Gran Málaga
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MIÉRCOLES 25-1-2006 Málaga hoy
E M P L EO
Confecciones Sur. Dos trabajadoras cuentan su experiencia durante casi 40 años de vida laboral en la fábrica textil que ahora el Grupo Cortefiel pretende cerrar con una regulación que afectaría a unos cuatrocientos empleos
3 EN DETALLE Mañana comienza la negociación
VICTORIANO MORENO
TEXTIL. Un grupo de trabajadores de Confecciones Sur, ayer, en la entrada de la fábrica.
Cuatrocientascosturerassin oficio EL REPORTAJE
Nacho Sánchez ■ MÁLAGA. Corría el año 1966. Inés era una niña de 14 años y no tuvo más remedio que empezar a trabajar en una fábrica del barrio de Huelin. Entonces, no sabía que pasaría media vida en ella. Fue el 2 de febrero de ese año y desde entonces sus compañeras de trabajo de la textil Confecciones Sur han sido parte de su familia. Poco a poco llegaron las primeras bodas, los bautizos, las comuniones y hasta los divorcios. “He pasado aquí más tiempo con ellas que con mi familia”, explica Inés. En poco más de una semana
cumplirá 40 años en la fábrica, pero 2006 podría ser el último. “Ahora no sabemos qué puede pasar y estamos muy preocupadas”, dice la trabajadora mientras recuerda la mudanza a la actual fábrica cerca de la barriada de La Princesa o el reloj de oro que la empresa le regaló cuando cumplió sus primeros 25 años en la compañía. El Grupo Cortefiel anunció el lunes que pretende echar el cierre a su última fábrica en toda España, la de Málaga, y sus 401 trabajadores temen lo peor. La mayoría de ellas son mujeres y sólo 25 empleados son hombres. “Eso que quede bien claro”, pide Inés,
que trata de contar su experiencia laboral junto a su compañera Ana María Jiménez, que pertenece al comité de empresa desde hace muchos años. “En la época que nosotras entramos había una actividad increíble y no se paraba”, explica Ana María. “Mi única opción era trabajar o trabajar, así que me fui para Huelin y me cogieron”, añade. En aquella época si alguna mujer quería trabajo, se iba a la puerta de la fábrica y el encargado salía a media mañana y las contrataba. Si no sabía coser, le enseñaban. “Así de fácil”. En la fecha que ella entró a la fábrica con 15 años, en 1969, allí se tra-
bajaba con todo tipo de manufacturas “desde el punto a la piel”. Ahora, se ha eliminado toda la confección de hombre y la fábrica se ha especializado en las prendas de más difícil elaboración, mayor calidad y mayor valor añadido. “La experiencia es un grado”, dice Inés. De hecho, la fábrica confecciona el ocho por ciento de la facturación de Cortefiel, según su comité de empresa. “Aquí somos muy polivalentes y después de tantos años trabajando hacemos casi cualquier cosa”, explica Ana María. Sin embargo, ese puede ser uno de sus mayores problemas problema en la actualidad. “No
Mañana jueves a las doce del mediodía comenzará la negociación de la regulación laboral de Confecciones Sur entre la empresa y los sindicatos. El planteamiento es, en principio, recortar los cerca de 240 empleos de los talleres, que ya se vieron afectados por el ERE del año pasado que rechazó Empleo. El resto –oficinas, estudio y almacenes– se puede también ver afectado por el expediente. “Vamos a negociar, pero pelearemos por mantener el mayor número de puestos de trabajo”, explicó ayer Manuel Ferrer, secretario de UGT en Málaga. Los sindicatos también creen que el hecho de que el soterramiento del AVE afecte al inmueble de la fábrica puede ser un punto negativo para el cierre de la empresa. sabemos hacer otra cosa y con estas edades no tenemos muy claro dónde podríamos trabajar”. Si la fábrica cierra definitivamente, los empleados lo tendrán difícil para encontrar un nuevo empleo. Primero porque el sector textil ya casi no fabrica en España y todo el trabajo se hace en países como Marruecos o China. Y segundo, porque su edad media ronda los 50 años. Estas trabajadoras llevan tiempo temiendo la llegada de un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), pero no por esperado el anuncio de Cortefiel de los futuros despidos dejó de ser un jarro de agua fría. Ambas conservan con cariño su reloj de oro, pero ninguna conseguirá el coche que, según cuentan, la empresa regala cuando los empleados cumplen sus 50 años al servicio de la firma.
EL PROCEDIMIENTO PODRÍA BLOQUEAR EL PAGO POR LOS ACTIVOS VENDIDOS EL AÑO PASADO
El grupo Rodríguez Villar inicia acciones judiciales contra la venta de Hitemasa E. M.
El grupo catalán Rodríguez Villar ha iniciado un procedimiento judicial contra la venta de Hitemasa a la entidad Parque Comercial Guadalhorce porque presumiblemente no se ha respetado el derecho de compra preferente de activos patrimoniales, acordado con los vendedores de la textil malagueña cuando en 2001 se hizo con una parcela de 180.000 metros y un edificio de oficinas. El representante en Málaga del grupo, José Luis Segalerva, ha precisado que el pasado lunes se presentó el escrito en los juzga-
■ MÁLAGA.
dos de Primera Instancia de Málaga solicitando que, en fase de diligencias preliminares, se interrogue a los responsables de Hitemasa y de Parque Comercial Guadalhorce para confirmar que se ha producido la venta. De comprobarse este extremo, Segalerva ha reconocido que se concretará la demanda, porque Rodríguez Villar “siempre ha tenido intención de ejecutar su derecho de adquisición preferente”. De hecho, el representante del grupo ha admitido que a comienzos del año pasado tuvieron negociaciones con los socios de Hitemasa para comprar las instalacio-
nes “pero no hubo acuerdo en el precio, así que decidimos esperar para ejecutar nuestros derechos cuando llegara el momento”. Desde que se conoció públicamente la venta de la textil, a finales de la primavera pasada, por unos 38 millones de euros, Rodríguez Villar ha remitido “numerosos” requerimientos notariales a los consejeros de Hitemasa advirtiendo del derecho contraído en 2001 y de su intención de ejecutarlo, “sin que en hayamos obtenido respuesta alguna, ni siquiera del consejero que representa al Ayuntamiento de Málaga”. Segalerva se ha mostrado “ape-
sadumbrado” por haber tenido que recurrir a la solución judicial, dadas las consecuencias que podría acarrear para los cooperativistas que crearon Hitemasa. Si se confirma que se ha formalizado la venta de las instalaciones fabriles, se impulsaría una demanda por no respetar el “acuerdo privado” de opción de compra preferente, por lo que la operación sellada entre Hitemasa y Parque Guadalhorce podría quedar “bloqueada y, en consecuencia, el precio que pactado no podría depositarse hasta que se resolviera el procedimiento”. “En todo momento hemos sido
conscientes de las repercusiones que podría acarrear para los trabajadores y socios de Hitemasa, por eso hemos tratado siempre de evitar tener que recurrir a los tribunales, pero no hemos tenido otra opción”, recordaba ayer Segalerva. Los cooperativistas de Hitemasa, con una media de edad de unos 50 años, tenían intención de vender la fábrica tras comprobar su inviabilidad para así poder contratar una póliza de seguros que le garantizara el cobro de sus salarios hasta la fecha de la jubilación. Rodríguez Villar compró en 2001 los primeros activos fabriles de los que se deshizo Hitemasa para reflotar la fábrica. “Fue entonces cuando, en un documento privado, cerramos el derecho preferente de adquisición”. El grupo plantea desarrollar un parque empresarial y comercial en la zona, incorporando los 130.000 últimos metros de suelo puestos a la venta.