Franscisco Bolognesi 200 años de su Nacimiento

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento

Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento

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Municipalidad Provincial de Arequipa

MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE AREQUIPA Calle El Filtro Nº 501, Arequipa, Arequipa, Arequipa. Dr. Alfredo Zegarra Tejada Alcalde de Arequipa Responsable de Edición:

Lic. Luis Zevallos Mendoza, Sub Gerente de Educación y Cultura. Portal de la Municipalidad Nº 110, Arequipa, Arequipa, Arequipa. Investigación-diagramación:

Ursula A. N. Podestá Sánchez & Orlando V. Bedoya Pineda. Plan Municipal del Libro y la Lectura, Meta 27. Colección: “Arequipa, mi ciudad, mi orgullo”. © “Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento” Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2016-14819 1a edición ─ Noviembre 2016. Distribución Gratuita. Se terminó de imprimir en Noviembre del 2016 en: ALKI GRAPH E.I.R.L. Calle Dean Valdivia 408 Arequipa, Arequipa, Arequipa.

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento

Presentación

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irva el presente para testimoniar merecido homenaje al Gran Mariscal FRANCISCO BOLOGNESI al cumplirse 200 años de su nacimiento, este 4 de noviembre. La honorable Municipalidad Provincial de Arequipa en pleno rinde tributo al gesto heroico alcanzado en la participación en defensa de nuestra patria. La presente compilación de datos e informaciones nos permite conocer de cerca la vida del héroe nacional. Y sirva como ejemplo y modelo social para nuestros niños, jóvenes y ciudadanía en general. Hay bastantes motivos para sentirnos orgullosos y herederos de la valentía y coraje. Atentamente, Dr. ALFREDO ZEGARRA TEJADA Alcalde de Arequipa

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Lamina, escena de la oferta de rendición del parlamento chileno al coronel Francisco Bolognesi. En: PALMA, Ricardo. Tradiciones Peruanas. T. IV ─Madrid: Espasa-Calpe, S.A., 1953.

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Vida

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rancisco Bolognesi Cervantes, nace en Lima, Virreinato del Perú en el año 1816, y fallece en Arica en 1880. Héroe peruano de la guerra del Pacífico. Hijo del músico genovés Andrés Bolognesi Campanella y de doña Juana Cervantes Pacheco de prestigiosa familia arequipeña. Fue Bautizado en la iglesia de San Sebastián, donde los habían hecho, también, Santa Rosa de Lima y San Martín de Porres.1 Ingreso en el ejército en 1853, en el momento en que el Perú estuvo a un paso de la guerra con Bolivia, cuando su presidente, el general Manuel Isidoro Belzú, había amenazado con una invasión. Apoyó a Ramón Castilla cuando se pronunció en Arequipa con el régimen del presidente José Rufino Echenique, quien sería derrotado en la batalla de la Palma, en las afueras de Lima, el 5 de enero de 1855. Era teniente coronel. Posteriormente, actuó en la campaña emprendida contra el general Manuel Ignacio de Vivanco, quien se había proclamado jefe supremo, e inició una revolución en Arequipa que terminó con el asalto a la ciudad en los días 6 y 7 de marzo de 1858, acción en la que Bolognesi fue herido. Ascendió a coronel, intervino en la campaña contra Ecuador (1859-1860) cuando este país había adjudicado a los ingleses, en pago de sus deudas, terrenos del oriente peruano. Fue comisionado a Europa con el propósito de comprar artillería de montaña y a su regreso lo nombraron comandante general de artillería y fusiles (trajo 54 cañones; 1862). Durante la guerra con Chile combatió en las batallas de San Juan (19 de noviembre de 1879). Como jefe de la plaza de Arica, al mando de 1.778 hombres, entre efectivos del ejército y la marina, se enfrentó al ejército chileno del general Manuel Baquedano, el 7 de junio de 1880, y, como había prometido, defendió Arica “hasta quemar el último cartucho”.2 DUEÑOS DEL TIEMPO, Celebres Personajes del Perú.─ Lima: La República.─ p.265. 2 PERSONAJES DEL PERÚ Y EL MUNDO. T. 3.─ Lima: El Comercio, 2003.─ pp. 248-249. 1

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La Polémica de su Nacimiento

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Xisten dos tesis. La primera de Lima (historia oficial), y la segunda desde Arequipa (no oficial). La Primera sustenta que el nacimiento de Francisco Bolognesi es en 1816 en la ciudad de Lima, y, es la que más se conoce. Mientras que la segunda, sustentada bajo evidencias de: fojas de bautizo, cronología de hermanos de Francisco Bolognesi y defunción de cada uno, y foja militar o de servicios; que, este nace en Arequipa en 1822 (investigación presentada por Artemio Peraltilla Díaz; donde Francisco (hermano) nacido en 1816 el cual muere a los tres años, y se lo confunde con Francisco (héroe) nacido en 1822).3

“Francisco Bolognesi a sus 48 años” (Foto, 1864). Fuente: Archivo Bolognesi, colección de imágenes. 3

PERALTILLA DÍAZ, Artemio. ¡El Héroe de Arica, Natural de Arequipa!─ Arequipa: El Sol, 1985.

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Francisco Bolognesi estudio en el Colegio Independencia

Documento Facsímil. Fuente: Diario Correo. Presentado el 11 de Octubre del 2016, junto a otros documentos de estudios escolares en Arequipa de Francisco Bolognesi, por la “Legión Bolognesi y la Asociación de Ex Alumnos del colegio Independencia Americana-AECNIA-

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Ficha Bolognesi Nacimiento Fallecimiento Mentalidad Estudios

Trabajo

Matrimonio

Actividad Comercial

Mandos

: 4 de noviembre de 1816? : 7 de junio de 1880. : Lealtad a la República del Perú. : Primarios hasta los 8 años en Lima, luego se traslada a Arequipa, al Colegio Nacional Independencia Americana. Y desde 1830 ingresa al Seminario Conciliar de San Jerónimo. : A la muerte de su padre deja el Seminario, y se vuelve ayudante en la compañía comercial francesa se los señores Lebris y Violler. A los 19 años de edad alcanza ser tenedor de libros (contador). : María Josefa de la Fuente y Rivero (arequipeña, 1er compromiso formal, 1839). Manuela Medrano Silva (arequipeña?, 2do Compromiso no formal, desde mediados de la década de 1850). : Desde 1840, emprende negocio propio, dedicado a la explotación de coca, café y cascarilla, en Carabaya (Puno). : 2do al mando como teniente coronel de caballería (en la tensión entre Perú y Bolivia, 1853). 2do jefe del Batallón Libres de Arequipa. Asciende a coronel (27 de marzo de 1858). Comandante General de Artillería (1862-1871). Jefe del Regimiento de Artillería de la plaza del Callao, y gobernador civil del Callao (18681871; se retira del servicio el 30 de octubre de 1871; en 1879, se incorpora debido a la Guerra del Pacífico). Jefe de la Plaza de Arica (1880).

Carrera Militar, participó en : Revolución contra Echenique (1853). Testigo de firma en los decretos de abolición del tributo indígena y de la esclavitud (gobierno de Castilla).

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento Batalla de La Palma (5 de enero de 1855). Guerra Civil (1856). Campaña Constitucional en el Norte (1857). Campaña Constitucional en el Sur (1858). Campaña del Ecuador (1859 y 1960). Guerra del Pacífico o la Guerra del Guano y Salitre. a) Batalla de San Francisco (19 de noviembre de 1879). b) Batalla de Tarapacá (27 de noviembre de 1879). c) Batalla de Arica (7de junio de 1880). Menciones : Comisario General del Ejército Libertador (1853). Ayudante de Campo (1855). Héroe Nacional del Perú. Patrón del Ejército del Perú (2 de enero de 1951). Orden General del Ejército de 1959. Gran Mariscal del Perú (Ley Nº 25128 del 30 de noviembre de 1989). Restos : Cripta de los Héroes del Cementerio Presbítero Maestro, Lima (julio de 1880). Homenajes : Plaza Bolognesi de Lima y monumento (1905, y en 1950 se le cambia de monumento con otra expresión). Casa de Bolognesi en la ciudad de Arica (propiedad del Estado Peruano, según art. 7 del Tratado de Lima de 1929). Monumento en Plaza Perú (Buenos Aires). Se funda el Coronel Bolognesi Fútbol Club (1929, Tacna). Colegio Militar Francisco Bolognesi (Arequipa, 1952). Su nombre usado para denominar urbanizaciones, calles, avenidas en diversos lugares del Perú. Proyecto de Ley : “Ley que declara de interés nacional la conmemoración del Bicentenario del Nacimiento del Coronel Francisco Bolognesi Cervantes”. Número de proyecto 04500. Fecha de presentación 14/05/15.

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Datos de la Guerra del Pacífico

Aunque el Perú contaba con una población de 2.8 millones mayor a la de chile (dos millones), no disponía, como tampoco Bolivia, de un ejército cohesionado. Los oficiales eran criollos que provenían del mundo urbano y la clase propietaria, mientras las tropas eran indígenas que hablaban otro idioma. Gran Bretaña apoyó a chile, cuya causa se identificaba más con la libre empresa y la libertad de comercio que ella defendía. La suerte de los aliados parecía, si no condenada a la derrota, al menos sí, harto complicada”.4

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n el Congreso de Washington hacia 1882, el señor James G. Blaine, Secretario de Estado de su país bajo el gobierno del Presidente Garfiel, declara que es un completo error hablar que dicho conflicto como de una guerra entre Chile y Perú, dice: es una guerra de Inglaterra contra el Perú, con Chile como instrumento”. Y siendo más explícito, más tarde declararía con respecto a las transacciones que Chile buscaba entonces con el salitre y el guano peruanos: “Banqueros ingleses proveerán el dinero, comerciantes ingleses efectuarán los negocios, buques ingleses cargarán los productos. Más de 800 barcos están implicados en este negocio”. Previamente había dicho rotundamente al Senado: “Chile jamás habría entrado una sola pulgada dentro de la guerra, si no hubiera sido por el respaldo del capital inglés…”.“La guerra contra el Perú ha sido hecho en pro de los mismos intereses que Clive y Hasting tuvieron en la India…”.5

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CONTRERAS, Carlos & CUETO, Marcos. Historia del Perú Contemporáneo.─ Lima: IEP, 2004.─ pp. 163. 5 BLAINE, James G. En el Congreso de Washington, 1982. En: LECAROS, Fernando. Historia del Perú y del Mundo S. XIX. 3ra. Ed.─ Lima: Rikchay Perú Nº 7, 1981.─ pp. 188-189.

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Últimos cablegramas de Bolognesi

Arica, 5 de junio de 1880.─ Recibido en Arequipa el 5.─ Prefecto.─ Arequipa.─ Apure Leiva. Todavía es posible hacer mayor estrago en el enemigo victorioso. Arica no se rinde y resistirá hasta el último sacrificio.─ Bolognesi. Arica 5 de junio de 1880.─ (Recibido en Arequipa el 5 a las 2 y 40 p.m.─ Prefecto.─ Arequipa.─ Suspendido por enemigo cañoneo. Parlamentario dijo: “General Baquedano por deferencia especial a la enérgica actitud de la plaza desea evitar derramamiento de sangre”. Contesté, según acuerdo de jefes: “Mi última palabra es quemar el último cartucho” ¡Viva el Perú! ─Bolognesi. Arica, 4 de junio de 1880.─ Señor General Montero o coronel Leiva. Este es el octavo propio que conduce, tal vez, las últimas palabras de los que sostienen en Arica el honor nacional. No he recibido, hasta hoy, comunicación alguna que me indique el lugar en que se encuentra, ni la determinación que haya tomado. El objeto de ésta es decir a U. S. que tengo al frente 4,000 enemigos poco más o menos, a los cuales cerraré el paso a costa de la vida de todo los defensores de Arica, aunque el número de los invasores se duplique. Si U. S. con cualquier fuerza, ataca, o siquiera jaquea la fuerza enemiga, el triunfo es seguro. Grave, tremenda responsabilidad vendrá sobre U. S. si, por desgracia, no se aprovecha tan segura, tan propicia oportunidad. En síntesis, actividad y pronto ataque o aproximación a Tacna, es lo necesario por parte de U. S., por la nuestra, cumpliremos nuestro deber hasta el sacrificio. Es probable que la situación dure algunos días más y, aunque hayamos sucumbido, no será sin debilitar al enemigo hasta el punto en que no podrá resistir el empuje de una fuerza animosa, por pequeño que sea su número. El Perú entero nos contempla. Animo, actividad, confianza y venceremos sin que quepa duda. Medite U. S., en la situación del enemigo, cerrado como

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Municipalidad Provincial de Arequipa está el paso a sus naves. Ferrocarril y telégrafo fueron inutilizados; pero hoy ya funcionan los trenes para el enemigo. Todas las medidas de defensa están tomadas. Espero ataque pasado mañana. Resistiré. Hágame propios cuantos sea posible. Dios guarde a U. S. ─ Francisco Bolognesi”.6

Francisco Bolognesi y sus Jefes de staff. Foto previa a la batalla del Morro, junio de 1880.

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LECAROS, Fernando. Historia del Perú y del Mundo S. XIX. 3ra. Ed.─ Lima: Rikchay Perú Nº 7, 1981.─ p. 175.

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Voto Inmortal

Los chilenos ocuparon Tacna y los soldados, a quienes se había ofrecido como premio el saqueo de la ciudad, se entregaron al vandalaje cometiendo toda clase de atrocidades sin que fueran contenidos por sus jefes, lo cual produjo la protesta del cuerpo consular allí residente. (…) Por disposición de Montero había sido designado jefe de la plaza el coronel Francisco Bolognesi. (…) Era preocupación de los chilenos tomar la plaza en el menor tiempo posible a fin de abastecer a las tropas que se encontraban ya con pocos recursos, pero tenían temor a las minas y cargas explosivas colocadas en diferentes sectores y conectadas al comando del Morro, cuyos defensores estaban dispuestos a hacerlas estallar y volar también en pedazos. Con el propósito de ofrecer a los peruanos una rendición honrosa, el general Baquedano envió al mayor Salvo como parlamentario, quien propuso a Bolognesi ─según se lee en un parte del coronel chileno Pedro Lagos al general Baquedano─ “en nombre de la humanidad, la capitulación de la plaza, ya que toda resistencia era inútil porque el ejército de Tacna dispersado, hecho pedazos, y prisionero en su mayor número el 26, no podía en manera alguna prestarle auxilio; por último que contaba con un crecido ejército que sitiaría la plaza o la tomaría por asalto, siendo él (Bolognesi) responsable de las consecuencias. El señor Bolognesi si respondió, después de conferenciar con sus jefes compañeros, que estaba dispuesto a salvar el honor de su país quemando el último cartucho”. Al regreso del emisario, Baquedano dio la orden de comenzar el bombardeo tanto por las baterías de tierra como por los cañones de los buques de la escuadra, intercambiándose fuegos hasta las 5 de la tarde. Al día siguiente, 7 de junio, cuando no se había disuelto aún la niebla del amanecer, se produjo el ataque chileno. Escribió, dos días después, el comandante peruano Manuel C. de la Torre en su parte de la batalla: “Palmo a palmo y con empeñoso afán fueron defendidas nuestras posiciones hasta el Morro, donde nos dominó y redujo a unos cuantos el dominante y nutrido fuego enemigo más de una hora. Eran las 8:59 am. Cuando todo estaba perdido;

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Municipalidad Provincial de Arequipa muertos casi todos los jefes, prisioneros los únicos que quedaban…”. Los últimos que siguieron combatiendo, según se desprende de diversas fuentes de información, fueron el coronel Bolognesi y el capital de navío Juan Guillermo More, jefe de las baterías del Morro, hasta que fueron ultimados por las descargas de los soldados que irrumpieron en la fortificación. Las minas no llegaron a estallar o, al menos, sólo lo hicieron unas cuantas causando más estragos a los nuestros que a los atacantes. Cayeron en Arica cerca de mil soldados peruanos, sus partes oficiales dieron como número de bajas 474, entre ellos cinco jefes y oficiales. Se produjo después una matanza despiadada de heridos y prisioneros y la soldadesca se entregó al saqueo de la ciudad, incendiando iglesias y edificios públicos. La defensa de Arica es una de las acciones más heroicas e inolvidables en la historia del Perú. Escribiría después el general Baquedano, jefe de las fuerzas chilenas, en el parte de la batalla: “…La lucha había sido porfiada y sangrienta hasta lo increíble. El enemigo perdió a sus mejores jefes. El que no cayó prisionero rindió la vida… otro tanto sucedió con los soldados”.7

SILVA SANTISTEBAN, Fernando. Historia del Perú. T. III.─ Lima: Ediciones Búho, 1982.─ pp. 69-70. 7

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La Discusión por su Lema

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or el año de 1885, en el mes de agosto y septiembre, se dio la más importante discusión en torno a si Francisco Bolognesi dijo: “Quemaré el último cartucho”. Esta discusión se dio entre el Coronel del ejército chileno J. de la Cruz Salvo, y Ricardo Palma, por una publicación que hace este último conmemorando la batalla del 7 de junio de 1880 en el diario el Comercio y reproducido en la Época de Santiago. Por lo que J. C. Salvo, publica un extenso artículo minucioso haciendo rectificaciones a esta publicación en El Mercurio de Valparaíso; donde a Palma se le acusa de ficcional y fantasioso, así mismo la posible inventiva de los historiadores del Perú en tal coyuntura; y quien niega que Bolognesi haya dicho tal frase “retumbante y vulgar quemaré el último cartucho”, más bien aludiendo que Palma pinta de “expartano a la conducta de Bolognesi” [Sic.]. Palma responderá aceptando lo que narra Salvo en cuanto a ese día sobre el petitorio de la rendición de Arica, más le replica a que niegue la frase “quemaré el último cartucho”, que queda en el ejemplo de su acto de Bolognesi y la de los otros jefes peruanos caídos, así mismo que en el mes de junio de 1880, tanto diarios peruanos como chilenos reprodujeron esa frase, que se expresaba en los últimos cablegramas y documentos oficiales. En otra fecha Palma escribirá, otra respuesta epistolar, a J. C. Salvo, citándole lo que el historiador chileno, Benjamín Vicuña Mackenna, ha escrito (en página1125, tomo 3, de la Historia de la Guerra del Pacífico): “Tengo deberes sagrados que cumplir, repuso el gobernador de la plaza [Bolognesi], y los cumpliré “quemando el último cartucho”. Y que en la página 1127, Vicuña Mackenna hace una nota al respecto: “La escena y el diálogo de la intimación de Arica, nos fue referida por el Mayor Salvo a los pocos días de su llegada a Santiago, en Junio de 1880, (…), y la hemos conservado con toda la fidelidad de un calco.” Y termina Palma escribiendo, con ironía, que más allá de los apuntes del historiador y los documentos oficiales, entonces “sería el mismo coronel Salvo, y no yo, el inventor de esa (para mí y para el sentimiento patriótico de los peruanos, bellísima y épica

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Municipalidad Provincial de Arequipa vulgaridad”.8

“Francisco Bolognesi” (2014). Lápiz sobre tela, 200 cm. 90 cm. de Pablo Patrucco.

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EL CORONEL FRANCISCO BOLOGNESI, Apuntes Biográficos, y Documentos relativos a la heroica defensa de Arica el 7 de Junio de 1880.─ Lima: Librería Francesa Científica Galland, 1905.─ pp. 65-72. Así mismo véase: PALMA, Ricardo. Tradiciones Peruanas. T. IV ─Madrid: Espasa-Calpe, S.A., 1953.─ pp. 230-232.

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Palabras de Jorge Basadre

Había vivido Bolognesi sin mancharse ni con el lodo de las guerras ni con las locuras de las riquezas dilapidadas. Súbitamente, a pesar de su modestia y de su sencillez, le tocó transfigurarse en la ancianidad. Cuando todo se apagaba, él y sus compañeros estuvieron allí con su decisión irrevocable que los revestía de una sagrada tristeza y los circundaba de una perenne claridad. En ellos la dignidad humana fue superior a la muerte. Antes de pronunciar sus famosas palabras, la mirada, silenciosa y honda del héroe conoció y superó todas las infamias del mundo, vio toda la guerra con la extraña soledad que infunde el honor y la energía del hombre libre y el limpio afán de proceder bien. Un pueblo entero pasó en unos minutos por aquella habitación desmantelada con sus equivocaciones y sus pecados y sus sueños de grandeza y su futuro esplendoroso. Le cayeron los años sobre el rostro al viejo coronel y habló como después de muerto. Una llama clara e intensa le brilló en los ojos mientras el aire de la mar jugaba con sus cabellos canos. Su palabra centelló como el acero arrebatado de un golpe a la vaina. Dijo sólo una frase breve y ella quedó viva callando luego el estrépito del combate y las dianas de la victoria. Flamea como una bandera al viento de la historia. (…) Hay diferentes modos de dormir en la soledad de las tumbas. Bolognesi y sus compañeros están siempre acompañados por un cariño y un respeto espontáneos y multitudinarios porque, al inmolarse, le dieron al Perú algo más importante que una lección de estrategia: le dieron símbolos nacionales, aliento misterioso para el alma colectiva. Y es que el dolor puede ser la mejor fuente de júbilo, de reanudamiento, de tarea nueva. Para el ejército peruano Bolognesi es lo que Grau para la marina. Cada año los cadetes juran ante su recuerdo fidelidad a la bandera”. 9

BASADRE, Jorge. Una Antología sobre la Guerra del Pacífico.─ Arequipa: El Sol, 1976.─ pp. 152-153. [Editor: Jorge Hugo Girón Flores]. 9

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De Coronel a Gran Mariscal

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esde el 6 de diciembre de 1967, Luis Heysen, Carlos Enrique Melgar, Juan Taboada y Oscar Arteta; senadores, presentan el Proyecto de Ley que confiere el título honorífico de “Gran Mariscal del Perú” al coronel don Francisco Bolognesi Cervantes. Proyecto aprobado el 21 de diciembre de 1967 (pero que, debido al golpe de Estado de octubre de 1968, no pudo realizarse la revisión del proyecto ley por la Cámara de Diputados). Enrique Chirinos Soto, Diputado de Arequipa, solicita su actualización el 18 de mayo de 1983; la que para el 20 del mismo mes, la Cámara de Diputados “desecha el proyecto del Senado y aprueba una fórmula sustitutoria presentada por la Comisión de Defensa y Orden Interno.

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento Para octubre de 1989, ahora ya Senador de la República Enrique Chirinos Soto mediante Pedido con Acuerdo de Cámara, se dispense el proyecto de ley de todo trámite y se actualice para la no insistencia, en la estación de Orden del Día. Este pedido se aprobó el 11 de octubre de 1989. Es así que el 30 de noviembre de 1989, se promulga la Ley Nº 25128 por el Presidente en turno Alan García Pérez. 10 Este trámite documentario duró veintidós años.

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CONGRESO DE LA REPÚBLICA DEL PERÚ, Área de Archivo del Congreso de la República http://www4.congreso.gob.pe/archivo/doc_mensual/FranciscoBolog nesi.html

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Francisco Bolognesi

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ran las primeras horas de la mañana del sábado 5 de junio de 1880. Los rayos del tibio sol matinal caían sobre las paredes azules de una casita de modesta apariencia, situada en la falda del cerro de Arica y en dirección a la calle real del puerto. Un soldado del batallón granaderos de Tacna, con el rifle al brazo, hacía su facción de centinela en la puerta de la casita. Quien hubiera penetrado en la pieza principal, que mediría diez metros de largo por seis de ancho, habría visto por todo humildísimo mueblaje una tosca mesa de pino, obra reciente del carpintero del Manco Capac; unos pocos sillones desvencijados, y una gran banca con pretensiones de sofá, trabajo del mismo escoplo y martillo. Al fondo y cerca de una ventana aún entornada había una de esas ligeras camas de campaña que para nosotros, sibaritas de la ciudad, sería lecho de Procusto, más que mueble de reposo para el fatigado cuerpo. Sentado junto a la mesa en el menos estropeado de los sillones, y esgrimiendo el lápiz sobre un plano que delante tenía, hallábase aquella mañana un anciano de marcial y expansivo semblante, de pera y bigote canos, mirada audaz y frente despejada. Vestía pantalón de paño grana con cordoncillo de oro, paletot azul con botones de metal militarmente abrochado, y kepis con el distintivo de jefe que ejerce mando superior. Era el coronel Francisco Bolognesi. No nos proponemos escribir la biografía del noble mártir de Arica; pues por bellas que sean las páginas de su existencia, la solemne majestad de su último día las empequeñece y vulgariza. En su vida de cuartel y de salón vemos sólo al hombre que profesaba la religión del deber, al cumplido caballero, al soldado pundonoroso; pero sus postreros instantes nos deslumbran y PALMA, Ricardo. Tradiciones Peruanas. T. IV ─Madrid: EspasaCalpe, S.A., 1953.─ pp. 226-230. 11

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento admiran como las irradiaciones espléndidas de un sol que se hunde en la inmensidad del Océano. II Un capitán avanzó algunos pasos hacia la mesa, y cuadrándose militarmente dijo: -Mi coronel, ha llegado el parlamento del enemigo. -Que pase -contestó Bolognesi, y se puso de pie. El oficial salió, y pocos segundos después entraba en la sala un gallardo jefe chileno que vestía uniforme de artillero. Era el sargento mayor don Cruz Salvo. -Mis respetos, señor coronel -dijo, inclinándose cortésmente el parlamentario. -Gracias, señor mayor. Dígnese usted tomar asiento. Salvo ocupó el sillón que le cedía Bolognesi, y éste se sentó en el extremo del sofá vecino. Hubo algunos segundos de silencio que al fin rompió el parlamentario diciendo: -Señor coronel, una división de seis mil hombres se encuentra casi a tiro de cañón de la plaza... -Lo sé -interrumpió con voz tranquila el jefe peruano-; aquí somos mil seiscientos hombres decididos a salvar el honor de nuestras armas. -Permita usted, señor coronel -continuó Salvo-, que le observe que el honor militar no impone sacrificio sin fruto; que la superioridad numérica de los nuestros es como de cuatro contra uno; que las mismas ordenanzas militares justifican en su caso una capitulación, y que estoy autorizado para decirlo, en nombre del general en jefe del ejército de Chile, que esa capitulación se hará en condiciones que tanto honren al vencido como al vencedor. -Está bien, señor mayor -repuso Bolognesi sin alterar la impasibilidad de su acento-; pero estoy resuelto a quemar el último cartucho. El parlamentario de Chile no pudo dominar su admiración por aquel soldado, encarnación del valor sereno, y que parecía fundido en el molde de los legendarios guerreros inmortalizados por el cantor de la Ilíada. Clavó en Bolognesi una mirada profunda, investigadora, como si dudase de que en esa alma de

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Municipalidad Provincial de Arequipa espartano temple cupiera resolución tan heroica. Bolognesi resistió con altivez la mirada del mayor Salvo, y éste, levantándose, dijo: -Lo siento, señor coronel. Mi misión ha terminado. Bolognesi, acompañó hasta la puerta al parlamentario, y allí se cambiaron dos ceremoniosas cortesías. Al transponer el dintel volvió Salvo la cabeza, y dijo: -Todavía hay tiempo para evitar una carnicería..., medítelo usted, coronel. Un relámpago de cólera pasó por el espíritu del gobernador de la plaza, y con la nerviosa inflexión de voz del hombre que se cree ofendido de que lo consideren capaz de volverse atrás de lo una vez resuelto, contestó: -Repita usted a su general que quemaré hasta el último cartucho. III Minutos más tarde Bolognesi convocaba para una junta de guerra a los principales jefes que le estaban subordinados. En ella les presentó, sin exagerarlo, el sombrío y desesperante cuadro de actualidad, y después de informarlos sobre la misión del parlamentario, les indicó su decisión de quemar hasta el último cartucho, contando con que esta decisión sería también la de sus compañeros de armas. El entusiasmo como el pánico han sido siempre una chispa eléctrica. La palabra desaliñada, franca, tranquila y resuelta del jefe de la plaza halló simpática resonancia en aquellos viriles corazones. El hidalgo Joaquín Inclán y el intrépido Justo Arias, dos viejos coroneles en quienes el hielo de los años no había alcanzado a enfriar el calor de la sangre; el tan caballeresco como infortunado Guillermo More; el circunspecto jefe de detall Mariano Bustamante, y el impetuoso comandante Ramón Zavala, fueron los primeros, por ser también los de mayor categoría militar, en exclamar: «¡Combatiremos hasta morir!». Y la exclamación de ellos fue repetida por todos los jefes jóvenes, como los dos hermanos Cornejo, Ricardo O'Donovan, Armando Blondel, casi un niño, con la energía de un Alcides, y el denodado Alfonso Ugarte, gentil mancebo que en la hora del

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento sacrificio y perdida toda esperanza de victoria clavó el acicate en los flancos del fogoso corcel que montaba, precipitándose caballo y caballero desde la eminencia del Morro en la inmensidad del mar. ¡Para tan gran corazón, sepulcro tan inconmensurable! Y todos, Inclán, Arias, More, Zavala, Bustamante, los Cornejo, O'Donovan y Blondel, en la tan sangrienta como gloriosa hecatombe de Arica, hecatombe que mi pluma rehúsa describir porque se reconoce impotente para pintar cuadro de tan indescriptible grandeza, todos, a la vez que Francisco Bolognesi, cayeron cadáveres mirando de frente el pabellón de la patria y balbuceando en su última agonía el nombre querido del Perú. IV La única satisfacción que nos queda a los que sabemos aquilatar el valor de las almas heroicas, es ver cómo los pueblos convierten en objeto de su cariño entusiasta, dándoles con el transcurso de los años proporciones gigantescas, a los hombres que supieron llevar hasta el sacrificio y el martirio el cumplimiento del deber patriótico. Manifestaciones espontáneas del sentimiento público, que se extienden más allá de la tumba, nos revelan que la superioridad se impone de tal modo, que cuando se abate para siempre una existencia como la de Francisco Bolognesi, el espíritu que se desprende del cuerpo inerte es imán que atrae y cautiva el amor y el respeto de generaciones sin fin. El coronel Bolognesi fue uno de esos hombres excepcionales, que llegan a una edad avanzada con el corazón siempre joven y capaz de apasionarse por todo lo noble, generoso y grande. Su gloriosa muerte es un ideal moral que vive y le sobrevivirá al través de los siglos, para alentarnos con el recuerdo de su abnegación heroica de patricio y de soldado. Nosotros conocimos y tratamos a Bolognesi ya en la nebulosa tarde de su existencia; pero para nuestros hijos, para los hombres del mañana, que no alcanzaron la buena suerte de estrechar entre sus manos la encallecida y vigorosa diestra del valiente patriota, su nombre resonará con la pudorosa vibración del astro que se rompe en mil pedazos. De nadie como de Francisco Bolognesi pudo decir un poeta:

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“Si tu afán era subir y alzarte hasta el infinito ansiando dejar escrito tu nombre en el porvenir, bien puedes en paz dormir, bajo tu sepulcro, inerte, mientras que la patria, al verte, declara enorgullecida que si fue hermosa tu vida fue más hermosa tu muerte”.

Óleo de Juan Lepiani (1864-1932) que representa al coronel Francisco Bolognesi, junto a su estado mayor en Arica, el 5 de junio de 1880, respondiendo negativamente a la oferta de rendición del parlamento chileno Juan dela Cruz Salvo. Fuente: Museo de los Combatientes del Morro de Arica – Lima.

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento, se terminó de imprimir en los primeros días del mes de Noviembre, entre sillar y el inmenso sol de la ciudad de Arequipa, del año de ala grande 2016.

MUNICIPALIDAD PROVINCIAL DE AREQUIPA Plan Municipal del Libro y la Lectura, Meta 27. Colección: “Arequipa, mi ciudad, mi orgullo”. “Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento” Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú Nº 2016-14819 1a edición ─ Noviembre 2016. Distribución Gratuita

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Francisco Bolognesi: 200 años de su Nacimiento

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Municipalidad Provincial de Arequipa

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