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COLEGIADOS CON ÉXITO NACIONAL

Durante más de 25 años, los directores de carreras de Construcción Civil e Ingeniería en Construcción de Chile, se reúnen para abordar distintas materias tendientes al rubro, pero comenzaron siendo encuentros donde si bien los profesionales compartían conocimientos y trabajaban, eran instancias sumamente aisladas, donde no existía una red cohesionada que permitiera una comunicación fluida y cercana entre los miembros de estas reuniones.

Es por eso que, en el 8º Encuentro realizado en Valdivia, Rodrigo Olivares, Ingeniero Constructor y Constructor Civil de la Universidad de la Serena, docente y Coordinador de Renadec, planteó la idea de formar una red de mayor peso y vinculación nacional permanente. Pensamiento que inmediatamente fue compartido por su par Carlos Aguirre, además director de la Escuela de Construcción de la Universidad de las Américas y Coordinador de RENADEC. “Le pusimos el nombre, hicimos un logo, invitamos a todos los interesados a formar parte de esta nueva red y aquellos que participaron del encuentro en Valdivia, estuvieron todos de acuerdo con esta creación y desde el año 2014 a la fecha no hemos parado. Ya somos aproximadamente 17 universidades desde Antofagasta hasta Punta Arenas”, comentó Olivares.

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RENADEC RED NACIONAL DE ESCUELAS DE CONSTRUCCIÓN DE CHILE

Los desafíos desde el punto de vista estudiantil, radican en definir a futuro la duración de la carrera, unificar la diversidad de títulos, en donde incluso existe una propuesta en la Cámara Alta sobre clarificar si la carrera será sólo universitaria y definir un perfil equitativo a nivel nacional, de tal manera que cuando una empresa contrate al profesional, sepa de sus competencias y no pase como hoy, ya que la malla curricular es demasiado diversa.

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Para Carlos Aguirre, los principales desafíos se relacionan también a que la construcción concentra el 40% de la producción de gases de efecto invernadero y por tanto optimizar los procesos entendiendo que el cambio climático es relevante. En segunda instancia “debemos ir pensando en tecnificar nuestra mano de obra, entender que hay procesos que se pueden articular de forma más productiva. Otro desafío es la responsabilidad social de la construcción en ámbitos urbanos y rurales, entendiendo que, cuando se construye ,hay un ecosistema que es intervenido, por ende hay impactos y debemos ser capaces de saber cuáles de éstos podemos mitigar”, apuntó el constructor.

Es importante mencionar, que la industria de la construcción ha hecho grandes esfuerzos en los últimos 10 años, para evitar el exceso de contaminación. Pese a que las universidades no tienen un ramo específico de mitigación, la asignatura de planificación enseña lo que se hace a nivel nacional y algunas metodologías como la construcción limpia. La RENADEC por lo general aborda estos tópicos en sus reuniones.

Incluso según comentó Olivares “ya se trabaja a nivel nacional y regional con la sustentabilidad en la construcción como una metodología de gestión de residuos y construcción limpia, desafío que tiene la Cámara Chilena de la Construcción y como participamos en ella, sabemos lo que se hace. Los residuos ya se trabajan y muchas empresas tienen sus propios sistemas de eliminación. Falta una normativa nacional que establezca cómo poder usarlos para ser reutilizados.

El desafío está en industrializar el sector y parte de esto, tiene que ver con eliminar la mayor cantidad de residuos y dedicarse a la estandarización, prefabricación, industrialización y así tener cada vez menos contaminantes”.

Objetivos de la red

Según la visión de Aguirre, los objetivos de la RENADEC son convergentes en velar por el adecuado desarrollo de la profesión y apuntar a lo que es la generación de la disciplina en términos científicos. “La idea es que seamos capaces de generar alguna suerte de epistemología sobre nosotros, asumiendo que somos una carrera profesionalizante y que nuestra licenciatura es de corta data en comparación con otras. El colegio necesita incidencia pública en temas como cambio climático, crisis de la vivienda, etc. Y desde ese ámbito es fundamental para la RENADEC, tener una relación cercana con el colegio, para que nos ayude a definir cuales son los elementos curriculares y formativos”, apuntó el constructor.

Universidades e IP

Si bien no existe un mínimo curricular ni tampoco criterios básicos curriculares, los constructores tienen una base que está impresa en la Ley del Colegio de Constructores Civiles e Ingenieros Constructores, pues establece las competencias de un constructor civil y a la vez, la Ordenanza General de Urbanismo y Construcción, constituye las responsabilidades del profesional a cargo de una obra y por ende, eso se transforma en un mínimo curricular que las escuelas universitarias interpretan de diversas formas pero se mantienen bajo ese marco.

El currículo se ha ido modificando aproximadamente desde la década de los 50, y ha avanzado a un perfil más de ingeniería, ya que al ser un país tan sísmico, se necesitan profesionales intermedios entre la arquitectura y el ingeniero civil.

Acreditación

La RENADEC ha hecho seminarios con algunos estamentos acreditadores, para informar que no es tarea simple poner bajo los mismos estándares a la carrera. Cada universidad tiene su forma de trabajo y cada región su enfoque de acuerdo al lugar donde se desarrolla, por tanto “el evaluador lo medirá contra lo que conoce, pero eso bajo ninguna circunstancia significa que las otras casas estudiantiles lo hacen mal.

La idea es que las instituciones acreditadoras entiendan estas dinámicas”. Apuntó Olivares.

Jóvenes en proceso de estudio

Rodrigo Olivares señaló que se realizó un estudio a nivel regional, que arrojó como resultado que cada vez hay más jóvenes interesados en estudiar carreras afines al área de construcción, pero no necesariamente en la carrera como tal y ahí existe un gran desafío por revisar. “A los estudiantes les gusta esta área, hay gran demanda, pero a un alto porcentaje le interesa poder estudiar en vespertino ya que durante el día trabajan y prefieren carreras más cortas y esas necesidades son cubiertas por los IP no por las universidades. Los últimos años hemos tenido una baja en las matrículas, sin embargo, las universidades a nivel regional, están haciendo un muy buen trabajo, cubriendo las necesidades de cada región y enfocando la carrera también de acuerdo a donde se encuentren. En ese sentido los currículos son diferentes, pero las mallas comparten las ciencias básicas pues a partir de ahí, es donde se forma un ingeniero”, expresó Olivares.

Desde el punto de vista de Carlos Aguirre, la idea es dar a conocer la carrera como competitiva, interesante, entretenida, por ejemplo “un constructor podría trabajar desde el desarrollo de ampliaciones de viviendas hasta la gestión inmobiliaria de la nueva construcción, pasando por todos los procesos de mantención. Algunos pueden trabajar en ingeniería dura, otros tienen formación científica, otros con visión más cercana a la mecánica de suelo, ingeniería de materiales, de maderas, gestión de empresas, etc. Entonces esa riqueza en la gran diversidad, no la hemos sabido comunicar y debemos aprender a llegar a estudiantes de 17 o 18 años que se interesan en la carrera”, sentenció.

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