1914-26 julio-La ultima moda- Exploradores de España

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Cultura. Los exploradores. Lo útil, lo práctico, surge en Inglaterra, y las demás naciones de Europa y América no tardan en aprovechar cuanto tiende al mejoramiento de la raza humana y como consecuencia inmediata á su fortuna y bienestar. Inspirándose en el modo de ser, de vivir y de prosperar de los boers, que al luchar contra la Gran Bretaña tanto sorprendieron al mundo y tantas simpatías alcanzaron, pensó un inglés que lograría distraer el ánimo, siempre inquieto de los niños, su insaciable actividad y fortificar su músculos, formando con ellos legiones disciplinadas. Y buscando un nombre {boyscouts) para esta nueva institución y un traje exótico y pintoresco (el de los boers ó el de los coiv óoj/samericanos), no tardó en reunir algunos centenares de muchachos de los que vagaban á su antojo por calles, plazas y campos, ideando y ejecutando diabluras, educándose en la escuela déla vagancia y del vicio. Como por encanto, los revoltosos acudieron á las filas para ser educados en la obediencia y adquirir el desarrollo físico, intelectual y también moral. Los boyscouts, ó exploradores como los llamamos en España, se multiplicaron, fueron legión, y en la actualidad puede asegurarse que en la mayor parte de las naciones civilizadas, los niños constituyen verdaderos ejércitos de seres que van robusteciéndose y desarrollándose para ser hombres fuertes, útiles á sí mismos, á la sociedad y á la patria, y como es cierto el antiguo axioma mens sana in corpore sano, se desarrollan paralelamente en los muchachos las energías corporales, la inteligencia y el sentimiento del amor al prójimo bajo el aspecto déla caridad, de la protección, de la ayuda y de la solidaridad. Los chicos, que antes jugaban á moros y cristianos, á contrabandistas y carabineros, que repetían las pedreas y adquirían en el arroyo todos los gérmenes del mal, se han regenerado, comprenden que es más noble que vagar emplearse en empresas de las que dignifican al ser humano, adquieren la noción de la obediencia, de la lealtad, de la solidaridad, tan necesaria para la vida íntima y social; y al confundirse los hijos de los pobres con los de la clase media, los que carecían de educación con los bien educados, forman un núcleo que producirá hombres sanos, inteligentes, generosos y buenos. La idea de esta institución ha sido feliz, fecunda, práctica, y si no se malea, si el egoísmo no la utiliza, cambiará la faz de los pueblos en breve espacio de tiempo y proporcionará soldados á la causa de la regeneración por la justicia y el amor á los pueblos que en la actualidad sufren las consecuencias de los malos estadistas que les han gobernado. Pero no exploremos á nuestra vez el porvenir: limitémonos al presente y celebremos que con tanto acierto, tan buena dirección y tanto entusiasmo se hayan formado en nuestro país las numerosas y simpáticas legiones de exploradores. Es instintivo en el ser humano el deseo del perfeccionamiento: el bajo aspira á ser alto, el feo á ser guapo, el de escasa inteligencia á ensanchar la esfera de su acción intelectual, y asi en todo; el pobre á ser rico, el plebeyo á ser noble, á la notoriedad el que pasa inadvertido. La bondad, la caridad de los superiores para con los inferiores, excita á éstos á respetar y amar á aquéllos. Los que en la escala social en vez de subir bajan, lo hacen por despecho primero y por malsano espíritu de venganza después. —Me desprecias—dice el humilde al poderoso—¿no quieres que emplee mis energías en aprender á ser como tú? Bien está, seré tu enemigo y algún día te dominaré yo con la fuerza, la astucia y la perversidad. Para que esto no suceda ó por lo menos para que si sucede sea la excepción y no la regla general, es conveniente imitar lo que pasa en el extranjero, donde bajo el simpático y altruista nombre de explorador se confunden los niños, los adolescentes y los jóvenes de todas las clases sociales. Con este motivo, los bien educados educan sin darse cuenta de ello á los que no lo están;, los que se creen

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privilegiados ven que son iguales en las funciones fisiológicas y que pueden serlo en las psicológicas. N) sería extraño que por ese camino las clases se redujeran sólo á la de los buenos, á la de los malos, á la de los inteligentes y á la de los imbiciles. ¿Es esto un sueño? No lo dudo. ¡Pero se han realizado tantas cosas que nos parecían soñadas!... Cuéntase que en España, ó por lo menos en Madrid, no se ha llegado por completo á esta beneficiosa confusión de clases. No creo que en la organización y sí en el modo de funcionar de los exploradores madrileños haya motivo fundado para que la clase más privilegiada se abstenga de tener por compañeros á seres que desde que visten el traje de los exploradores y cumplen el reglamento porque se rigen, dejan de ser pobres ó ricos, convirtiéndose en plantel de hombres sanos, enérgicos, sufridos, caritativos y abnegados por espíritu de fraternidad, de solidaridad. Lo que comenzó siendo un deporte, es ya una obra benéfica, llegando á ser como una pedagogía práctica y fecunda. En Londres, los boyscouts ó exploradores, dedican un día cada semana á un trabajo escepcional, remunerado, eso sí; pero cuyo producto se destina á un fin piadoso, como van á ver las lectoras por los siguientes párrafos que copio de un periódico. «Ya son conocidos de vista ó de oídas los «exploradores», esos jóvenes que, vestidos con un uniforme original, un largo palo en la mano y un saco á la espalda, parten semanalinente, bajo la dirección de sus jefes, para llevar á cabo su excursión dominical. >Pero lo que suele ignorarse es que su organización, calcada sobre el scoutisnio inglés, es algo más que la práctica de los ejercicios físicos; también les enseña la práctica de las virtudes morales, la más sublime de las cuales es el amor al prójimo. Así, los «boyscouts> de Londres, que ascienden á más de 50.000 individuos, invierten los sábados en socorrer á los ciegos y recaudar cada cual á su ma ñera, suscripciones y limosnas en favor de los infelices privados de la vista. Vestidos con su traje /cakl, casi desnudas las piernas y cubiertos con el sombrero de fieltro, se dedican desde las primeras horas de la m?ñana á buscar trabajo y ofrecer sus servicios. Los hay de todas las edades y de todas las clases sociales: párvulos y jóvenes adolescentes, comerciantes, abogados y eclesiásticos. >Por caridad de los ciegos, aceptan todos los encargos que se les confían, y no rechazan ninguna retribución por insignificante que sea. Se ha visto á un explorador, con su traje boer, desempeñar las funciones de ama seca y pasear á dos hermanos gemelos en el parque de Battersea: por esta labor, que duró dos horas, recibió un chelín y un pastel de hojaldre. Oíros barren los patios, y limpian las escaleras; algunos sustituyen á los dependientes de las fondas y cafés, que por este medio disfrutan de un día de asueto; otros suplen á los inspectores del servicio de automóviles, y á los cobradores y demás empleados del «Metropolitano». El Reverendo Dighby, párroco de Santa Águeda, se sitúa en el «Strand», donde limpia el calzado á cuantos transeúntes solicitan tal servicio. Nota curiosa: su clientela es singularmente profana: el buen padre ha lustrado las botas y zapatos de muchos actores y actrices de los teatros de Londres, entre otros los de Mr. Matheson Lang y Miss Éllaline Terrise. Los artistas suelen ser generosos, y remuneran espléndidamente la caritativa labor del sacerdote boyscout.* Digamos para consolarnos, que los exploradores españoles no tiene un special day, sino que siempre se hallan propicios á hacer el bien individualmente; por más que, según mis noticias, particularmente en Madrid, comienzan á dibujarse antagonismos y todas esas pequeneces á que, por desdicha, parecen condenadas en nuestro país las empresas útiles y fecundas para el bien general. En todas partes los boy scouls son ya una fuerza que será en breve de importancia. Deseemos que en nuestro país no aspiren á utilizarla en su provecho el egoísmo particular, el político ó cualesquiera otro de los muchos que se agitan en el cuerpo social, como los microbios en el organismo humano. MARIO LARA.


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