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MUNDANO

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CUERPO NUEVO

CUERPO NUEVO

POR Marlene Diveinz FOTO cortesía Museo Jumex

¿Cuántas veces Lari Pittman había escuchado que la pintura estaba muerta? Ahí estaba en el hospital, recuperándose de una operación donde perdió metro y medio de intestino, a causa de un asalto donde resultó herido. Era 1985, inmóvil y convaleciente, hacía 9 años que se había graduado del CalArts (Instituto de las Artes de California) con esa pregunta que levantaba ásperas discusiones. ¡Estaba vivo! Una poderosa razón para sobreponerse a los problemas físicos derivados de la cirugía pero también a lo que sucedía en su mundo: la epidemia del SIDA, los movimientos colectivos LGBTQ+, las luchas latinoamericanas, la hambruna en África. Su respuesta sería a su manera, pintando. “Lo que se ve, se pregunta” es la primera retrospectiva del pintor angelino-colombiano en América Latina. Los amplios espacios del Museo Jumex presentan más de 50 obras entre pinturas, dibujos, esculturas y libros de artista. La muestra incluye sus primeras obras como los cinco guajes pintados a raíz del accidente (Memento Mori) y hasta su obra más reciente llamada Sparkling City With Egg Monuments (Ciudad resplandeciente con monumentos de huevos). La exposición bien podría ser la respuesta a aquélla pregunta y otras, tales como ¿para qué sirve el arte? O ¿dónde está la línea entre el arte y no arte?

Pittman participa de lo que sucede a su alrededor y en el mundo, de lo que le inquieta o le conmueve. Va elaborando discursos a través de su obra pero también en palabras, comparte a su alrededor y vuelve a replantear sus premisas. Una sucesión de ciclos continuos para responderse a sí mismo que el arte es y nada más. Como artista atravesado por la vida, al respecto declara: “Algunas de las pinturas las interpretan como políticas o sociales, polémicas o combativas. Esa no es mi intención. Más que nada, soy una persona política en mi vida privada y pública, pero no necesariamente cuando hago la obra en el estudio. Diría que soy un ciudadano muy observador”. Pittman reconoce que el título de su exposición en México fue un poco porque adora a Juan Gabriel y sus canciones, pero

“LO QUE SE VE, SE PREGUNTA”, UNA MUESTRA DEL ARTE DE UN CIUDADANO OBSERVADOR

también porque quiere que el público cuestione lo que ve. “Mi exposición en Estados Unidos tenía un título más pedagógico, instructivo y didáctico”, agrega.

La obra es tan lúdica como compleja y a menudo enigmática: se pueden observar composiciones de piezas pequeñas o a gran escala; símbolos, signos y patrones de la cultura popular que requieren atención e interpretación desde quien observa; los estratos de material diverso revelan destreza y entrega; el conjunto de color, texto e imagen puede aparentar caos pero, al ver videos donde Pittman aparece concentrado y hasta moroso en el acto creativo de su amplio estudio, sin equivocar un corte, pasar una brocha o un pincel y hasta usar un lápiz de color como si estos instrumentos y él fueran uno mismo. Una capa sobre otra de papel u otro material se superponen, se repiten y hasta se contrastan, como un caleidoscopio quieto. ¿Su método? “Aplicación directa”, expresa.

VOZ ÚNICA

Connie Butler, curadora en jefe del Hammer Museum e invitada a la exposición en el Jumex, expresó sobre el artista: “La voz crítica de Pittman está comprometida con el medio de la pintura al tiempo que desafía sus historias y tradiciones a través del lenguaje de la artesanía y las artes decorativas que han sido significativamente influidas por la cultura mexicana, lo cual se puede observar tanto en Los Ángeles como en el segundo hogar del artista en México”.

La búsqueda y evolución del artista se pueden apreciar en esta amplia selección de más de cuatro décadas de obra. “Las Flying Carpet surgieron de una especie de resentimiento, rabia renovada, resignación y altanería por tener que someterme a otra operación”, revela el pintor. Las pinturas de búhos “apestan a muerte. Creo que fue una respuesta al abrumador

“MI EXPOSICIÓN EN ESTADOS UNIDOS TENÍA UN TÍTULO MÁS PEDAGÓGICO, INSTRUCTIVO Y DIDÁCTICO”

número de muertes…” aquí refiriéndose a los decesos por el SIDA. Cuando usa el logotipo de VISA pretende una reflexión crítica sobre la vida capitalista contemporánea. Las series Vanitas y Diorama son contestatarias, tanto en la concepción de la historia del arte como en el significado socialmente asociado.

Lari Pittman nació en 1952, en medio del enfrentamiento político, económico, social, ideológico, militar e informativo conocido como la Guerra Fría”. Se hizo adulto durante la gestación de las revoluciones sociales y sexuales y eligió la pintura como su medio expresivo, justo cuando se cuestionaba el arte frente a las crisis humanas del momento. Con una herencia biológica americana y colombiana, mantuvo un pie entre lo estadounidense y lo latino. Homosexual declarado, transitó los términos de drag y camp hacia lo queer. En el artista, la obra es extensión de su vida, con toda su sensualidad y su dolor. El profesor emérito de UCLA por más de treinta años ha recibido numerosos premios y honores incluyendo los del National Endowment for the Arts, California Arts Council y el J. Paul Getty Trust Fund para las artes visuales.

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