El jardín del vértigo | Reneé Acosta |
INFINITA ― COLECCIÓN
El Jardín del Vértigo de Reneé Acosta Primera edición:
Septiembre de 1999 Diseño de la edición: Felipe Alcántar Imagen de la portada:
Escape de Sandra Dee © 1999, Reneé Acosta © Derechos reservados Ediciones del Azar A.C. Cale 17 número 117 Chihuahua, México Tel.: (14) 17 2852
ISBN de la colección: 968-7409-00-2
No hay razón, dice el predicador no hay razón y todo es absurdo Eclesiastés 1, 2
Todas nuestras ideas acerca de la vida deben reformarse en una época en que nada adhiere ya a la vida. Y de esta penosa escisión nace la venganza de las cosas; la poesía que no se encuentra ya en nosotros y que no logramos descubrir otra vez en las cosas resurge, de improviso por el lado malo de las cosas: nunca se habrán visto tantos crímenes, cuya extravagancia gratuita se explica sólo por nuestra impotencia para poseer la vida Antonin Artaud
Fruta del mal Y cantaron sus laĂşdes en el tumulto ufano de un desdĂŠn innegable eran los dioses de la carne divorciados de estrellas
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Boceto Pergeñar un escueto molde conformar una afonía unos cimientos de índole ¿de qué índole que no se adapte a los esquemas? Alarife de las torres babilónicas que hablan que murmullan las paredes del trasmundo Hay que esbozar un balbuceo que destruya las palabras
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Para mañana Tengo que aligerarme el alma y tengo miedo de acurrucarme a solas deshilachando el último resquicio Accidentar la aurora aquí ahora cuando la triste risa me acompaña No debo mirarme ahora tal vez mañana cuando los nietos de mis hijos sepan que estoy muerta
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Martiriloquio Quizá la cruda fría nómina no articule el crisantemo del calvario es irrelevante no confirmó la estancia de esta “Yo” en los archivos Me nombró Sonia y me subrayó Rebeca con los oídos secos de indiferencia calcinante Oficina lenta lenta agonía de los días eres un martiriloquio donde curten nuestros nombres
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Fuga Acelerada ciega te hiciste vidrio para romperte
anónima
desangrarme en las agujas de esta sórdida amargura vítrea acupuntura recoge ahora la cicuta y vete No necesito para llorar tu llanto No necesito para vivir tu muerte Levántate ahora pobre anónima toma tu frustración y vete
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Puerta cerrada La puerta estaba cerrada y no era la única No poseía nada en el mundo Castigada en los rincones era carne de prejuicio Poseía las goteras del cuarto derruido donde se abandona el escombro Estaba sola y temblaba mirando mis pies pequeños en los zapatos escolares pequeños zapatos de polvo sin casa y sin rumbo yo era lo único que tenía en el mundo yo era el estorbo
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I Trajinado por el sistema rotativo la injuria y la maledicencia el cรกntaro va a l agua a robar fragmentos de cielo
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II Fuente perfumada del cardo y la ortiga llevas en tu manto una corona de espinas
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III Lluvia la piel de la centella a rasgar las vestiduras del templo Cristo ha muerto
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Involución ¿Para qué? ¿para qué todo el jolgorio? ¿para qué la falacia de los monos los aceitados mitos del progreso? Ignoras que la muerte ha marcado su índice en nuestros labios Ignoras lo que preyace infinitamente eterno debajo de los huesos Cállate cállate ahora y encuentra una salida Busca un altar altar de lágrimas y orquídeas Monolito crucificado enclava las rodillas del ofertorio No hay nada nada en el destierro
sólo hay dogmas
¿no preluden las estrellas al infierno? Lloremos oremos ahora La alquimia cósmica transmutó el espejismo del progreso El umbral umbral revelador de llanto se acerca 10
apĂĄtico la encrucijada es tu Ăşnico camino
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Elegía para Rocío hada muerta en la muchedumbre de los pasos que orillan al vacío yo te vi llorar acurrucada buscando los paraísos artificiales Baudelaire te había poseído y te había poseído la muerta (niña perversa) y el muro del baño en que te veía Hada muerta eras amiga de los primordiales (dioses del llanto) Hija de la locura y el abandono Ahora lo sabes: todos estamos desgarrados No hay zapatos que den tus pasos quema las férulas de tus enemigos Despierta mancha morada del asfalto Nadie estará para crearte
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Niña perdida Huérfana huérfana dos veces no podré seguir siendo niña con mis dedos con mis dedos fracturados hago de madera una rodilla no hay besos en las manos no hay mastuerzos en mi pecho ni sonrisas solares ni caballeros celtas Tendré que lanzarme al bosque donde mugen las pesadillas Los armarios habitados de la noche los gritos azules de las polillas la solitaria calle nebulosa donde pasa el taxista ( el miedo…) Luciérnaga encerrada espiada por el sapo Estoy dentro de la oscuridad del sótano no podré seguir siendo una niña
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Torniquete Todo está en la médula, amigo en la médula Los innombrables difusos por las ventanas de hielo La ciega anciana de sangre fría La vaina coagulada crece se yergue sobre la misma excusa repta la columna a la nuca Común a la férula que nos sostiene se va la arcilla en las procesiones en los velorios pulveriza al sueño y se cree gente La ilusión: es víscera, amigo El dogma: vértebra.
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Creada no engendrada Podré continuar airosa del pesaroso albedrío más nunca liberar del yugo en el vórtice En el gorgeo de este absurdo corrosivo el capricho tiene dimensiones beatíficas Viejo medroso me creaste deliberadamente a las voces solubles del ruido Ahora enséñame el amor al odio el amor al beso de la otra mejilla
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Avenida en llanto Me oíste llorar por las avenidas y me viste correr por los girasoles de los trenes Esa yo tan pequeña entre los cerros tan pequeña entre los ancianos de la tarde No murmuraste los sueños tu nombre es mantra en la vigilia me viste correr por las callejuelas disolverme caracola con la sal de mis lágrimas y nunca abriste la boca
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Don de lenguas Afiebran proclaman bajo la bóveda celeste la lluvia lúgubre de nombres sin sentido: Nikar
Ishad
Yubad Argned
arbitrario granizo de aguijones alfiler mental acidez neural polvo cítrico crepitan discordantes los últimos indicios polvo polvos psíquicos
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El pozo Escucho unos pasos lejanos un umbral oscuro entre los ecos Hay una verdad oculta en los corredores Las escaleras suben y no llevan a ninguna parte Zapatos desencajados buscan la luz de los pasillos Laberinto de iconos y escapularios Cristo plantado esperando el regreso la verdad estรก en el subterrรกneo en los cubos multiplicados y cristalinos Hay una sola opciรณn una escalera que no sirve para subir
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Tortugas Cerca del oc茅ano las olas rebotan vanas y sin eco Nada la simple nada entra a mi cerebro Este es el dolor: una fibra inm贸vil nacida entonces de la piedra enferma de las costra atenuante corrompida Es mi ingravidez una Alfonsina ahogada por la l贸gica Es mi levedad sobre la tierra plana que ya no entiende las tortugas
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Crónica del asesino en la retina La última realidad se plasmó en la retina El ojo se rompió litúrgico pasmado La calle del asesino era la calle El grito de la mujer era la noche Ese silbido silencioso prende ventanas y nadie lo oye porque no existe porque no existe simple y llanamente su cansancio de faroles un molino azul predestinado giraba hecho de harapos por la tibia oblicuidad de la palabra muerte
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Pesadillas Sue単os malos se disuelven Cantan arpas los cristales ya dormidos los roperos vuelven a tocar las puertas erguidos empu単ando las almohadas asedian los umbrales no se borra la memoria oscuras quedan siluetas en la calle una parte se plasma en la cortina la memoria por su propio peso cae
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Reubicación Había mondado el alarife de mi tejado las estrellas Ahora que es de noche no me siento más realista
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Llanto de la liebre que agoniza ¿Has escuchado el llanto de la liebre? la exéresis de un miembro alejándose de la vida Hay una permutación pasmódica en la barca de Caronte (alféizar de los recuerdos sepias) Una mañana una navidad una mentira Tan sólo la conciencia frágil brevísima responde al caos la presencia de la nada Ese tren distante entre las sientes otoñal preludio de la noche respira la asfixia del último instante
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Elemento vital La propiedad del agua no se limita a la vigilia poro abierto a sus últimos límites absorbe el néctar del cosmos psiquis hila la rueca con dedos de arpa el océano va a los sentidos
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Orfandad dedicado a la muerte de mi padre
Abandono paroxismo de flechas giran en el éter agujeros del cielo la luz se esconde detrás del páramo infinito sin brújulas sin liturgias sin manos Campiñas y solares que no logro sostener se alejan desesperadamente se asfixian ¿cómo piden que comprenda? las neuronas dislocadas e inertes se ha ido está lejos lejos ya no podré comprender nada soy un parvulario de autistas
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Introspecto Eres el abismo que a sĂ mismo se razona no lo entiendes eterno tĂş entre las flautas inconsciente enardecido ahora por la hora de la muerte no lo pienses es diferente consumirse a disolverse no resistas tu mecanismo de adobe tu naturaleza tiende a deshacerse
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Parรกbola de los cuatro locos Pienso que se cree pensado por un loco que piensa que se cree pensado por un loco que piensa que se cree pensado por un loco furioso que se piensa
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Premonición Las cartas me consumieron pitonisas por la espada y las copas El tácito relieve en lágrima del andén nocturno Confuso desesperanzado traicionado astillaje en el espejo Despliego certezas atónita por la sentencia desollada embrujo lacran las intrigas por la espalda recta
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Mi nombre es Eco Callas mis dolencias de perfil La crítica invertebrada pez desnucado imagen muerta El lado oscuro de la luna La pregunta es el reflejo Mi nombre es Eco madre Tijera que corta mis caireles Lluvia ácida disuelve la espuma en las calles de nadie donde se embriagan los payasos y el maquillaje escurre Ingrávida ¡ INGRÁVIDA ¡ Totalmente leve Tan sólo por curiosidad responde ¿quién eres?
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La noche del viernes ¿Dónde el sueño infantil tan extraviado en edredones? ¿Dónde mi nombre totalizado en la penumbra que respiro? ¿A dónde con estas manos a tientas desafiando manecillas? Si ya no hay rumbo ni tiempo ni agua ni aire ni tierra ¿A dónde con las cuencas vacías de sendero en estas manos claroscuras? Sin el vapor disolvente en los faroles La amarga velocidad de los tranvías
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Evasión y espera a Victor Frankl
Le dieron esa boca que se callara todas las palabras era una larga y aturdida guerra en una larga y aturdida letrina Música roja de bocinas y tambores cambio de llanto tres veces al día para conservar una mirada límpida ay, esa distinta anegada ira ay, esa distante enervada era
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Reflexión de la granada En las parroquias deshabitadas donde yace adormecido el derrumbe estaré yo para esperarte Estoy aquí sentada como una mujer mecedora clavada Somos ríos de manecillas sustativas ecos de nuestras propias palabras ¿por qué creen que ha pasado el tiempo? Corran a sus casas que aquí no ha pasado nada ¿Cuántos cuadros de realidad corren para crear una circunstancia? Precipítense a los templos que aquí no ha pasado nada No es nada la mecedora sin el piso ni la ventana La nada tiene su nombre Entre todos hacemos una granada entre todos hacemos una gran nada ¿Cuántos cuadros de realidad corren para crear una circunstancia? ¿cuántos círculos en el agua? Dejen que se vaya el río Escuchen el tic tac 32
tic tac del cuervo mientras esperan meciĂŠndose
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en la ventana
Búsqueda de Adso Adso, en la escalera del vértigo es el hilo, el péndulo conocimiento hebra en las cervicales cenizas alejandrinas brujas fugitiva fiebre en el follaje Buscar luna respuesta pozo migraña de los sueños criaturas aéreas ilusas encadenan palabras en el viento mortales
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La edad del juicio Culpa es la palabra y el dedo que desciende al anfiteatro el juicio comienza limpio y salvo sobre la muralla Tenaz exigente su alteza serenísima deshoja la guirnalda Volcada de estorbos su grandeza de barreras tibias en la enramada Ávido rabioso mundo yo te observo con el pálido desdén de una máquina
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Beso a lo incorruptible Por la cima que lleva hasta el cadalso ¿qué es una cabeza desprendida de su cuerpo? Ahora ya sin las campanas boreales Ahora fría sin pensamientos bajo la urna celeste (primorosa música de infierno) Complejo recipiente donde habitaban las auroras reposas en el seno de mi tinta
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A las afueras Seguro pensabas que el egoísmo era lluvia ácida en nuestros cuerpos Ahora lo ves no funcionaron las reuniones y el calvario Caducaron los brazos en la obra negra construida ¿por qué sigues buscándote a las afueras?
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En silencio No es mรกs que el callejรณn azul profano la embotada oscuridad en el estanque la boca doliente
heredada
Sin mรกs: somos aquel y aquellos no es mรกs que el silencio no somos nosotros
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Imperceptible Porque tu aire no es blanco ni es negro porque no eres consciente ni del aire que respiras parte de la tierra en el cemento abolido pedazo del agua extraviado entre las dunas Âżno te has dado cuenta? DebĂas hace tiempo ser impalpable debĂas de ser gris
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Tras la línea La delicada membrana divisoria tan delicada ¿Dónde estamos? ¿a dónde o hacia qué reflejo? Es una escalera interminable ese caracol infinito de ecuaciones perfectas es esa angustia múltiple y divisoria ese galope ese caballo esa paradoja de ángulos perfectos
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Sobrevivencia La diferencia estaba en la alambrada Se fueron los labios de palomas que volaban pero quedaron arrasados los mecanismos que sostenĂan la cordura citadina El psiconauta era el Ăşnico en sobrevivir
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De la ciudad inm贸vil Inm贸viles nos vemos unos a otros tumefactos en la calle obtusa en que nos vemos unos a otros inm贸viles tumefactos
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Por si la encrucijada Si acaso la hora de lanzar la tierra de mirar la hiedra creciendo en las paredes Si acaso: erigirĂŠ a mano varias torres de Babeles por si la encrucijada llega por si la encrucijada
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Nitidad Era la luz diáfana epidermis Precioso alféizar de la locura Eras el ansia eras el ansia diáfana locura la luz preciosa alféizar de la epidermis
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En la horca Para terminar con todas las discusiones he de colocar una cuerda en mi garganta Una cuerda de violín tan aguda y larga que acicate un murmullo sin sentido un murmullo punible por el silencio culpable por las palpitaciones del público Estarán sentados, vociferando todos la caída pulsante de la pequeña silla en que me sostengo porque en realidad siempre están esperando el momento en que se rompa la muleta, el bastón o una silla Así la silla soporta la histeria continúa soportando el peso La cruda cuerda que se acomoda a mi garganta comienza a convertirse en un pañuelo y al final, cuando la mordaza del silencio haya prolongado el estrépito del público mi silla continúa firme y ellos pálidos y despostillados son los que están muertos
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Reto No me invites a mostrarte la cara de mi defensiva no me retes la memoria desova incierto desvarío La daga refractó heridas que aún siguen inconexas llevan el agua de la boca y en el aire el almizcle No apuestes a clavarme aristas en los párpados tendré que irme a la una en punto
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