Misterios del Rosario
14 pinturas de la Iglesia Recoleta Dominica
Misterios del Rosario 14 pinturas de la Iglesia Recoleta Dominica Diciembre 2013
Contenidos
Agradecimientos 4 Presentación 6 Iglesia Recoleta Dominica y los Misterios del Rosario 8 Iglesia Recoleta Dominica y la ubicación de las pinturas 14 Misterios del Rosario 16 Misterios Gozosos 17 Anunciación 18 La visitación de Santa Isabel 22 La Natividad de Cristo 26 Presentación de Jesús en el templo 30 Jesús entre los doctores 34 Misterios Dolorosos 39 Oración en el huerto 40 La Flagelación 44 La Coronación de espinas 48 Camino al calvario 52 La Crucifixión 56 Misterios Gloriosos 61 La resurrección de nuestro Señor 62 La Ascensión 66 La Venida del Espíritu Santo 70 La Asunción de la virgen 74 Autores 78 Biografía de Juan María Mastai Ferretti (Pio IX) 82 Cronología 84 Glosario 86 Bibliografía 90 Material adjunto. Versículos bíblicos 92 Ubicación Iglesia Recoleta Dominica 98 Créditos 99
Agradecimientos
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Los realizadores de esta publicación desean expresar su agradecimiento a la Iglesia Recoleta Dominica que abrió las puertas de su institución, así como a todos los funcionarios del lugar que facilitaron y contribuyeron con nuestro trabajo. Agradecemos también a la profesora Lina Nagel, quien nos enseñó y nos encomendó esta tarea, la cual hoy en día presenta valiosos frutos que nos enorgullecen como estudiantes y futuros profesionales. Sin embargo, es importante también agradecer a todos los gestores de este proyecto, quienes han puesto su disposición, sus conocimientos y todas sus ganas en función de realizar el catálogo “Misterios del Rosario. 14 pinturas de la Iglesia Recoleta Dominica”.
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Presentaciones Como profesora del seminario “Investigación de colecciones: catálogos de Museos” impartido en la Facultad de Artes, Universidad de Chile, es un honor presentar el catálogo “Misterio del Rosario. 14 pinturas de la Iglesia Recoleta Dominica”, realizado por estudiantes de Teoría e Historia del Arte de 3° y 4° año. En el año 2013 trabajó este grupo de estudiantes con la serie “Misterios del Rosario” cuyas pinturas ocupan 12 de ellas las naves laterales que enmarcan la nave principal, y dos de ellas en altares menores en el crucero de la Iglesia Recoleta Dominica. Esta serie cuenta con valiosas pinturas realizadas por pintores italianos en la segunda mitad del siglo XIX. Algunos de estos pintores eran conocidos maestros y formadores de escuelas en Italia, y muchos de ellos recibieron su formación como pintor en la Academia de San Lucas en Roma, que ahora se conoce como Academia Nacional San Lucas. Lo importante de este catálogo es la posibilidad que tuvieron los estudiantes de trabajar in situ con las obras; facilidad que fue dada por los encargados de la iglesia y lo cual agradecemos
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sinceramente. El trabajo in situ permitió a los estudiantes poder observar y comparar las pinturas con otras de la serie, revisarlas con mayor profundidad y en el ejercicio de la revisión y/o de la toma fotográfica de ellas, les permitió descubrir colores, pinceladas, firmas, fechas de realización y detalles que ayudaron a interpretar las representaciones de mejor forma. En resumen les permitió observar las pinturas en toda su dimensión y plenitud en el lugar preciso para la cual fueron pintadas, y conocer a un grupo de pintores italianos que hasta ese entonces eran desconocidos para ellos. Además me pareció importante para este seminario y para cumplir con los objetivos de él; es que los estudiantes tuvieran libertad durante el semestre de discutir el contenido y la profundidad de la información, el diseño, fotografía y número de páginas, y la presentación final de este catálogo. Enriqueciéndose este ejercicio académico con la posibilidad de trabajar en grupos, lo que le otorga mayores herramientas para su futuro profesional y les permite la publicación de un ca-
tálogo específico que es un medio de difundir el patrimonio de una institución al usuario general, educando a este usuario y ayuda a valorizar las obras, los pintores y la estética de la época. No deja de ser importante que el conocer el catálogo de esta serie ayuda también a valorizar la Iglesia Recoleta Dominica como arquitectura y su ornamentación, y como lugar que guarda un importante patrimonio mueble entre sus pinturas y esculturas que se encuentran en ella, conjugándose el mundo espiritual y el mensaje que puede tener cada obra, con el punto de vista desde la apreciación estética de cada objeto.
Lina Nagel Profesor Asistente Departamento de Teoría e Historia del Arte Facultad de Artes Universidad de Chile
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La construcción del mundo contemporáneo se ha encargado de renovar y expresar la necesidad de resituar al patrimonio dentro de su contexto actual, encendiendo la llama de disputa entre “patrimonio y desarrollo”, derribando y sepultando diversos sitios y territorios tradicionalmente patrimoniales que se ven envueltos en u na lucha constante contra el olvido.
El presente catálogo no pretende sino apoyar a la valorización de sitios patrimoniales tradicionales que de forma azarosa se han visto olvidados y relegados dentro de los circuitos artísticos y culturales de vanguardia, fortaleciendo la lucha impuesta entre lo antiguo y lo nuevo. Es así, como pretendemos fortalece la mirada histórica cultural de la Iglesia Recoleta Dominica, mediante un llamado a la re-consideración histórica de aquellos territorios culturales relegados, potenciando la investigación y documentación que necesariamente corresponden a la gran herramienta de lucha obtenida por los sitios lejanos de la industria cultural. Las 14 pinturas Italianas - retratan Los Misterios del Rosario-, que se encuentran en la nave de la Iglesia del Convento Dominica, no pueden volverse víctimas tácitas de la destrucción del legado histórico patrimonial, por ende, mediante la investigación hemos pretendido fortalecer el conocimiento hacia aquellos rincones no recordados dentro de la Circunscripción Artística Patrimonial, en aras de impulsar una revisión constante al quehacer cultural del Chile Contemporáneo. De esta forma, hacemos un llamado hacia la revisión de los ejes patrimoniales culturales, destruyendo la batalla de imposición modernizadora por medio de la reconstrucción de la historia de cada uno de los territorios que han desencadenado acontecimientos de valoración para, y hacia la comunidad.
Jorge Moya Silva Estudiante Licenciatura de Arte Teoria e historia del arte Universidad de Chile
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Iglesia Recoleta Dominica y los Misterios del Rosario
Origen de la Iglesia Recoleta Dominica A modo de introducción es substancial mostrar contenidos históricos y conceptos fundamentales que contextualicen e inserten los cuadros a exponer a una lógica esencial de cimentaciones Dominicas. Por esta razón, trataremos de manera somera el surgimiento de la Iglesia Recoleta Dominica, la historia de su orden formadora y la llegada de las pinturas pertenecientes a los Misterios del Rosario, con el fin de reunir el estudio de cada una de las pinturas de la serie para presentar lo investigado de manera clara con el ideal que sea una guía que aporte el conocimiento necesario para la reflexión de las escenas. Emplazada en lo que era el barrio de la Chimba y hoy es Recoleta, el convento nace en primera instancia gracias a la donación de Don Rodrigo de Quiroga y Doña Inés de Suarez, que en 1558 traspasan algunos de sus terrenos con la única condición de que los religiosos les dedicaran
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oraciones; así la fundación del primer establecimiento se llevó a cabo en 1794, para luego ser remodelado y refundado en 1886, luciendo como lo vemos hoy. En un principio, se construyó una capilla que no dio abasto para los fieles que iban en aumento. Más tarde y por esa causa, gracias a los ahorros del Padre Francisco Álvarez y la iniciativa de la confección de un gran altar italiano con una placa de Ónix que había sido obsequiada por el Papa Pio IX -en agradecimiento de su estadía en el convento (1823-1824)-, se abre la posibilidad de construir la nueva iglesia de los dominicos que inauguró el Padre Pedro N. Ramírez en 1882, a pesar de que tan sólo faltaba un año para culminar la obra. El encargado de esta tarea, en un primer momento, fue el arquitecto italiano Eusebio Chelli,
destacado artista, quien también se dedicó a otras obras en Chile, tales como el Teatro Municipal y la Casa del Embajador de Brasil en la Alameda; igualmente, hizo los planos de la Iglesia de las Agustinas, del Buen Pastor y de la Preciosa Sangre, entre otras importantes construcciones. Él fue quien trajo el estilo europeo a la arquitectura chilena del siglo XIX. Después de hacer el altar mayor, realiza la construcción de la Iglesia Recoleta Dominica bajo el modelo de la neoclásica Basílica romana, “San Pablo de Extremadura”. Demoró 30 años en edificarse por completo y para ello tuvieron que seguir el trabajo los arquitectos Carlos Hecht, y luego Manuel Aldunate quienes fueron culminando la tarea. Importante es destacar que el nuevo templo proyectado por Chelli consolidó la relación de intercambio cultural entre Italia y Chile, componiendo el cambio desde la proyección de la Iglesia por un Italiano, hasta su decoración que se ve concretada en la adquisición de 14 pinturas que dicen relación a los Misterios del Rosario. La serie partió desde Roma fue en Julio de 1870. En ese mismo mes, ya se tenía sospecha de la conquista de Roma por parte del Rey de Italia Víctor Manuel II -este episodio ocurre en septiembre de ese mismo año-. Antes de la salida de las pinturas, se había expuesto en esa ciudad, en el convento de la Orden de la Cartuja en Santa María, una muestra del patrimonio artístico católico, entre ellos estaba una obra de la serie: La Resurrección de Brugnone De Rossi; esta muestra fue clausurada a causa de los conflictos entre Pio Nono y el gobierno italiano, que buscaba quitarle poder tanto terrenal como político a la Iglesia y al papado.
Podríamos decir que el encargo por parte del Gobierno y de la Orden Dominicana de Chile tenía como fin el educar acercando el relato bíblico a través de las imágenes, además de decorar la nueva Iglesia. Pero también, podríamos suponer que el apoyo del Papa Pío IX en esta iniciativa y dado el contexto conflictivo en el que se hallaba, tenía como intención atesorar en el templo dominico en Santiago de Chile, la creación sacra de 11 de sus pintores de confianza, entre los que se encontraban connotados pintores de gran relevancia en Roma como De Rossi, Coghetti y Gagliardi, de esa manera se podía salvaguardar y extender más allá de las fronteras de Italia la tradición católica y la comunión con el Papa Pío Nono.
La Orden Dominica Antes de insertarnos en las pinturas, es importante comprender los orígenes de la orden Dominica que nacen de Santo Domingo de Guzmán, un sacerdote español que vivió en el siglo XII y principios del siglo XIII y que es fuertemente relacionado con el rosario ya que, según contaba el santo, veía a la Virgen sosteniendo uno en su mano; ella le habría enseñado a rezarlo y además, le habría dicho que propagara este culto al igual que las correctas enseñanzas de la religión católica. Una buena oportunidad para llevar a práctica esa misión, en un contexto de gran conmoción provocado por las cruzadas, era el convertir al cristianismo a los herejes. Así, Santo Domingo fundó su Comunidad de Predicadores, comúnmente conocidos como la Orden Dominica. Por su gran
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labor y ejercicio de Fe, en el año 1231 fue canonizado por el Papa Gregorio IX. La Orden Dominica, caracteriza su actuar por lemas como “Contemplari et contemplataaliistradere” (contemplar y dar a otros lo contemplado) o “Laudare, benedicere, praedicare” (alabar, bendecir y predicar); ambas frases denotan la importancia que tiene en su construcción la contemplación y el predicar. De esta misma forma aparecen conceptos como el ascetismo y el conocimiento, este último de crucial relevancia ya que son reconocidos como la orden educadora por excelencia; esto lo vemos con gran fuerza en el papel que tuvieron los Dominicos en la conquista de América en cuanto a la conversión de herejes de los indígenas a través del uso de pinturas para la educación por las imágenes. También lo vemos ilustrado en la creación de escuelas y universidades por todo el mundo, por ejemplo en Chile crearon la primera universidad – la antecesora de la Universidad de Chile, la Real Universidad de San Felipe. Asimismo, se ve manifestada su esencia educadora por los diversos cambios que experimenta el convento desde su llegada a Chile en la primera mitad del siglo XVIII hasta la consolidación del nuevo templo a fines del siglo XIX, siendo este último acontecimiento el eje articulador de la llegada de una serie decorativa italiana que pretende sintetizar su función evangelizadora en una obra idea. Prueba de ello, son las palabras en escritos realizados por el padre Álvarez:
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“(…) la magnificencia y decoro rlas (de las) Iglesias hablan interiormente al corazón humano r (de) un modo mudo, po. (pero) mui elocuente, La imaginación se enagena y ocupa gustosamente. R (gustosamente de) pensamientos nobles y religiosos y el espíritu parece percive una idea más clara y sublime rla (de la) Divinidad (sic)”1. En otras palabras, El fin último de la composición de las obras pretende acercar al individuo mediante la puesta en valor de la imagen, a la educación católica, todo esto como resultado de la implementación de imágenes imponentes en el templo principal. Es así, como los autores de las pinturas, consolidan los ideales Dominicos educativos mediante la imagen emblema de la Orden Dominica Mundial: “Los Misterios del Rosario”.
Los Misterios del Rosario Es importante, también, saber qué son estos misterios, por ello daremos una idea general. El Rosario es visualmente similar a un collar, está conformado por un conjunto de 59 piezas separadas en 5 decenas por otras 4 de mayor tamaño, todas ellas unidas por 5 piezas más a una cruz cristiana. Cada cuenta comprende los diferentes tipos de misterios que hablan de la vida de Jesús y la Virgen María. Este objeto litúrgico tiene mucha importancia en la religión católica, ya que es parte fundamental del rezo. Su mayor utilización y difusión, como ya sabemos, se proyectó con las enseñanzas de Santo Domingo de Guzmán. DÍAZ, Isidora. Iglesia y convento de la Recoleta Dominica. Seminario de Historia del arte. 1959. Santiago, Chile 1
Los Misterios del Rosario tradicionales son tres y cada uno está compuesto por cinco episodios, estos componían el rosario de manera tal: • El lunes y el jueves estaban destinados para ser rezados los misterios gozosos: El anuncio del ángel a la Virgen María, La visita de María a su prima Isabel, El nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo, La presentación del Niño Jesús en el templo, y El Niño Jesús perdido y hallado en el templo. Estos también se inscriben en el tiempo del Advenimiento, es decir los cuatro domingos previos al nacimiento de Cristo y la Natividad misma.
en el río Jordán, La Autorrevelación de Jesús en las bodas de Caná, El anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión, La transfiguración del Señor y La institución de la Eucaristía. Claro está, que este último misterio no alcanzó a estar en conjunto de 14 pinturas que nos convoca.
• El martes y el viernes, para los Misterios dolorosos: La oración de Jesús en el huerto de Getsemaní, La flagelación del Señor, La coronación de espinas, Jesús lleva la cruz a cuestas, y Crucifixión y muerte del Señor. También se usan en época de Cuaresma. Algunos de estos momentos forman parte del Viacrucis. • El miércoles, sábados y domingo está destinados para los misterios gloriosos: La resurrección del Señor, La Ascensión del Señor, la venida del Espíritu Santo sobre la Virgen María y los apóstoles, La asunción de Nuestra Señora a los Cielos y La coronación de la Santísima Virgen como reina de todo lo creado. También en tiempo de Pascua son parte de la oración. Desde el 2002 se agregó, por Juan Pablo II, un nuevo misterio: Luminoso, que se reza los días sábados y que comprende: El bautismo de Jesús
© Estandarte de la Orden Dominica. Colección Museo Histórico Dominico N° inv. 97.0181. Fotografía: Jorge Osorio
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Iglesia Recoleta Dominica y la ubicación de las pinturas La Flagelación
Oración en el huerto
Jesús entre los doctores
Presentación de Jesús en el templo
La Natividad de Cristo
La visitación de Santa Isabel
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La Anunciación
La coronación de espinas
Camino al calvario
La Crucifixión
La Resurrección de Nuestro Señor Jesús
La Ascención
La venida del espíritu Santo
La Asunción de Cristo
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Misterios del Rosario
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Misterios Gozosos Anunciación La visitación de Santa Isabel La Natividad de Cristo Presentación de Jesús en el templo Jesús entre los doctores
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La Anunciación Por Celine Fercovic Cerda
Alessandro Mencacci Segunda mitad S. XIX 350 x 230 cm Óleo sobre tela
La obra presentada puede ser dividida en dos ámbitos de análisis. Por una parte el iconográfico, donde se aborda desde la espacialidad y la forma, distinguiendo cierto orden, cadencia o distribución en la composición. Por otra parte, donde se analizan las fuentes que determinan el significado y discurso que se desprende de la obra, es decir el ámbito iconológico. En consecuencia con lo anterior y en un primer acercamiento a la obra, es posible distinguir dos espacios disímiles pero en comunicación.
El área superior de la obra correspondería al espacio sacro y sobrenatural. Los cinco niños alados que se toman de las manos corresponden a las figuras de putti y de entre esas nubes oscuras se abre paso a la luz del Espíritu Santo, que iluminando toda la escena y desplegando un rayo hacía la parte inferior del cuadro genera una relación directa entre los dos espacios. En la parte inferior de la obra se encuentran dos figuras antropomorfas dispuestas en un ambiente terrenal; el arcángel Gabriel y María. El arcángel viste túnicas anaranjadas que cubren todo su cuerpo, sólo dejando ver sus brazos y rostro, sin embargo se puede observar con claridad la nube que lo sostiene y que acentúa el carácter transitorio y sacro de su estadía. El ambiente inferior presenta algunos artículos domésticos, como un escritorio y un li-
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bro, todo ello en las penumbras. Al contrastar ambos espacios las diferencias se hacen explícitas, la parte inferior corresponde a un interior, un hogar propio del mundo terrenal en contraposición con lo sobrenatural y divino que emerge del cielo.
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En consideración con la disposición anterior, podemos identificar la escena representada por Mencacci como parte del relato a la Anunciación de Cristo en el Nuevo Testamento. El arcángel arrodillado sostiene un ramo de lirios blancos que simbolizan la pureza. El ramo se lo ofrece a María y ella con las dos manos cruzadas sobre su pecho y con su cabeza iluminada por la luz del Espíritu Santo, que forma una especie de nimbo, inclina su cabeza hacía el suelo en actitud serena. El Arcángel Gabriel desciende hacia los aposentos de María para comunicarle el mensaje de Dios,
mensaje que es descrito por los Evangelios de San Lucas (1:26:38). Ahora bien, desde un punto de vista iconológico, la representación de esta escena data de la antigua Roma, encontrando las primeras imágenes que le corresponden en las Catacumbas de Priscila, sin embargo, la Anunciación también es representada en otras religiones como en el arte Musulmán y Judío. De acuerdo con la distribución de los elementos en las representaciones de esta escena hay muchas variaciones. En San Lucas (1:26:38) se narra al arcángel Gabriel presentándose a la Virgen en forma visible, cuando ella se encuentra tejiendo el velo púrpura para el Sancta Sanctórum. En este caso no hay presencia de ningún bordado,
pero sí de otros objetos simbólicos como el libro abierto. También hay variaciones respecto a la actitud de María frente a la aparición. En “La Anunciación” de Simone Martini en el trecento italiano, María es representada en actitud de sorpresa por la repentina aparición; en este caso María se arrodilla en muestra de sumisión y en actitud serena. En tanto a la hora en la que se efectúa la Anunciación no se tienen precisiones, pero por razones litúrgicas la aparición se sitúa en el crepúsculo puesto que esa es la hora del ángelus.
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La Visitación de Santa Isabel
Por Alejandra Castro Becerra
Casimiro de Rossi (1818-1876) 1869 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Este cuadro alude al pasaje bíblico de la Visitación y aunque literalmente no describe cómo fue el preciso momento de El Encuentro, lo que se abstrae es lo que tradicionalmente se suele representar: dos personas y tres rasgos. El primer rasgo consiste en el encuentro de dos seres humanos que comparten el mismo milagro y sentimiento: María, madre de Jesucristo, e Isabel madre de Juan Bautista; ambos concebidos por milagro divino. Como se observa, las mujeres tienen contacto físico, este acto corresponde al segundo rasgo: El Abrazo, que representa unidad
y simetría. En este caso, se puede ver que Isabel (a la izquierda) no se encuentra totalmente erguida frente a la Virgen María (a la derecha), a pesar del hecho de que aparentemente las dos miden lo mismo; Isabel se mantiene por debajo de María, en señal de humildad y respeto. Por último, el tercer rasgo destaca que la escena suele ser representada al aire libre; María habría recorrido un largo camino para visitar a su prima Isabel, quien la recibe en su morada, tal como se aprecia en la pintura. La prima de la Virgen es comúnmente representada como una mujer de mediana edad. Este rasgo caracterizado apela al milagro de que una mujer anciana pueda estar embarazada. María, por su parte, mujer joven y virgen, es re-
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Firma en el cuadro del pintor
presentada en la obra tanto divina como humana. Lleva la túnica de color rojo que simboliza a la humanidad, la sangre y la mortalidad, y sobre ella, el manto de color azul que indica que ha sido “revestida” por lo divino y lo eterno, por llevar dentro de su vientre a quien será el hijo de Dios y salvador de la Tierra. Además, va descalza, signo de su carácter inmaculado y puro. A pesar de que el uso de personajes secundarios en la representación de este versículo no es común, se puede identificar a José y a Zacarías. El pasaje del Evangelio de Lucas no nombra al esposo de María, José, quien sería el que la sigue con un bulto en su hombro, al costado derecho de la pintura. En esta composición, José es visto como siervo de la Virgen y como hombre que sigue las leyes de Dios. Ahora bien, su inclusión no deja de ser curiosa, ya que contradice al texto bíblico. Éste dice que María viajó en secreto a Hebrón, ciudad de Judá y hogar de Isabel. El fin de esta travesía era corroborar la información que con anterioridad le había dado un ángel, acerca del milagroso embarazo de su prima, quien no había podido tener hijos y, además como se sabe, era de edad avanzada. A la par de este episodio, José aceptaba en su
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pueblo la idea de que tendría un hijo sin haberlo procreado. Por tanto, su presencia en la escena se explicaría porque su ausencia sería una falta a las costumbres orientales ya que una mujer no podía viajar sola. Al lado izquierdo del cuadro, Zacarías, el esposo de Isabel, también de avanzada edad, es representado con barba larga y canosa y con vestimentas de los antiguos sacerdotes del templo de Jerusalén. La presencia de este personaje en El Encuentro, aunque tampoco es parte del texto religioso, parece lógica ya que esta escena acontece en su hogar. Dada su posición, al estar en la escalera entre lo exterior y lo interior, podría significar la relación entre lo humano y lo omnipotente, pues no se encuentra pisando la tierra, lo
natural, pero tampoco está sobre todos. Siendo que ve la escena desde arriba, su disposición corporal es como si estuviera descendiendo para dar la bienvenida. Él está a medio camino con sus brazos dispuestos mostrando las palmas; podría representar a la humanidad camino a la verdad y santidad. Se suma a eso la narración bíblica, la cual dice que Zacarías no le creyó al ángel cuando le dijo que sería padre y a causa de esto quedó mudo hasta que naciera su hijo. Por último, cabe destacar que en la escena representada todos son seres humanos “elegidos” por Dios, cuya posteridad de hechos les dará carácter sagrado, lo que explica que para enfatizar ese rasgo divino todos estén usando nimbo.
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La Natividad de Cristo Por Alejandra Castro Becerra
Vincenzo Podesti (1812-1897) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Toda la escena está contenida dentro de una gruta. Este fondo es el único elemento que remonta al arte bizantino, el resto de las formas son propias de la versión occidental de La Natividad. En primera instancia, se puede ver en la parte superior izquierda, tres ángeles niños llamados querubines, que en hebreo se traduce como “los segundos”. Su nombre se debe a que en el Cristianismo corresponden al segundo de los nueve coros de ángeles. Unidos por un cinto blanco, adorando al recién nacido, se les suele
familiarizar con la idea de mensajeros y protectores de la gloria de Dios. En el extremo superior derecho emana un haz de luz, que se deduce, según el versículo del Evangelista Lucas, sería de la estrella que guió a los pastores y que se alojaba precisamente sobre el lugar del nacimiento. Este haz fue introducido por primera vez por el artista francés Jean Fouquet en el siglo XV y sería parte de su imaginario ya que el relato bíblico no habla de su existencia en el interior del pesebre. Desde los orígenes del arte cristiano se le vestía a las tres personas divinas, Padre, Hijo y Espíritu Santo, con el color azul o verde y a las figuras humanas con el rojo. En esta versión del siglo XV del Nacimiento de Cristo, se ve al centro, la imagen imprescindible de María, arrodillada sin
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representación de dolor, con sus manos unidas en el pecho, frente al niño Jesús desnudo sobre un manto blanco y acompañada de su esposo José. La Virgen viste una túnica de color rojo por su carácter humano y está recubierta por un manto de color azul porque ha sido “revestida” de la divinidad, al ser la elegida por Dios para llevar a su hijo. Al ser un sujeto terrenal y no un ser divino, José está vestido sólo de rojo. Resulta curioso que aun destacando su carácter humano, lleve como María y el niño, un nimbo que señala la relación con lo omnipotente y santo. Esto se explica si se abstrae de la Biblia las cualidades de José: un sencillo carpintero que es esposo y padre casto; fiel y siervo de Dios, educa a Cristo como su propio hijo, además de cuidar y proteger
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a María. Todos estos dotes hacen que simbolice la paternidad, que se concentra en la humildad, pobreza, lealtad y obediencia; cualidades que debe tener la Iglesia. Por ello, el Papa Pio IX en 1870 dictamina a José de Nazaret como patrono de la Iglesia Universal. Cabe destacar que esta obra es contemporánea a ese hecho. Importante también, es identificar a José con su atributo, se aprecia aquí en su mano derecha la vara florida de almendro que representa pureza y castidad. Este elemento está presente en los Evangelios Apócrifos y es característico desde el siglo V al igual que la mula y el buey, que están a la derecha de José y cuya semiótica es variable, ya que no aparecen en el episodio según la Biblia, pero al ser el pesebre hogar de animales parece lógico la presencia de algunos de ellos. Estos dos animales tienen un
Firma en el cuadro del pintor
significado si articulamos el Viejo y el Nuevo Testamento ya que se puede relacionar con la frase de Isaías 1:3: “El buey conoce a su amo, y la mula el pesebre de su dueño; ¡pero Israel no me conoce, mi pueblo no comprende!”. Mula y buey son asimilados con la terquedad y porfía, pero bajo la frase del profeta, al dirigir sus miradas hacia Jesús estarían reconociendo a su amo; personifican a la humanidad y simbolizan la sumisión y credulidad que debería tener ésta con Dios.
partera según los Evangelios Apócrifos. Por último, cabe destacar justo debajo de Cristo a un cordero, el cual es ícono del sacrificio. Se trata del Agnus Dei, el sacrificio del hijo de Dios para salvar a los judíos de sus pecados, o sea, la muerte del niño que está arriba de él. Esta relación sería un designio, señala el por qué nació Cristo: para salvar a la humanidad con su muerte.
En la parte inferior adoran a Cristo: tres pastores, una pastora y una pastorcilla. Aunque no es común ver a otras mujeres en el nacimiento aparte de María, la pastora correspondería a una
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Presentación de Jesús en el Templo Por Christopher Bastidas Alarcón
Cesare Mariani (1826-1901) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
El capítulo segundo del Evangelio de San Lucas, que relata lo acontecido con Jesús a partir de su nacimiento, presenta a María y a José como judíos piadosos y obedientes a la Ley de Moisés a la que dan cumplimiento a través de la presentación de Jesús en el Templo. En Jerusalén, se encontraba Simeón, “varón justo y piadoso” que sabía por revelación divina que no moriría sin haber visto al Mesías. En el Templo se produce el encuentro de aquél con los padres y el niño Jesús. Tomándolo en sus brazos y bendiciendo a Dios, proclama lo siguiente:
“Ahora, Señor, puedes, según tu palabra, dejar que tu siervo se vaya en paz, porque han visto mis ojos tu salvación, la que has preparado a la vista de todos los pueblos, luz para iluminar a los gentiles y gloria de tu pueblo Israel.” (Lucas 2, 29-32). Pero además, se nos habla también de otra presencia: Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad avanzada; después de casarse había vivido siete años con su marido y permaneció viuda hasta los ochenta y cuatro años; no se apartaba del Templo, sirviendo a Dios noche y día, en ayunos y oraciones. Como se presentase en aquel preciso momento, alababa a Dios y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención de Jerusalén. (Lucas 2, 36-38).
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Debido a que a las mujeres se les consideraban impuras después de siete días del nacimiento de sus hijos, se les negaba la entrada al templo por treinta y tres días; por lo tanto tenía que esperar cuarenta días para poder entrar. Junto con esto tenían que llevar una ofrenda para Yahveh que consistía en un cordero para los más pudientes y una pareja de tórtolas para los más desposeídos; como lo es representado en este caso. En la obra se pueden realizar una serie de distinciones que tienen mucha similitud con la narración bíblica. Realizando la descripción de derecha a izquierda, se puede detectar una figura femenina encorvada mirando hacia la derecha, con su mano extendida apuntando a la izquierda,
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posee un paño en su cabeza y se encuentra descalza. Enseguida se encuentra una figura masculina cubierta con grandes paños, de barba tupida, con calzado y que dirige su mirada hacia arriba, en sus brazos sobre un paño se encuentra la figura de un bebé desnudo. A continuación, se ve otra figura masculina vestido con paños, descalzo, de barba no tan prominente, con una aureola sobre su cabeza, sosteniendo en sus manos dos pichones grises. Inmediatamente se observa una figura femenina, vestida con grandes paños, uno de estos le cubre su cabeza, también descalza y con aureola, se encuentra semiencorvada mirando hacia abajo y con una de sus manos posada en su pecho. En segundo plano se distinguen otras dos figuras humanas, una de ellas da la espalda al espectador y no permite ver el cuerpo de la otra.
Todas las figuras se encuentran emplazadas en una escalera dentro de una construcción donde se divisan cuatro pilares de forma semiespiral y cinco candelabros. Esta descripción puede dar cuenta de la veracidad de la obra con respecto a la Biblia y como trabajaba este tipo de pintores sus encargos. También se puede agregar, que Cesare Mariani pudo haber hecho alguna referencia a un autor previo, el pintor nacido en Bélgica, Philippe de Champaigne (1602 - 1672), el cual es considerado uno de los mejores retratistas del Barroco Francés. Él también pintó una obra llamada “Presentación de Jesús en el Templo”, la cual realizó en 1648 y se encuentra actualmente en el Museo Real de Bellas Artes de Bruselas.
Un dato no menos importante, es la importancia que tienen los pilares como emblema religioso. El pilar fue símbolo religioso de constancia y fuerza espiritual, por eso se convirtió en atributo de las figuras alegóricas de fortaleza y constancia. Un sendero en espiral podría ascender por ella hasta el cielo para los griegos y los romanos. Según James Hall, el pilar es símbolo de estabilidad básica y fuerza. Un pilar erecto, puede significar una embestida hacia los cielos, hacia el reino del espíritu, sirve para elevar cosas sagradas por encima de la realidad terrenal. Además posee un símil con los árboles por su enraizamiento en la tierra y aparente alcance del cielo. También conecta y permite viajar entre los dos mundos, el cielo y la tierra.
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Jesús entre los doctores
Por Thiare León Álvarez
Giuseppe Sereni (1823-1888) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Es la escena final del ciclo de la infancia de Jesucristo, vale decir, Jesús entre los doctores. Co-rresponde a la primera representación de Cristo como maestro. La escena está situada al interior del Templo Salomón, el primer Templo de Jerusalén creado por el Rey Salomón. La escena trata la historia bíblica perteneciente al Nuevo Testamento donde se encuentra Jesús, a sus 12 años, que viaja a Jerusalén con María y José para la fiesta de Pascua, pero que queda ahí solo sin que sus padres se percaten de su ausencia. Éstos van en busca de su hijo encontrándolo en un templo hablando con los sabios. En la pintura se reconoce la figura de Jesús como un niño al que miran las
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figuras adultas, que por su parte corresponden a los doctores o sabios que se encuentran en semicírculo atentos al joven. Entre las características físicas de Jesús se puede ver su carácter divino como es la aparición del nimbo o aureola. Otro aspecto importante es que es el único personaje con sandalias, lo que representa su autoridad. Vestido de color rosado, Jesús, se ve cercano a la felicidad, la alegría, un color propio del tiempo litúrgico del advenimiento. La aparición de un pergamino junto a un manto blanco es relevante ya que el pergamino corresponde a la antigua forma de escritura, anterior al libro; el paño por su parte, al ser blanco nos remite a la santidad de Cristo. En las representaciones europeas usuales de esta escena se produce un conflicto claro entre lo nuevo y lo antiguo: aparece un libro, representando el pensamiento de Jesús, y un pergamino, representando al pensamiento tradicional de los doctores o sabios. Se muestra la oposición entre el Evangelio y la Torá; entre la antigua y la nueva ley. En la obra que nos convoca no es tan claro el conflicto ya que no aparece un libro sino que solamente un pergamino y un manto, concluyendo que el pergamino representa lo antiguo y el manto a Jesús; lo que sugiere cierta relación con la oposición entre mentalidades, la nueva y la antigua.
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Misterios del Rosario
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Misterios Dolorosos Oraci贸n en el huerto La Flagelaci贸n La Coronaci贸n de espinas Camino al calvario La Crucifixi贸n
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Oración en el Huerto Por Camila Lineros Correa
Enrico Bartolomei (1815-1901) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
La presente escena bíblica corresponde a los Misterios Dolorosos. Exhibe el momento posterior a la Última Cena de Jesús, cuando éste se encuentra en Getsemaní, en donde medita fervientemente el hecho que debe cumplir la voluntad del Señor, es decir, morir para salvar al hombre de sus pecados, siendo una oración agónica la que realiza hacia su Padre. En esta escena aparece un ángel llevando un cáliz, que representa la pasión inminente. Además hay que tener presente el simbolismo del cáliz como el recipiente del elixir de la vida, que además remite a la salvación eterna.
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Viene a consolar a Jesús durante su oración, ya que él es consciente del sufrimiento que se avecina, de todo el dolor que deberá sufrir, la pasión que tendrá que experimentar; teniendo presente que la pasión de Cristo es el camino que debe recorrer antes de su muerte y posterior resurrección. Está afligido porque deberá experimentar el dolor para limpiar al hombre del pecado y llevar a cabo su voluntad y la de su Padre. A causa de esta angustia Jesús comienza a sudar sangre. Mientras tanto los apóstoles Juan, Pedro y Santiago duermen impávidos, en el huerto, invadidos por la tristeza, sin percatarse de la llegada del ángel. Duermen envueltos por las tinieblas creadas por el mal; por lo que Jesús no sólo lucha contra su propia debilidad para poder eliminar el
pecado del hombre, sino que lucha contra el Príncipe de las Tinieblas mediante la oración. Esta es la escena con la que se inicia el hecho bíblico de la Pasión de Cristo, forma parte del Vía Crucis, “Camino a la Cruz” también llamada Vía Dolorosa, momento que da cuenta del sufrimiento de Jesús. Comienza con el episodio ya señalado anteriormente pasando por la traición de Judas, conocida también como “El Beso de Judas” y la negación de San Pedro, su juicio ante Poncio Pilatos, el momento en donde prefiere la liberación de Barrabás antes que la suya, la coronación de espinas, mientras carga la cruz a cuestas hasta su crucifixión y muerte, dando paso a los Misterios Gloriosos.
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La Flagelación Por Natalia Jorquera Soto
Guido Guidi (1835-1918) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
En esta representación de La Flagelación hecha por el pintor Guido Guidi, vemos a Jesús de frente casi desnudo; delante de él, dos hombre se predisponen a golpearlo con los látigos, representando así el momento posteriora cuando Jesús es encontrado culpable por la comunidad al decir que es “el Rey de los judíos” y es mandado a crucificar por Poncio Pilato. Esta imagen es la representación de un episodio de la Pasión de Cristo que se encuentra en los cuatro Evangelios de la Biblia. En la escena
Jesús posee un nimbo por su carácter divino. El nimbo se caracteriza por ser una luz posicionada alrededor de la cabeza que demuestra que se trata de un personaje celestial. Este símbolo comenzó a ser utilizado por el arte Cristiano alrededor del siglo V. El nimbo utilizado para esta imagen tiene tres luces, lo que daría para pensar que es una simplificación del nimbo cruciforme (en forma de cruz). Por otro lado las características físicas del personaje son clásicas de las representaciones de Jesús: piel clara, delgado, cabello castaño y barba. El episodio bíblico relata cómo Cristo, después de ser condenado por los mandos judíos, es presentado ante el tribunal civil romano. Es aquí donde Poncio Pilato, quien precede el tribunal, con temor, autoriza que Jesús sea azotado por
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los colaboradores del tribunal. A este momento se le llama La Flagelación. Un elemento importante de esta representación es la semicolumna, que se deja ver apenas entre las piernas de Jesús. La semicolumna, sólo la base y parte del fuste, comienza a ser representada en el siglo XVI, en el arte barroco de la contrarreforma, y servía para golpear por el pecho y la espalda a la vez. En ese momento como instrumento para golpear se utilizaba el flagelum, un látigo con tres tiras de cuero como el que se ve en la obra.
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En las pinturas que existen de La Flagelación se distinguen tres etapas. Esta obra correspondería a la primera etapa ya que se ve el cuerpo de Jesús sin heridas y sus verdugos, los cuatro
hombres que lo rodean, aún no tienen listos los látigos, a excepción de uno que se prepara para dar el primer golpe. Se ve cómo en la parte inferior de la representación hay más látigos que el sujeto del primer plano se predispone a tomar. Por otro lado, se aprecia en el suelo un manto rojo, el cual no es común en otras representaciones. La Biblia menciona que antes de ser golpeado, los soldados le colocaron a Jesús esta prenda, que ellos usaban, con el fin de humillarlo. El que esté en el suelo indica que recién lo desnudaron para golpearlo por lo que corrobora, aún más, la teoría de que se trataría de la primera etapa de La Flagelación.
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La Coronación de Espinas
Por Pablo Moya editado por Alejandra Castro
Roberto Bompiani (1821-1908) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Al ser Cristo acusado de autoproclamarse el rey de los judíos, después de La Flagelación, se le enviste con una corona, no sólo como ironía sino también como suplicio ya que ésta era de espinas. Dispuesto en un altar de mármol junto a dos estatuas que representan a San José y Santa Catalina, la obra La Coronación de Espinas, como uno más de los episodios de la Pasión de Cristo, des-taca el sufrimiento y tortura que vivió Jesús entre la última cena y la crucifixión.
En la parte superior derecha de la obra
se aprecia una figura humana que mira la escena principal, es decir, el momento en que le ponen una corona de espinas a Cristo. En la parte inferior, un joven entreteje las espinas sobre la cabeza de Cristo mientras cuatro personas observan; dos soldados, por sus armaduras romanos, y dos hombres jóvenes. Por la disposición corporal de ellos, se distinguen gestos de burlas hacía Jesús, el cual está sentado, vestido de blanco, con un modesto manto púrpura y una caña en sus manos como cetro; tanto el manto como la caña y la corona son parte del disfraz de rey, por tanto, son parte de la mofa. El hecho de que el manto sea púrpura tiene también un simbolismo específico en la escena. Pues, se recuerda que en otros contextos el color púrpura podía estar ligado a la vestimenta de la antigua realeza, como se manifiesta desde el
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tiempo de los persas. En la pintura de Roberto Bompiani se viste a Cristo con este color y aunque no se aprecia bien la tonalidad, se puede ratificar la información en el siguiente pasaje bíblico: “Y los soldados tejieron una corona de espinas, la pusieron sobre su cabeza y le vistieron con un manto de púrpura” (Juan. 19:2). Otra cosa que se puede destacar, es dónde está situado Cristo en la escena. Es una representación dentro de otra representación. Ya que el asiento está sobre un escalón, queda a mayor altura que el suelo y que los tres hombres frente a él; junto a los otros dos hombres estos últimos podrían personificar ser súbditos. Al fijarse en la arquitectura, podemos identificar un arco de medio punto y columnas toscanas. Este tipo de columna fue mayormente usada en el siglo XV por los romanos. Sin certeza pero desde el relato
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bíblico, el fondo podría ser de un pretorio, que es un cuartel de la armada romana, donde Cristo fue torturado y humillado hasta que se le entrega la cruz con la que caminará al calvario y será crucificado. Este fondo que puede ser tanto exterior como interior puede simular un palacio. Entonces, el mismo Cristo sentado y rodeado de súbditos parece ser un verdadero rey siendo adorado. Toda esta escena es una trágica comedia montada por los romanos para su propio deleite.
contraponen dos fuerzas, la divina como víctima y la humana como victimario. Pero pese a las heridas, producto de La Flagelación, el rostro de Cristo no es el de una víctima, no hay sufrimiento o rasgo de dolor físico –que sería propio de un ser humano-, más bien parece estar impávido como quien ha aceptado el designio de su sacrificio para salvación de la humanidad.
Pero por otra parte Cristo lleva un nimbo, lo cual simboliza su carácter divino. En la obra se
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Camino al Calvario Por Lucía Fernández López
Francesco Grandi (1831-1891) 1870-80 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Según las descripciones de Louis Réau en Iconografía del arte cristiano y Héctor Schenone en Iconografía del arte colonial, la escena representada corresponde al Vía Crucis, Camino de la Cruz, también conocido como el Camino al Calvario. El Vía Crucis no está escrito en la Biblia, sino que es una devoción que recuerda el camino que hizo Jesús desde el pretorio hasta el sepulcro. En los Evangelios hay referencias a algunas de las estaciones o paradas de ese camino, tales como:
la condena de Pilato, el encuentro con las mujeres de Jerusalén, la ayuda que le brindó el Cireneo, etc. Algunos pasajes son tradiciones piadosas que no figuran en el relato evangélico, como lo son Las Caídas o el encuentro con la Verónica, tema que trata esta obra. En “Camino al Calvario” Grandi fusiona en un mismo momento tres de las catorce estaciones del Vía Crucis: la IV, Jesús se encuentra con su madre; la V, Simón de Cirineo ayuda a Jesús a llevar la cruz y la VI, La Verónica limpia el rostro de Jesús. El personaje masculino en primer plano corresponde a Cristo, ya que desde las representaciones más antiguas de la escena, Jesús viste una túnica roja y lleva en su frente una corona de espinas. En la obra, se encuentra de rodillas sos-
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teniéndose con las manos, representando así una de las tres Caídas de Cristo. El personaje femenino a la izquierda de la composición, que lleva un manto en las manos, corresponde a Verónica, quien elije ese momento para secarle el sudor de la frente a Cristo, y como recompensa por este gesto piadoso ella recoge en el sudario la impresión de la Santa Faz. El personaje femenino con manto azul sería la Virgen María, quien aparece en la mayoría de los casos de rodillas o de pie, frente a su hijo, agobiada por el dolor y acompañada por el apóstol Juan y por Magdalena.
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En la crucifixión, los condenados a muerte debían llevar ellos mismos su cruz hasta el lugar del suplicio, sin embargo en la obra no es Jesús quien lleva la cruz, sino otro personaje. Según la versión de los Sinópticos de la Biblia el personaje que lleva la cruz es Simón de Cirene, también conocido como Cireneo, un esclavo africano según Réau o un judío según Schenone, que ayuda a Cristo a llevar la cruz al quedar éste agotado luego de la flagelación. Según Louis Réau la escena habría sido imaginada para ilustrar la palabra de Jesús:
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“El que quiera venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame” (Mateo, 16:24; Marcos 8:34). Sin embargo vale resaltar que esta versión fue rescatada más en el arte bizantino que en el occidental. El cristianismo ha adoptado la cruz como emblema fundamental. Luego de la Edad Media el tamaño de su representación fue incrementando de ser pequeña y de servir a un propósito emblemático más que real; a ser desmesuradamente pesada y aplastante para así apiadar a los fieles con el sufrimiento de Cristo. La cruz en la obra marca la diagonal descendente en la cual el artista organizó a los personajes; poniendo a la Virgen María en el punto más alto, a Jesús en el medio,
enfatizando su carácter de personaje principal y a los soldados romanos en la parte inferior. Por último, es relevante destacar la importancia iconográfica de que la escena esté situada en el desierto, ya que esto enfatiza su carácter puro y religioso. El desierto tiene un valor específico como lugar propicio a la revelación divina, además de ser un espacio que se remite al orden metafísico. En dicho lugar no se encuentra agua ni vegetación, los cuales están ligados al nacimiento, la fecundidad y la fertilidad física y por lo tanto la corrupción moral. En cambio la sequedad agobiante presenta el clima por excelencia de la espiritualidad y de la debilitación del cuerpo para la salvación del alma.
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La Crucifixión Por Paula Matta Celpa
Pietro Gagliardi (1809-1890) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Este cuadro alude a una de las escenas del Vía Crucis llamada La Crucifixión. (Mat. 27:3356; Marcos 15:22-41; Lucas 23:33-49; Juan 19:1737). Uno de los títulos tentativos que podría tener la representación de la Crucifixión de Pietro Gagliardi es “Jesús es Clavado en la Cruz”. La pintura se divide desde el centro, por la representación de la cruz, sobre la cual se establece la figura de Jesús clavado. Dicha idea del Hijo del Creador se argumenta debido a los ornamentos que ligeramente ostenta. En la zona
superior de la figura divina se aprecia la representación de una especie de nimbo, la cual posee directa relación con el orden superior, pues la corona eleva a dicho orden al hombre que la recibe, y a su vez lo conecta con lo celestial. La corona es símbolo sagrado y el hombre que la recibe posee un atributo del origen divino del poder. Otro de los ornamentos que exhibe mínimamente la imagen de Jesús, es la tela que oculta su desnudez durante su crucifixión. Dicho ornamento recibe el nombre de paño de la pureza o Perizonium. La representación de Cristo crucificado realizada por Pio Gagliardi muestra a Cristo antes de morir con los ojos abiertos prácticamente en éxtasis. Su imagen coronada representa la idea de Jesús como salvador triunfante.
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En la zona lateral derecha de la pintura, sobre el eje horizontal, se aprecian tres figuras agrupadas, las cuales se encuentran conjuntas a los pies de la cruz. Una de las figuras que se aprecian en dicho grupo es la representación de la Virgen María, quien tradicionalmente se ha presentado cubierta con un manto de velo azul, simbolizando al cielo y recordando la función de la Virgen como reina de la gloria divina. En este caso la Virgen María no posee el papel principal, pero si el papel de la Virgen doliente o Mater dolorosa, que se refiere a la imagen de la madre lamentándose a los pies de la cruz en la representación de la crucifixión. En el costado izquierdo de la Virgen se aprecia la representación de San Juan Evangelista, a quien Cristo, antes de morir, encargó el cuidado de la Virgen. La dupla compuesta por la Virgen y San Juan, es una escena muy frecuente
en la crucifixión, cuya intención originaria era expresar en términos visuales el pasaje del evangelio de San Juan (19:26-27). Más atrás, a espaldas de la Virgen, por sobre el eje horizontal de la zona lateral derecha, está la representación de Ana, su madre. Bajo ese eje, se observa una figura de la cual no es posible asegurar su sexo, ya que se encuentra de rodillas ante la imagen de Jesús crucificado, cubriendo su cuerpo con un manto y su rostro con la mano. En la zona lateral izquierda, sobre el eje horizontal, se aprecia un conjunto de cuatro figuras masculinas de las cuales se desconoce su procedencia. Dichas figuras se encuentran encauzadas, al parecer, en una lucha forzosa con la finalidad de acercarse a la imagen moribunda de Jesús. Tras la figura de la cruz, se pueden apreciar
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las representaciones de los soldados romanos que custodiaban y se burlan de la condición del que ellos consideraban el Rey de los Judíos. Abajo, a la izquierda, se observa una figura humana de género femenino. Dicha imagen representa a una mujer con una túnica sencilla arrodillada con los brazos alzados en dirección directa a Jesús clavado en la cruz. Aquella imagen sería la representación de María Magdalena, quien al igual que el resto de los personajes, estuvo presente en la escena undécima del Vía Crucis. En ambos costados de la cruz se aprecian dos circunferencias, las cuales se diferencian abismantemente del color del fondo. Dichas circunferencias representarían al sol y a la luna.
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Misterios del Rosario
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Misterios Gloriosos La resurrección de nuestro Señor Jesús La Ascensión La Venida del Espíritu Santo La Asunción de la virgen
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La Resurrección de nuestro Señor Jesús Por Daniela Opazo Montoya
Casimiro Brugnone de Rossi (1818-1876) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Se aprecia en este cuadro de formato vertical, la representación de la Resurrección de Jesús. Es concordante con la versión que propone Juan Ayala en su libro Pictor Christuseruditus de 1730, la que se realizó al alero de la Contrarreforma y donde se explicita que al pintar la Resurrección de Jesús se debe mostrar sobre su tumba o frente a ella un cuerpo inmaterial y resplandeciente. En el cuadro Jesús correspondería a la figura superior central, pues posee rasgos que comúnmente se asocian a este personaje bíblico, como lo son: el pelo largo y la barba, ambos castaños, rodeado
de un halo de luz; además está representado tal y como Ayala señala, salvo por el manto rosa, la tumba semiabierta y la presencia del ángel sobre ésta (figura al costado izquierdo central visto desde el espectador). Ayala dice que el manto debe ser rojo, no debe estar presente otra figura celestial y en cuanto a la tumba, ésta debe representarse cerrada. Siguiendo con la descripción de Cristo se puede visualizar sobre su cabeza una especie de nimbo o corona que lo posiciona como ente divino. En una de sus manos lleva una bandera blanca con una cruz roja que representa la victoria de Cristo sobre la muerte. En la otra tiene los tres primeros dedos de la mano levantados y los otros dos cerrados, señalando el número tres, posible
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simbología de las tres virtudes entregadas por Jesús al mundo: La Esperanza, La Caridad y La Fe. Con respecto al uso de un manto rosa (y no de color rojo como Ayala lo señala en su libro ya mencionado) podríamos suponer que se enmarca dentro de la idea que poseían los gnósticos, con respecto a la rosa como símbolo de la encarnación. La tumba abierta y la presencia del ángel sobre ella coinciden totalmente con la narración del evangelio de San Mateo, donde se indica que es un ángel quien baja del cielo y abre la tumba de Jesús. El ángel, que está sentado sobre la tumba semiabierta donde previamente estaba el cuerpo de Jesucristo, es muy similar a otro ángel hecho por De Rossi llamado “Ángel sobre la tumba” que se encuentra en la Galleria Dell’ Accademia Nazionale Di San Luca. Por lo que vemos, hay una clara similitud entre el ángel de la “Resurrección” y este ángel ubicado en Italia. Están sobre el mismo elemento, poseen la misma postura e incluso la misma vestimenta. Lo único que difiere son las tonalidades, pues en ésta pintura la vestimenta
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y las alas del ángel son dadas principalmente por tonos ocres y en la “Resurrección” los ropajes son más blancos y sus alas poseen tonos principalmente azules. Se desconoce si esta pintura es anterior o posterior a la “Resurrección”, pero fuera de esa información, por cierto relevante, ambos ángeles poseen una similitud incuestionable.
como De Rossi lo expresa en esta pintura. Además el hecho que se presente seres terrenales testigos del acontecimiento de la Resurrección también coincide con lo que propone Ayala, pues para él sería una injuria al ejército romano representar a los soldados dormidos y no haciendo guardia como era su misión en aquellos tiempos.
Con respecto a las cinco figuras restantes, se puede señalar que son soldados romanos de la época en la cual vivió Jesús, por la vestimenta que utilizan y además porque en los evangelios se señala la presencia de ellos como guardianes del Santo Sepulcro. El número exacto difiere respecto al Evangelio leído. En el Evangelio de San Mateo no se especifica la cantidad, pero si se señala que sintieron mucho miedo en presencia del ángel, tal
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La Ascensión
Por Pedro Moya editado por Paula Matta
Cav Roberto Bompiani (1821-1908) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
“La Ascensión” corresponde al nombre de uno de los cuadros encargados a Cav. Roberto Bompiani para la Iglesia Recoleta Dominica. El óleo creado en 1870 pretende mostrar el pasaje bíblico, de mismo nombre, escrito en el Evangelio de Lucas y en el Libro los Hechos. La pintura expuesta al interior de la Iglesia representa la última conversación de Jesús con sus discípulos, en un momento posterior a la resurrección, luego de la cual Jesús es elevado al cielo ante la mirada atónita de los espectadores que
se encontraban situados en el lugar, dichos individuos que observan la escena corresponderían a los discípulos, 11 en su totalidad, pues en aquel momento aún no se produciría la elección de Matías en reemplazo de Judas Iscariote. Mientras que Jesús, en el mismo momento en que se produce su elevación desaparece tras una especie de nube, sin volver a ser visto por el público presente, ante lo anterior aparecen desde el mismo cielo dos hombres, quienes ostentan ropajes en tonalidades blancas , y que se encuentran situados en los costados de Jesús , los cuales pronuncian: “¿Qué hacéis mirando el cielo? Este que os ha sido llevado, el mismo Jesús, vendrá aquí tal como lo habéis visto subir.”
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Cabe mencionar que la imagen de la Ascensión como tema religioso surge para realizar una referencia a la glorificación y alabanza que recibió Jesús tras su muerte. En la escena de Bompiani se puede apreciar una composición que representa la dualidad de espacios, es decir, el cielo como santidad y el suelo como lugar terrenal. Hacia el cielo se muestra a Jesús elevándose gracias a su propia virtud, diferenciación exacta entre la subida de Jesús y la de María al cielo en la Asunción. La acción que se desarrolla en el aire libre ha sido sustentada en el versículo 12 del Capítulo uno de los Hechos de los Apóstoles: “Entonces se volvieron a Jerusalén desde el monte llamado de
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los olivos.” Sin embargo, el monte del cual se habla en el versículo 12 no puede ser visualizado en la pintura de Bompiani, puesto a que en ella se genera un cierre y concentración de la escena central. La pintura de origen italiana se encuentra inmersa en la tradición oriental, y fue fuertemente venerada en la Edad Media y popularizada por el siglo XVI. El cuadro muestra la representación de Jesús, quien se exhibe cubierto por una especie de velo o túnica blanca y con sus brazos abiertos, demostrando la pureza de su imagen y dando la bienvenida a todos los espectadores que lo observan desde la tierra. Según la Biblia, Jesús volverá de la misma forma en que lo vieron
elevarse hacia el cielo, en busca de los correctos. La descripción anteriormente detallada correspondería a la primera tradición medieval de La Ascensión, distinta a la desarrollada por Teodoro de Galleo, para la portada de las misas más importantes del calendario litúrgico, en la cual se observa a Jesús cubierto por una túnica de color rojo, expresando su realeza, y bajo él, en la zona terrenal, sus discípulos junto a María, la cual está acompañada posiblemente por María Magdalena u otra santa. Esta última escena se constituye como puntapié inicial para la construcción de “La Ascensión” al interior de Latinoamérica, y se cree que dicha escena bíblica habría sido popularizada y fomentada en los talleres peruanos.
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La Venida del Espíritu Santo Por Camila Lineros Correa
Pietro Gagliardi (1809-1890) 1870 350 x 230 cm Óleo sobre tela
Esta pintura, correspondiente a los Misterios Gloriosos del Rosario, representa el acontecimiento bíblico del Pentecostés o La Venida del Espíritu Santo, en donde se habla de Cristo, de su Resurrección y su Ascensión. En esta escena podemos apreciar una figura central, quien corresponde a la Virgen, rodeada por los Apóstoles, quienes mostraban expresiones extasiadas, sorprendidas por los acaecimientos que estaban sucediendo. La paloma, símbolo de benevolencia, sencillez y paz, corresponde al Espíritu Santo, cuyos rayos le llegan a los Apóstoles. Sobre las cabezas de los presentes, en la imagen se ven lenguas de fuego, que serían una forma de representación del Espíritu Santo.
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Tal como señala Federico Revilla en su Diccionario de Iconografía, existe una similitud morfológica entre la representación de la lengua con las llamas, generando variadas aproximaciones simbólicas que principalmente buscar enfatizar el carácter de poder de ambos elementos. Tanto la Lengua como las llamas tienen el poder de crear o destruir, de dar vida o muerte. La lengua es el órgano de la palabra y de ella depende la capacidad de purificar o mancillar. Este elemento también se encuentra presente en la literatura, en donde se le atribuyen rasgos morales negativos o positivos. Ambos símbolos, lengua y llamas, parecen coincidir en el relato del Pentecostés (Hech 2: 1-4) atribuyéndosele a estos el carácter de poder espiritual, ya que en el relato bíblico son las lenguas de fuego las que representarían a la tercera trinidad, el Espíritu Santo. Se describe en el hecho bíblico que, cuando llegó la fiesta de Pentecostés, todos aquellos que creían en el Señor se encontraban reunidos en un mismo lugar. En algún momento, un gran ruido proveniente del cielo irrumpió, como un viento fuerte, en el lugar donde se encontraban reunidos. Entonces se posan sobre cada uno de ellos pequeñas lenguas de fuego, siendo éstas el Espíritu Santo, y según la voluntad del espíritu comenzaron a hablar en lenguas; hecho llamado Milagro de Pentecostés. Se puede apreciar claramente la figura central de la virgen mirando la paloma que representa al Espíritu Santo hacia los cielos, la cual se encuentra posada sobre su cabeza. Los apóstoles, alrededor de la virgen, miran asombrados la escena que presencian. La escena del Pentecostés es la confirmación de la palabra de Jesús, quien dice: “Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” (Hechos 1:5).
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La Asunción de la Virgen
Por Thiare León Álvarez
Francesco Coghetti (1802-1875) Segunda mitad S. XIX 350 x 230 cm Óleo sobre tela
En la pintura se ve representada la Asunción de la Virgen, la cual era una representación común en el arte de la Contrarreforma. Se muestra a la Virgen María después de su muerte, elevándose con los brazos abiertos en éxtasis, con mirada a los cielos, siendo llevada por dos ángeles, probablemente Miguel y Gabriel, y dos querubines. Abajo están los Apóstoles, algunos mirando a la Virgen y otros llorando. Se logra reconocer la representación del Apóstol Tomás, el llamado incrédulo, y el sacro
cintola. Tomás fue quien vio cuando los ángeles elevaban el cuerpo de María al cielo y pidió una señal divina, por lo que se le fue entregado el cinturón de la Virgen. Tomás fue el encargado de mostrarle a los demás Apóstoles la elevación de María. En la obra, éste correspondería a la figura ubicada en la parte inferior del cuadro, la tercera de derecha a izquierda; tiene un paño blanco y cerca de él se encuentran dos libros, objetos que suelenacompañar las representaciones de Tomás. El tema de la Asunción de la Virgen acompañado por el sacro cinturón ocintola, es frecuente en el arte italiano, particularmente en Florencia. El tema no forma parte del Vía Crucis, sino más bien es una representación de historias que circulan alrededor de la vida de Cristo. Además,
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esta escena no aparece en el Evangelio, fue en 1950 cuando el Papa Pío XII proclamó este tema como un dogma pero es la única del conjunto de los misterios del Rosario que no tiene lugar en la Biblia. De igual forma ha existido desde el siglo VI, cuyas usuales representaciones se ven constituidas de manera similar a la obra que nos convoca, por la Virgen elevándose en actitud orante sobre la tumba abierta, alrededor de la cual están reunidos los Apóstoles. Usualmente en la tumba se ve un macetero con lirios y rosas blancas como no lo vemos en la representación de Coghetti.
Francis Coghetti, Asunción , Iglesia Parroquial de Santa María de la Asunción, Calcinate, Bergamo, Italia
Con frecuencia en el recorrido de la historia cristiana de la temática de la Asunción de la Virgen, se produce la confusión entre Ascensión y Asunción. Vemos representaciones de la Virgen, con los brazos extendidos, elevándose sin que la lleven ángeles sino que bajo su propia capacidad correspondiendo a una representación de la Ascensión; mientras que la tradición sostiene que la Virgen es elevada y no por capacidad propia. La obrade Coghetti de la Iglesia Recoleta Dominica corresponde a una Asunción ya que aunque la Virgen se eleva con los brazosy no con las manos rezando, es claramente elevada por los ángeles y acompañada por dos querubines. Está obra junto a La Anunciación, son las únicas de toda la colección de Misterios del Rosario de la Iglesia de la Recoleta Dominica que no tienen visible la firma del autor o marca alguna.
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Autores Enrico Bartolomei: Foligno 1815-Roma 1901. Estudia en Roma con Giangiacomo y luego con Tomasso Minardi en la Academia de San Luca. Su estilo purista no le impidió acercarse al clasicismo de Francesco Coghetti. Realizó obras con temas religiosos y pastorales. Prof. Cav. Roberto Bompiani: Roma 1821-1908. Estudió en la Academia de San Luca. En el 1841 y 1846 presenta a la Exposición en la Plaza del Popolo sus obras de temas religiosos y literarios relacionados con el purismo de Minardi. En el año 1862 participó en la decoración del patio de la Basílica de San Pablo. En 1896 fue elegido “Príncipe” de la Academia de San Luca. Prof. Cav. Francesco Coghetti: Bergamo 1804-Roma 1875. Fue alumno de Diotti di Casalmaggiore, de quien aprende la coloración clara y brillante de Lombardía y Véneto. En 1821 se traslada a Roma y aprende de Camuccini el lenguaje neoclásico y la composición. En 1840 hace una conversión hacia el purismo, el cual interpretó desde el lenguaje neoclásico de Camuccini y vivificó con el neoveneto de su formación inicial. Fue durante varios años Presidente de la Academia de San Luca.
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Prof. Cav. Pietro Gagliardi: Roma 1809- Frascati 1890. Estudió pintura en la Academia de San Luca. Obtuvo el patronaje de la nobleza romana y se vio involucrado en importantes obras de decoración. Se especializó en temas religiosos en sintonía con la política cultural de Pio IX. Prof. Cav. Francesco Grandi: Roma 1831-1891. Fue alumno de la Academia de San Luca y del pintor Venutti, de quien obtuvo un profundo conocimiento de la pintura barroca romana. Se unió a las filas de artistas de Pío IX, y se caracterizó por hacer uso de elementos del clasicismo romano del siglo XVII en el lenguaje académico purista. En el Gabinete Nacional de Dibujos y Grabados se guarda un álbum de sus caricaturas, lo que prueba su versatilidad. Guido Guidi: Roma 1835-1918. Fue alumno de Minardi. En 1867 pintó el techo abovedado del Palacio de la Cancillería, con la alegoría de la Iglesia triunfante en el trono y con el dragón de tres cabezas del infierno a sus pies. También realizó dos pinturas que le fueron encargadas por el Papa Pio IX, las cuales son ejemplos significativos del purismo maduro.
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Cesare Mariani: Roma 1826-1901. Pintor del género histórico, fue alumno de Minardi en La Accademia de San Luca. Decoró varias iglesias y edificios civiles en Roma, entre las cuales están la Iglesia de Santa María en Monticelli (1850), Santa Lucia de la bandera (1863-1867), San Lorenzo extramuros (1868-1870), entre otros. Fue comendador de la Orden de la Corona de Italia y parte del mayor comité de la Administración de Bellas Artes. Alessandro Mencacci: No se ha encontrado información sobre él, sin embargo, al tener en cuenta que la obra realizada por Mencacci es una copia de La Anunciación de Guido Reni (Bolonia 1575 -1642), resulta interesante aportar algunos datos sobre el autor; es pintor y grabador italiano. Fue discípulo del artista flamenco Dionisio Fiamingo Calvaert y también trabó contacto con la Academia de Carracci. En su pintura es posible observar influencias de la antigüedad clásica y de Rafael. Vicenzo Podesti: Ancona 1812-1897. Es hermano de otro pintor llamado Francisco Podesti, aunque sus estudios fueron realizados en Roma, trabajó mayoritariamente para variados edificios e iglesias en Ancona.
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Casimiro de Rossi: Ivrea 1818-Roma 1876. Estudió en la Academia de San Luca con el pintor Minardi. Con un estilo académico purista, su trabajo lo realizó principalmente en Roma para las comisiones religiosas. Expone en 1862 en Londres, y en 1870 en la sociedad de Conocedores y Aficionados del carnaval Florencia, la cual es amparada por Lorenzo de Medici. Giuseppe Sereni: Spoleto 1823-después de 1888. Comenzó sus estudios en Spoleto pero desde 1845 realizó sus estudios con Minardi. Participó en diversas comisiones religiosas como el fresco en la Basílica de San Paolo. La última obra que se le conoce es Cristo aparece a Santa Margarita María Alacoque en 1888 en el Convento de la trinidad, Viterbo.
Vínculos y asociaciones Teniendo en consideración la información biográfica de los artistas, sumado a algunas referencias bibliográficas, es posible determinar en ellos una fuente común, un momento de unión que hace coherente la decoración pictórica de la Iglesia y una comprensión del contexto en que fue encargada. La gran mayoría de los pintores pertenecieron a la Academia Nacional de San Luca y siendo de generaciones similares, los estudiantes fueron alumnos del maestro Tomasso Minardi. La Academia Nacional de San Luca tiene una estrecha relación con los eclesiásticos, trabajando juntos en variados proyectos, y de hecho se atestigua una relación particular entre Pío IX y Tomasso Mirandi, pues Minardi, en su estilo purista, complace el gusto artístico del Papa. Es por esta razón que todos los artistas pueden considerarse del completo agrado de Pío IX, ya que ellos fueron trabajadores activos en las empresas de la Iglesia y por tanto imprimían cierto estilo muy estimado por el Sumo Pontífice. Según Giovanna Capitelli, “las obras (…) representaban un compendio de la cultura académica romana del tercer cuarto de siglo: purista, neo-rafaelesca y neo-seiscientista pero con injertos de apertura hacía la cultura francesa contemporánea de tipo neopompeyano, atenta también a las urgencias del natural. Se trataba pues de una galería móvil de los “pintores del Pío IX””. En este sentido, la gran mayoría de las obras que decoran la actual Iglesia Recoleta Domínica, son producciones contemporáneas a la realización del emplazamiento y de relevante procedencia artística.
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Biografía de Juan María Mastai Ferretti (Pio IX)
© Retrato de Pío IX. Colección Museo Histórico Dominico N° inv. 97.0576
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La figura de Pío Nono o Pío IX tiene una gran importancia en la creación de los catorce cuadros de la Iglesia Recoleta Dominica. Como se mencionó anteriormente, influyó tanto en la construcción de la Iglesia como en la creación de los cuadros, recordemos la frase “se trataba pues de una galería móvil de los “pintores del Pío IX”1. Nació un día 13 de mayo de 1792 en Senigallia, en la región de Marcas, Italia. Su padre fue el conde Jerónimo Mastai Ferretti y su madre Caterina Solazzi. Según ciertos datos genealógicos se logra vislumbrar que estaba vinculado a una cuna noble, donde no faltaban miembros insignes dentro de su familia. A los diecinueve años poseía ambiciones de seguir una carrera militar, idea que se vio truncada por sufrir de epilepsia, por lo que decide concentrar su vida solamente en Dios recluyéndose a estudiar Teología durante tres años. En 1823 es nombrado canónigo supernumerario en la iglesia de Santa María2 y ese mismo año es enviado junto a una comitiva conformada por el vicario apostólico Juan Muzi y el sacerdote José Sallustia a Sudamérica. La comitiva llega a Chile con intenciones de mejorar las relaciones de la Iglesia Católica con el gobierno de Chile, recientemente independiente. Llegan durante el gobierno de Ramón Freire, que no veía con muy buenos ojos la llegada de esta comitiva. Aunque se les recibe con gran pomposidad, se desarrolla un clima de relaciones tensas por lo que la misión de estrechar lazos con el nuevo continente fracasa. La comitiva se ve obligada a aban-
donar Chile, el 30 de Octubre de 1824. A pesar del fracaso de la comitiva, Juan María Mastai Ferretti mantuvo cariñosas relaciones con Chile. Poco antes de ser nombrado Sumo Pontifice mandó una bendición para los chilenos que decía: “Beatichilensisquimanducantcharquicanem”3 (benditos los chilenos que comen charquicán). La reconocida frase es una muestra de las relaciones entabladas que potenciarán la creación de la actual Iglesia Recoleta Dominica, como también es el argumento para comprender la gran aparición del nombre de “Pío Nono” en las calles de Santiago. En 1846, 22 años después de su venida a Chile, fue nombrado Papa IX o Nono. Quien fue uno de los Papas que mayor tiempo ejerció su labor: su pontificado duró 31 años y medio. Reconocido como un Papa reformador y patriótico, durante su mandato se realizaron múltiples cambios dentro de la iglesia. Fue beatificado el 30 de Septiembre del 2000, bajo el mandato del Papa Juan Pablo II.
CAPITELLI, Giovanna. Los “pintores de Pio IX” en Santiago de Chile: Los misterios del Rosario para para la Iglesia de la Recoleta Dominica. 1870, P. 10 2 Revolución en Roma: Historia del poder Temporal de Pio IX, por el excelentísimo señor Conde De Fabraquer. P. 29, año 1849, Madrid. 3 CALM, Lillian. “El Chile de Pio IX: 1824”. Editorial Andrés Bello, 1987, Santiago, P.3. 1
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Cronología
1552 1558 1562 1725 1747 1750 1753 1781
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Fundación del primer Convento Dominicano por Fr. Gil Gonzáles de San Nicolás. Fundación de imperial, Valdivia y Villarica por Alderete. Rodrigo de Quiroga e Inés de Suárez donan terrenos en Huechuraba. Se crea el cuerpo de Dragones de la Reina. Gobierna Amat y Juniet. Crece el Convento con una nueva donación. Siendo Vicario general el Padre López de la Fuente. Fundación de San Juan por Juan Jofré. Gobierna Francisco de Villagra. El Padre Provincial José Carvajal compra con su barenola la Hacienda de Paldehue para fundar el Convento de la Recoleta Dominica. Navíos de Registro traían mercaderías más baratas para disminuir el contrabando, gobierno Cano y Aponte. Cristóbal Salcedo es contratado para comenzar la construcción del primer Claustro. Inauguración de la Universidad de San Felipe. Fr. Manuel Acuña viaja a España para conseguir permiso de Fernando VI para fundar la Casa de Observancia en Recoleta. Comenzaba a funcionar la Casa de Moneda, Gobierna Ortiz de Rosas. El Padre Acuña, obtiene la Cédula Real y acuerda con el General de la Orden, Fr. Antonio Bremond, algunas leyes para la comunidad. Fundación de Casablanca y Petorca. Muerte del Padre Acuña. La Recoleta es financiada a sí misma. Conspiración de Los Tres Antonios. Gobiernan Álvarez de Acevedo y Benavides.
1852 1853 1854 1860 1866 1870 1873 1876 1882
El Arzobispo Rafael Valentín Valdivieso coloca la primera piedra de la iglesia. Fundación del primer observatorio astronómico, abolición de los mayorazgos. Se inicia la construcción del ferrocarril a Valparaíso. Se comienza el trabajo de las minas de carbón de Lota (Matías Cousiño) Eusebio Chelli llega a Chile. Se adopta el sistema de estampillas de correos. Se inaugura el telégrafo entre Santiago y Valparaíso. El Padre Aracena continúa los trabajos de la nueva Iglesia. Fundación de la Escuela Normal de Preceptores (Monjas del Sagrado Corazón). Gobierna Montt. El Padre Arellano continúa la obra. Ley de Instrucción Primaria Gratuita. Segundo período del Padre Aracena. Tuvo dificultades económicas. Combate de Abtae, bombardeo de Valparaíso. Se descubre salitre en Antofagasta. Traslado de la Universidad a su actual edificio. Gobierna J. J. Pérez. Es prior Padre Pedro N. Ramírez. Incendio del Teatro Municipal construido por el arquitecto francés Francisco Bruneti Debaines en 1849. Siendo prior el Padre Antonio Maché, se paraliza la obra por dificultades económicas. Decreto de Barceló sobre enseñanza religiosa. Ruptura de la fusión Liberal – Conservadora. Tratado secreto entre Perú y Bolivia. Período del Padre Vicente Villalobos. Se inaugura el edificio del Congreso Nacional. Gobierna Pinto. Segundo período del Padre Pedro N. Ramírez, quién inaugura la Iglesia. Misión del Frate: A la muerte del Arzobispo Valdivieso, el Gobierno de Pinto propuso a la Santa Sede, nombrar en su reemplazo al canónico Taforó; el clero lo rechazó. Como el Gobierno insistiese ante el Papa León XIII, la Santa Sede envió como delegado apostólico a Monseñor Celestino del Frate, quién posteriormente llegó a ser el Papa Pío IX. En Santiago habitó una celda del Convento Antiguo de la Recoleta, la cual se conserva como reliquia.
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Glosario Glosario Arquitectónico. • Ábside: Es una construcción que cierra el presbiterio, en hemiciclo, o con un muro poligonal. Los griegos y romanos llamaron así las construcciones que, en forma de rotonda, sobresalían del cuerpo de los edificios. • Arco: Parte de una construcción que apoyándose en dos columnas, pilastras o muros, describe una curva dejando debajo de él un vano. El arco da origen a la bóveda. Caracteriza la arquitectura romana. • Atrio: Espacio descubierto y generalmente formado con pórticos situado a la entrada de algunos edificios. Andén que hay delante de algunos templos y palacios por lo común más altos que el piso de la calle. • Basa: Parte inferior de la columna, de la pilastra de los haces de columnas del arte gótico y también la base o pie de las estatuas. Sus múltiples formas, dependen de los estilos a que corresponden. • Fuste: Parte de la columna, tallo de forma cilíndrica o prisomática colocado entre la basa y el espiral. Los fustes están lisos o decorados con estrías; otros están adornados con imbricaciones, hojas en espiral, etc.
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Glosario Religioso. • Alas: Los mensajeros griegos y romanos de los dioses, Victoria, Mercurio e Iris, eran personajes alados, descendientes de las antiquísimas figuras aladas preclásicas. De la solemne Victoria Romana procede la imagen del ángel, el mensajero cristiano de Dios, que hace su aparición en los mosaicos del siglo VI. También aparecen representados con alas Gabriel, Miguel y Rafael junto con otras categorías, o coros, de ángeles. • Ángel: En las antiguas religiones orientales existía el mensajero de los dioses, el agente de la voluntad divina y de su ejecución en la tierra. En el panteón grecorromano Mercurio era el mensajero de Júpiter. Las descripciones de la literatura profética y apocalíptica sobre la apariencia de los ángeles constituyeron una influencia formativa en el arte medieval. • Anunciación: El anuncio hecho por el ángel Gabriel a la Virgen María: “Concebirás y darás a luz a un hijo, y le pondrás por nombre Jesús” (Lucas 1: 26 – 38). Se supone que la Encarnación de Cristo tuvo lugar precisamente en este momento. La fiesta de la Anunciación se celebra el 25 de marzo, nueve meses justo antes de la Navidad. • Ascensión: Término utilizado para asignar la última “aparición” de Cristo a los apóstoles
después de su Resurrección, en el momento en que fue elevado al cielo en una nube. Pero no fue la ascensión de Cristo la única que se realizó en forma visible. La virgen es representado por los artistas siendo elevada al cielo (véase ASUNCIÓN). • Asunción: Término utilizado para denotar la subida al cielo de la Virgen María en cuerpo y en alma tres días después de su muerte. Su etimología (lat. adsumere, llevar hacia arriba) implica que fue llevada al cielo – es decir, por los ángeles – a diferencia de Cristo, que ascendió, es decir, subió por sus propios medios. • Crucifixión: La muerte de Cristo en la cruz es la imagen central del arte cristiano y el foco visual de la contemplación cristiana. El carácter ha variado de una etapa a otra, reflejando el clima predominante del pensamiento y del sentimiento religiosos; expresando la doctrina por medio de símbolos y alegorías. • Nimbo o halo: En el arte religioso, zona de luz colocada alrededor de la cabeza de una persona divina o santa. El halo debió aparecer en el arte cristiano aproximadamente en el siglo V. • Paloma: Símbolo cristiano del Espíritu Santo, inspirado en las palabras de Juan Bautista: “He visto al Espíritu Santo bajar del cielo como una paloma y posarse sobre él” (Juan 1: 32). En este sentido aparece en representaciones de la anunciación, bautismo de Cristo y de Pablo, apóstol, venida del espíritu santo y trinidad.
• Pasión: Sufrimiento y muerte de Cristo en la cruz. En el arte, este término incluye los acontecimientos que se desarrollan hasta el momento de la crucifixión, y los que la siguen. No sólo aparecen en forma de temas individuales, sino también como ciclos de escenas consecutivas. • Pentecostés: (Venida del Espíritu Santo) (Hechos 2: 1 – 4). Los apóstoles regresaron ante Jerusalén después de presenciar la Ascensión de Cristo. Diez días después, el día de la fiesta judía de Pentecostés, estando reunidos en una habitación, “de repente un ruido del cielo, como de viento recio, resonó en toda la casa donde se encontraban, y vieron aparecer unas lenguas como de fuego que se repartían posándose encima de cada uno. Se llenaron todos del Espíritu Santo y empezaron a hablar en diferentes lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse”. • Pilar: Entre los griegos y romanos, la estatua de un dios, sobre todo de Júpiter aparecía en lo alto de un pilar de gran altura, para dar un entender que vivía en los cielos. Un sendero en espiral podría ascender por ella hasta el cielo. El pilar también fue símbolo religioso de constancia y fuerza espiritual (Apocalipsis 3: 12) y por eso se convirtió en atributo de las figuras alegóricas de la fortaleza y la constancia. • Predicador: (ante una asamblea de oyentes). Cristo, a la multitud, sermón de la montaña; Juan Bautista en situación semejante, en el desierto. Obispos en una iglesia.
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Bibliografía
Misterios del Rosario:
Iglesia Recoleta Dominica y los Misterios del Rosario:
• BECKER, Udo. Enciclopedia de los símbolos. Editorial Robin Book, Barcelona, 1996.
• CAPITELLI, Giovanna. Los pintores de Pio IX en Santiago de Chile: Los misterios del Rosario para para la Iglesia de la Recoleta Dominica. 1870
• CIRLOT, Juan Carlos. Diccionario de símbolos, Ediciones Siruela, Madrid, 2010.
• CORTÉZ, Gloria. Del Valle, Francisca. La serie El Santoral Dominico. Universidad Internacional SEK, 1999. • DÍAZ, Isidora. Iglesia y convento de la Recoleta Dominica. Seminario de Historia del arte. Santiago, Chile. 1959 • GHIGLIAZZA, Raimundo. Historia de la provincia dominicana de Chile. Primera parte, Concepción, Chile. 1898 • RAMÍREZ, Ramón. Los dominicos en Chile y la primera Universidad. Veritas. • Sistema de Registro de las Colecciones Patrimoniales de los Museos de la Dibam [en línea] [Ultima fecha de consulta: 29 de abril de 2014] En: <www.surdoc.cl>.
• HALL, James. Diccionario de temas y símbolos artísticos. Editorial Alianza, 2003. • MARTÍN, Kathleen (ed.) El Libro de los Símbolos: reflexiones sobre las imágenes arquetípicas. Taschen, Madrid, 2010. • REAU, Louis. Iconografía del Arte Cristiano. Editorial El Serbal, 2000. • REVILLA, Federico. Diccionario de Iconografía y simbología. Editorial Cátedra, 2012. • RIPA, Cesare (1996). Iconología I. Ed. Akal. Sección Fe Católica ,Madrid, España • ROIG, Juan Fernando. Cap. Iconografía particular de los santos. Iconografía de los Santos. Ediciones Omega, S.A. Barcelona. 1950. • SCHENONE, Héctor. Iconografía del arte colonial “Los santos” y “Jesucristo”, Volumen 1-2. Fundación Tarea, Texas, 1998.
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Autores: • BENEZIT, E. Dictionnaire des peintres sculpteurs dessinateurs et graveurs, LOY-OKA. Ediciones Gründ, París. • CAPITELLI, Giovanna. Los pintores de Pio IX en Santiago de Chile: Los misterios del Rosario para para la Iglesia de la Recoleta Dominica. 1870 • ISTITUTO MATTEUCCI, Studio e Catalogazionedell’Arte Italiana del XIX secolo [en línea] [Última fecha de consulta: 29 de abril de 2014] <www.istitutomatteucci.it>.
Biografía del Papa Pío IX • Asamblea Católica en Honor al Sumo Pontífice, celebrada en Santiago de Chile, el 6 de enero de 1871. Santiago imprenta de la Librería del Mercurio de Orestes L. Tornero. • CALM, Lillian. El Chile de Pio IX: 1824. Editorial Andrés Bello, 1987, Santiago. • CAPITELLI, Giovanna. Los pintores de Pio IX en Santiago de Chile: Los misterios del Rosario para para la Iglesia de la Recoleta Dominica. 1870.
Cronología
(El texto corresponde a una referencia directa de la fuente)
• DÍAZ, Isidora. Iglesia y convento de la Recoleta Dominica. Seminario de Historia del arte. Santiago, Chile. 1959
Glosario:
(El texto corresponde a una referencia directa de la fuente)
• ADELINE, Jules; MÉLIDA, José. Diccionario de Términos Técnicos en Bellas Artes (Arquitectura, escultura, pintura, etc.), Ediciones Fuente Cultural, México, 1943. • MÉLIDA, José Ramón, Diccionario de Términos Técnicos en Bellas Artes (Arquitectura, escultura, pintura, etc.), Ediciones Fuente Cultural, México, 1943. • LAPULIDE, J. Diccionario Gráfico de Arte y Oficios Artísticos, Escuelas Pias 20, Madrid, Paraná 480, Buenos Aires, 1945.
Material Adjunto: • La Biblia, Versión Reina Valera 1960 [en línea] [Fecha de consulta: 18 de Abril de 1014] Disponible en: <http://www.amen-amen.net/ RV1960/> .
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Material Adjunto
Versículos Biblicos:
Misterios Gozosos Anunciación: (Lucas 1:26-38)
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“Al sexto mes el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón que se llamaba José, de la casa de David; y el nombre de la virgen era María.Y entrando el ángel en donde ella estaba, dijo: ¡Salve, muy favorecida! El Señor es contigo; bendita tú entre las mujeres. Mas ella, cuando le vio, se turbó por sus palabras, y pensaba qué salutación sería esta. Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios. Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre; y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.Entonces María dijo al ángel: ¿Cómo será esto? pues no conozco varón. Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios. Y he aquí tu parienta Elisabet, ella también ha concebido hijo en su vejez; y este es el sexto mes para ella, la que llamaban estéril; porque nada hay imposible para Dios.Entonces María dijo: He aquí la sierva del Señor; hágase conmigo conforme a tu palabra. Y el ángel se fue de su presencia.”
”
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La Visitación de Santa Isabel: (Lucas 1: 39-56)
“
“En aquellos días, levantándose María, fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá; y entró en casa de Zacarías, y saludó a Elisabet. Y aconteció que cuando oyó Elisabet la salutación de María, la criatura saltó en su vientre; y Elisabet fue llena del Espíritu Santo, y exclamó a gran voz, y dijo: Bendita tú entre las mujeres, y bendito el fruto de tu vientre. ¿Por qué se me concede esto a mí, que la madre de mi Señor venga a mí? Porque tan pronto como llegó la voz de tu salutación a mis oídos, la criatura saltó de alegría en mi vientre. Y bienaventurada la que creyó, porque se cumplirá lo que le fue dicho de parte del Señor. Entonces María dijo: Engrandece mi alma al Señor; Y mi espíritu se regocija en Dios mi Salvador.Porque ha mirado la bajeza de su sierva; Pues he aquí, desde ahora me dirán bienaventurada todas las generaciones. Porque me ha hecho grandes cosas el Poderoso; Santo es su nombre, Y su misericordia es de generación en generación A los que le temen. Hizo proezas con su brazo; Esparció a los soberbios en el pensamiento de sus corazones. Quitó de los tronos a los poderosos, Y exaltó a los humildes. A los hambrientos colmó de bienes, Y a los ricos envió vacíos. Socorrió a Israel su siervo, Acordándose de la misericordia. De la cual habló a nuestros padres, Para con Abraham y su descendencia para siempre. Y se quedó María con ella como tres meses; después se volvió a su casa.”
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La natividad de Cristo: (Lucas 2:1-20)
“
“Aconteció en aquellos días, que se promulgó un edicto de parte de Augusto César, que todo el mundo fuese empadronado. Este primer censo se hizo siendo Cirenio gobernador de Siria. E iban todos para ser empadronados, cada uno a su ciudad. Y José subió de Galilea, de la ciudad de Nazaret, a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, por cuanto era de la casa y familia de David; para ser empadronado con María su mujer, desposada con él, la cual estaba encinta. Y aconteció que estando ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento. Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón. Había pastores en la misma región, que velaban y guardaban las vigilias de la noche sobre su rebaño. Y he aquí, se les presentó un ángel del Señor, y la gloria del Señor los rodeó de resplandor; y tuvieron gran temor. Pero el ángel les dijo: No temáis; porque he aquí os doy nuevas de gran gozo, que será para todo el pueblo: que os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es CRISTO el Señor. Esto os servirá de señal: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre. Y repentinamente apareció con el ángel una multitud de las huestes celestiales, que alababan a Dios, y decían: ¡Gloriaa Dios en las alturas, Y en la tierra paz, buena voluntad para con los hombres! Sucedió que cuando los ángeles su fueron de ellos al cielo, los pastores se dijeron unos a otros: Pasemos, pues, hasta Belén, y veamos esto que ha sucedido, y que el Señor nos ha manifestado. Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían.Pero María guardaba todas estas cosas, meditándolas en su corazón. Y volvieron los pastores glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho.”
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”
Presentación de Jesús en el templo: (Lucas 2: 21-38)
“
“Cumplidos los ocho días para circuncidar al niño, le pusieron por nombre JESÚS, el cual le había sido puesto por el ángel antes que fuese concebido. Y cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, conforme a la ley de Moisés, le trajeron a Jerusalén para presentarle al Señor (como está escrito en la ley del Señor: Todo varón que abriere la matriz será llamado santo al Señor),y para ofrecer conforme a lo que se dice en la ley del Señor: Un par de tórtolas, o dos palominos. Y he aquí había en Jerusalén un hombre llamado Simeón, y este hombre, justo y piadoso, esperaba la consolación de Israel; y el Espíritu Santo estaba sobre él. Y le había sido revelado por el Espíritu Santo, que no vería la muerte antes que viese al Ungido del Señor.Y movido por el Espíritu, vino al templo. Y cuando los padres del niño Jesús lo trajeron al templo, para hacer por él conforme al rito de la ley, él le tomó en sus brazos, y bendijo a Dios, diciendo: Ahora, Señor, despides a tu siervo en paz, Conforme a tu palabra; Porque han visto mis ojos tu salvación, La cual has preparado en presencia de todos los pueblos; Luz para revelación a los gentiles,Y gloria de tu pueblo Israel.Y José y su madre estaban maravillados de todo lo que se decía de él. Y los bendijo Simeón, y dijo a su madre María: He aquí, éste está puesto para caída y para levantamiento de muchos en Israel, y para señal que será contradicha (y una espada traspasará tu misma alma), para que sean revelados los pensamientos de muchos corazones. Estaba también allí Ana, profetisa, hija de Fanuel, de la tribu de Aser, de edad muy avanzada, pues había vivido con su marido siete años desde su virginidad, y era viuda hacía ochenta y cuatro años; y no se apartaba del templo, sirviendo de noche y de día con ayunos y oraciones. Esta, presentándose en la misma hora, daba gracias a Dios, y hablaba del niño a todos los que esperaban la redención en Jerusalén.”
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Jesús entre los doctores: (Lucas 2: 41-52)
“
“Iban sus padres todos los años a Jerusalén en la fiesta de la pascua;y cuando tuvo doce años, subieron a Jerusalén conforme a la costumbre de la fiesta. Al regresar ellos, acabada la fiesta, se quedó el niño Jesús en Jerusalén, sin que lo supiesen José y su madre. Y pensando que estaba entre la compañía, anduvieron camino de un día; y le buscaban entre los parientes y los conocidos; pero como no le hallaron, volvieron a Jerusalén buscándole. Y aconteció que tres días después le hallaron en el templo, sentado en medio de los doctores de la ley, oyéndoles y preguntándoles. Y todos los que le oían, se maravillaban de su inteligencia y de sus respuestas. Cuando le vieron, se sorprendieron; y le dijo su madre: Hijo, ¿por qué nos has hecho así? He aquí, tu padre y yo te hemos buscado con angustia. Entonces él les dijo: ¿Por qué me buscabais? ¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar? Mas ellos no entendieron las palabras que les habló. Y descendió con ellos, y volvió a Nazaret, y estaba sujeto a ellos. Y su madre guardaba todas estas cosas en su corazón. Y Jesús crecía en sabiduría y en estatura, y en gracia para con Dios y los hombres.”
”
Misterios Dolorosos Oración en el huerto: (Lucas 22: 39-46)
“
“Y saliendo, se fue, como solía, al monte de los Olivos; y sus discípulos también le siguieron. Cuando llegó a aquel lugar, les dijo: Orad que no entréis en tentación. Y él se apartó de ellos a distancia como de un tiro de piedra; y puesto de rodillas oró, diciendo: Padre, si quieres, pasa de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya.Y se le apareció un ángel del cielo para fortalecerle. Y estando en agonía, oraba más intensamente; y era su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra. Cuando se levantó de la oración, y vino a sus discípulos, los halló durmiendo a causa de la tristeza; y les dijo: ¿Por qué dormís? Levantaos, y orad para que no entréis en tentación.”
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”
Vía Crucis: constituido por La flagelación, Coronación de espinas, Camino al calvario y La crucifixión. (Mateo 26:15-44)
“
“[La Flagelación] Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen. Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás. Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo? Porque sabía que por envidia le habían entregado. Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él. Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto. Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás. Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado! Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado! Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros. Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos. Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado. [Coronación de espinas] Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: ¡Salve, Rey de los judíos! Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. [Camino al calvario] Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle.Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz. Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera, le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. [La Crucifixión] Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. Y sentados le guardaban allí. Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él”
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Misterios Gloriosos La resurrección de Nuestro Señor Jesús Cristo: (Mateo 28: 1-10)
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“Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el sepulcro. Y hubo un gran terremoto; porque un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando, removió la piedra, y se sentó sobre ella. Su aspecto era como un relámpago, y su vestido blanco como la nieve. Y de miedo de él los guardas temblaron y se quedaron como muertos. Mas el ángel, respondiendo, dijo a las mujeres: No temáis vosotras; porque yo sé que buscáis a Jesús, el que fue crucificado. No está aquí, pues ha resucitado, como dijo. Venid, ved el lugar donde fue puesto el Señor. E id pronto y decid a sus discípulos que ha resucitado de los muertos, y he aquí va delante de vosotros a Galilea; allí le veréis. He aquí, os lo he dicho. Entonces ellas, saliendo del sepulcro con temor y gran gozo, fueron corriendo a dar las nuevas a sus discípulos. Y mientras iban a dar las nuevas a los discípulos, he aquí, Jesús les salió al encuentro, diciendo: ¡Salve! Y ellas, acercándose, abrazaron sus pies, y le adoraron. Entonces Jesús les dijo: No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y allí me verán.”
La Ascensión: (Hechos 1: 6-11)
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“En el primer tratado, oh Teófilo, hablé acerca de todas las cosas que Jesús comenzó a hacer y a enseñar, hasta el día en que fue recibido arriba, después de haber dado mandamientos por el Espíritu Santo a los apóstoles que había escogido; a quienes también, después de haber padecido, se presentó vivo con muchas pruebas indubitables, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca del reino de Dios. Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo: No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Y habiendo dicho estas cosas, viéndolo ellos, fue alzado, y le recibió una nube que le ocultó de sus ojos. Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo.”
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La venida del Espíritu Santo: (Hechos 2: 1-13)
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“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos unánimes juntos. Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen. Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido? Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea, en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes, tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en nuestras lenguas las maravillas de Dios. Y estaban todos atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto.”
La Asunción de la Virgen:
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Esta escena no aparece en el Evangelio, fue en 1950 cuando el Papa Pío XII proclamó este tema como un dogma, pero es la única del conjunto de los Misterios del Rosario que no tiene lugar en la Biblia.
©La Biblia, Versión Reina Valera 1960 [en línea] Disponible en: <http://www.amen-amen.net/RV1960/>
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Ubicaci贸n Iglesia Recoleta Dominica
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Créditos Proyecto Curso de Catálogo y Documentación, segundo semestre 2013. Profesora Lina Nagel. Carrera Teoría e Historia del Arte, Universidad de Chile.
Edición 2013
Christopher Bastidas, Alejandra Castro, Celine Fercovic, Lucía Fernandez, Natalia Jorquera, Thiare León, Camila Lineros, Paula Matta, Jorge Moya, Pablo Moya, Daniela Opazo
Dirección textos
Camila Lineros, Paula Matta
Dirección diseño y diagramación Natalia Jorquera
Fotografías Paula Matta
Edición 2014
Alejandra Castro, Celine Fercovic, Lucía Fernandez, Natalia Jorquera, Thiare León, Camila Lineros, Paula Matta
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Proyecto Curso de Catálogo y Documentación, segundo semestre 2013. Profesora Lina Nagel. Carrera Teoría e Historia del Arte, Universidad de Chile.