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SÁBADO, 28 DE AGOSTO DE 2010 ●
Málaga
Málaga hoy
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AGRICULTURA Cuadrillas de jornaleros trabajan estos días de sol a sol a pesar de la intensidad del calor
REPORTAJE GRÁFICO: P. PIÑERO
Uno de los miembros de la cuadrilla que estos días retira la uva, a pesar del intenso calor, en Mollina.
Las tormentas de verano obligan a adelantar la vendimia en Málaga Los agricultores de la comarca Norte se arriesgan a perder toda la cosecha por el moho gris ante la saturación de agua de la uva · La producción caerá entre un 10 y un 15% pese a las buenas perspectivas iniciales Pablo Piñero / MOLLINA
Unos minutos de lluvia han modificado de arriba abajo la vendimia en Mollina. Los 60 litros que cayeron casi de golpe la pasada semana en la zona han hecho saltar las alarmas entre los viticultores. Tanto, que en la Cooperativa Nuestra Señora de la Oliva, principal destino de la uva de la comarca, trabajan a marchas forzadas ante el miedo a que se pierda la cosecha. Y se han visto obligados a adelantar la recogida de la uva cerca de 10 días. Parece poco tiempo, pero si los vendimiadores no se echan al campo ya, el único destino de la uva será convertirse en estiércol. Al campo casi todo le afecta. El aguacero ha propiciado que las viñas tengan exceso de agua, la uva engorde demasiado y su piel se raje. Primer paso de un proceso irreversible: la uva rota se pudre y la gota de mosto que cae sobre sus compañeras de racimo es el caldo
de cultivo ideal para la botritis o moho gris, el hongo causa de la podredumbre. El calor hace el resto y, en unos días, estiércol. Es irónico, pero en pleno agosto ha quedado prohibido el riego. Cualquier aportación nueva de agua sería letal. Al cielo, mejor ni mirarlo. Por eso, cuando el técnico de la cooperativa, Joaquín Zavala, advierte la presencia de unos aspersores en funcionamiento en un viñedo, no pierde tiempo en avisar al propietario de la finca. Hay que apagarlos lo antes posible. “Lo único que hacen es acelerar el proceso y reventar más uvas”, afirma el técnico. Francisco Muñoz, el dueño, le hace caso. Él mismo lleva días de adelanto en la recogida, que en su caso realiza con una máquina. Este ingenio hace en un día el mismo trabajo que 50 jornaleros. “Hay que darse prisa”, subraya Muñoz, que se dirige rápidamente hacia la cooperativa a descargar su tractor. Es el primero en llegar cuando
Ayuda para quitar viñas... y también para plantarlas Los agricultores tienen ayudas para poner viñedos cuyo objetivo es fomentar la agricultura de calidad. Pero los agricultores también tienen ayudas para quitar las viñas dentro del denominado Régimen de abandono del viñedo, que busca regular el mercado eliminando posibles excedentes. Y son éstas las que, finalmente, parecen estar teniendo más peso, al menos en la vega antequerana. La superficie dedicada al viñedo en Mollina ha caído cerca de un 15 por ciento en tan sólo un año. Si en 2009 había 420 hectáreas con uva en sus diferentes variedades, en 2010 sólo habrá 360 hectáreas. Un dato que muestra una situación que
empieza ya a ser alarmante: En menos de una década, la superficie dedicada a viñedo en Mollina ha caído a la mitad, según los datos que maneja José Manuel Velasco, presidente de la cooperativa Virgen de la Oliva. “Es una pena, pero es un proceso que no se ha podido parar”, explica Velasco. Las ayudas son la principal causa; aunque también tienen mucho que decir la falta de relevo generacional en el campo y los bajos precios del sector del vino. Hace años que el aceite está mejor pagado y, por eso, miles de pequeños olivos crecen ahora en las fincas mollinatas salpicados de pequeñas viñas que se resisten a desaparecer.
apenas son las 8.30 de la mañana de un largo día. Evitar que el proceso de putrefacción se desarrolle al completo es la obsesión de todos en Mollina en los últimos días. El propio enólogo de la cooperativa, residente en Valladolid, tomó el primer tren que pudo tras ser avisado del estado de las viñas: “Me temía lo peor”, afirma. La cosecha iba hasta la semana pasada siguiendo un calendario ideal. El rendimiento era el mejor de muchos años y la uva crecía, mimada, a la perfección. Pero la tormenta aguó los planes. Todo cambió. Y saltaron las alarmas. La respuesta ha sido rápida y evitará males mayores. Desde antes que amanezca, Zavala comienza a tomar muestras en los viñedos ante las constantes llamadas temerosas de los viticultores. La evidencia es que hay que adelantar la vendimia. Algunas uvas no están aún maduras, otras no tiene su acidez ideal... “pero no nos po-