Quimioteratura II - Humo y Soles

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Introducción Ahí, donde se rompe todo el convencionalismo poético y narrativo, empieza el estilo de Fabián Belo. Irrumpe con su modo genuino e inusual, aportando un rico legado para quienes se adentren en la profundidad de sus escritos. Una forma diferente y atípica de plasmar momentos, una forma rebelde de contactar con los sentimientos, (que como su título bien dice Quimioteratura II - Humo y Soles) no dejará indiferente a sus lectores. Una amalgama de ricas metáforas que decoran la belleza con una brillantez sublime. La dualidad entre lo razonable y lo experimental, abren las puertas a una fantasía emergente, la fusión de ambas características imbuyen al conocimiento de los secretos que trastocan la identidad de este autor, más allá de unos cánones fieles y estilos predeterminados, garantizando una apasionada y apasionante lectura, en un recoveco de sentimientos de sutileza gentil. En su fluidez artística, se suman dos conceptos: creatividad y originalidad, algo que no pasará desapercibido, pues de ellos, emana el resultado de esta obra. En definitiva, he aquí

un autor, Fabián Belo,

que marca un

estilo propio, un regalo único, la invitación a la lectura de todo cuanto muestra en este nuevo y tercer trabajo, la realidad de una auténtica dualidad, una magnífica acrobacia lingüística entre lo experimental y surrealista.

María Alvaredo G. 1


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Dedicatorias Este mi tercer libro es para Ana quien jamás ha dudado de mi resurrección.

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Agradecimientos A los escasísimos miembros de http://www.mundopoesia.com que considero selectos y con los cuales hemos intercambiado experiencias literarias y a MAG por aportar la introducción.

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OPUS I – De amor, melancolía y depresión Cada pizca, cada brizna; cada gota, cada pellizco; cada gruta de deseo que aguarda. Todo te señala como viento despiadado que penetra mi voz no compartida. Afán anónimo para desplazar tus planetas de anhelos sin precipicios. Y lo bello se arrodilla ante el espacio de todas tus edades; los miedos alfombrados de tu pasado vacilan… …las grietas del escape acaparan tu amor. Al fondo del vértigo, erección sentimental; al fondo del mar que apaga las luces, Te siento. Cada pulgarada de hipotermia lasciva, Cada axis cae en risas y lágrimas, para concebir; sin querer, tocarte por primera vez.

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Llegas Llegas; y las nubes se tercian a cazar luces las flores aprenden la arquitectura del vuelo. Se clausuran las hendijas del alma. Lluvia de tu néctar en la fragilidad de mis ojos. El tacto codicioso que reinventa la caricia bebo la ceguera de tus suspiros en gotas de sol. Pétalos de aljibe en el reloj de arena de tu cintura, licor embrionario que sacia hasta la locura. Paraje perfumado por la palabra “mía”. Tendencia a amaestrar lenguas con cometas. Y el cielo descarga sus sienes a tus pies, como un acertijo musical de de mil respuestas. Esculpo el rito de hacer sudar tus labios Adicto al tácito dolor bermejo que provocan, punzan mis latidos por lo bello, lo soberbio. Y tus mejillas, un crisol de senos noctívagos; un abanico de mis días. Adiós, y la hierba se atreve a mirar tus iniciales, te alejas, y me dejas el sello de tu vistazo me dejas el aroma a piel cálida, como calma en altamar.

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Coito De Un Edén Empapado Hoy me evaporo en sudor de señuelos, en la pantalla de un cosmos de suspiros sin bemoles. Me siento sobre las huellas de tus escalofríos linguales, sobre la apetencia que convulsiona tus labios. Tus silencios, los lutos de tus éxtasis orillando el desenfreno. Hoy me sublimo en el arte de verte como te recreas en nosotros, reposo en el hangar de tus agrados, lo que esparce el encanto de un amanecer reclinado que no se nutre de infinitos, sino del vuelo y fundición de ansias sin embrague… …sin maduración científica, sin condiciones.

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Dame Tu Infinito (VOP1) Juega lo primordial con la periferia de tu abrazo a frases digitales; corretean por las esquinas las intuiciones que te sugieren a voces punzantes que amanses de una vez tus labios con el enésimo pliegue de mis párpados heredados de una flor acartonada. Imagina cuando… Rumia el caos inmortal el que seduce desde el sepulcro amoratado donde no descansa el enigma un clima cubierto de ideas de deseo y ternura que reniega, maldice y acaba sucumbiendo al tintero que rebalsa el amor a todos los demás negado. Aparca el convoy de las quimeras donde no se plagia la inteligencia de un sentimiento que tañe euforia y saña por obtenernos, allí donde no quedan campanas ni hadas. Deliro encadenado al himno boreal de tu caricia inexperta, tan ávida que hasta podría adulterar el comportamiento innato de nuestra especie. Órbita de ilusión que hierve privada de lamentos y herejías del acaso, enloquecen mis manos por palpar tu más nítida tiniebla de amor escogido; 7


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conmoción predestinada a acompañar el piano póstumo de mi memoria. Terriblemente real y cabalmente obscena es la respiración del imán sediento de magia imposible, pero cierta; tan innegable como la futura agonía de nuestro primer beso. Imagina cuando por fin… Certeza íntima que enciende la luz al sumergirse en el mar de nuestra sabiduría, allí; echando raíces en el horizonte estático abisal, perspectiva que ninguna esperanza es capaz de mixtificar. Rendida. Dame tu infinito, cárgame con el dolor de sentir la emboscada de tu sonrisa la que dignifica mis latidos. Tú, delicado forraje para las fauces del capricho hecho lógica. Imagina cuando por fin seas mía.

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Pictórico El Contacto Madrugada de lencería sobre el teclado. El piano sirvió de anclaje para los acordes de otra vela y… …cosí una barba de pijamas sobre la nicotina del marfil que se acostumbró de inmediato al triunvirato de tus dones. La moqueta se inquieta debajo de la sábana, la que aún conserva nuestros sudores entrecanos. El ensueño lima los barrotes del alba, el ajuar musical prohíbe latidos ordinarios, desdoblando las hélices de nuestro contacto.

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Rediseña El Martirio Y Pásame Por Alto, Que Hoy No Amanece (VOP-MMX)

Hoy he tartamudeado la experiencia al abandonar la madrugada sin conocer el placer de calentar la garganta con la luna llena. El poniente se extravía, ya está amaestrado al parpadeo de los polos que no se repelen sin que haya testigos. Inusualmente perfecto yace en mis pupilas el bosquejo de los planos para el almacén de estilos el que empecé a construir sin licencia del paso de lo ednios. Amontonados en rincones diversos. Invierto sangre oxidada en una lengua hinchada de besos para así abonar la vendimia de ilusiones que germina en la superficie desértica de los astros de promesas muertos. Allí se abriga mi más subrepticio secreto, aquel que no confiesa que olvidé adornar la llanura de mis arrugas con una sonrisa. Secretos de barba blanca como riachuelos congelados. Se solidifica el aroma a soledad, tenebrosidad seca repleta de verdad y belleza; 10


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cubre mis ruidos… derrochando orden y malignidad tan absolutas como inmigrantes. No habrá quietud en el prejuicio ni la moralina, no mientras el planeta no traicione su órbita predefinida, heliocéntrica, perversa. ¿Femenina? Que el viento se enrede en tus gemidos, que la lluvia peine tus súplicas y que el fuego acabe de cosechar tus mentiras. El abismo es antropófago, plagado de grietas desde donde ladran los perros a las letras que mueren. Nido donde rige el eco sordo de pecho abierto, intrepidez bulímica que espera el bautismo de un alba con pañales usados. Antes de la aurora se hunden las banderas y millones de seres arrastrados por una cruz ya sin efecto, descubren que no hay epitafio en la tumba del guerrero que supo ser paciente, que murió de tanto dar compasión y la otra mejilla. Tiempo de catar la medrosa sutileza de la muerte, premio inigualable por no haber pedido vivir esta basura de vida. Abismo, grietas, vacío; 11


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almacén de elogios donde gobierna la fiebre, donde la hoguera de una atmósfera infiltrada aúlla versos lánguidos y hacendosos, consienten la estulticia prematura. Donde todo sacrificio es vano, donde ninguna lágrima es inmensa, donde la amargura fluorescente agota la vida. Puerca, con sabor a sombra siniestra, salvadora. Ancho el firmamento que se burla de mis ojos con esta virginal nieve alada, huye el dolor de mis papilas y se marchitan mis dedos sobre este teclado políglota que ya no acepta vahos etílicos. Ya basta, esto se está llenando de espuma, no te has dado cuenta que tu boca supura burbujas propias de rabia, de ira contenida…, de estupidez, de resignación por estar llegando al final de este escrito que no es más que un saco de bazofia; eso sí, pura inmundicia envuelta para regalo con moño y sin tarjeta. Menuda madrugada te espera… … sí, femenina.

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Una Vez Quise Ser Anoche he mordido la piel de un sueño, aclaré la garganta de mis ilusiones. Con fauces de granito devoré lo demorado, con brazos de ligustro abracé tu esencia. Y mi lengua de invernadero, sazonada por súplicas hueras; afortunadamente la esperanza perdió su empleo a favor de tus hombros de golondrina migratoria. Una vez quise ser… Anoche desabroché los huesos de un sueño, brotó la médula, allí donde se cuece la sangre; y con el vientre revestido de piel de marta, engullí con cubiertos de papiro todo lo retrasado. Una vez quise ser… …hierro magnético, sin ilusiones.

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Escribir Al Margen Del Mejor Acaso Y me pongo a escribir al margen del mejor acaso. Subrayo con mis labios un cigarro como si fuese la planta de fuego prometida del futuro. Bebo negligencia de las cervicales de esa botella, alguien la olvidó sobre el colchón de la estulticia que roe. Ese alguien también se dejó en el tintero el espejo redondo, allí donde ahora veo el dolor color risa y ayunas. Escribo y esclavizo la tinta con lágrimas de la novia del día. Da igual el color del momento, ¿color añicos? ¡Oh!, pero si es noche. Mediodía de la noche, ahora es cuando dejo la pluma. Las risas del cigarro y la botella de confrontan, yo admiro el colchón y me echo el talco de recuerdos, el que sobrevive en la última sábana sin poluciones. Y otra vez… …me pongo a escribir al margen del mejor acaso. Ya sé que no volverá, lo sé.

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Habitación 16 Y mi colección de aspiraciones busca y encuentra excusas para prolongar el atardecer de tu figura. Errático mi pulso reclama suero en ochavas de dextrosa donde aún anidan sombras y ecos de calandrias. Restos de huevos alienígenas sin eclosionar promesas de resurrección entre plumas. A mi manera doy vuelta la almohada, a mi manera distraigo las pastillas y a mi manera las echo por la ventana de hepatocitos…, aún dolidos. Grasos. Obelisco de culpabilidad sazonado en negro y floto con más colorido en comprimidos. Rozo lo mantecoso del techo, en dirección prohibida, y reptan mis oídos para dejar de sorprenderse con un “Hasta mañana” 20, 70 para destrozar las rejas o morir.

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Cuando La Tierra Cese De Rotar El pétalo de una flor que nace y despega, hiere el aire para alcanzar la atmósfera. La cabellera del astronauta la acoge en su imperio pavimentado de botellas. Así la amó telepáticamente por primera… …y última vez. Ella, ese pétalo amamantado por el capricho, ella nunca lo sintió. Ella, ese pétalo; sigue hiriendo el aire, busca más aristas de atmósfera para clonar sus férvidos antojos.

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Sin Nacionalidad La amnesia de tu organismo y vicios encendidos, tus labios ciegos apareándose con las intersecciones de besos; nuestros besos. El candil de una máscara inmaculada, ese que traduce la genialidad a trampa inesperada. Ese que traduce la alquimia seca de disfraces, el que exime el exilio de la torcedura de un suspiro. La preterición de inhalarme, tu miedo; el talento de desaparecer, de despertarme con un temblor púrpura. Amar es para otros, Aquellos que jamás trascenderán desde la esclavitud ruborizada. Lo nuestro no imagina, no crea; Solo resuelve lo ignoto, lo inédito; de acariciar los restos efímeros, de aquellos ignorantes. Amarte. Adormecido por el tropiezo de mis experiencias. Te quiero.

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Hechizo De La Hipotenusa Universo de tres paredes, triángulo de obsesión pavonado de cálidas tinieblas de terciopelo aguamarina, género impalpable acuñado con el sello imperial del óxido conyugal. Silueta humana. El centro de tal biota declinaba ofertas mejores y toleraba de buen grado mi sillón de espadas de algodón, foco de reproducción de mi indolencia. A la vera del erizado y esponjoso asiento, un cactus enano con savia de bonsái sobrevivía alejado; discriminado por los jazmines de la esquina más iluminada. Cosmos en penumbra. La tradición no contemplaba verme llorar, no porque encubriese el llanto sino porque me estaba negado filtrar gotas con la misma facilidad con que la dejé marchar. Cuando el trayecto de espacio que unía su partida con el momento vigente reveló signo y magnitud; accedí maquinal y no exento de gratuita aprensión, a que las lágrimas patinen a sus anchas por entre las nuevas arrugas que perfilaban preciosas ojeras. El diminuto cactus y los jazmines absolutistas fueron impares espectadores vivientes del acto epistemológico. Abusé del respaldo de espadines y algodón para humedecer el espinoso vegetal con el rocío de mis ojos y la aridez de mis labios, que también estrenaban pliegues. El caos de tres lados dividió la hipotenusa alumbrando un cosmos reglamentario de cuatro tabiques, el sello imperial se evaporó de las paredes marchitando los jazmines a su paso perecedero. 18


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La cerrazón de terciopelo aguamarina digirió metamorfosis espontánea a seda gris perla. Brillante. El cactus de savia de bonsái alteró sus genes para que por primera vez pueda oírlo hablar. Enjugó mis últimas lágrimas y me ciñó a su tallo con la fuerza cariñosa de sus pétalos. Rosa escarlata. Espino con menos púas pero mucho más agudas que el cactus esfumado. Un halo de renovación asaltó mis convicciones y quise abrazar la rosa; lo hice con mis pétalos, porque ya no tenía brazos. Silueta vegetal. Universo de cuatro paredes, rectángulo de obsesión revestido de de fríos fulgores, seda gris perla, no necesitamos riego; un nuevo sello de jalea conyugal nos alimenta de por vida. Algunos nos llaman pimpollos enamorados, yo sólo sé que ya no tengo sillón, pero tengo vida, aliento que amenaza eternidad, pasible de muerte pero no de olvido.

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Ahora Tú Jamás destrozaría la superficie helada. Aniquilaría el pasado con la paz de mis manos que hoy te enamoran, acabaría con él para que nunca se refleje en ella. Pero nunca jamás rompería aquel espejo, suelo helado que inmortaliza de nuestro amor el reflejo.

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Topografía De Una Brevedad De Ti Encantadoras las extremidades de mi mareo, tabernáculo de oropel sincero tu presencia física que pone en jaque arqueológico a la química de mis defensas, a la tupida ingravidez del miedo a naufragar en el mar del deseo sin temor a ahogarme. Y con ojos descalzos me asisto con los racimos de tu piel, con mis manos que acusan dolor en los recuerdos sudados ataco la ductilidad del aroma de tu cabello aureolar. Arrodillada, la sombra de mi apogeo reclama: Dile que la quieres.

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Tal Vez, Inhallable Inhallables las facciones tributarias de tus labios resbalosos, horas de cánticos de colores anhelando deslizarme en ellos. Prisión de pizarra que pretende enganchar una ilusión. Junto a los durmientes de la constancia, sobre mis deseos, alumnos de verisimilitud; pupilos de tu severa necesidad áurica, potable. Allí es un entonces y ahora es un por qué. La nulidad de recovecos hace que te beba, que diagnostique tus esbozos oculares, Que ame la niñez de la comunicación entre los rizos de mi niebla y el calostro de tus recursos. No hay disfraz de temores cabalísticos, no existe un cielo suicida en tu escondrijo. Solo preexiste la señal de un gen amoroso, el hálito de nuestro primer contacto. Inhallables.

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Un Encuentro Más Apenas noche, cerca del monasterio y sentado en la orilla. Admiraba yo al tridente de acero que gobierna el mar y me sorprendiste revestido con encajes de pesares. La brisa de tu llegada diplomó al mar, lo destinó a la tumba hospedadora de ritos. Una campana de cuero negro participa del encuentro, tañe cuando me descalcifico de la arena y te abrazo. Se duermen las escasas nubes cuando te arrullo, acuno tu piel con besos inmodestos, sumisa; devoras el deleite olvidando tus dietas de cuarto menguante. Apaciguar la intoxicación de emoción y deseo es solo un mito. La eclosión de tu mensaje corporal halla testigo, boceto clave para desentrañar filos de esta noche, para que el sendero arenoso goce con nuestro andar, el que nos devuelve al los desconocidos límites de ternura: Nuestro hogar, que también yace sentado en la orilla.

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Cipreses En Primavera Esta primavera me sorprende con compañía hurtada, período de tiempo en que enaltezco el fracaso. Sacerdocio de ruina, separación y conflicto. La pasada noche leí por la radio que el riesgo de suicidio en los poetas es mucho más elevado. Jamás he sido lírico, maldita sea. Frisos de poesía, molduras de prosa vacía; ya no queda memoria para amalgamar ideas y sentimientos. Abstraído. Sueño junto al alba cuando ningún dolor es comprensible. Me asedio hasta poder finiquitarme en el más exquisito silencio. Privacidad inconclusa. Sollozos de felicidad recordando anécdotas, ensayando cómo poder exprimir versos hasta los tuétanos sin gimotear la ecuménica pasión de un corazón desdichado por cipreses usureros. No hay rimas que atrapen el paraíso virgen del suicidio por amor, no existe droga que habilite sentimientos de reestructuración. No hay quien venza las páginas en blanco que ríen sobre mi escritorio; no hay metralletas de cariño, fusiles de ternura ni rifles de pasión. Guerra dilapidada. Resuelvo que matarse es el enunciado más conspicuo de concebir la belleza de la vida ya que morir no es perder la vida, es que el horizonte te haya adoptado. Ahora ya nada pierdo si me ausento.

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Sumiso a la tortura de ambicionar más depresión, extirpando cualquier principio de inmortalidad. Es inútil y estúpido morir un poco cada día. Toda lluvia es insípida desde la última llovizna que selló tu partida. Lo único que pretendo inmortalizar es la incapacidad de describir lo que siento, y lo haré marcando con fuego los esbozos de palabras en la desnudez de un ideal ahogado en el papiro reciclado de mi pecho. El fuego expía y purifica hasta al más noble metal, hasta a la dignidad que contagia un pasaporte sin visa hacia la más pulcra locura. Es posible que pueda reflejar la tragedia si acabo estas líneas definiendo como roe la agresión de lo que era tu presencia. No, no es posible. Te has llevado el Libro de la Piel Caliente, Tomo I de la Enciclopedia de mi hálito nocturno. El dolor carnal también se ha quedado sin hombros para cargar estoicismos, valentías frívolas de dioses emasculados. Pocos fieles a su diestra. Lágrimas alfayates de telarañas que impiden ver cualquier vicio que me siga uniendo a ti el día de mañana. Así se estriñen las venas que antes eran refugio, lucen verdes con incondicionales arcadas de aceptación a la solemnidad de destrucción definitiva. No es el miedo al fracaso, es la aceptación del ocaso.

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Esperaré a que sea de noche que es cuando hay más espacio para llorar, saborear la delicia de sombrear mis miserias con la emotiva fragancia de una expiración deliberada; porque el horror ya no es nada, sólo me hastía este nocivo nudo en la garganta que dormirá con una almohada bajo tus fotografías. El último orgasmo será el primero premeditado, excitación por sorber del manantial de la agonía recordando aquella llovizna que te llevó hasta el horizonte al que cuanto más intento acercarme, más se ahuyenta. Adiós a la alegría enjaulada junto al esqueleto de tu susurro en mis oídos, calvos y sin tratamiento evolutivo. Tenía que ser en primavera…, después de tanto regar al menos podrían haberme brotado flores de los ojos. Llanto baldío, estéril; como aquellos cipreses que estafaron mi inversión. Basta, disfrutaré mejor la compañía de tu ausencia pactando con la complicidad de renacer al otro lado haciendo de la muerte mi nuevo día. Fin del asedio.

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Torrente Espontáneo Con dolor de olvido en el vientre, cuando cada recuerdo es un arroyo, donde los estanques de tu aliento, arropan pañuelos acariciadores. Allí y entonces se comprueba la ancianidad de mis nubes, lo transparente de mis extremos, el anonimato de mis naufragios anímicos. Mis vaticinios de prosperidad huyen como enfermeras sin termómetro, como caracoles en laberinto de sodio. Con apetito hirviente en bilis negra cuando cada fatiga es un astrónomo fallido, donde la duración de tus pechos cerrados, arropan las caricias del abismo imantado. Allí y entonces, cuándo y ahora, la plenitud del principio del final pone en jaque al vértigo de mis cavilaciones, A la postura inexacta de mi perigeo.

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Confieso Que No He Muerto No existe tumba que devore pecados. El dolor prehistórico de la cíclica reencarnación me ofrece runa de flor mutilada; reconozco la luz en la sangre agujereada y me dispongo a incubar huesos. La paz es pobre cuando cae otro sol, telepatías prohibidas me anuncian que el útero de mi amada incorpora una muerte. El amor gotea de mis pétalos. Se acumula. Misericordia firme y deliberada; agrede y adorna una página de brisas. Mi poesía bombea un cáncer pelirrojo para soñar con tierra, miradas extraviadas y causas perdidas. Bajo la piel de mis gajos concentro el reflejo de varias lunas, la vaguedad de tu sueño, la sonrisa de tu deleite cuando inoculo corrupción. Se adivina más cerca el horizonte de crímenes extraídos del suicidio de los deseos de un amor empapado en lluvias de deserción. Los suspiros de mis espinas azotan tu retrato al pie de lo que fuese mi tumba. Mis latidos lagrimean desde mi tallo desnudo por dentro, destilan savia de versos ocultos que una vez habitaron el fabuloso humo de tus cabellos. Ubérrima tierra que alimenta la reestructuración de mis expresiones vegetales, existencia que exorna una nueva composición parida del temblor de mis nervios fotosintéticos.

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Voy a perfumar de encanto el ecosistema que compartirás conmigo, biota de cama florida teñida de sangre, amistad coagulada, cariño desbocado. Pronto nos volveremos a encontrar, justo después que el mismo dolor prehistórico de la reencarnación cíclica te asigne forma y goteo. Incubaremos juntos los huesos de nuestro futuro destinado a ensalzar lo corrupto sin más misericordias en páginas de brisas inconclusas. No existe sepulcro que engulla errores, ni poder extrauterino que cambie nuestro destino. Unidos.

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Polvo Sin Mundo, Un Adiós A Tu Vientre Que Bebe El Himno De Medianoche (VOP-DEF) El niño nació en silencio y una rosa invernal le sirvió de abrigo. ¿Y tú? Tú mantuviste erguida la esperanza hasta donde has podido, has cogido de la mano la corona de flores de lo que creíste gloria. Te aliaste sin papeles ni diplomacia con los hijos de la promesa de un farsante, así son los votos que juraron tus labios, mañana mismo vestirán putrefacción, sollozos contenidos que saludarán a una risa fría, la brisa se queda sin habla cuando el polvo bebe del rocío precoz. Maldigo ese recuerdo con la voz de alguien que debería de llorar. Esa esperanza infantil de temor afianzado que no cesa de besar mis pies. He girado la última amenaza, mis sueños no se acaban de romper y las joyas de mis intestinos se han teñido de gemidos cardíacos.

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Nada hereditario. Está muy frío aquí dentro, aquí donde los sueños de poesía golpean las ataduras de lo que fuesen mis manos. Un acorde desafinado tañe lo hace en medio de mi laberinto hecho cenizas, féculas que dejaron de ser grises para evolucionar a la más bella negritud. Acordes y sonidos de lenguas de aflicción pasional. Roce y no tengo mundo. Profecías marchitas adornan mi rostro agobiado; semblante sin careta de náufrago aprisionado que aprendió a celebrar y conmemorar la acrimonia del nacimiento abortado del mejor día de mi vida. Ahora y hasta dentro de un vaticino de un mejor ayer, mis pasos imitan retirada; son los únicos que visten los anonimatos que vuelven a cargar virginidad y corrupción heladas. Mi mayorazgo del firmamento ha sido escurrido por las heridas sangrantes de las estrellas que, obligadas; me vieron nacer. Lágrimas de acidez tartárica aburren e irritan mi alma, 31


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harto y hasta asqueado de ver como la compasión saquea la pureza del espíritu del mamífero raso. Repele. No soñé lo suficiente, tampoco elegí plegarias sin arte que reclamasen lágrimas a un dios de alma quejumbrosa, alguien que pueda quemarte con la serenidad de un cielo gentil en penas. Verde lujurioso el campo que hoy me cobija, la rosa de invierno ya no es refugio sino altar de sacrificios; la corona de flores aún no es mía, no lo será hasta que no asimile beber de lo más profundo de la infelicidad de tu alma que aprendió a elevarse triste y dormida hacia el júbilo estupefacto e inesperado que se obtiene cada vez que se aniquila el odio. Soñador sin sueños, muerto para el mundo; vivo para mi sendero. He aprendido a hacer arder tu vientre. Y mañana…

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Tendencias La ola wagneriana suspiró indefensa, como la orilla devorando las nubes que decoran insolentemente los gajos de cielo. Oscuro, pero bello. Cada piedra, cada tallo; todo resumido en una imagen: La del perfume marchito de una rosa. Todo puede desvanecerse, desde las diferencias de las miradas, hasta quien toma la naturaleza, hasta quien descarga el favor de su mente humana. Y el dolor se escurre a pedazos‌

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Garabatos De Lágrimas Trasnochado vigilando el desmayo victorioso de sucios terraplenes; antaño surcados por la ceguera de modernos trenes. Madrugadas de hastío, donde el único sudor es el rocío. Doble auto caricia; indefensa se ensaña, con la lluvia de recuerdos; acentúa la desvergüenza en pétalos ajados de mis manos. Lo único dulce es el nombre de los meses que transito, apelativos ojivales bordan mi calendario que no augura más sorpresas. Solo en la oscuridad palpo la simetría del baile gotas tardías de lluvia. Reales. Halo hiriente que amenaza puerco y lánguido corrompe las curvas. Alarido perturbador desfigura mis gestos amistosos 34


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y la lluvia dobla su intensidad. Me consiente. Como un payaso sin estrenar, elevo mis besos al cielo al tiempo que mi corazón decide dejar de jugar a la sordidez. Inundo congoja, soy un icono del fracaso, pero me siento pleno acaudalado magnate al ver cómo exhala un garabato de lágrima por un recodo pómulo redescubierto. La única pobreza que padezco es la de mis manos, tan sólo dos para abarcar los incontables sueños que relatan cómo abarcar los prodigios del próximo cuerpo femenil.

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Exégesis De Una Distancia Tontamente sobrevive mi esperanza, la de tamizar tu luz para un sentimiento unánime. Necia mi devoción por deferir lo que no tengo, necesito el cónclave de nuestras distancias. Amar desde la médula canosa y ejecutada. No eres quimera ni gato encerrado, no eres ni tu misma fatiga. Eres la autora de la claridad de paciencia y afecto Eres herida con cuentas de ánimo pendientes. Descongelar lo exagerado y hundirnos en el moho de una cama siesta para un ejercicio de amor incondicional, extremidades ocultas de riegos de afecto jamás entretenidos. Soberbia en el soplo de de la interrogación. Juntos ante el injustificado bienestar. Lo que la franqueza de tu voz sin afeitar me ilusiona sin cuotas premeditadas. El día que toque tus cabellos, la tontería de esperanza quizá mude a lágrimas y besos. El día en que te contamine con mi piel, martirizaré tu cuello con la experiencia de mis besos.

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Harto Cansados De Buscar En La Neblina

Asfixia del mercado anticuario de mis ilusiones en un pronóstico de anestesia profunda, cuando el dolor se hace incontenible de principios que no serán nunca mis certezas… Acabado mate de mi licencia postergada de la nostredad en las entrañas de mis células. Ex combatientes bajo murallas expandidas harto cansados de buscar en la neblina… Y los engranajes de una duda cierta soliviantan la incapacidad de una café frío, de nubes desprolijas, del añejamiento del sopor. Suspicacia en la danza del silencio con el sarcasmo. Estrujo la moralina que aclimata el feudo actual, augurio de cansancio, vaticinio de gargantas lisiadas. Y la bruma se aparea con los festejos tradicionales, los mismos que rigen la eufonía dictatorial de mis litros, mis cuencos de delirios y quimeras autistas.

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Los Ednios Perdidos Candelabro de nieve, sojuzga las aceras de mis ríos descorazonados. Atrapa con tinta melindrosa, una tumba guerrera de cuarenta años. Las estepas de la comprensión se lavan las manos. Extinta la esperanza de la próxima estación, del equinoccio que lije la hoguera del tiempo.

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Tengo La Mierda Hecha Flor Tengo un florero donde maduran las penas, un cenicero que recicla la hojarasca de mi música. Una ventana trincada de flequillo largo y acidez creativa archivada en el azucarero. Tengo la nevera sin costillas que de reojo me insulta. Un pasillo plagado de máculas femeninas, que se reflejan en el espejo acuclillado al final del recoveco. Tengo frutas podridas en el altar de la impresora, una silla repleta de pelos grises de aroma verde, una insignia nazi en la solapa de mi esperanza y un poema de sinrazones que jamás verá la luz. Tengo cereales destilados y bolígrafos de ocasión, unos alicates herrados dentro de la cartera y la supervivencia de una estúpida calculadora digital. Tengo faroles alfanuméricos en cada suspiro de tabaco, tengo lágrimas secretas en el primer cajón de la mesita de noche, sábanas torpedeadas por fuego y cenizas, y calcetines de anhelos sin estrenar. Tengo un patio donde se multiplican las raíces de vegetales descuidados, parrales descuajeringados. Un criadero de insectos y artrópodos que vigilan mi ausencia. Tengo el culo de mi corazón supurando cortes trasversales, la bilis negra apuntando al sur y una aguja sin membrete 39


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que no cose ni zurce, solo se entrevera en el pajar de mis consultas internas. Tengo una maldición celular en el hígado, una hucha que se ha roto de tanto estar sola, Y un gato que pretende morir conmigo. Tengo mucho más, pero ahora me llama el aburrimiento desprovisto de guantes, allí; justo encima del cenicero. Ahora sí, suena mi música.

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Tengo La Mierda Hecha Flor (Opus II) Al Oeste de la gallardía, allí donde tengo la tibieza que madura en cuclillas frente a sangre ululada, desvencinueva. Allí, donde entremezclarse entre las imperceptibles capas de un film no protector se libera la procreación de periscopios ésos que dejan de intentar imitar a loros parlantes. Cuando la tarde sea antes de mediodía y sea demasiado tarde…aún. Y mis clamores mueren pariendo temor a lo desconocido, estúpido transeúntes ignorante… …¡con todo lo que conoces! Me revuelco en un jolgorio inesperado La apertura sin directrices, la apertura de amar; estando vivo. No ves la rúbrica, no la verás hasta que aprendas a llorar; porque ni eso sabes… …ni con puntos cardinales. Oeste, Este; cuando aún sea mediodía, y la tarde llegue otra vez…tarde a las especias de tu garbo comprometidas.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Tengo Tengo el tiempo del desierto, la bulimia de cardos el flor. Tengo la ociosidad primaveral de un aliento suicida, la herrumbre sosegada de mi atrio glandular. Tengo a la herejía relatándome pósters de roble añejo, y tengo pospuesto el clarinete de mi voz importunada. Tengo un ensueño donde dormir es tan perverso como ileso.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Tabaco Y Pastillas Las venas y reflujo de planetoides sublinguales se descubren a flor de piel, cuando exhalo de angustia, de desazón por las correrías de un amor exánime. Posesión, reclusión y entrega rescindidas, Escupen las nubes los rastros de hambre que dejaste en el cajón de las ilusiones. No fue un desquite de la ablución de deseos, no fue el crudo y eufórico reconocimiento de la ansiedad, simplemente no fue y se fue, el flujo que evoca la impudicia de lo dulce, blando y tierno. Destrozado y cálido el ombligo de los aromas en tecnicolor. Reina el tropiezo, sojuzga el encanto de la solitud; enmarañado el repaso a la falta de cocción de tu sinceridad, al olvido de tus besos en el avispero del portal. Deberían inventare un equinoccio de tabaco, un helecho que lama estirpes de sentimiento, y un cinturón negro para los párpados.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Contorno De Mis Anillos A la vera de mis venas, esas que aún patrullan mis sueños perdidos, anidan las agujas de la inmisericordia. Alucinaciones de injusticia saborean la sombra cansada, de los ednios remendados, esos que no han hablado de conciencia ni sigilo. A la vera de mis arterias, esas que aún inhalan el deseo de regalar rosas, anida la aguja del pajar…

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Quimioteratura II – Humo y Soles

¿Todo? Esta noche te escribo, entre otras cosas; porque hoy me he cansado de engañarme al creer que caminar sin rumbo por el reino de lo convencional hará que supere el agobio de la vida. Sol, playa y recuerdos. Te escribo porque aún no logro dibujarte entera, porque la fecha de tu cumpleaños está atrapada en el contorno rojo del rotulador de mis imprecisiones. Sé que ahora estás durmiendo, probablemente acurrucada a lado de algunos restos de las nubes de donde podrías haberte caído. Posible trozo de sueño que quisieras compartir conmigo. Mientras sigo tallando mi torpeza e impotencia en estas letras, siento que puedo atrapar los fotones de tu habitación en penumbras. También sé que llueve y hace frío. Tu alma está callada, repleta de preguntas con sabor a vida. No preguntes, encontrarás la solución a esos interrogantes perdonando al pasado. Si en algún recoveco insano de tus ensueños te parece ver mi pluma o lo que queda de mi silueta; cuéntame a que te supo el primer beso. ¿Tabaco, alcohol, pizza, regaliz o neutro? Secreto. Si cuando el despertador sea maldito y los zapatos sean engranajes de una nueva rutina aún no has dado conmigo, de alguna forma hazme saber cómo ha sido. Yo sabré escucharte y atesorar tus palabras, tus emociones e incluso el gesto que me harías para que te relate cuentos al oído, para así empezar a tener nuestros secretos. 45


Quimioteratura II – Humo y Soles

Esta noche te escribo porque duermes y no eres ficción ni recuerdo. Mira mis ojos, te dicen que ahora vuelvo a casa a arrebujarme en el sillón con una pastilla entre los dedos y un minúsculo fragmento de tu existencia. Adoro ver ese trocito de tu ingrediente, esa complicidad que tapiza los pliegues de tus manos. La imagen de tus anillos. Esta noche te escribo sin saber realmente si te dejaré leer esto, en el caso de que lo logres, todo seguirá siendo igual. ¿Todo?

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Cuando Querer Es Insuficiente …y te descubro polinizando mi fiebre núbil expulsando óleos de labios anclados en una sonrisa. Dibujo en cuarto menguante tu ausencia apacible, tu aliento de otoño congelado, tu deseo. Mi deseo.

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Excreción Asimétrica De Lo Que Redefine El Sentir En medio del disfraz fumante de un Burley cosechado a destiempo, el mutismo descerraja una mueca sonrisueña desordenando cada calada. Espacio adulterado por moléculas de propinas descalzas, impropias para evocar recuerdos. Y la negación de volver a embestir las plantas de mi ventana de cristal sin brotar, convence a mi obsesión de esconderme en mis costados. En medio de los matices abrasivos de la recopilación de los bordados simétricos de tus labios, el mutismo recobra mis papilas fermentadas, se asusta cuando, sin querer; le hace el amor a la gloria… …de tus ojos cerrados.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Sensaciones Negadas A La Plebe Ensimismado, acariciando las puertas de tu nido. Sellando mi deseo de acunarte, rubricando mis ansias de desmoronar tu frío invisible. Entre cortinas de paladares arrinconados, entre puntas de clímax sofocados, entre la rareza anímica que provoca el pozo de un suspiro, la que eriza la garganta de mi espalda. El vicio de gritar cómo te siento sin decir tu nombre, aplaca la insurgencia de la espera, disminuye la convergencia de lo negado a la plebe. Ahora recorro la realidad de haberte mordido los labios, ahora recojo tu presencia que exploró un antes y un después. Ahora, te quiero.

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Cuando La Sabiduría Define Lo Irracional Como si hubiese sido entrenado por tus pestañas, así retraigo el relevo de mi lengua de lo imperdible. Bautizo el adjetivo de tu mirada principiante. Centellas frotadas por un recodo de mi organismo, acotan el deseo despojado de simpleza; pertenecer al sonido de tus piernas de garganta seca, al roce triangular de tus estepas compartidas. Dilúyeme sobre el tapete de tus imperfecciones, déjame que afile mi verbo en tu sentimiento; como si la sabiduría hubiese acuñado lo irracional. El vaivén de un círculo dispone la avaricia por tenerte, oscilante parte mi rayo hacia el cenit de lo único: Tú. …y te paladeo estremecida, mecida por mis vientos sin hilos.

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La Última Arteria Acuosa Brindas el aborto de un abrazo fricción aterrada a la vista de la paz. Nos merece en el principio de esta noche, veneración a ternuras desconsoladas. En una mano los pétalos de tu destino hasta ayer maleable, en la otra aprisiono el miedo a estudiar la punta del metal que te atraviesa. Te suplico que no vayas tan lejos. Te sonríe la gloria una caricia mortífera te aparta de mi camino sin vera, sin orilla; sólo el gris de tu mejilla. Disidente. Me nace la sonrisa se alimenta de rabia, de sudor, de desgarro interior; herramienta de mi pasado avezado cortesano hospitalario. Guerra entre el placer y la agonía, bajamar del tiempo te han abandonado como cría de androide en un zoológico.

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Por favor, no te alejes demasiado. Tendido bajo la tapia el arquitecto y profesor de lo inédito personaje imitador de Damocles y no hizo nada serio. Dame tiempo a sorber sin lengua la furia de imágenes que fermentan tu cuello, suplico me reserves humedad de la lluvia inmóvil la que decora el horizonte de tu pecho. Ruego me lleves contigo. Guiñas la última arteria acuosa como símbolo de despedida. Me quedo con los planos de la mueca de tu panteón tejido de estudio de lo inédito ya sin profesor... Voy a sonreír a moco tendido, voy a fotografiar tu ánima con microscopio de barrido. Perdona la simpleza de seguir viviendo pero creo que no es mucho si te pido un beso. ¿o también eso debo suplicar?

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Desollando Códigos De Esperanza No es momento idóneo para sangrar y sacudo la mano que me alimenta. Espanto en las pólizas de deseo, caducadas. Lacra de juventud de muerte cerebral. Soprano es el desgarro, tenor la mendicidad austral. El escote de la bruma brama elegante exigente, Rige y riega a placer el clítoris de lo agónico. Psicoacústica. Arco iris abortados con signo de interrogación. Mueca de melodrama, estulticia de la Ramera Prometida. Vaguedad gelatinosa en comerciar con sonrisas besos de cartón. Santifique de úlceras mi esencia crisis del desastre coprofílico, caníbal, usurero. Ecosistema de afecto apócrifo, biota plagada de Dios y dioses parapléjicos, seres de desperdicio sensorial Basura radioactiva, condenada, no reciclable; abominable. Centinelas y testigos de lo abyecto, pútridos entes decorosos.

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Electricidad sexual en la mirada. Reproducción exponencial de la miseria. Furia de experiencia, rencor y resentimiento, testimonio experimental existencia desnaturalizada. La pena y la gloria bendicen esta polución, estertores de decadencia responsable, cáncer que germina en la médula de la esperanza Legítima es la rabia y las voces decaen, la nimiedad del tiempo observa a mi estrado. Todos pasan lamiendo heridas; desinflados, anulados, borroneados. Inenarrable es lo solemne de decapitar la ilusión; golpe obeso de angustia, eutanasia forrajera… Sustantiva es la espalda que pregona albinismo, limbos esotéricos de felicidad. Frío en las patadas al estómago, barrio de escupitajos, desconsuelo que araña dejando las uñas. Contacto con la separación de lo urgente, inefable compañía seca y punzante cuando niego la sequedad de mis lágrimas; evolución al castigo, consternación determinante. Niebla fuliginosa oxida la lentitud al evacuar, solidaridad para lo físico, 54


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lo haré obviando el dolor. Guardaros las vísceras… Vocifera el escote de la bruma, y aún no es momento para sangrar. Quítame ya esa mano, ponle signo… Psicogénesis de vacío infecto, avaza frenética, ya nada hiere.

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Duelo De Oquedad Relumbrante Edificio gris con aires mustios de abandono y mal presagio, morada de desgarro y agonía que maduran súbitamente cuando la poesía de un hombre es espalda y sudor, instante histórico con fuerte carga de premonición; cuando el sol amortaja la madrugada y las nubes huyen despavoridas. La tristeza de una nostalgia heredada se vacía en la chimenea donde la muerte hecha ley se alisa su rubio cabello. La voz envuelta en suave perfume de ocio y corrupción, abanica y abduce con avaricia la luz de las velas, luminosidad inútil y casta que da nuevas formas a la cera. Candelas sobre una cuna sin estrenar. Diáfana y radiante, una biblioteca hembra recibe de mala gana los versos, agita algunos estantes facilitando el suicidio de los libros proclives a ello. A ella, la de cabellera güera. Un hircismo glacial brota de sus poros; difunta madera. Algo se apaga cuando un brazo de mano recia y muñeca sangrante se despide de la rigidez peinada de la chimenea. Quiero seguir describiendo la escena, pero sólo queda la biblioteca que abanica, abduce y también llora la muerte inducida del joven padre a la vera de su pareja que no soportó la idea de maternidad inminente.

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Ecuación Sin Incógnita De Las Siete Antorchas (VP3)

Cada vez más lejanos los ecos de la alianza que cayó de tu dedo. Aún los oigo interpolados en el brillo tenue de las siete antorchas que, a modo de extremaunción; lame despreocupadamente mi piel blanca a punto de fermentación. Una antigua procesión de elementos que el vulgo adoptó como naturales adorna sin complejos ni belleza dilatada el páramo que alguien donó para recaudar mis círculos existenciales. Templo de árboles inhiestos, cepa de gemelos sin genes repetidos; simples pero lóbregos son los cánticos los que apagan el último eco áurico de lo que fuese tu alianza, mi recuerdo. Mi aliento da la bienvenida a un recodo del viento que llega vacío de secretos, así huye la quietud en el corazón azabache de esta mi trenzada floresta, muero sin número ni código de barras, sin otro ritual que la suave voracidad sódica 58


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la que disgrega mis venas. Me diluyo siguiendo el patrón de mi existencia, me entierro en círculos; tal vez por imitar la silueta de la alianza que cayó de tu dedo; muero sin ecos, con viento y el parpadeo iluso de las siete antorchas. Justo donde insomnes se aparean la esperanza de volver a sorberte con el estúpido palpitar de mi vena violada con aprobación forzada, justo allí dejo de ser una incógnita en la ecuación de tu suspiro. Consumido, te quiero.

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El Mismo Reproche El sentimiento complejo no se compone de un solo sentimiento, por eso me es tan difícil participar de la gesta amorosa que marchita apenas germinada por pedirme explicaciones. Acepta que te riegue con ternura digital y olvida por una vez que te defina. Porque no eres, ni estás, existes porque te conjugo más allá de la realidad. Estas son las ocasiones en que el saber ingenuo supera a la ciencia, porque viene del subconsciente, lo que no se puede manipular voluntariamente. Me amonesto por vender mi lucidez a cambio de cadenas que las guardo al lado de mis feromonas raídas antaño capaces de deshacer voluntades en perfecta sincronía. Pero debo atenuar la severidad de mi reproche, asumir mi esclavitud y proponerte una tregua. No eres ni estás, sólo siento como sangras en mi aposento torácico. Hoy, déjame quererte.

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Ella Era Ella era muy distinta a las demás, era la razón más significativa de mi existencia. Ella era sincera consigo misma y con los demás. Amaba la vida por sobre todas las cosas, sin embargo; a mí me amaba más que a la vida. Ella siempre quiso que le regalase flores y yo nunca la había complacido. Todo empezó cuando me dedicó cortos versos, poco después me hizo centro de inspiración para sus canciones, y finalmente hasta me regalaba cuentos e historias paridas desde su más profundo sentimiento. Al oído. Ella me dedicó tantos y tantos escritos, que la última noche que compartimos cama se encontró con una hoja en blanco en el lugar donde debía estar yo. A su lado. -¡Despierta! –me dijo con tono firme. -Despierta tú, que ya me estoy cansando -contesté con suavidad. No hubo caso, ella me siguió soñando una y otra vez cómo le llevaba sus ansiadas flores día tras a día a los pies de su tumba. Ella era una soñadora muerta. Ella era la única mujer que amé en mi vida.

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Apagando Un Cigarrillo La garganta floja de flores equiláteras incinera los episodios de mi angustia. Lo hace con besos de ardiente fatiga, con deseos inquisidores, arrogantes. El dolor ya no se comparte, el arrebato de la madurez arrasó mi piel; fustigando remolinos y equinoccios. Débil la señal de mutación, en las fosas de balsas en aguardiente. Una boya perdida se acelera para aparcar en el umbral de mi quárk particular. Geométrica avanza la Era de linfa y agua. Exponencial. Y como pechos grávidos de leche, mis párpados aducen somnolencia; acusan la última vez que hice el amor. Sellan proverbios de hueca eternidad, de vacío feliz… Degustación de cenizas es lo restante, lo obligado si es que mi lucidez progresa. En jofaina de augurios mal paridos enjugaré mi almohada, allí donde en pocos ednios me sorprenderá desnudo la avaricia de sufrir más. Basta, me llevo mi aerógrafo a otras nubes. 62


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Malditas flores, dejadme compartir mi dolor.

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De La Cintura Atávica Natural Rostro de coral contemporáneo, de aspecto a noble pecado. Labor de punto que sobrevive en mi memoria. Avanzo cauteloso por entre tus arrecifes, con mi bastón de recorridos etílicos, con gafas de concha y alfileres en mis codos. Ganas injertadas da zambullirme en el mar del deseo Temor a ahogarme. Se yergue la crónica de una sombra, otrora se deslizaba sobre la arena; ahora demarca el sendero de hipocampos, de lo ecuestre de esta cintura atávica natural. Mi prudencia se quita el turbante y ofrece tablas, el arrecife acuerda el empate y nadie vence. Me pregunto si estoy dispuesto a cambiar el esplendor, por la pasión, o lo bello por lo monumental. Pero son preguntas sin estudios, sin graduación; provocadas por la vegetación tropical de una presencia exhausta de anexiones Tú, Labor de punto que sobrevive en mi memoria.

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Fabián Anestesiando la figura del encanto, Así me descubren las nubes amordazadas por espacios. Fatuos. Nudos de centímetros de ternura discapacitada que sojuzgan mi vientre magnetizado por el recuerdo, jubileo de tristezas y fracasos disidentes. Así degüello la anatema de estar vivo.

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Y Aún El Día Carece De Importancia A bordo de una página de felicidad en blanco, veteada la madera que, de modales rústicos; sostiene la sombra lisa de los teléfonos. El cincel de la puerta principal destila laureles, aquellos que un cuervo albino llevó en su pico. Y aminorando el sabor del viento doméstico, indiscreta y fuera de horario se presenta la expectativa… …ilusiones fermentadas que se aprestan a quemar un deseo.

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Ecos Antes Del Beso Oigo los tacones e intuyo una sonrisa aislada. Subes al podio y la arrogancia baja las escaleras, pedestal de sábanas que ahorca el pasado. Desveladas las palmas de mis manos, con alarde y convicción cierro los ojos. Oigo tu pestañear en mi nuca anhelante y como quien sepulta lo finito, enredo tus cabellos; clausurando el último eco, tacones repletos de argucias; Entonces creamos un solo cauce de miradas. Se queja el infinito cuando recorro tus piernas, cuando huelo la sinceridad de tus pupilas, cuando revoluciono el sentimiento y te toco. cuando renace la inteligencia del cariño. Y traiciono a los callos del ayer, te jupiterizo. Esencia de armonía no circunstancial, en tus ojos invernales, en tu piel desprevenida. Destrozo la ilógica de amar y por primera vez rozo con mis dedos tus labios.

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El Cadáver De Amar Una Sola Vez En La Vida Altillo asmático dedicado al solo propósito de abrigar, el acero biológico en la cama repleta de ausencia. Allí donde se auto cultivan los genes del nunca jamás, donde se herrumbran los clavos de mil y un calvarios. Mi óptica empañada desciende por los peldaños de un sueño real, Pasado. Recorro mis inviernos deshojando recuerdos, corazón hendido, hiel. Entre los pasadizos de las cortinas parece sonar “Le Paradis Noir”, o tal vez sea “Funerailles”, no importa; la melodía redistribuye el aire viciado que intenta volver a reír, vano; gesticula conceptos de armonía y estalla el llanto. Ducha de dolor ingobernable sobre el sillón, el mismo sillón; me rodean nenúfares sin serpollo, congestionados por desove batracio. Las gotas afiladas estropean mis notas, contaminan el licor del vaso, Se queja el innúmero de colillas pardas, el cenicero renuncia y se vuelve nimbo que aparca justo al lado de tu fotografía que… …también llora. Tose el altillo, estornuda y hace estallar las sábanas, deja al descubierto el cadáver de amar una sola vez en la vida. 68


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Sí, era “Le Paradise Noir”, que ya no suena; porque ya no hay peldaños...

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El Tapiz De Lo Inaugural Tal vez nos hayamos enamorado, con polvo en los párpados y el inconfundible padecimiento de las almas taciturnas. Bajamos nuestras cabezas y elevamos nuestros rostros Nuestros ánimos se impregnan en ribetes de júbilo. Entregamos lo tangible a celebración Indisciplinados, reinventamos la caricia, Los labios de una esperanza mutilada, únicos testigos. Refinado el rectángulo que nos refleja. Hoy llevo los huesos de un amor neonato y mi propio aliento disuelto en rocío polucionado, entonces pronuncio las palabras del reloj siempre de elocuencia persuasiva… “Deja que los párpados se limpien solos del polvo que ahora se esconde allí y en la cresta del fuego, allí donde ahora se queman vuestras alas” Cuán glorioso es el dolor. Y finge el reloj que no le importa el sigilo, la clandestinidad de nuestras fricciones inaugurales y el polvo de nuestros párpados.

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El Mecer De Mi Garganta El ahora de mis labios que muere en tu espalda. Las secuelas de células paralizadas en mis sábanas. El sexo de la distancia que no atiende a razones. Explícita la aparición de layas de tiempo. Pero nada categoriza el hilo de mi pecho, sin almohadas, sin el contacto de tus dibujos; tímidos. Resérvame y… cuida al menos una esquina del trazo sentimental; el mismo que “siempre” supiste, el que te necesita; lo que mece en mi garganta.

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El Valle De Mi Habitación En el valle de mi habitación solícitos reinan la angustia y el dolor. Allí cada mueble es parte de una tristeza, allí, alguna vez fue el lecho de un río. Apenas se oyen cánticos endebles que pretenden atrasar el tiempo, se apoyan en un sueño que nunca muere. En el valle de mi habitación la hierba llora palabras de otros límites, filosas las escasas flores fuera de moda. Hasta los insectos sollozan cual deudos indecentes. Gotas de padecimiento al dorso del espejo, y tu recuerdo ilumina la congoja y me asilo en sábanas herrumbradas en almohadas que aún buscan tu periferia.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

El Viento De Nuestras Miradas Tu cuerpo es un paisaje inconstante que muda de aires con el viento de mis miradas. Rasgo las nubes de dolor, de amor desconsolado, diluvio de escritos deslizan el arsenal de lo intenso. Soy ave encantada cuando flameas las llamaradas de tu melena, soy rama florecida y brecha brillante cuando descubres tu cuello, soy humo de amapolas cuando desabrochas tus virtudes. No es preciso encauzar un beso, porque estĂĄ presente en cada esquina, en cada calle de esta urbe arremolinada de pureza malhechora. Eres la lectura de mis ilusiones, soy la llave curva de tu deseo.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Glosando Un “Te Quiero” Los malabarismos gráciles de tus deseos hechos manos, el diciembre ventrílocuo de tu vino que lame tu ausencia. Nuestro abrazo en desnivel que inhala profecías de amor. Agitación en cada legua y cada tregua de horas, de ednios sin estrenar, de pinturas afectivas impalpables, de pasadizos ocultos en alguna de las orillas de nuestros versos. Todo ello, sobrevuela mis andamios de cadmio y diamante, todo ello; justifica la fragilidad del iris de mi pecho.

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Hoy Te Siento Así Adjudicado a la ausencia de tu sonido bifurco el oasis de mis recuerdos en hipotenusas paralelas de sudor prohibido, de anhelos otoñales aún sin enterrar. Late inseguro mi desierto cardíaco, de eso tengo plena seguridad. Y se clonan los momentos compartidos, en cardumen redimensionan el aire; nuestro aire, traducción de este interludio pasional. Se suaviza la madeja de lo implícito, de lo que dejamos a la vera de la simpatía. La audacia conyugal echó las cartas, desde entonces te vivo, me incrusto en tu organismo como lapa bífida enamorada. Espero algún día volver a eclosionar en el círculo de tus abrazos, en la huída de mis almohadas sin células, en la hambruna de tu labia. En tu sonido.

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Húmedo El Sobre, Ausencia De Otras Batallas En un sobre repleto de fantasmas almaceno también los suspiros de cielo, testigos de la fuente de tus ojos ausentes. Echa raíces mi piano de cola, muda de piel mi selva de prodigios. Desvestidas mis lágrimas, hacia la pirotecnia del mañana. Llovizna sobre el cuello de mis noches, los gajos de mi cerebro brotan pero cierran sus compuertas. Quiero galardonar a la amargura, quiero tenerte más cerca, más cierta, en el trapecio de mi alma. Compongo música con tabaco y dedos machucados. Mi orientación artística se desclava, cae en un septiembre de pájaros ligeros, de canastas apolilladas en hielo. Rotación del eje imaginativo Quisiera bordar la reincidencia, quisiera estrenar la avidez de tus besos.

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Inédita Sociedad Con La Rima De Tu Imagen Las tejas a tus espaldas, testigos de tu sensualidad gérmenes de una ley, signos y presagios anaranjados y tu cabello despreocupado delimita la frescura sin edad de tu rostro sonriente, alcoba de tus ojos edulcorados. Melancolía disfrazada, disfrutada… Albas y abrasivas constelaciones desatadas en cada curva de la órbita de tu cuerpo que sabes provoca y nace la voz de la desnudez que susurra en lengua de hadas al menos rozar tus poros, es mi deseo el que invoca. Así me pillas, cimbrando el trapecio de aromas domésticos, ese que sostiene una colección de ti, una piscina de impulso ciego… …y espontáneo, color naranja, la conjetura de tu blancura.

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La Marquesina De Tu Haberes Desde el paréntesis triangular el que rige cada uno de mis amaneceres, El hábito de volver a tenerte, hace que mis manos caigan de las sábanas. Rojo el recuerdo de la entrega de tus labios, gris el instante que intenta amarrarme, incoloro el flujo de sonatas lacrimales contenidas. Y un ritual de hormigueo en mi espalda, hace que la certeza pida disculpas al rostro de tu hombro, el que permanece en la retórica de mis almohadas. …y recojo mis manos con la sombra de un cigarro.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

La Ternura De Apagarse Examino el sendero que han recorrido mis neuronas a la sombra de polvos de culpabilidad mentirosa. Insignificante, la realidad se arrodilla ante la hoz de mi existencia, se invierte el vientre enmarañado de este domingo predefinido. Se atusa los bigotes el látigo de mocedad apocalíptica, innecesariamente centrífuga. Examino el sendero recorrido y poco recuerdo, estocadas difuminadas por el mismo polvo. Tal vez lo vívido del tragaluz de una botella que se llevó mis plásticos, o aquella doncella atada a cuatro patas...gritando un eco que nadie jamás oyó. Quizá la calidez de sangre ajena en mis manos, o simplemente la fecha en que por primera vez que hice recambio de aceite y pastillas de freno a los cadáveres hechos trizas de mis trofeos infantiles. Y el látigo se hace tallo espinoso de rosa negra atraviesa mi pecho encebollado e intenta impedir que invente mi propia muerte. Puerca maldición, aún vivo.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Lo Hago Lamo y apago la misericordia de tu pecho matinal, lo hago porque la mĂŠdula de mis planetas, no percibe pistas de dolor callado entre cascadas. Lo hago, porque no hay clemencias de lo pensativo. Lo hago porque bajo el hielo segado bajo mis axilas, sobreviven las esclusas de tu lengua.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Atracción A Media Voz Bombones de amargura agujerean el éter montañoso y clarividente el magma convaleciente de mis rasguños. Ausente el viento, en este subterfugio que me sirve de guarida, pero aspiro brisa cariacontecida rellena de acné contemporáneo, de llamaradas de tus cabellos… Quiero suspirar como lo hacen las sombras las que dicen adiós con la mirada, las que sellan postales de aromas y rebufos… …no lo consigo, malditos bombones.

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Los Módulos Que Te Definen Mi cielo proyecta fractales divididos los arroja como cortinas límbicas. Algodonados los segmentos de elementos, y mi iris se ancla en los detalles. Elementos y módulos que descienden Como abeja planeadora en busca de libación. Y torpemente defino… Son tus cabellos de trigo pulido, tus ojos de valvas pestañosas exactas, de relojería y rubíes de excelsa garantía, frutos de una vid que no sabe de ruinas. Ni estaciones. Es la ductilidad de tu cuello de acacia de postal. Es tu perfil de serafín, lo acribillo con cuerdas vocales lo admiro como si nadase bajo un lago congelado que trepida, volublemente ondulado y cristalino. Gesticulo el embeleso de mis brazos, alcanzo el fractal de tu piel, yacimiento de fruición; prisión de aromas sin definir, adictivos. Me inyecto con tu perspectiva, conectado. Naufrago en lo rubicundo de tu alma, sangre para beber sin copa en lo cálido de tu torrente, sincero.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Es tan cruenta la hermosura contigua que mi sinapsis no logra puntualizar tus labios. ¿Cómo podré decir que te quiero cuando defina y asimile tu boca? Mi cielo me guiña la nariz y afirma: “y esto es solo el principio”

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Espacio Anclado Para Gemelos Manos de aguacero abren los lagos, Se posa un ave en piel de nogal, una mariposa asea al dócil jazmín. Enigmáticos los poros en su tallo. Quietud y lluvia gemelas. Pero si el pájaro levanta vuelo me extasiará la inspiración; y deshojaré versos para ti. poemas que volarán y pisarán las nubes. Níveos y excéntricos los pétalos del jazmín, descifran acto de caricia a la mariposa. Multicolor responde el arco desde el horizonte, caduca la lluvia, migran las manos y el ave alza sus alas, se eleva. Arrebatado, me quedo boquiabierto, y tus dedos de nogal pulido aferran mis labios. Colisionan nuestros pómulos, Se fusiona el elemento, todo vuela; todo pisa las nubes, ficción de versos; solo el espacio anclado y sin reservas para los más puros sentimientos. Gemelos.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Mañana Nunca Llegará Amputada migra la expiación del sentimiento, y el galeno inmóvil, llagado de nervios la imita. Crudo mi pecho desecha el intento para desperezarse, un embarazo oblicuo de grises tiñe las paredes. Se poda la fragancia de la penumbra, cae el reloj; y mi rostro se oculta tras los hilos de mis manos. Al inhalar sabe a gélido el tabaco, gavilla de chirridos. Reencuentro con la magnífica soledad que desolla. Arranca minuciosa y lentamente la lana del rebaño, el que tejí con rumbo hacia las cumbres. Anhelos. Se retuercen los órganos internos, facilidad para regurgitar, lo verde esmeralda de un estómago vacío. Se estrangula este episodio de aire denso y provee sinrazón para sollozar con zarpazos hacia lo que ya ni recuerdo. Sin quererlo, obtengo el diploma de administrador de fracasos, de observador de latidos y amores desordenados. Fría la anestesia del cigarro, talla un faro para la crispación de mi ceguera depresiva. Y baja… Aislamiento en este interior del espíritu que dejó de cantar. Así navego mis lágrimas, de dentro hacia fuera, a lametazos se suicida mi ánimo, pródigo en excusas. Se regocija mi piel en la cama, más tabaco y un hilo de saliva sella la comisura de mis labios. Mañana nunca llega, mañana nunca llegará. 85


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Matizando Deseos Incoloros Llagas de abril de larga y delgada figura. Raro oficio el de francotirador de fidelidad. Mutismo de selección me eleva a tus pedestales, inmóvil el peligro de amar tu cercanía desmentida. Amonestaciones de comprensión, amortiguan mis pasatiempos de lujuria; la elección del adjetivo no es casual; juventud en aglomeración de opiniones anímicas. Fortuna y sensibilidad augura el blanco, tu presencia de zapatos negros, tu inteligencia alborozada. Destierro de compasión, cristal de tu aroma miedoso. Sé que no nieva sobre lo recién vivido, Sé que no hay combate después de una lengua sincera. Francotirador del espíritu encallado en larvas dinámicas, prima el ánima de una dulzura sin impuestos, Incondicional. Llagas de abril y ednios tensionados por la esperanza, tiempo de pintar un poema satén… ….de amontonar armonías sin extensión conocida, de satelizar las nubes de lo que inscribo por ti.

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Me has dicho: “Depende…” Evaporar el calificativo de tu ombligo al caer la penumbra en el arco de tus mejillas. No eres tímida ni voraz, solo quieres que apague la luz. El ovillo de cadenas de extractos de Ednios puros, el cubrir tu semántica precavida al abrir tus poros. El desertar de la asfixia de la ausencia acalambrada Todo… …todo lo que tengo es la orilla de mis ilusiones. Renombrar las hojas de la luna ojerosa esa que echa plegarias a las danzas de mis años, la que embaraza enredaderas de lo insuficiente. ¿O es que dejé haberes sin ilustrar? Te he tenido. Te tengo.

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Mecanismo De Moldes En moldes de deleites impronunciables, avaricia en la inocencia de lo inoportuno de amarte… …y la eclosión de tu mensaje corporal halla testigo, la identificación de una postura de caricias principales. En moldes de fruiciones verde oxígeno, celoso el mimetismo de mi ego arrodillado, ante la lencería de tus versos hechos lirios y gacelas. Pigmentos de luz y placer, Revocan el túnel de nuestros sentidos. Tornasoles de una patria amorosa, desnuda, olímpica. En moldes de incomparecencia de condiciones módulos y paradigmas que diseñan nuestro horizonte. Ahora inserto las uñas de tu presencia en el silencio babilónico de mis almohadas, ahora sacrifico mis ansias, en pos de tu llamada.

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Mezclo Tus Alas Con Mis Letras Es hermosa la tarde, pero el epílogo de tu rostro saquea la belleza circundante no hay ribera en la marisma de tus ojos esmeralda y los círculos de brisa eluden el abanicar de tus pestañas. Te amo en blanco, como el color de la voz de esta mismísima tarde de emociones. Te amo en transparente, Con la imperfección de mi reflejo en un estanque. Es hermosa la tarde, pero el prólogo de tu espíritu saquea el primor limítrofe.

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Morir Con Tus Latidos Me sorprendes agazapado, propenso al no quiero. Invaden tu mirada de bosque y tu silueta argenta. Miras con la pasión de no decir nada, y frustras mis cortinas de plomo azul. Eres un racimo de deidades, expresión para delectarse encallado, vulnerable. Vistes sensaciones marmóreas, inutilizas mis defensas pseudo magnéticas. Eres la lejanía del murmullo de sirenas anfibias, eres la distancia más corta entre la espuma del mar y un mecanismo de relojería. Eres ajuar de brisa, eres cresta del hacha que ejecuta la letanía de mi memoria. Me sorprendes aspirando el amianto de otras corduras, guardia baja y pecho emplumando. Desmelenado el brasero de mis ilusiones. Apuestas con calma bronceada A las vísperas inclinadas, obsesas. Y reacciono en zigzag, te califico en cardiaco; entretienes mis pupilas con el rocío de tus mejillas, cada pliegue, cada vello. Eres hectáreas de amor, hechas latidos.

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Muerdo La Literatura De Tus Deseos Virutas de brasas del sentimiento que vuela con necesidad de detenerse de cuando en vez. Hilos de pasión enmarañados a las piedras tibias del lecho ondulado de un Nilo sin criaturas. Muerdo la literatura de tus deseos, asfixio los intentos de relax, de pausa de la basílica de tu trapezoidal cintura. Compartir la honradez de los torrentes anímicos obra de lo olvidadizo que suele ser el futuro. Se ondula el fruto sagrado y te vuelves carne, miel e impregnación de oxígeno teñido de rumbos. Burbujean tus anhelos en mi copa de esperanza, inútil el raciocinio invade lo sagital de los efluvios. Vibro cual flauta dulce tartamuda y erosiono el manuscrito del fracaso tatuado en las palmas de tu cuello que todo lo ase. Te confinas en mi armonía, te prohíbes soñar con paredes vacías. Te miro danzar, como deferencia a las virutas, como determinando el fin de esta parada, mas no el final de nuestros plectros, soplos que vuelan y aman.

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Nochemala Arráncame el sujeto de la frase sin predicado, sujétame el hilván del bosquejo de mis fantasmas. No toques el cristal huérfano de la nostalgia, de un romance… La matriz de mi gravedad, hojea los latidos de la calina que rige la meninge. …y el velo inmaterial de un vitral incoloro, me agasaja somnoliento; a la sombra de un latido sin versos, a l tacto de la hostilidad a ser feliz. Y alquilo un búho posado en la hoz, pasatiempo imberbe de mi dolor. Tangente y hexadecimal el deseo, foráneo el goce querellante. Tóxica mi angustia concatenada con tu sonrisa, Ilimitada la capacidad de sobrevivir; robusta la cadencia insomne. Fiel mi estrato carcelero. Arráncame de cuajo el esmalte de mi mirada, Dibújame tu sangre en mi labia.

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Nostalgia Cromosomática Quiero encontrar calma cosechando o segando sea lo que fuere haya debajo de la tierra, los frutos de las semillas que alguna vez plantaste y no germinaron desafiando a la gravedad. He agotado los recursos de la audacia, de los renglones; todo auto biografiado por ti, seco el estanque de las monedas. He consumido el balbuceo escéptico del reloj de arena y la espera se pagina en formato de reproducción, sin biberón. Infructuosa. Aún atruena el diálogo de las nueces de nuestra conjunción Pero no puedes oír nada de eso, has emigrado; Hace mucho que has estrenado nuevo ecosistema sentimental, Hace poco que impido renacer las lágrimas de mi bilis, desde el plomo boreal de mis festejos.

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Paisaje Hinchado De Ti Tu aroma desovará en mi porvenir. La altura de tus vientos me hará sonreír. En un bolsillo de agua dulce, guardo e hipnotizo el jadeo de tu continente. Desde el tallo de tus ojos, enmendado recorro la estepa de tu frente, fuente de fronteras y milagros, de vendedora de luces, de letargos. Se multiplican los pañales de esta fuerza, un sentir caudaloso, libre de referencias. Vicioso entre mis pertenencias; lingotes de besos en extinción te aclaman. Y en mis manos poliniza tu mejilla, en mi vientre naufraga cándido el abecedario impune de tu apogeo. La mansedumbre de las perlas de mi juicio, hurga en tu piel, Como humedad turista. Estatua de lagos templados, unidos; culpo a tu aroma y rezumo, destilo un síncope de anillos rebozado de riqueza, quieto. Los dos.

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Presencia De Un Grito Sin Atención La invisibilidad de tus brazos reposa en la candidez de una noche asediada y atascada en la necesidad de sueños… … exentos de trigonometría laberíntica. ¿Has sentido alguna vez como muerden las uñas de la miseria? ¿Has humedecido alguna vez los brotes de la razón? La invisibilidad, la que pernocta y muta a un asilo para los estallidos de flexibilidad suicida, columpio de adioses de vidrio de un final añorado. ¿Has separado alguna el periódico de tus errores? ¿Has saboreado los bisturís de las ilusiones? Reposa. Esta noche necesita de tus sueños, sin brazos… …sin lágrimas, sin la ausencia de la sequedad de amarme.

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Puta Mierda Promesas de lirios y Lidias humean las velas Unas color acuoso, otras; sabor ocular. Tenedores y aromas dispuestos, cena para dos Ausente el reflejo de recuerdos afrodisĂ­acos. Manoseas la servilleta de congoja surreal, Impertinente, cebo mis pies en tu entrepierna Exhalas una sĂşplica muda que sugiere clamor por vigor Redoblo juego lubricante Desdoblo el mantel, madera ilesa a desvirgar A pocos metros de que alcances tu tercera gloria.

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Que El Amanecer Decida Si Lloverá Cada trozo de ednio nocturno, cada molécula de ednio dealgidez luminosa, cada suspiro milimetrado… …observa cada calificativo que se evapora en la lejanía de tu piel.

Boreal el sentimiento neonato que hace florezca mi ilusión. Dulzura inmedible cuando decae la luz en mis estaciones. Aroma a madera, a tierra mojada por la lluvia, y emerge el sabor de tu semblante aún desconocido, se declara vecino de las cadenas de mi pecho y… …te quiero.

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Que Lo Expliquen Los Ednios Venideros Rociar el seno emplumado de cada capítulo de tus anhelos, juntar el aroma de los aleteos de tu esternón que ataca; acomete de lleno sembrando mastranto en la orgía de versos guardados en los puños violeta de mis antojos… …en la sombra de hojas de lluvia sin explorar. Todo eso, ocurre en un ahora tembloroso; en la espalda de una diminuta fibra de tu cabello. Salpicada.

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Que No Vuelva A Amanecer Me presento sugerente ante la imbecilidad de la aurora de muslos abiertos y ecos de cencerros. Como explorador de sortilegios y vértigos, como cándido asesino de suspiros rupestres. Revolotea insano un gorrión justo delante del naranjal, Febo. Tú eclosionas en silueta ocre, tapando; obstruyendo la estulticia de los primeros fulgores. Aborrezco tanto la alborada. Todo lo tiñe de insultos desmañados, todo lo revela, hasta lo traduce a tonos Braille, para que nadie se pierda detalle. Y te vas acercando lentamente, como eligiendo el calibre de hierba que aplastarás, como pidiendo permiso a la angustia del rocío, lisonjeando en voz baja a la gama de colores. El brillo parece querer arrancarme la visión, pero dejarme los ojos, tan permisivo él… …y te sigues acercando, mayor el eclipse, Decrece tu sombra, lacera el momento de la campiña. Cae moribundo el gorrión y los naranjas se hacen rosa, y los rosas amarillos y los amarillos blancos, Llegas a mi lado sin sombra, sin ecos de cencerros Me indigesta el sol a pleno, cerrados ya los muslos, 99


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invento una caricia, dejo de explorar y plagio al gorrión…

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Regocijo En La Espera ¿Por qué la pena no disimula la alegría con que nos espera? Hojas de parra heridas por un otoño primaveral, Proclaman su adiós al contraste con los nísperos aledaños, los últimos aún pletóricos de carnosidad, banquete de planeadores. Pena, deja de fingir y píntame de muerte, bébeme con anticonceptivos; Tómame de punto de referencia para futuros envíos, sellados, verdes. Aerostático mi cuello que endereza el prostíbulo de cada equinoccio, roba una bolsita de piedad para domar las pirámides de indecisión, ¿De resignación? Tal vez deba ahogarme en un réquiem devorador, pero tú sigues esperando, al menos eso refleja tu regocijo. No te oigo bien, ¿Qué si la quise? ¿Qué? Necesito equilibrar lo emocional con una botella, nada soluciona, pero al menos no espera… ¿Por qué la pena no disimula ese bálsamo de razón? Nada es sencillo, nada que merezca la pena lo es. Que alguien me quite esas malditas hojas de encima…

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Rol De Asteroide Espectador Garabateas la virginidad de un baile pendular. Ni un historiador podría describir tus latidos, te aceleras y atas los hilos de la tradición; el boceto parece beber de nuestra generación. Joven el encuentro inesperado con la sonrisa, y yo amarrado por la gentileza del humo de gladiolos, altavoces en flor que derrochan plumas de estación. Inmensas las uñas del ambiente circundante. Y bailas, como descubriendo el contenido de las gavetas donde se alisan los párpados. Mitosis, meiosis; como quieras llamarlo pero el garabato fue boceto y ahora, ahora desequilibras las honduras de obra completa. No hay más público que mi flotación inmovilizada, pero alguien pronuncia un halago de oferta en latín al tiempo que tu danza encuentra el final, me desmeleno. Y lates. Se abre bajo mi sombra la sorpresa, Nunca hubo música…

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Flujo De Ser El Dueño De Mis Consecuencias Escalar tu pulso que aún me cobija, rebotar en nuestra pertenencia a lo no dicho. Surcar tu sombra acumulada en mi puerta de entrada, abotonar mis bostezos apuñalados por tu lejanía. Así aparto la realidad de una noche sin siesta, el dominio de mis besos en el cuarzo de tu espalda; la homilía de la suavidad de tu vientre tatuado por mis melodías. Esas que traspasan las pasiones plebeyas, esas que acortan la agonía de no tenerte.

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Se Apiadó El Dolor Fue en septiembre de un año feroz, Un mes esculpido y madurado para desequilibrar, Para desnivelar las cotas de sinsabores Los límites de efusión, arrebujada en claustro febril. Cogí tus manos por primera vez y el viento dejó de ser viento al aplanar mis vértebras la luz se convirtió en chispas que dejaron de iluminar el sendero de lo trivial. Las lamentaciones por ser hijo de la amargura se disolvieron en laureles de impulsos eléctricos irrefrenables. Irremediables. Germinó una lluvia de erizos en mi nuca, por primera vez. Sentí que frondoso el dolor, se apiadó de corrupta necedad. Y dolió, duele, aún duele, siempre dolerá. Cierro mis ojos para apagar el fuego, entonces; Aún con tus manos anidando en las mías, Sé que te quiero. Duele.

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Frío Lánguido En El Espejo Muerde la novia de la aurora a un remedio fugitivo impone gozar con el roce de un ascenso mortífero. Ecos de oboe cómplice en las galerías del fracaso. Tartamudea la niebla de mi alma repleta de anfetaminas Mis muñecas suturadas exaltan la importancia de lo ordinario Con dolorosa ternura me acaricio el mentón Frágil es la plegaria que suplica habilitación existencial Vidriosa y débil jaculatoria en entremés moribundo. No oigo ni quiero oír al alba y se desnuda la tensión en destrucción vulgar. Se opacan hasta las ganas de clonar llanto, respirando aire filoso por lo que ya no recuerdo En la ventana, se encarna el azul en lo que hasta ayer fue rojo, se imbuye de alteración nostálgica y crepita la magia de agonizar. Palpitan las letras de las cartas sin abrir de las promesas sin develar de los juramentos incumplidos. de la incapacidad de seguir sobreviviendo como una esponja reseca. Fugitivo el remedio, enmendaré vuestra lógica de vivir, congestión en la voz interior que me corroe, nasal mi grito; frío, frío lánguido en el espejo de las galerías.

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Simplemente Surge Reposado en aquella terraza peinada por ruinas, pasó tu figura rítmica y despreocupada; admiré cómo estiraste la mirada, sacando el óxido de mis cerraduras; posando el verde sobre mi creatividad pasiva. Instantáneo. Caminas como buscando epidermis destruida, entre ingenua y brillante, y siento el murmullo terapéutico de tus andares, como el ramaje espontáneo de un salón de baile. Escribo soles en una servilleta mientras te alejas, dibujo ruedas de tranvías y giras tu cabellera. Indefinible el punto de intersección, en este oleaje repentino de encuentro de retinas. Tu gesto de salmos y hiedras nos sensibilizan, más allá del delectante perfilado de la personalidad. Desconocida. Unión prolija, que descarga con énfasis la vuelta sobre tus pasos. Dictamina tu visita a mis ruinas, a mis letras; a mis ruedas de tranvía. Sentados en la terraza, peinada por ruinas; ángulo de esta bahía punzada por esa primera mirada. 106


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Donde y cuando lo esencial es invisible.

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Pretérito Minusválido La primera, quebró la anormalidad de lo cuotidiano Alisó sus rizos y con silueta de vendimia, eligió nueva modista. Estrenó los escaparates de amianto, los que resuelven el arte cloacal. Maniquís de eyaculación precoz. Polución que volvió a ascender… …a la Luna que llora lluvia falsificada. Se abrazan las cuencas de mis ojos, “Dediquémonos al aire libre”, sollozó en arpegios jorobados. La segunda y última ilustre, Estampó un beso en la timidez rojiza de mis retinas. La moneda no se quedó en la hucha La llave huyó de la cerradura. Ciego.

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Semblantes (RQB2) Corteja el plañir de la noche hoy es líquida. Noche sin rostro, de sienes goteantes. Rastro de nostalgia imperecedera, inconcluso sobre las vísceras, de pasión insolente, desborda la copa. Licor ardiente y efervescente. Mi eternidad es demasiado gélida para tus escollos de espanto. Tu mutismo pretende detener el tiempo al momento de abordarte. La copa nunca dejó de ser tu cuerpo, recipiente para tu elemento líquido imperfecto hasta que yo la navegue y naufrague en secreto. Clandestino, te bebo. Sangraré placer silencioso, al estremecerte, al arrebatarte del olvido. y tú beberás los augurios de mi misterio.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Te desgaùitas, clamas por otra tormenta. Mueres y naces con cada caricia, mi soledad prodiga a tu copa. Goteas al ritmo de la noche ahora tiene mi rostro, y la luna‌ huye por los barrancos de lo vano. Te sigo bebiendo.

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Santuario De Pieles (VOPMMX) Hoy me convidas la serenidad del reposo adherido a una caricia; la textura de pecina del espíritu de mixtificación. Me estimulas a pasmarme con tu piel ilustrada. Tatuajes dorados delineados por el sol inquilino de mis ojos. Moldeas mis labios con la prolongación del verbo de tus mejillas y el alivio de tu aliento diseñado por somníferos de luna y seda. Fierecilla de pasión sutil que lleva el correo certificado a nombre de mi más lascivo deseo. Colina donde el dios del desenfreno edificó el santuario de adoración al pecado el de retozar en tu cuerpo lozano, de magnetizar la sangre de nuestras venas que no conocen bajamar ni ceniza. El desvelo de serenidad y espíritu de lucha, la bestia del sufrimiento 111


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ahora con alas de paloma favorecidos lectores de fucilazos que leen el apetito perenne del código de barras que identifica la necesidad de amarnos. Perdámonos entre las galerías las de cristal fino las que tapizan los huesos del cadáver de lo que fue la urgencia de sufrir por no tenernos. Voy a rastrear la placidez de las huellas la que prolonga la existencia de la legalización del temblor de mis manos al recorrerte. Porque quiero la propiedad de tu cariño aunque sólo sea dueño de una hebra de tus cabellos. Porque la estirpe de mi poesía y la jaez de tu lira son dos caras de la misma moneda. Despelleja la niñez de la nobleza que engendra felicidad, puericia de grandeza que concibe bienestar. Abre la ostra de devoción del centro de mi corazón; recoge perlas de fruición para ofrecerlas al fondo imposible 112


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de la fuente de los deseos …se humedece en este santuario de adoración, colina donde el dios del desenfreno fundó lo que ningún diamante puede cortar. Juntos vamos a arrugar la torre de papel de las cartas del recuerdo. De la mano someteremos a la pereza la de acrisolar la cicatriz del arañazo del tiempo que no tuvimos. No hace falta métrica para nuestra literatura de amor y vida, sólo saber flotar en la tinta de nuestras letras. Hoy me fumo el humo bicolor de la corteza del planeta que te sostiene, con fervor inhalo el veneno consagrado el del embate sereno del reposo que me provoca tu primera caricia y el último de tus anhelos.

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Sofía La oscuridad es lasciva y el campanario de grillos la hiere de clamor a vida yerta. Sedosa la desnudez del luto nadie invierte lágrimas nada gotea. Me distancia un cabalgar de transparencias se costura deforme el alba. Coloquio indeleble de campanas austeras. Sobriedad de sonrisa impostada. Febo insulta mis poros flemas de fuego y madera. Una sábana de limbos ironiza con la humedad de mis nalgas. Nada gotea. Armoniosa aglutinación de sopor padrastro del delirio póstumo. Se dejó ir sin gemidos ni quejas Adiós Sofía, no más grillos; adiós hija, no voy a llorarte.

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Suicidio Del Último Minuto En El Reloj De Luna (V2.0P) Se desangra la primavera, sobre tus hombros que no salivan, eunucos de poesía, ni visten cánticos adormilados, Es testigo muda de cómo mi lengua, cosecha las últimas palabras, de la aridez de tu vientre. Mi alma descafeinada, imita el hábito de las luciérnagas; abanico en lo blanco de tus manos, roma en pliegues, estelas que delaten lo sumiso de tu pena. Mi esencia sigue el rumbo de la luna. Ayer te seguiré escribiendo, algún regalo… para las vitrinas de tu inacabable silencio. Así me burlo de la actitud rezagada, público asistente, al suicidio de mis letras en el libro de mis ausencias.

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Divina La Tragedia De Sobrevivir Es una reunión de lágrimas lo que abraza la tragedia, ¿divina? La desventura esgrime loas a mi espíritu taladrado por la decepción. Contrariado. Un infortunio desgraciado amenaza eternizarse en ecos. El cromo de mi ventana parece oler las hojas, caen moribundas al lecho de leños podridos. Medieval el conjuro de juglares, emisarios de la angustia inconmensurable. No te apiades de mí, grácil melancolía; que la tristeza no viene de ti sino de mis excesos. Exceso de perderlo todo, incluso la mediocridad de una sonrisa aseada. Construí mi mundo sobre arena, y sobre piedras se fueron mis amores, Bebo y brindo por lo que no recuerdo, atusando mis neuronas, negando más vitaminas. Me extingo. Hasta la vergüenza agoniza y se quita los pañales; fui el huracán perfecto y la brisa soñadora, fui el destello de un riachuelo y la tierra fértil. Las hojas no cesan su caída…

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Ni tan siquiera recuerdo la melodía esa que mi niña elogiaba con acordes de bebé, y ya no soy consciente de los ednios que traspasé. Fui terciopelo en la noche, fui misterio y amor, puente y barricada. Es una reunión de lágrimas la que te participo; Toma parte en esta despreciable pena. Divina es la tragedia de sobrevivir. Y los malditos ecos…

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Discurso De Mis Entrañas He buscado el sitio de tu sonido, solo encontré un reflejo de epítetos clandestinos estampados en las palmas de manos confortables. Con el idioma del sol, con la perseverancia de mis verdes; hallo lo acogedor de tu vientre espigado, sembrado de susurros de pétalos estivales. En la popa de mis dedos, echado el ancla de tu bálsamo. Parpadea el discurso de mis entrañas, y los guijarros de tu mutismo amoroso oyen mis pasos milimetrados. He buscado el lugar de tu sonido, solo encuentro aquel reflejo. Vigilia calcinada y la pertenencia de tu vientre; contracciones difusas de conciencia amansada.

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Nubes Comunicantes Tus ojos, boya de metáfora de ilusión. Mis dedos de olas cobre se aferran a ellos, mis labios aprenden a leer y oler tus párpados; en un acto de disfrute y despreocupación de estanques, donde y cuando se anula la personificación de sombras anudadas. Agujereas mis días con estallidos de gineceo de mil carpelos. De urbanización silvestre tu misterio. Empuñadura de tierno sigilo, la espada que atraviesa un nuevo sueño, allí donde y cuando nadie exige nada, allí donde la lejanía impone su tacto, la naturalidad de una belleza ineludible.

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Vimos Llegar La Niebla La desnudez del canto, volátil, se abraza a la espalda de la arena. Caracolas, seda, fricción, agua; y cae el añil de las constelaciones. Sojuzga el aroma de mis manos en ruinas, se filtra entre los cabellos del alba. Ociosa la infinitud resbala en el papel, grafías de tu saludo hechas añicos junto al vaso. Solloza la hoguera en cenizas verdín. Caracolas, seda, fricción y agua, Sólo ellos y yo vimos llegar la niebla.

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OPUS II – De Mustainismo Experimental Encerar y sacar brillo a la sangre lírica para que recorra un camino inverso, lo hollado sembrado de riesgos harto conocidos. Exquisito martirio psicosomático que te envolverá en nano-sensaciones amorfas y rezos purgados. Si mi conciencia pudiese hablar en un tono blando y sencillo te participaría de la verdad fundamental y promisoria de que el futuro mediato carece de dirección alguna. El deseo brilla cuando un rapsoda se enamora del poder de seducir con actos de amor y terror subliminal; ratificando que la realidad es un disparate. Delirio enfermizo de combinar letras que paren palabras erradicando y condenando el azar, mensajes que dan forma al manicomio que conforma el total de versos. Nada desentona. Apertura mental. Confirmo tu sospecha de habitar el ático de lo solemne atravesando tu pecho viciado de humildades eméticas, lo hago con un llamado perentorio a los barrancos y quebradas de mi locura que decidí sea nocivamente constructiva. Perenne. Recorro tu conducta y examino tus repuestos, aparto con respuestas la malicia de tus madrugadas avasalladas por sucias creaciones perseguidoras. Esos malditos delirios coherentes. Lee, sigue leyendo; relee, profundiza, analiza, empápate y asimila. La camisa de fuerza hecha a tu medida espera. Exilio, lejos de la plebe. La nitidez de mi irreverencia y la pureza de mi corrupción sólo tienen un objetivo: Hacerte mamar calostro cultural psico-pornográfico vital de esta neo-concreción de la matriz, único material con espíritu tangible que hasta ahora nadie ha sido capaz de nombrar. Mi creación.

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Los Granos De Fuego De Mi Vientre Sonaja de clarinete, sabor a rictus de luna perversa, exentos al momento los granos de fuego de mi vientre, aguda se entierra la palabra y abatida regresa la madrugada. Observo la invasión fragmentada de olivos, sin palomas esa vez; ¿Acaso te perdiste algún diluvio?, susurra la seda de tu piel. No contesto porque el instante induce a magnético olvido. El impulso es imaginario ya que mi alma respira tibia, y surge el lenguaje semental, concreto y lúcido. Clavos. Abandono lo nupcial de lo súbito y oxido mis manos, momento de acribillar el incesante goteo del rocío, de amarrar la ficción de esos clavos impíos. Invito al escrito al cascabel y a los platillos, se regocijan orinando sobre la acidez de mis versos. Rauda acude una paloma desplumada y sin mensaje, se lo robó el magnetismo del olvido. Sorbo alcohol y empiezo: “Ella fue testigo de la invasión de olivos… …heredó un ataque de artritis madrugadora” y acabo el vaso, imaginario; creo.

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Entrepiernas De Un Ahora Entre las navajas de luz de mi garganta huele a extremidades de sueños fisurados, a vientos de entrepiernas libadas apocalípticamente. Entre la congelación de mis dudas, huele a columpios para adultos menguantes a llamas y lluvias de caprichos histológicos. Ahora se plastifican las nalgas del recuerdo esas que antaño celebraban rezos y vómitos. Ahora, el humor del silencio huele a médula espinal, espiritual.

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La Vega En Pastillas De Argonauta Huerto descuidado, aún fértil la tierra…húmeda. Aroma de perfil sesgado, se empaña el giro de los perfumes, se adormecen los significados de motel en cuna comprimida en miligramos. Numerosos los ednios desde que mi orquesta murmurara lienzos y semillas. Incontables las flechas sin blanco, incalculable lo cúbico de mi papelera de cabecera. El perdón de una mirada seca y descalza insulta mis papilas de insigne egoísmo. El fragor de una insana calma ruge, riega los jardines del delirio. Y germina una falsa Eva mitocondrial que devora hasta las lechugas de la vega. Descorcha los tomates, se taladra la vagina con las zanahorias y se me acerca meneando las nalgas como perra con dos rabos. …se empaña el giro de los perfumes. Huerta desaliñada, húmedo… …el tranvía donde se mata y se crea un ednio más, un ednio menos.

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Inactividad En Extinción Mi edad consagra el silencio. Volver a dormir y ¿soñar? Estirpe ecuestre heredada en las amapolas y lirios sumergidos en vinagre que dan encanto a este jardín de inactividad. No, no estoy varado en la arista de la esperanza, solo ansío unir mis restos de cautela a las nubes; e ilumina ociosa la lengua del retrato erguido, aquí, en la cuna de lo que podría ser mi sueño. Hay una ruta de acceso, sin puentes ni orillas y me caigo detrás de los dolores, por decreto de la infamia. Ennegrecidos los lirios acuñan un viaje efímero. Aspiro las amapolas para agonizar con el “hasta siempre” Estoy varado cual ballena melliza en extinción, ahora en compañía de tu rostro lloroso, roto; ¿Es esto soñar? No lo sé, solo siento límites en la cuna aún iluminada. Todo lo que puede consagrar la edad, Mi paso a través de los ednios.

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Fusión De Entes Sin Criterios Heraldo gris, fustigando facturas por el conocimiento adquirido se te acerca volando a capa y espada para encontrarte delirando en medio de los ángulos obtusos de la mesa de la ignorancia ataviada con hombros de perro. Incontables ednios desde tu juramento al vacío, ese vacío con fondo de mies alquitranada. Tal vez venga a reclamarte en son de paz o quizás solo pretenda asesorarte en cómo apagar ese cigarro. Si yo lo supiese, dejaría de recluirme en mis apellidos, Dejaría de intentar componer la oda al velo rancio, o de forzar apareamiento entre demonios de Tansmania monógamos. Arriba, el mensajero dejando caer clavos oxidados llevan el código de barras de un madero, luctuoso eructa. Afanosa, la pasarela de las deudas, restriega sus cuerdas. Heraldo gris que sutura tus salidas, habías jurado, y yo os escudriño desde mis intentos, arrinconado en mis apellidos. La inteligencia inventa el silencio generalizado, excepto por las cópulas de los insensibles monógamos. Desertas de los chaflanes con donaire tabaquista. Genuflexo te presentas ante lo grisáceo que nada reclama, 126


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recoges los clavos y los conviertes en nuevos criterios. El aparecido reemprende vuelo dejando caer manuscrito de corcho que antes de rozar los hombros de perro; implosiona, nos escupe hacia detrás del espacio y el tiempo, nos hace responsables del nuevo hábitat; la esfera de la irresponsabilidad. Los monógamos también están aquí, pero nada de clavos… …ni alquitrán. Nada de criterios.

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Halago A La Distracción Frívola Muerde el alba y al rocío le duelen los pezones. Allí, tiritando debajo del lecho vertical, la muñeca esa que abre y cierra las piernas, la que no tiene ojos, sino cuencas rellenas de sutiles plegarias, de odio insatisfecho. Se muele el ambiente y niveles repentinos enamoran lo rupestre del pensamiento. Es un molino de paredes de aliento a sarcófago, obesas de murmuración sináptica sus aspas. Se subleva un saco de trigo, fatigosa la respuesta fustigada e inutilizada del blanco delantal extrauterino de una enferma terminal. Manojos de sufrimiento en las hendiduras de la libertad. Si el barro infundió vida, maldita sea la tierra. Montañas acrobáticas de dineros verdes y grises, si consiguiese un dragón de vainilla para desenterrar mi infancia con ternura me multaría, con soberbia universitaria. No era alba sino ocaso y fumo con virtuosismo, tapizo la habitación con humo inteligente Nada de esperanzas ni torturas parecidas, ni pellizcos indoloros al corazón de fuelles y axones. Domina el halago a la distracción frívola.

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Los Aminoácidos De Mi Lugar Detrás de las glicinas se recuesta el madero De dientes afilados y goteantes, de porte místico. Veteado su palpitar, rizado su ego. Sumido en su disfraz, aclimata su verbo Expresa música salival Desde su pelvis acerada Arcos chamuscados de engaños Acampan alrededor de sus manchas, Ni pecas ni lunares, manchas, Escupitajos de inteligencia Pavonados al azar. No le queda amor, mascotas ni tabaco; Solo eructos de navío en apuros Estallan como horno de fusión Madero de pensamiento fosilizado De alma herbívora y fácil de abordar. Hace varias noches que intento darle otra forma Pero mi duramadre niega el cielorraso, No a las glicinas.

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Asesino Del Silencio Una perla afincada en el nido de los recuerdos me preguntó: ¿Qué ha pasado con los ednios que fueron? Con la fauna completa de mis ojos respondí: Las garras del sonido han consumido mi odio. Fue entonces cuando dio comienzo el bautismo del suelo goteante que me sostenía. No hubo palomas santificadas ni jolgorios de muecas proféticas. Talando el bosque de lo inusual, alimentándome de colores que hablan de mi nombre, aplastando la exigencia de tu horizonte errático. Así me sorprendieron las alas del crepúsculo arenoso. …y la perla consumió la ostra.

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Engranajes Hoy quiero encuadernar la lentitud usando guantes de amianto. Recorrer los flashes tectónicos de mi corteza cerebral añublada, los que se anudan formando bosques de coral fertilizado. Hoy necesito despeinar los espejos de mi hamaca lacrimal. Transitar los vientos amarillos de mi garganta sobre belvedere, la que enrojece de varices barométricas y fanales doloridos. Hoy debo ramificarme en el lecho desconchado del billete sin numerar. Peregrinar la tupida calvicie que bebe metáforas en ánfora de madrugada, me incumbe el derecho filosófico que lía los bártulos de mis gavetas. Con alma rústica, la esfera pendular de mis ednios atrasados, refresca gotas de jabón en la marmita donde se cuece el compromiso, el mismo que hoy me obliga a lucir collar de dientes de tiburón, el mismo que hoy hace que escriba con los puños cerrados.

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Ecuación De Retiro Entre los cristales arremangados del salón, el amanecer se presenta con ojos de pan, viste vientre de niño sin pañuelos. Al oeste de una canción graduada en parvularios un surtidor de vellos coprófagos asigna nuevo precio al litio sin contemplar miligramos ni calles perdidas. El eructo afrodisíaco del reloj sin péndulo guiña ojeras, incita a que los alambres de mi equilibrio desaprueben la plegaria de mis huesos. Hoy, dejaré que mis uñas se replieguen, será otro día sin nanas laborales, ni cartas en el buzón…ni litio.

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Lágrimas De Mis Brazos Acaricio con epitelios prestados, la nuca de vuestros versos, esos que, con orgullo besan tierras de hadas. Esos que asimismo acarician la inexactitud del pelaje de un melocotón. Engañosamente suave. No hay prados de luz donde forzar un descanso. Aún peor, no hay ahogamiento tibio de risas, allí donde dejar que repose el dibujo de estulticia que preside esta canción sin melodía. No pido nada a cambio de las caricias, es más; deberíais de agradecer arrodillados las mismas. Solo pretendo entonar gestos de mi esencia, saturada de epitelios prestados.

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¿Dónde Mierda habrán Ido Las Golondrinas Este Año? Pretende sangrar el eco de un ritual El ritual de acuñar frases sin palabras De evocar al suicidio como a un juego más. Juguemos, juguemos a la vida, A repoblar de chispas y explosiones Las desilusiones y las mentiras. Si al menos pudiese aplanar una fuga de Bach Entre mi pecho y la porción de cielo que no cojea Rumores de nada, nada de nada Y sangra el eco, el de acuñar frases sin palabras.

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El Sepulcro Peregrino Huraño el bosque en los umbrales de la niebla. Recibe y acepta el tatuaje de un búho amarillento Sin tintas ni gloria, ahora las ramas oyen el colorido. Daltónico el sepulcro caminante solo percibe tabaco rubio Color no tan común en aquel boscaje, se rellena la cruz hueca, Con soledad y vituperios silenciosos. Cáliz vacío en su mochila. Vuelo el ojo del búho para enseñarle el camino correcto El bosque recupera su anormal tonalidad visual, El sepulcro grita nueces de espanto al ver la realidad Y las ardillas alertadas por el viandante, paren nuevos tatuajes. La neblina solloza fiebres giratorias, la floresta aplaude, Fuman las ardillas y la calvicie de un adiós suena al unísono. El sepulcro sigue su marcha, aún no encuentra inquilino.

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Geografía De Mis Ojos Arribo desde el reino de lo incalculable. Allí donde los párpados de aire se esconden detrás de las mentiras. Allí donde los colibrís reparten sombreros de risa. En las líneas de mis manos dormirá tu insomnio. En mis uñas mal pintadas descansarán los nudos de tu pecho. El embrujo de lo ambiguo, llevará mis gestos a tu corazón y negarás mi existencia jugando a los dados. A modo de regalo te dejo la geografía de mis ojos, niégame, pero no sufrirás más.

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Sodomizando Jazmines Nueva ciudad, jardines a estrenar. Donde se nutre la sensualidad del disgusto por la existencia del hombre. Donde se tejieron fantasías imitadoras de sinfonías de cuerdas de metal. Donde los milenios acabaron con la frágil naturaleza del niño interior. El forastero desarboló con su inventiva la exacerbación de la pasión de mirar el revoloteo impreciso y errático de las moscas de cada letrina repleta de apariencias optimistas para enfocar la inexistencia. De extranjero a residente, adoptó como heroína urbana la sabiduría olfativa de un libro de confesiones, emblema aventurado en tierras donde un cine puede ser lo más perjudicial para la imaginación. La sed y el hambre de paz se materializan en un héroe vestido de mujer que busca el paladín perdido, icono de incontables guerras ganadas en su haber; para justifica otra alianza. Calma y smog. Me presento sin más referencias que mi partícula de sombra, mi brizna de seudónimos algebraicos y mi gota de lascivia de Julieta en el País de las Maravillas. Derrotado por el éxito. Mero cuerpo de hombre, cultura infectada por la bondad de márgenes de ríos salados y por la proteica inseminación ironía que es noble amiga de lo desconocido.

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Ausculto la geografía del horror que diferencia a esta ciudad. Preguntas perennes, diferentes en cada suburbio, edificios de llanura reconstruidos por lazos hasta ayer rotos. Documentos y monografías de dragones desaparecidos al promediar la enésima convexidad de los siglos. Decido rociar buen humor con realidad virtual y leche condensada, medida que aquel nuevo residente aplaude y me comisiona manufactura de un himno que pueda narrar la figuración de la distancia hasta el próximo horizonte, un cántico que acopie desde páginas de arcilla hasta los guijarros más pequeños y más pesados, que en un inoportuno e inevitable futuro sirvan para unir el mordisqueo del vértigo congénito con la biblioteca de nuestra memoria, la de toda la ciudadanía. Nuevos jardines, ciudad a estrenar. Donde la mecánica celeste que recoge las miserias y la impotencia de los rostros cosmopolitas se devela en acrobacias bellamente desordenadas, triangulando con exultante euforia algunas de las premisas barrocas. Penumbra de un nuevo día. Mi habitación que cierra la puerta para dejarme a solas con el espíritu del nuevo himno urbano que ya se gesta. Siento que el ingenio escrupuloso del primer amor corretea detrás de las novedades fortificadas. El amor propio del acceso a mi alcoba se desvanece y cae rendido ante la seducción de la ninfa narradora, lírica grecolatina adyacente a la efervescencia de los dioses mayores. Favorecida candidata a ser ascendida a jazmín. Señales inequívocas de que al despuntar el alba seré nuevamente derrotado por el éxito.

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Nueva ciudad, jardines ajados. Calma y smog convexos.

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Lágrimas De Molusco

Lágrimas de molusco, Tres, dos, uno, capullos, Capullos en flor que no amedrentan Ni tan siquiera lámpara hecha sueño O lo que es lo mismo; añicos anudados al pie de la estufa. Molusco amedrentado Uno, dos, tres, capullos Capullos en flor que no lloran Sueños de sátira agridulce O lo que es lo mismo, Sirenas anfibias al pie del acuario. Palpo un perfume sin orificios Un ovario equívoco en el porvenir Horno de amanecer con panes recién hechos Palpo un gato atmosférico Y el molusco enseña sus senos. Cae la noche y observa los hilos descosidos del horizonte marino que come pan. Tres, dos, uno; y las olas olvidan pasar… …consuelo.

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Paisaje De Amistad Bajo la montaña de helechos, lecho boreal para la amistad. Un perfume sin delirios cae sinuoso, y el monte desangra su savia del olvido. Derrama por encima de los cráneos, de adustos fieles, felices practicantes. La gota postrera sella sus manos unidas, para no separarlas jamás. Sollozan vigilantes los helechos, felices, muertos sin velar, amigos por siempre.

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Pariendo Vacíos Con Huellas Digitales El dedo pulgar conocido por las viudas como una mosca sifilítica sojuzga el bloqueo de las ilusiones de madres derrotadas. Ata los remordimientos como perro moribundo, recoge al paso las peripecias que clandestinamente invadieron la guillotina del vulgo y plebe ingratas. Alerta amarilla, y las temperaturas se aceleran hacia ambos extremos, Parece una invasión de moscas, pero el pulgar destapa la visión es una irrupción a modo de excursión, ¡son nubes preñadas! Aporta su presencia un cultivador de amniocentesis, Medio sonámbulo reparte anestesia y satén a las presentes, Chocha con la metamorfosis y muere, decentemente. Telofase para el pulgar, temperaturas que regresan sin prisa Cero en hexadecimal, ríe sobrevolando a las despechadas, mira al pulgar déspota y sin aguardar aprobación arroja una medalla de muerte sobre los vientres estriados. Ahora es el momento del reinado de extraña pareja, Argucia y Contradicción; se desatan los remordimientos y Nacen los actos olvidados por el vacío también moribundo.

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Reemplazando Y Desnudando Las miradas y sus calorías aguardan resentidas cual vírgenes empollando alienígenas y el sol se demora en llegar para quebrar las flores. Atento el rocío desviste un huevo de tortuga y el reptil aúlla clamando a Febo, que se demora. Nerviosas las miradas liberan dosis de calorías, ni rocío ni niebla y algo se sacude… …cae un arcoíris justo al borde del mar. Eclosiona una sopa de tortuga y luz. Nuestras miradas gallináceas, no más sol, miradas en esferas silenciosas rigen el nuevo reino que desnuda huevos.

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Tatuajes Intravenosos Hoy quiero desnudar un viñedo. Como si fuese a herir su sensibilidad, como si fuese a degollar su ¿mies? Y soy capaz de enarbolar tal cereal, de hacer que se devore al sembrador, que el mismo viento que esparció las semillas, horade el espacio…hiriendo. El mismo que aún separa el velero repleto de turistas envenenados por la promesa de cosechar la vid. Y exhalo suspiros bordados de seda y diazepam de semen femenino, de inventos no reconocidos. No sé si lograré desnudar al viñedo. Viña embrujada por los callos de ordeñadores, Y puedo oír las risas de vuestros tatuajes intravenosos. Y digiero el jolgorio al desarropar la viña, uva por uva Cereal por cereal, vomito al sembrador Al inconfundible y arenoso compás del viento Enjaulo los tatuajes hermafroditas y ebrios. Venzo.

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Plagio De Fin De Semana La luciérnaga gira sobre el eje nocturno No tienen abrigo los perfumes geológicos No tienen rampas los capullos de oruga Y no ecualizan carácter las mariposas estercoleras. Inagotables los olvidos para mi infrecuente cigarro. Las flores se tambalean apacibles Ante la atenta mirada de la brisa austral El convoy de albatros de todo fin de semana Llega con retraso y eclipsa el eje nocturno Invisibles nubes que eructan un tímido trueno. La llovizna lame en vertical al asombro, Croan con eufonía indeleble las protestas Y la gota menos desnutrida insulta un pico Este se come a la luciérnaga y cesa la rotación. Aún oscilando, una bella sin pétalos. Es ella la que ecualiza la anormalidad Con un llamado escupe a las mariposas y Aúlla rabiosa: aún es de día. Idiotas.

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Abandoné Los Renglones De Un Beso Cosmopolita Abandoné los renglones de un beso cosmopolita, renuncié a la gallina de los huevos de oro, apabullé con honestidad las falacias de los come velas, e incrusté una clavija diamantina a la cebolla de acero. Reinicié mis vicios con armonía, lejos de líricas vetustas; me distancié de las heridas apaisadas de un cuarto de siglo. Elegí vivir desmoronándome antes que vivir esclavo, cual fiel grumete a una biblioteca de celos infundados como servil lacayo apoderado de una cama de clavos. Ahora se distingue lo enfermo de lo genético, lo verdadero, de la blasfemia de una sonrisa maquillada. Ahora discrepan, la valentía ungida por un fértil timonel de navío de ingenio con el cortocircuito terminal de las manadas sin jefe. Ahora buceo la intolerancia de mis desafíos a solas. Disfruto, mientras no vuelvan a intentar inocularme.

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Administrando La Pérdida De Facultades Con fuerza elástica, me abandono al abrazo de tus músculos líquidos. Especias en pensamientos, tinta de vida. En un Calipso de plumas, de sonrisas sin papel; en un verbo amedrentado por la facilidad de helar miel. Sorber la entrega de tus labios es como besar el pasado. He visto la marea de tu habitación vacía, he perfumado los estertores de mi globulina con tu nariz de viento cuneiforme. He perturbado la cebra ajedrecística que aún no cruza el río. Mis tatuajes pulverizan la seda entramada de tu almohada, esa testigo necesaria de cada despertar cuando no importa la hora proletaria. Vellos de lino y fárfara de arroz recién cosechado, mi sentimiento agobiado de explorar fronteras, te observa cuando ostentas suturas de corazón de girasol en arcoíris de hechizante deseo. Todo y nada se solventa en un quehacer invaluable, el haber estado trepando, un árbol de promesas y corcho fidedigno por más de cuarenta años, no traduzco los ednios.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Techos y paredes de tu belleza declaman energía motora, pero el lastre ineludible que se sigue gestando en la maraña de mi escalpelo, jadea inmune ante los prodigios pospuestos. Desaforado, rebota en mis sienes lo imborrable, leal o no, hoy me abandono a tu abrazo, líquido, vital.

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Al Dorso De Un Asombro La estatura anormal de billetes de oxígeno me pilla desprevenido, fumigando atrasos hospedados en bouquet de depresión. Al costado de la sorpresa, tetillas de vodka aguamarina sacramental. Al dorso del asombro, la redondez de la hiel que reza en latín. Claustros celtas difunden la severidad de Hermes; concluyen la anatomía de unas pocas dudas. Entonces extermino la emulación de ideas finitas, aplasto lo remediable y fluye el poso de mi verdad. ¿He dicho verdad? Al parecer el estímulo emisor de mis dendritas, constituye un nuevo inconveniente ¿federal? Nada es hediondo en la aptitud de mi barba septentrional, también de estatura anormal. Billetes de oxígeno en latín, ofuscado mi delirio en un lago bilis imberbe. Todo al costado de la sorpresa, todo erradica el antagonismo incapaz de morder la cordura, nada iguala ese aguamarina sacramental.

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Anarquía Difusa Del Verbo Hoy el amor está prohibido, es solo un adorno que se pone al canto, una trova que atenta contra los hallazgos; cuando nadie cantó a las carreteras enlutadas. Fuga de plomo en munición fallida, ilesa la vid que usufructúa nísperos callados; piedad en la túnica del entresijo herético, Y pongo el verano inquieto a los pies de tu silueta espectral. Tribus de perfumes y mar dulcificado dan un golpe en pared de hiedras donde la palabra escrita tiene carnosidad en las mejillas. Espeso el tapiz en el griterío de las garzas, en el gruñir de los monos no descubiertos Todo implica, mi presión arterial homogeneizando leche. Química. Y el estornudo de una secreción narra mis lances de pesca y fracaso, de ansias y manos atadas. Prohibida la herejía de amar. Me sustento en mis fusas, Carnosidad…

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Ante Bellum Ya no pululan los gemidos alados del andamio allí donde otrora solía sentarme para aspirar el cuello del viento. Ahora el perfume de la hierba aprende a cantar. Ahora, una esfinge de cordero griego apuntala en mi pecho un gesto de verduras, un cielo de manos que acarician mi tejado. Tropieza la fatiga de un pájaro sollozante rebota en el fruto del castillo de los milagros y… desde el oriente de mis axilas gustativas zozobra la negritud de mi amargura.

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Apelativo Para Una Pared Señalizada Contrasto un beso en las salivas vírgenes de los lienzos restringidos, anudados; de tu reconstrucción… …que no protesta.

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Argentum Germina por tu espalda el sol en blanco y negro Oteas occidente e invocas al azul, presente. Sembradío de miedos sin cosechar, a la escucha atento al gemido de algún cometa nuevo algún meteoro infrecuente que imponga orden. Brota, se alza y muta Febo de bicolor a gama de grises, pausa los husos horarios que bordan pútridas esperanzas en plata, porque lo áurico es vulgar, plebeyo; y tú no lo eres ¿verdad? No, ¿verdad? Un campanario de luces ilumina a tientas los miedos, Hoz en péndulo inutilizada… Tiembla un beso en el espacio, habla lo que rige el momento, no es alguien sino algo, no es sangre, ni la gota de un amante. Giras hecho lumbrera y reaccionas ante la trampa del tiempo se revela el badajo y blande el único repique la hoz despliega sus alas y divide tus soleados grises; de cuajo cercena los miedos y fugazmente pasa el cometa. No has visto ni tan siquiera los cristales de lluvia de su cola pero inconfundible su gemido, y mañana; mañana más de lo mismo, excepto que como ahora, estarás mirando abúlico hacia oriente, tal vez sin aprensión, esta vez busques una estrella...

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Autopsia Interina “Aún doncella, la flor de invierno que tritura tu soledad. Poca estatura en el recuerdo de dolores.” Así cantan las palabras de un extranjero en mi patio interior. El aullido de lo débil y las tentaciones bilingües hacen templo en las brasas de un amor cruel. Insinuación de trigo sucio y molino, un rebaño de apuestas perdidas techan parabólicamente el oratorio. Las condenas se alejan, dejan su huella falciforme sobre la nieve… y el forastero deja de cantar.

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Buscando El Conocimiento Supremo Aparcó el horrendo montículo de su cuerpo junto a la primera gárgola de mármol, ésa, la de las varices putrefactas. Escudriñó la entrada al templo, parecía de marfil acartonado y ébano indoloro. Se mordió los labios con odio desconocido Una pintura de la puerta le recordó a su madre, ella solía tener sexo con los grifos del establo abiertos. Una formación de gansos salvajes aterriza cual turba de brazos de vikingos al escabeche. Cruje su esqueleto como nueces bajo cachiporra robada. Parecen poderosos los símbolos que cual epitafio tapian el lugar. Olvidados y oscuros los ednios del escrito que busca. La escalera no podía ser de otra cosa, piedra, quizás sagrada. Ahora nada importa más que el escrito, el del conocimiento absoluto. Vuelve a morderse los labios, como sodomizando jazmines. Corto el trayecto pétreo y la puerta entreabierta, solo la empuja y se quejan las reglas desconocidas de una magia antigua, se quejan las bisagras selladas con brea al dente. Oscuridad total, hasta puede palpar su densidad, huele a helio y azufre, Huele a bizcocho recién salido del horno, maternal…

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Cruje su vientre poblado de apetitos, blasfema su mente por el escrito, El del conocimiento total. En lo que parece ser el centro, brilla un niño de rizos ceniza; el pequeño lo espanta señalando hacia al altar de un establo que cobra vida. Es su madre que aún con los grifos abiertos trabaja un parto normal; entre gritos y restos de placenta le entrega el escrito donde dice: “Tú estás muerto idiota, ahora ya lo sabes todo” Huyó, solo para encontrar a su cuerpo en el mismo lugar, ese montículo, al lado de la primera gárgola marmolada. Los gansos defecaban al unísono y lo invitaron a mirarse, no quiso hacerlo y al fin sangraron sus labios… …muertos.

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Caída De Mis Aristas Observo mi cuerpo usado por las sombras, esas que hacen germinar los látigos de invernadero. Miro los huesos de un sonambulismo, aparcados en la esquina de un milagro. Promiscuo el vientre de la calma sujetada al cadáver del Paraíso. Observo mis sábanas disecadas, esas que azuzan las voces de un domingo bastardo. Miro el arrullo calcinado… …ese que transforma el verbo de una flor.

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Centígrados La temperatura de la inventiva desciende el colágeno de una noche sin conexiones previene a los secuaces del filtro basófilo del espantapájaros que añora leña y fuego sin semillas. Se juega la vejentud en sacar el palillo más corto, se invierte la comisaría de lo inaudito y… las crestas de tus pechos aderezadas del agridulce comida china, “Pato al Barrabás” Una virgen se aparea con lo eunuco de un pene facial. No existe histología que explique el evento, no hay palillos, ni espantapájaros. Ya nada previene de todo, ya todo enfoca a la nada, y la temperatura; sigue en descenso. Invento, pero…aún así; ¿podrías amarme?

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Cinco Millones De Ednios Luz Sales de la casa como cuervo huérfano alguien que necesita un árbol desconocido para ¿trinar? y tostar tu corazón al viento de soles disecadores, aún dormidos. Trepas al más cercano sin evaluar preferencias y le robas las almendras a las ardillas que, confusas trinan evocando muerte en alta mar. Muerte en el espacio celeste. Sopla céfiro de occidente en calidad Morse usa cableado oxigenado sutilmente azucarado, despeina lo que me parecen tus ojos y crees verla desde la copa del almendro. Error malhumorado, vejez en la calvicie de tus ideas. Bajas planeando con las uñas de tus hombros dejas esa especie de cubil mirador y regresas a la casa. Un lugar que alberga ternuras inexpresivas, allí donde de ti se mofan el éxito y la fortuna. Aún con las almendras en tu poder, decides lo más sensato; regresas a la nave, total cinco millones de ednios luz no son nada, Elegiste un planeta demasiado incoherente… … para tener un amante.

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Con Los Ojos De Las Desapariciones Duermo con los ojos de las desapariciones y sueño que moldeo latidos con arcilla. Debo seguir soñando para no volverme invisible, Mis sueños tienen sonido, tienen el bermejo de las brasas, clientes de mi lectura al sentimiento. Exhalo y reposa tu piel, imbuida en tildes, lunares perezosos, ungüento táctil. Presagios de ascenso si te toco, pagano el péndulo de tus caricias. Leíste el rebaño de senderos, allí; en mis ojos de las desapariciones: caminos estrechos por donde, al igual que yo; oyes crepitar las ansias de no dormir sino soñar. Arrulla agasajando el péndulo y vuelvo a exhalar, como el humo virgen de una pipa artesanal, sosegada tu piel se acomoda en la historia venidera. Sigo soñando ¿o durmiendo?, Lo hago con los ojos de las desapariciones; no quiero volver a ser invisible, necesito acelerar mis cogollos, tejer los pocos hilos que se alojan en mi corazón. Quiero bosquejar un beso a tus adornos. Entera eres convergencia de vidas, instrumento afinado, 160


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eres mueca de avezada experiencia, eres sabor épico, murmullo adyacente a la bebida de un mago. Greda moldeada singla en tu pecho sinónimo del centelleo de mi conciencia. Muerdo tu péndulo hecho mosaicos y despierto al roce de tu gavilla, pajiza cabellera. No quiero ser invisible, aunque me cueste mil lechos, aunque tenga que soñar con los ojos de las desapariciones. Intento decirte que te quiero, pero te has ido… …y lates.

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Conciencia De Invierno Adelantado Sé perfectamente que soy el primer extraviado con brújula. No sé absolutamente nada de faquires ni pociones en marmita, insisto en aromatizar el olvido de quehaceres, cuidados a glotis forrajera y adiestro al sexo para que simplifique la ecuación de mis calambres. En pesebre de juncos lacustres abandono mi corazón mortalmente medicado, a grutas de altamar confío los intentos de suicidio. Ensimismado en la proa de una enfermedad que huye y regresa, aún soy capaz de sentir el galope de lo que marchita en cuotas adelantadas. Y es bello… …si no lo fuese; no saldría de mis entrañas; aunque ya estuviese muerto.

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Corona De Espinas Sentimentalmente bilingües, se aparean los agujeros de cada día. Luz intacta en la ternura, aquella que no reclama obsesiones, ni filamentos deudores. Atisbo de locura circular y lavada de proezas se asienta en mis colchones de pereza reivindicativa. Si la barba del destino fuese anónima, si extraviarse en los secretos de la fatiga, sea el conjuro para cosechar nuevos bebederos. Si bajar los párpados sea cosa de rutina, obedecería a la atmósfera de vértigo que me ausculta, me lima los labios, me inculca entrada de imágenes de Esopo. Huecos y sin fondo comprobado, los días se hacen ednios, los ednios se hacen arte primitiva; y lo arcaico hace reflotar aquello que quiso morir por millones de almas. Bilingüe mi cruz de alba o crepúsculo, luz intacta en mi ternura; Chorreo mis últimos sitios vacíos. Espero… Que se marchite el cortejo de mis banderas.

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Cuajado En Vodka Y Leche Cuajado en vodka y leche pasa el turista, ojos de cyborg, su sombra revela sombrero pero no lo lleva, tan solo un bastón de nogal y ropas envidia de cualquier alien travestido. La palidez de su rostro denuncia arterias acuosas Y mi mente profana su altar de secretos: Asesino, coleccionista de úteros de prostitutas. Y lo sabe… Ojos huecos rellenos sombras de alas. Síntomas de un templo donde rige la masacre de invisibilidad corrosiva Ávido de atmósfera clama en silencio por la esclavitud de damas coléricas. Párpados que reflejan murmullos fríos y canosos. Entonces muda el derrotero a lo orilla de lo vano, Esquiva guijarros de fuego entre guitarras y cigarros. Azul mármol en la madriguera de la fiebre, escarba una mordedura de corazón labriego. Cápsulas de centeno introvertidas para el juego, vigilia de peldaños para sufragar las apuestas. Ajusticiada el alba por la anarquía de lo solidario. Cuajado en vodka y leche, no; no era un turista, tal vez fue el chip de tu cuerpo...

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De Helechos Y Sauces Lágrimas de ébano reclaman la inutilidad de pertenecer a campanadas de pájaros de antaño, de mimbres que interrogan. Tus huellas, las mías. La plaza de mi ciudad anímica demanda la ineficacia de árboles de amargura los que dan su fruto en gafas sin graduación, sin andaduras que alarguen mis espectros. Profetiza mi cuerpo manchado de islas irreparables el estadio de aprecio, amistad y amor huye purgando trancos gigantescos Me deja conviviendo con mis pasos tibios. El nunca más, busca cobijo para pasar la noche…

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Quimioteratura II – Humo y Soles

De Una Cordillera Y Limosnas Salitrosas Vasos sanguíneos que irrigan mi corazón cordilleras tangibles de ventanas que nadie investigó. Parto malhablado de mi plegaria ignorada por el aborto. Malogradas y pasadas de moda plebeya, virutas de espuma de mar crujen allí donde algún idioma limosnero en relieve, pudo cruzar la cordillera. Ya no quiero depender del sinsabor que me embute cada vez que una nube cepillada por la abstención de océanos, penetra el fruto anclado de mi corazón. Ahora, un silbido busca la lejanía de un gigante sin recuerdos. Ahora, los clavos que demarcan todo lo que he muerto, reponen las sábanas de una cordillera que no acepta suavizante. Ahora lo que chirría es mi amistad de pecho en vida, la que, sin carretel anímico, empezará a pedir limosna.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

De Una Petición Incolora ¿Ayer? Le he pedido a la humedad de todas las violetas de mundo que recorran itinerarios predefinidos en bicicletas cosidas a billetes de cien ednios. Sí, fue ayer. Fue ayer cuando la estética precadavérica de la pizarra de mis ilusiones asumió la tiza de semifusas de simpatía, esas que irrumpieron como ventolera en filete empanado. Como agua en aceite de girasol de marca reconocida. Como lluvia empedrada en la mucosa del futuro próximo pasado.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Del Querubín Entrometido Habiendo expulsado las estrellas de mis venas, mis brazos yacen en los rieles, dóciles; como lirios arrancados pero aún vivientes, como esperando el último clima fluorescente. Es irónico sellar lo apagado, pero chorrea la cera, y se extingue el pliegue de mi universo, lo hace con farmacocinética mordaz, lento. Propensión basófila en mis suspiros circulares, No, no es noche cerrada; es solo la nada y los rieles. A mis espaldas, el latido de un ángel que huele a lirios, con inesperada arrogancia arranco sus alas y la exhortación surge indómita: “A digito cognoscitur leo” y el ser me arranca las uñas de cuajo. Histéricas revolotean las estrellas expulsadas, El querubín entrometido no vuela pero aplasta El aroma a lirios es más agudo, penetra; Y por fin se digna a pasar la locomotora del desliz.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Descerrajando Humores Cardinales Amartillando la perversión del tiempo, dispongo servilletas de inestabilidad arenosa, aguinaldo para mis relojes ocultos, los que siguen opinando exequias vanas. Y los golpes de lluvia marmolista aceleran la efigie endócrina que aún gesto útero masculino de bilis negra y maestros de la sospecha. Memorias entomólogas laceran mi cariño expuesto… …tiempo depravado, no te lleves también las servilletas.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Desde Un Taladro Melindroso Empujo la orfandad de los días solitarios. Dueño de la imprudencia de sobrevivir, amo y señor de la matriz hostil de no sentirme cerca. Atado a una colección de girasoles sin compromiso, ligado a la causalidad de roturas de lágrimas de cristal. Una cruz en la mejilla de mis ednios futuros, un croquis de la tristeza desnuda, la que, nostálgica; promete ser mi hogar.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Detrás De Mí, Ese Cuadro Me enamoró la sonrisa del ocaso hecha diván como amamantando a sus hijos eléctricos, destellos. Y se extingue el color Se agudiza el diagrama de la cerrazón filosa y agitada… …por la inquietud, ventolera de un solo anhelo. También sonríe el magma testicular de estas nuevas tinieblas y se extinguen los arpegios en sostenidos, seísmo de bemoles rellenan el cuello de silicio que hace se estanquen las redes de comunicación biológica. Las panteras de lo fortuito se aparean a mi vera, creen que soy el último cartero, el primer carcelero. Me enamoró aquella sonrisa hecha diván, tanto; que hace que crujan los árboles reforestados de mis hombros, hace que las edades de mis labios busquen aún más sombra… …de un solo anhelo.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

En Panal De Juramentos Juro que he visto estrías en el horizonte de mi futuro. Hibernando, me acerco al panal de mi pasado, y la abeja reina me sella las muñecas, acuña delirios de grandeza y disfunción renal. Ya no recibo visitas en el museo de mis ilusiones, y la pértiga de lo injusto me acusa de haber escrito antes de inventarse la escritura. Se presenta la imbecilidad ataviada de gelatina aterciopelada. Me ofrece postre de respuestas, justo en estos ednios en que no tengo preguntas. Juro que he visto el dorso del sosiego. aún hibernando, lavo la terraza de mis agonías. Y un presagio gentil de galaxias por descubrir, ensaya tatuajes en la lentitud de mi espalda. Un panal de leche y hiel, de infecciones, de Tierra Prometida, de mareas selenitas. De biografías no autorizadas. Juro que he visto estrías en aquel horizonte. Hibernando, inmolo mis muñecas, honor a la estolidez; cansado de pellizcar caracolas de fortuna, Disuelto en amarras junto al muelle del no quiero.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Enroque Corto En una capilla de escaques, en la aduana de mis sentidos, en la rugosidad de la Rosa de los Vientos; allí guardo los trozos de ti. La ausencia se mueve a gatas, el cigarro intelectual deja de quemar, y me asfixian las hojas muertas, me sofoca el recuerdo, Las urnas de tu piel… …alondra de madera.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Entiérralo De Un Vez Si me preguntas haberlo recordado, mi garganta expulsará un “No” rotundo. Si me preguntas, diré que estaban lúcidas, no las conozco de otra forma a las flores y a las uvas, las que ahora construyen sus nidos en las acequias de la conmoción mantenida. Si me preguntas qué me sacó del letargo, te diré que una máscara desnucó su cuero y apeló al raciocinio. Embriagó mis oídos con murmullo de lujuria pertinaz, enlodó la desvergüenza de mi desgano para todo. Sí, hizo que resurja. Lúcidas, flores y uvas acaban tarea y dan cursos de aspersión; la máscara me obsequia un calendario que señala una fecha. Cruz invertida, flores hechas jardín y uvas fermentadas. Una brisa sin depilar me conduce al camposanto. Declaro nueva residencia para el jardín y el vino, allí, a la vera de la tumba de mi destino.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Rincón Doméstico, Cómeme Vivo A cada martillazo de pétalos neutros, lo diamantino y cobrizo de un recuerdo, hacía equilibrio en el rictus de mis sienes. Esquirlas de ofidio de eyaculación religiosa, tallos de amapolas y citrus reencarnados; todo enjaulado en la ensaladera de mi cena. Fuera de esta marisma doméstica, aves sin catalogar trinan loas de humedad. Las ventanas del salón suplican miradas de hachas. Y el único sillón se congratula en lo inerte, se resiste a deshacerse de los callos sembrados por pocas nalgas de extranjeros. Entonces la albóndiga electrónica elige una canción al azar, entonces un crucifijo invasor se inserta en el ano de los pétalos. Neutros… No más martillazos ni equilibrio, solo esto que suena…

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Fascinar Sin Razón Huérfano, despliego algún sentido. Cielo desvestido y decolorado. Es la voz superficial del viento la que llora guijarros, entre esas alas de marfil. Alas que custodian el cáliz del ocaso las centurias que aún quedan por beber. y puedo elegir qué rojo quiero para este cielo; sangre de paloma castrada o sangre de cuervo sordomudo. Es la voz voluble del horizonte la que llora entre la tenue humanidad. El ángel no es de esta Edad, y su tamaño lo decide la longitud del otoño. No soy mejor que los otros huérfanos pero quiero encontrar la razón, en las normas de conducta… …menuda estupidez. Dadme una botella de centuria, dadme otra semejanza, otro devenir para el temblor de mis dedos; otra silueta para lo que mora debajo de mis pies. Mientras, el blanco sobre blanco se hace translúcido. El ángel abandona su torre acosado por quirópteros, 176


Quimioteratura II – Humo y Soles

y la humanidad se archiva como la virginidad de novias de antaño. Yo salivo sobre ruedas lisiadas, sobre aspas de historia grasienta, carpintero del marfil. Egoísta para conmigo mismo; pinto mi cielo con savia de cuervos. Pintado, pero desvestido. Raso, realísticamente negativo.

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Incomprensión Acorralada La pasión y la furia no encuentran comodidad, en el beso del rostro frágil y caprichosamente maduro. Beso dedicado a la última transmisión textual, a la primera exclusión de la avaricia por no entender. Tarde o temprano sucedería, cuando la hoz amartillada de tu encanto exige explicaciones a la pureza que llamas engaño en llamas. Ahora.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Inconexo …y acaricio la silueta del álamo, hago pausas, a veces hasta me detengo sin darme cuenta en cada célula longitudinal del xilema. Está muerto, de cuerpo pequeño y ojo desnudo. Plectro de aproximaciones y soplos de retroceso. ¿Luz? ¡Oh! Sol… El astro no es más que arena fosforescente que intenta medir el tiempo, provoca que los cabellos del frío luzcan cual cola de iones, antaño gases reproductivos del Universo. Una comba de lentejuelas adquiere fuerza, y Oriónades se opaca ante la conjunción de materia inerte y viva. La perversión ataca la densidad silenciosa de un beso dedicado… …a nadie. Traición óptica, necesidad táctil; No era un álamo, era un cometa. Fumigo los núcleos digitales.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Inercia En Situación Crítica Se reflejó el acontecer de mis arrugas oculares, en arrecifes de fibra de vidrio, también ojerosos. Y de curaciones malva habla el contorno interior del cilindro que supo albergar tiempos de azúcar. Luego llegó el mismo paseo violeta, el que solía gobernar los brazos fluviales trenzados cual escaques blancos en teclado negro de grandes urbes… …mi sillón de acuarelas lampiño de besos, lisiado y sugestivo. Es la insinuación del atolón que sigue encerando reflejos, sin control ni vigilancia egocéntrica, continúa pariendo algodones. Es el apogeo dialéctico de una lengua viperina el que establece la unión del diábolo de tus pechos. Acuífero el telón, nada más refleja. Beso.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Insaciabilidad De Una Exigencia Los ánimos valientes de estos ednios, siluetas de venenos laminados; enciclopedias de medio volumen, rastrojos de curva existencial trigueña. Amor, perdón, compasión; módulos de debilidad que ensilla a la carne… …que ni tan siquiera sabe galopar. Arcano el segundero de la espuma creativa tolerancia cicatera para los supra tálamos diencéfalos y córtex depreciados, suave brilla y grita hígados la decadencia agita mi aljibe de horrores irrepetibles, apetecibles.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Invasión Sin Fines De Lucro Desde el mismo centro de la Tierra hiere la superficie un alarido, sin reverberación; delinea los moldes para los agujeros de las próximas lluvias extraterrestres. Nadie sabe del pacto entre el planeta y ellos, nadie sabe de la invasión binaria y hexadecimal; ha empezado el ataque, la Tierra nos ha traicionado. Pero nadie lo sabe, solo yo y mi señal de alarma perdida. El mar presiente algo y me señala con brújulas acusadoras de espanto. Los agujeros han vuelto hexagonal al planeta pero solo lo notan mis crisantemos y contados tomates. Mi huerto y mi jardín se salvarán, esa fue la condición. Está bien, lo acepto, es un complot ideado a medias… Cardúmenes de especies marinas beben en las playas, hay lejía y aceite negro de ceros y unos en alta mar. Acabado lo geométrico da comienzo lo matemático y aparece sin vestiduras el arpón hexadecimal, llueve; Lo hace sin recelo y por el molde más sincero. Desde el mismo centro de la Tierra, nace un gesto: 110010 11111 10001 BF45 FA89 D002

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Inversión A Largo Plazo…Crónico Ebrio el costado de los desfiles de mis intentos interlúdicos. El silencio invertido de mi tacto que llora astillas, partículas de cuerdas (¿o sogas?) que ahogan sortijas de razones. Inentendibles. Desolado el mimetismo que parte mis labios. Amatista fraudulenta, que apacigua las crónicas de las estacas del porvenir. Espejos, dolor y seda en cada madrugada; bozales, márgenes de metáforas invidentes; todo humedece la capitulación, la sumisión de la discordia lúcida que… …aún duerme en las pifias de mis lienzos. Esporádicos, reales, astillados.

Nota: “Interlúdicos” es una palabra no contemplada por la R.A.E.; pero la uso. ¿Vale?

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Quimioteratura II – Humo y Soles

La Última Lectura Amapolas apergaminadas liban el libro, mariposas de cuerdas violáceas amarran vuelo. Un nudo de besos clama relojes de bolsillo, aparcado el tiempo, sonrosado el crepúsculo. Cónclave en la hipotenusa de un cardenal, decapitado el brebaje servil a lo sin lumbre; leer es algo a lo que hay que temer Rojo, magenta, violeta; tres, dos, uno. El trigo a su molino, el asno a sus aparejos; el vuelo amarrado y las miradas en nidos de pizarra. Poema de praxis nocturna con axilas de relojería, A, b, c; opio apergaminado y nos libamos la vida.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Llueve Hule, Sexo Amapola Llueve, y la vaguedad se torna alcalina. Lo adusto de pizarras preñadas de sardinas, lo hosco del hule sexo amapola. La brevedad pictórica mental sugiere, pero no rige. La madurez de un estigma violáceo aparea las místicas estatuas de sal; punza el diagrama imperfecto de tu sensualidad anímica. Llueve, y la brevedad pictórica madura en algún esquema piscícola.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Malabares De Sed En Desove Enrojecido el viento resiste sus propias caricias, como un tapir en las fauces de un puma Al borde y a la esquina de la reciente molienda El café de suelo agreste cautiva y hasta supura vino. Beben las abejas y parten sin rumbo. Inconscientes dibujan conos hexagonales al vuelo, un gato mentiroso muere al tercer intento y la miel recorre indemne mis tobillos. No lo sabía y por ello despierto, ajeno, visitante; Huraño y libidinoso me convenzo en licuefacción. Café y miel más allá de la moral de los miligramos, sed de alarmas etílicas y de verosimilitud quirúrgica. Figuras geométricas delinean mis contornos, un arco de santiamén se santigua y también bebe; me arrodillo como señal de asco y beso al gato. Luce la lógica sin padrinos, allí desovo Ojos de balanza en nido de escarpias. Ciega, enrojecida y sedienta la injusticia.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Mariposas Estomacales Carassius decolorados en el bolsillo, ilusiones imbebibles en la cartera, calefacción en la intemperie de mi astro umbilical. Emigran las confesiones congeladas, se pliega el perfume de un iris melódico. Techo de avenidas cobija amarguras sin calorías. Líquidos nigromantes en las esquinas. Lámparas estrujadas cuando llueven violines. Ahora, ¿queda algo para olfatear, oler? Tal vez. Vigente la regencia de la seducción femenina, siempre a prudente distancia, corpus encarnizado, maná para la necedad del filósofo dogmático, para la precariedad del artista impotente; o del seductor inexperto. Vuelvo a los peces, aún vivos en mi bolsillo.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Me Cago En Borges Nutriendo los fantasmas esos que alquilaron la perrera en el municipio de mi alma. Barajando las piedras que aún conservan sus alas. Así despierta el surtidor de combustible, caro y escaso; ese que alguna vez aludió a la pérdida de una hija. Ese que alguna vez contuvo el petróleo del sentimiento, tanto que reencarnó la fosilización de barriles trágicos sin estrenar, sin humor; sin seda. Respiro, y lo hago aún con más suavidad que un espectro irreparable. Letal la golondrina agusanada que respeta lo inocuo, eterna, la confabulación de lo ilícito de amarte.

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Mariposas Prostitutas Espejo de medusas en cuarto menguante rezuma aceite del cepillo gastrónomo en cabellos, aquellas mariposas prostitutas olvidaron limpiar… Mi nariz se obstina en caramelos de yogurt mi música de rinoplastia y obligatoriedad obstetra, mi entelequia clausurada en convento de otro sin ti. Cada esquirla de estos módulos, traza un pimpollo de luna sin aberturas. La novedad ya no es vicio, y viceversa… Quiero volver a bañarme en tus chimeneas de níquel, apremia la necesidad de despellejarme con tu parquedad y aparece vestido en llanto de gala el cepillo innova con cisco el espejo que era simplemente blanco. Mi garganta inhuma el serpenteo de zapatillas de danza ¿sin dueño/a? las que osaron mojar su frente en el lago de mi angustia. Mi vida.

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Quimioteratura II – Humo y Soles

Me Gustabas Más Dormida A capella observo la marmita. llegó anoche, supongo que de altamar. ¿Perdóname?, pero necesito fumar Para después respirar, para después acuciarte con los grilletes de mis labios. Tu orgullo vencido se aferra al aire puro, a las campanillas de bicicletas mal aprendidas, a las hogueras de antaño y me escrutas, Punteas tus penas y me lees los talones. Rencorosa la cutícula de mi garganta acude al himno amarillo de la ribera y te atrapo en el sonido esmerilado de mi afonía. Enfriemos más la marmita de calandrias submarinas. Libres, asumen vuelo. Y dibujan frases químicas de medicamentos. Firmamento psicotrópico de cloro y diazepam, de carbamazepina y levomepromazina, ¿No es encantador? No, no lo es. El himno ya es solo un susurro que hace llamear tus cabellos, Hundo mi ganas en la marmita y Necesito más grilletes, pero… …quirópticamente ensimismado sufro perturbación Y tu voz bulle dulce, típica de estación: 190


Quimioteratura II – Humo y Soles

¿Hace mucho que duermo? Y te estrangulo sin más, me gustabas más dormida.

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Meditar En Amarillo Pensamientos recurrentes, como babosas peregrinas; así me decanta el amanecer entre las valvas límbicas. Preñado de varices el sol que gotea salmos para invidentes. Sordo el abrigo para esta marisma de mis cohortes meditabundas. Sesea la diagonal del rastreo a lo útil, algo digno de pensar, pero el caligrama del árbol más cercano decreta nulidad. Un rostro amansado por besos de cartón inquieta, interrumpe la trigonometría de mi lógica, pienso… …y oculto, sensacional pero ilegal lo amarillo que me turba. Prensa, juguetes, alcohol y pasado extorsionado, trompo; trombas de ideologías litigan con lo intercambiable, pero el pasado gobierna desde el púlpito psiquiátrico. Hueco el caligrama, mustio el tronco; aderezado el advenimiento. Ideas prolijas y nuevas, huérfanas de meditación. Ciego el rojizo el que apaga la noche, Tinieblas que prometen volver a ser puntuales, Sigo pensando en nuevo, ahora; junto a aquel rostro besucón Ahora, humillando a pisotones a los caracoles De concha gasterópoda amarilla.

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Mi Primer Y Último Acróstico: Puta Mierda Promesas de lirios y Lidias humean las velas Unas color acuoso, otras; sabor ocular. Tenedores y aromas dispuestos, cena para dos Ausente el reflejo de recuerdos afrodisíacos. Manoseas la servilleta de congoja surreal, Impertinente, cebo mis pies en tu entrepierna Exhalas una súplica muda que sugiere clamor por vigor Redoblo juego lubricante Desdoblo el mantel, madera ilesa a desvirgar A pocos metros de que alcances tu tercera gloria.

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Mi Reconocimiento A La Consumación Impresionista Delirio de mis esquirlas copulativas, resisten las pestañas de mi frenesí educativo. Lo frenético sonríe sonrojando muecas adustas, lo sincero encandilará sin mies de ednios tu estulticia. Almas que se aferran a una señal de auxilio, brotes que amansan la virtud de un árbol lloroso, pimpollos de cabellos infinitos, de lágrimas sedosas. Delirio de mis acuarelas cardíacas decoloradas, de ésta, mi última incursión telemática sin graduación. Sin la torcedura de un exilio que enrede aún más mi dormitación a los callosos pies de Andrómeda.

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Mis Amigas En Hexadecimal Anido los recuerdos como alondra Desangro cotidianeidad como religiones Aparco el Globo Terráqueo como un misil Y leo tebeos como quien ordeña un vacuno. Macho o hembra, no es lo mismo pero da igual. Electrocuto cruces con violines de sapiencia No conozco el odio y aún así supe destruirme Nací en el meridiano de la información y Moriré en lo agreste del paralelo de la seda Cuando sea el momento de segar la inopia como arrozales. Sé que no he muerto porque vivo besando Sé que beso porque dibujo crepúsculos con olas. Y sé que dibujo porque admiro las alhajas Que cada noche las estrellas sacan de sus bolsillos. Alhajas amigas, vosotras; paisaje solemne de constelaciones. …la alondra abandona el nido, se reanuda la traslación.

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Moribundo De Sinapsis Urden en mi andén tus anhelos los que llegaron en bicicleta sedienta desde un hangar de sinsépalos para sorprenderme bebiendo la inquietud de tu fibra lejana. La comunicación entre lo primitivo de nuestra clorofila y las huellas de dioses confabulados por esta unión, este adagio de portentos me alimenta del dolor de ser feliz sin tenerte eso obliga a que tu tren estire su lengua hasta el próximo andén. Los besos que nunca fueron son testigos de la antología de un manantial cenizo plata, un hogar para el tallo de la ilusión que mata.

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Morituri Te Salutant Me aclimato en el embarazo de la posteridad, expulso estrellas desde la reliquia de mis venas. Reorganizo mis párpados apagados por las veces. Y acuno lo extinguible, en el malestar de tu visión; regidora de la niebla que razona. En pliegues de cobijo se pronuncia mi ego a través de los pechos desempolvados, de las penas de un baile que nunca intenté. Ya no hay castillos de luna ni fluorescencia imaginaria de lluvias tardías.

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Necesito Unos Labios Domésticos No necesito mucho, además del calostro de un dialecto. Necesito unos labios domésticos, algo que sofoque esa ortiga circular de brotes libertinos, eso que obstaculiza los rieles, impide que la locomotora de tus versos aúlle. Te sobran las ausencias en este destino de guante blanco. Te sobran las tentaciones para sazonar el azar. Ednios hace que huyó de ti el talento de lo inesperado, la arquitectura de oprobios y celebraciones pálidas. Te alimentas amarrado a un lecho de coral descolorido, dices olvidar el billete, vana excusa para perder el tren. Calostro de un dialecto, nuevo para ti; nuevo para las alimañas de exoesqueleto otrora inspirador. Dieta desequilibrada, como los cuernos de un ciervo en celo. Necesito esos labios domésticos para domesticar tu vuelo, para que cojas la espada descalcificada, para que la agarres fuerte en su empuñadura de helio poético. No, no necesito mucho para que regreses de tus entrañas, para sofocar las comezones y que vuelvas a volar.

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No Es Para Ti El jugo transparente que nivela lo moribundo de mis nervios giratorios. El cabello de un smog literario que pinta abismos desnudos, Sedientos de lágrimas hostiles. Crema de diestras, leche de siniestras. Tapiz para destronar un guiño afectivo, un zapatero de alondras, una adicción despojada de verbos de libertad. Voy a adornar la carbonera del despellejo, las candilejas amargas de un sueño en el desierto aposento en la anorexia de los mismos nervios. Encadenado a la sombra salvaje de una habitación hecha carne; allí distingo mi apetito por montar lo indómito de la piel que sodomiza tus aciertos. Muerde y muere la lascivia, despellejando lo amargo… …vía libre para violar la fiereza de la espalda de tus senos… …transparentes.

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Sumergidos en mis miedos dromedarios.

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Quehaceres Acartonados Sin Estación En un collage de aerosoles ventrales y ecuménicos, se gesta la rambla de la iniciativa de mis ternuras. En un vaso sin identidad, sudando humo y pañuelos, el futuro hembra desata al embrión de climaterio alcalino. Un solsticio de plumas dice adiós a las playas, las que fabrican el intento de vacío, las que lloran sus coronas… …río arriba. Ahora miento el calor de un archipiélago de noches, ahora bato el equilibrio sin cepillar, a tientas; Ahora, es tiempo de martas y lechugas de invernadero. Aerosol…conmutativo.

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Perífrasis De Una Belleza Devastada Semblanza de confusión en mis gavillas arqueilógicas. Quisiera parir el espíritu ajeno desde mi placenta ocular. Quisiera, volver a matar. Y el acueducto sonrosado de pestilencias, acude puntual a la cita sexagesimal; allí donde las vitaminas de un sentimiento compilado de Titanio y Azores… …allí donde una fracción de pureza delictiva, observa las ojeras de lo cívico de mi caída. Sí, deseo volver a matar.

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Podría, Puedo, Pero… Y puedo ser aquel que abandonó la vela donde nació para crear un espejo de sal donde se ahogan las ocas, patos, cisnes y cualquier plumífero arcángel. O puedo ser el sonambulismo de los ríos de tus lejanías, el que instaure sociedad con la mímica de la belleza. Podría ser… …un arca anclada en tus deseos malhablados, custodiada por mirra de oriente y pelajes químicos. Pero soy yo; el sonrojo de tus mejillas y la oscuridad de tu alma, el sexo de tu ilusión, el magma combustible de tu adicción. Soy yo,

reproducción de quark y leptón, esencia del modelo atómico que moldea la vida, lámina central de una revista de subscripción prohibida. Soy la llave curva de tu deseo.

El itálica, extracto de “Soy Sintagma”, 18 Octubre 2008

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¿Qué Lengua Te Habita? Apenas llego a la estación, me salpican tus manos repletas de miniaturas; reclino los puntos cardinales y te desconozco. ¿Qué lengua te habita? Restriego mutismo en el piso inferior de mi alma, Y me asoman ojos de savia, como para apagar intentos. Nadie fornica labias, ninguno aprecia la escultura del ahorcado, ni los rieles de electricidad mimetizada. Verde la humedad del tráfico inusual, gentío que parlotea en pentagramas sin claves, cerdos existenciales, autómatas de caligrafía censurada. ¿Qué idioma te habita? Es un tejido cavernoso tu respuesta, álgido momento; frígido lugar; y se desperdician versos lisiados, mancos. El tren que llega no presume de locomotora, se apea un juego de sábanas de mármol, tú destiñes el lenguaje y le obsequias las miniaturas. Son jeringas de idiomas encapuchados. Mis ojos suben un piso, savia y labias. Desaparezco en este intento.

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Quiero Y No Puedo Hoy es escape oblicuo hacia las flores de la cuneta malvive rotunda y vigente la configuración etérea. Pensamientos de cataratas incurables, odio al no fumador y el rechazo asoma la cabeza por entre las sábanas. Mi cama. La medicación se proclama finalista del certamen anual de las sin condiciones. Alcohol, plátanos y gente que se murió de amor. La desnudez de una mesa de piedra, lecho de autopsias alimenticias, y llega la protesta como símbolo de paz; como esquivando aromas peleteros. Llega con ojos repletos de ambigüedades y piernas varicosas de tanta publicidad. Metapoética desarraigada, infame, poco narcisista. Y me cuelgo de las horas, ahora anido en cama ya sin sábanas sino con lienzos de naranjo y hojas de alcohol. Escupo risas hacia arriba y ninguna me moja Quiero. Quiero. Compila el código máquina, de binario a mnemónicos De assembler a lineal, de lineal a objetos; Ese fue parte de mi hartazgo, por eso a diario dejo mis manos en un simple artilugio 205


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plagado de electrónica y vaticinio de jubilación. Sueño demasiado con la brisa intercalada, con gemelos limpios pero mal peinados. Sueño demasiado con la matriz que dé a luz compañía, con la inteligencia de la parte perdida del naranjo. Sueño con ese escape oblicuo, hacia las flores de la zanja, pero… …cien ednios siguen siendo igual a cero. No puedo.

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Quisiera Que Desoves Umbilical Quisiera cabalgar tu sonrisa de anticonceptivos cuando airosa desenhebras la fábula de tus apetitos. Nieve intencional en lo decoroso de tus comisuras escalo las protuberancias de tu ombligo irónico. Quisiera cabalgar las hebras de tu rombo apelmazado cuando bailas en bicicleta y rajas tus faldas. Satírico el zeppelín peludo que te corona, Trepo gateando y aún lejos tu meollo, mordaz. Quisiera un preludio descartable, venas ovíparas; quisiera peldaños prefabricados, botellas sin dueño. Avisto el candelabro erróneo de tus dedos y, anido en el sarcasmo de tu centro circular. Amorfa la geología de tus entrañas exporta credenciales de frío. Entes reinventados asoman su cresta dicotómica. Quisiera cabalgarte ilusa, que lleves algo en tu vientre, quisiera libar un parto beduino, un fruto muerto.

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Racha De Nalgas En Mis Pupitres Nalgas precadavéricas tintan el desahogo de mis pupitres lasos. Donde no hay miserias ni alarmas que abrasen las miradas acartonadas; las que sobreviven en el bolsillo de mi biblioteca perdida. Mujer rusa me ha comprendido. Su boca desafinada ofrenda iniciales, ¿o siglas? a mis cráteres salados. En credo eléctrico me desmenuzo, en ripios canosos dejo esta vez mi inercia, en el sacabocados de un carpintero indocto, recluyo tales nalgas.

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Remedio Categórico Silos de canto rodado para los misiles de almidón cuerpo de cebada nuclear y nalgas de lágrimas. Un billete de mil dólares de amianto se santigua en el pupitre del cráter natural. La juventud de unos grilletes sin dueño clama por ceguera justiciera, dañina; prepucios intelectuales de remiendos de uranio, con botellas de mímica en lánguidas lenguas. Aún lejos el botón carmesí, neutrones en reposo, ávidos por devorar al átomo. Plutonio comprimido para la caballería infantil. El poder se huele a tientas, aire denso, fértil humanidad. Oxígeno para los aspirantes a cadáveres, hidrógeno para el asesino ¿anónimo?, Tic. Aparece el dispositivo de uranio empobrecido, se cierran los silos, se evapora el almidón. Ahora rigen el botón y las fórmulas químicas. Adiós atolón, adiós nalgas lloronas, Tac.

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Remos Secuenciales Las flechas de mis huesos oculares rasgan las notas de quintas disminuidas, al paso de lo verbal de mi recodo faríngeo. Ufano y amordazado restriega el viento de lilas. Las elipses de testamentos anímicos despeluchados sueñan con lo ventrílocuo de tu ombligo voraz. Pero el magnetismo de lo fulminante no contempla dianas ni acertijos. Solo considera en etapas, la ceguera de una flor sin catalogar, y el brillo de una inmersión homogénea. Huele el nudo de mi pañuelo, está cerca la redada de un suplicio, está cerca la membrana de un latido.

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Sin Dañar Anhelos Desde una corteza de equívocos, llamas autónomas reflejan luz púrpura; tiñendo mi habitación con envoltorios de pausas. Incienso quemado en el tórax de la dulzura de lo inaudito. El aroma a diosa heráldica Rige esta noche. Mis dedos cabalgan, como guardianes del sur, desvergonzados; hasta la dimensión en donde todo se abraza; Allí donde, tozudo; espero mi retorno. El portal está abierto, para que la ternura de mi esqueleto deje las ropas de ausencias sin usar… …en la intensidad del poder.

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Sin Hielo, Por Favor Hoy bautizo mi epitelio en cóctel de hastío, legalizo el colador de mi impotencia ante los vicios. Bromeo entre jadeos ladinos, me festeja la cerilla y el hielo. Sonríe mi paladar, mis arterias entonan odas de alabanza. Ojos de plutonio en el espejo del baño, temblorosas las manos de la indecisión. Repaso los metros que me separan de nuevo hito. Acción, contratapa de esta bienvenida. El mundo se vuelve cristal amoroso y, el solsticio de la alegría mimetizada con rubor, entrelaza el fulgor de mis papilas para conceder alivio mortal al as de corazones que aún está en mi esófago. Mis hombros y mi nuca reclaman piel de gallina echo al hielo y enciendo un cigarro, prolegómeno inevitable. El desvelo de la ingesta da comienzo sin rodeos, sin razones aparentes y solo unos segundos de auto reproche al recordar el goteo del suero, y la gente que te quiere. ¿Cómo explicar el dolor de un parto siendo hombre? Así huyen mis ideas justificando la acción, nadie absolutamente nadie puede entender lo que siento. Así sucede cada vez que el imperio de mis entrañas se lubrica con el primer trago, triple destilación. Lo que sigue… … lo que sigue ya no es cosa mía. O sí. Hoy bautizaré mi epitelio en fastidio, gozoso hastío. 212


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Sin Sopor No Hay Magia Alimañas engendradas por un clima inestable usurpan mis aceras dermatológicas. Desfalcan los garitos de mi espíritu sabor enjabonado; intentan despojarme del brebaje tibio el que me lanza a la vertiente del lenguaje. El pan de cada día holgazanea irredento, un Padrenuestro pederasta hiere la lógica, entonces se presenta la eternidad vestida de harapos. Suntuosidad en los azotes a los crédulos, a los mayordomos de la mansión; allí donde se tamizan el fondo de los ednios, allí donde cada inquilino es una luna vibratoria. Me elevo por sobre su altar de sacrificios escupo los peces ciegos que dudé en morder y el clima sigue demasiado vacilante, quizás tanto como la inmundicia que me corroe cada vez que el despojo se hace realidad… …y pierdo la palabra. Me refugio en alforjas repletas de cortinas. Alimañas enjabonadas.

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Sin Testamento Al quiste raquídeo de un girasol de invernadero he confiado la arquitectura de mi último lecho. Sin semillas anida el apetito de olvido en saúco alunarado, dame diademas de abandono en pleura de tul, pérfido, labial. Y el brasero en las amígdalas de los suburbios comunicativos instiga a ver más allá de los ángulos de mi pez espada. Ahora se incorpora la estatua de corcho, perfumada de bosque y azufre, Ahora, cilindros repletos de uñas y desgarros, calzan la nueva plantación, la que será dada por heredad a mi primogénito: El Azar. Al quiste raquídeo de un girasol de invernadero he confiado la desaparición exacta… …cuando se alisen mis plumas, pérfidas, labiales.

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Sistema Masivo De Estrellas En medio de un diluvio de pecas anímicas y absolutistas, en medio de traslaciones equívocas de astros enumerados; en medio de un centro insular irreversible; Allí oigo la mansedumbre de un pezón sin calostro, sin paracaídas…

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Situación De Sentimiento Quirúrgico Bordando la aniquilación de las almas esquivas, espuma en los senos de los fantasmas arraigados en las gavetas de donde antaño robaron los sobres rellenos de hojas verdes e intimidad sin experiencia. Ataviada de lluvia y amaneceres negros, muere en mi boca el abanico de tu timidez. La posibilidad de beber de tus rodillas, de atar las voces de mis brazos a tu cintura, de ingerir esperanzas impares, primas. Todo ello resucita la alondra desprevenida de mi gesto.

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Tizas Hechas Trizas La voz de un mareo en la pizarra de adoquines, el cristal de la botella se eriza reflejando las rodillas de mi deseo. El vuelo sináptico de una lechuza sin sujetador, las páginas de epitelio exócrino pancreático…tentadoras. Reforestación de núcleos de culpabilidad, higiene demoledora para la garganta fáctica que fabrica tizas, cual político educacional que pretende momificar la humedad del caos. Los adoquines de mi voz en la pizarra, las rodillas de la botella no reflejan ahusamientos. Más ceniza de tabaco, insulina, trizas, acabó la secreción. Hay una elipse en la pizarra. Blanca.

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Un Sigilo Hermenéutico Hoy trituro las lágrimas que celebran tus defectos. Todo lo que sangra será quemado por mi momento, hasta las alas beduinas que yo mismo paseo entre las claves musicales de esa escala de grises de una distancia sonora. Elaboración de polillas a partir de luz azul, seca la muerte que pende del campanario; el mismo desde donde hace ednios volaron las aves del estropicio. Satisfechos los galeotes de un reloj vacío, vigilan el fondo de mi amanecer, Allí donde brotan canciones desprovistas de pañuelos y… …renacen las congojas que jamás serán cantadas. Hoy, pulverizo los lamentos que celebran mis defectos. Los más perfectos. Atenuados.

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Volver A No Nacer En Un Testículo de Pascua Penetro el túnel de un ocaso diferente. Un pasaje obsequioso que huele a prostitutas religiosas. Atrás dejo puentes ardiendo en dicotomías anarquistas. Dejo anillos de girasoles fermentados por la mansedumbre. Olvidé un poncho de alelíes en un taxi que no aceptó propina, asesiné al loro que jamás aprendió a hablar y oriné despiadadamente versiones de la Reina Valera. Ya puedo intuir visualmente el final del túnel, parecen revolotear usureros del carajillo, mentes arrodilladas que se privan de carne por un día, palmas callicidas y esquizofrénicas me rozan el frenillo… Presiento una semana sacra, regada por tabernáculos y candelabros alimentada por pescados y helados sabor flujo femenino, degustados bajo la hipocondría de cualquier cruz.

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OPUS III – De Las Primeras Sagas De Interludios

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Escalera Al Cieno (Opus I) Dudando de la veracidad de mis propias mentiras rescato que la contradicción implícita en cada acción incompleta desaparece bajo un cúmulo de verdades falsas que arropan la realidad circundante. Una realidad tan simple como obscena: “Hoy he despertado distinto, he reflexionado. Hoy, estoy ebrio” Lo hago por ti, y por esa parte de ti que está brotando, esa parte de ti dedicada a mi, que ciega los ojos de la lógica con agradable y resplandeciente oscuridad que alguien, alguna vez osó llamar amor. Caridad. Vivir. La saga inacabable del ego. La complicidad del enano mental que triunfa contagiando eternidad. Sorber resquicios de cobardía y auto-destrucción ataviadas con el santo gel del engaño, de otra realidad que no existe, emperifollada con la pena de no saber, o de ignorar conscientemente lo que el vulgo llama humanidad. Permanecer. Deyectar. Escalar. Asumir la voluntad de un alma inexistente para volcar el cinismo de amar y permitir que los sueños dominen lo inquisitivo dejando lo mondo para los que aún no saben odiar. Permitir que el miedo siembre nubes de polvo de gemas, a placer en tus venas, camino expedito para que la sana esquizofrenia que abriga al fuerte, al macizo anímico, desflore su suerte. Insecto trepador de escalera arbórea.

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Sedimentar. Morder las manos del desaparecido destino, cortar el aliento de una criatura viviente, vivir, vivir para conseguir el objetivo primordial de los enanos mentales, exaltación del limo, del légamo infame. Morir. Recoger el premio. Esta realidad que sí existe sigue siendo simple y obscena: “Hoy desperté cambiado, he recapacitado. Hoy, estoy borracho”

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Escalera Al Cieno (Opus II) Acepta mi inocua opresión a las compasiones forzándote a falsas confesiones, desafiando tus acusaciones ya que las del tonto niegan lo obvio, aquel que una vez junto a mí quisiste eliminar. El (tonto) niega lo obvio, lo excluiré junto a toda sanidad en peligro de extinción, incluso al musgo de tu mente fuera de control porque mi supuesta culpa permanece altiva sin poder probarse, robustecida por tus pensamientos inofensivos que demandan mi caída. “Hoy he despertado diferente, he especulado. Hoy, estoy tiznado” ¿Crees que mi destino yace en tu doctrina de liberación? Mísero mortal de sangre envenenada por abuso de poder. Asfixiado. Sentenciado por la superstición que por siempre te ha negado gozar de una verdad mucho más extraña que la ficción. Lárgate y acusa a tus demonios de rutilante herejía, condenados desapareceréis sin catar salvación. “Hoy desperté mudado, he reconsiderado. Hoy, estoy fuliginoso”

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Escalera Al Cieno (Opus III) No acepto la autenticidad de este episodio de mi vida donde he dejado germinar la pasión de una mentira que relega la absorción de los lamentos causados por no haber asfixiado cualquier expresión de alegría a su debido tiempo. Aún menos admito el escenario actual impuesto, tan hediondo como resto de cariño agraviado con esmero por las normas de tu expresiva y formal lengua. Extranjera. “Hoy he despertado igual que ayer, no he reflexionado. Hoy, estoy de tus cercanías alejado” Lo hago por mi, y por esa parte de ti que está muriendo. Reniego de las estrofas más pulidas con efecto fungicida, pero de buen grado acepto cualquier traducción a mis sueños que estruje la interpretación de una estrategia matemática. Calcular. Dimensiones de vida extracorpórea, estimando la oxigenación de las membranas filosóficas que visten su deformidad. Inercia psíquica de un bebé humano nadando en aceite hirviendo sin haber sido previamente rebozado de perfidia, complemento a su maldad natural. Fusionar. Parajes de desigual fondo sentimental creados a partir de un seminario instructivo de abstracción venérea y contagiosa. Elogio y humillación a la prosa. Sentimientos de vanguardia de lógica proselitista. 224


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Tiempo de seleccionar los modelos por este escenario impuestos para que la disconformidad de mi pasión de a luz un nuevo conjunto. Unión de lamentos de un sótano aún sin evaporar. Descender. Buscando inadecuadamente virus benignos ávidos de carne, henchidos y hartos de espíritu. Engordados de sombras en concubinato. Recorrer una vía distinta pletórica de peldaños, que al final resulte en hallazgo de entrada a un abismo apetecido, pistolero del destino. “Hoy desperté unido, no he recapacitado. Hoy, estoy aún más cerca de tu lejanía”

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Escalera Al Cieno (Opus IV) Me instruyo en camuflar chapuzas parieto-occipitales de un punto de encuentro poético entristecido. Elocuencia de un mensaje ajeno al mío que irradia la decrepitud de una manoseada insatisfacción afectiva. Educo y perfecciono las inmundicias que dan forma a la fidelidad requerida por un museo vacío de elementos a ser admirados, famélicos de fascinación por este tiempo bien ponderado, privados de acciones metabólicas bioeléctricas neurotransmisoras. “Hoy no he despertado, escribo en sueños estimulado por la convicción de tu lejanía”. Lo hago por tu vacío y por mi interpretación caótica del arte focalizada al descenso triunfal que me dará el status de invicto subterráneo, base de todo movimiento ligado a latifundio gobernado por la gravedad, sojuzgadora de vertebrados e invertebrados. Ilustro mi entendimiento incomprendido por este futuro adelantado que me he obligado a transitar sin la ayuda de reflexiones hemorrágicas, señoras y promotoras de dislexia campanuda. Podar. Fomentando la aberración de crecimientos imperfectos de las ramas de tu conciencia que el azar me dicte con coherencia por la lógica estipulada.

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Raleo basado en las dimensiones del diámetro resultante de un corte sagital de la materia gris en desuso, en pos de dejarte en heredad al menos un paquidermo palpable al que podrás darle mamífero uso. Caer. Desprender a mis afectos aún representados por carne, de los ramuelos condenados a trituración comandada por las antiguas herramientas del místico Jardín del Edén. Apropiar el sótano espeleológico que he de llenar con las directrices que este futuro adelantado he decido recorrer. “Hoy sigo durmiendo, descanso. Hoy, estoy aún más adiestrado para mantenerte lejos”

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Escalera Al Cieno (Opus V) Habiéndome librado de mis afectos simbolizados por carne, emigro del sótano espeleológico adecuado correctamente para el recorrido del próximo futuro aún más sapiente. Reflujo de tu amigable serpiente. Calculo la próxima bajamar del único lago inestable, marisma que ha cambiado el rumbo de mi inspiración por siempre profana que no encuentra el último escalón donde al fin poder descargar mi incomprendido entendimiento. Visión lúdica de los improperios que me ocultas. “Hoy bostezo sin parar, contamino con burbujas seniles el nuevo entorno sabiendo que te acercas”. Lo hago por que sigues vacante, como colgando de un anuncio de motel insano y pedante. Espejo de agua sustentador de las cordilleras de iglesias que lo manchan, complejo acogedor para que la antología de mi potencia crónica practique senderismo montada en bicicleta. Silencio comunitario elegido como aficionado favorito del año que esta vez sobrepasará los cuatrocientos días medidos por frecuencia de giro satelital. “Hoy te brindo espumarajos de latidos hepáticos erróneos, escribo invitándote a labrar un Acta Literaria”. Articular.

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Cada nervio agarrotado de gestión auricular, propulsor de la fina escucha a mi descenso, a mi inmersión, con pupilas de ignición inquiriendo el antedicho último escalón. Explosión de coyunturas de artesanía rupestre de significado común al sótano y a este proyecto de pantano. “Hoy paso al siguiente nivel del primer texto con rostro. Hoy, lamentablemente te siento más cerca”.

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Escalera Al Cieno (Opus VI – Posludio) Al fin confío en tus verdades ajenas, desechando la contradicción implícita que en cada acción incompleta reverdece bajo un cúmulo de mentiras verdaderas, apariencias que arrebujan la irracionalidad circundante. “Hoy he despertado tal como soy, no he cavilado. Hoy, estoy de verbo abstinente” Lo hago por ti, y por esa parte de ti que después de cinco bofetadas ya está creciendo, esa parte que dedicas a mi, que ciega los ojos de la lógica con atrayente y optimista oscuridad que alguien, alguna vez osó llamar amor. Apego. Vivir Leyenda del ego austero en su mismísimo fin. Connivencia rota con tu enanismo mental que ahora sólo contagia una medida de tiempo pasajera que niega la medición exacta o aproximada de tu ansiada eternidad. Machucada. Chupar restos de cobardía embellecidos con ungüentos de engaño ya forma parte de tu pasado. Perseverar. Evacuar el vientre en su totalidad. Escalar. Has asumido la existencia de un alma voluntariosa para derramar el cinismo de amar, ahora consientes en que los sueños dominen lo discreto dejando lo desposeído para los que ya saben odiar. Con soltura y alardes de vejación, dejas que el miedo siembre a placer el polvo de las gemas del principio que estaban dormidas, poseen tus venas desangradas por la esquizofrenia 230


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que me dio el poder desde el mismo principio acuñado por las gemas de su sueño levantadas. Insecto trepador sin escalera. Descender. Indagando equívocos malignos, ávidos de espíritu y hartos de mera carne. Solvencia insuficiente. Anorexia de sombras en concubinato. Circular por una trocha distinta saturada de gradas, que al final resulte en hallazgo de entrada a un abismo codiciado, pistolero del destino. Ahora revertido. Arrebatamiento del légamo infame para morir y recoger el premio. Cinco etapas que no cambian la realidad, una realidad que sí existe y sigue siendo tan simple y obscena como en la primera y quinta parte: “Hoy pasamos unidos de la mano al siguiente nivel del primer texto con rostro. Hoy, te has redimido absorbiendo las dosis de anticuerpos de mi escalera al cieno”.

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Ab Exordio Generis Humani (Opus I) El orgullo se vuelve pecado y la humildad virtud. Vómito delictivo. Finitud mental que implica la necesidad de dividir lo bueno de lo malo, pretende esfumar la nimiedad de lo humano cuando la ignorancia se interpreta como fuerza y el tráfico de inmundicias como reflexiones de dogmas divinos. Urge reflexionar acerca del romanticismo de una guerra, lontananza de sombras y olvido, lamiendo grandes y someros rasgos que catalizan la torpe existencia. Despunta, aparece, brota y apremia una armadura unisex para estar online. Donde aprender a fuerza de golpes evita cualquier remedio. Emasculación educativa. Donde el artista es víctima de las ansias a ser fusilado. Divorcio forzado entre el arte y leyenda de vanguardia. Donde la poligamia ha sido condenada desvirtuando las pocas cualidades animales que nos hacían mediocremente puros. Florece, asoma, nace y presiona una panoplia genérica para permanecer conectado. Cuando se adora a la parte hemorroidal de Platón anhelando regalar amor con precio impreso en etiqueta de hipocresía, desprovisto de placer carnal y plagado de comunismo cristiano. Cuando se hostiga la nitidez del vaivén del mar de las dudas. Cuando se elaboran discursos de ciencia ficción destinado a terapia que amolde un egoísmo irracional a bandeja de dramas

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de soledad, encrucijada de despojos de linaje inteligente, somas de flujo radial inconcluso. Píos empobrecidos. Vigilantes de la estima homogénea hacia el esbozo de un prójimo ontológico, protectores de oficios embalsamadores, apostadores esotéricos a ganador de cruzadas entre enigmas ya resueltos. Componen estrofas tiernas de afanosidad por señalar culpables, fenomenales dueños de alguna dualidad. Ay amigo, fiel recadero; pierdes los nervios por no tener un diccionario de evolución a mano. Lo más importante es esto o aquello. Idiota, nada es más importante que todo. ¿Belleza o vida? ¿Rasgos propios o cualidades inéditas? Saluda por una vez algo tan vulgar, simple y verdadero como la fugacidad de la vida y la certeza de la muerte. Humano.

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Ab Exordio Generis Humani (Opus II) La verdad se vuelve pecado y la mentira virtud. Gema bondadosa. Vastedad de argucias que el débil de plasma valeroso forja en falsedad genuina o verdad selectiva. La plebe más socavada te venera como insignia de astucia. Megalomanía autista encantadora que hospeda en su seno pocos ingredientes de recursos que no promulgan conjuro, sangras calostro de azufre falsificado sin echar ni una gota. Transiges con la decadencia, enfoque de cobardes que ignoran la constitución del espíritu y la materia. Símbolo de la raza que se fragua en la evolución de un sustituto para la sinceridad. No necesitas capacidad, estudios ni preparación alguna para acceder al más puro engaño; así es que te encierras donde no huele a especias de oriente ni a grasa de maquinaria pesada, con indecente terror al ridículo; hasta osas a escribir y no sabes por dónde empezar; fuerzas un talento que nunca has tenido ni tendrás. Tu vida se muerde el rabo en sucesión de leyendas que intentan aplacar la euforia por desnaturalizar y como Lamborghini defectuoso traído del futuro; la mentira es un arco iris deportivo en medio de la angustia de una cueva oscura, y si… ¿acaso conoces alguna cueva naturalmente iluminada? Torpe. Puedes abjurar la inquietud de la desinformación humana, mezclas argumentos plagiados de pensadores trágicos que algún bien ha hecho a tus ancestros menos castrados de lógica y sentido común. 234


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Cotidiana la supervivencia de tu animismo pervertido y sin fundamento, bruto, esperpento. ¡Oh, claro! Es la fuerza del destino… Acabará tu suerte, porque más adelante cada caminante elige su paisaje y no se echará en falta la sutileza de tus versos ni tu connotación proverbial de ficción. Cuando la prudencia penetre tus oídos en un acto sospechoso que desvirgue tu conciencia. ¿Falacia o calumnia? ¿Cobardía o nacionalismo de la raza? Político doméstico, verborrea de destrucción masiva. Inclínate por vez primera ante algo tan basto, escueto y auténtico como la caducidad de la vida y la certidumbre de la muerte. Mendaz, humano.

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Ab Exordio Generis Humani (Opus III) Cultura, principio artístico y unidad disciplinada del instinto. Excitación de sentimientos. Actividad estética, simulación de lo amorfo. Donde la única estética admirable es el puente preeminente que traza lo consciente sobre lo inconsciente. Fases donde imaginar, pensar y profundizar en un hipotético desastre constituye la más preciada opción de redención. Creatividad que pulula lejos de lisiados mentales vociferando loas con un libro en la mano. No son etapas de proceso racional, por eso es que hoy en día la mayoría exhibe una grosera apariencia de cultura. Racionalización absurda. Combate sin querer en guerra fría a la depravación de la fantasía, fornicación a la perspicacia. Náusea de hastío hacia la pobreza de exquisitez. Ataca el significado de la intemperie teórico-práctica de la languidez vengativa hacia una perspectiva óptico-cultural. Embiste la incapacidad de crear imágenes armónicas, invalidez y hasta parálisis cerebral que impide el necesario baño de alegorías a lo lastimosamente poco de animal que posee el ser humano. No puede haber felicidad sin construcción espiritual ni cultura, y no me vengáis con aquello de que los indígenas relegados o los subnormales son felices a su manera. Son coetáneos que pertenecen a otra era, fisiológicamente deprimidos.

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Lo ajeno, lo antípoda acude a yerros tales que los consagran a sucumbir en almirantazgo de ilusiones protectoras que apoltronan la poca iniciativa que albergue el ser, vicio degradante que pule la costumbre de aceptar lo estipulado por la mística alcoholizada, anulación de la interrogación; base de la evolución. Idean…, la invención de la hermenéutica para justificar erudición; es como pretender fundir mercurio y azufre para explicar una cesárea en hembras porcinas sin melanina. Albinas. Invierte en historia, viste indumentaria alimenticia ajena a modas; no hay proceso cíclico que afecte la influencia de todos estos dichos. La verdad sólo es posible como constatación de la mentira. Cultura, verdad y belleza; para de contar.

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Ab Exordio Generis Humani (Opus IV - Posludio) Cuando la tragedia grotesca asume prioridad. Recluido en un rincón al que nadie te relega. Autocompasión. Autoflagelación. Autómata. Autogol. Perfecto ambiente de angustia ante la declaración de superioridad de somormujos de sabiduría silente. Amor celoso a sobrevivir solitario clamando por bondad pero incitando al desprecio. El hartazgo de vivir sin amor establece la jerarquización de tu mala fortuna rematada con elegancia cuando encuentras sin querer la horma de tu zapato. Desvalido, descalzo. Porque crees ser quien no debieras ser. Paranoico. Trastornos de ideas delirantes, delirio autorreferente. Creencias sistemáticas y erróneas. Persecución y grandeza infundadas. Conducta autosuficiente. Errado, pobre indigno malhumorado. Como si la culpa de ser engañado la tuviesen los demás. Abrazas y deglutes los gestos y las palabras siempre con un doble sentido. Embarazado de complots imaginarios en tu contra, siempre inclinado hacia la agresividad verbal; la física no podrías. Débil, esmirriado, canijo. No son vicios ni virtudes, sólo son penas que antes que consuelo merecen muchos y variados palos. Breve compasión para sanear tu economía existencial desbordada de envidia donde rige el ánimo de destruir la belleza circundante en aras de hacer brillar la porquería.

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Pasas desapercibido para el grueso de la plebe, pero no para el somormujo inválido todoterreno, el que te sobrevuela porque buscas su cobijo después de verte expuesto a situaciones altamente frustrantes, acabando por desarrollar un exagerado narcisismo para compensar tu baja autoestima. Triste y merecido final a un peregrinaje vacío e infructuoso donde la contradicción a tu juicio lo traduces en prejuicio hacia ti mismo, confirmando tus complejas e indolentes teorías de complot. Todo gira en torno a la sucia y nada sutil desconfianza. Muerto en vida. Zombie condenado, te ofrezco salvación. Cultura, verdad y belleza; para de contar. Ama por una vez, fuera el odio y déjate ayudar. Humano, rebeldía innata. Imperfección. Ab exordio generis humani; desde el comienzo de la raza humana.

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Pulchrum Est Paucorum Hominum (Opus I Preludio) Las cenizas de una pena que en vida tenía sangre de metal sugieren inmundicia, insana alegoría. No se entiende ni se pretende razonar porque el oscurantismo que yace en el confín embarrado del ser no asume que la metáfora no busca la verdad ni la hermosura. Batalla indulgente de discípulos maleducados sin nuca ni frente. Besar lágrimas ya es más concreto, sin dejar de ser simbólico ya pasa a ser realizable, plausible de consideración. Los ecos de frases intrincadas se desechan, se les aplica el mismo destino que a todo lo que no se entiende. Es malo. Exhibición sensata de la incapacidad de disfrutar el maltrato de un desierto fértil, inhabilidad de concretar concordia idílica de traslación de admiraciones a lo hermoso, lo bello. Revelaciones de lo ilícito en mil y una expresiones. Transmutación del silencio al ruido, ruido artístico, sonido ofrecido sin cargo; torpemente rechazado. Impar premio de corona de espinas, menuda decepción para idiotas pretensiones. Claro, una espina no puede ser tanta o más bella que una flor. Diadema reglamentaria. Pensamientos que equilibren, que persigan la consecución de balance atinado entre los dos valores, sí, porque todo parte de sólo dos valías, es la máxima simpleza a la que la mente puede aspirar.

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Así es que la imbecilidad busca con afán el reflejo del alma en la apariencia externa, la lindura visible. Eternos malogrados que no diferencian entre “soy la belleza” de “soy de belleza”. En caso de querer hacerlo, ¿Qué puedo esperar de tales homínidos lácticos sin esqueleto? Profundidades emocionales intocables para un orbe ignorante, amo de su propia desgracia rítmica, acompasada y plagada de notas en bemoles, ajenas al sostenido. Despliego los momentos de belleza aterciopelada que quiero compartir en exceso, pero sólo encuentro fugitivos de un vergel indecente, buscadores de belleza que ignoran que para encontrarla primero deben tenerla dentro. Vino añejo para paladares hendidos; almas leporinas, suburbios emocionales albinos. Deja ya de mirarte una y otra vez. Lo que es realmente bello no necesita de dos miradas, con una es más que suficiente.

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Pulchrum Est Paucorum Hominum (Opus II) Dices adorar el arte y la belleza cuando deberías tributar fanatismo a la belleza del arte. Como preludio de recomendación corporativa deberías bregar por recuperar el consuelo de la bondad, de asimilar la desgracia de un proverbio ajeno. No valoras el empeño que la mente invierte en descubrir el provecho del serafín oculto; arcángel precursor de lindeza más allá del espejo de lentes magnificentes, reflejos de patidifusos yerros relucientes. Segmento de culto al staccato generado por la mano derecha del carácter realista de la semántica espiritual que desecha la mística de prepucios intelectuales. Geografía de una faceta de fuerza desatada en aras de locura semejante a la alegría. Plumaje desporrondingado de harpía de prosa ornamental. Cátedra de un futuro inyectado de avenencia a la madurez de juicio sobre primor, prontuario de caricias pedagógicas de canalización de triunfo sobre el espejo. Ahora mi perseverancia se justifica únicamente por el empeño en sobrellevar el despliegue inicial de los momentos de belleza aterciopelada que no me importa volcar en errónea proporción, la esperanza de no encontrar tantos fugitivos de un oasis indecoroso, buscadores de belleza que ignoran que para encontrarla primero deben tenerla dentro. Deja que mi evaluación te escrute sin miramientos. 242


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Tal vez seas de los pocos a quienes les será cedida la malsana prerrogativa de ser selectos. Sométete al calvario de “ser hermosura” y detén la extinción de sucumbir “siendo de hermosura”. Acepta la ceniza de la pena que en vida tuvo sangre de metal y deja ya de besar lágrimas concretas.

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Pulchrum Est Paucorum Hominum (Opus III) A la tercera entrega tu cuerpo aún no abriga resentimiento, ni tu desperdigado interior registra huellas de potro de batalla. ¿Cómo puedes asumir el triunfo de la vida si aún no catas hemorragia de belleza? Lo apolíneo de tanta abnegación y sacrificio oblicuos a tu verdadera intención, es cederme el cargo de mecenas de tu esperanza en tinieblas. La mentada canalización de triunfo sobre el espejo. Es hora de que idealices piedad para tus cuitas, de desplegar al artista risueño de vidas mercantiles; milagro clásico del poder del espíritu. Es tiempo de que reveles la agonía del fenómeno de escenario idóneo entrelazado con cruel sinceridad, porque mi ínclita perseverancia sólo está programada para una entrega más. Hay un pionero de pavor aislado en la sodomita contradicción de tu retorcido deseo, primer explorador enviado en eras sin catalogar por la historia de las ánimas. Emperador del mundo que te vio nacer. El tributo de tu fanatismo ha sido desviado hacia la fatiga cultural, siendo de a poco devorado por la simpatía del tiempo. El divorcio premeditado entre tu escuela romántica y la universidad del desmayo del alma ya es un hecho que en este día tomo como garantía de tu predisposición a ser inoculado con hermosura inmaterial, inteligente e ingrata. Tal separación de hecho espolea el minúsculo esfuerzo que tu mente hace para descubrir los provechos, lo engrandece y

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fortifica con vitaminas de caricias pedagógicas. Dócil y mortificada la música del bastión donde malvive tu corazón. Ocaso de tu pendencia pedigüeña, atrás la negligencia de los mismos prepucios intelectuales. Asignatura pendiente en profesorado de sectas de robusta elegancia. Coge la mano de mi virtud y mi ignorancia, es una sola. Dices adorar el arte y la belleza cuando deberías tributar fanatismo a la belleza del arte.

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Pulchrum Est Paucorum Hominum (Opus IV Posludio) Es momento. Hora de robar al secreto. Más allá de ser elegido por el hábito de observar, ahora dejas que la intrusión poética desmenuce la estética de tu cuna mediante la eliminación de gérmenes infecciosos, lindero de retribución de detalles vistosos. Playa de exquisitez que reafirma la teoría del cálido murmullo de la belleza. Templanza. Tu nuevo diagnóstico arroja un espejo de serenidad presente, augurio de porvenir abogado de videntes. El yugo de tu afán medroso a salir en el espejo yace ahora junto al candor de los pelos que lisian el cepillo con el que peinabas tus deseos. Portentos y prodigios que ponen digno colofón al turismo intelectual de la fregona que aseaba tus desatentos aposentos. Claroscuro de palanca y no grúa. Biblioteca de imágenes de eternidad, elegante preciosidad de balón de oxígeno que ahora combina a la perfección con tu irresistible encanto de no insistir en reverte al espejo. Fanático de la belleza del arte, exuberante pasión de vida. Ya no escribes “intimidad” entre signos de admiración. La belleza es sólo para unos pocos elegidos. Ahora veo lo glaseado y cómplice de tu sonrisa.

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