Málaga hoy DOMINGO 18-3-2007
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Málaga
LABORAL
Construcción. Casi un centenar de obreros de origen chino continúan dando los últimos retoques al nuevo horno de la fábrica de cemento de La Araña. Viven juntos en un campamento al pie de la factoría. Y hay quien quiere quedarse
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La gran familia china de la cementera EL REPORTAJE
Nacho Sánchez ■ MÁLAGA. No saben español. Viven apartados en un pequeño campamento formado por módulos lejos de las comodidades. Y trabajan mucho. Pero están felices. Apenas conocían Málaga y están disfrutando como niños de su sol y su playa. “Aquí nunca es invierno y se está muy bien”, asegura Li Chenggang. Él es uno de los 90 trabajadores chinos que aún construyen la nueva planta de la cementera de La Araña. Sus nombres son complicados, pero pasarán a la historia por convertir en realidad la obra privada de la provincia con mayor inversión hasta el momento: cien millones de euros. Llegaron en septiembre de 2005 en un barco que echó 45 días de travesía y formaron una colonia de hasta 140 personas. Han sido el centro de la actualidad tras diversas denuncias realizadas por sindicatos y partidos políticos por su situación y su seguridad. Sobre todo, a raíz de la muerte de uno de ellos. Algunos ya se fueron de vuelta a China, pero otros continúan todavía dando los últimos retoques al nuevo horno. Y están muy adaptados. Su trabajo es duro. Desayunan a las siete de la mañana en los tres comedores que tienen en el campamento –ubicado en la misma cementera– y de ahí marchan a sus puestos. A las 12 del mediodía descansan para comer. Tienen sus propios cocineros llegados desde China. A las 13.00 vuelven al tajo y a las
17.00 paran. Poco después, a las 18.30 toman la cena. Y ahí empieza la diversión. Unos pasan horas colgados del teléfono, navegando por internet o viendo canales chinos de televisión. Otros se entretienen jugando al tenis de mesa, al badminton o al billar. Y hay quienes disfrutan de paseos por la playa, de la que carecen en sus ciudades de origen. Los más inquietos marchan a Málaga para salir con sus compa-
Unos dedican su tiempo libre a navegar por internet o ver la televisión, pero otros disfrutan de paseos por la playa ñeros españoles o se van de turismo en sus días libres a Granada, Sevilla, Ronda, Antequera “o a ver el Museo Picasso de Málaga”, dice Lian Jin Quan, director del proyecto por parte de la obra que construye las nuevas instalaciones, CBMI. “Somos una gran familia, a pesar de que hay obreros procedentes de muchas provincias chinas”, añade en palabras de su traductor Jin Quan. Áreas como Hebei, Jiang Su, Shan Xi, Henam o Fujiam están representadas en el pequeño campo base de los empleados “y eso también ha enriquecido la convivencia, porque en cada sitio hay dialectos y costumbres dife-
rentes”, añade el máximo responsable chino. Los toques asiáticos del campamento son pocos. Una bandera roja con cinco estrellas amarillas ondea en lo alto, un tablón con una carta del director de la empresa CBMI y un extraño dibujo saludando al año nuevo del cerdo en un tablón de anuncios y los olores que recuerdan a un restaurante asiático. Pero el resto parece un camping. Ropa tendida en cualquier sitio, lavabos para limpiar las bandejas en las que comen, unidades prefabricadas para los aseos y pequeños módulos con habitaciones de unos 20 metros cuadrados. Todos están muy contentos con ellos. Sus jefes, porque están desarrollando un “muy buen trabajo”. Y la parte española porque están viendo cómo su nueva planta crece con seguridad. “Son muy educados y amables. Pero además tienen una gran experiencia que les avala y nos han prometido unas muy buenas garantías en la fabricación del horno”, asegura Francisco Bravo, director de Comunicación y Relaciones Institucionales de Financiera y Minera. Igual piensa el italiano Mariano Miggiano, director del proyecto de construcción por parte del grupo Italcementi (en el que está integrado la cementera). Y ellos están tan contentos que quieren quedarse a vivir en Málaga. Pero no pueden porque sus visados expiran con su trabajo. Y porque tramitar sus papeles para poder trabajar en España “fue lo peor de todo el proyecto”.
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1. Uno de los trabajadores lava la bandeja en la que ha tomado el almuerzo a las 12 del mediodía. / 2. Las formas de distraerse son muy variadas, pero muchos pasan gran parte del tiempo hablando por teléfono con sus familiares en China. / 3. LIan Jin Quan (derecha) junto a su traductor. / 4. El campamento está ubicado justo al lado de la cementera y está formado por varios módulos en los que están las viviendas y todos los servicios básicos.