Málaga hoy DOMINGO 12-8-2007
D I S T R I TO S
Málaga
RINCÓN
Construcción. Los vecinos de la calle Sebastián de Eslava, una perpendicular de Blas de Lezo, se
quejan del ruido y molestias de las cinco obras existentes en su calle, que no supera los 300 metros EL REPORTAJE
Nacho Sánchez ■ MÁLAGA. Cuando José se compró su piso en calle Sebastián de Eslava (una perpendicular de Blas de Lezo) jamás se esperaba lo que le está ocurriendo. Eran los años 60 y su bloque era el más alto de la vía, que no tenía asfalto “y hasta los taxis se negaban a traernos porque esto era un barrizal”, explica. Ahora, los edificios de media calle se está renovando y los ruidos por las cinco obras que se están llevando a cabo en ella a la vez traen de cabeza a los vecinos que residen en ella. José lo tiene claro. “Salta a la vista todos los problemas que crean las obras”, asegura. De hecho, se trata de una pequeña vía de no más de 300 metros de longitud con cinco obras en los números 3, 8, 11, 13 y 17. Es decir, a lo largo de toda la calle. Y cinco minutos allí sirven para conocer los problemas a los que se enfrentan en su día a día los vecinos de la zona. Por un lado, gran cantidad de camiones entrando y saliendo de la calle. “Lo que ralentiza mucho el poco tráfico que tenemos ya que, habitualmente, cortan el tráfico durante varios minutos a lo largo del día”, explica María José, otra vecina de la calle Sebastián de Eslava. Ella sufre la parada de los camiones también cuando va a comprar con su madre y su hijo, ya que a veces tiene que esperar a que el camión descargue para poder pasar por la calle, ya que entre éste y los vehículos aparcados “es imposible pasar por ningún lado”. Además, están los ruidos de las máquinas excavadoras, de las grúas, de los martillazos del medio centenar de obreros que trabajan en todas las obras, de los motores de los camiones o “los repetidos pitidos que suenan cuando van marcha atrás”, asegura María López, otra de las vecinas. Una situación que resume muy bien Ana Belén: “El polvo que se respira hace que no podamos abrir las ventanas ni pasear por la calle, han destrozado las aceras y el firme y tienen acapa-
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Los vecinos de Calaflores cortan el acceso a su urbanización Quieren cerrar el recinto, de titularidad privada, a las personas que van a la playa los fines de semana R. TOBELEM
Las obras toman la
calle Imagen de la calle Sebastián de Eslava, perpendicular de Blas de Lezo. rados los pocos aparcamientos de los que disponemos con vallas, contenedores o material”, asegura la mujer. A ello se suma el paso de las grúas por encima de sus edificios
“con el peligro que puede conllevar”, según los vecinos, lo que no les permite descansar, a pesar de que habitualmente la calle “es muy tranquila”. “Esto es insufrible y aún queda una nave más de
MIGUE FERNÁNDEZ
lo que allí había, una zona que podían haber aprovechado para realizar algún parque en un área de Málaga tan hacinada y sin parques ni zonas de ocio”, denuncia Ana Belén.
■ MÁLAGA. Los vecinos de las urbanizaciones privadas Calaflores y Nueva Cala, de La Cala del Moral, cortaron ayer la entrada a su urbanización, que a su vez es acceso a una playa muy frecuentada durante los fines de semana. Los residentes protestaron así por la decisión del Ayuntamiento de revocar un acuerdo al que llegaron con la anterior corporación municipal y que les permitía bloquear el paso por el recinto residencial de unos 44.000 metros cuadrados durante los fines de semana de verano. “Esto se pone imposible de coches; aparcan en doble fila, rompen los jardines e incluso se mete gente de fuera en las piscinas”, razona el portavoz vecinal Francisco Aragón. Ayer, el corte del tráfico por parte de los vecinos motivó la intervención de la Policía Local y la Guardia Civil que finalmente dejaron vía libre al acceso, ya que el vial es público, según el Ayuntamiento. Pero los vecinos reiteran que su urbanización es privada y que ellos corren con todos los gastos. Y no piensan rendirse. El próximo día 14 de agosto mantienen una reunión con el alcalde de Rincón, José Miguel Fernández, Carloni, que ya les ha ofrecido enumerar los estacionamientos. Ese mismo día, los residentes se concentrarán a las puertas del Ayuntamiento como método de presión para que se les “libere” de la presión automovilística que padecen cada fin de semana.