El rescate de las ardillas bebé
Escrito por Kerrie Shanahan Ilustrado por Meredith Thomas
Ana miró por la ventana. El árbol grande y viejo frente a su casa se había caído.
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Ana salió y miró el árbol grande y viejo. En un nido, vio unas pequeñas ardillas.
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–¿Dónde está su madre? –dijo Ana. Miró y miró, pero no pudo encontrar a la ardilla madre.
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–Yo las ayudaré –dijo Ana. Colocó a las ardillas bebé en una caja. Las llevó a un hospital de animales.
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En el hospital, la veterinaria examinó a las ardillas bebé. –¡Iiiii! ¡Iiiii! ¡Iiiii! –gritaban. La veterinaria les dio un poco de leche a las ardillas.
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Ana iba a ver a las ardillas bebé todos los días. Crecían más y más. Pronto corrían y saltaban por todos lados.
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–¿Puedo alimentar a las ardillas? –dijo Ana. –No –dijo la veterinaria–. Son animales salvajes. Tenemos que enseñarles a que busquen alimento. –¿Por qué? –dijo Ana. –Si les enseñamos cómo buscar alimento, podrán cuidar de sí mismas –dijo la veterinaria–. Entonces, podemos liberarlas. 10
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Un día, cuando Ana fue a ver a las ardillas, la veterinaria le dijo: –Ahora ya saben encontrar su propio alimento y construir un nido. Es el momento de liberarlas.
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–Tengo un árbol grande detrás de mi casa –dijo Ana–. Podríamos liberarlas allí.
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Entonces, Ana y la veterinaria liberaron a las ardillas al pie del árbol de Ana. Al principio, las ardillas no sabían qué hacer, pero luego una ardilla trepó el árbol. Pronto todas las ardillas estaban seguras en la copa del árbol.
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Desde entonces, Ana cuida de las ardillas. Le gusta verlas en el árbol.
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