Historia del S. XIX La Consumación de Independencia (1821)
Después de once años en guerra intentando independizar a la Nueva
España del imperio español, esta se logró cuando menos se pensaba, gracias a que el bando insurgente encabezado por Vicente Guerrero y el bando realista liderado por Agustín de Iturbide pactaron la independencia forjando un nuevo país, bajo tres garantías religión, unión e independencia mismas que redactaron en el llamado Plan de Iguala el 24 de febrero de 1821 en Iguala, Guerrero, alianza que fue ratificada el 21 de septiembre de ese mismo año con la entrada de Iturbide, Guerrero y el llamado ejército trigarante a la ciudad de México consumando así la Independencia del Imperio mexicano. Al poco tiempo en 1822 Iturbide es proclamado emperador, pero debido a las diferencias con los partidarios republicanos dimitió y se convocó a un congreso quien en 1824 estableció la república de los Estados Unidos Mexicanos siendo el general Guadalupe Victoria (José Miguel Ramón Adaucto Fernández y Félix) el primer presidente del país.
La Guerra de Intervención norteamericana (1846-1848)
Esta se llevó a cabo cuando el gobierno de los Estados Unidos dirigido
por James Knox Paul implementó sus ideas expansionistas sobre México; primero anexándose Texas en 1845, territorio que el gobierno mexicano aún no reconocía como independiente, después cuando el vecino país norteño intentó cínicamente comprar California y Nuevo México. Al poco tiempo un enfrentamiento entre batallones mexicanos y estadounidenses en la frontera fue excusa para que en 1846 los Estados Unidos declararan la guerra a su vecino país del sur. Así en poco tiempo casi todo el país fue invadido y la capital del país fue tomada en septiembre de 1847. Después de largas negociaciones en febrero de 1848, se acordó y obligó a México a vender los territorios septentrionales, así como aceptar la anexión de Texas, dando un equivalente a perder la mitad del país.
La Guerra de Intervención francesa y el Segundo Imperio mexicano (1862-1867)
E
l país apenas salía de la Guerra de Reforma (liberales vs conservadores), cuando debido a su precaria situación económica, informó a Francia, Inglaterra y España que temporalmente dejaría de pagar la deuda que tenía con ellos, por lo que las tres naciones mandaron sus ejércitos a invadir México. Después de negociaciones lograron que dos de las tres potencias se retiraran, no así con el país dirigido por Napoleón III quien tenía tramado un plan de tiempo atrás con algunos conservadores mexicanos, el cual era imponer a Maximiliano de Habsburgo y Carlota de Bélgica como emperadores de México y que estos le rindieran cuentas. Por lo que Benito Juárez presidente y fiel creyente de la república, respondió a la afrenta gala. Ya en guerra, los franceses ganaron la ciudad de México, por lo que Juárez inicio un camino errante por el país buscando donde despachar su gobierno, a pesar de que gran territorio fue ocupado por lo extranjeros, la gallardía y resistencia mexicana, al igual que lo costoso de la invasión, opinión en contra del pueblo francés y reclamos de Estados Unidos, propiciaron que Napoleón III decidiera abandonar la llamada Expedición de México y en poco tiempo el imperio fue reducido a la ciudad de Querétaro, donde en junio de 1867 fue fusilado Maximiliano de Habsburgo, junto a sus generales Miguel Miramón y Tomás Mejía.
Restauración de la República (1867-1876)
A
l término de la Intervención francesa y el Segundo Imperio, la nación mexicana tuvo el reto de restructurarse casi en su totalidad con ello instituciones, leyes y economía. Pues hacía más de diez años que el país sufría inestabilidad político-económica. Desafió que fue tomado por Benito Juárez y el bando liberal triunfante, quienes pusieron en práctica las leyes emanadas de la Constitución de 1857 y las Leyes de Reforma, consolidando un “nuevo estado-nación”. Impulsando las actividades económicas, fomentando la inversión nacional y extranjera en vías y medios de comunicación (caminos, ferrocarriles y telégrafos) reafirmando la separación de la iglesia del estado, obligando que sus bienes inmuebles se vendieran y formaran nuevos pequeños-propietarios. Estableciendo la educación laica que crearía nuevos ciudadanos, para estar a la altura de la nueva nación, toda esta tarea ardua fue continuado por Sebastián Lerdo de Tejada y logró sus objetivos a finales del siglo XIX.