Metafísica del ojo - Reneé Acosta

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1 MetafĂ­sca del ojo


2 RENEÉ ACOSTA


3 Metafísca del ojo

Metafísica del ojo


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5 Metafísca del ojo

Metafísica del ojo

Reneé Acosta

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P o e s í a

Instituto Chihuahuense de la Cultura Chihuahua, 2012


Metafísica del ojo Fotografía de portada: Raúl Ramírez “Kigra” Imagen: Piccicato Lánguido de Luis Y. Aragón

Primera edición: 2012 Instituto Chihuahuense de la Cultura De la colección editorial de Gobierno del Estado 2010-2016 Lic. César Horacio Duarte Jáquez, Gobernador Constitucional

© Reneé Irene Acosta Díaz © Instituto Chihuahuense de la Cultura SE RESERVAN TODOS LOS DERECHOS

ISBN: 978-607-7788-85-0

Instituto Chihuahuense de la Cultura Avenida Universidad y División del Norte 31170 Chihuahua, Chihuahua Teléfonos: (614) 214 48 00 Correo electrónico: publica_i@chihuahua.gob.mx

Impreso y hecho en México Printed and made in Mexico


Dedico este poemario a Rogelio Treviño por la mirada esférica. A Carolina Isabel, mi hermana; y a mi padre René Acosta Romero por todo lo que me dieron en vida. Muy especialmente a Carmen Bernio por la amistad y los lazos cósmicos, metafísicos. A mi esposo Jorge Guerrero por su amor y su apoyo en todo momento.


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9 Metafísca del ojo

…Una multitud de vidas; todas sufren; todas ligadas en el tenue y apretado círculo de sí mismas, odiando, matando, engañando y deseando la paz después de la victoria. Todos éstos son los hijos, las enloquecidas figuras del transitorio pero inagotable, largo sueño universal del que Todo lo Mira… Joseph Campbell



MetafĂ­sica del ojo


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13 MetafĂ­sca del ojo

Historia de una mosca En el hueco luminoso de la tarde sobrevuela una mosca sĂłlo su zumbido interpela la vulnerabilidad del silencio ese sonido de motor que hay en sus alas libera el ojo interior la luz hexagonal se filtra en sus ojos el ruido de sus alas se apodera de la tarde y sus ventiladores elĂŠctricos


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Breve crónica del aire La luz flotando a polvo en las fisuras una ventana más allá el campo rumoroso el viento y nada nada la simple espesura del viento meciéndose en la hierba luminosa que nadie mira


15 Metafísca del ojo

La lavandera y el aire Monótono el sonido de la lavadora antigua golpeando a brazadas, anchas, bobas, torpes la luz de la mañana y el viento meciendo tendederos, donde se tiende la pobre camisa el pobre calcetín de la pobre gente monótono sonido de la lavadora y la mujer del viento y la mujer y el aire la mujer mirando lo azul donde avanzan las nubes como barcos sobre las sábanas ladeando el viento del norte bajo la índole de la luz la mujer y la tarde la mujer solamente


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Retrato hablado de unas palomas en la plaza En medio de la plaza hay una cruz y en medio de la cruz hay una fuente cada mañana las palomas recogen granos que hacen al caer una música invisible las palomas la escuchan y revolotean alas y más alas plumas descienden como copos níveos y pardos sus torsos son delineados por la luz en ese momento un chico juega con las campanas de la iglesia


17 Metafísca del ojo

Las palabras de Sofía Sofía juega a palabrear el mundo y entre sus rizos sube una sílaba otra sílaba los primeros vértices diamantinos hacen crecer un universo, los otros comienzan a formar una palabra Sofía tintinea con su varita de hada princesa y estremece a un gigante que juega con ella a ser convertido en sapo Sofía llora las despedidas en la puerta con las lágrimas limpias, simultáneas de sus tres años, de mis otros treinta y dos que no quieren despedirse Sofía muestra su almanaque de palabras: una cuchada, un defante, una puma un dobot y nada más


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Historia de un cepillo En el centro de la caja hay un cepillo entre sus cerdas aĂşn pasan y repasan las memorias del pelo sus suaves fibras silenciosas extienden sus recuerdos capilares: la muchacha del oriente la joven madre de occidente el cepillo aĂşn conserva algunas canas signo silencioso de una nostalgia prolongada


19 MetafĂ­sca del ojo

Divertimento de una rĂĄfaga de viento Cruza el aire torbellino levantando ĂĄmpula se lleva los sombreros alzando faldas alborotando peinados arrebatando papalotes siempre rĂĄpido y ligero se divierte el viento


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Tao de un perro viejo Un perro viejo descansa en el portal sus tiempos se anegan en el tapete felpado junto a la puerta las torcazas resuenan en el eco de la tarde calurosa si alguien pudiera vivir la tranquilidad de su descanso el Tao y el centro invariable se posan en el hueco sereno de la tarde el perro reposa sus Ăşltimos momentos


21 Metafísca del ojo

Un hombre incompleto En una banca de un parque silencioso un hombre se observa, se alza, se reclina se inclina ante el pensamiento de su propio pensamiento observa que se observa impávido clínico inmóvil el hombre que se observa se observa envuelto de sí como está, absorto en absoluta permanencia se reclina a mirar el ligero descenso de una paloma aterrizando a sus pies en sus pies que son él


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el hombre observa que también él es sus pies se observa mientras la paloma se aleja... el hombre se descubre incompleto


23 MetafĂ­sca del ojo

Testimonial del ojo I Mirar las cosas simples bajo el registro de la luz que hay en el ojo ojo celeste, ojo emblemĂĄtico ojo permanente en lo no permanente ojo santo


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II y en el momento la mirada habita humilde en el rabillo del ojo la mirada se vuelve iluminada se complace en las brumas de valles nunca vistos cuando la mirada se inclina se vuelve al ojo primigenio para mirar con el cenit la otra pupila altĂ­sima que en un diamante herido emana iridiscencia la herida del objeto que aparece frente al ojo en su humildad de cosa ya sin uso, abandonada se encarna de luz la iridiscencia


25 Metafísca del ojo

Testimonial de la luz Fuentes de luz pozos de todas las oscuridades sólo la soledad que nos aguarda en el arcángel... lo triste y magnánimo del firmamento


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Ante una pintura Para Jorge San Miguel Veo en la pintura el ojo de una rana el ojo de una paloma silenciosa un ojo de serpiente que aguarda el limbo veo el ojo animal así mirando sus ojos como lo humano y trémulo veo en la forma de los ojos galaxias se vuelven espirales, universos veo en cada ojo un universo en formación súbito silencio


27 Metafísca del ojo

La plaza Un gorrión se detiene en la ventana observa con cuidado, sin conciencia ni juzga, ni habla, ni piensa una paloma, se asienta a observarla la paz de los granos cae en la plaza el hombre observa sin pensar el número de las palomas luchando por semillas en la acera ni en la cantidad saltando fuera entre sus picos brillantes junto a la fuente sus alas, sus plumas todo pasa en un instante bullicio en la esquina alguien observa al hombre meditabundo que ha descubierto en sus pies que está incompleto


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La oración de Aurelia I Aurelia, sin más, en silencio su mano cansada cubre a su hija –su única hija– y piensa que las cosas están planificadas porque todo es planificación de un Dios en su eterna crucifixión en la pared sobre los cuadros de aquel bisabuelo General, muerto en un fusilamiento y de la querida abuela Otomainez cuidadora de hierbas curativas el edredón, el ropero, una llave de una generación en generación cada objeto adecuado en el lugar adecuado


29 Metafísca del ojo

II Aurelia en las noches zurce la ropa de la niña su cansancio entra y sale por el ojo de la aguja y mira sus manos solas tan trabajadoras, solas cierra la puerta hace una oración por los hambrientos los desempleados Aurelia piensa que Dios la observa y Dios puede mirar cómo reza y sabe que está pidiendo algo algo que ya no puede creer Aurelia piensa que ese Dios piensa: pobre Aurelia, tan cansada, tan humilde escucha a su hija llorándole en el otro lado de la puerta ya no le importa si hay un Dios que la mira


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La fuente I Canta, canta a las cosas del mundo yo represento la cosas que se manifiestan en el momento justo en que se manifiestan Soy el segundo sin profanación de la constancia que perpetúa todas las entidades Mírame aquieta tu corazón y ven, siéntate a mi lado bebe de mis aguas más profundas y revélate contra la explotación de tus propios pensamientos Cuando yo me levanto emerge toda una posibilidad Yo soy la verdadera razón de los acontecimientos quédate en ti o vuelve a la fuente, Yo soy la razón de todo suceso


31 Metafísca del ojo

II ninguna circunstancia ninguna flor maleta o polilla está fuera de mí he creado los mundos para que los existas puedes manifestarte a través de mí de la forma en que mejor lo prefieras estoy cantando en las aguas limpias de las fuentes citadinas nada puede alterarme


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Historia de un árbol Este muñón enclavado en la tierra era un árbol este pedazo de madera esta sombra esta ruina sin techura ni ventanas fue una casa donde vivió la familia que plantó el árbol aquí había una cocina por acá estaba el pasillo donde arrastraban sus pasos envejecidos sus pasos sólidos, pasos de joven recién casado aquí estaba el ropero aquí, donde atraviesan sus sombras


33 Metafísca del ojo

paseaban con sus largos abrigos y sus sombreros que ya nadie usa todo ha pasado, es cierto, pero sigo mirando el balanceo de los niños columpiándose en la llanta que cuelga de la rama más gruesa del árbol cuando su fronda era cuartel de cascabeles perdiéndose en la bruma no hay nadie en la calle donde crecí amanece en la penumbra los gallos vuelven a cantar nadie lo ve nunca son los mismos gallos


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Un buen hombre Froilán era un hijo de Dios a su manera y no es que fuera un gran hombre o que sus manos llevaran el sello de la beatitud sin ignominia nunca iba a la iglesia Froilán era un buen hombre Cuando hubo guerra fue a la guerra en tiempos de paz hacia su crisálida en las tabernas y cada día amanecía un patán nuevo con alas renacidas y siempre regresaban sus cuerdas de guitarra a su sin pena ni gloria preguntando bajo las estrellas una mañana de 1914 se fragmentó como la luz de un rubí ensangrentado caminó al paredón al lado del General que dejara viuda a la abuela Otomainez


35 Metafísca del ojo

unos dijeron que fue por mujeres otros recordaron el tuétano y la llaga en toda la resequedad de sus vocales todos hablaron, pero nadie solamente el ojo ecuacional el ojo visor de pupilas dimensionales supo que Froilán fue al paredón por un hecho insignificante


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Crónica de las fiestas de San Juan Gritan los muchachos en el Día de San Juan en las noches de pleno plenilunio ¿Cuántos festejaron su propia reintegración al firmamento? ¿y qué más da? Las serpentinas, los silbatos, el jolgorio la consagración de los listones ¿A cuántos les dijo la bruja que las cartas marcarían su destino? ¿A cuántos habrá predestinado en esa noche con un signo por su frente de pájaros y de agua? Esa noche de festividad vinieron muchos ojos nuevos al mundo


37 Metafísca del ojo

El verano de Jane Marie River En el verano de 1963 Jane Marie River de Rhode Island miraba las ballenas en las playas sentada de frente al Golfo de Cortés y escribió una canción por la muerte del asmático Tom Wieland no miró las gaviotas escapando entre las olas que se rompían en los farallones rumorosos tampoco miró a un metro por debajo de la arena el anillo de bodas del matrimonio San Miguel perdido en el naufragio del veintitrés ni tampoco miró el cardumen brillando en los corales de las generaciones de peces del setenta y seis ni se quedó a mirar a don Isidro a trece kilómetros de la playa luchando contra la explotación


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tampoco miró cuando en el sesenta y siete su canción sonaba en la radio de un Cadillac comprado con afán de hotel por un muchacho de Rhode Island, que en el asiento trasero arrojaba al universo una posibilidad nadando en la inmensidad del vientre de una muchacha Jane Marie River, de Rhode Island jamás regresó a la playa de México después de aquel verano de 1963


39 Metafísca del ojo

Historia verdadera del Hombre del Costal Quien puede ver, puede saberlo no es cierto, la causa eficiente de la más simple espora es incognoscible ¿Quién puede saber quién era el Hombre del Costal? que se acostó a dormir bajo el cielo de las cordilleras y embriagó las calles de Buenos Aires dando tumbos en España, de buen misionero del vodka en las barcas de pesca para empresas internacionales capturando salmones en Alaska? ¿Quién, verídicamente, conoce la historia del Hombre del Costal que levantó un auto con sus propias manos, en la feria de paso en la frontera de Tijuana, rebosante de alcohol ácido como una ostra en salmuera?


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¿Quién, por sus manos sucias, maltratadas naturales, enfermas por voluntad de amor alguna vez le tuvo instalado, en la comisura de los labios como una estrella? ¿Quién sabe todo eso? ¿y a quién le importa?


41 Metafísca del ojo

Historia de las coles Una mañana cuando los niños se columpiaban en ese árbol fuera de casa y el aire del norte sobrevolaba las costas; Mandelbrot descubría que las nubes no son esféricas ni las montañas son conos elevándose sobre las casas ese día, en una granja a pocos kilómetros de la ciudad un granjero cosechaba una generación de coles matemáticamente repetidas por los siglos perfectas Ese día, un helecho de hojas igualmente regulares y perfectas fue arrancado a causa de la cosecha


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En el helecho habían fructificado dos fuertes generaciones de plagas pero aquella fue la mejor siembra Aquella mañana partió su mujer con el dueño de una refaccionaria Un año después la cosecha no volvió a ser tan buena ella abandonó a su amante y voló hacia América Nacieron coles idénticas y nacieron nuevos helechos que tuvieron más pulgones diminutos y perfectos


43 Metafísca del ojo

Historias de tripulantes Todos estamos dentro del ojo en la mirada esférica. Rogelio Treviño

I Creo que mi paso por el universo es el único paso que voy a dar o al menos, es el único que tengo miraba desde el interior del ojo el amanecer en los trenes los largos durmientes cada vez más cerca el camino navegante cada vez más lejos creo en este momento, mi momento –decía pensando en sus hijos, dormidos–


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nadie en esa penumbra se daba cuenta de aquel hombre dejando su casa y nadie veĂ­a en el interior del ojo porque nadie guarda en la maleta el conocimiento de su devenir


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II Para el poeta José María Lugo

Pidió un boleto para Managua, quería ir a México buscando los altos cielos, serranías de la Tarahumara pero no nadie sabe realmente a dónde va; le salieron cuatro brotes de luz de su vientre y otros tantos círculos solares de la mollera le nacieron amarras al viento y renació dos veces en la vejez prematura de quien vive niño hasta la octava década nació, murió, renació dos veces más a la edad de ochenta y tres en las caderas amplias de muchachas e invocó al cielo por las revoluciones interiores, y construyó una casa de guitarras


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entre las copas de bosques perennes y reventó en cólera contra los amasadores de existencias por cincuenta la hora y dio clases de iluminación tántrica para amantes con anhelos del Nirvana y lamentó la muerte de Neruda acompañado con sotol de los habitantes de la villa de Creel y pidió una beca para soñar despierto en los últimos instantes de su vida que nunca supo eran los últimos instantes de su vida revivió mariposas con sus manos con métodos que aprendió de las estrellas conjugadas con Quirón, y publicó libros que cuando los leen despiertan galaxias en las pupilas pero nunca, nunca regresó a Managua


47 Metafísca del ojo

Historia de la planificación en un sauna Entre sudor en los vapores la jarra de agua cae y saltan chispas entre nubes incandescentes uno dice: visitaré con mi esposa y mis hijos las playas este verano uno muerto en las luces de la carretera a mano de un trabajador abrazado por el sueño dos dice: yo haré un intercambio de negocios en Hong Kong antes de que llegue la primavera un torbellino gélido venido del ártico arrasa con los naranjos de los campos de California baja temperatura, baja de la bolsa tres piensa mientras calla su falta de planes para el futuro y dice: yo sólo vengo acompañando a mi jefe


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Genealogía de una idea En la gran ciudad hay una estatua erigida en 1610 en honor de los fundadores a 250 kilómetros hay una ciudad pequeña construida con muchas casas pequeñas donde vive gente pequeña, de vidas sencillas entregadas a la cosecha de la manzana en la pequeña ciudad hay un hombre que vive alejado de la estridencia en la cabeza del hombre viven varias colonias de parásitos que crecen y proliferan gracias al ostracismo del hombre pequeño en la colonia vive un pequeño parásito dedicado a la proliferación de los más pequeños en la cabeza del más pequeño existe una colonia de parásitos


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en la cabeza de uno de ellos tuvo lugar, por un segundo algo parecido a un pensamiento


50 RENEÉ ACOSTA

Giro de suerte Gira un diamante, un as, una cereza, dos cerezas gira nuevamente el azar dos cerezas, una naranja un diamante un golpe, una mirada atenta cauterizada por la frustración los dedos tiemblan al sonido de las máquinas azarosas si al menos fuera un diamante más si fuera una cereza más una nueva vuelta se escuchan los dados y un crepitar de gritos de jugadores luces de neón invierten la importancia de la cúpula celeste la opacan vuelve a tirar los dados cuando gira en el monitor una naranja y una hipoteca vuelve a la mesa


51 Metafísca del ojo

hay una cámara que todo lo observa hay un ojo que ve la cámara, que todo lo observa y hay más allá un ojo mirando las consecuencias precedentes y venideras


52 RENEÉ ACOSTA

Historia íntima del mercado El ambiente huele a guayabas, a vapores de carnes recocidas, a verduras frescas a hierbas de olor los gritos se trenzan en remolinos invisibles los mercaderes son como hormigas, cargando cajas en los ‘diablitos’, donde se trepan los hijos del verdulero muy temprano llegan las ‘rejas’ naranjas que llegan como soles metidos en cajas de madera cuando el olor de las tortillas avanza en la maquinaria y caen, se condensa con los pescados que aún sangran en el hielo raspado todo tiene su orden en el río de las circunstancias perfectamente equilibradas las berenjenas –bajo orden de aparición– el tomate abollado que se habrá de vender a primera hora


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hasta en el mercado existe un orden de diferencias todo se acomoda una pirámide de cebollas una pirámide de hombres en el aparador que viven de los maltratados que están atrás siempre atrás


54 RENEÉ ACOSTA

Una buena vejez Mientras la gente vive su vida como si fuera dueña de su destino en los mercados y las calles, en la plaza, un hombre viejo alimenta a las palomas observa a un hombre meditabundo en una banca que mira a otro cruzando la esquina las carretas pasan sin cesar, llevan a los tripulantes de las nuevas construcciones, a los mercaderes de otras décadas a los que habrán de perder sus próximas batallas y sin embargo ríen con entusiasmo porque ignoran cada mañana cómo será el atardecer


55 Metafísca del ojo

La casaca y el sombrero Cuando un hombre se coloca en la mañana la casaca y el sombrero, casaca y sombrero se vuelven parte del hombre aunque no tenga por qué importarles formar parte de alguien que se ve a sí mismo cada mañana frente al espejo ¿Sabrá el hombre de la casaca y el sombrero quién es realmente el que está reflejándose? ¿podrá mirarse como un conjunto de utilería disfrazada merodeando las calles? ¿les importa acaso, a estos utensilios, formar parte de esa partitura en la disolvencia?


56 RENEÉ ACOSTA

No lo saben en una especie de imantación de ser en apariencia, en la apariencia de lo inerte no hacen sino ser sencillamente lo que vinieron a ser desde el momento de la hechura y el diseño cada mañana se levantan una casaca y un sombrero y se colocan un hombre para que los lleve a pasear


57 Metafísca del ojo

En la biblioteca de Tokio En la biblioteca de la escuela imperial de Tokio hay un libro donde un niño dejó en 1958 una mariposa muerta en uno de los poemas de Saito Mokichi por la muerte de su madre En 1962, una estudiante pidió de préstamo ese mismo libro y colocó una flor junto a la mariposa, dos días después de la muerte de su madre En 1968, un profesor de literatura japonesa del siglo XX, pidió el libro para impartir su clase leyó solamente las primeras páginas porque tenía prisa y devolvió el libro Ese mismo año un estudiante pidió el libro encontró la mariposa y se llevó la flor mientras que la mariposa permaneció otros años más en los libreros indescifrada con los signos


58 RENEÉ ACOSTA

Historia de la importancia Toda la memoria de los pastos se imprime en cada movimiento de los aconteceres la memoria de los ríos se vuelca sobre las casas y las hormigas son testigos de mi revelación los pulgones son un procedimiento más alto para la conveniencia de los hechos irrelevantes o importantes de la mínima existencia ¿Por qué habrían de ser menos importantes las gotas de lluvia cayendo como hecatombe sobre los hormigueros? ¿Por qué habrían de ser más importantes mis problemas que sus problemas? ¿Por qué habría de ser más importante el movimiento de los autos que el movimiento de las estrellas? ¿Por qué no habría de haber una relación entre todas? Me quedo callada...


59 Metafísca del ojo

Reiteración de las cosas Los mismos ojos los mismos labios el mismo guiño el padecimiento no tiene medida ni las gratitudes del amor son cuantificables somos las mismas ecuaciones repetidas nadie en el acontecer de las cosas ve cómo sus gestos, sus labios, ese guiño, pudieran ser los signos indescifrables que determinen cruzar el rubicón o tener tres divorcios ese algo, esa fascinación la lectura anticipada las señales repetidas en los signos invisibles Sócrates creía en los signos la mujer que murió de amor, creía en los signos don Isidro el pescador conocía los signos de las aguas


60 RENEÉ ACOSTA

y las nubes yo creo en la perseverancia de las redes en la insolación del águila, en los vagones perdidos en el tren de los actos y circunstancias en lo no dicho


61 Metafísca del ojo

Historia de una fragmentación Una voltereta repentina son las 12:16:24 segundos la llanta delantera de la motocicleta estalla 25 segundos a oposición del viento Los manubrios se inclinan y el conductor equilibrista fuera de control es arrojado de la motocicleta 26 segundos El cuerpo da una voltereta en contra del viento que lo derriba y da un giro por los aires Segundo 27:28:29 Aparecen ojos en las nubes mira niños, carruseles, bofetadas vuela en arboledas sobre imágenes donde la comisura despectiva de una muchacha dice: No quiero volver a verte


62 RENEÉ ACOSTA

El espejo fragmentándose salta en pedazos de metal Treinta segundos El ‘yo’ del conductor comienza a desintegrarse


63 Metafísca del ojo

Posibilidad Pudo haber sido, pero no fue las cosas son lo que son pudiera haber tomado la izquierda en lugar de la derecha pero tomó la izquierda donde la virgen negra le dio dos palomas un águila y un niño muerto pudo haber sido lo mejor viajar a la India o viajar a las playas de México o no ir a ninguna parte pero estar tiene también su propia reverberación en la telaraña de las cosas


64 RENEÉ ACOSTA

habría sido mejor no comprar esa motocicleta pudiera entre los altos techos celestes, darse una mejor combinación de los acontecimientos la exactitud del mundo y la lectura de sus mutaciones indescifradas pudieran... pero no


65 Metafísca del ojo

Canción por la muerte de Tom Wieland I Que el cielo se detenga, que detengan sus barcas los pescadores, que nadie pueda ahora levantarse que dejen de brillar las anémonas y se apaguen los faros celestes, porque ha muerto Tom Wieland pero las barcas no se detienen ni las olas arrancan de las rocas los percebes porque ha muerto Tom Wieland nadie detiene su paso, nadie despierta ni duerme la causa de la navaja no es la herida pero juntas rasgan las cuerdas que escriben la canción por la muerte de Tom Wieland siguen los cangrejos su marcha retrógrada como estrellas rojas cavando en la arena nadie se inmuta por la muerte del muchacho del norte y nadie se inmutará ante la muerte de todos los que ya adelante vienen, con su cuerpo cifrado de signos que hablan de su devastación


66 RENEÉ ACOSTA

pero todo sigue su rumbo... no importa si hablamos del destino


67 Metafísca del ojo

II todo ocupaba su lugar todo en su momento formó parte de un vaivén de nubes nadie tocará sus bajos deslaves de muchacho pecoso sobre las laderas habrá quien llore por sus labios la última saliva, pero nadie nadie volteará a los tactos de sus dedos, ni tomará sus recuerdos por bandera de iluminación las barcas siguen su pesca las mujeres van a trabajar en las cafeterías pensando en sus hijos que quedaron en casa las negociaciones en Hong Kong proseguirán a menos que una ráfaga gélida las detenga nada será diferente quienes lo amaron dirán: si aún viviera Tom Wieland no cantará bajo los cielos septentrionales con los indios de sienes fractales


68 RENEÉ ACOSTA

no cantarán los mismos hippies, buscando el Nirvana, con hierba y alcohol escuchando a Jim Morrison, ni protestará en Tlatelolco no estará cuando niños rubios pecosos festejen frente al televisor por la llegada del hombre a la luna no estará para besar a Jane Marie River a la puesta del sol en las playas de México no vivirá, en conclusión, las sombras de las marmotas presagiando el hielo sobre las viejas calcetas olvidadas en el fogón no se quedará, sin embargo, a mirar la devastación de su pueblo el 11 de Septiembre ni tendrá un departamento de alquiler para rentar jóvenes orientales con ansías de cocaína en el estupor de las madrugadas no tendrá ojos, vasos circunspectos, para quedarse a la luz de la imaginación a ver llegar las señales del Big-Bang


69 Metafísca del ojo

en el telescopio Hubble, ni mirará el descubrimiento de las nuevas tecnologías cibernéticas pobre Tom Wieland, débil, asmático pecoso sin embargo su muerte provocará una canción para seducir a una muchacha en el asiento trasero de un Cadillac en Rhode Island, y nacerá un niño que tendrá la vida que él no vivió


70 RENEÉ ACOSTA

Nódulo en un restaurante A las cinco de la mañana abrían como todos los días, la cafetería del centro y mientras las cafeteras pulsaban al vapor y los chasquidos del tocino hirviente se freían en la cocina una mosca intentaba salir golpeando el vidrio de la ventana cuando el hombre visionario, que miró una construcción en Hong Kong, dejó su casaca y su sombrero la mosca le miraba con sus ojos hexagonales y diversos cuando la mujer que colocó el mantel pensaba en sus hijos, tomando la libreta del mostrador pensando en sus hijos, llevando la jarra de café pensando en sus hijos, sirviendo la taza que se derramó sobre el hombre del sombrero y la casaca la mosca intentaba atravesar el vidrio cuando el cocinero saltó de un golpe y los trabajadores levantaban el diario y mojaban la rosquilla donde se posó la mosca, el hombre de las negociaciones en


71 Metafísca del ojo

Hong Kong regañaba a la mujer que no dejaba de pensar en sus hijos y la mosca seguía azotándose contra la ventana los trabajadores, la mujer, el cocinero la mosca insistente en la ventana ignoraban la red de todos los acontecimientos el acto en el instante, que se instalaba sobre las cosas la finalidad sin apariencia ¿Quién conoce las causas de todas las causas y de ellas todas sus consecuencias? La mosca zumba insistente en la ventana


72 RENEÉ ACOSTA

Testimonio post mortem Ha crecido el pasto sobre las tumbas y digo esto: sigue creciendo el pasto las entidades siguen su movimiento la fractalidad multiplica sus brotes y sabe multiplicar las redes he visto que han disminuido los peces he visto el hambre pero no he visto la finalidad de todas las causas he visto efectuarse en los jardines las mĂĄs grandes ĂŠpicas de sobrevivencia entre los insectos y he visto entre los hombres multiplicarse las luchas para vivir como insectos nada es diferente no son diferentes sus sufrimientos a los nuestros pudiera no tener ninguna relaciĂłn con la piedra


73 Metafísca del ojo

que está en el pavimento, y sin embargo altera las condiciones de mi llanta que ha estallado no subestimo a la lluvia, y no subestimo a la piedra que no exista una relación aparente es sólo evidencia de mi falta de visión


74 RENEÉ ACOSTA

Lectura del signo Cada cosa desde siempre fue un signo pero, ¿quién lee esa clase de circunstancias? No es la ilegibilidad de los actos y las consecuencias basta con permanecer en un solo sitio inmóvil, callado para mirar los mismos actos repetitivos y comprender la fuerza mítica de la reiteración si pudiéramos vernos, con la mirada de lo alto sabríamos el segundo exacto de nuestra retirada


75 Metafísca del ojo

Historia de una actriz mal pagada Aquella mujer de labios nacarados se llama Brenda o Estela o María Brenda o Estela o María son todas budistas y jalan sin el hilo del ‘yo’ por la costura histriónica Brenda: por las mañanas tortuosas entre el café y la rosquilla Estela, la del tranvía silabeando deseo y cansancio en el checador de la cafetería María, la del verídico nombre la mujer entre todas las mujeres la que piensa cada mañana por sus hijos como una sombra Brenda María llega a su casa La máscara de todas se difumina


76 RENEÉ ACOSTA

Un hombre muy rico Éste, que se llama Abel, es un hombre muy rico como Abel y rico era su padre Abel se llamará también su hijo y lapidará en las cantinas entre las francachelas que tiene un joven universitario que es muy rico para Abel trabajarán las manos por su nombre se levantarán nóminas y trizas se rebajarán los hombres al escuchar: Abel porque Abel es realmente rico se dejarán fiestas, partidos de béisbol recitales de baile, iniciaciones aniversarios


77 Metafísca del ojo

se rescatarán, después de todo hipotecas, adeudos, franquicias y todos le llamarán Abel con la quijada tensa con la mirada irreal eclipsada por sonrisa


78 RENEÉ ACOSTA

Diálogo aparte a la película El Padrino Porque te dije ‘no’ y no regresaste porque dijiste ‘no’, como no queriendo como queriendo susurrar frutales equinoccios porque no querías decir ‘no’ detrás de ti, en blanco y negro en voz en off, fuera de tiempo aún situado en el andén de la puerta como un cuervo que regresa para subrayar que se marcha A un lado se escucha en el televisor: Te voy a hacer una propuesta que no podrás rechazar te rechazo por mí, por los colegios por la actriz que aún no soy y no he sido soy yo quien te deja


79 Metafísca del ojo

Tranvía hacia ninguna parte Los ojos en el vidrio lacrimal llorando por fuera, lo que el reflejo por dentro avisa, una profunda tempestad de mares propios e impropios, no dichos las manos en las bolsas vacías otro roce de manos se mira distante una bolsa de papel guarda el alcohol del hombre que cada mañana se recicla en el retrovisor sigiloso se escudriña al hombre abandonado, el alcohólico un perro con su ciego y una mujer entrada en años se acomoda una media ya sin liga Siguiente bajada un charco espera el mal paso


80 RENEÉ ACOSTA

Perro guía El perro es un sol Sun dog, una señal del cielo un paso adelantado más adelante, un mar de gestos una curva, un escalón deletreado en Braille el perro es un Moisés y abre las aguas de la Quinta Avenida sus patas en la soledad se escuchan como hojarasca pero el ciego sabe de soledades y de hojas que van cayendo en la penumbra


81 Metafísca del ojo

Lamentación por la calvicie En la tarde otoñal caen las hojas y por cada hoja cae un cabello el tiempo que conoce el número de todas las hojas y la fracción de todos los cabellos puede mirar al hombre antes del invierno deshojarse


82 RENEÉ ACOSTA

Árbol marcado Cicatriz de corazón y memoria a navajazos recuerdo de un amor que no bajó las ramas, donde otro corazón para otra década se clavó tan uña, tan filo, tan guadaña en el anciano corazón del tronco muchos corazones cicatrizados por una Mariana, un Raúl un Alberto cualquiera podados de hastío por el signo de una flecha que desde la savia ya apuntaba a desfibrarse


83 Metafísca del ojo

Lamentación de una solterona Habría esperado, pero no había esperado tanto ya el regreso del hombre el festín de los platos llenos la resonancia de las cumbres acallada con baños de agua fría cuyo ministerio flagelante reivindicó las horas de un san Antonio se retorció virgen, como una calabaza amarga, olvidada en el estante en una diócesis polvorienta habría levantado una manifestación del tedio, por un hombre de papel, de cartón, de plástico un hombre


84 RENEÉ ACOSTA

un salvador de sus noches macerándose pero no, porque no, por lo incorrecto da una respiración profunda en el camión y levanta con los dedos, discretamente una media ya sin liga


85 Metafísca del ojo

Pájaro de mal augurio Murió en una carretera distante pero su madre no lo sabe por eso toma un coñac y baja el libro en la distancia levanta la mirada No quiero que use la motocicleta piensa con escalofrío eficaz mientras observa una señal cruzar por la ventana un cuervo enceguecido con campanas amarradas a las patas cruza el jardín en ese momento


86 RENEÉ ACOSTA

Tarde en el colegio La tarde se rompe y las muchachas salen de los colegios se alborozan con los nuevos brĂ­os de los veranos nacientes entre sus pechos de azĂşcar sus piernas, sus brazos sus mejillas de hada se van con las mochilas flirteando con espejos


87 Metafísca del ojo

Don Isidro pescador Don Isidro pescador suelta sus redes trasuda sal de las aguas turquesinas las nubes pasan rápido por el cielo porque están preñadas y tienen prisa peces, corales, corcholatas, peces separa la pesca antes de que termine de ocultarse el sol en las aguas coloca los pescados sobre el hielo para mandarlos al mercado Don Isidro silba una canción que cantaron los negros hace mucho tiempo en esa misma bahía


88 RENEÉ ACOSTA

Recuerdo apuntado el día del estreno de Casa Blanca a) Sentarme junto a ella b) Respirar su cabello peinado a la Audrey Hepburn c) Estirar mi brazo sobre el horizonte de la luz que pasa sobre su cabeza Mensaje de retirada: El manoseo entre mis piernas sólo busca las palomitas El tiempo pasará ella se inclina en sentido contrario hacia el hombro de mi amigo que busca el hombro de su amiga Humphrey Bogart salva al esposo de su amada y mira cómo se alejan en el aeropuerto


89 Metafísca del ojo

Vida y obra de la Mujer Barbona Tenía por bello el vello de su barba que la llevó de Rusia hasta París disfrutó del vodka las guitarras venecianas incrustaba flores en la fronda de su pelo y listones en los vellos de sus barbas y leía a Rousseau, profunda, silenciosa, peinando sus bigotes tuvo un romance con el Hombre más Pequeño del Mundo que se columpiaba entre sus barbas se cansó de él huyó en Turquía con el Hombre más Fuerte del Mundo y tuvieron hijos como Hércules fuertes y barbados


90 RENEÉ ACOSTA

Nido de cuervos Un día la madre no volvió al nido los pequeños cuervos lloraron durante noches completas durante varias noches completas el granjero no pudo conciliar el sueño durante varios días golpeó a su mujer rompió los platos, la vasija antigua y su hija que quería ser actriz huyó a la gran ciudad de alguna manera ella siempre dijo que su familia era un nido de cuervos


91 Metafísca del ojo

Carnicero Porque desde siempre fue un cuchillo de grande se hizo carnicero la rosa sanguínea del filete deletreado en un abecedario que nunca aprendió la cabeza se deshuesa la lengua rasposa que jamás pronunció majadería el golpe mortal del cebollero es el más jugoso en el coágulo que salpica saliva el silabear seso sin seso, chamorro costilla, badajo de cerdo que los corta, los filetea los acuchilla siempre tuvo vocación de carnicero pero de niño respondió bombero cuando pensaba policía


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Recuerdo en vigilia de una niña (que se quedó dormida en el circo) La noche es un señor con sombrero y saco de lentejuelas que clama la procesión de elefantes, dromedarios gatos contorsionistas el perro con tutú es también un salto y el aro suelta sus listones en el escenario el payaso enano se llama Cucharita da marometas lentamente se pierde la gravedad de la pirueta en los trapecios y los ojos de la niña se vuelven cada vez más pesados


93 Metafísca del ojo

se cierran los ojos: una mujer barbona se abren los párpados: el Hombre más Fuerte del Mundo se cierran una vez más y Juan Pestañas anuncia un truco de niños que saltan en pijama los aplausos arrullan y despiertan a la niña justo para ver el último acto: un oso de tantos por cuantos kilos subirá a la cima de una torre hecha con cajas de gelatina una luna sonriente acurruca a la niña en su cama con campanas y edredones el tambor resopla al despertar entre los aplausos con platillos y el oso ya está en la cima


94 RENEÉ ACOSTA

Recuerdo de la niñera de la niña (que miró la función mientras ella dormía) No, porque no es así porque las leyes de la gravedad no lo ameritan porque los osos no trepan ni las cajas de gelatina los soportarían porque en el mundo físico material formal de la materia... no, te digo que no no seas necia


95 Metafísca del ojo

Metafísica del ojo Vuelvo a transitarme en cada ciclo, en cada instante. Soy la luz del sol y la linterna del sereno dubitativo. Soy y no soy la lámpara del hombre que busca un sabio. Ni lo busco ni lo rehuyo y me encuentro multiplicado. Soy la ventana y la luz que traspasa una botella, me tomo con la mano y me bebo; colocando mi boca sobre mí, me sorbo y desafío. Soy silla y me siento sobre mí, mientras me veo servirme una copa. Me coloco sobre mí, distante la mirada; me caigo lágrima de mis ojos. Mi sombra azota la puerta y viaja. Soy una estrella más adelante, fugitiva. Caigo. Sobrevuelo cientos de eones y millones de ciclos interestelares. Mientras, zumbo con mis alas fascinado por mi luz, la luz gasificada de mi condensación que se ilumina. Me quemo en mis alas, absolutamente. Luz de luz, loto fractal, nirvana. Filtrado entre mis ojos poliédricos, afónicos, atónitos, ensimismados. Ascendiendo con mis alas me escucho, me lanzo a los brazos de mi amor, mi verdadero amor, los brazos, mis brazos entrelazados. Soy un vaso y me quiebro, me requiebro el seso pensando en los naufragios de mis barcas. Me azoto contra el mar arras-


96 RENEÉ ACOSTA

trando conchas y corales, me reproduzco. Brillante, anémona, liberado del zarpazo. Soy el ojo y la luz que penetra el ojo, soy el pensamiento de pensar la luz y sentirme iluminado. Soy un bicho que me rasca el entrecejo. Soy un recuerdo de mí. Soy una sombra dilatada. Yo soy mi mano. Soy la plaza tintineante y soy los pasos y el zapato del hombre envejecido. Yo soy la juventud que besa en los labios angelicales. Me intercambio, soy fluido. Soy un hombre fuerte, liviano, alto, débil, noble, terrible. Yo soy mujer, mariposa nocturna sobrevolando los ramajes. Soy caballo en la carreta y polvo en el sendero. Apacible como la furia de un torbellino. Incansable como el sueño de un bebé dormido. Despierto a cada instante, lleno de mí, dormido. Me alzo y me inclino ante la inmensidad minúscula cargando granos sobre una hoja, me vuelvo un pozo profundo ante la pregunta y me respondo en la carcajada absoluta de un circo. Soy una carcajada tirada en la soledad de la penumbra. Soy lodo, soy un charco, soy coágulo de inmensidad desdentado, soy sangre, sangro. Me integro en la desintegración constante en que me vuelvo trueno, relampagueo. Hago temblar la tierra en el asiento trasero de un Cadillac, me incen-


97 Metafísca del ojo

dio. Lucho trescientas mil millones de veces por una oportunidad, la alcanzo. De entre todos los trescientos mil espermas, lo logro. Entre todos los miles menos uno, me desintegro. Soy una vela iluminando, velando mi cuerpo; me lloro, me embriago pensando en lo bueno que fui; me voy, me muero, me olvido, me oro. Me llevo lentamente al cementerio, ruedo mis ruedas y me bajo féretro, me cargo. Me cavo con la pala que me está cavando y me desciendo. Me digo una plegaria, me olvido de mí. Me doy una palmadita. Estoy naciendo... renazco.


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99 Metafísca del ojo

Índice Metafísica del ojo Historia de una mosca...........................................13 Breve crónica del aire...........................................14 La lavandera y el aire...........................................15 Retrato hablado de unas palomas en la plaza...........16 Las palabras de Sofía............................................17 Historia de un cepillo.............................................18 Divertimento de una ráfaga de viento.....................19 Tao de un perro viejo.............................................20 Un hombre incompleto.........................................21 Testimonial del ojo...............................................23 Testimonial de la luz.............................................25 Ante una pintura...................................................26 La plaza..............................................................27 La oración de Aurelia............................................28 La fuente.............................................................30 Historia de un árbol...............................................32 Un buen hombre...................................................34 Crónica de las fiestas de San Juan..........................36 El verano de Jane Marie River...............................37 Historia verdadera del Hombre del Costal...............39 Historia de las coles..............................................41 Historias de tripulantes.........................................43 Historia de la planificación en un sauna...................47 Genealogía de una idea.........................................48 Giro de suerte.......................................................50 Historia íntima del mercado..................................52 Una buena vejez...................................................54 La casaca y el sombrero........................................55


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En la biblioteca de Tokio.......................................57 Historia de la importancia......................................58 Reiteración de las cosas........................................59 Historia de una fragmentación...............................61 Posibilidad........................................................63 Canción por la muerte de Tom Wieland..................65 Nódulo en un restaurante.......................................70 Testimonio post mortem.......................................72 Lectura del signo..................................................74 Historia de una actriz mal pagada..........................75 Un hombre muy rico.............................................76 Diálogo aparte a la película El Padrino...................78 Tranvía hacia ninguna parte...................................79 Perro guía............................................................80 Lamentación por la calvicie...................................81 Árbol marcado.....................................................82 Lamentación de una solterona................................83 Pájaro de mal augurio............................................85 Tarde en el colegio................................................86 Don Isidro pescador..............................................87 Recuerdo apuntado el día del estreno de Casa Blanca...88 Vida y obra de la Mujer Barbona............................89 Nido de cuervos....................................................90 Carnicero.........................................................91 Recuerdo en vigilia de una niña (que se quedó dormida en el circo).........................92 Recuerdo de la niñera de la niña (que miró la función mientras ella dormía)..............94 Metafísica del ojo.................................................95


Colección Premios Serie: Premio Chihuahua Ángel del desierto, Ilya Cazés Blind Sugar, Édgar Trevizo Detén mis trémulas manos, Mario Lugo El arte rupestre en Chihuahua, Francisco Mendiola El jardín del colibrí, José Luis Domínguez Filosofía de la educación en Chihuahua, Ivonne Arroyo Picard La democracia de los sentidos, Javier Contreras Orozco La mujer que no fui, Rogelio Treviño Larvario, Lucía Mendoza Cano Los cuentos de la mujer perdida, Jaime Romero Robledo Los días sin Bárbara, Roberto Ransom Migración de indocumentados mexicanos a Estados Unidos: Consideraciones económicas, Héctor Olea Hernández Mujer alabastrina, Víctor Bartoli Teatro y maroma. Chihuahua siglos XVIII y XIX, Alma Montemayor Vida en otra parte, Liliana Pedroza Serie: Premio Testimonio Encuentro con un medio desconocido, César Francisco Pacheco Loya Cuando las banquetas fueron nuestras, Myrna Pastrana La casa de cartón, Luz María Montes de Oca La ciudad imantada, vida de Milton Vidrio de Ernesto Lumbreras La señal del burro, Luis Fernando Rodríguez Torres Los nombres del Arcoiris, Braulio Peralta Notas desde la montaña, Guadalupe Guerrero Tarahumara, una tierra herida, Carlos Mario Alvarado Travesía. Crónicas Marineras, Mauricio Carrera


102 Solar Colección RENEÉ ACOSTA Serie: Poesía A la sombra del gigante, Ana Carolina Apodaca Monge Arrecifes de sal, Martha Estela Torres Torres Campos ignotos, Antología del Taller Literario Pablo Ochoa Casas enteras temblando, Jim Bodeen El arte de la circunstancia, Joaquín Lozano Chávez El aire de las cosas, Alfredo Espinosa El árbol de la aurora, Héctor Contreras López Espejo de fuego, Lilly Blake Eucaliptos en el viento, Aixa Hernández Vargas Extinción de los atardeceres, Martín Camps Hojas de magnolia, Martha Estela Torres Torres Jardín de luna, Elko Omar Vázquez Erosa Los dedos en la llama, José Luis Domínguez Los infiernos de Lázaro, Leonardo Meza Jara Memoria de la piedra, Héctor Contreras López Para cantar después de la derrota, Gabriela Borunda Paredes del insomnio, Susana Avitia Ponce de León y Alfonso Chávez Salcido Puentes de Fuego, Rafael Jurado Quinteto para un pretérito, José Luis Domínguez, Andrés Espinosa Becerra, Juan Marcelino Ruiz, Dolores Guadarrama y Raúl Manríquez Romancero de Majalca, Abel Beltrán del Río y Enrique Amaya Neurdet Santuarios desierto mar, Juan Armando Rojas Tierra baja, José María Lugo Zero borderland, Mauricio Rodríguez Serie: Narrativa Asuntos de vida o muerte, Marisol Chávez Cano Contar la vida, Isauro Canales Martínez Crónicas de naufragios, Alonso Mena Cuentos para recuperar la cordura, Carmen Rodríguez Torija, Joel Horacio Orozco González y José Alberto Díaz Godínez Declaración de guerra, Isauro Canales Martínez Delincuentos. Historias del Narcotráfico, Arminé Arjona Desierto sol, Martín Camps Don Nabor, Mario Góngora Hernández


103Burrola Dunas radiactivas, María del Rosario García Eclipse, Antonio Villegas Flores M e t a f í s c a d e l o j o El final I, Marco Jesús López Morales El último canto de los lirios, Isauro Canales Martínez Historias de humo y viento, Elko Omar Vázquez Erosa La casa movediza, Jorge de la Barrera Luna Hiena, Ea Pozoblock Más allá del Conchos, Concepción López Valles y Humberto Payán Franco Museo marino, Roberto Ransom Obra negra, Alfredo Espinosa Par / ten, César Silva Márquez y Édgar Rincón Luna Pasión literaria, Martha Estela Torres Torres Pescador, Eduardo Sáenz Casavantes Poemática de la naturaleza, Eduardo Sáenz Casavantes Poetry fashion boutique, Gabriela Borunda y Edgar Gorrochategui Programa de mano, Luis Antonio Zamora Aguilar Raiyah-Nai (Bodhisattva), Miguel Alcaraz del Castillo Reflexiones sin remedio, Rodrigo Pérez Rembao y Javier Mariano Rubio Relatos de la Hacienda de Santa Gertrudis, Baltazar Ruiz Barroterán. Si te cuento, Flora Isela Chacón Flores Valle de Cardos, Simitrio Quezada Martínez Volver a la tierra, Luis Arturo Chavarría Camargo Serie: Dramaturgia Agua es el insomnio. Negra es la vigilia, Elman Trevizo Andar es cantar es..., Teresa Camou Guerrero Chihuahua para niños, Antonio Zúñiga Historias ordinarias de gente extraña, Georgina G. Ayub Chávez La puerta negra: la invención de Delgadina, Felipe Ángel Nájera Arreola Las bodas de Merchant, Georgina Ayub Chávez Obras clásicas. Adaptaciones, Eva Castro Pérez Rumbo a vacío, Raúl Valles Voces sin sombra, Georgina G. Ayub Chávez Serie: Ensayos Aires del pasado. Reporteros de ayer y de hoy, Carlos Murillo De la Cruz Así enseñaban nuestros profesores, Fernando Sandoval Salinas y Ramón Gutiérrez Lozano


Ciudad Juárez: Una frontera en crisis, Jorge104 Humberto Chávez Ramírez, Gabriela Minjares ACOSTA Baltazar, Bertha Ramírez Acosta, CinthiaRENEÉ Camacho Contreras, Sergio Arturo Duarte Méndez, Rubén Terrazas Sáenz, Lorena Patricia Figueroa Hernández, Raúl Gómez Franco Chihuahua: el sitio, herencia monumental, Rigoberto Holguín González Diagnóstico sociocultural de los Pimas del estado de Chihuahua, Horacio Almanza Entre el mundo rural y el trabajo industrial, Denisse Ariadna Salazar González Escuela modelo.., Fernando Sandoval Gutiérrez Escuela albergue, poder y negociación, Lorena Gallegos Renova Estética, filosofía y sabiduría, Jorge Alberto Ordóñez Burgos Hegemonía y educación bilingüe-bicultural en la Sierra Tarahumara, Alejandro Arrecillas Historias cercanas, David Pérez López Hacer la impostura, Juan Cristóbal Pérez Paredes Informe Natorp, Esteban A. Gasson Lara Instrumentos de participación ciudadana en Chihuahua, Roberto Sáenz Huerta La poesía órfica y la sabiduría antigua, Jorge Ordóñez Burgos Los costos de la modernidad, Victoria Granados Pérez Los olvidados, Antonio Vilanova Fuentes Muerte de Villa, Antonio Vilanova Fuentes Mujeres, antros y estigmas en la noche juarense, Jorge Balderas Mujeresyfronteras:Unaperspectivadegénero, MaríaSocorroTabuencaCórdoba Oñate:ConquistadordeNuevoMéxico,ConcepciónLópezdeVallesyHumbertoPayánFranco Políticas indigenistas, Eugeni Porras Carrillo Potencial de desarrollo y desequilibrio regional en Chihuahua, Luis Enrique Gutiérrez Casas Principios de sensibilidad, Federico Corral Vallejo Ralámuli Ra’ichábo! ¡Hablemos el tarahumar!, Enrique Servín Rarámuri: el lugar de la vida y la muerte, Jesús Vaca Cortés Regiones de desemejanza, Roberto Ransom Reporteros de ayer de hoy... de siempre, Carlos Murillo De la Cruz Revolución en el panteón, José Carlos Hernández Aguilar San José Baqueachi: Historia de un ejido tarahumara, Mayra Mónica Meza Flores Santa Cruz, antigua región de los tapacolmes. Historia de la Villa de Rosales, Eduardo A. Esparza Terrazas Santo niño. El barrio... Mi barrio, Mario López Morales Semana Santa en Norogachi. Una aproximación a la cultura rarámuri. Rosario Ordóñez Villagrán Teoría de la imagen fográfica, Jorge Alberto Arreola Barraza Valle de Allende: Patrimonio cultural de Chihuahua, Federico Mancera Valencia, Raúl García Flores, Alonso Domínguez Rascón y Cecilia Calderón Puente Vivimos para morir, morimos para vivir, Ana L. Prieto Valdés


105Especiales Colección Metafísca del ojo

Arte letal: Vida, pasión y milagros de José Alfredo Jiménez, Lupita D’Alessio y Juan Gabriel, Alfredo Espinosa Aventuras de coctel, Jesús Chávez Marín Cien años de cine en Chihuahua, Alma Montemayor El canto del Quetzaltótol, Manuel Talavera Trejo Impactos culturales del plan maestro Barrancas del Cobre, Federico Mancera, Alonso Domínguez y Arturo Herrera Teatro de los Héroes. XXV aniversario, Alma Montemayor Memoria I Encuentro de narradores del noreste

Colección Libros de Arte Águeda Lozano. Unidad abstracta y natural Benjamín Domínguez: el cuerpo en la mirada, Benjamín Domínguez Escultomurales y Mundos oníricos de Luis Y. Aragón Esplendor y decadencia del antiguo Teatro de los Héroes, Alma Montemayor Un faro de luz en la pintura, Alberto Carlos

Colección Infantil El pequeño mago, Alma Montemayor Juegos infantiles en Chihuahua, María Sánchez Portillo y Raúl Balderrama Montes La coneja estéril, Paulino Arreola Arreola Rehilete: Antología literaria para niños, Maricela Duarte

Colección Rayénari Antes del ayer, Joaquín-Armando Chacón Demiurgo de una teatralidad sin fronteras, Víctor Hugo Rascón Banda

Colección Autores Chihuahuenses Canción y diálogos de amor, Mario Arras Rodríguez Luz de luna en los aduares, Virgilio Gastélum


Colección Coediciones A veces la soledad (y no queda más remedio), Guadalupe Guerrero Arquitectura de Al-Andalús (herencia de un arte), Sergio Chávez Domínguez Antología, Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, Campus Chihuahua Carta a Juárez y a sus amigos y Los informes de Reubén Creel, Félix Pyat y Víctor Orozco Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses, Blas García Flores Chihuahua Hoy 2005-2011. Tomo III al IX Días de septiembre, Raúl Manríquez Dandismo y asesinato estético, Agustín García Delgado De los niños para los niños, varios autores De plumas y huesos, Federico Corral Vallejo El Barrio Viejo de mis recuerdos, José Luis Domínguez El verdadero Pancho Villa, Ángel Rivas López En la frontera norte. Ciudad Juárez y el teatro, Enrique Mijares Gramática Tarahumara, Abel Rodríguez López Infierno grande, Alfredo Espinosa La hora del desierto, Arturo Rico Bovio La lámpara en el granero, Rogelio Treviño La memoria del cuerpo.Salvador Elizondo y su escritura, Francisco Serratos. Los poemas de Tsin Pau, Carlos Montemayor Los prodigiosos pergaminos de Alejandría, Carlos Rodrigo de la Rosa Arroyo Nacimiento de un reino: La Nueva Vizcaya, Zacarías Márquez Obra reunida, Enrique Macín Peregrino, José Vicente Anaya Pubis al cielo, Ramón Gerónimo Olvera Tarahumara. Una antigua sociedad futura, María Elena Orozco Un estudio sobre el actor, Raúl Valles e Inet Simental X y Contando, María Cruz León Pineda (compiladora)


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Metafísica del ojo, se terminó de imprimir el 27 de septiembre de 2012 en Impresos Grafimagen S.A. de C.V., Ave. Francisco Villa 3117 San Felipe Quinta Etapa Chihuahua, Chihuahua Teléfonos: (614) 414 54 86 y 414 54 24 buzon@grafimagen.com La edición consta de 1 000 ejemplares Coordinador editorial: Gonzalo García Terrazas Edición y diseño: Leticia Carrillo Girón Corrección de estilo: Claudia Saldaña León Mesa de redacción: Ana María Amézaga Domínguez, Claudia Saldaña León y Lilia Esperanza Sierra Pérez Rodríguez


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