Especial TMT adicado a Don Ricardo Tobío Rama

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The Muros Times -Revista Dixital Muradana de Arte e Cultura-

REVISTA DIXITAL DE ARTE E CULTURA

ESPECIAL DECEMBRO—2014 ADICADO A

DON RICARDO TOBIO RAMA 1


The Muros Times ESPECIAL DECEMBRO—2014

Carta do director.

Edición especial adicada a Don Ricardo Tobío. Por primeira vez e grazas á colaboración de Amador Martín Armesto, presentamos en TMT a este ilustre muradano Dr. Ricardo Tobío médico, de profesión e de devoción. Personaxe case lendario dos que Muros pode presumir e nos fan sentir orgullosos por asociación. Se a vida deste galeno esteirán estivese documentada noutro país, estou seguro de que xa tivese sido un "Best Seller" ou unha exitosa serial televisiva ao estilo daquel anglo-escocés e veterinario de provincia James Herriot. Nós, dende The Muros Times, temos a obriga de non poder desaproveitar a ocasión de deixar para a posteridade a unha persoa de tal humanidade e sentímonos obrigados a recoller no posible a esencia e traxectoria deste médico rural que en tempos de suma dificultade soubo salvar innumerables obstáculos exercendo a arte da medicina tal e como foi concebida por Hipócrates: "En calquera casa onde entre, non levarei outro obxectivo que o ben dos enfermos" The Muros Times segue reiterando o convite a todos os seus lectores de continuar colaborando con todo o relacionado á nosa arte e cultura sen outro afán que o de enriquecer o noso pobo cos dons intelectuais que posuímos.

Jorge Lago.

Director: Jorge Lago Rama - Editor: Manuel Lago Álvarez Difusión da Cultura— Depósito legal : C2437-2013

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Presentación: No he sido un niño de aldea más que de vez en cuando. Pero he pisado mucho barro en mi vida.

Luego, un día, eché a correr y no he parado hasta

hoy, y ha querido la fortuna arrojarme sobre la playa de este hermoso pueblo de Esteiro, con el primer temporal de mi otoño particular. Aquí he venido a comprender que por mucho que un hombre corra, no dará más pasos de los que le correspondan... ni uno más. Me atreví a escribir esta pequeña historia sobre Don Ricardo Tobío, un hombre que decidió, en toda la capacidad de un jóven de ventipocos años, dar sus pasos firmes y seguros; que eligió su destino, o su destino lo eligió a él, como se quiera, pero con acierto divino. Y me la he encontrado aquí, entre las palabras de los viejos, con categoría de leyenda clásica y esperando, con todo merecimiento, que alguien le haga, no un monumento: una ópera. Yo, humildemente, no soy quién, pero no me he podido resistir de poner mi granito de arena para evitar que, como dice el tango, "el olvido, que todo lo destruye", borre para siempre de la memoria de este pueblo el recuerdo de esta gran persona. Con la ayuda de las gentes que le conocieron, aquellos niños que el trajo a este mundo; de sus familiares, recogiendo y contrastando relatos de aquí y de allá, he ido componiendo lo que a continuación leeréis, si tenéis a bien . Perdonad si en algo no he acertado; aunque lo he hecho con la mejor intención, esto es posible. En cuanto a la corrección literaria, ahí ya, a mis años, poco puedo hacer. Si me estás dedicando hoy tu tiempo, si el tema del médico suscita tu curiosidad por el motivo que sea, te lo agradezco y espero no defraudarte. Hoy llueve. El viento frío escupe agua a ráfagas sobre la carretera. Como para salir ahora mismo a caballo, cuerpo a cuerpo contra el temporal, por caminos embarrados en busca de una aldea perdida en el quinto pino, para asistir un parto, o una indigestión, o lo que sea; a cambio de la satisfacción del deber cumplido y poco más. Don Ricardo los tenía bien puestos, la verdad. Y nuestros hijos no se merecen perderse su historia, porque es una historia auténtica y verdadera; y por lo didáctico de su ejemplo: Don Ricardo también fue padre, cosa nada sencilla, os lo puedo asegurar. Su propio ejemplo fue la mejor educación que pudo transmitir a su prole. Quizá por eso el colegio de Esteiro lleva su nombre, no se, pienso yo. El nombre de un hombre sencillo, siempre esquivo con cualquier muestra de reconocimiento. . Ante la lápida que señala el lugar donde reposan sus restos, no he podido evitar el recuerdo de otra, dedicada con gran pompa a un gran general del S.XIX. Don Ricardo era un alma blanca que creía en los milagros, en el milagro de cada día, de levantarse contra el cansancio, contra la enfermedad, contra la pobreza y la falta de medios, y darles batalla. Muchas habrá perdido, pero las guerras dan el triunfo a los que luchan hasta el final. Que descanse en paz, pero nunca en el olvido. Dedicado a tantos médicos rurales que, como D. Ricardo, han ofrecido su vida profesional plenamente y sin cortapisas para aliviar los dolores del prójimo, y que a lo largo de los años han recorrido nuestra tierra llevando un poco de esperanza allí donde poco más había. Si se me permite, y puesto que va de padres, un recuerdo para el mío, que desgrane los pasos que le queden, que Dios quiera que sean muchos y muy felices, disfrutando en paz y tranquilidad de la compañía de los suyos, que nunca le falte. Don Amador, un abrazo y gracias por todo.

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DON RICARDO TOBÍO RAMA -Unha vida de dedicación plena a su pueblop/ Amador Martín Armesto.

Origen familiar.

Permítanme comenzar esta reseña biográfi-

Esta es una larga historia, una dilatada vida pro-

ca sobre la persona de D. Ricardo Tobío, médico

fesional dedicada a velar por la salud de sus con-

rural, entrañable y siempre recordado, porque no

vecinos y, a la vez, paisanos. Ricardo Tobío Ra-

en vano varias generaciones completas de veci-

ma nació en Riomaior, lugar de la parroquia de

nos de la comarca, muchos de ellos aún vivos,

Esteiro, en el municipio de Muros, el 13 de Junio

pasaron por sus manos desde el mismo momento de su nacimiento. Comenzar, como digo, por un relato que ilustra y nos introduce en la vida de esta ilustre persona, que, a caballo y seguido por su fiel perro, galopa ya por los campos del recuerdo imperecedero. "La familia espera en silencio. Han ido a buscar al médico, en medio de la noche, pero no estaba en casa. “Saleu a filla polo balcón, que vai en Torea. En canto volva, xa ven pra eiquí”. El enfermo descansaba velado por los atribulados familiares, pasando la noche a la luz del hogar, en silencio. Una hora… dos… A las cuatro de la mañana resuenan los cascos de un caballo.

“Ehí

ven”. Recortándose en la penumbra, cubierto por “O encerado” para protegerse de una lluvia indecisa, aparece una figura a caballo. Salen a ocuparse de la montura. Retorna la confianza, la

de 1.888. Era el segundo hijo de una familia de

gente se siente a salvo en la presencia de aquel

labradores. Su padre, Joaquín, venía de la casa

hombre, alto y seco; entradito en años, pero re-

de Outeiro, en Solleiros; como su tío Antonio,

cio. La familia escucha y observa aquella suerte

sacerdote: “Os do Molete” era el apelativo de su

de hechicero eterno y espera el veredicto. El des-

familia. Su tío, que ejercía su ministerio en Ma-

tino, vida o muerte."

drid, en un convento de religiosas, tenía el empe-

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ño de dar estudios a sus sobrinos. Y así se ocupó

Antonio.

del joven Ricardo, que después de terminar su

Licenciatura. Matrimonio. Dos primeros hijos.

bachillerato en Noia, se traslada a Madrid con su En sus planes estaba volver a su tierra y traerse a

tío, para estudiar medicina. Allí reside en el con-

su amor.

vento de San Pascual Bailón, donde coincidió con

Sin conocerlo podríamos pensar que

esto fue casual, pero gallego y esteirán, le tuvo

varios primos suyos dedicados a similares menes-

que poder la morriña.

teres. Y cosas del destino... conoce también en el

Contrae matrimonio con

Mercedes Sanchez Sexman en Madrid, en 1911, y

mismo lugar a la que sería su compañera y espo-

con apenas 23 años, se trasladan a Santiago de

sa: Mercedes. Acogida bajo la tutela del sacerdo-

Compostela, donde termina sus estudios.

te desde que su padre (un médico de origen vasco muy amigo de don Antonio) enviuda y se traslada

Allí nace María, la primera de sus 14 hijos. Como

a La Alcarria, en ejercicio de su profesión. Su fu-

consta en el diploma de licenciatura que todavía

turo suegro tiene tres hijas, las dos mayores le

cuelga en su despacho, obtiene la misma en 1914.

acompañarán en su nuevo destino, dejando a la

En esas fechas, surge la vacante de Médico Titular

menor, Mercedes, en el convento, a cargo de D.

en Esteiro, a la que se presenta. Por aquel enton-

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ces este puesto lo otorgaba el ayuntamiento, y el padre de Ricardo ejerció toda su influencia y la de sus vecinos. Su padre se dedicaba a labores agrícolas para terceros: Él, y posteriormente su hijo Manuel "O Latán",

poseían una malladora con la

que recorrían la zona prestando sus servicios. Aquel verano hizo doble campaña: La agrícola y la de la promoción de su hijo Ricardo. Ricardo consigue el nombramiento. La plaza obtenida tiene el condicionante de residir en la zona; por esta razón, se trasladan a Riomaior, a la casa de su padre, en cuanto no se establecen. Destino Esteiro.

Zona geográfica.

Modus.

A.P.D. La medicina en el siglo XX. en 1.930. El empleo de Médico Titular, luego reAlquilan una casa en Solleiros, (que ellos estrenan),

convertida en A.P.D., (Asistencia pública domicilia-

donde montan inicialmente la consulta.

ria), o médico rural, para entendernos, le respon-

Cuando se trasladan aquí, ya el matrimonio tiene

sabiliza de una zona geográfica bastante extensa:

dos hijos, María y Joaquín. En este domicilio na-

Desde las últimas casas de Abelleira, hacia el inte-

cerán los siguientes cuatro hijos: Luis, Cándida,

rior, casi hasta Paxareiras, Pando, Torea, Marse-

Ricardo y Mercedes. D. Ricardo compra un terreno

lle… A Silvosa, Riomaior, Esteiro, Maio, Penseira, Arestiño… Magor, las primeras casas do Freixo…, Pues unas treinta aldeas repartidas en aproximadamente 50 Km2.. El transporte era por cuenta del médico, como todas las demás responsabilidades incluidas en el puesto: consultorio, vivienda, medios técnicos, sueldo, pagas... Los ingresos en metálico eran casuales. Aparte del derecho a percibir "Os Arrendos" (La Iguala) de "Tres pesos ao ano" que no todas las familias se podían permitir,

en Creo y a partir de 1918, poco a poco, se cons-

y hasta la aparición del sistema del "18 de Julio" ya

truye la casa que será su hogar durante el resto de

en los años cuarenta, no tenía ningún otro emolu-

su vida. Allí nacen sus restantes hijos, hasta el

mento fijo. El médico tenía que salir adelante man-

número de catorce. La última, fue Pilar, que nace

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teniendo una casa de labor agrícola, con sus cose-

"modernidades" en el frente de batalla como lo fue

chas, sus animales... (Eso le permitía a su vez "Cobrar" en ayudas o especie: Colaborar en las labores agrícolas o en las tareas de su casa, incluso en su construcción, permitía a los pacientes de su jurisdicción, pasados, presentes o futuros, abonar al médico sus servicios). Recordemos que tocaba a hijo por año; como buen cristiano, lo que Dios mande. Y que la asistencia era domiciliaria, necesitando por ello disponer de un medio de transporte acorde a las vías existentes al uso: Nor-

la guerra química, (Adelanto que pretendía acabar

malmente obligaban a desplazarse a caballo, en la

con la crueldad en los campos de batalla, razón

mayor parte de destinos no se podía acceder ni en

por la que se le otorgó el premio Nobel al inventor

bicicleta. Hasta los años sesenta, en que don Ri-

de la bomba de gas cloro, dicho sea de paso (1),

cardo todavía presta sus servicios ya con una edad

la Guerra Civil española, la Segunda Guerra Mun-

avanzada, era preciso combinar parte de los tra-

dial, Indochina, Corea, Viet-Nam ... Los avances

yectos a caballo. No digamos el alumbrado públi-

en medicina civil propiciados por éstos no dejan de

co... Toda una aventura, como un deporte de ries-

ser un fruto de la guerra del que todos nos pode-

go pero con mucho riesgo y poco deporte. Estamos hablando de una vida profesional que transcurre a lo largo de casi un siglo; y un siglo de grandes avances en aplicaciones médicas: por las guerras. El siglo XX es también un siglo de guerras, de guerras modernas, de creciente nivel de desarrollo armamentístico. Y la medicina de guerra progresa a su vez, aprovechando la inversión económica generalizada en defensa que realizan los países implicados, y la necesidad de asistencia médica derivada de los enfrentamientos. Siguiendo la vida de D. Ricardo y los conflictos cercanos a su vida, comenzando por las guerras coloniales en las que se vio España, Cuba, Filipinas, Marruecos...

la

Gran

Guerra,

que

introdujo

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mos beneficiar, dicho sin ánimo de la mas mínima

llos médicos que sirvieron en países o zonas invo-

justificación. Pero está claro que los mejores ciruja-

lucrados. El caso es que D. Ricardo tuvo en qué

nos y los mejores traumatólogos salieron de aque-

entretenerse: De empezar el desarrollo de su ca-

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rrera con apenas recursos técnicos, sangrías y

manera así sigue y seguirá siendo, nunca acaba-

lavativas y poco más, apoyado por un fonendos-

rán todas las preguntas para un buen médico. En

copio, sus dotes de palpación y la encomendación

los años 20 ya se conocían la práctica totalidad de

al Altísimo; a conocer el desarrollo de la aplica-

las enfermedades que se conocen hoy día. Se

ción de los nuevos descubrimientos a la medicina

sabía lo que era un tumor, incluso estaban defini-

civil: Las vacunas, la asepsia, la penicilina (años

das muchas patologías neurológicas raras.

Lo

cuarenta), la radiografía, la ecografía, los análisis clínicos... D. Ricardo, como tantos profesionales de su tiempo en sus mismas circunstancias, comienza su tarea en Esteiro con su carrera, sus manos y poco más.

En las mismas circunstancias, un licencia-

do de hoy día se moriría de angustia al carecer de los mínimos recursos diagnósticos o paliativos: que ha mejorado es el conocimiento de la enfer-

¿Cómo te enfrentas, por ejemplo, a un cólico nefrítico? Pués... unas friegas,

medad y su tratamiento, por la aplicación de nue-

era lo que había.

vos sistemas de exploración y el desarrollo de la

Encima, un médico rural lo hacía todo: un hueso roto,

atender un parto a domicilio,

industria farmacéutica. La generalización en Es-

sacar una

paña estos avances, por diversas circunstancias,

muela, coser una herida... (sin anestesia, a pelo

no se produce hasta los años sesenta. En años

y sin otros medios que su instrumental) . Los ca-

posteriores el crecimiento se multiplica en calidad

sos que le sobrepasaban, más por tema de me-

y cantidad, haciendo imposible establecer cual-

dios que por conocimientos, se remitían al hospi-

quier parecido con la asistencia médica a disposi-

tal, a Santiago, con una "Cartiña" para sus cole-

ción en aquellas fechas, años treinta y cuarenta;

gas en aquella institución, donde se daba extensa cuenta del historial del paciente para que allí lo "Trincharan" a gusto y conveniencia.

En aquel

entonces un médico tenía muchas preguntas y pocas respuestas: Se veía en la necesidad de profundizar, de inmiscuirse, de buscar signos de la enfermedad que no encontraba en otros métodos objetivos de observación, porque simplemente no incluso cincuenta y sesenta, en los que D. Ricar-

existían. Pero estaba preparado para ello, la me-

do tiene ya mas de 60 años de edad y cuarenta de

dicina era así; y a pesar de los avances, en cierta

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profesión,

con un conocimiento minucioso de la

hacer frente en muchas ocasiones al sustento dia-

historia clínica y familiar de cada paciente; lo que

rio, ni que decir a las condiciones de vida o higiene

sin duda le facilita sus diagnósticos por asociación

y ni mucho menos a comprar medicinas: Todo ha-

de antecedentes hereditarios. Aunque en principio

bía que pagarlo, y dinero no había; nada de rece-

no fuera especialista en el tema, la necesidad y la

tas de la Seguridad Social. (Me refiero hasta los

práctica le llevaron a dominar muchos temas, como

años sesenta, en que se fue introduciendo el tema

la obstetricia y ginecología. Todas estas circuns-

para el mundo agrícola y marinero)

tancias hicieron de D. Ricardo un profesional en

si faltaba a su misa diaria en su parroquia de San-

constante puesta al día, obligado al estudio y vol-

tiago de Tal era porque estaba atendiendo a un en-

cado totalmente en su oficio. "Foi un esclaviño",

fermo urgente o esperando a una nueva criatura

Era religioso,

como lo recuerdan vecinos suyos ya centenarios. Perfil personal.Cuando hablas del médico con aquellos que le conocieron, la idea que te transmiten es siempre la misma: Volcado en su profesión, era, primero médico: Perpetuo y permanente, siempre a disposición, 365 días al año. Desde 1914 hasta que se retiró en 1969, con ochenta años, (Aunque en los años postreros su actividad no era la misma, evidentemente,

siguió atendiendo a sus pacientes

que así se lo solicitaron hasta esas fechas ; en 1968 atendió sus últimos partos, ya prácticamente ciego.) son 55 años, que resultan 481.800 horas de servicio, pues incluso atendía a sus enfermos estando él mismo enfermo y encamado: Nadie se Humilde,

que traer a este mundo. (Sta Mariña de Esteiro, la

sereno, serio... Muy hogareño, muy atento y cari-

iglesia nueva celebra este año el 60 aniversario de

ñoso con los suyos (que eran todos, porque para

su consagración, y no fue parroquia hasta el verano

todos sus pacientes era como de la familia.) Gene-

de 1965.

roso y caritativo: Siempre adaptando su minuta al

mero, el párroco que promovió su construcción a

nivel de las posibilidades de sus pacientes, que la

base de limosnas y colaboraciones de los esteira-

mayor parte de las veces sufrían sus padecimientos

nos. Posteriormente le sucedería en el puesto su

por cuestiones de pobreza. Y si apenas se podía

sobrino Don Jaime )

iba a su casa sin la atención solicitada.

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Obligado citar a D. José Rodriguez Ro-

Porque ayudó a nacer, a


vivir y a morir a tantos, porque padeció con ellos y

mos que resolvía situaciones nocivas de estrés).

se alegraba con ellos en sus recuperaciones, se

(Nota 1.- El premio Nobel de la paz no se otorgó durante el

recuerda a D. Ricardo Tobío con cariño y admira-

periodo de la 1ª Guerra Mundial. Pero en 1.918 se concedió en la categoría de química al alemán Fritz Haber, conocido

ción.

como el padre de la guerra química. Inventor, entre otras, de la bomba de cloro, que fué el primer arma conocida de

Integro y buen cristiano. No existían palabras vanas

este tipo, recibió el galardón junto a Carl Bosch por sintetizar el amoníaco. Este descubrimiento fué importantísimo para el

o malsonantes en su vocabulario. Para un rapaz de

desarrollo de la industria de los fertilizantes y de los explosi-

aldea nacido en casa grande, aunque de trabajadores; al que se orienta para superar su destino, para ser "una persona de bien". Y él respondió con creces a estas expectativas de su familia, a la constancia y las preocupaciones de su tío Antonio, que fue, sin duda, el padre del milagro de D. Ricardo: Él impulsó con su interés por su sobrino la carrera de este hombre singular. Con este "Padrino" resultaba predecible lo que luego fue una constante en la vida del médico. Además, en los inicios de su profesión, las incertidumbres profesionales eran una constante y prescribir unas misas como parte del tratamiento, un recurso habitual. El médico era un poco, un mediador de la Providencia. A pesar de estas actitudes, o gracias a ellas precisamente, y a pesar de lo influyente que pudiera llegar a ser la personalidad de un médico, un referente de cultura en el mundo rural, no se le conocieron nunca

vos modernos. Judío polaco de origen, paradojas de la vida,

a D. Ricardo otras aspiraciones sociales o políticas:

cabo austríaco en el frente de Yprés, en Belgica, el 13 de

una bomba de gas similar a las diseñadas por él afectó a un octubre de 1.918,

Su mundo era exclusivamente su profesión y su

al que dejó ciego temporalmente.

Su

nombre: Adolf Hitler. Si el mundo es un pañuelo... )

“familia”, incluyendo en este término su “Otra fami-

Historias de la historia.

lia”, la de las respectivas de sus pacientes: D. Ricar-

Se cuentan muchas historias sobre la persona de D.

do nunca escatimó un consejo, incluso fuera del es-

Ricardo. Pero aunque tantos años dan para mucho,

tricto desarrollo del ejercicio de la medicina, que era

y que su personalidad era capaz de agrandar su

acogido con estimación y respeto. Y porque redun-

leyenda por sí sola, tristemente se empieza a per-

daba indirectamente en la salud de sus pacientes,

der su memoria por simple ley de vida. Sus coetá-

sin ninguna duda, aportando serenidad (hoy diría-

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neos ya no existen, para reverdecer recuerdos de

desde el mismo lecho. Las versiones: "Lassie"; su

transmisión oral; las personas de más edad todavía

fiel perro "Ton" se lanza al río en pos de su amo y lo

vivas hoy día fueron, seguramente, las nacidas en

rescata arrastrándolo a la orilla, sujetándolo por el

los primeros partos atendidos por él.

Y, aunque

cuello de la chaqueta. Pero hay otra mejor, la ver-

algunas de ellas son todavía lúcidas, las memorias

sión "Rin tintín": El perro, tras rescatar a su amo,

se van borrando. Pues por falta de memoria o por

sujeta al caballo por la brida y a todo galope lo lleva

exceso de repetir unos cuentos y otros, los sucedi-

a casa, donde llega exhausto, y a ladridos y gestos

dos atribuidos a D. Ricardo se escuchan en diferen-

hace comprender a la familia que algo grave ha ocu-

tes versiones, a veces en nada parecidas a lo acon-

rrido al doctor, y de ese modo les convence para

tecido realmente, aunque en todas salga a relucir la

que lo sigan; conduciéndolos hasta el lugar donde

admiración por sus virtudes. Es por esto que no me puedo responsabilizar de la exactitud histórica de hechos o personas en lo que paso a relatar a continuación.

La caída en el río. Una noche de tormenta, de vuelta de acudir a un enfermo en Pando, Don Ricardo intenta vadear el río Rateira por unos pasales. El río va crecido y supera las piedras unos palmos. El caballo, probablemente asustado por un rayo aunque tampoco hacía mucha falta, pisa mal y cae al río. Don Ricardo, que ya tiene en torno a los sesenta años de edad, trata de desprenderse de su capote y consigue alcanzar la orilla con la ayuda de un tronco caído sobre el cauce. Acierta a pasar en ese momento D.

había dejado a buen recaudo a su querido patrón.

Ángel, el cura de Abelleira, que va a misar a Torea.

Porque no le dieron papel y lápiz, que les hace un

El sacerdote cede su montura al médico y le ofrece

croquis. Estas versiones tan románticas y creativas

su casa para secarse de la mojadura, que ya se

eran consecuencia de la cultura al uso, donde no-

ocuparán los vecinos de localizar el caballo huido.

velas y películas se infiltraban en los coloquios po-

Don Ricardo se va directamente para Esteiro. Esta

pulares, que era (Y en gran parte sigue siendo en

mojadura le cuesta una pulmonía que le tiene pos-

estos pequeños núcleos)

trado 15 días, durante los que atiende su consulta

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el sistema habitual de


transmisión de las noticias; y donde de este modo, se pretendía ensalzar la figura del médico, y por extensión de sus animales, muestra espontánea de admiración y agradecimiento. Lo que no quita que "Ton" fuese un buen perro, siempre en pos del doctor a caballo. El sistema de asistencia domiciliaria en un área tan extensa para los medios de transporte de que se disponía, donde no existían la mayor parte de las carreteras que hoy conocemos. Los trazados actuales en su mayoría son posteriores a los años cuarenta, y se asfaltaron anteayer, como quien dice. Hasta entonces, todo eran "corredoiras" y caminos de monte,

donde el alumbrado público

era prácticamente inexistente. Y sin teléfono, avibles sobre la calzada que se enredaron en el

sando en persona, teniendo a menudo que reco-

vehículo. También era de noche. A las tantas,

rrer a pié 8 ó 10 Km. hasta la casa del médico;

llaman a la puerta del taxista del pueblo, "O Caro-

conllevaba con cierta frecuencia un peregrinar del

lero", que por aquellas fechas, año 62, estrenaba

médico de casa en casa, de aldea en aldea, acu-

Seat 1500. Se presenta la hija del médico. Su pa-

diendo a sucesivos avisos sobre la marcha. Allí

dre, lesionado y sin moto, había regresado a casa

donde le pillaba la hora de comer, comía de lo que

por su pié y la mandó a buscar al taxista. Pero la

le ofrecieran. Incluso se le tiene perdido la pista

urgencia no era para llevar al médico al médico,

más de 24 horas sin aparecer por casa, por que-

que sería lo esperado. Era para llevarlo a casa del

dar a la espera de un parto inminente o por cierta

paciente y poder resolver la asistencia interrumpida

medicina, encargada a algún mozo del lugar, y la recuperación del enfermo.

En estos casos,

por la caída de la moto. Por cierto, al final la ur-

el

gencia quedó en nada, una simple indigestión que

mensajero daba cuenta de la ubicación del médico

se resolvió sola. Don Ricardo tenía entonces 74

y, boca a boca, las noticias sobre su paradero lle-

años.

gaban a su casa.

Bueno,

En cierta ocasión, acudiendo en moto a

trabajo para "Quilindolo",

Joa-

quín Rama, que era el mecánico oficial del doctor.

una urgencia, tuvo un accidente a la altura de Tal,

Era normal, como hoy sería cambiar una rueda

cayendo de la moto y quedando ésta averiada en la

pinchada, saber poner una herradura. Encontrar-

cuneta. Al parecer, el viento había tirado unos ca-

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se con una visita del médico que no viene a ver a

Senectud.-

ningún paciente, que se presenta con una herradu-

Don Ricardo ejerce su profesión y su destino hasta

ra en la mano y el caballo del diestro pidiendo que

una edad muy avanzada. Aunque se "retira" con

le saquen un martillo y que le sujeten al animal

ochenta años, vencido por un glaucoma que nunca

mientras lo calza, era normal. Pero con las motos

se ha tratado por falta de tiempo (En casa de herre-

confiaba en los mecánicos habituales. Se compró

ro...).

una BSA, que tuvo que cambiar por una bicicleta

quier consulta para la que se le solicite. A tientas,

durante la guerra por falta de recambios. Mejoró

con ese tacto tan virtuoso que poseía. A sus veci-

esta última acoplándole un motorcito, que nunca

nos le daba igual su ceguera, por la fe que tenían

rindió lo suficiente, teniendo que tirar de pedales a

en el médico, y lo iban a buscar para conducir su

menudo. Luego se hizo con una Guzzi, relegando

caballo hasta casa del paciente. Con ochenta años,

la BSA al desván. Aquellas todavía se las arregla-

(Fallece a los 85) atiende todavía sus últimos par-

ba "Dentones", Moncho de "Raperto", que era un figura. Vendidas éstas,

Prácticamente ciego, todavía atiende cual-

tos; teniendo que habilitar para ello a una costure-

compró una Peugeot 125

ra, todavía viva hoy día, como ATS improvisada y

cc., y poco más tarde, una Derlan 75, para tener

dar los correspondientes puntos para cerrar desga-

así recurso de transporte en caso de avería de una

rros perineales. Estos últimos casos se trataba de

de las dos motos, y porque la Peugeot se le hacía

pacientes que pertenecían a su círculo de parientes

demasiado pesada para andar por los caminos. Las

y amistades cercanas. Este es el verdadero milagro

motos nuevas se las encomienda a Joaquín Rama

de su historia, su longevidad profesional y su luci-

"Rañoa" en lo respectivo a su mantenimiento mecá-

dez mental hasta última hora. Como consta en su

nico. "Quilindolo" estaba al quite y le solucionaba

lápida, viudo de Mercedes desde 1970, fallece el

las averías por complicadas que se presentaran.

20 de Diciembre de 1973, aprovechando esta excu-

Estando en la mili, fue llamado por el doctor, que le

sa para dejar definitivamente su

consiguió un permiso a través de un colega coman-

trabajo en este

mundo y reunirse con su querida esposa.

dante médico, Don Luis, para venir a Esteiro a Su memoria.-

arreglarle la moto. Y es que Joaquín es caso aparte, toda su vida fue mecánico-inventor, de profe-

El objetivo de este artículo no es cerrar este capítulo

sión y vocación. Aún hoy en día su casa está llena

de la historia de Esteiro, un pueblo de la Ría de

de engendros y componendas artesanas que fun-

Muros, vinculado desde siempre al mar y a la agri-

cionan perfectamente.

cultura.

Según el informante,

Es tratar,

humildemente,

de mantener

"Quilindolo" puede ser también "Quirindolo" o

abierta la puerta de su memoria, de una vida tan

"Quilindoli"; en la partida de bautismo no se especi-

unida a la de las gentes de este trocito de tierra que

fica.

nos tocó compartir, en nuestro paso por el universo

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infinito, y dar así consistencia a las raíces de nues-

despacho, su biblioteca... vestigios de su presen-

tra juventud y de las generaciones futuras. Que no

cia que languidecen destinados al polvo y al des-

se olviden aquellos tiempos de necesidad, cuando

guace. Ni siquiera una placa en la fachada recuer-

la solidaridad entre vecinos

era indispensable y

da la identidad de ese edificio que fue la sede del

necesaria para poder, entre todos, salir adelante;

alivio y la esperanza durante tantos años y tantas

y que D. Ricardo estuvo ahí como un vecino mas:

generaciones. En vida, siempre se opuso D. Ri-

No fue un médico de reyes ni se codeó con figuras

cardo a recibir ningún homenaje de agradecimiento:

ilustres, se le recuerda por sus méritos propios.

"Lo que tengáis pensado gastar, lo dais de limosna

En este sentido, muy adecuado el dedicar a su per-

por mi."

sona el colegio de nuestra localidad. Pero hace

que tendrá difícil oponerse. Algo habrá que hacer,

falta algo más. Todos los que le conocieron coinci-

me apunto a lo que sea.

den en esto. Que no se apague, que no se olvide

Pues aprovechemos el momento, ahora

Agradecido a todos los que me habéis echado

quien fue y cómo fué: Un luchador por la salud de

una mano en la elaboración de este reportaje, por

sus paisanos. Su casa, la casa del médico; su

la ayuda y por la paciencia, especialmente la de los

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familiares del doctor.

Orden General de Delegación nº 32, de 9 de Marzo de 1.946, agrupa y asume la asistencia prestada hasta entonces por montepios,

El sistema sanitario desde principios del siglo

cajas laborales y

mutualidades de empresa existentes. Hasta enton-

XX.

ces, el concepto de medicina social ha tenido que

El 9 de Octubre de 1940, una orden de la Delega-

evolucionar de "Caridad cristiana" a "Derecho admi-

ción Nacional de Sindicatos pone el punto y aparte

nistrado por el estado", pasando por el "Yo me lo

en la cultura de la sanidad pública española, moder-

guiso, yo me lo como" de las mutuas . Aunque

nizando el sistema y centralizando en el estado la

otros países hayan ido algo por delante en estas

prestación social. En dicha orden se absorbe la an-

teorías (Inglaterra en 1911),

tigua Mutualidad Obrera. Articulada mas tarde en la

preocupación por hacer de la sanidad pública una

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lo cierto es que la


cuestión de estado surge en España en los años 17

innegable influencia (A saber cuantos sobrinos-

- 18 del pasado siglo. El reconocido higienista Mar-

médicos se contarían en el mundo), su manera de

tín Salazar publica "La Sanidad y los Seguros Socia-

"socializar" era considerada mas benigna que otras,

les" en 1.918. Estas ideas se toman como fruto del

predicadas desde púlpitos mas terrenales.

pensamiento anarquista y son combatidas con

En los primeros años de D. Ricardo como médico

vehemencia o ignoradas con desprecio por políticos

de Esteiro, la minuta media de un médico por con-

y colegios médicos. Estos últimos consideran en

sulta en España era de 5 pesetas. El que no podía

sus congresos (1.921 en Barcelona) que "no se pue-

pagar, se apuntaba a la asistencia pública, o sea,

de consentir la intervención del estado en la organi-

a la caridad. Y si no, más fácil, se moría y punto. Ir

zación de la sanidad pública, sería una injerencia

al médico "de pago" era distintivo de clase. Datos

en la profesión que llevaría el sistema de beneficencia a su destrucción, y a la medicina al caos y al atraso, provocando una crisis social."

(Entonces,

los avances sociales eran sinónimo de caos para mucha gente) Durante la Segunda República, Don Marcelino Pascua, ministro de sanidad en 1932, tuvo que dimitir a causa del rechazo total de la clase médica hacia su reforma de la sanidad pública, que fué, posiblemente, la base de la de 1940. La medicina social era socorrer al desvalido: Las acciones relacionadas con la infancia y la vejez, por ejemplo los centros "Gota de leche", donde se atendían las necesidades pediátricas y la malnutrición infantil, por iniciativas solidarias urbanas,

las "Casas de

Socorro", las "Casas Cuna".... La iglesia tuvo algo que ver en esta forma de pensar. Con su necesidad de campos donde ejercer su labor pastoral y su ayu-

de 1.927: El estado gasta 10.352.310 de pesetas

da cristiana, venía reclamando desde siempre la

en abonar a 7.585 médicos la asistencia de benefi-

exclusiva de la organización de la asistencia social

cencia prestada a 595.132 familias, y paga también

integral en España y otras labores que consideraba

5.847.298 pts. del gasto farmacéutico correspon-

propias y de las que paulatinamente iban siendo

diente. Las ciudades atraían la migración forzada

despojadas por las legislaciones liberales. Porque

del mundo rural hacia cinturones industriales en

siempre estuvo al pié del cañón en el tema, con su

franco desarrollo, formándose guetos de necesidad

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en torno a ellas, donde se incubaba una potencial-

forma de pagar servicios "A escote", regulada ya

mente peligrosa reacción social; lo que aconsejaba

por Carlos III, establecía una tarifación "oficial" pa-

derivar hacia las grandes urbes la mayor parte del

ra productos del sector primario y era un recurso

presupuesto disponible; y porque en las ciudades era donde las existencias de capital circulante aseguraban la inversión estatal.

Por otro lado, la

"sanidad pública" era un concepto relacionado con la prevención y tratamiento de las infecciones colectivas, y las migraciones y la pobreza eran su vehículo habitual; había que proteger las ciudades. Pero si casi 15 millones de pesetas de dicho gasto se iban a capitales de provincia y otras grandes poblaciones,

¿Que quedaba para la zona rural?

¿Quien pagaba al médico de Esteiro? Pues por la

habitual que permitía abonar servicios profesionales

ley del embudo, los respectivos ayuntamientos. La

y otras tasas locales, derechos eclesiásticos y de-

Ley Orgánica de Sanidad de 1.855, en vigor hasta

más. Y aunque el párrafo parezca extraído de una

los años 40, establecía la obligación del municipio

descripción medieval, estamos hablando del siglo

de crear los puestos de asistencia sanitaria, pro-

XX. El sistema de las Igualas, un contrato de pres-

veerlos y mantenerlos. Este principio tan sencillo

tación de servicios médicos que ligaba al médico

de "buscaros la vida" se mantiene en la Instrucción

titular con las familias no comprendidas en el rango

General de Sanidad de 12 de Enero de 1.904, por

de beneficencia, que impedía al médico acudir a

el que se crea el Cuerpo de Médicos Titulares, y se

clientela libre, aún sigue vigente en algunos luga-

ratifica en los Reglamentos de Sanidad Municipal

res de España, cohabitando con sus más y sus

de 1.925, donde se matiza que el cupo de familias

menos con el sistema de la sanidad pública actual.

pobres por médico ha de ser de trescientas. Esto

(Lo encontramos habitualmente en muchos paises

hace que sea mucho mas saludable económica-

de América Latina). Este sistema, o sus pretendi-

mente ejercer la medicina en una capital que en un

das actualizaciones modernizantes, no pudo pro-

pueblo pequeño. El consistorio vive de las tasas e

gresar en Galicia, en el mundo rural, carente de

impuestos locales que le permite la ley, y el de un

liquidez; los médicos se mantenían en su plaza por

ayuntamiento pobre, de una zona de economía de

pura vocación. En 1934 se crea la figura del médi-

subsistencia sin liquidez en metálico, acostumbrada

co APD, asistencia pública domiciliaria, centrali-

al trueque, tiene que articular métodos alternativos

zando el sistema en Madrid y pasando a cubrirse

con qué alimentar sus arcas. Las Igualas, antigua

las plazas por oposición; los hasta entonces llama-

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dos Médicos Titulares pasan directamente a esta nueva clasificación. Don Ricardo, como tantos otros profesionales rurales, seguirá dependiendo del mismo sistema económico medieval, incluso hasta mucho después de la puesta en funcionamiento de la Seguridad Social moderna. Algunas fechas de referencia en cuanto a los seguros sociales:

1883.- Creación de la Comisión de Reformas Sociales. 1900.- Ley de accidentes del trabajo. 1891.- Primer congreso de Médicos Titulares de España. 1904.- Se crea el Cuerpo de Médicos Titulares y se establecen sus retribuciones. 1904.- Conferencia sobre Previsión Popular. 1908.- Se funda el Instituto Nacional de Previsión. 1919.- Se establece la obligatoriedad del seguro de Retiro Obrero. 1923.- Se crea el subsidio de maternidad.

1855.- Primera ley española sobre sanidad, orienta-

1929.- Se establece la obligatoriedad del seguro de

da a la prevención de las epidemias. De carácter

maternidad.

policial, persigue la salubridad y la higiene pública.

1932.- Se amplía a los trabajos agrícolas la cobertu-

1858.- Establecimiento de las Casas de Socorro,

ra de la ley de accidentes de trabajo de 1900.

consultorio-hospital de caridad.

1942.- Se crea el Seguro Obligatorio de Enferme-

1868.- Se establecen los médicos titulares para po-

dad, implantado el 1 de Septiembre de 1944 y vi-

blaciones de más de 4.000 vecinos, con la obliga-

gente hasta 1978 en que se plublica la vigente Ley

ción de asistir gratuitamente a los pobres.

de General de Sanidad.

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Perfil del médico rural en tiempos de Don Ricardo.A pesar de que la estrecha relación con sus pacientes y vecinos desarrolla un sentimiento de amistad y familiaridad mutuo, y de la admiración que pueda disfrutar por parte de su clientela, el oficio de médico rural era tenido a menos entre la profesión: Su proyección profesional era nula, sus ventajas económicas inexistentes y las dificultades para ejercer, innumerables. El perfil típico de estos titu-

de vecino.

Y esta es su segunda preocupación

lares era, en la primera mitad de siglo, el de un

después del asunto celestial; "Ora et labora", o en

hombre, de extracción rural; hijo de terratenientes,

castellano "A Dios rogando y con el mazo dando".

comerciantes prósperos o profesionales farmacéuti-

Para repartir caridad necesita recaudar de la cari-

cos de la zona. En Galicia había una media de dos

dad de los demás, apelando a la solidaridad de

médicos por ayuntamiento, a mediados de siglo se

todos y de la administración del estado en particu-

contaban 700 profesionales rurales en toda la re-

lar. Es la aplicación activa del sentido de vida cris-

gión. El médico rural era (Y sigue siendo) un cruce

tiana. A principios de siglo, esta constante se ha-

entre detective, sicólogo y bombero: La información

cía mucho mas evidente que hoy día. El contacto

sobre sus pacientes le llega a menudo en forma

con el pueblo tenía que ser directo y en persona,

indirecta y se ve involucrado en temas de tipo social

no había otra forma, para mantener el clima de fe y

y familiar. "Ay, dotor, a ver si lle mete medo ao

el ascendente sobre sus conciencias. No juzgue-

meu Xosé pra que non beba tanto..."

mos midiendo con varas actuales, entonces la gente vivia una religiosidad integrada en su cultura co-

El papel de la Iglesia en la sociedad.-

mo algo normal y natural, encontrando en la fe mu-

En cierto modo, y como lo son también la práctica

cho más apoyo que sufrimiento, aunque hubo de

totalidad de las asociaciones humanas, la iglesia

todo. Ya en la posguerra, en el campo que hoy

es como una empresa. Con sus objetivos, sus pre-

ocupa parte del actual cementerio de Esteiro, tras

supuestos, sus planes de implantación y desarrollo,

la iglesia vieja, se reunía la gente los domingos pa-

su estrategia de imágen... Necesita definir y buscar

ra "La Misión". Allí acudían a pasar la tarde condu-

su lugar en la sociedad y el estado, mas o menos

cidos por los respectivos párrocos los vecinos de

directamente y según las épocas a lo largo de la

Esteiro, Tal y Abelleira. Como cantaba D. José,

historia. Para su supervivencia, protección divina

párroco de Santiago y de Santa Mariña cuando se

aparte, depende de sus ingresos como cada hijo

aproximaban los de San Esteban: "Ehí veñen os de

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Abelleira cruzando polo barranco, dirixidos por Don

nado a Pontevedra, a la parroquia de Nuestra Se-

Ángel no seu cabaliño blanco".

Los curas solían

ñora de Los Placeres en Lourizán, conoce a D. Eu-

tener a su vez sobrinos curas, con lo que "se pre-

genio Montero Rios, que coincide entre los asisten-

servaba la especie". Pero también sobrinos médi-

tes a sus homilías y simpatiza con el sacerdote. De

cos, o maestros... Profesiones que reportaban una

ahí surge una amistad que sin duda influye en la

serie de beneficios a la sociedad,

cubriendo sus

progresión social de D. Antonio, brindándole una

carencias en educación, sanidad etc. Digamos que

serie de importantes relaciones sociales. La influen-

así se devolvía al pueblo la inversión realizada en

cia de D. Antonio, canónigo, era públicamente co-

limosnas para los santos. En el caso de D. Ricardo

nocida. Don Ricardo libra de la mili: En aquellos

esta inversión fué amortizada con creces.

tiempos se compraba la exención del servicio y los buenos "enchufes" lo facilitaban. Cuando se produ-

Otros personajes de la historia de D. Ricardo.

ce la vacante del médico de Esteiro por jubilación

Don Antonio. Fue el padrino y mentor de Don

del marido de Doña Delfina, se presentan dos can-

Ricardo. Aunque fue bautizado con el nombre de

didatos al puesto. La promoción que realiza el pa-

Perfecto, al ordenarse sacerdote consideró la con-

dre de D. Ricardo entre los vecinos fué importante.

veniencia de cambiárselo por el de Antonio. Desti-

Pero si consideramos que el otro candidato era un

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Romaní, la influencia de D. Antonio tuvo que ser decisiva. Don Eugenio Montero Rios, santiagués, (13/11/1832-12/5/1914) fue un célebre jurista del XIX. Catedrático de derecho en Oviedo y Santiago, político liberal, ocupó las carteras de justicia y fomento en varias legislaturas; en 1905 fue nombrado Presidente del Gobierno con Alfonso XIII. Cofundador de la Institución Libre de Enseñanza en 1877, fue su primer rector. Presidió la delegación española que firmó el tratado de París, con el que se ponía fin a la guerra con los Estados Unidos por Cuba, Puerto Rico y Filipinas. Consejero privado de la reina Maria Cristina, por el Pazo de Lourizán, su casa familiar, solía pasar lo más granado de la alta burguesía liberal gallega. Todo un personaje; me permito apuntar el dato para recalcar que Don Ricardo pudo haber optado por otros destinos mas

nueva de Creo , Concha, Pepita, Margarita, Paco,

aparentes, apoyos no le habían de faltar y cualida-

Abelardo, Pepe y Pilar. Vivos actualmente, Mar-

des humanas o técnicas tampoco. Sin embargo,

garita, Abelardo y Pilar. Aunque ninguno se dedicó

se ve que consideraba a sus paisanos mas merece-

a la profesión de D. Ricardo, un hijo de Luís, Ri-

dores de sus servicios.

cardo Tobío Calo, ejerce como médico en Madrid.

Doña Mercedes, esposa de D. Ricardo, fué

Barro es un pueblo cercano a Noia de donde

siempre llamada "Señorita" por todos los vecinos de

era natural Don José Rodriguez Romero, conocido

Esteiro. También lo fué su hija María, en menor

por esto como Don José de Barro. Como comercial

medida. Es de destacar su adaptación al medio

no tendría precio hoy día, su gestión económico-

rural, extraño para ella; criada en la capital de Es-

fiscal entre sus feligreses para obtener fondos para

paña y de clase "Pudiente", tuvo que acostumbrar-

la construcción de la nueva iglesia es digna del me-

se a un medio completamente distinto y desconoci-

jor ministro de hacienda:

do. Acompañada por una criada con una sombrilla,

esfuerzos seguirá presente por muchas generacio-

acudía a supervisar las labores del campo en sus

nes: La iglesia nueva. Hombre agraciado y de bue-

propiedades y repartir "La parva". Dio a luz 14 hi-

na presencia, que por ello despertaba ciertas envi-

jos, uno muerto apenas nacido:

María, Joaquín,

dias infundadas entre mozos y maridos, Don José

Luís, Ricardo, Cándida, Mercedes... Ya en la casa

atraía a sus fieles por su magnetismo personal, o

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La prueba física de sus


mas bien por su insistencia.

Era omnipresente y

pesado, nunca le valía un "No". Está claro que la "propiedad" de la iglesia nueva pertenece a todos los vecinos, pues se construyó gracias a su esfuerzo y solidaridad; pero la iniciativa del sacerdote bien merece la mención que de él se hace en la placa recuerdo colgada en las paredes del templo.

En

Solleiros, barrio cercano a la iglesia, se concentraba la gente pía de la parroquia. Por eso se ganó el mote de "O Car.. Santo.", que actualmente ostenta un equipo de fútbol de la liga de barrios.

"La farmacéutica". María, hija mayor de D. Ricardo, contrae matrimonio con el titular de la farmacia del pueblo, Don Román Romaní Ferrer. Sus apellidos nos aclaran per-

urgencia médica que requería su presencia. Esta

fectamente su pertenencia a la élite de origen cata-

actividad de ocio era la única que se conoce que

lán establecida en la zona y vinculada con activida-

practicara D. Ricardo, aparte de las que disfrutase

des comerciales derivadas de la pesca. Una hija del

en su casa, con su familia. Su afición era la lectura,

matrimonio, Marina, llegará a licenciarse farmacéu-

y cuando la ceguera se lo llegó a impedir, requería

tica y a continuar en el pueblo con la actividad de su

a alguno de sus nietos para que le leyesen.

padre. María "La farmacéutica" enviuda jóven; por

"Os Moletes". De la casa matriz de Outeiro,

esto sus hijos, muy niños todavía en ese momento,

en Solleiros, salió más de un cura. Aparte de D.

se acostumbraron a llamar "Papá" a Don Ricardo y a

Antonio y D. Serafín, sobrino de D. Ricardo, parece

considerarlo como tal.

ser que existía un precedente en la familia. Herma-

"El Estanco" era un bar regentado por Belar-

nos de Joaquín, padre de D. Ricardo, eran Enrique,

mino, cuya esposa, Cándida, era pariente de Don

Pepe y Perfecto (D. Antonio). Joaquín casó para

Ricardo. A este local, sito en el mismo lugar que

Riomaior, con María "Do Rateiro", su padre tuvo

ocupa hoy el actual "Bar Estanco", y que casual-

este mote por proceder de Rateira, cerca de Abe-

mente regenta un sobrino nieto del médico, acudía

lleira. La casa de "Os Moletes" fué casa pudiente de

D. Ricardo las tardes de los días de fiesta a partici-

antiguo, de labradores propietarios.

par de la tertulia entre amigos y a jugar una partidita a las cartas, tantas veces interrumpida por alguna

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