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Domingo 25 de Septiembre de 2016 | MÁLAGA HOY
CULTURA Y OCIO MÚSICA
Talento y vindicación Crítica de Clásica ORQUESTA FILARMÓNICA DE MÁLAGA
★★★★★ Primer concierto de la temporada de abono. Teatro Cervantes. Fecha: 23 de septiembre. Programa: ‘Concierto nº2 en si menor para violonchelo y orquesta, Op.104’, A. Dvoràk; ‘Sinfonía nº3 en Mi bemol mayor ‘Renana’, Op.97’, R. Schumann Intérpretes: Orquesta Filarmónica de Málaga. Director: Manuel Hernández Silva. Solista: Guillermo Pastrana (violonchelo). Aforo: Casi lleno.
J. M. Cabra Apalategui
N.A.
El artista andaluz canta junto a La Mari de Chambao durante su concierto del viernes en la sala París 15.
● El gaditano ofreció un solvente directo en la sala París
15, donde volvió a presentar ‘Muerte a los pájaros negros’
Makandé prolonga el verano en Málaga
ciación del último disco de Makandé, Muerte a los pájaros negros, que obtuvo el doble de microdonaciones de las que necesitaba para su grabación. El músico agradecía todo el apoyo malagueño celebrando los espetos en el barrio de El Palo una y otra vez. “Qué maravilla”, repetía entre canción y canción mientras repasaba sus temas más conocidos y los pertenecientes a su último larga duración. Versión del Eres para mí de la artista mexicana Julieta Vengas incluida. También de la zona este llegó la sorpresa de la noche: La Mari, que se sumó a uno de los temas del concierto. Una colaboración que tiene un precedente muy reciente: la participación de Juanito Makandé en el tema Imagi-
La sorpresa de la noche llegó en cuanto La Mari de Chambao se subió al escenario
M. S.
Makandé canta junto a su inseparable banda de músicos durante el concierto que dio en la sala París 15.
Nacho Sánchez MÁLAGA
En el polígono el otoño se dejaba notar. Un viento frío invitaba a la rebeca y la manga larga a modo de presentación de la nueva estación. Pero en la noche del viernes, aún seguía siendo verano en una de las naves
industriales. Allí, en el interior de la sala París 15, Juanito Makandé se rodeaba de amigos para mantener vivo el estío con una música que suena a playas de Cádiz, a atún rojo, a surf, a levante. A puestas de sol y fiesta hasta el amanecer para dormir mientras aprietan los Calores. El cantante y compositor ga-
ditano hizo las delicias de un público que prácticamente llenaba el recinto del espacio. Volvía el gaditano a Málaga, una ciudad que le quiere y le adora, como ha demostrado arropándolo en sus distintos conciertos de este año en la provincia. Y que, probablemente, participó también en la finan-
na de Chambao con un videoclip con claro sabor malagueño rodado en el Espacio Cienfuegos, la sede de una asociación autogestionada por artistas locales. Hablador, feliz y a gusto, el de La Línea de la Concepción hizo olvidar la llegada del otoño con un ramillete de canciones sencillas y divertidas que elogian la vida, los amigos y el sexo. Todo con el apoyo de otros ocho músicos en el escenario. Percusiones, cajas flamencas, guitarras españolas y eléctrica, bajo, palmas, saxo, trompeta, batería... Elementos para lograr esa música flamenca con toques latinos, de jazz o reggae compenetrada con su ronca voz. Makandé paró este viernes el reloj en Málaga, alargando así el verano unas horas más.
La Orquesta Filarmónica de Málaga, con un programa romántico, transmitió muy buenas sensaciones en el primer concierto de la temporada. Un sonido trabajado y cercano a la plenitud propició una exquisita presentación de los temas del Concierto para violonchelo y orquesta de Dvorák. En su recreación del universo melódico del bohemio, la OFM acentuó en clave expresiva cada pasaje, destacando junto a los de mayor emotividad, aquellos del segundo movimiento en los que intensifica la dimensión espiritual y trascendente de la obra. El violonchelista Guillermo Pastrana ofició como solista. Al margen de las excepcionales condiciones técnicas así como de pequeñas máculas en la afinación, la interpretación de Pastrana exuda talento. Para empezar, ejerce de solista sin afectación; más que carisma,
Pastrana ejerce de solista sin afectación; más que carisma, despliega liderazgo despliega liderazgo. Además, la naturalidad y soltura de su fraseo encajan como anillo al dedo tanto con el Dvorák del período americano –¡qué gran Cuarteto para cuerdas, op. 96 se intuía!– como con los aires danzantes con reminiscencias folclóricas del tercer movimiento. Desde siempre se ha atribuido a las obras sinfónicas de Schumann el sambenito de una deficiente orquestación, hasta el punto de sugerir que están concebidas como obras pianísticas. Acaso a modo refutación, Hernández Silva plantea un Schumann denso, atento a la sensibilidad de uno de los románticos por excelencia, pero con un tempo pausado que imprime gravedad y profundidad a la partitura, hasta el punto de adquirir en la solemne liturgia del cuarto movimiento tintes brucknerianos. En definitiva, una sólida vindicación del Schumann sinfonista.