando van seguidos del símbolo correspondiente. • Los números seguidos de la abreviatura del concepto que cuantifican. • Los números pospuestos al sustantivo al que se refieren (expresado o no mediante abreviatura), usados para identificar un elemento concreto dentro de una serie

Uso de los Números Romanos

La numeración romana se basa en el empleo de siete letras del alfabeto latino, a las que corresponde un valor numérico fijo: • I = (1) • V = (5) • X = (10) • L = (50) • C = (100) • D = (500) • M= (1000)

Para escribir correctamente un número utilizando este sistema, es necesario tener en cuenta lo siguiente:

• Aunque en textos antiguos se usaban a veces letras minúsculas para representar los números romanos, hoy deben utilizarse solo letras con forma mayúscula. Cuando se refieran a sustantivos escritos en minúscula, se recomienda escribirlos en versalitas (letras de figura mayúscula, pero del mismo tamaño que las minúsculas): siglo V, páginas XIX, XXIII; y en versales (letras mayúsculas de tamaño superior al de las minúsculas), cuando vayan solos o se refieran a sustantivos escritos con inicial mayúscula: Alfonso X, II Congreso Internacional. Cuando los números romanos se usan con valor ordinal, no deben acompañarse de letras voladas: tomo

VI, II. ª Guerra Mundial. • No debe repetirse hoy más de tres veces consecutivas una misma letra; así, el número 333 se escribe en romanos CCCXXXIII; pero 444 no puede escribirse CCCCXXXXIIII; se escribe CDXLIV. • Nunca se repetirá dos veces una letra si existe otra que por sí sola representa ese valor; así, no puede escribirse VV para representar el número 10, porque ese valor lo representa la letra X. • Cuando una letra va seguida de otra de valor igual o inferior, se suman sus valores: VI=(6),

XV=(15), XXVII=(27). • Cuando una letra va seguida de otra de valor superior, se le resta a la segunda el valor de la primera: IV=(4), IX=(9), XL=(40), XC=(90), CD=(400), CM=(900). • El valor de los números romanos queda multiplicado por mil tantas veces como rayas horizontales se tracen encima: así, L- = (50 000), M-- = (1 000 000 000).

En la actualidad, solo se usan los números romanos, casi siempre con valor ordinal, en los casos siguientes: • En monumentos o lápidas conmemorativas, para indicar los años. • Para indicar los siglos: siglo XV, siglo XXI. Se escriben siempre pospuestos al nombre. No deben usarse, en este caso, números arábigos: siglo 21. • Para indicar las dinastías en ciertas culturas. • En las series de papas, emperadores y reyes de igual nombre: Juan XXIII, Pablo III, Felipe IV. • En la numeración de volúmenes, tomos, partes, libros, capítulos o cualquier otra división de una obra, así como en la numeración de actos, cuadros o escenas en las piezas teatrales. • En la denominación de congresos, campeonatos, certámenes, festivales, etc. • Para numerar las páginas de secciones preliminares de una obra (prólogo, introducción, etc.), con el fin de distinguirlas de las del cuerpo central.

EL SUSTANTIVO

Para el que habla una lengua cualquiera la primera propiedad de las cosas es su nombre. La posibilidad de dar un nombre a las cosas responde a un proceso sumamente complejo, desde lo psicológico y cultural. Nombrar las cosas es darles una entidad. La gramática estudia la forma en que se comportan esas entidades una vez que las concebimos como tales. Entidad, al hablar de entidad, hablamos de algo que es concebido como existente. Por ejemplo: bondad, alegría, mesa, silla, hombre, etc.

Una entidad es "algo" que se concibe como existente, aun cuando en realidad no exista. Por ejemplo, sabemos que existen las cosas, los seres, los sentimientos, los lugares, las acciones, los eventos. Entonces podemos decir que los sustantivos son: • Palabras que se refieren a objetos, • Seres vivos (personas, animales, plantas), • Lugares, • Manifestación de sentimientos, • De estados, • Comportamientos, • Propiedades, • Acciones, • Conceptos • Acontecimientos a las que se les otorga una entidad, por el simple hecho de darles un nombre.

A los sustantivos que nombran personas, animales y vegetales, se los denomina Animados (Humanos/No Humanos: vegetales y animales) y a los que designan objetos (naturales/tecnológicos): Inanimados. Ejemplos: • ANIMADOS: conserje, notario, anaconda, jaguar. • INANIMADOS: montaña, papel, bolígrafo, tomate

Sustantivos Comunes y Sustantivos Propios

Por lo tanto, podemos definir como sustantivos comunes a las palabras que designan seres y cosas de la misma clase, es decir, incluyen en un conjunto a todas las entidades de la misma especie. // Por ejemplo: locutor, televisión, programas, micrófono, lentes. Y sustantivos propios a las palabras que se refieren a un ser determinado para distinguirlo de otros. Sirven para distinguir personas, lugares de modo único y propio. Se escriben con mayúscula. Por ejemplo: • Marcelo Tinelli, • Videomatch; • Julián Reich, • Trato Hecho; • Mario Pergolini, • CQC.

Sustantivos Individuales y Colectivos

Habrá advertido que algunas de las imágenes remiten a una sola entidad mientras que otras, a un conjunto. En consecuencia, se denominan SUSTANTIVOS INDIVIDUALES a las palabras que designan una sola entidad, como casa o árbol, y SUSTANTIVOS COLECTIVOS a los términos que nombran en singulares conjuntos de entidades. Ejemplos: • Rebaño: conjunto o grupo de ovejas. • Piara: conjunto o grupo de cerdos. • Arboleda: conjunto o grupo de árboles.

Sustantivos Concretos y Manifestativos

Está comprobado que el tiempo y el espacio junto con las personas, animales, objetos y cosas forman un escenario de tres dimensiones que hace posible convertirlos en una entidad material. Por lo tanto, a las palabras que designan estas entidades materiales, la Gramática las denomina Sustantivos

Concretos.

Ejemplos: mujer, muchacho, tigre, jirafas, mesa, libro, etc.

En cambio, a partir de las imágenes también se puede expresar por medio de palabras las sensaciones que dichas imágenes provocan, de ese modo, darles una entidad. A las palabras que resultan de una conceptualización y se las construye en una entidad como cualidades, estados, comportamientos y propiedades, se las denomina Sustantivos Manifestativos.

Cuando esos sustantivos provienen de un adjetivo, se los considera deadjetivales. Por ejemplo, los que provienen de: • Cualidades, como bello, hermoso, inteligente, y le dan nombre a esa cualidad: belleza, hermosura, inteligencia. • Estados, como colérico, iracundo, y le dan nombre a ese estado: cólera, ira. • Formas de comportamiento, como loco, arrebatado, y les dan nombre a esos comportamientos: locura, arrebato. • Propiedades a las que se les da un nombre: redondez, estrechez.

EL ADJETIVO

La Gramática denomina adjetivos a las palabras que se usan para describir a las personas animales y objetos. Los adjetivos son palabras que completan el sentido de otras palabras, es decir, que asignan a lo nombrado por los sustantivos una propiedad o atributo, o un conjunto de propiedades o atributos. Ejemplos: • Libro azul • Señora delgada • Puerto marítimo.

Lo expresado por los adjetivos puede ser graduable y medible, por lo tanto, pueden ser acompañados con adverbios que indican el grado o la extensión de la propiedad expresada por el adjetivo. Ejemplos: • Una habitación poco luminosa. • Un libro muy interesante. • Un acontecimiento bastante especial.

Algunos adjetivos tienen un sentido diferente si van antepuestos o pospuestos al sustantivo en el sintagma nominal. Ejemplo: • Una mujer pobre. • Una pobre mujer

El adjetivo puede ser atributo o modificador del nombre sustantivo. Tiene que concordar con el sustantivo en género y número.

Se pueden distinguir entre los adjetivos:

Los que indican una sola propiedad como "calificativos". Ejemplos: El diccionario verde; La fruta dulce; El niño alto.

Los que relacionan la entidad nombrada por el sustantivo con un ámbito o actividad como "relacionales". Ejemplos: El diccionario médico; La política cultural; El sabor mineral. Entonces: Se denomina adjetivos calificativos a los términos atributivos cuya función es la de atribuir a las entidades propiedades que las describen y singularizan y adjetivos relacionales a los que relacionan la entidad nombrada por el sustantivo con un ámbito o actividad.

En síntesis: Según su valor semántico, los adjetivos calificativos pueden expresar: • Dimensión: largo, alto, bajo, angosto, estrecho... • Velocidad: rápido, lento, lerdo, veloz... Propiedades físicas: • Forma: redondo, ovalado, sinuoso, rectilíneo... • Peso: ligero, liviano, macizo, robusto... • Consistencia: espeso, denso, fluido, líquido... • Sabor: dulce, amargo, soso, agrio... Impresión táctil: aterciopelado, sedoso, áspero, rugoso... • Temperatura: caliente, frío, tibio, fresco... • Sonoridad: grave, agudo, débil, fuerte, ronco... • Color: rojo, verde, rojizo, púrpura, canoso, luminoso… • Edad: viejo, anciano, joven, antiguo, moderno... • Valoración de la entidad: agradable, tremendo, hermoso, perfecto... • Aptitudes y predisposiciones humanas: astuto, sagaz, idiota, sensible, cordial, simple, emotivo, petulante...

EL VERBO

El Verbo es una clase de palabra que sintácticamente funciona como núcleo del predicado de una oración; morfológicamente se conjuga en tiempo, aspecto, modo persona y número; semánticamente indica acción, proceso o estado que realiza o padece el sujeto

Estructura del Verbo:

La estructura del Verbo es: lexema + vocal temática + desinencia verbal (de tiempo, modo, persona y número):

cantaban → cant (lex) + a (v. tem) + ba (tiempo, asp, modo) + n (pers, núm) Veamos en qué consisten cada una de estas partes: Lexema: es la parte invariable de la palabra y aporta el significado léxico

Desinencia verbal:

Son morfemas de flexión verbal que aportan significado gramatical de tiempo, aspecto, modo, persona y número Vocal temática: morfema que une el lexema y las desinencias verbales. Los verbos conjugados, en la lengua española, siempre indican persona (primera, segunda, tercera) y número (singular, plural), para poder concordar, en las oraciones, con el sustantivo o sintagma nominal que funciona como sujeto.

División del verbo:

Se divide en activo, neutro, y recíproco. Verbos activos, o transitivos son aquellos, cuya acción, o significación pasa a otra cosa, y termina en ella, como: amar a Dios: venerar la virtud: aborrecer los vicios. • Neutros, o intransitivos son aquellos, cuya significación no pasa a otra cosa, como: nacer, vivir, morir. Llamaron así los latinos a los que no eran activos, ni pasivos. Entre nosotros (que no tenemos verbos pasivos) no debieran llamarse neutros, sino intransitivos, pero así lo ha querido el uso. • Recíprocos, o reflexivos se llaman a los verbos, cuya significación no solo no pasa a otra cosa, sino que retrocede por medio de algún pronombre personal, a la que da acción o movimiento al verbo, como: amañarse, arrepentirse, abroquelarse. Y así se dice: yo no me amaño: tú te arrepientes: ellos se abroquelan. Estos verbos que nunca se usan sin pronombres personales, no debieran llamarse recíprocos, ni reflexivos, sino pronominales.

Los Modos de los verbos son cuatro.

¿Cuál es el punto de vista del hablante respecto de la realización de las acciones, procesos, existencias o estados expresados por el verbo? El hablante puede ver su realización como una certeza (Modo Indicativo), como una incertidumbre (Modo Subjuntivo) o construirla como una orden o sugerencia (Modo Imperativo). 1. Indicativo, el que indica o demuestra sencillamente las cosas, como: yo soy, tú amas. 2. Subjuntivo, el que necesita juntarse con otro verbo expreso o suplido que perfeccione el sentido de la oración, como: justo es que yo ame á quien me ama: yo escribiría si pudiese. 3. Imperativo, el que sirve para mandar, como: trae papel: escribe esa carta. 4. Infinitivo, el que no se ciñe a tiempos, números, ni personas, y necesita otro verbo que determine el sentido, como: • Conviene callar: • Quiero escribir.

Por esto no debiera contarse el infinitivo entre los modos, pues ésta palabra amar por sí sola no dice quien ama, cuando, ni cómo; pero sin embargo llaman comúnmente los gramáticos modo a esta palabra principal, y raíz de cada verbo.

Cuando el infinitivo está por sí solo sin otro verbo que determine su sentido, sirve para distinguir unos verbos de otros, y así se dice: el verbo hablar, el verbo leer, el verbo escribir: y por eso se usa del infinitivo en los Diccionarios de las lenguas vulgares, con preferencia a todas las demás terminaciones. Cuando le precede artículo masculino, hace oficio de sustantivo del mismo género, y así se dice: el andar es bueno: el correr es malo. Ejemplos: observe los diferentes matices que adquiere la acción expresada por el verbo venir en estos tres enunciados: • Juan viene mañana (certeza). • No sé si Juan venga mañana (incertidumbre). • Juan, vení mañana (mandato).

La formación de los tiempos simples, y conjugación de los verbos regulares

Los tiempos simples o propios de los verbos regulares se forman del infinitivo. Los compuestos o impropios no tienen formación particular, sino una general, todos los infinitivos de nuestros verbos acaban en ar, en er, o en ir, y estas tres terminaciones de los infinitivos constituyen nuestras tres conjugaciones primeras, segunda, y tercera por el mismo orden. Cada una de ellas forma sus tiempos con otras terminaciones que tienen las personas después de aquellas letras radicales que son invariables en todos los modos, tiempos, números, y personas de cada uno de los verbos regulares; y esta variedad de terminaciones es lo que se llama conjugación. Estas terminaciones de las personas, aunque son diferentes en cada conjugación respecto de otra, son uniformes en todos los verbos regulares que comprende cualquiera de ellas: de suerte que los verbos amar, enseñar, aconsejar (que son de la primera conjugación) han de tener igual terminación en las personas de iguales tiempos: en el presente singular de indicativo.

Verbos Irregulares

La identidad de letras radicales, y terminaciones, que se establece para distinguir los verbos regulares de los irregulares, debe entenderse que no comprende las leves mutaciones a que obliga la ortografía; y así los verbos acabados en car, en cer, en cir, en gar, no dejarán de ser regulares solo porque algunas personas de los tres primeros muden la c en qu, o en z, y los del último admitan u después de la g, pues esto consiste en el distinto valor que tienen la c, y la g, con las letras a, o, u, que con la e, y la i: en los verbos tocar, vencer, resarcir, pagar, decimos toqué, venzo, resarzo, pagué; porque (como saben los niños que deletrean) no se puede decir: tocé, vénco, resarco, pagé; y así se buscan letras equivalentes para igualar la pronunciación fuerte, o suave que se requiere. Por la misma razón no es irregular el verbo delinquir, aunque algunas personas no tienen qu, como delinco, delincamos, pues la q, y la u hacen oficio de c cuando se sigue e, i para suplir la pronunciación fuerte, que la c no tiene con estas dos letras.

Conviene, pues, tener presentes las reglas de ortografía para no calificar de irregulares los verbos que no lo son. Tampoco son irregulares los verbos de la primera conjugación, cuyo infinitivo tiene por última letra radical e, y la duplican en algunos tiempos, como: • Pretérito. haber habido. • Futuro. haber de haber. • aguijonear. aguijoneé. • alancear. alanceé.

Porque la e primera es radical, y la segunda es terminación invariable de todos los verbos regulares de la primera conjugación para los mismos tiempos. Los verbos acabados en eer, como: creer, leer, poseer, proveer, en las terminaciones que tienen i la mudan en y cuando necesita herir a otra vocal, como: • creyó, creyeron: • leyera, leyésemos: • poseyere, poseyéremos.

EL ADVERBIO

Se define al adverbio, en general, por la asociación de tres criterios: • Invariabilidad: ella vino hoy, él vino hoy, ellos vinieron hoy. • Carácter facultativo: ella vino, él vino, ellos vinieron. • Dependencia con referencia a otro elemento de la oración: vino hoy; muy alegre; más tarde.

Los adverbios se clasifican de la siguiente manera: • Tiempo (hoy, mañana, ayer, etc.) • Lugar (allí, cerca, lejos, arriba, etc.) • Modo (así, lentamente, rápidamente, sucesivamente, etc.) • Cantidad (mucho, más, bastante, poco, etc.) • Afirmación (sí, cierto, ciertamente, etc.) • Negación (no, tampoco, nunca, etc.)

Pero, a los fines de comprender su dinámica, adoptaremos otros criterios: sintáctico y semántico. Así hablamos de: • Construcciones sintácticas del adverbio: Por la función en el enunciado. • Interpretación semántica de las construcciones adverbiales: De acuerdo con el sentido que adquieren en el texto.

Ciertos adverbios funcionan como equivalentes de un enunciado o como su núcleo predicativo (construcción sintáctica del adverbio). Sirven para: • afirmar (Ejemplos: sí, ciertamente) • negar (Ejemplos: no, nunca, ...) • expresar la posibilidad o la incertidumbre (Ejemplos: quizás, probablemente, tal vez) Ejemplos: – ¿Recibiste mi carta? – Sí / No – ¿Me amas? – Probablemente / Seguramente / Quizá

El adverbio puede funcionar, desde la perspectiva sintáctico - semántica como complemento circunstancial de modo: Ejemplos: • Realizó su tarea hábilmente. • Volvieron a sus hogares apresuradamente.

Desde la perspectiva enunciativa opera también como modalizador de todo el enunciado, es decir, expresa el modo como se interpreta o se vivencia el contenido de lo dicho: Ejemplos: • Desgraciadamente no he podido esperarlo. • Francamente eso no me interesa. • Felizmente han llegado bien a su destino

El adverbio también puede funcionar como elemento introductor de una oración interrogativa. Por ejemplo: • ¿Cuándo vendrá? / ¿Cómo lo hizo? / ¿Por qué estás triste? / ¿Dónde vive?

Desde la perspectiva semántica sirve para interrogar sobre el tiempo, el modo, la causa, el lugar También hay adverbios que funcionan como elementos que caracterizan a una oración negativa. Por ejemplo: • Nunca viene; • No sabe nada; • No lo quiero más...

REGLAS ORTOGRÁFICAS PARA EL USO DE LAS LETRAS DEL ALFABETO

Para entender mejor los conceptos de lo visto anteriormente también es importante señalar que no solamente existen normas que rigen la escritura de palabras y números en específico como normas gramaticales y ortográficas, sino también hay normas que rigen el uso de las letras del alfabeto para la escritura correcta de las palabras, A continuación, se le presentan una serie normas y reglas del uso de las letras.

REGLAS PARA EL USO DE LA “B” (SE ESCRIBE CON B, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Después de m. tambor, mambo, temblor Los verbos terminados en -bir. escribir, describir, inscribir hervir, vivir, servir Todos los verbos conjugados en pretérito imperfecto del modo indicativo, cuyos infinitivos terminen en -ar así como el verbo ir conjugado en este tiempo; terminaba, caminábamos, amabas iba, ibas, iba, íbamos, iban Siempre que ésta va seguida de las consonantes l ó r. blanco, amable, brisa, costumbre Los compuestos y derivados de palabras que llevan esta misma letra. cabeza y cabezal tubo y entubado borracho y borrachera Los vocablos que empiezan con bibli- o con las sílabas bu, bur-, bus. bíblico, Buda, burguesía, busto Después de las sílabas ca-, co, cu- y ce cabello, cebada, cobarde, cubo caverna, cavar, cavilar, cavidad, caviar

Cuando está al final de una sílaba o palabra. Cuando aparece después de ha, he, hi, hu: aeroclub, baobab, Bob, Caleb, club, esnob, Job, sub, web. Habana, habanero, haber, habilitado, hábil, habitación, habla, habladuría, hebilla, hebreo, hibernación, híbrido

Cuando las palabras inician con alb, arb:

alba, albacea, albanés, albañil, albarda, albaricoque, albatros, albedrío, alberca, albergue, arbitraje, árbol, arboleda, arborescencia, arbusto Si contienen los siguientes prefijos: Bi, bis (dos): bianual, biberón, bisabuelo, bisbisear. Biblio (libro): bibliografía, biblioteca, biblia. Bio (vida): biodegradable, biodinámica, bioética, microbio. Sub (debajo de): subjetivo, sublime, sublunar, submarino, sublingual.

REGLAS PARA EL USO DE LA “V” (SE ESCRIBE CON V, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

as palabras donde a ésta la anteceden b, d o n cuando aparece después de la sílaba ol: Obvio,

disolver, olvidar, polvo, solvencia. Si sub se antepone a b: subbloque, subboreal

Palabras que inician con eva, eve, evi y evo:

evasión, eventual, evitar, evolución. Palabras que empiezan con di: divergir, dividendo, dividir, diván, diverso.

Cuando la v aparece después de las sílabas lla, lle, llo y llu: Adjetivos que terminan en ave, avo, ava, eve, evo, eva, ivo, iva: Palabras finalizadas en ívoro/ívora (voro, sufijo que proviene del latín vorare, que significa devorar): Cuando la v aparece tras la sílaba cla: llavero, llevo, llover, lluvioso.

grave, nueve, nocivo, esclavo, octavo, leve, longevo, nueva, decisiva, activo. carnívoro, herbívora, insectívoro, omnívoro, frugívorofructívoro.

clave, clavel, clavícula, clavicordio, clavado, clavar, esclavo, enclave. ébano y sus derivados ebanista y ebanistería. dibujo y sus derivados: dibujante, dibujar

víbora

Cuando aparece después de pri y pro: privada, privación, privilegio, privatizar, provecho, proveedor, provenir, provento, provenzal. probar, probeta, problema, probo, probóscide y sus derivados, además de probélico y probritánico.

Homófonos con b/v Los homófonos son las palabras que tienen igual pronunciación o sonido (homo, igual; fono, sonido), pero distinta escritura y significado. Existen diversas homófonas con v y b. Acerbo: áspero al gusto; riguroso, desapacible, cruel. / Acervo: bienes morales o culturales; montón de cosas. Cave: acción y efecto de cavar. / Cabe: que puede ser contenido en otra cosa. Cabila: tribu africana. / Cavila: pensar profundamente. Convino: de acordar, convenir. / Combino: de combinar, unir cosas diversas de manera que formen un compuesto. Envestir: conferir una dignidad o cargo importante. / Embestir: ir con ímpetu sobre alguien o algo. Grabar: captar y almacenar imágenes o sonidos en un disco, cinta magnética u otro instrumento, de manera que se puedan reproducir. / Gravar: imponer un gravamen o impuesto. Hierva: de hervir. / Hierba: planta pequeña de tallo tierno; perece después de dar la simiente en el mismo año o al segundo. Nabal: relativo a los nabos; tierra sembrada con nabos. / Naval: relacionado con las naves y la navegación. Nobel: premio otorgado por la fundación sueca Alfred Nobel a artistas y científicos. / Novel: con poca experiencia Revelar: descubrir o manifestar lo ignorado o secreto. / Rebelar: sublevar, levantar, oponer resistencia. Recabar: conseguir con instancias o súplicas lo que se desea. / Recavar: volver a cavar Rivera: apellido; arroyo. / Ribera: margen u orilla del mar o río. Sabia: persona que posee sabiduría. / Savia: líquido que circula por algunas plantas, del cual toman las células las sustancias que necesitan para su nutrición.

REGLAS PARA EL USO DE LA “S” (SE ESCRIBE CON S, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Las que terminan en ase, ese, ensa, enso; en los adjetivos que terminan en sivo, siva; y en los gentilicios que terminan en ense, iense, és, esa: Cuando comienzan por las sílabas tras, des, dis, seg, sig base, cese, defensa, propenso, agresivo, abrasiva, londinense, jalisciense, aragonés, genovesa.

trascender, descender, disgusto, segmento, siguiente.

Los sustantivos terminados en sión cuando provienen de adjetivos que terminan en so, sivo, sible, sor: Los adjetivos y algunos nombres terminados en oso, osa, ísimo, ísima, ésimo, ésima, ismo, ista: confuso, confusión; conclusivo, conclusión; admisible, admisión; sucesor, sucesión

borroso, penosa, santísimo, novísima, vigésimo, trigésima, idealismo, periodista

Los plurales de las palabras que terminan en s:

mes, meses; res, reses; revés, reveses; siamés, siameses Las que terminan en sis: hipótesis, hipnosis, mitosis, cirrosis, análisis, génesis.

Se escribe la terminación sión si está precedida por las consonantes l, r, la vocal e o la sílaba mi: propulsión, emulsión, expulsión, diversión, conversión, distorsión; sucesión, cohesión, opresión, misión, transmisión, intromisión

Las terminaciones ersa, erso, erse: conversa, viceversa, reverso, adverso, entrometerse, moverse. nocivo, trenza, comienzo, lienzo, cuece, agradece, pace (de pastar el ganado) y el gentilicio vascuence

cigüeña, cegar, cigarro, cigarra y sus derivados; trazar y sus derivados; zigzaguear; cigoto y sus derivados; todas las que llevan el prefijo deci

décimo y derivados; los sustantivos terminados en ozo: trozo, mozo, calabozo, esbozo, sollozo, gozo, entre otras

esfuerza, esfuerzo, esfuerce, tuerce, mastuerzo.

Ante las consonantes b, d, f, g, l, m, q:

Las terminaciones esco, esca, isco, isca, usco, usca: esbelto, esbirro, presbítero, desde, esfinge, rasgo, isla, mismo, esquimal. gigantesco, carnavalesca, mordisco, risca, brusco, chusca. exfoliar, exquisito

cuzco, pellizco, negruzco, pizca, blancuzco, bizco, entre otros (Osorno, 2014)

REGLAS PARA EL USO DE LA “C” (SE ESCRIBE CON C, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Cuando la c es equivalente al sonido k y está antes de las vocales a, o, u, ante consonante y al final de sílaba: Las que en sus familias léxicas contienen to:

Las que provienen de los participios ado, ido: caja, foco, cuerpo, aclamo, cráter, técnico, clic, tictac, cómic, fracaso, franco.

canto, canción; absorto, absorción; absuelto, absolución; afinamiento. aceptado, aceptación; afinado, afinación; rendido, rendición; condicionado, condición.

Los plurales de las palabras que terminan con z: Los diminutivos de palabras que contienen los grupos cico, cito o cillo al final:

lápiz, lápices; codorniz, codornices; lombriz, lombrices. pan, panecito, panecillo; camarón, camaroncito; hombre, hombrecito, hombrecillo; Las que comienzan con circu: circular, circunferencia, circunspecto, circulación, circuito Las que terminan en cida: agradecida, convencida, esclarecida, nacida, torcida, cocida, aparecida, desaparecida.

Cuando llevan la terminación cia, cie, cio: eficacia, arrogancia, acaricie, Horacio, reacio, comercio, palacio, beneficio.

Las que terminan en ancio, ancia, encia, iencia, encio, uncia, uncio: rancio, abundancia, paciencia, conciencia, silencio, renuncia, anuncio.

En las palabras donde se presenta el grupo sc adolescente, consciente, abscisa, absceso, ascenso, piscina, susceptible, descender.

Se escribe con cc las palabras que en sus familias léxicas contienen el grupo ct: En las voces que terminan en cimiento de los verbos acabados en cer y cir: Los verbos cuyas terminaciones son ceder, cender, cer, cibir, cir, citar, ciar, siempre y cuando no contengan s en sus raíces: contracto, contracción; instructivo, instrucción; correcto, corrección. enrojecer, enrojecimiento; padecer, padecimiento; fruncir, fruncimiento conceder, concedo; ascender, asciendo; hacer, hace; recibir, recibo; decir, decía; incitar, incito; codiciar, codicie anorak, yak, quark.

Nota: la terminación en estas palabras es ción.

Nota: las terminaciones de este tipo de palabras son ación, ición. Existen algunas palabras cuyos participios en ado, ido no terminan en c, sino en s

Las palabras que contienen s en su última sílaba. Por ejemplo: masa, masita; casa, casita; rosa, rosita; cosa, cosita

cosida (hilo) y asida

No se usa c en palabras como ansia, adefesio, gimnasio, indonesio, etc. hortensia y ansia

Existen algunas palabras que llevan este grupo sin que en sus familias léxicas contengan ct:

REGLAS PARA EL USO DE LA “Z” (SE ESCRIBE CON Z, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Ante las vocales a, o, u, ante consonante y en posición final de palabra o sílaba. En algunas palabras aparece ante las vocales e, i: Las palabras cuyos plurales terminan en ces: En los sustantivos y adjetivos terminados en az, oz: En los sustantivos terminados en azgo, anza y las palabras que terminan en ez, eza, zon:

En los aumentativos que terminan en aza, azo:

En los diminutivos y despectivos que terminan en zuelo, zuela, uza: Las que terminan en izo, iza cuyos significados se refieren a menosprecio o acciones repetitivas: zapato, razonable, azufre; amanezca, brizna, juzgar; feliz, luz; zinc.

lápices, lápiz; -luces, luz; raíces, raíz capataz, antifaz, suspicaz, locuaz; arroz, voz, veloz, feroz. almirantazgo, compadrazgo, cobranza, bonanza, ajedrez, calidez, extrañeza, fortaleza, tizón, tropezón. hacha, hachazo; -navaja, navajazo, amiga, amigaza; -mano, manotazo. ladrón, ladronzuelo; puerta, portezuela; piedra, pedrezuela; capa, caperuza pegadizo, huidizo, escurridizo, olvidadiza, quebradiza. rasgo, gansa, mes, promesa y camisón, entre otras que no siguen esta regla.

Hay palabras que no siguen esta regla porque su significado no denota menosprecio o acciones repetitivas: piso, liso, paraíso, repisa, premisa, risa, entre muchas otras.

Los verbos que terminan en izar:

Se escribe con zc las conjugaciones en primera persona del presente indicativo y todas las personas del presente subjuntivo de los verbos irregulares terminados en acer, ecer, ocer, ucir: esclavizar, vulcanizar, horrorizar, profetizar, profundizar. nacer, nazco, nazcamos; pertenecer, pertenezco, pertenezcamos; conocer, conozco, conozcamos; conducir, conduzco, conduzcamos. Los verbos alisar, decomisar, avisar, guisar, pisar, improvisar, divisar y otros menos comunes. Verbo hacer y sus derivados; verbo cocer y sus derivados

REGLAS PARA EL USO DE LA “X” (SE ESCRIBE CON X, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Las que contienen el prefijo ex (‘fuera’, ‘privación’) y extra (‘fuera de’):

Las que contienen los elementos compositivos xeno (extranjero), xero (seco, árido) y xilo (madera): El prefijo ex antes de las sílabas pla, ple, pli, plo, pre, pri, pro y antes de la h:

Se escriben con x las voces que terminan en ión cuando tienen palabras afines terminadas en jo, xoe: Algunas palabras llevan x al final: excursión, exhalar, extraer, extraño.

Hay algunas palabras que admiten su escritura con x y con s como: excusado, escusado; expoliar, espoliar; mistificar, mixtificar, entre otras. xenofobia, xilófono, xerografía. Nota: es incorrecta la pronunciación de la x inicial como /k+z/ en lugar de /s/: ksenofóbia.

explanada, expletiva, explícito, explosión, expresar, exprimidor, expropiación; exhumar, exhalar.

conexo, conexión; complexo, complexión. esplendor y sus derivados, espliego y algunos extranjerismos incorporados al español como espray o esprínter.

fénix, látex, índex, ántrax.

La x conserva su antiguo valor como representante del fonema /j/ en:

Las palabras que contienen las siguientes raíces latinas o griegas: México, Oaxaca o Texas (con sus respectivos derivados), así como en Ximena, Xavier o los apellidos Ximénez o Mexía Flex (curvatura o pliegue): flexible, flexibilidad, flexión, papiroflexia. Lex (palabra): lexema, léxico, lexicología. Oxi (ácido o agudo): oxidado, oxidante, oxígeno, oxigenar. Sex (sexo): sexo, sexismo, sexólogo, sexi. Sex (seis): sextante, sexto, sexenio, sexteto. Tax (ordenación, tasa): taxonomía, taxímetro, taxónomo, sintaxis. Tox (veneno): tóxico, intoxicar.

REGLAS PARA EL USO DE LA “G” (SE ESCRIBE CON G, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Si le sigue a, o, u:

Si aparece antes de una consonante o al final de una palabra o sílaba: Si aparece la u ante la e o la i, estas deben pronunciarse cuando la u lleva diéresis (ü):

Para representar el fonema /g/ ante las letras e, i, es necesario utilizar el dígrafo gu:

Las que contienen la secuencia inge:

Aquellas que incluyen las sílabas gen o ges: gabán, ciego, gozar, gol, gusano, aguja dogma, grave, regla, tuareg, zigzag.

pingüino, cigüeña, antigüedad, bilingüe, desagüe, agüita, lengüetazo, monolingüe, ungüento guerrero, guepardo, guiso, guitarra, guiño, guineo, alguien, guiar, guion, burgués, merengue, albergue, dengue, enjuague, desfogue. rinofaringe, meninge, faringe, restringe, infringe, finge, ingenerable, ingeniar, ingeniería, ingenio, ingente, ingenuamente, ingenuidad, ingestión, ingerir. gentilicio, gendarme, gente, gestación, gesticular injerir (se) y sus derivados injerencia, e injerto y sus derivados (injertar).

jengibre, ajenjo, ajeno, jesuita, berenjena, enajenar, avejentarse, majestad y las terminaciones en jen de los verbos que tienen j en sus infinitivos

Palabras que empiezan con gest, geo (tierra): Cuando empiezan con las sílabas al, an, ar, co, con, in, lon, legi, legis:

Las que terminan en logía, gogia, gogía: Cuando terminan con genario, géneo, geno, genio, gesimal, génere, génico, gélico, gésico, gésimo, gético:

Las palabras que terminan en gia, gio, gico, gión, gional, gionario, gioso, gismo, gírico, giénico, ginal, gíneo, ginoso:

Los verbos que terminan en gerar, ger, gir, giar con sus conjugaciones: gestar, gestación, geometría, geodesia. algebraico, angelitos, Argelia, congeniar, ingerir, longevo, legítimo, legislar.

genealogía, demagogia, pedagogía. octogenario, homogéneo, halógeno, ingenio, vigesimal, congénere, ontogénico, evangélico, analgésico, trigésimo, energético. magia, litigio, nostálgico, religión, regional, legionario, contagioso, neologismo, panegírico, higiénico, original, cartilagíneo, vertiginoso. aligerar, aligero; escoger, escogió; rugir, rugía; contagiar, contagio. cojines, cojo y sus derivados; conjetura, conjunción, conjuro y sus derivados; injertar, injusticia, injuria y derivados

bujía, tejía, mejía y voces que terminan en plejia, plejía y ejión.

En la conjugación se pueden presentar los sonidos ja, jo, los cuales no se pueden escribir con g: escoger, escogió,

REGLAS PARA EL USO DE LA “J” (SE ESCRIBE CON J, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Las que derivan de otras que llevan j: caja, cajita; lijar, lija; bajar, bajada, bajito; bejuco, bejuquillo.

Las palabras que empiezan con aje, eje:

ajetreo, ajedrez, ajenjo, ajeno, ejercicio, ejecutivo, ejercer, ejemplar. Las que empiezan con adj, obj: adjunto, adjetivo, objetar, objetivo. Las que terminan en aje, eje: forraje, linaje, anclaje, paraje, coraje, andamiaje, teje, maneje, aconseje, despeje, bosqueje, hereje.

Los sustantivos y adjetivos que terminan en jero, jera, jería, juria: El infinitivo y conjugación de los verbos que llevan j: ) Las conjugaciones de los verbos terminados en jar, jear, jer, jir: Las conjugaciones de pretérito del indicativo, subjuntivo imperfecto y futuro de subjuntivo en los verbos terminados en ducir, y los verbos traer y decir con sus derivados: mensajero, cerrajera, consejería, injuria y derivados.

ejecutar, ejecutado, dibujar, dibujé, bajar, bajé. dejar, dejo, dejé; cojear, cojeaba, cojeo; tejer, tejí, tejía; crujir, crujió, cruje. conducir, conduje; traer, traje, trajera; decir, dije, dijéramos. agencia y derivados; agenda y derivados.

Los verbos que contienen g en el infinitivo la conservan en sus terminaciones: proteger, protege; encoger, encoge. ligero y derivados; flamígero y derivados.

REGLAS PARA EL USO DE LA “Y” (SE ESCRIBE CON Y, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos

Sigue a los prefijos ad, des, dis, sub:

Las que contienen las sílabas yec, yer al inicio o enmedio de una palabra: Los plurales de los sustantivos cuyo singular termina en y: Al final de las palabras precedidas por vocales con las que forma un diptongo o triptongo: Los sustantivos que derivan de verbos terminados en yar: Algunas formas verbales en los tiempos del presente y pretérito del indicativo, presente y pretérito del subjuntivo y el gerundio de verbos terminados en aer, er, ir, uir: Todas las formas de los verbos erguir y errar que llevan acento prosódico en la raíz: adyacente, desyemar, disyuntiva, subyugando. abyecto, proyección, trayecto, enyerbar, reyerta, yerno. virrey, virreyes; ley, leyes; rey, reyes.

soy, buey, hoy, voy, muy, rey.

ensayar, ensayo; rayar, rayo; apoyar, apoyo. caer, cayó, cayeran, cayendo; leer, leyeron, leyésemos, leyendo; oír, oyes, oyó, (Osorno, 2014)

yergo, yergues, yergue, yerguen, yerga, yergas, yergan; yerro, yerras, yerra, yerran, yerre, yerres.

Excepciones

REGLAS PARA EL USO DE LA “H” (SE ESCRIBE CON H, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos Excepciones

Delante de los diptongos ua, ue, ui, tanto al principio como en medio de palabra: Delante de las secuencias ia, ie en posición inicial de la palabra: Las que empiezan por las secuencias herm, histo, holg, horm, horr, hern, hog, hosp: huacal, huérfano, huipil; cacahuate, alcahuete, parihuela.

hiato, hiedra, hiel, hierático.

hermético, historia, hogar, holganza, hormona, horrible, hospicio, hernia, hogaza.

Las que inician con alguna de las siguientes raíces griegas:

Hect(o): hectárea, hectolitro; distinto de ecto ('por fuera'): ectoplasma. Helico: helicoidal. Helio: heliocéntrico, heliotropo. hemat(o): hematoma. Hemo: hemoglobina, hemorragia. Hemi: hemisferio. Hepat(o): hepatitis, hepático. Hepta: heptasílabo, heptágono. Hetero: heterogéneo, heterosexual. Hex(a): hexágono, hexasílabo, hexosa. Hidr(o): hidráulico, hidroavión. Higro: higrómetro, higroscópico. Hiper: hiperactividad, hipermercado. Hipo: hipodérmico, hipoglucemia. Hip(o): hípica, hipódramo, hipopótamo. Hol(o): holístico, holografía. Homeo: homeopatía, homeotermo. Homo: homogéneo, homofóbico, homólogo. En todas las formas de los verbos: haber, habitar, hablar, hacer, hallar, hartar, helar, herir, hervir, hinchar, hundir y sus derivados.

En ciertas interjecciones, sea en posición inicial o final: hala, hale, hola, hurra, huy; ah, bah, eh, oh, uh.

Tras la secuencia inicial ex en las voces: exhalar, exhausto, exhibir, exhortar, exhumar y sus derivados. ermita, Olga, ogro y sus derivados

REGLAS PARA EL USO DE LA “Y” (SE ESCRIBE CON Y, LAS PALABRAS) Reglas Ejemplos

Sigue a los prefijos ad, des, dis, sub: adyacente, desyemar, disyuntiva, subyugando.

Las que contienen las sílabas yec, yer al inicio o enmedio de una palabra: abyecto, proyección, trayecto, enyerbar, reyerta, yerno.

Los plurales de los sustantivos cuyo singular termina en y: Al final de las palabras precedidas por vocales con las que forma un diptongo o triptongo: Los sustantivos que derivan de verbos terminados en yar: Algunas formas verbales en los tiempos del presente y pretérito del indicativo, presente y pretérito del subjuntivo y el gerundio de verbos terminados en aer, er, ir, uir: virrey, virreyes; ley, leyes; rey, reyes.

soy, buey, hoy, voy, muy, rey.

ensayar, ensayo; rayar, rayo; apoyar, apoyo. caer, cayó, cayeran, cayendo; leer, leyeron, leyésemos, leyendo; oír, oyes, oyó, (Osorno, 2014)

Todas las formas de los verbos erguir y errar que llevan acento prosódico en la raíz: yergo, yergues, yergue, yerguen, yerga, yergas, yergan; yerro, yerras, yerra, yerran, yerre, yerres, yerren.

Excepciones

REGLAS PARA EL USO DE LA “M” (SE ESCRIBE CON M, LAS PALABRAS)

Reglas Ejemplos

Antes de b y p:

Antes de la letra n, en posición intermedia o al principio: Al final de palabras de origen extranjero, en especial, las palabras que provienen del latín: ambivalente, ambición, campanitas, temperatura, cumpleaños, importe, impuesto, ombligo. omnisciente, alumnos, gimnasio, himnos, omnipotente, mnemotecnia. curriculum, ibídem, libitum, natum, memorándum, álbum.

Excepciones

REGLAS PARA EL USO DE LA “N” (SE ESCRIBE CON N, LAS PALABRAS)

Reglas Ejemplos

Antes de v, f, m:

Llevan doble n las palabras que empiezan con las partículas en, in, con, sin unidas a otras palabras que inician con n: convenio, invitado, infernal, conforme, inmortal, enmudecer. innato, innoble, innumerable, innovar, innegable, ennegrecer, ennoblecer, connacional, connotar, connaturalizar, sinnúmero.

Las palabras que comienzan con mn pueden omitir la m dejando solo la n al inicio: mnemotecnia, nemotecnia.

Excepciones

Redacción y Correspondencia

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