GUÍA DE EXPOSICIÓN # 77 DEL 12 DE JUNIO AL 18 DE AGOSTO DE 2013
Curaduría: Nydia Gutiérrez
Juan Camilo Escobar
Un imaginario de identidad es un conjunto real y complejo de imágenes mentales que los sujetos producen de sí mismos y de las sociedades a las que pertenecen o conocen. Construirlos parece ser una constante antropológica de gran importancia para los individuos y los grupos sociales. Dichos conjuntos se sirven de producciones éticas y estéticas, morales, políticas, científicas, de diferentes formas de memoria colectiva y de prácticas sociales. Los imaginarios de identidad traspasan su posible utilidad porque tienden a generalizar características de las sociedades, a establecer esencialismos o naturalezas que se consideran transmitidas genéticamente (como la llamada “raza antioqueña”); a generar sentimientos de jerarquización al vanagloriar a ciertos grupos humanos o menospreciar a otros. Aspiran a homogeneizar “lo propio” y excluir “lo ajeno”. Por ser imágenes totalizantes, los trazos del territorio y sus habitantes aparecen exacerbados e idealizados, las diferencias quedan escondidas y tergiversadas por lo que se dice de ellas. Excluyen la diversidad social y preparan así, peligrosamente, el terreno para la intolerancia frente a lo que allí no encaja.
EL PROPÓSITO
CURATORIAL ESTA
exposición es un esfuerzo por revisar las respuestas que se han ido dando sobre lo que se cree que son Antioquia y los antioqueños durante estos doscientos años, a partir de los procesos de independencia en Iberoamérica. Porque si bien es frecuente que la gran mayoría de sociedades humanas se ven impelidas por diversas razones a fabricar respuestas a su pregunta por lo que son, en Antioquia esas respuestas se han buscado históricamente con persistencia y obstinación con fines instrumentales. Su potencial para ocultar diversidad y acrecentar frustraciones, anima y justifica esta revisión.
El museo y la inabarcable diversidad imprescindible aclarar ES la diversidad social dinámica y cambiante, lo que
que es hace imposible su exhaustiva taxonomía; es imposible totalizar “lo que somos los antioqueños”. Desplegar expositivamente un inventario así sería inalcanzable y equívoco, y conduciría a la misma trampa de pretender definir la identidad. Concebimos y curamos esta propuesta para mostrar apenas esbozos de diversidad. Puesto que las obras de arte constituyen un vehículo y un detonador de imaginarios, este museo en esta oportunidad se piensa, principalmente, como un espacio propicio para el examen crítico de los contenidos de su propia colección. La exposición reúne obras de arte que son propiedad del museo o están en comodato, unas pocas piezas similares de colecciones privadas de la región e imágenes de los fondos fotográficos de la Biblioteca Juan Camilo Uribe. Homenaje a la bandeja paisa 1992, . Collage y ensamble. 68.5 x 100.5 cm. Colección Museo de Antioquia.
Pública Piloto. Otro aporte significativo lo conforman los libros y documentos, las partituras y piezas musicales seleccionadas con el apoyo de expertos de la Universidad EAFIT. Ante las máscaras esencialistas que inventan los imaginarios de identidad, incluimos también la dimensión crítica, estética y política del arte contemporáneo mediante el encargo de obras para esta ocasión. Esperamos que el amplio conjunto de piezas expuestas genere una atmósfera de tensión propicia para la reflexión.
EJES CURATORIALES LA
exposición se despliega en cuatro ámbitos en los que suelen aparecer discursos identitarios: iconografías, gestualidades, sonoridades e ideogramas o imágenes escritas .
ICONOGRAFIAS este segmento la exposición se EN centra en la gente, el territorio y las producciones culturales. Sobre la gente, un espacio importante del recorrido se ocupa de actividades propias de la esfera pública –en particular las conmemoraciones de independencia- así como de valores más íntimos, relativos a la esfera individual y familiar. Es común que a propósito de efemérides se condensen valores, como el amor por la libertad, en escudos, monedas y medallas, tal como puede apreciarse en una breve muestra de monedas acuñadas en Medellín, curiosamente en la misma sede actual de nuestra Casa del Encuentro. Del mismo modo, la tendencia a concentrar solamente en los líderes la responsabilidad en los procesos que logran las transformaciones sociales, a heroizar exclusivamente a los dirigentes, se evidencia en la abundancia de pinturas para retratarlos, a la vez que la ausencia notoria de la “gente del común” se revela sólo esporádicamente en trabajos como los del artista Carlos Correa. Las obras de Fernando Arias y Ana Patricia Palacios sugieren reflexiones sobre la frágil condición humana que se esconde en la figura del héroe; el soldado que se desnuda de armas y ropas, las heroínas como víctimas de las minas antipersonas, la caída del coronel y el niño soldado son algunas de las imágenes que ellos proponen.
Ana Patricia Palacios. La lleva, 2013 37 x 18 x 18 cm. Colección de la artista.
Horizontes (1913), Francisco Antonio Cano. Óleo sobre lienzo. 95 x 150 cm. Colección Museo de Antioquia.
Horizontes cien años Francisco Antonio Cano pintó Horizontes, la icónica obra HACE que convoca masivamente a los visitantes de este Museo, y que se dice le fue encargada precisamente para la conmemoración del Primer Centenario del Acto de Independencia Absoluta de Antioquia. Se presenta hoy en su lugar de siempre, pero en una sala donde sólo está acompañado de una de las versiones que el pintor hizo de la misma obra. Un centenario después, el museo ofrece una salita anexa con una muestra de los usos de Horizontes.Entre los usos que se han hecho de ella se destaca la actitud crítica del artista Carlos Uribe, y un dibujo suyo especialmente realizado para la muestra.
Fabricar la identidad el más espinoso QUIZÁS asunto a observar en estas reflexiones sea el relativo a la idea de “raza superior”. Si bien la palabra “raza” ha desaparecido del vocabulario de las ciencias sociales y de la biología al iniciar el siglo XXI, y a pesar de sus peligrosas consecuencias políticas, la
noción resiste. Un comentario visual importante en este sentido, aplicable a todo el contexto latinoamericano, lo ofrecen las obras de dos de los cuatro artistas internacionales invitados a esta muestra: Tomas Ochoa, del Ecuador, propone una mirada comparativa entre las fisonomías de antioqueños
Francisco Antonio Cano. Nicanor Restrepo, 1927. Óleo sobre tela. 105 x 83 cm. Colección Museo de Antioquia.
captadas por Melitón Rodríguez y Benjamin de La Calle, los fotógrafos cuyos estudios en Medellín ocupan con justicia un lugar especial en la historia del arte en Antioquia durante el siglo XX, y sus propias imágenes fotográficas de transeúntes de la Plaza Botero en estos días. Lo hace además con un medio explosivo que añade peso a su intención de simbolizar asuntos tan delicados, pues lo que Ochoa presenta es una serie de dibujos con polvo de pólvora. José Carlos Martinat, del Perú, disloca el sentido de las lecturas sobre el “problema racial” que es producido por dos impresoras instaladas en la sala, siguiendo los comandos de una computadora programada con textos seleccionados por el artista entre los archivos de la investigación curatorial. Es posible que textos disparatados estimulen la reflexión sobre un disparate social de tanta persistencia hoy –el de la clasificación de las sociedades humanas en razas-, no solo en Antioquia, sino en el planeta entero. La fabricación e idealización identitaria se apoya también en las fotografías de retratos y de la vida familiar. La sencillez del tema corre pareja al rango menor que se asignaba a la fotografía en el campo de las artes en la primera mitad del siglo XX, pero a su vez denota la inusitada vitalidad de los gabinetes en ese mismo periodo en Medellín, y su influencia en la afirmación de jerarquías sociales. Asimismo puede verse en la muestra el imaginario del empresario
exitoso, del emprendedor arriesgado, tan difundido e idealizado en Antioquia, que siempre fue un favorito entre los temas pictóricos. El territorio y las producciones culturales también pueden ser vistos bajo un nuevo prisma. La riqueza de la colección en cuanto a imágenes idealizadas del paisaje, así como la candidez que a la mirada actual ofrece la iconografía publicitaria de la primera mitad del siglo, se subordinan en esta oportunidad al interés que ellas despiertan como síntesis de ideas preconcebidas sobre los temas que tratan. Las fotos de paisajes de la periferia urbana, de Juan Fernando Herrán, o el espacio contemplativo de Luis Fernando Peláez proponen reflexiones que orientan nuestra percepción en sentidos muy diferentes: el paisaje cobra valor de realidad objetiva, con su belleza y su riqueza, su deterioro y sus incongruencias.
GESTUALIDADES técnicas del cuerpo o las ideas preconcebidas sobre el comportamiento LAS individual y colectivo, y sobre la manera de celebrar los ritos sociales son el centro de interés de esta sección. Y si bien la pintura domina la afirmación iconográfica, son las fotos las que denotan con mayor nitidez las normas sobre las poses, los gestos y las maneras. Las pinturas comparten protagonismo con las esculturas -para muestra La Piedad, de Bernardo Vieco-, lo cual recuerda que las firmes bases de este medio en nuestra tradición artística se remontan a su difundido uso en los procesos de catequización de América. Junto a ellas, un afortunado contrapunto anima el recorrido: la presentación –a través de la músicadel trabajo de investigación del joven talento Juan Fernando Velásquez, sobre un cierto diálogo entre música y mujer ideal.
SONORIDADES eje curatorial recoge ESTE sonidos e imágenes que los evocan. La música en cualquiera de sus modalidades, académica, tradicional o popular, registra la manera en que una sociedad se piensa a sí misma. La imagen de “lo antioqueño” se vuelve partitura, inspiración poética, coros, bailes, gestualidades y entonaciones simbólicas que adquieren un estatuto de leyenda, como el “ave maría pues”. En este segmento que ofrece al espectador un momento
Tomás Ochoa Riquetti. De la serie Libres de toda mala raza, 2013. 180 x 70cm. Pólvora sobre lienzo. Colección del artista.
especial para una experiencia visual y sonora, se podrán apreciar “los sonidos de siempre” desde una nueva perspectiva. Incluso se encuentra un sonido que al artista Federico Ortegón le mereció un laborioso trabajo analítico para develar el profundo arraigo del galope del caballo de paso fino en su memoria, desvinculado del negativo estereotipo que tiende a conectarlo indefectiblemente con dineros mal habidos.
IDEOGRAMAS
E IMAGENES imprenta llegó a Antioquia en 1813. Un año LA después circuló por las manos de algunos de sus habitantes el primer impreso periódico: Gazeta Ministerial de la República de Antioquia. Desde aquel momento se pueden incluir en nuestro tema innumerables textos, impresos, libros y papeles. En efecto, esta sección recopila unos 40 libros prestados a la Biblioteca de la Universidad EAFIT, junto a otros documentos importantes. Y sobre todo se ofrece a nuestros espectadores un gran número de citas textuales extraídas del vasto universo de títulos revisados por todo el equipo curatorial para apoyar las tesis expuestas a lo largo del recorrido por Antioquias.
Mapas síntesis gráfica más común que la razón ha querido LA imponerle al territorio ha sido el mapa. En esta muestra los mapas no quieren hablar de bordes o de límites. El mapa rasgado a puñal por Rosemberg Sandoval habla por sí solo de desgarramientos y violencias. Otro mapa, prestado a la Organización Indígena de Antioquia, presenta en tono positivo el reconocimiento de la diversidad que debe garantizarse por medio de los resguardos indígenas a sus actuales habitantes.
Fernando Arias. Hantioquias 2013, Intervención en la fachada del Museo de Antioquia160 x 12000 cm. Dirección general Ana Piedad Jaramillo
Colecciones y registro Yuliana Quiceno, Andrea Rodríguez, Karen Mejía
Curaduría Nydia Gutiérrez y Juan Camilo Escobar
Comunicaciones Lina María Aguirre, Ronal Castañeda, Alejandro Zuleta, Mónica Arbeláez, Julieth Duque.
Asistencia de curaduría Verónica Mejía y Pedro Jaramillo Investigación Catalina Pérez y Carolina Chacón
Educación y Cultura Olga Lucía Escobar, Claudia Velásquez, Ángela Jaramillo, Jhon Jairo Carvajal, Elkin Gallego, Alex Mazo, Istaivik Restrepo, Doris Guisao, Camilo Castaño y Janeth Upegui.
Asistencia de investigación Natalia Álvarez, Ángela Aristizábal, Juan Camilo Rivera, David Flórez, Julián Zapata
Museo y Territorios Carlos Edwin Rendón, Carlos Mario Jiménez, Juan Diego Cano, Lida Restrepo, Fernando Zárate y Lina Vallejo.
Museografía Carlos Betancourt, SAS
Gestión humana Luz Marina Bravo y Andrea Peña
Diseño de museografía Carlos Betancourt y Nadia Guacaneme
Dirección financiera Fredy Gómez, Mary Luz Agudelo
Diseño gráfico Adriana García
Dirección jurídica Cristina Abad y Catalina Giraldo
Coordinación de producción Juan Guillermo Bustamante
Dirección comercial Byron Vélez, Catalina García, Arelix Taborda, Mónica Bedoya
Asistencia de producción Zoranny Restrepo
Relaciones corporativas Paula González
Coordinador de montaje Jaime Montoya
Cooperación Cristina Vargas
Montajistas Carlos Vélez, Nelson Valderrama, Francisco Durango, Juan Carlos Uribe, Lucelly Gallego.
Proyectos Catalina Trujillo Asistencia administrativa Doris Tobón
Producción audiovisual Ronal Castañeda y Julieth Duque
Traducción Universidad Pontificia Bolivariana
Soporte audiovisual Juan Carlos Carvajal, Sebastián Yepes y Yojan Usme
Museo de Antioquia Cra. 52 No. 52-43 Medellín, Colombia PBX (574) 2513636
Conservación y restauración María Adelaida Bohórquez, Diana School, Lina Ceballos
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