Concierto de Tom Cary

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Málaga hoy

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● DOMINGO, 18 DE DICIEMBRE DE 2011

Cultura y Ocio

Un paseo por las estrellas

Victoria por goleada

CRÍTICA MÚSICA

CRÍTICA MÚSICA

‘NAVIDAD’

★★★★★

TOM CARY

★★★★★ Tom Cary. Viernes 16 de diciembre de 2011. La Cripta. Voces: Pablo Garrido, Fran Verdugo y Marcelo Moreno. Batería: Pablo Garrido. Guitarras: Fran Verdugo y Marcelo Moreno. Teclado y percusión: Marcelo Moreno. Saxofón: Aquiles Polychronidis. Aforo: 60 personas, poco más de media entrada.

Orquesta Filarmónica de Málaga y Coral Carmina Nova. Teatro Cervantes. Fecha: 16 de diciembre de 2011. Director OFM: Edmon Colomer. Coral Carmina Nova. Director: Javier Serrano. Repertorio: ‘Los planetas. Suite, Op.32’, de G. Holst, y ‘Villancicos andaluces. Orquestaciones’ de Albert Guinovart. Aforo: Lleno.

Pablo Piñeiro

José Manuel Cabra Apalategui

Hay grupos que navegan sin rumbo fijo. Que muestran un sonido y al día siguiente lo cambian por completo. Que te dejan sin saber muy bien qué decir y que parecen no encontrar nunca su sello de identidad ni sentirse a gusto jugando en ninguna posición. Y hay otros que lo tienen claro desde el minuto uno. Que no han saltado al terreno de juego mirando de frente a la portería y con los que ya se sabe de qué va la cosa. Ocurre con ellos como con el Barça: Se sabe que va a dominar, casi seguro golear; pero uno no deja de ver sus partidos, de disfrutar de cada regate de Xavi o Iniesta. Alucinar con la omnipresencia de Busquets. Desear un nuevo gol para la historia de Messi. Así son los Tom Cary. Uno espera mucho ruido sobre el escenario. Y lo tiene. De sobra. Se sabe que la distorsión va a llegar, que el nivel de saturación raya lo recomendable. Pero el público no deja de ir a sus conciertos, de fascinarse con la transformación de sus componentes cuando los focos les apuntan. De esperar un nuevo arranque de genialidad. De preguntarse si los músicos no andan un poco locos. Y, así, se entiende la dificultad de etiquetar a estos músicos malagueños, de saber donde clasificarlos en la estantería de los discos. Aunque ellos sí que tienen muy claro su sonido, saben que su

Por segundo año consecutivo, la música anglosajona se erigió en protagonista del tradicional concierto de Navidad que ofrece la OFM. La memorable y ambiciosa interpretación de El sueño de Geronte de Elgar el año anterior, tuvo una dignísima sucesión en estos impactantes Planetasde Gustav Holst. Eso sí, se trata de dos composiciones que abordan de manera muy distinta la trascendencia. Mientras el oratorio de Elgar–unameditaciónsobrelainmortalidad del alma– tiene un evidente sentido religioso incardinado en la tradición cristiana, la obra de Holst está más cercana a una mística de ascendencia cósmica, esto es, el acceso a lo absoluto no desde el conocimiento, sino a través de la experiencia. La interpretación de Los Planetas fue, sencillamente, impecable. Colomer recreó magistralmente el contraste entre la potencia sensorial de la inmensidad y la vaporosa levedad del estado de ingravidez en la experiencia mística, que, al margen de metáforas mitológicas, atraviesa la composición de Holst. Junto a estas formas contemporáneas de espiritualidad new age, no podía faltar en el concierto de Navidad el componente tradicional y popular. La segunda parte se consagró en su totalidad a una colección de villancicos andaluces orquestados por Albert Guinovart –presente en el teatro– y cantados por la Coral Cármina Nova, que, cercana a su 25 aniversario, recibió, sin previo aviso, el premio Málaga Musical. A los cantantes se debe en parte el entusiasmo con que fueron recibidas por el público las adaptaciones de Guinovart que, no obstante, resaltan por su colorido y riqueza tímbrica. De entre todas, cabría destacar la presentación del tema en El Tamborilero, su conseguido mimetismo con el Bolero de Ravel, y la intensidad lírica del Campanilleros. Tampoco faltaron la tradicional felicitación del alcalde, que volvió a referirse al futuro Auditorio con humor y resignación y el emotivo Noche de Paz con la participación del público.

La banda en un momento del concierto ofrecido el pasado viernes en la sala La Cripta.

P. PIÑEIRO

versiones de algunos temas propios y se acordaron de viejos grande temas del disco anterior como Energy never disappeared only got transformed. En definitiva, los no iniciados, aquellos que no sabían qué era un directo de Tom Cary, seguro que se han quedado con la copla. Y muy bien. Porque el del pasado viernes en la sala La Cripta fue uno de los shows más locos de la banda que dejaron claro que sus directos tienen un toque de demencia. Y, por supuesto, que son unos marcianos. Lo son por sí solos, pero más aún si se les compara con el restante panorama musical malagueño. Además, la noche dejó un buen sabor de boca con los nuevos fichajes, que parecen haber entendido el carisma del grupo a la primera. Lo dejó claro Marcelo Mo-

reno en la guitarra y el griego Aquiles Polychronidis con un saxofón muy personal. Lástima que la cita para presentar Las Hidden Logics fuese prácticamente un bolo entre conocidos: Familiares y amigos fueron mayoría entre el poco más de medio centenar de personas que acudieron en la noche del viernes a La Cripta. Así es Málaga y el público local: Difícil de atraer, de motivar, de convencer (y eso que con la entrada, a siete euros, regalaban el anterior disco). De nada parece servir que esta nueva sala sea una de los mejores en la ciudad para disfrutar de música en vivo y que los Tom Cary tengan uno de los mejores directos, si no el mejor, de la música malagueña. Sí, 60 personas. Y eso que no había fútbol. Ni jugaba el Barça.

Regalado prefiere a los ‘beatniks’ antes que a los poetas del 27

cuatro años en Estepona, donde ha escrito Leyendo a Baroja, en el que reúne recuerdos de su vida y de la de su padre, profesor republicano . Nacido en Madrid en 1932, especialista en Galdós, Unamuno y Calderón, su otra devoción es Baroja, de ahí que en su último libro haya ido agrupando recuerdos al socaire de sus lecturas. “Baroja tiene lectores, la crítica no le hace mucho caso porque está en otra cosa, pero Baroja tiene lectores y sus libros se venden”, señaló. Tras dirigir unos cursos de posgrado para estudiantes americanos en Madrid en los 80, Regalado regresó en 1992 a EEUU, pero “allí ya estaba la costumbre de lo políticamente correcto, en la Universidad había un teléfono para delatar alosfumadoresylosprofesoresdejaban abierta la puerta de sus despachos por la histeria del acoso sexual”. Decidió marcharse.

EN LA SALA LA CRIPTA

Fue uno de los shows más locos de la banda. Sus directos tienen un toque de demencia rumbo es clarísimo. Y certero. Lo decían Pablo Garrido y Fran Verdugo hace unos días en estas páginas, donde adjetivaban su nuevo disco, Las Hidden Logics, como ruidoso, sorprendente y muy bizarro. El directo lo confirma. Ahora sí, el estudio es trasladado casi al cien por cien al escenario. Con menos cacharrería –haría falta bastante espacio– pero con un espectacular derroche de energía. Casi dos horas de ruido en la que repasaron gran parte Las Hidden Logics, se gustaron con

CatedráticodelaUniversidadde NuevaYork,resideenEstepona, dondehaescrito‘LeyendoaBaroja’ Alfredo Valenzuela (Efe) / SEVILLA

ElcatedráticoeméritodelaUniversidad de Nueva York Antonio Regalado, que trató en EEUU a poetas del exilio español como Guillén y Salinas y fue amigo en Harvard y Yale de miembros de la Generación Beat opina que los beatniks eran más divertidos. “Los beatniks eran mi generación; eran más temerarios, se arriesgaban más y llevaban una vida menos cómoda”, aseguró Regalado, establecido desde hace

Regalado posa en la biblioteca de su casa en Estepona.


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