¿Cuántos no hemos jugado a crear nuestros propios mundos, a escribir nuestras propias historias, a interpretar un sinfín de personajes? Los niños al jugar aluden a la historia quizá sin saberlo: crean batallas, narran historias de amores o desencuentros, imaginan aventuras épicas que van alimentando del mundo que los rodea. El juego no tiene un guión predeterminado y su curso puede cambiar en cualquier momento como cambia la historia misma. Como recinto museístico e histórico nuestra tarea es descubrir, conservar y difundir la memoria del siglo XIX y ayudar a responder los cómos y los porqués de los procesos que dieron forma al país en el que vivimos hoy en día. ¿Quieres descubrir qué tienen en común el juego y la historia? Te invitamos a reimaginar con nosotros estas Historias de historia.