Proyecto Secundario Liliana Maresca Herramientas relacionales, de cariño y de proyección. Entrevista por Renata Cervetto y Miguel A. López El Proyecto Secundario Liliana Maresca (PSLM) está conformado por un grupo de artistas docentes que trabaja dentro de una escuela pública, participando de la comunidad educativa y del barrio bajo las premisas de acción y experimentación. Su trabajo está dirigido a una población específica: los adolescentes. Se dan clases curriculares de 1º a 6º año, en materias como Producción y Análisis de la Imagen, Imagen y Nuevos Medios, y Proyecto y Producción en Artes Visuales, entre otros. Generar cruces entre las materias de arte y las materias tradicionales del currículo busca problematizar y renovar los contenidos y los modos de aprendizaje. En esta entrevista, tres integrantes del PSLM, Lorena Bossi, Sebastián Friedman y Leandro Tartaglia, conversan sobre las dinámicas, desafíos y transformaciones de la escuela en estos casi diez años de trabajo.
Los inicios Miguel A. López: La idea del PSLM se remonta a 2008, cuando varios de ustedes empiezan a darle forma al proyecto en la Escuela Nº 43 del barrio de La Cava de Villa Fiorito, en la provincia de Buenos Aires. En 2010, la Dirección General de Educación de la Provincia de Buenos Aires lo aprueba institucionalmente y el PSLM empieza a funcionar como una escuela secundaria superior con orientación en artes visuales. ¿Cuáles fueron los antecedentes y los pasos previos a su formación? Lorena Bossi: Este proceso de trabajo es largo y necesita de un contexto para ser entendido. Nace en principio de dos lugares, dos esferas de la realidad que se van contaminando. Una es el campo político a nivel nacional y la transformación social que eso requirió. La otra es el azar, la suerte, el afecto de la comunidad artística comprometida. Ambas esferas están interactuando constantemente. Es bueno pensarlas como dos movimientos, dos desplazamientos de la realidad. En cuanto a la primera esfera, el campo político, podríamos explicar brevemente lo siguiente. Nuestro país sufre un cambio educativo en 1997 –uno de los peores años que tuvo la educación pública–, a través de la Ley Federal de Educación y el empobrecimiento de contenidos e instituciones en general. El poco PBI destinado a la educación y los debates sobre lo público y el valor del Estado atrave-
223