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MUJER MY BIKE - NOS CUENTA SU HISTORIA ANDREA GARCIA

“Una bicicleta es felicidad”, así lo define Andrea García, una Comunicadora Social y Periodista de 28 años que vive en Medellín.

Nació en Amagá, Antioquia y desde niña le gusta el deporte y la recreación, por eso, fue motivada a practicar voleibol en su colegio, deporte que le abrió las puertas para participar en torneos intermunicipales. Sin embargo, no era un deporte que la llenara del todo, y es que, después de que sus padres le enseñaran a montar en bici, empezó una gran pasión que la acompaña hasta el sol de hoy.

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Al ver que su interés por las dos ruedas florecía, sus papás le regalaron su primera bicicleta: una rosadita, la que a toda niña le regalaban; pero toda su atención se la llevó el regalo de su hermana: una bicicleta de MTB, que Andrea definió en su momento como “grande y bonita”. Haciendo que perdiera el interés en su bici “rosadita de niña”,

Nunca me ha gustado el tema competitivo. Soy más de salir con amigos, disfrutar, tomar fotos, ver el paisaje.

tomó la bicicleta de su hermana; esa que tanto quería. Unas veces su hermana se la prestaba, otras se la llevaba sin permiso. “Salía a montar en la bicicleta de mi hermana en los municipios aledaños de Amagá. Salía con unos vecinos que se convirtieron en mis grandes amigos”, recuerda con nostalgia Andrea.

A los 14 años llegó a Medellín a terminar sus estudios secundarios; allí conoció a unos amigos. Uno de ellos, conociendo el potencial que tenía, decidió entrenarla en MTB, comenzando con recorridos cortos que, poco a poco, fueron aumentando el ritmo. Era tanta su pasión, que salía a montar todas las noches en veredas de Envigado y de Caldas. A pesar de que entrenaba duro, no lo hacía por competencia, simplemente lo disfrutaba. “Nunca me ha gustado el tema competitivo. Soy más de salir con amigos, disfrutar, tomar fotos, ver el paisaje”, confiesa. Con su equipo de MTB planean varias rutas para hacer los fines de semana y entre semana entrena running y spinning.

A los 16 años empezó su carrera de Comunicadora Social y Periodista. Una vez terminada, recibió una oferta de Bikehouse para ser la Directora de Eventos a nivel nacional. “No lo podía creer, mi pasión profesional y deportiva se unieron. Era algo increíble”, recuerda con gran alegría. Estuvo un año en la empresa, luego recibió una llamada de HA Bicicletas (una de las empresas de bicicletas más grandes del país).

Todo el mundo hablaba de HA como la empresa top, todos soñaban con trabajar en esa empresa y una vez más Andrea estaba llena de felicidad. Era increíble como sus dos pasiones, la comunicación y las bicicletas, se unían cada vez más. No solo recordó su primera bicicleta, también se ha motivado a seguir sus sueños y ha conocido grandes personalidades de este deporte como lo es Mariana Pajón, deportista que admira en todo sentido, como profesional y como persona. Igualmente también admira a todos los ciclistas de ruta quienes han dejado el nombre del país muy alto.

No lo podía creer, mi pasión profesional y deportiva se unieron. Era algo increíble.

Hace 10 años practica ciclomontañismo, en ese entonces era el deporte de moda y todos querían salir a practicar MTB. Para Andrea el ciclomontañismo es un deporte que la apasiona porque conoce nuevas trochas, nuevas amistades, nuevos retos, y eso, le ha ayudado a crecer en todo sentido. En este momento el boom del ciclismo es la modalidad de ruta y mientras la mayoría de las personas alternan ambas modalidades o simplemente se cambian a ruta, Andrea siguió firme con su ciclismo de montaña, no quería cambiar los pantanos, los paisajes, el meterse en un charco; por una vía pavimentada. Salía con un grupo de amigos, casi todos hombres, había días en los que era la única mujer y hoy son muchísimas las mujeres con las que sale a “trochar”.

Me sentía nuevamente viva.

Inicialmente motivaría a todas las mujeres que quieren entrar a este mundo que todo se puede, que se puede montar recreativamente, no todo es competitivo y que cada una debe retarse en este gran deporte. A las mujeres que ya están en este cuento, la unión de todas es para demostrarle al mundo que también podemos lograr grandes metas en esta modalidad .Este es el consejo que Andrea le da a todas las ciclistas.

Aunque todo parecía marchar color de rosa, no fue así. Uno de sus grandes retos fue una enfermedad en los ojos: sus lagrimales se deterioraron, por eso tuvo que ser intervenida quirúrgicamente. Durante más de un año, le tocó dejar la bici. Pero no se detuvo. Decidió dedicarse al gym

22 y crossfit, lugares cerrados que no afectaran el estado delicado de sus ojos. Su corazón siempre estuvo atado a la bicicleta, por eso, a pesar de que por recomendaciones médicas no podía exponerse al aire libre, decidió volver a montar. “Era acostumbrar nuevamente a mi cuerpo y mi mente a los retos de la bici. Fue la pasión y la dedicación la que me ayudaron a superarlo”, añade. Lo intentó por mucho tiempo, hasta que cogió nuevamente el ritmo necesario para disfrutar sus rodadas. “Me sentía nuevamente viva”.

SU MOTIVACIÓN

Desde pequeña Andrea siempre se ha caído mucho, su papa la regañaba porque siempre llegaba con rasguños, ropa sucia, como dicen coloquialmente “vuelta nada” y aunque todavía se cae, ella reconoce que son caídas que la han ayudado a levantarse y aprender que todo se puede hacer, Andrea nunca pierde la motivación. “Cada rodada es un reto más. Cada una tiene algo que disfrutar, cada uno tiene su esfuerzo. Sea en el lugar que sea, disfruto salir con amigos, conocer nuevas trochas”, nos cuenta. Gran parte de su motivación viene de sus amigos. “Me han enseñado que las cosas se pueden hacer”.

Su tutor es el esposo de su mejor amiga y es quien también le ha demostrado que nada es imposible. Pues pasó por un cáncer de colon y estando con el estómago abierto, salía a montar y le decía que no le tuviera miedo nunca a nada, que las cosas si se podían hacer. En medio de su enfermedad se recuperó, pero le dio un gran ejemplo a Andrea de nunca rendirse y seguir siempre adelante. Él le tenía miedo a la muerte y hoy está vivo después de superar su enfermedad.

Son muchos los retos que han pasado por la vida de Andrea, pero son muchos más sus sueños y metas. Por eso, a pesar de todo, la veremos rodando con su mayor felicidad: la bicicleta, esa que la desafía cada día y le saca muchas sonrisas.

Inicialmente motivaría a todas las mujeres que quieren entrar a este mundo que todo se puede, que se puede montar recreativamente, no todo es competitivo y que cada una debe retarse en este gran deporte. A las mujeres que ya están en este cuento, la unión de todas es para demostrarle al mundo que también podemos lograr grandes metas en esta modalidad .Este es el consejo que Andrea le da a todas las ciclistas.

y crossfit, lugares cerrados que no afectaran el estado delicado de sus ojos. Su corazón siempre estuvo atado a la bicicleta, por eso, a pesar de que por recomendaciones médicas no podía exponerse al aire libre, decidió volver a montar. “Era acostumbrar nuevamente a mi cuerpo y mi mente a los retos de la bici. Fue la pasión y la dedicación la que me ayudaron a superarlo”, añade. Lo intentó por mucho tiempo, hasta que cogió nuevamente el ritmo necesario para disfrutar sus rodadas. “Me sentía nuevamente viva”.

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