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Revista Tapas y Viajes 48 páginas color / página 18
SIERRA DE ARACENA
La Banda Gallega
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Castillos y fortalezas formaban la línea defensiva de los castellanos ante los portugueses en el siglo XIII. 900 años después son los hitos de una ruta turística que acompaña a contemplar los paisajes de la Sierra de Aracena
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Texto: Carmen Prieto Fotos: José Lucas (Diputación de Huelva)
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iez castillos jalonan la Sierra de Aracena. Juntos forman la Banda Gallega, esa tierra despoblada que ocuparon gallegos y castellanos tras la reconquista, en el siglo XIII, y que, poco a poco, se fue llenando de fortificaciones. Unas sobre cimientos almohades de los que aún se conservan restos, otros levantados por orden del rey castellano Sancho IV el Bravo para frenar a los portugueses que bajo el reinado de Sancho II quisieron convertir a la Sierra en parte del alto Algarve. Hace apenas una década, los responsables turísticos de Huelva vieron el atractivo que estos castillos podrían aña-
La Fortaleza de Sancho IV, en Santa Olalla del Cala, es uno de los castillos de mayor dimensión de la Sierra. El visitante puede recorrer su muralla.
m in re H s d dir al que ya de por sí tiene la Sierra de Aracena gracias a su espectacular riqueza natural y, en poco tiempo, se creó como tal esta ruta, que se extiende a lo largo de 100 kilómetros, de la mano del Área de Desarrollo Socioeconómico de la Diputación de Huelva. Las diez fortificaciones se han ido rehabilitando para poder acoger visitas y tener otros usos, además del de plaza de toros, campo de fútbol o cementerio, que se les había dado a lo largo de la historia. La celebración de jornadas temáticas, como las Medievales de Cortegana, a principios de agosto, y las dedicadas a las de Cultura Islámica, en octubre, en Almonaster la Real, ha sido el empujón definitivo para preservar y sacar provecho a este valor monu-
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mental. Y un dato fundamental antes de iniciar el recorrido, según destaca el gerente de Turismo de la Diputación de Huelva, Jordi Martí: todos los castillos son visitables, aunque en desigual estado de conservación, y el acceso es libre. Como primera parada, el visitante puede escoger Cala, donde quedará hechizado por las hermosas vistas de la Sierra durante el camino de subida a la antigua fortificación y al mirador. Comenzó su construcción a lo largo del siglo XII, en estilo almohade, para después, tras la conquista cristiana, reconstruirse en estilo gótico militar. Consta de planta poligonal con siete torreones macizos. Sus muros están construidos con cal y piedras entre paredes de mampostería. Pese a varios intentos de rehabilitación, su estado es ruinoso. Muy próxima se ubica Santa Olalla de Cala, cuyo castillo se alza imponente –no en vano es uno de los de mayores dimensiones de toda la Sierra– en lo alto de un cerro que domina la población, construido sobre una amplia planta flanqueada
por diez torres. Su emplazamiento fue lugar elegido por muchos pobladores para instalar sus asentamientos desde la Prehistoria hasta la Edad Media, como lo atestiguan los restos hallados en las excavaciones realizadas. Este recinto fue utilizado durante el siglo pasado (hasta 1917) como cementerio municipal. La colocación de los nichos en el patio de armas y en sus muros debilitó mucho la estructura hasta ponerlo en riesgo de desplome. Sin embargo, varios proyectos de restauración han consolidado y recuperado la estructura original. Una plataforma permite al visitante recorrer prácticamente todo el perímetro de la muralla. A 15 kilómetros al sureste, el viajero topará con una localidad con reminiscencias árabes tanto en su nombre como en su trazado. El casco urbano de Zufre, con calles estrechas e intrincadas, fue habitado por los almohades y de su muralla, que llegó a medir 1.500 metros, se conservan fragmentos de importante valor histórico, como es el caso de la Torre
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Aunque en desigual estado de conservación, los diez castillos de esta ruta son visitables y su acceso es libre. El de Cortegana alberga un museo. El de Almonaster la Real, una mezquita y una plaza de toros
de la Harina, que el Rey Sancho IV no dudó en utilizar contra el enemigo, y un par de lienzos de 300 metros. Este entorno montañoso encierra en su corazón la población de Aracena, la más turística de la comarca. Sobre la ciudad se alza el Cerro del Castillo, donde se halla la grandiosa iglesia Prioral del Castillo y los restos de la antigua fortaleza, sobre la que portugueses y castellanos edificaron el castillo. Permanecen en pie algunos lienzos de la muralla con torreones de planta cuadrada que dan idea de su magnitud, restos de la torre del alcaide y la barbacana. La torre de la iglesia prioral, fiel reflejo de la arquitectura almohade, cuenta con la cruz que la tradición popular atribuye a la Orden del Temple, los monjes guerreros a quienes la Corona de Castilla cedió la protección de la localidad hasta 1312. Bajo tierra se esconde la mágica Gruta de las Maravillas, una cueva kárstica con recorridos guiados de más de un kilómetro y una de las más preciadas joyas del Parque Natural.
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El Castillo de Cortegana, al que se llega a través de la carretera Sevilla-Lisboa, destaca en este recorrido por la calidad de su conservación –debido a las labores de restauración aplicadas–. Su interior puede visitarse durante todo el año y alberga un museo con piezas arqueológicas y muebles de época. Pocos kilómetros al sur se extiende Almonaster la Real. Allí se puede admirar una de las escasas fortalezas árabes que aún se mantienen en pie desde la época califal y que forma parte de un conjunto que integra una mezquita de la misma época, ahora convertida en iglesia, y la más reciente plaza de toros. De obligada visita es también el perímetro fortificado de Cumbres Mayores cuyo castillo monumental, llamado de Sancho El Bravo, que encierra una superficie de una hectárea tras sus muros almenados de diez metros de altura y tres de grosor. Como punto final, la villa de Aroche enamorará al viajero, con su colosal muralla del siglo XVII y una de las fortalezas más emblemáticas de esta ruta, el Castillo de las Armas de Aroche.
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DÓNDE CÓMO CUÁNDO QUÉ LOS DIEZ CASTILLOS QUE CONFORMAN LA BANDA GALLEGA SE DISTRIBUYEN EN APENAS 100 KILÓMETROS DE LONGITUD, ENTRE ZUFRE Y AROCHE. EL RECORRIDO, PERFECTO PARA EL OTOÑO, PERMITE VISITAR LA SIERRA DESDE OTRA PERSPECTIVA Y DISFRUTAR DE GASTRONOMÍA
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Vista panorámica de Cumbres Mayores, en la que se aprecia el buen estado de conservación de la muralla que protege el municipio.
APLICACIÓN:
GEOLOCALIZADOR TURÍSTICO SIERRA DE ARACENA
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Toda la programación cultural, de ocio y festiva, así como la mejor selección de hoteles, alojamientos y casas rurales, bares, restaurantes, cafeterías, pubs, tiendas para compras, estará al alcance de su mano con la herramienta que GeoTSA pone al servicio de su smartphone o su tableta. Esta aplicación para el móvil permite encontrar, sobre el terreno aquello que busca en la Sierra
de Aracena y Picos de Aroche. Porque aunque toda la información ofrecida puede ser visitada y consultada desde un ordenador de sobremesa o portátil, su principal utilidad son los nuevos soportes: teléfonos inteligentes y tablets. Los sistemas de geoposicionamiento de estos dispositivos móviles pueden acceder a los mapas de forma sencilla y gratuita para conocer en cada momento todos los destinos y cómo llegar hasta ellos. Todo ello con precisión y con la posibilidad de conocer las rutas más
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cortas para llegar al lugar elegido.
DORMIR:
RELAX FRENTE A LA SIERRA O AL MAR
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Tras un día de intensas visitas, puede elegir diferentes opciones para descansar. El Hotel Sierra de Aracena, en el centro de Aracena, con dos estrellas; el Aracena Park Hotel & Spa, o numerosas casas habilitadas como alojamientos rurales (www.sierrahuelvarural.com o www.aracenaysierra.es) son
algunas de las alternativas en la propia Sierra. Si prefiere descansar junto al mar, Puerto Antilla Grand Hotel es un majestuoso establecimiento de 400 habitaciones situado en la playa de Islantilla.
COMER:
DERIVADOS DEL CERDO IBÉRICO Y CASTAÑAS
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Derivados del cerdo ibérico –jamones curados con denominación de origen y carnes frescas– y exquisitos quesos, además de las setas y las castañas
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en temporada conforman los ingredientes básicos de la gastronomía de la Sierra de Aracena. Una larga lista de bares y restaurantes está disponible en la web www.sierradearacena. com. Sirva como ejemplo el asador Señorío de Encinas, en Castaño del Robledo que, además, prepara la carne para que cada uno se la ase a su gusto en las barbacoas que tiene en su jardín. Una cita obligada es también la Confitería Rufino. Hay que coger número y guardar pacientemente cola, pero merece la pena.
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