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La selva

“La selva es muy grandota y para todos hay lugar… para que todos tengan niditos todos tienen que ayudar”

El cuidado de las selvas, los bosques y las aguas es una práctica colectiva, milenaria e intergeneracional. Para muchos la naturaleza y los animales no son entidades externas: son familia, hermanos y hermanas, abuelos y abuelas y son ellos, en su generosa abundancia y sabiduría, quienes cuidan del buen vivir de todos. En la selva hay mucho por hacer, el libro de Mauricio Gatti, parte con el reconocimiento de la riqueza y solidaridad interespecie de la selva. Pero no todo está bien: hay quienes quieren extraer, explotar, encerrar, para el beneficio de unos pocos. Múltiples mundos se han perdido en ese impulso por poseer, por encarcelar, por tener siempre más, por convertirse en dueños de otros. Los grandes museos del mundo se construyeron sobre esas muertes, exhibiendo los pedazos de esas vidas rotas como trofeos de su distinción, de su cultura. ¿Cómo recordar todo aquello a lo que no le fue permitido existir? ¿Cómo contar las historias de esas otras experiencias, cuya mera existencia es lucha? Hay quienes no olvidan y resisten: los sonidos antiguos de los pájaros, los animales, los ríos y las piedras violentamente extraídas que cantan, truenan, sobre las ciudades y las montañas. Sus bibliotecas son el territorio. Esta es una biblioteca popular de ese pluriverso, un antimuseo donde los volcanes y los pumas rugen, y nos recuerdan que la selva es vida.

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María Berríos, Curadora

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