La Pedagogía Crítica en Chile, América Latina y los Estados Unidos a inicios del siglo XXI
En el marco del IX Seminario Internacional "Políticas Educativas para América Latina: praxis docente y transformación social”, organizado por RED ESTRADO (Red de Estudio del Trabajo Docente), los días 18, 19 y 20 de julio de 2012, en el Campus Gómez Millas de la Universidad de Chile, el Movimiento por la Unidad Docente tuvo la oportunidad de conversar con la académica Jill Pinkney Pastrana. De nacionalidad estadounidense, Jill Pinkney es doctora en educación, docente asociada de la Education Studies University of Wisconsin-Eau Claire. Además, participa en la organización de investigación docente de trabajo y sindicatos de la AERA (American Educational Research Association) . Ha colaborado en la publicación de varios artículos con el pedagogo crítico Peter McLaren en su paso por la Universidad de California, Los Ángeles (UCLA). En su paso por Chile la doctora Jill realizó una serie de reflexiones con respecto a la Pedagogía Crítica y las reformas educativas neoliberales que se han implementado en Chile desde la Dictadura. Compartimos en este número de la Revista Educación las reflexiones que ha elaborado en su trayectoria académica y de lucha la doctora Jill. Teniendo presente que existen diferentes escuelas dentro de la Pedagogía Crítica ¿Cuál es el enfoque teórico y el posicionamiento político desde donde desarrollas tu trabajo? La parte humanista que pone Paulo Freire es fundamental y también los conceptos vinculados a lo cultural de los pensadores marxistas críticos como Antonio Gramsci, que se refieren al sentido común, la ideología y a cómo la gente puede construir espacios contrahegemónicos. En mis estudios, cuando estaba en la Universidad, trabajé con Peter McLaren, quien por supuesto influyó en mi formación, sobre todo con sus postulados sobre el uso de la educación para cambiar el mundo y para buscar utopías como objetivo del trabajo de todos los profesores. Existen también otros referentes como Henry Giroux y Michael Apple, los que tienen enfoques un poco diferentes, no tan críticos pero sí más analíticos de la política (...) Me sitúo en el lado marxista, y tomo lo cultural como un importante eje de análisis, tomando en cuenta la resistencia y la construcción de diferentes identidades. A partir de lo anterior, ¿Cómo ves la educación y cuál es tu relación con Chile? En los últimos 10 años la mirada y análisis crítico al sistema neoliberal ha ido creciendo desde la pedagogía crítica. Personalmente he estado muy cercana a este sistema, ya que tengo una familia chilena que ha vivido los cambios neoliberales (mi compañero es exiliado y mis hijos son chilenos) y comencé a trabajar aquí en Chile con gente de la Universidad de la Frontera y del MINEDUC en tiempos de la reforma educacional de 1997 en el Gobierno de Eduardo Frei Ruiz-Tagle. En esos años llamó mucho mi atención la ignorancia sobre los cambios en educación realizados durante los años ochenta donde se instaló una nueva cultura escolar a través de reformas profundas y brutales. En relación a éstas
Asociación de Investigación Educacional de Estados Unidos
y con el proceso de reformas andando, escuchaba comentarios que decían, por un lado, que todo lo que se había hecho hasta aquel entonces estaba mal y, por otro, que todo estaba muy bueno y que era necesario perfeccionarlo, lo que reflejaba lo poco o nada que se sabía sobre la reforma educativa. Eso explica que las reformas implantadas en los noventas fueron el perfeccionamiento de los cambios estructurales implantados en dictadura siguiendo la lógica neoliberal que ya se sabe, no funciona ni en lo teórico ni en lo práctico. Otra de las cosas que me ha impresionado mucho es que a pesar de las condiciones de trabajo negativas, con tan bajos sueldos y con tan bajo prestigio a nivel social, los profesores chilenos tienen un nivel profesional muy alto a pesar de que todo a su alrededor es muy adverso (...) Desde mi punto de vista tenemos que desafiarnos un poco más y reconocer que ser profesor en este país es un tipo de protesta, es un tipo de trabajo social, es un tipo de compromiso político (…) tenemos que desafiarnos en redefinir qué es la resistencia y no centrarla exclusivamente en la necesidad de construcción de mejoras políticas, en votar o en salir a la calle. El actual contexto de trabajo de los profesores, por ejemplo en las escuelas subvencionadas con 45 estudiantes por clase, es sin duda un acto político que es un acto de resistencia. (…) Como extranjeros observamos cómo ustedes sobrevivieron a los cambios estructurales y cómo se están levantando y están buscando otras maneras de desarrollo. Yo sinceramente creo que la solución al problema neoliberal va a venir de Chile. Los estadounidenses estamos caminando “como tontos” en la misma dirección sin darnos cuenta de lo pésimo que es el programa y la política neoliberal. ¿Cómo perspectivas el desarrollo de la Pedagogía Crítica en los comienzos del siglo XXI? Estamos en momento muy crítico y es ahora donde en muchos países, como Estados Unidos y Chile, se ve mucho movimiento para enfrentar y bloquear la instalación definitiva de políticas neoliberales. Entonces, hay un momento de levantamiento popular muy alto y nosotros los críticos tenemos que ser capaces de insertarnos en este momento y no quedarnos afuera, porque yo veo, sobretodo en mi país, que los académicos vivimos en un espacio muy privilegiado donde no nos toca tanto todo el drama que está pasando en el resto del mundo. Desde mi punto de vista, el trabajo que va a ser más fuerte, más útil y más importante debe tener esa línea de sensibilidad y no estar desde afuera. Hoy en día los más fuertes son los que están adentro, que están participando y que están solidarizando, creando un tipo de relación para luchar, enfrentar y solucionar todos estos escenarios y tratar de cambiarlos. También sigue siendo muy importante lo cultural y lo de la diversidad. Algo que yo trabajo que es muy importante y que no queremos perder, dentro de las luchas más estructurales, tiene relación con la crítica de la identidad, del valor de los estudiantes, de su propio sentido, del quién son porque ellos están tratando de redefinirse en un ambiente que es muy depredador y hostil, en una cultura de consumismo que también consume las identidades de los jóvenes. Entonces, para los profesores existe la lucha estructural, la lucha profesional y la lucha con los jóvenes. Éstos son los tres frentes en los cuales nos debemos enfocar desde la pedagogía crítica. ¿Qué reflexiones puedes comentarnos respecto al desarrollo de la Pedagogía Crítica en Chile? En Chile el tema es complicado pues de lo que vi, es que la mayoría de los académicos fueron formados 100% durante la Dictadura, entonces el vocabulario crítico casi no existía, lo que se agrava con las condiciones laborales en las Universidades que coartan la libertad de pensamiento y en la cuales casi todo está enfocado a ganar los
proyectos según lo que dice el Gobierno. Por lo tanto, para sobrevivir como académicos hay que participar en el sistema. Todavía hay una especie de temor, hay condiciones de trabajo muy precarias, tanto para los académicos como para los profesores y es un riesgo tomar posiciones más críticas o más a la izquierda. Por esas razones, no veo muy desarrollada la Pedagogía Crítica en Chile, pero va a ser muy interesante cuando vuelvan algunos chilenos que están estudiando en el extranjero desarrollando una formación más amplia, más crítica y que en 4 o 5 años nos traerá un nuevo contexto. Otro aspecto muy notable es el intercambio internacional, por ejemplo con la conferencia realizada el año pasado por Red Estrado. Fue muy lindo ver los intercambios entre los extranjeros y los chilenos, ya que de América Latina hay más voces críticas porque hay más espacios que surgen de proyectos muy lindos como los de Bolivia y Venezuela, y en Cuba donde trabaje y desde donde hoy se están desarrollando cosas increíbles en materia educativa, que funcionan bien, que están armando otra política, otra estructura y sobre los que hay chilenos cada día más dispuestos a aprender de aquellos modelos. Teniendo en cuenta que la Pedagogía Crítica apunta a una transformación radical no sólo de la educación, sino también de la sociedad ¿Cuáles piensas tú que son las tareas del profesorado crítico hoy en día? Creo que tiene que ver con lo que mencioné antes respecto de los tres enfoques. El enfoque más estructural sobre las condiciones de trabajo y las políticas educacionales, donde hay que tener organización y una voz para cambiarlas. La otra mirada es desde la propia profesión, luchar para entendernos, para crear espacios de trabajo más dignos, de excelencia. Lo tercero es crear espacios de trabajo más acogedores para los estudiantes, pues somos profesores y tenemos que enseñar y la enseñanza no es sólo el currículo oficial, sino también el currículo no oficial que tienen que ver con la transformación social. Yo conozco profesores que están bien metidos en lo político-estructural, pero a veces en la didáctica, en el aula son muy autoritarios y eso no sirve para transformar la sociedad. Este es un trabajo tremendamente complicado porque solamente trabajar y ser profesor es frustrante, a veces, porque hay que responder a las condiciones en las cuales trabajas y por eso, siempre es necesario seguir con esa mirada reflexiva, preguntándose cómo puedo ser mejor, cómo estoy respondiendo a las necesidades de los alumnos, ya que el cómo se trabaja en el aula con los estudiantes, puede cambiar la vida de mucha gente sobretodo de ellos, dándole valor a lo que están sintiendo, están viviendo y convenciéndolos de que son capaces de cambiar su realidad y que son seres humanos increíbles. Actualmente estoy en la formación de profesores y yo se que si estoy trabajando bien en eso, unos 100 profesores por año van a poder cambiar el mundo con sus propios estudiantes, entonces se trata de poner las raíces o sembrar semillas de un mundo nuevo. ¿Qué autores de la Pedagogía Crítica recomendarías para el estudio de la realidad con miras a una transformación social? Por supuesto creo que el más importante es Paulo Freire. Es interesante también leer a Peter McLaren, ya que tuvo una transformación desde el posmodernismo al marxismo ortodoxo; es enriquecedor mirar esa transformación en él. También existe otra línea de trabajo llamada critical race studies (estudios críticos de la raza) la que toma el enfoque racial y de las minorías y lo pone en el centro del análisis que antes no tenían lugar en la pedagogía crítica. A pesar de los avances en EEUU aún nos falta un análisis económico, de clase y marxista, pero a falta de ellos, bien vienen las voces de latinos, indígenas y afroamericanos, puesto que no solamente tienen
que ver con lo estructural y lo material, sino también con la epistemología de la resistencia y de la identidad, uno de los que nos habla en estos términos son los aportes de Julio Cammarota. Segunda parte: Neoliberalismo y reformas estructurales en el sistema educativo chileno ¿Cómo visualizas los cambios estructurales promovidos por las lógicas neoliberales en los sistemas educativos de los Estados Unidos y de América Latina? En los Estados Unidos no se ha logrado instalar el sistema neoliberal en el ámbito educativo como aquí en Chile porque los Sindicatos siguen siendo muy fuertes y se resisten. No obstante está ya en marcha su implantación con la energía de toda la clase política (republicanos y conservadores). Eso es grave considerando que ninguno representa la voz del profesor y que solo quieren instalar las lógicas de mercado en el aula. La única voz que tenemos para resistir esas políticas son los Sindicatos, porque allí están los profesores y ellos saben lo que sucederá en el aula con esas políticas. Yo creo que en América Latina hay más sectores sociales que pueden levantarse y expresarse, lo que construye debates en el tema educativo muy vigorosos y forma a la gente más consciente. En cambio en los Estados Unidos la cuestión es crítica, ya que es muy fácil comprar a la gente, gracias al poder de los medios de comunicación (muy antidemocráticos y donde casi no existe la cuestión pedagógica como CNN, FOX NEW, etc). Esto es una lástima para nosotros los estadounidenses que cada vez nos estamos acercando más y más a las políticas neoliberales sin darnos cuenta, por eso siempre estoy mostrando y divulgando la experiencia de Chile porque la gente de Estados Unidos no comprende lo que pasó. Muchos ven las subvenciones y la libertad de enseñanza como la solución, pero no piensan más allá de lo que pasa cuando se paga a los profesores sólo por los buenos resultados de los estudiantes, lo que no tiene nada que ver con el trabajo del profesor sino más bien con la estandarización de las evaluaciones. Siento que en EE.UU el proceso es irreversible, en cambio acá en Chile veo que ya no se puede poner peor la cosa, es lo más abajo que se puede estar, entonces sólo se puede mejorar, con mucho trabajo, pero es posible cambiar el sistema. ¿Qué reflexiones puedes compartir respecto a las reformas educativas neoliberales impulsadas desde la Dictadura, asumidas por los Gobiernos de la Concertación y profundizadas por el actual Gobierno de Derecha? En los últimos 4 a 5 años he conocido la crítica en contra a la Concertación, pero mucho más la crítica a las políticas impulsadas durante el gobierno de Piñera. Yo creo que el problema es que los gobernantes no entienden las problemáticas que atraviesa la educación chilena, que es el mismo problema que tenemos en los Estados Unidos. Los senadores y los elegidos para gobernar no son pedagogos, entonces no pueden conectar la realidad de las escuelas con la política, y al ser empresarios, buscan soluciones desde los negocios, y no desde la formación humana.