Málaga hoy MIÉRCOLES 28-3-2007
P ROY EC TO
Reivindicación. El centro cultural La Casa Invisible, situado en el inmueble ‘okupado’ de la calle Nosquera, consolida su actividad como punto de encuentro de jóvenes creadores locales
Un edificio libre y muy activo
FOTOGRAFÍAS: ÁLVARO CABRERA
El patio de La Casa Invisible, en el número 11 de la calle Nosquera, es ya un lugar de encuentro ciudadano. EL REPORTAJE
Nacho Sánchez ■ MÁLAGA. “Estoy aquí como parte de una plataforma ciudadana para demandar espacios donde los ciudadanos se formen y exista relación entre la creación y el aprendizaje. Sin la intención de sustituir a nada ni nadie, sino como complemento, como espacio de libertad rozando lo absoluto. Un papel en blanco en el que poder decir algo”. Son palabras de Alfredo Rubio, profesor de la Universidad de Málaga que ayer presentaba junto a otras personalidades de la cultura malagueña La Casa Invisible. Un proyecto que recientemente se ha instalado en un edificio de la calle Nosquera. Al catedrático lo acompañaban ayer el arquitecto Eduardo Serrano, el músico Raúl Benítez o el artista Rogelio López Cuenca. La intención de todos ellos es la de establecer un diálogo con el Ayuntamiento de Málaga para recibir su apoyo. “Queremos tenderles la mano. No pedimos un sitio en el que desarrollar la cultura porque ya existe: La Casa Invisible. Y está funcionando muy bien”, afirmó Florencio Caballo, uno de los responsables del proyecto. Allí no sólo se pretende tener un espacio exhibicionista de la actividad artística malagueña, sino, sobre todo, un lugar para la producción. “Y con una dimensión colectiva. La Casa Invisible pretende tener un hueco para cada tipo de actividad, pero entre ellas habrá interacción”, añadió el arquitecto Eduardo Serrano.
Eduardo Serrano, Alfredo Rubio y Rogelio López Cuenca, ayer, debatiendo en La Casa Invisible. Precisamente él, así como muchos compañeros y alumnos, han insistido en dar un giro de tuerca a la ciudad con iniciativas para regenerar espacios y devolverlos al espacio público. Y uno de ellos es el edificio que el colectivo Creadores Invisibles ocupó a principios de este mes en la calle Nosquera. La idea es que coexistan al mismo tiempo la rehabilitación física del edificio con la regeneración cultural del inmueble mediante una programación estable en el que caben seminarios, conciertos, charlas, teatro o talleres de arquitectura y urbanismo, como el que coordina Alfredo Rubio, con la in-
tención de que los malagueños participen en la creación la ciudad que quieren “y no la que imponen desde arriba”. Un proyecto que se basa en el éxito logrado por ideas similares en ciudades como Barcelona, Berlín o Milán y que cuenta con el apoyo de múltiples creadores relevantes de todos los ámbitos, tanto de Málaga como del resto de España e incluso a nivel internacional. Desde el director de cine Fernando León hasta el Premio Nobel Darío Fo. “Es un proceso abierto en el que los ciudadanos queremos ser protagonistas y no espectadores de la vida de la ciudad”, afirmó López Cuenca.
Porque hay dos formas de participar en la cultura. Una es acudir a cualquier centro cultural a ver una exposición que ha sido decidida por los responsables del sitio. La otras es llegar a un centro, proponer qué tipo de exposición se quiere ver, qué tema se quiere tratar en una mesa redonda o de qué se quiere aprender. El ciudadano participa así en el proceso de creación artística o en el modelo de ciudad que quiere tener y el se forma en la materia que le interesa. La Casa Invisible ha elegido la segunda. Su propuesta está abierta a la participación de todo el que quiera acercarse hasta sus instalaciones. Y buscan apoyos.
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