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Psicología
from ABRIL 2024
by Mujeres
65 AÑOS, ¿SINÓNIMO DE INCAPAZ?
Mariana Ruiz Arriaga
Pasante de Psicología
Madrid
¿Qué viene a tu mente cuando escuchas “adulto de la tercera edad”? Sería interesante volver a hacerte esta pregunta al terminar de leer el artículo.
El cumplir 65 años puede significar diferentes aspectos dependiendo de la persona, para unos puede ser el simple hecho de un año más de vida, pero para otros puede ser algo negativo porque ya forman parte de los adultos de la tercera edad.
Para comprender, aquellos adultos que tienen 65 a 80 años forman parte de los adultos de tercera edad y los que tienen 80 años en adelante forman parte del grupo de adultos de la cuarta edad. La forma en que uno piensa sobre las personas de la tercera y cuarta edad va a depender en gran parte del tipo de cultura que tiene y también la experiencia personal a lo largo de su vida. En el caso de la cultura mexicana, muchos suelen pensar en mamá Coco, si han visto la película de Disney, en alguien a quien deben de cuidar bien, incluso tal vez en alguien a veces muy incapaz de realizar varias actividades. Pero por ejemplo, si hablamos de la experiencia personal, en mi caso mi abuelo murió a los 102 años y su último viaje lo hizo a los 95 antes de que tuviera un accidente, pero si no, estoy se-
gura que habría seguido viajando, por lo tanto, cuando escucho el concepto “adulto mayor” lo último que pasa por mi mente es a mamá Coco.
¿Por qué es tan importante cómo vemos al adulto mayor? Hoy en día suele haber una discriminación muy alta a aquellos que forman parte de este grupo y es principalmente por los prejuicios que tenemos de este, fenómeno conocido como edadismo. Esto es importante hablarlo porque vemos a alguien de 75 años caminan-
do y nos da el impulso de ayudarlo, nos genera suspicacia el contratarlo para algún trabajo e incluso si son nuestros padres debemos acompañarlos en cada paso que dan. No se ustedes, pero yo me imagino en su posición y creo que ya estaría algo harta de la situación.
Claro que los adultos de la tercera edad tienen cambios importantes y si podrán presentar un declive en algunas funciones que antes hacían de forma más sencilla, pero para esto es importante que se les haga estudios y llevarlo con el geriatra para que él vea qué sí puede hacer y qué no. Nosotros no podemos decidir al verlo cumplir más años y elegir de qué forma empezar a limitarlo afectando a su funcionalidad y su salud mental. Más aún porque no tomamos en cuenta que es una etapa de vida a la que todos llegaremos en un momento y que es la más larga o duradera que tendremos porque la tercera y cuarta edad puede durar unos 20 o 30 años, a veces hasta 40 años mientras que la niñez dura 10 años y la adolescencia 8 (esto depende del autor que hable de la etapa evolutiva de las personas).
He hablado de cómo nos comportamos con nuestros padres. Cuando empezamos a hacer estas conductas de sobreprotección a ellos, se le llama paternalismo y no pensamos en cómo esto afecta psicológicamente. Cuando empiezan a escuchar comentarios como “es que ya a tu edad no deberías...” puede ser que al inicio no lo tomen en cuenta, pero conforme lo escuchan más seguido van apropiándose de estos comentarios y dejan de hacer sus actividades. El problema de esto es que dichas actividades ayudan a que el adulto se mantenga ocupado y su procesamiento de información siga trabajando. Un ejemplo de esto podría ser una persona que toda su vida ha hecho jardinería y sale a caminar, pero sus hijos al buscar cuidarlo comienzan a decirle que puede ser inseguro, puede tener algún accidente, su edad ya no es la mejor y es así como poco a poco deja de salir a caminar y por lo tanto ya no hay actividad en su vida, ahí es cuando vemos que los adultos empiezan a tener un declive más pronunciado en sus funciones.
El edadismo no solo afecta a nuestros padres, porque cuando empezamos a formar parte de los adultos de tercera o cuarta edad, dependiendo de los prejuicios que tengamos también nos afectará psicológicamente. No se trata de que por tener más años olvidemos las actividades que amamos y por comentarios que oímos, vemos o nos decimos dejemos de hacerlas sin pensar en cómo esto nos afectará a futuro. Dejemos de pensar que por el hecho de formar parte de este grupo, ya somos incapaces como mencioné, dejarlas genera un declive mayor, ¿alguna vez has pensado la importancia que tiene en tus músculos el simple esfuerzo de levantar los brazos para guardar algo o ponerte un suéter?
Es difícil cambiar la forma de pensar de las personas con un artículo, pero como recomendación, este tipo de discriminación no solo afecta a los que nos rodean, también a nosotros y si logramos identificarlos sería importante poder empezar a formar parte de nuevos grupos (de historia, cocina, baile, deporte, música, etc.) y así tener una comparación con las diferentes formas de pensar para que nos ayuden a darnos cuenta que estos pensamientos son erróneos muchas veces.