Málaga hoy DOMINGO 26-8-2007
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Cultura
MÚSICA
Concierto. La localidad de la Axarquía disfrutó del fabuloso directo de Ojos de Brujo, mestiza agrupación de origen barcelonés, que presentó su último disco ‘Techarí’ dentro del Festival 3 Culturas ante más de 3.000 personas
Y Frigiliana abrió los ojos LA CRÓNICA
Auxi Barea La rumba callejera, el hip hop flamenquillo y el mestizaje se refugiaron el viernes noche en Frigiliana con la actuación de Ojos de Brujo dentro del Festival 3 Culturas, que se celebra en este municipio de la Axarquía. La música es la bandera de este grupo nómada, por ella viven y cambian de ciudad como de camisa. El ritmo se esconde en sus raíces y el viernes lograron compartir esa pasión con el público– unas 3.500 personas según la organización– que se convirtió en un miembro imprescindible para el espectáculo, porque los conciertos de Ojos de Brujo no sólo son música y canciones. Es mucho más. Es un despliegue de baile, denuncia social y
■ MÁLAGA.
muchas ganas de dejar volar las preocupaciones. Y para eso un buen público como el de Frigiliana es fundamental. El grupo salió con muchas ganas al escenario, sabían que jugaban en casa, ya que Paco, el guitarrista, es malagueño y contaba con la compañía de sus familiares y amigos entre el público. Así, libres como el título de su disco Techarí, se lanzaron al directo desgranando los temas de este último trabajo, como Respira, que abrió el espectáculo, y combinándolos con anteriores como Nada en la nevera, uno de los más esperados, de la “época punk-rock”, como bromeó Marina, vocalista de la banda. Estos once chefs de la música cocinaron un suculento menú fiestero a base de ritmos flamencos, rumbitas, mezclas electrónicas,
Marina, voz de la banda, interpreta con pasión uno de los temas del amplio repertorio que regalaron a Frigiliana. hip hop y taconeo. Así, Marina deshacía su voz mientras no dejaba de pasearse por el escenario con su vestido de flamenca, Maxi zapateaba con la lengua, Sonia cantaba con los pies, Ramón y Paco acariciaban sus guitarras, Xavi controlaba la percusión y la trom-
peta de Carlos Sardoy ponía la gota caribeña al espectáculo. Ojos de Brujo consiguió abrir en Frigiliana la puerta a la experimentación. Reinventaron el flamenco una vez más y lo acompañaron de nuevos sonidos. Vistieron al duende de calle y se lo lleva-
NACHO SÁNCHEZ
ron de fiesta. Su música no entiende de fronteras ni de idiomas. Esa es la clave de su éxito, un directo que funciona en Finlandia, Francia o Portugal. Y aguanosos y forasteros supieron aprovechar la oportunidad de mirar a los ojos del ritmo.