Consideraciones previas. El público escolar es uno de los principales usuarios de los museos y, por tanto, el principal destinatario de las acciones de los departamentos educativos. Sin embargo, entendemos que el espacio museístico no debe de ser forzosamente una prolongación de la escuela. El museo debe de ofrecer experiencias de aprendizaje no formales que se inserten en el tejido escolar de una forma transversal, proporcionando al profesor las herramientas necesarias para que pueda aprovechar los recursos que ofrece el museo y adaptarlos a su trabajo diario en el aula. Si echamos una ojeada a los parámetros tradicionales de educación en el arte, observaremos que los escolares trabajan durante muchos años la plástica desde un punto de vista práctico, y que, en general, el primer contacto con las manifestaciones artísticas se produce en secundaria a través de la Historia del Arte, es decir, a través de la periodización y la clasificación. Tenemos pues, a unos niños a los que se enseña a ser primero artistas y después historiadores del arte pero pocas veces les hemos enfrentado a la experiencia de ser espectadores críticos y de disfrutar siéndolo. Por todo ello, nuestra propuesta educativa tiene por objetivo, contribuir a desarrollar en el niño la capacidad para observar, comprender y disfrutar del arte; valorando lo reflexivo por encima de lo mimético. Se trata de impulsar la construcción de un conocimiento que le ofrezca autonomía para relacionarse en el futuro, no sólo con el arte sino con el mundo. Estos se materializa en las visitas dinamizadas, un tipo de visitas dialógicas, basadas en el intercambio de información entre el educador y el niño que potencian la discusión en torno a una serie de ideas que se proponen para comprobar que, detrás de toda expresión plástica, hay unos intereses particulares, emotivos o reflexivos. La visita dinamizada pone en funcionamiento tres estrategias: la observación, el diálogo, y la manipulación de materiales (imágenes y objetos muy diversos). Estos materiales contenidos en un carrito, ayudan al educador de sala a explicar mejor un concepto, a ilustrar una idea y a incorporar la experiencia cotidiana en el espacio museístico.
Introducción. La visita dinamizada de la exposición DUAL-ES. Tàpies frente a Tàpies propone un recorrido a partir de la obra del artista catalán Antoni Tàpies. Antoni Tàpies (Barcelona, 1923-2012) es indudablemente uno de los artistas más importantes de la historia artística del siglo XX y uno de los representantes más genuinos de la tendencia informalista. Siempre de forma directa, sus pinturas penetran en el espectador para dejar en un segundo plano las cuestiones de significado resolviendo por medio de fuerza, gesto y materia. Con esta exposición tenemos la oportunidad de establecer diferentes visiones entre el Tàpies de ayer y de hoy, siempre con denominadores comunes: la intensidad, la fuerza, el trazo, lo contundente, la espiritualidad y su integración con la materia, la impregnación de lo humano en los objetos, la disposición del color, los signos… En el conjunto de su obra, Tàpies exalta lo mínimo, lo insignificante, aquello que no cuenta porque no es otra cosa que un complemento o un desecho de las estructuras sociales. El artista no está interesado en la representación del cuerpo humano (silueta, volúmenes, figura), sino en la aparición relevante de “lo corporal”. Su propuesta es directa y penetra en el espectador para dejar en un segundo plano las cuestiones de significado. Su obra es visual e incluso invita a ser tocada. Los objetos presentes son reales, táctiles y rotundos. Cada obra es un símbolo y la misma iconología se repite a lo largo de su vida. Pero estos signos se muestran y se mezclan para provocar, no para dar respuesta. El mismo Tàpies ha comentado: “los símbolos están ahí pero no los desarrollo ni los analizo“. Lo importante es emocionar, impactar en la sensibilidad y arrastrar a la mente; en una palabra: provocar. No hay que olvidar que para Tàpies, la pintura por sí sola no basta, no puede estar desligada de la poesía ni de la filosofía. Pero también que la pintura puede serlo todo nos dice el artista: “Puede ser una claridad solar en medio de un soplo de viento. Puede ser una nube de tormenta. Puede ser la huella del pie de un hombre en el camino de la vida, o un pie que ha golpeado el suelo, ¿por qué no?, para decir “¡basta!”. Puede ser un aire dulce de alborada, lleno de esperanza, o un aliento agrio que despide una cárcel. Puede ser las manchas de sangre de una herida, o el canto en pleno cielo azul, o amarillo, de todo un pueblo. Puede ser lo que somos, el hoy, el ahora y el siempre. Yo os invito a jugar, a mirar atentamente…, yo os invito a pensar”.1
1 Texto de 1967 titulado “El juego de saber mirar” extraido de Tàpies, La práctica del arte, Ariel, Barcelona, 1971.
1.- Biografía Antoni Tàpies (1923-2012) Antoni Tàpies nace en Barcelona, en una familia burguesa, culta y catalanista, involucrada desde mediados del siglo XIX en una tradición editorial y librera que despierta muy pronto en el artista un amor por los libros y la lectura. Esta predisposición se ve acentuada por la larga convalecencia de una enfermedad pulmonar, durante la cual inicia sus tanteos artísticos. Tiene 18 años, pierde su fe religiosa, no se interesa por nada pero estudia de forma autodidacta las vanguardias artísticas: el cubismo, el futurismo, dadá, el arte popular, el arte del extremo oriente… Progresivamente, Tàpies se dedica con mayor intensidad al dibujo y la pintura, y acaba dejando sus estudios de Derecho para dedicarse plenamente a su pasión. En la década de los cuarenta ya expone sus obras, que destacan en la panorámica artística del momento. Partícipe de una sensibilidad generalizada que afecta a los artistas de ambos lados del Atlántico, a raíz de la II Guerra Mundial y del lanzamiento de la bomba atómica, Antoni Tàpies expresa muy pronto un interés por la materia, la tierra, el polvo, los átomos y las partículas, que se plasma formalmente en el uso de materiales ajenos a la expresión plástica academicista y en la experimentación de nuevas técnicas. Las pinturas matéricas forman una parte sustancial de la obra de Tàpies y constituyen un proyecto que sigue desarrollándose en la actualidad. Tàpies cree que la noción de materia debe entenderse también desde la perspectiva del misticismo medieval como magia, mimesis y alquimia. En este sentido, hay que entender el deseo del artista de que sus obras adquieran el poder de transformar nuestro interior. Durante los años cincuenta y sesenta, Antoni Tàpies irá elaborando una serie de imágenes, generalmente extraídas de su entorno inmediato, que aparecerán en las distintas etapas de su evolución. Muchas veces, una misma imagen, además de aparecer representada de diversas formas, tendrá múltiples significaciones diferenciadas que se irán superponiendo. Su mensaje se centra en la revaloración de lo que se considera bajo, repulsivo, material (no en vano Tàpies escoge a menudo temas tradicionalmente considerados desagradables y fetichistas, como un ano defecando, un zapato abandonado, una axila, un pie y otros similares). Asimismo, la obra de Antoni Tàpies ha sido siempre permeable a los acontecimientos políticos y sociales del momento. A finales de los años sesenta y principios de los setenta, su compromiso político contra la dictadura se intensifica, y las obras de este período tienen un marcado carácter de denuncia y protesta. Coincidiendo con la eclosión del arte povera en Europa y el posminimalismo en EEUU, Tàpies acentúa su trabajo con objetos, no mostrándolos tal como son, sino imprimiéndoles su sello e incorporándolos a su lenguaje. A principios de los ochenta, una vez restaurado el Estado de derecho en España, el interés de Tàpies por la tela como soporte adquiere una fuerza renovada. Durante esos años, realiza obras con goma-espuma o con la técnica del aerosol, utiliza barnices y crea objetos y esculturas de tierra chamoteada o de bronce, y se mantiene muy activo en el campo de la obra gráfica. Por otra parte, a finales de los ochenta, parece reforzarse el interés de Tàpies por la cultura
oriental, una preocupación que ya se había ido gestando en los años de la posguerra y que se convierte cada vez más en una influencia filosófica fundamental en su obra, por su énfasis en lo material, por la identidad entre hombre y naturaleza y por la negación del dualismo de nuestra sociedad. Igualmente, Tàpies se siente atraído por una nueva generación de científicos, capaces de apoyar una visión del universo que entiende la materia como un todo, sometido al cambio y la formación constantes. Las obras de los últimos años constituyen esencialmente una reflexión sobre el dolor -físico y espiritual-, entendido como parte integrante de la vida. Influido por el pensamiento budista, Tàpies considera que un mayor conocimiento del dolor permite dulcificar sus efectos, y de este modo, mejorar la calidad de vida. El paso del tiempo, que ha sido una constante en la obra de Tàpies, adquiere ahora nuevos matices, al vivirse como una experiencia personal que comporta un mejor autoconocimiento y una comprensión más clara del mundo que le rodea. Durante estos últimos años, Antoni Tàpies ha consolidado un lenguaje artístico que, por una parte, traduce plásticamente su concepción del arte, y por otra, unas preocupaciones filosóficas renovadas con el paso del tiempo. Su práctica artística sigue siendo permeable a la brutalidad del presente, a la vez que ofrece una forma que, pese a su ductilidad, permanece fiel a sus orígenes. En este sentido, las obras de los últimos años no sólo se inscriben en la contemporaneidad, sino que también son un registro del pasado del artista. Paralelamente a la producción pictórica y objetual, Tàpies ha ido desarrollando desde 1947 una intensa actividad en el campo de la obra gráfica. En este sentido, vale la pena destacar que el artista ha realizado un gran número de carpetas y libros de bibliófi lo en estrecha colaboración con poetas y escritores como Alberti, Bonnefoy, Du Bouchet, Brodsky, Brossa, Daive, Dupin, Foix, Frémon, Gimferrer, Guillén, Jabès, Mestres Quadreny, Mitscherlich, Paz, Saramago, Takiguchi, Ullán, Valente y Zambrano, entre otros. Asimismo, Antoni Tàpies ha desarrollado una tarea de ensayista que ha dado lugar a una serie de publicaciones, algunas traducidas a distintos idiomas: La práctica del arte (1971), El arte contra la estética (1977), Memoria personal (1983), La realidad como arte. Por un arte moderno y progresista (1989), El arte y sus lugares (1999) y Valor del arte (2001).
2. Plano de sala
3. Tàpies no sólo pinta con pintura y pincel. Nos situaremos en el primer ámbito de la exposición. Podemos observar simultáneamente una serie de obras donde Tàpies utiliza una gran variedad de materiales. Iniciaremos el diálogo preguntando al grupo ¿qué materiales encontramos? ¿Podemos identificar alguno? ¿Era Tàpies un pintor o un recogedor de cosas?, ¿por qué utiliza objetos? ¿qué sentido tienen? Estamos acostumbrados a enfrentarnos a una obra de arte tratando de reconocer algo en ella, buscando la historia que representa o esconde. Pero la pintura de Tàpies es tan matérica que la textura se impone por encima de cualquier representación y lo primero que descubrimos es que Tàpies no solo pinta con pintura y pincel sino con cuerdas, espartos, tierras, trapos, cepillos, arenas, yeso, maderas, etc…. El arte del siglo XX ha sido una búsqueda de otras maneras de expresarse. La invención de la fotografía liberó a la pintura de tener que representar fielmente la realidad. Desde entonces, cuando alguien quiere reflejar lo que ve de forma exacta hace una fotografía. Picasso fue el primero que pego al lienzo un trozo de mantel: había inventado el collage. Desde entonces no sólo se pinta con pintura sino que podemos utilizar cualquier cosa: tierras, maderas, cuerdas, yeso, trozos de tela, y cualquier elemento encontrado o de la vida diaria. El objeto más humilde recobra vida y significado cuando se incorpora a la obra de arte. Tàpies reinventa a su manera el collage que deja de lado el sentir anecdótico y se convierte en el elemento natural del cuadro. En este camino en la incorporación de elementos variados y en este proceso de liberación de la realidad que emprendió el arte contemporáneo, Tàpies es uno de los artistas más importantes. Gracias a su forma de crear, Tàpies ha abierto todos los caminos de la textura y de la expresión por medio de la materia. Las cualidades del material empleado, la disposición, la luz que recibe e incluso la ausencia de materia se convierten en el objeto mismo de la obra de arte. Tàpies ha convertido la superficie del cuadro en un muro a la manera de los muros que encontramos en nuestras ciudades. La pared no sólo niega el acceso y obstaculiza la visión (la imagen anti renacimiento por excelencia) sino que además es la superficie en la que se consignan los grafittis y en la que se refleja el paso del tiempo. Actividad Descubrimiento de materiales y texturas. Percepción del color.
Materiales: Pinturas, brochas, cepillos, cuerdas, esparto, óleos, espátulas, carboncillo, arenas, pigmentos, miel…. Paleta de colores: blanco, ocres, sienas, negros, rojos, grises….
Fotografías de muros con desconchados y grafittis.
Obra de Antoni Tàpies. Obras Antoni Tàpies.
Detalles obras de Antoni TĂ pies.
4. DUAL-ES. Un mismo tema. Nos situaremos en el segundo espacio de la sala. Vamos a descubrir las relaciones entre obras que presentan un mismo tema pero tratado de forma diferente por el artista. Nos centraremos primeramente en el dúo de bañeras. Se trata de una bañera clásica, antigua, con patas que se repite en los dos cuadros. Tàpies recurre en sus obras a objetos entresacados de su ámbito más cercano: sillas, puertas, bañeras, etc... que transmiten la necesidad de identificarse con los objetos que pinta. Bañeras Fijémonos en el color de la obras. Tàpies pinta una bañera blanca sobre un fondo blanco. Algo en principio complicadísimo. Adivinamos en la propia bañera una estructura cuadrangular que se repetirá en muchos cuadros de Tàpies, una especie de bastidor que construye los objetos. ¿No hay nadie bañándose?, ¿Está preparada el agua o quien fuera ya se ha bañado? Transmite alguna sensación: vacío, intriga, tranquilidad, sosiego… Podemos relacionar esta obra de Tàpies con la iconografía barroca de la obra de Zurbarán. Los hábitos blancos de los monjes del pintor extremeño recuerdan de forma directa el blanco puro de esa bañera de Tàpies. Pero también alguno de los bodegones del artista como el de la taza y rosa o el mismo Agnus Dei. Bañera, 1975 Técnica mixta sobre lienzo. 130 x 195 cm Colección AENA de Arte Contemporáneo.
Francisco de Zurbarán Taza y rosa 1630 Óleo sobre lienzo
En esta otra representación, el cuerpo no está dentro de la bañera, está suspendido encima de una especie de líquido viscoso que recuerda la miel (material que Tàpies utiliza con mucha frecuencia por sus características plásticas). El cuerpo es una masa deforme sin cabeza en la que se descubren las costillas, los pezones, y algunos miembros desmembrados. Todo ello resuelto con una gran cantidad de carga matérica donde se insertan a su vez las cruces, símbolo perenne del artista. Se trata de un cuerpo cargado de dolor, viejo y casi putrefacto, un cuerpo por el que ha pasado el tiempo. Se establece una relación entre el cuerpo deforme de esta bañera y el cuerpo de Cos, la escultura de tierra chamotada con cruces; una de especie de masa babosa que representa el paso del tiempo y el dolor de un cuerpo. Pero también podemos relacionar el cuerpo deforme de esta bañera con los cuerpos decrépitos de los apóstoles que pinta José de Ribera en el siglo XVII. Es el caso de San Andrés o de San Jerónimo. Cos i Banyera 1995 220 x 270 cm. Galerie Lelong, París. Cos 2002 66,5 x 103 x 51 cm. ARTIUM de Álava Victoria – Gasteiz. José de Ribera San Andrés Apóstol 1630 Óleo sobre lienzo. 123 x 95 cm. Museo del Prado.
Puertas Nos situamos frente a las dos puertas, donde el artista nos vuelve a enfrentar con la materia y con los objetos intervenidos en el cuadro. El soporte se hace muy visible. La madera en el caso de la puerta negra está manchada y actúa como fondo. Sobre ella una puerta antigua quemada y tratada sobre la que se inserta un marco desencajado. Unas piernas del revés muestran un cuerpo cayendo en un abismo; una especie de inframundo. Un grafitti de corazones atravesados por una flecha hace referencia al amor. De nuevo la misma puerta es un bastidor, y una gran cruz. Porta de matèria 2003 Técnica mixta sobre madera y ensamblaje sobre tabla. 259 x 300 cm. Fundació Sorigué, Lleida.
En la obra, Porta Blanca, la madera de nuevo es el soporte visible de la obra. Una madera limpia y sin tratar sobre la que sitúa el material, una especie de yeso que permite además la incisión. Sobre esta puerta que también representa un bastidor Tàpies dibuja dos caras enfrentadas entre sí. La rodean una serie de cruces o de “T”. Esperanza y luz. Porta Blanca 2008 Técnica mixta sobre madera. 200 x 175 cm. Colección particular, Áviles.
Actividad Descubrimiento de diferencias, texturas y sensaciones.
Materiales FotografĂas. ImĂĄgenes
5. Tàpies escribe letras y números. Tàpies profesa por las culturas orientales una gran admiración. En la tradicción occidental dibujo y pintura respondían a conceptos perfectamente diferenciables pero para Oriente no está tan claro. En China se han realizado cuadros maravillosos con un solo color, con tinta más o menos aguada y aplicada directamente con el pincel. De igual forma, el calígrafo ejecuta sobre el papel la escritura de letras que si bien, componen palabras con sentido, su belleza formal hace que gocemos de ellas sin entender la lengua en que han sido escritas (o también podríamos decir dibujadas/pintadas). Así que las letras, las palabras y los números en sí mismos, independientemente de lo que signifiquen son estimables cuando están en un cuadro. De ello es consciente Tàpies, que destaca en la pintura contemporánea como un pintor/escritor de letras y números. Incluso no cree casual que su apellido (tapia, pared) rememore algo por lo que es famoso: haber convertido el cuadro en un muro lleno de pintadas. La relación de Tàpies con la escritura está unida a las transformaciones que ocurren continuamente. Tàpies construye un campo en el que escribe o garabatea palabras indescifrables que guardan mensajes secretos y que se convierten en objeto mismo con gran categoría plástica. Otro campo de acción es utilizar la misma letra como vehículo del mensaje. Y en eso consiste la actividad. Actividad Combinar la rapidez y escritura automática al modo surrealista una vez observadas algunas obras de la exposición.
Esta actividad se realizará en pocos minutos. Se expondrán algunos al azar y se debatirán en grupos.
Actividad Todo en el Universo tiene un sentido, un orden, un ritmo, una medida, Para entender, medir y cuantificar lo finito y lo infinito necesitamos los números. Y entre el caos y el orden se mece el pensamiento. Cada cultura da una importancia a los números y cada creencia modifica las conductas de las personas. En la Cultura China los números juegan un papel importante, se les considera auspicioso o no en función de su sonoridad al pronunciarlos y su similitud con palabras como nacimiento, muerte, duradero,... Los números son una constante en la obra de Tàpies, los considera y los incorpora a las composiciones como símbolos o signos. ¿A qué hacen referencia? Mostramos tarjetas con los números del 1 al 9. De forma participativa los alumnos le irán dando significado a los números. Actividad Identificar los números con su significado y relacionarlos con la obra de Tàpies.
Algunos de los significados otorgados a los números en nuestra cultura 1 Es el principio. El “yo”. Es la unidad. 2 Es la duda, el equilibrio. 3 Es la alegría, el entusiasmo. 4 Es la firmeza, la seguridad. Los cuatro puntos cardinales. 5 Es la libertad, la curiosidad. 6 Es el número del amor, del compañerismo. 7 Es la búsqueda de conocimiento. 8 Es el poder de la justicia. 9 Es el final de un camino. Indica sabiduría.
En la cultura china los números significan otras cosas 1 El Yang, masculino. Es positivo. 2 Yin, femenino. Es positivo. 3 Suena como “nacimiento” en chino, por lo que también es positivo. 4 Es un número desafortunado por que suena como la palabra “muerte” 5 Está en el centro (1-5-9). Los cinco elementos: tierra, viento, agua, fuego y metal. 6 Para los chinos son seis los sentidos: tacto, oído, olfato, gusto y mente. 7 Algunos chinos lo consideran fantasmal o espiritista. Es un número neutral. 8 En chino suena como “prosperidad” o “riqueza”, es un número afortunado. 9 Suena como la palabra “duradero” y también es un número favorable.
Actividad Mostramos una imagen con la numeración china y su relación con la obra de Tàpies.
El nĂşmero 10 hace referencia a la + de TĂĄpies, la T de TĂĄpies, la T de Teresa, su mujer, T de Tapia...
6. Las cruces. Las imágenes de la cruz, de los cruzamientos, de las líneas y planos opuestos, de las intersecciones de fuerzas contrarias, etc., en numerosas culturas son consideradas una representación simbólica fundamental del mundo. Son imágenes que resumen problemas filosóficos universales muy profundos y complejos, como los análisis del ser y las visiones de la realidad. Esta representación del mundo ya se valoraba hace 5000 años. Una cruz es una figura geométrica que consiste en dos líneas que se cruzan en un ángulo recto, de tal forma que una de ellas (o las dos) queda dividida por la mitad. La cruz es uno de lo símbolos más antiguos: se encuentra en Egipto, en China, en Cnosos y por supuesto es símbolo universal del cristianismo. En el arte del siglo XX, la cruz, el cruzamiento de líneas ha tenido un gran protagonismo en tendencias como el cubismo y la pintura abstracta, en la obra de Mondrian, de los suprematistas rusos, de Malèvich, de Lissitzky o en los movimientos dadá y surrealista, en la pintura de Paul Klee y en los signos de Joan Miró o en la obra de Pollock, Beuys o Kounellis... La cruz en la obra de Tàpies adquiere infinidad de significados. Desde el comienzo de su trayectoria artística, los cruzamientos son parte esencial de su obra e incluso ha adoptado la cruz como inicial de su nombre y como distintivo de su obra. La cruz representa para el artista, una estructura del universo. La cruz es el mensaje del silencio, de la poética, huellas secretas y visibles donde el cuerpo conecta con las profundidades del espíritu.
7. La presencia del pasado. Ahora ya conocemos un poco de la simbología de la obra de Antoni Tàpies. Sin embargo, Tàpies trata la necesidad de volver a los orígenes, a lo primigenio, de recuperar el sentido y el entorno de lo que podemos llamar “sacralidad terrestre”. Para Tàpies el arte tiene que estar justificado y arropado por determinadas creencias, por una visión del mundo, por una filosofía, por una moral..., las obras necesitan un clima especial donde poder irradiar todos sus poderes. El arte moderno no es una ruptura absoluta con el pasado, no tendría sentido ni futuro. La influencia de las obras de arte antiguas se manifiesta de muy diversas maneras y a veces parece provenir de una especie de resonancia a través del tiempo y del espacio. Hay imágenes y símbolos que siguen vivos y útiles para el hombre de hoy. Es el caso de las obras de Tàpies. Ahora ya conocemos un poco de la simbología de la obra de Antoni Tàpies, pero no podemos dejar atrás sus influencias de la pintura barroca. Nos situamos delante de la obra Creu y Copa. Creu y Copa 2003 Técnica mixta sobre tela. 200 x 340 cm. Galerie Lelong, París
Actividad Observamos el cuadro durante unos minutos. ¿Qué partes del cuerpo aparecen? ¿Qué representan? ¿Qué representa el número 4? ¿Qué representa la copa? .... Mediante la formulación de preguntas todos los alumnos se pararán a pensar sobre la simbología y representación de los elementos que aparecen en el cuadro. Esta obra tiene una relación muy directa con las Vanitas de la pintura Barroca, cuadros cargados de gran iconografía simbólica.
En la España barroca del s.XVII, los artistas trabajan bajo la influencia contrarreformista impuesta por la Iglesia que fomenta la austeridad y el recogimiento. Las Vanitas pueden interpretarse como "bodegón a lo divino", como símbolos de la transitoriedad de la vida, de la fugacidad de los bienes y dignidades terrenales. Suelen representarse como naturalezas muertas o como bodegones acompañados de personajes, utilizando símbolos que refuerzan esta idea o mensaje: calaveras, relojes, joyas, armas, globos terráqueos, dados o naipes, monedas, velas, copas, libros, … Antonio de Pereda y Salgado. Alegoría de la vanidad del mundo. 1634
Un reencuentro con toda la iconografía de Tàpies: cruces, letras, números ¿Qué elementos coinciden en los dos cuadros? ¿Qué representan? Resumiendo todo lo representado en las dos obras llegamos a la conclusión de que es una representación cargada de simbología y alegoría al paso del tiempo. Continuamos el recorrido por la exposición sin dejar de observar todo lo que nos rodea, esos conceptos ya aprendidos: números, letras, materia….. Nos situamos delante de la obra Tela marrón tensada. Tela marrón tensada. 1970 200 x 270 cm. IVAM.
Actividad Se establece una relación entre esta obra y la pintura barroca. Esta relación se basa en la observación de la composición de las obras y los elementos matéricos que la componen. José de Ribera Martirio de San Felipe. 1639 Museo del Prado.
Rembrandt El Buey desollado. 1655 Museo del Louvre de París.
Composición en aspa (X). Colores característicos de la pintura barroca. Elementos de representación iguales, la cuerda. Nos encontramos en el final del recorrido donde nos planteamos dos actividades que se adaptaran al nivel del grupo.
Si el grupo es de E.S.O o Bachillerato se realizará la explicación de la obra Estora. Si el grupo es de Infantil o Primaria se suprimirá pero servirá de ayuda en la actividad de materiales. La obra Estora, hace referencia al Tapiz de la Creación siglo XI que se conserva en el Museo Capitular de la Catedral de Girona.
El tapiz de la Creación, es una pieza única y excepcional entre los pocos bordados que se conocen y se conservan del arte románico. En su origen sirvió como baldaquino en el altar de la Santa Cruz del atrio catedralicio. Se trata de una obra de grandes dimensiones, de colores intensos, con escenas sobre la creación. Es un trabajo delicado, de las que se dieron en llamar pinturas a la aguja, de gran calidad técnica y artística. Salió de uno de aquellos talleres donde trabajaban grandes artistas que rivalizaban con los fabricantes de tejidos ricos, tan apreciados en la Alta Edad Media. Es importante resaltar la labor de recuperación y puesta en valor de las artes medievales que las vanguardias del siglo XX realizan. Hasta entonces, los valores universales del arte se circunscribían a la herencia de la Grecia clásica. A menudo se ignoraba el arte antiguo del Extremo Oriente, el africano, el precolombino, etc...y hasta se menospreciaba el arte eruropeo medieval al considerarlo bárbaro. Los artistas modernos del siglo XX recuperan estilos tan variados como las pinturas rupestres de Songo, la escultura azteca, las máscaras dogón, el arte esquimal, las esculturas de las cícladas griegas, los bronces chinos, los iconos bizantinos, el arte naif, los grafittis callejeros o las artes del cuerpo. Todo ello se convierte en un trasfondo cultural que subyace y que ha influido notablemente en el modo de concebir y de ver el arte actual. Este tapiz presenta a Cristo como creador del Cosmos y de la Tierra. El círculo que irradia hacia fuera representa lo sobrenatural y espiritual, lo terrenal esta prisionero del tiempo. (Rectángulo exterior).
La composición es exacta, puesto que Tàpies pone una cruz aludiendo a la Creación. La mano abierta con la cruz y el numero 3 que hace referencia a la Trinidad... En la parte inferior de la obra Estora encontramos los números 1,2 y 3 y la palabra Taikyoku, manuscritos por Tàpies. Taikyoku, para los antiguos chinos, es lo que produce y organiza el universo, el famoso concepto de la vacuidad oriental que está en la base de todo. Es la unidad polarizada compuesta de un polo cargado de energía yang y de otro de energía yin, dos polos que dan lugar a las infinitas transformaciones que crean el Universo. El mismo significado tienen los números, el 1 produce el 2, el 2 produce el 3 y el 3 es la manifestación de todos los seres posibles.
8. El autorretrato en Tàpies Tàpies, en los inicios de su carrera artística, realiza una serie de autorretratos de carácter realista que van a suponer un momento de introspección en su vida y le van a abrir todo un campo de aprendizaje. Sin embargo, con paso del tiempo sus autorretratos, al igual que el resto de sus obras, se van a ver transformados por la utilización de diversas texturas, arenas, pigmentos, en los que el artista realiza una serie de incisiones que dejan ver la obra a través de la materia, pero también lo que hay detrás de la misma, acompañadas de pinceladas y la incorporación de diversos objetos que darán como resultado una obra donde los relieves son una parte importante de la misma, siempre acompañados de la simbología propia Tàpies.
La última actividad de esta visita es un resumen de todo lo visto, de la forma de trabajar de Tàpies, de esa simbología, de esa escritura aleatoria... Nos situamos ante la obra Maquillatge, imagen de doble visión, en la que Tàpies se retrata de fondo y garabatea encima. Maquillatge 1998 116,5 x 89, 5 cm Colección de Arte Contemporáneo Fundació “La Caixa”.
Actividad Para resumir toda la exposición, repartiremos una hoja de tamaño DNA 5 de color. En esta, de forma rápida, creativa y simbólica realicemos un autorretrato mediante el dibujo de objetos que nos identifiquen, formas, líneas, colores, palabras, sentimientos...
EL JOC DE SABER MIRAR - Antoni Tàpies Com mirar netament sense voler trobar en les coses el que ens han dit que hi ha d’haver, sinó el que senzillament hi ha? Vet aquí un joc innocent al qual us proposo jugar. Quan mirem, normalment només veiem el que se’ns dóna al voltant nostre: quatre coses –a vegades ben pobres– només vistes per sobre enmig de l’infinit. Mireu l’objecte més senzill. Agafem, per exemple, una vella cadira. Sembla que no sigui res. Però penseu en tot l’univers que ella comprèn: les mans i les suors tallant la fusta que un dia va ser arbre robust, ple d’energia, al mig d’un bosc frondós en unes altes muntanyes, l’amorós treball que la va construir, la il·lusió que la va comprar, els cansaments que ha alleujat, els dolors i les alegries que haurà aguantat, qui sap si en grans salons o en pobres menjadors de barriada... Tot, tot participa de la vida i té la seva importància! Fins i tot la més vella cadira porta dintre seu la força inicial d’aquelles sabes que pujaven de la terra, allà als boscos, i que encara serviran per donar escalf el dia que, feta estelles, cremi en alguna llar. Mireu, mireu a fons! I deixeu-vos portar plenament per tot el que fa ressonar a dintre vostre el que ens ofereix la mirada, com el qui va a un concert amb el vestit nou i el cor obert amb la il·lusió d’escoltar, de sentir senzillament amb tota la seva puresa, sense voler de totes passades que els sons del piano o de l’orquestra hagin de representar forçosament un cert paisatge, o el retrat d’un general, o una escena de la història, com es voldria sovint que només fos la pintura. Aprenguem a mirar com aquell qui va a un concert. En la música hi ha formes sonores compostes dins un tros de temps. En la pintura formes visuals compostes dins un tros d’espai. És un joc. Però jugar no vol dir fer les coses “perquè sí”. I com en tots els jocs d’infants, els artistes tampoc no fan les coses “perquè sí”. Jugant... jugant, de petits, aprenem a fer-nos grans. Jugant... jugant, fem créixer el nostre esperit, ampliem el camp de la nostra visió, del nostre coneixement. Jugant... jugant diem coses i n’escoltem, despertem aquell qui s’ha adormit, ajudem a veure aquell qui no en sap o aquell a qui han tapat la vista. En mirar, no heu de pensar mai el que la pintura –com totes les coses d’aquest món– “ha de ser”, o el que volen molts que només sigui. La pintura pot ser-ho tot. Pot ser una claror solar enmig d’una ventada. Pot ser un núvol de tempesta. Pot ser una petjada d’home per la vida, o un cop de peu –per què no?– que digui “prou!”. Pot ser un aire dolç de matinada, ple d’esperances, o un baf agre sortit d’una presó. Pot ser les taques de sang d’una ferida, o el cant en ple cel blau, o groc, de tot un poble. Pot ser el que som, l’avui, l’ara i el sempre. Jo us convido a jugar, a mirar atentament... Jo us convido a pensar. Cavall Fort (Barcelona), núm. 82 (gener de 1967).
Bibliografía Textos del catálogo -
Dual- les Tàpies frente a tàpies. Alicia Ventura. Comisaria.
-
De cómo Tàpies se convirtió en Tápies. Juan Manuel Bonet.
-
La belleza de la materia. Joan Bautista Peiró.
-
Antoni Tàpies y la tradición iconográfica. Lourdes Cirlot.
Bibliografía infantil -
Pequeña historia de Tàpies. Barcelona: Editorial Mediterrànea, 2007.
-
Bon día Sr Tàpies. MªÀngels Comella, Romi Kirilova y Merce Seix. Barcelona, Ediciones Serres, 2001.
-
Tàpies y 7 Tàpies. Cuaderno didáctico, MUCARS, Barcelona 2004.
-
Tàpies, Antoni: El arte y sus lugares, Madrid Soiuela, 1999.
-
A.T. Alfabet Tàpies. Barcelonamultimedia, Alea Televisión, TVC, 2004.
Websites. -
www.fundaciotapies.org
-
www.maca-alicante.es