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Domingo 11 de Mayo de 2014 | MÁLAGA HOY
CULTURA Y OCIO MÚSICA
● Aunque con desigual resultado, Pablo Piñero MÁLAGA
Un día abres los ojos y el futuro ha llegado. No lo has visto venir, pero ahí está. Sin avisar. Y se queda contigo, te guste o no. Es lo que hay, como cantan Niños Mutantes. Ellos recomiendan siempre dejar la puerta abierta, no cerrarla nunca del todo: en su opinión, el futuro es como un boomerang, que por muy lejos que lo quieras lanzar, siempre vuelve, siempre te alcanza. Así que mejor dejarla encajada y ver la luz por la rendija. Para afrontar lo que vendrá, pedir la cuenta y lavar el corazón. Y hablar, porque ya se sabe que las palabras no dichas siempre se terminan envenenando. También se puede coger la puerta y empezar en otra parte. La otra alternativa es aceptar que siempre serás un cobarde y, en ese futuro, todo pasará sin que tú decidas nada. Como un náufrago a la deriva. Un errante. Son Niños Mutantes una banda que siempre ha apostado por el camino difícil, ese que supone mirar al futuro a los ojos. Forjarlo para que, cuando te lo encuentres, no te leves sorpre-
Niños Mutantes y Sidonie brindan argumentos en París 15 para el optimismo respecto al rock español
Cicatrices en mayo
Conviene reconocer a Niños Mutantes su humildad, su omisión de las estridencias sas. Es la opción que te obliga a decidir, a elegir, a quedarte con unas cosas y desechar otras. Es lo que ha permitido a estos granadinos seguir al pié del cañón veinte años después, ser una referencia de la música española que las nuevas bandas no deben perder de vista. Porque aunque la vela no sople, Niños Mutantes siempre navegan hacia delante. Lo sabe apreciar su público, escaso en la noche del pasado viernes en la Sala París 15 –no más de 400 personas–, pero fiel y agradecido. Como un buen hincha del Atleti. La banda de Juan Alberto Martínez presentó un buen ramillete de canciones de su nuevo disco, El futuro, con sonidos
P. PIÑERO
Juan Alberto Martínez, de Niños Mutantes, el viernes, en París 15.
La Sinfónica Provincial actuará a favor de Manos Unidas el próximo día 14 R. C. MÁLAGA
El Teatro Cervantes será el escenario del concierto que ofrecerá la Orquesta Sinfónica Provincial de Málaga a favor de Manos Unidas el miércoles 14 de mayo a las 20:00. En esta ocasión, la orquesta estará acompañada por las voces de la soprano Berna Perles, el tenor Luis María Pacetti y el barítono Anto-
nio Torres, todos ellos bajo la batuta del director Salvador Vázquez. El recital constará de una primera parte de música clásica, en la que se podrán escuchar piezas de Giussepe Vedi, Charles Gounod, Georges Bizet y Antonin Dvorak. Tras ella, los asistentes podrán escuchar obras de zarzuela como La Revoltosa de Ruperto Chapí, El Dúo de la Africana de Manuel Fer-
nández Caballero y La Marchanera de Federico Moreno Torroba, entre otras. Los interesados en acudir a esta cita podrán comprar las entradas en la sede de Manos Unidas, situada en la calle Strachan, número 6, tercera planta o llamando al teléfono 952 214 447. Además, tal y como señalaron fuentes de la Diputación provincial, las personas que no puedan
y letras característicamente mutantes como Hermana mía o Sto. Domingo, pero también con rarezas y gustazos para disfrutar con vistas al mar, donde destaca Barronal, de aires tan playeros como su propio nombre. Temas con los que, entremezclados con sus mayores éxitos, completaron, una vez más, un muy buen concierto. Dejando claro que, aunque sean asiduos en los escenarios de Málaga, es una suerte tenerlos cerca. Nunca son erráticos. Aplaudamos además su humildad, su omisión de las estridencias. Con mucho más ruido llegan siempre los catalanes Sidonie, encargados el viernes pasado de abrir el doble concierto nocturno. Costa Azul para arrancar y un frenético repaso de sus éxitos para, luego, entrar de lleno en su nuevo disco, Sierra y Canadá, que ya adelantaron a cuentagotas hace un par de meses en su actuación en el Albéniz para abrir el MAF (el ciclo previo a la pasada edición del Festival de Cine Español de Málaga). Quizás no fue el mejor concierto de la banda, pero si algo se les puede agradecer es que con este último trabajo dan un giro de tuerca a su sonido, que se vuelve más brit y electrónico, que recuerda a los inicios de conjuntos británicos como Oasis o Blur. Y bueno, que, si hay ganas de bailar, Sidonie lo ponen fácil. Incluso cuando se atreven con una versión de Video killed the radio star. Y bailar es bueno. Y sonreír. Y mirar hacia delante. Y qué mejor que hacerlo en mayo, cuando, aseguran Niños Mutantes, mejor se curan las cicatrices. El futuro ha llegado y el mes se acerca a su ecuador, así que quizás sea hora de sacarlo todo. Aunque sea con un nudo en la garganta. Aunque sea para decir no puedo más contigo. Tienen claro los granadinos que algún día nos reiremos de esto. Y, probablemente, de todo. Mirar hacia atrás es lo que tiene. Aunque duela saber que el mundo no se para. También insisten los Niños Mutantes en que, pase lo que pase, siempre nos quedará la música. Elegimos: que sea la suya, por favor. Así el futuro nos encontrará preparados.
estar presentes en el espectáculo, pero quieran colaborar, podrán hacerlo con la Fila 0 de Unicaja en el siguiente número de cuenta: 2103 0146 92 0030707347. Compuesta mayoritariamente por músicos nacidos o residentes en Málaga, la Orquesta Sinfónica Provincial es una de las agrupaciones de su género más antiguas de España. La formación fue creada en el año 1945, y desde su debut al año siguiente en un concierto organizado por la Sociedad Filarmónica de Málaga, mantiene su labor en pro de la difusión y desarrollo de la música en la provincia.
En lo vacío del espacio Crítica de Teatro PASEO POR HAMLET
★★★★★
Teatro Echegaray. Fecha: 9 de mayo. Compañía: Teatro de la Orilla. Dirección: Mel Rocher. Adaptación y dramaturgia: Lalo Mora, a partir de la tragedia de William Shakespeare. Reparto: Mel Rocher y Antonio Zafra. Intérpretes en lenguaje de signos: Caty Fernández y Luisa Aguilar. Aforo: 50 personas.
Pablo Bujalance
Un círculo de arena, una estructura metálica vertical con ruedas y dos actores. Esto le basta a Mel Rocher para montar Hamlet en una hora justa con la versión de Lalo Mora. La propuesta, representada con éxito durante meses en la Sala Maynake y ahora vertida al Echegaray, sigue así con admiradora fidelidad las directrices de Peter Brook a la hora de meterle mano a Shakespeare. Y, por más que el espectáculo apele a lo que el espectador sabe (o cree saber) sobre Hamlet a la hora de establecer sus elipsis (ya iba siendo hora de que se le perdiera el miedo a estas cosas), lo cierto es que la estética acuñada por el maestro surte aquí sus deseados efectos: los elementos, muy especialmente los verbales, cobran nuevos significados no sólo porque sean amplificados, sino porque son singularmente (re)contextualizados. La impresión que destila la obra es cercana a lo religioso, algo a lo que ayuda mucho su disposición circular: lo que el espacio vacío pregona aquí es una inclinación casi inevitable a la conexión con el padre en una consideración de eternidad. La superación de la orfandad por la que el príncipe prende fuego a su razón se convierte en una práctica litúrgica. El hueco es, por tanto, el cordón umbilical que vincula al hombre con el dios; pero no es un lazo que consuele, sino que (y he aquí la gran lección de Hamlet) martiriza hasta convertir el deseo en tortura. En su aspecto formal, este Paseo por Hamlet se beneficia del contraste interpretativo que ofrecen sus actores: Mel Rocher encarna al príncipe con su limpieza clásica, su depuración escrupulosa y la claridad de su gesto. Antonio Zafra pone cuerpo, voz y alma al resto de personajes con una capacidad tremenda de decir mucho con muy poco, ayudado a veces con recursos efímeros (proverbial su construcción del espectro con la linterna) y virtuoso en la resolución de la metamorfosis con apenas un par de pases (sí, en esto los buenos actores se parecen a los buenos toreros). Toda una confluencia de talento, en fin, para que el teatro siga valiendo la pena.