Mujeres heredianas que escribieron historia

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Mujeres heredianas que escribieron historia

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Investigación: Pompilio Segura Chaves© Historiador. Apoyo logístico: Oficina de: Equidad, Igualdad y Género Comunicación Institucional de la Municipalidad de Heredia. Diseño, Edición y producción: Eduardo Sánchez (Edú) www.facebook.com/soloheredia© Fotografías: Manrique Álvarez Rojas; Familias de las homenajeadas; e Internet.

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Contenido La historia está llena de mujeres... . ............................... 5 Honrar la memoria de las ausentes................................ 7 Pensamiento................................................................... 9 Introducción................................................................... 11 Olga Alfaro Vaglio.......................................................... 15 Miriam Álvarez Brenes.................................................. 17 Olga Elena Arguedas Arguedas.................................... 20 Yolanda Calderón Sandí................................................ 23 Rita Cabezas Solera..................................................... 26 Juana María Coto Campos........................................... 28 Felicitas Chaverri Matamoros........................................ 30 Lucila Duval Saint Claire............................................... 34 Adela Ferreto Segura.................................................... 37 Olga Gamboa Espinoza................................................ 39 Luisa González Gutiérrez.............................................. 43 Hilda González Ramírez............................................... 45 Esmeralda Gutiérrez Flores.......................................... 47 Graciela Morales Flores................................................ 51

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Irma Morales Moya........................................................ 53 Emma Morales Ramírez................................................ 56 Lourdes Montero Gómez............................................... 58 Manuela Paniagua Pérez.............................................. 60 Evelia Pérez Madrigal................................................... 62 Edda Rondelli Montanari............................................... 65 Zelmira Segreda Solera................................................ 67 Elizabeth Sequeira Vargas............................................ 70 Evangelina Solís Salvatierra......................................... 73 María Joaquina Trejos González................................... 76 Regina Umaña Orozco.................................................. 78 Francisca Valerio Badilla............................................... 81 Bibliografía.................................................................... 85

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La historia está llena de mujeres emprendedoras José Manuel Ulate Avendaño Alcalde Municipal

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esde el año 2011, la Municipalidad de Heredia integró en la planificación institucional una Política para la Igualdad y Equidad de Género. Esta política, acompañada del primer plan estratégico quinquenal ha tenido como principal objetivo la integración transversal del enfoque de género en todo el quehacer institucional. Nos llena de mucho orgullo, concluir el primer lustro de ejecución de este importante proyecto presentando a la comunidad herediana una obra sin precedentes: Mujeres Heredianas que escribieron historia, del escritor herediano Pompilio Segura Chaves. Reconocemos en ellas su legado de fuerza y valentía, sin temor ni mezquindad les damos un merecido lugar en la historia, no como una concesión sino como un acto de justicia.

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Uno de los ejes estratégicos de esta Política de Igualdad es la Participación Política de las Mujeres, en este se ha perseguido impulsar la organización comunitaria de mujeres, priorizando la constitución de redes para la incidencia política. Así mismo, se ha focalizado la visibilización de los aportes de las mujeres a nivel nacional y local como parte de las acciones estratégicas para el empoderamiento. Como gobierno local, asumimos con liderazgo la impostergable tarea de honrar a las mujeres heredianas que consolidaron la construcción del Cantón que hoy disfrutamos. Reconocemos en ellas su legado de fuerza y valentía, sin temor ni mezquindad les damos un merecido lugar en la historia, no como una concesión sino como un acto de justicia. Nos comprometemos, también, con las generaciones presentes y futuras para que dando a conocer la obra de estas mujeres, su herencia no se consuma en el injusto olvido.

Nos llena de mucho orgullo, concluir el primer lustro de ejecución de este importante proyecto presentando a la comunidad herediana esta obra sin precedentes

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Honrar la memoria de las ausentes

Lic. Estela Paguaga Espinoza

Coordinadora de la Oficina de Equidad, Igualdad y Género Municipalidad de Heredia

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a ausencia de las mujeres como protagonistas en la historia no es inocente ni casual. Su “natural” ausencia ha pasado desapercibida por años, invisibilizando sus contribuciones y aportes en diversos campos y disciplinas. Esta compilación de biografías de mujeres heredianas, forjadoras de nuestro cantón es una obra valiente, un primer esfuerzo por reconocer el legado de aquellas mujeres que se atrevieron a transgredir el orden establecido que les ofrecía las tradicionales tareas del orden privado, del hogar. Encontramos en cada una de estas historias, un referente que nos inspira a dar continuidad a sus luchas y a honrar su memoria imitándolas. Agradezco y felicito a Don Pompilio Segura y a don Eduardo Sánchez a quien cariñosamente conocemos como “Edú” por este esfuerzo tan valioso para rescatar la memoria histórica de las mujeres heredianas, en definitiva sin su trabajo dedicado, esta iniciativa no se habría concretado. Este aporte no pretende ser una obra exhaustiva, ya que reconocemos

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que son muchísimas las mujeres heredianas que han contribuido y destacado por su trabajo en nuestro cantón. Por esta razón, esta compilación de biografías se considera una obra inconclusa ya que muchas historias de mujeres lideresas destacadas están aún por escribirse. Se ha sugerido al autor, dejar unas hojas en blanco hacia el final, para que de manera simbólica cada persona lectora pueda incluir en ella, la historia de esa lideresa, esa mujer importante que siempre hará falta. Este libro tiene una compilación inicial de 25 mujeres, pero aspira a que con el tiempo sean cientos de mujeres las que se incorporen, reconociendo su legado de fuerza, trabajo y sabiduría.

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Pensamiento Todos somos grandes en cierta medida y en alguna dirección. Algo hay en nosotros siempre dotado de grandeza: una habilidad, un deseo, un hábito, un ejemplo, un pensamiento. Algo hay siempre. Y siempre hay cerca de nosotros alguien en quien nuestra modesta grandeza puede reflejase para ser impulso o ser lección. Siempre tenemos a nuestro alcance alguna actividad en la cual derramar siquiera un hondo entusiasmo del corazón. La simple palabra cariñosa que ahora digo a mi niño mientras pongo en su hombro mi mano, es toda una expléndida fuerza creadora. El niño sonríe. En ese momento, la vida tiene para él un matiz, al menos, de sus grandes alegrías de navidad. Y la sonrisa sirve de pretexto para que le llegue al corazón un rayo de sabiduría. Omar Dengo

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Introducción Lic. Pompilio Segura Chaves / Historiador

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eredia es una provincia privilegiada por ser la cuna de numerosas mujeres admirables, extraordinarias, quienes por sus virtudes, por su talento, por su esfuerzo y por el aporte que han entregado, todo lo cual ha contribuido al prestigio y al desarrollo de que disfruta este suelo que las vio nacer, lo que nos motiva a sentir orgullo de ser heredianos. La actuación pública de algunos heredianos ilustres, ha sido dada a conocer por historiadores y existe abundante información sobre su obra en bien de la provincia; sin embargo, ese conocimiento está casi ausente cuando volvemos la vista hacia las mujeres heredianas, en la aparente creencia de que ellas carecen de importancia para la historia, tanto de la provincia como la del país en general. El objetivo de esta obra tiende a que se ignore esta injusta creencia y de que se conozca parte del aporte de algunas hijas de esta provincia, mujeres con personalidad propia, mujeres que en la medida en que se los ha permitido la sociedad, contribuyeron y continúan colaborando para construir y para desarrollar no solo a esta provincia sino al país en general. Solamente con citar sus nombres, la lista se haría interminable, sin embargo, con el más profundo respeto, solo se mencionarán algunas benefactoras, anotando de ellas una pequeña semblanza, con inclusión de dos extranjeras quienes siempre se consideraron heredianas de

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corazón, heredianas por adopción. Son muchas las mujeres heredianas, entusiastas y diligentes, que han integrado con gran propiedad el Concejo Municipal, ya como regidoras propietarias, o como suplentes, otras han formado parte de juntas directivas de Asociaciones de Desarrollo Comunal, de Juntas de Educación, Patronatos Escolares, Comités Auxiliares de la Cruz Roja, Damas Voluntarias del Hospital, de Juntas de Salud, de Comités de Deportes, de conjuntos musicales, entre otras instituciones. Eduviges Moya Salinas y Amelia Zamora Flores, fundaron en 1890 el Hospicio de Huérfanos, que siempre estuvo atendido por mujeres, institución que desapareció en 1922. Mariana Morales Gutiérrez fue la primera presidenta, en 1887, de la Junta Directiva de la Sociedad San Vicente de Paúl, conocida como Las Vicentinas. Elena Salas fue la primera directora que tuvo el Hospital San Vicente de Paúl, ella fue víctima de una grave enfermedad que adquirió en él, la cual en febrero de 1894 le ocasionó su muerte. También fue directora Lola Trejos hasta 1913, cuando la Junta de dicho hospital consideró que la dirección debía ser desempeñada en adelante por un varón; sin embargo en 1935 aparece en ese cargo Marina Vargas, sustituida en 1937 por Caridad Meza de Kokemper. Rosario Cordero Zarret fundó en su casa, en 1914, la institución conocida como La Gota de Leche, y por muchos años fue la presidenta de su Junta Directiva. Esta fundación desapareció en noviembre de 1954. La educadora Inés Chaverri Campos fue Directora de la Oficina de Correos de Heredia, de 1919 a 1932.

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Anita Cantillano Vindas, de Santo Domingo, fue cofundadora de la Mesa Redonda Panamericana, fundada en 1940, en la que ocupó todos los cargos de su junta directiva, secretaria de actas de la Comisión Interamericana de Mujeres por dos años. En 1976 fue Mujer Panamericana. María del Rosario Oviedo Arce, de San Isidro, comentarista que incursionó en la radio difusión, colaboró con Radio Monumental, abrió la tribuna de APSE en Canal 13. Profesora que se dedicó a la pintura. Nidia Herrera Rodríguez, como becada por el Gobierno de Francia, estudió francés en la Sorbona y en el Instituto de Fonética de la Universidad de París. Fue delegada de Costa Rica ante la Undécima Conferencia Internacional de la Unesco. Rafaela Ulate Ulate, en enero del 2001, fue nombrada en forma unánime Alcaldesa, por el Concejo Municipal de Heredia, lo que la honra al ser la primera mujer herediana en ocupar tan significativo cargo. Alba Lorena Víquez Araya, cuando ocupaba el cargo de vicepresidenta del Concejo Municipal de Heredia, el 1 de mayo de 1999 fue electa por unanimidad para ocupar el puesto de presidenta municipal, para el período 1999-2001, lo que la distingue como la primera mujer herediana, en ocupar ese prestigioso cargo. Luz Fuentes Barrantes, educadora, cofundadora del Club Arpa, Presidenta de la Filial de Educadores pensionados, Presidenta de la Liga Antialcohólica de Heredia, representante de relaciones públicas del Club de Jardines, y autora de la letra de su himno.

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Sonia Arguedas Fuentes, Primera mujer graduada de árbitro de fútbol del país, Profesora de Educación Física, cuyo título obtuvo en la Escuela Normal Superior, Profesora en el Liceo Rodrigo Facio y en el Liceo Regional de Flores, San Joaquín. Marlene Vargas Hernández, Directora de la biblioteca durante 27 años. Fundó la Asociación Amigos de la Biblioteca, cuyo objetivo fundamental era el de adquirir un edificio propio para su institución. En el 2002 solicitaba al Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, material documental en braille, para brindar el servicio a no videntes, así como fono libros (libros en casete) para este tipo de usuarios. Y como todo herediano entiende, la lista no está agotada, pero sirvan estos pocos casos como notables ejemplos.

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Olga Alfaro Vaglio Nació Olga Alfaro Vaglio en Heredia el 1 de abril de 1913. Fueron sus padres don Manuel Alfaro Pérez y doña María Luisa Vaglio Mata. Falleció el 20 de octubre de 2000. Cursó sus estudios primarios en la escuela Braulio Morales, los secundarios en los colegios María Auxiliadora y el de Nuestra Señora de Sión, en San José. Se graduó de Secretaria y Teneduría de libros en el Blessed Sacrament, de Nueva York, Estados Unidos. Desde joven se despertó en Olga el espíritu de servicio, sus delicados sentimientos se traducían en amor a sus semejantes; en ternuras para la familia humana, en emociones tiernas y compasivas. Comenzó el hermosos camino de la beneficencia como fundadora de un grupo llamado Comité Auxiliar del Servicio de Pediatría, del hospital San Juan de Dios. Durante más de doce años colaboró con el hospital Antituberculoso; ella ayudaba a recoger el material necesario para hacer menos duros los días de internamiento de esas pobres gentes atacadas de tan ingrata enfermedad. Con sor María Romero trabajó afanosamente. Estas dos mujeres han comulgado juntas, en estrecha fraternidad. A través de posiciones diferentes, las unió el sentimiento humanitario. Uno de los rasgos más sobresalientes en la vida de Olga Alfaro fue su

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labor intensa durante la época en que la poliomelitis causó estragos en el país. Fue necesario preparar mujeres que pudiesen llevar a cabo los diferentes trabajos para el tratamiento de la enfermedad. Cuando se fundó el Patronato Nacional de Rehabilitación, Olga mereció ser nombrada su presidenta y permaneció en este cargo durante 10 años. Olga fue a México a recibir un curso intensivo de terapia educacional, durante tres meses. El Patronato Nacional de Rehabilitación, a cuya cabeza estaba Olga y con la colaboración de Isabel Montero de Trejos, Cecilia Guardia de Coronado y los Lic. Guido Álvarez Alfaro, Rodrigo Acosta, entre otros, pudo llevar adelante la benéfica empresa de aliviar el estado de salud de los poliomelíticos. Dicho Patronato se convirtió luego en Centro Nacional de Rehabilitación, que aún funciona. Olga, especializada en el arte culinario, escribió el libro que tituló Cocina Práctica, el cual donó para recoger fondos y levantar el edificio destinado a los poliomelíticos. Como la obra de Olga había sido sobresaliente, se el nombró delegada a las Conferencias de Ginebra, Suiza, de donde trajo nuevas y útiles enseñanzas para la tarea que realizaba con fervor cívico, además, consiguió ayuda en equipo y entrenamiento técnico para el personal. Organizó una campaña para la construcción del edificio del Patronato nacional de Rehabilitación. La Unión de Mujeres Americanas, U.M.A., la nombró en 1968 “Mujer del Año”.

Fuente: Acuña de Chacón Ángela. “La mujer costarricense a través de cuatro siglos”. Imprenta Nacional, 1970.

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Miriam Álvarez Brenes Nació en Santa Bárbara, Heredia, el 22 de febrero de 1928. Realizó sus estudios primarios en su cantón natal y los secundarios en la Escuela Normal de Costa Rica, transformada luego en la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica, en la que obtiene el título de Profesora de Educación Primaria. Aunque nació con alma de maestra, fue poco el tiempo que trabajó en su profesión original, pues apenas graduada comenzó a soñar con ser bibliotecóloga, asignatura que aún no se impartía profesionalmente en Costa Rica, pues las bibliotecas de escuelas y colegios eran atendidas empíricamente por maestros y bachilleres y entonces las bibliotecas eran consideradas simples armarios o estantes en los que se acomodaban los libros, que el bibliotecario entregaba al estudiante, cuando fueran solicitados. Miriam comenzó amparándose en don Alberto Bolaños, quien había estudiado Bibliotecología en Oklahoma, Estados Unidos y de este profesional recibió las primeras lecciones y su aprovechamiento fue tal que la profesora Emma Gamboa, entonces Decana de la Escuela de Pedagogía le ofreció la dirección de la biblioteca de esta facultad, pero Miriam aprovechando una mejor oportunidad, aceptó la oferta de dirigir la biblioteca del Banco Central, en donde no laboró por mucho

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tiempo, porque Emma Gamboa le insistió en que debía perfeccionarse más y para lo cual le ofreció una beca para que estudiara en Panamá. Miriam, junto a cuatro señoritas más, partió hacia Panamá el 26 de febrero de 1949, y allá recibió dos cursos intensivos impartidos por el Dr. Fermín Peraza, quien había sido contratado por la universidad de Panamá. Ella se destacó como la mejor alumna del profesor Peraza, y al regresar a Costa Rica en 1950, ya con su título de licenciada en Bibliotecología, fue nombrada en propiedad, Directora de la Biblioteca de la Escuela de Pedagogía. En 1969 Miriam viajó a Europa, y aunque iba de paseo, se dedicó a conocer el funcionamiento de las bibliotecas infantiles y al observar una en Copenhague, Dinamarca, se ilusionó tanto y con grandes esperanzas prometió que al regreso a Costa Rica, establecería una en Heredia, lo más semejante posible. La ciudad de Heredia no contaba entonces con los recursos necesarios y al no obtener total apoyo, con sus aspiraciones y planos materiales se fue a la Universidad de Costa Rica, en donde sí encontró el apoyo y el logro de fundar la Biblioteca Infantil, que llevó el prestigioso nombre de Biblioteca Infantil Carmen Lira, instalada bajo el quiosco del Parque Central de San José. A la vez Miriam fue profesora de catalogación y clasificación de libros en la Universidad de Costa Rica, en la facultad de Bibliotecología, que ella, en unión de Efraín Rojas y de otros, fundó. En 1971 laboró en la organización de la biblioteca del Museo Nacional de Costa Rica.1 Pero Miriam nunca se olvidó de la precaria biblioteca de la ciudad de Heredia, pues desde 1955, como miembro de la Asociación Costarricense de Bibliotecarios, en unión del Dr. Carlos Meléndez Ch. y de Odilie Morales R., bibliotecaria del Liceo de Heredia, iniciaron la

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Entrevista del autor con Doña Miriam

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lucha para que Heredia tuviera un edificio decente y propio para alojarla con la mayor comodidad.2 Miriam y sus dos compañeros buscaron la ayuda de la Asociación ALA y del diputado Dr. Guillermo Chaverri Benavides, pero solo pudieron obtener una partida de ¢10.000.00 (diez mil colones), insuficiente para iniciar la construcción del edificio, pero sí valiosa para adquirir materiales y el pago del alquiler del edificio en donde entonces se alojaba la biblioteca.3 Desde que en 1982 se fundó la asociación Amigos de la Biblioteca de Heredia, Miriam se integró a ella y entonces su aporte fue más valioso y notable. Ella participó en la hora del cuento, daba charlas a adultos mayores, participaba activamente en el Día del Libro, en el que realizaban ferias del libro, cuando las casas editoras exponían y vendían obras, lo que significaba un ingreso económico a la biblioteca, porque dichas casas editoras entregaban un estipendio para la institución. Fue valiosa la participación de Miriam en la organización del Rosario del Niño y en toda actividad cultural que en la biblioteca se realizara. Miriam fue la primera servidora a quien se le otorgó la condecoración “Esmeralda Gutiérrez Flores”, en sesión solemne del Concejo Municipal del 14 de abril del 2011, ocasión en que su presidente, Lic. Manuel Zumbado expresó:” Miriam Álvarez ha impresionado con su obra, un legado, profesora de Bibliotecología, quien impulsó grandemente a la comunidad. Agradezco a doña Miriam por ese legado, por su obra, pero sobre todo por su calidad humana.”

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Boletín Asociación Costarricense de Bibliotecas. Diciembre 1955, Pág. 21

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Actas Municipales de Heredia. 14 abril 2011.

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Olga Elena Arguedas Arguedas Nació en Heredia, el 16 de mayo de 1962, de padres barveños y ella barveña por los cuatro costados. Comenzó su enseñanza primaria en la Escuela Joaquín Camacho de San Pedro de Barva, la cual completó en la Escuela Laboratorio que en ese tiempo estaba vinculada con la Escuela Normal Superior y recuerda con especial cariño a su maestra y familiar María de los Ángeles Arguedas. La educación secundaria la llevó a cabo en el Colegio María Auxiliadora de Heredia, en donde recibió una fuerte influencia de su profesora Sor Bernarda Figueras, era una filósofa española que le inspiró pasión por la filosofía, la cual persiste hasta el día de hoy. En este colegio, en 1978 recibió el bachillerato. Hizo su carrera de medicina en la Universidad de Costa Rica, a la que ingresó en 1979, a los 16 años, cumpliendo con los Estudios Generales y el primer año de Medicina, en un solo año, y en la que recuerda a su profesor en el área clínica Dr. Carlos Prada, del que afirma que era una personalidad arrolladora, un docente que se tomaba muy en serio las responsabilidades asignadas. Terminó su carrera en 1984, a los 21 años. Olga hizo el internado en el Hospital Nacional de Niños, en la parte de pediatría, los otros bloques: Medicina Interna, Cirugía y Ginecoobstetricia los hizo en el Hospital México. El servicio social lo hizo en

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1985, en la Unidad Móvil de Nicoya, Guanacaste, en donde iba por todos los pueblitos dando consulta durante un año. Cuando hizo su internado, quedó seducida con el Hospital Nacional de Niños, la cautivó el orden, la organización, su funcionamiento y fue ahí donde tomó la decisión de ser pediatra, especialidad que obtuvo en 1989, a los 26 años. Al regresar al país el Dr. Oscar Porras, quien venía de hacer un doctorado académico en Suecia, trajo la posibilidad de hacer doctorados académicos en la Universidad de Gotemburgo y le propuso a Olga que concursara por una beca y con gran decisión así lo hizo y una vez lograda se marchó a Suecia, cuando aún era muy joven, solo contaba con 27 años y recién casada con el Dr. Sergio Vázquez, también pediatra. Con el idioma no tuvo gran problema, pues conocía el inglés, aunque debió perfeccionarlo. En Suecia inició su preparación desde 1989, en un programa intermitente, permanecía allá por algunos períodos, luego debía venir a Costa Rica, y así sucesivamente, fue una época de mucho viaje. Su formación debía estar fundamentalmente derivada de hacer investigación, iba a adquirir destrezas clínicas, pero basadas en hacer investigación epidemiológica comparativa, con algunos estudios que desarrollaba allá. Este período duró diez años, cinco para hacer su maestría y luego otros cinco para hacer un PhD. el cual recibió en el 2001 y al regreso definitivo a Costa Rica se incorporó al Hospital Nacional de Niños, en el servicio de Inmunología y Reumatología. En el 2005-2006 hizo un entrenamiento post doctoral en el Instituto Gaslini, Génova, Italia. Afirma que es feliz en su trabajo, en el área clínica le encanta el cuidado directo con los pacientes, le agrada poder hacer investigación y la posibilidad de poder colaborar en el desarrollo de nuevos programas, en el desarrollo de modelos de cuidados para niños con artritis, con lupus; pero de igual manera es entusiasta en el programa de trasplante

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de médula ósea, en los programas para atención de niños con VIH y en otras enfermedades raras que ven los inmunólogos. Olga fue también profesora en la Cátedra de Pediatría de la Universidad de Costa Rica hasta llegar a ser la directora de esa cátedra en el año 2009 y era la Jefe del Departamento de Medicina del Hospital Nacional de Niños colaborando con el Dr. Orlando Urroz Torrez, en la subdirección de este hospital. Esta pediatra, quien vivió gran parte de su vida al lado de su familia en Barva, en donde tuvo su consultorio que en una época atendía dos veces por semana, es hoy la primera mujer que llega a ser Directora del Hospital Nacional de Niños4, situación que la motivó a expresar: “Para mí, el honor de trabajar aquí y sentarme en esa silla, que fue ocupada por el doctor Carlos Sáenz Herrera, (fundador del hospital), el ser la primera mujer en 50 años que puede sentarse ahí, ¡Eso no tiene precio y nada tiene que ver con un salario.”5 Promete esta servidora seguir el ejemplo de valentía del Dr. Sáenz Herrera y convertir la institución en hospital pediátrico moderno, en un hospital pediátrico del futuro, “y en un hospital pediátrico de primer mundo, porque yo no veo que los niños de Costa Rica se vayan a merecer algo diferente.”6 Por razones de comodidad para el traslado al lugar de su trabajo, se alejó de su lugar natal para trasladarse a Escazú, en donde vive con sus hijas, pues su esposo, Sergio Vázquez, quien también fue pediatra, falleció en enero del 2009.

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Rodríguez Chaverri Camilo. Heroísmo y vocación en la vida de los médicos. Editorial Maya&P-Z. 2016 La Nación, 2 marzo 2015. Por Ángela Avalos R. ÍDEM.

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Yolanda Calderón Sandí Nació en Santa Bárbara, Heredia el 26 de abril de 1934. Recibió la enseñanza primaria en su cantón natal, y aunque deseaba ingresar a la Escuela Normal, el estado de pobreza de su familia se lo impidió, sin embargo en la Escuela de Comercio Greg, obtuvo en 1949 el título de secretaria, luego el de mecanógrafa y taquígrafa y en 1964, en la Escuela Comercial Costa Rica, el de Profesora de Redacción Comercial y Tenedora de

Libros. Con profundas aspiraciones culturales, en 1974 obtuvo el título de Bachiller por Madurez y hoy, Yolanda es abogada y notaria, atenta siempre a aprovechar los cursos participativos que la Universidad Nacional imparte y que a ella le interesan. En 1983 asistió al curso denominado “Problemas económicos nacionales contemporáneos”, asistió también al Seminario Delta Pi Epsilón de Secretariado Profesional, en la misma Universidad. En 1986 la Universidad de Costa Rica le extiende certificado de asistencia a un curso semestral de extensión cultural, denominado “Los Principios Cristianos de Justicia Social en Costa Rica” y en 1989, el Ministerio de Educación Pública le otorga certificado de aprovechamiento en el taller “Procedimientos Metodológicos para

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el Planteamiento Curricular. Los aportes que Yolanda ha hecho a la provincia de Heredia son valiosos, pero afirma que sus más grandes conquistas son los de fundar la Escuela de Comercio Richard Nixon, en 1960 y el Instituto Parauniversitario con el mismo nombre en 1962. Su pretensión era la de fundar una institución con la mayor seriedad y responsabilidad para preparar secretarias, oficinistas, contadores, con títulos que fueran reconocidos por el Estado y sus instituciones y muy ufana afirma: “Hoy día nos sentimos muy orgullosos de poder brindar a la juventud herediana un centro donde colman sus aspiraciones, y a los empresarios e instituciones públicas, un lugar donde puedan contratar personal capacitado, que les ayude a administrar sus empresas. Pasan de unos 15.000 los alumnos y alumnas quienes han sido graduados en ambas instituciones, lo que las coloca como importantes fuentes de trabajo. Yolanda es la primera mujer herediana que ingresó a la Asamblea Legislativa representando a su provincia, para el período 1978-1982, colega en ese período del Dr. Oscar Arias Sánchez y de Hernán Azofeifa Víquez, miembros de un partido político diferente al suyo, pero con quienes tuvo una cordial amistad. Considera que sus más importantes proyectos que la Asamblea Legislativa le aprobó son los siguientes: 1. Ley de Protección de los Derechos Laborales a los despedidos en 1948, sus viudas o hijos discapacitados. Esta ley fue importante porque vino a reparar una injusticia, cometida por el Gobierno de la época, al dejar sin protección laboral a los trabajadores, desde 1948. La solución de Yolanda consistió en que a cada despedido, o su viuda, el Estado le entregará una subvención de ¢10.000.00. 2. Ley de Protección del Patrimonio Nacional de Costa Rica. Esta Ley prohíbe el comercio de piezas arqueológicas. Promueve la creación de museos regionales o municipales. Limita la excavación para que se realice solamente con fines científicos y por arqueólogos que deben presentar un proyecto de investigación. Establece sanciones penales

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para las personas que se dediquen al huaquerismo o a la compra o venta de piezas precolombinas. Estas sanciones incluyen la cárcel. 3. Traslado del Monumento de la Madre a Heredia. Cuando se aprobó su erección, muchos diputados exigían que fuera colocado en San José, Yolanda dio y ganó la lucha para que se instalara en Heredia. 4. Benemeritazgo a don Amando Céspedes Marín, por acuerdo del 4 de agosto de 1981 y a doña Emma Gamboa Alvarado, por acuerdo del 27 de mayo de 1980. 5. Traspaso del terreno y edificio a la municipalidad de Heredia, o sea en el que hoy celebra sus sesiones y el cual pertenecía al Estado. 6. Declaración del 25 de octubre como Día del Trabajador Comunitario, a celebrarse el último domingo del mes de octubre. Yolanda conserva cerca de 50 testimonios escritos de agradecimientos, procedentes de Juntas de Educación, de personales docentes, de Asociaciones de Desarrollo Comunal, de la Cruz Roja, de Guías y Scouts de Costa Rica, de la Cámara Herediana de Turismo, de las municipalidades de Sarapiquí, Flores y de Limón por los numerosos aportes que entregó, mediante partidas específicas, gracias a su gestión. El domingo 16 de setiembre de 1979 se enfrentaron en Heredia el Deportivo Saprissa y el Club Sport Herediano y a Yolanda le correspondió hacer el “saque” de honor, pues fue la dedicada, como muestra de agradecimiento de la Junta Directiva de su equipo, por haber entregado una partida específica por ¢200.000. La Dirección General de Mujer y Familia del Ministerio de Cultura, Juventud y Deportes, el 8 de marzo de 1984, Día Internacional de la Mujer, le entregó un reconocimiento “Por su dedicación y esfuerzo encaminados a la superación personal y a una mejor valoración del papel de la mujer costarricense”. Aparece firmado por la viceministra del Ministerio de Cultura Juventud y Deportes Inés Trejos Araya y por Vilma Guzmán. Yolanda fue Cónsul General en Madrid, en 1981.

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Rita Cabezas Solera Nació en Heredia el 28 de noviembre de 1937.Realizó sus estudios primarios en la escuela Cleto González Víquez, parte de la educación secundaria en el Colegio Nuestra Señora de Sión y la otra parte en el Liceo de Heredia. Desde muy pequeña, junto a su madre, comprendió que una de sus misiones en esta vida es la de servir a los demás, colaborando con el desarrollo de la comunidad herediana. Este sentimiento humano y social que cultivó con su madre Margarita Solera Flores, la ha acompañado toda su vida. Margarita, designada por la Unión de Mujeres Americanas, Capítulo Costa Rica, Mujer del Año en 1969, fue cofundadora del Club de Jardines de Heredia en el que Rita es hoy socia activa. Este club se originó por inquietud del gobernador Dr. Edgar Cabezas S. por el ornato de la ciudad y a sugerencia de Margarita Ortíz de Macaya, miembro del Club de Jardines de San José. Fue fundado el jueves 9 de setiembre de 1948, con cinco socias de cuya directiva fue presidenta Claudia Pacheco de Sánchez y Tesorera Margarita Solera de Cabezas, quien en 1953 era su presidenta. Rita es herediana de corazón, que no se cansa de trabajar por el bien de los que no tienen, sin pensar en recibir nada. Su amor por el prójimo

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ha sido su obra constante. Son muchos los niños y los jóvenes que se han beneficiado de su ayuda para poder estudiar y son muchas las mujeres que han encontrado en ella una mano amiga. Gracias a esos empujones, no pocos heredianos y heredianas lograron cambiar su vida y tuvieron la oportunidad de forjar un mejor futuro. Rita creció con el deseo de superarse como mujer, como persona activa en la vida política, convencida de que la participación de la mujer en este campo, es ineludible, porque en esa arena se ganan batallas importantes en beneficio de las familias, de las mujeres y de las comunidades. En esta época en que Rita nació, era difícil para la mujer estudiar, e incluso si tenían alguna oportunidad de cursar una carrera universitaria, no siempre les permitían escoger la formación. Ella quería estudiar enfermería, pero no se lo permitieron, solo le permitieron estudiar educación y de este modo obtuvo el profesorado en educación primaria, sin embargo, fue por poco tiempo que se integró al Magisterio Nacional. Algunos años trabajó en la escuela García Flamenco, de San José. Rita perteneció a la Asociación de Guías Scouts de Costa Rica, organización a la que también se integró su madre. Cuenta Rita que fue la formadora de Eugenia Villalobos, Ligia Alfaro, Rocío León, María Antonieta Campos, entre otras discípulas. Por más de 17 años trabajó en la Asociación de Desarrollo Comunal del barrio Corazón de Jesús, fungió como presidenta de la Junta Directiva. Gestionó la construcción del edificio que hoy es sede de dicha Asociación. Participó en la creación de la Guardería del Barrio Corazón de Jesús, organizó numerosas fiestas navideñas para obsequiar a los niños de escasos recursos. Además, fue presidenta del Patronato Escolar de la Escuela Laboratorio durante varios años y fue la primera mujer herediana que ocupó el cargo de presidenta de una Junta Directiva de una institución social bancaria: la Mutual de Heredia. En el 2002 fue nombrada por Apromujer “Mujer ejemplo de Trabajo”; fue directora de la escuela para Jueces de exposiciones Florales.7 7

Semblanza: Campos Aguilar, Antonieta, Presidenta del Club de Jardines, Heredia.

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Juana María Coto Campos Nació en Heredia el 9 de setiembre de 1952. Hija de los educadores Carlos Luis Coto Salazar y Rosario Campos Méndez. Realizó sus estudios primarios en la escuela Rafael Moya Murillo y los secundarios en el Liceo de Heredia, donde se graduó de Bachiller de Honor, en Ciencias. Estudió Química en la Universidad de Costa Rica, en donde obtuvo el Bachillerato y posteriormente la licenciatura en esta disciplina. En la Universidad de Cornell, N.Y. Estados Unidos, obtuvo la maestría en ingeniería ambiental, con especialidad en calidad de aguas. Su labor en investigación y extensión se ha desarrollado en los campos de la Gestión Integrada del Recurso Hídrico y de la Educación Ambiental. Ha participado en 13 proyectos de los cuales ha coordinado siete. Durante 36 años laboró como académica en la Escuela de Química de la Universidad Nacional. Cofundadora del Laboratorio de Manejo del Recurso Hídrico de esa unidad académica, de la que ha sido académica ad honorem y miembro de su Comité Científico. Ha fungido como evaluadora del Sistema Nacional de Acreditación de la Enseñanza Superior (SINAES) y del Consejo Superior Universitario

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

Centroamericano (CSUCA), como tutora del curso “Tropical Field Research”. Fue Decana, Vicedecana y Directora de Investigación de la facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad Nacional. Como representante de esta Universidad ha participado como titular en la Comisión Interinstitucional de Evaluación del Reglamento de Vertido y Reuso de Aguas Residuales y de la elaboración del Reglamento de Construcción y operación de plantas de tratamiento de aguas residuales. Ha participado en numerosos eventos científicos y reuniones técnicas, en Costa Rica y en el exterior, donde ha presentado más de 50 ponencias en las temáticas relacionadas con sus campos de investigación-extensión. Es coautora de dos manuales y cuatro libros: Recurso hídrico en la Zona Norte de Heredia. Manual de métodos rápidos de análisis físico y químico de aguas. La mujer en la Ciencia y la Tecnología en Costa Rica. Educación Ambiental, Manual I, para el maestro. Desde el año 2000, fungió como presidenta de la Fundación Parque Marino del Pacífico. Además, ha formado parte del Comité Coordinador del Programa de Mejoramiento Integral de Mercedes Sur (PMIMS) y es su coordinadora desde el 2013. En el marco del PMIMS, es la coordinadora del Proyecto Bandera Azul Ecológica de Mercedes Sur y lidera las áreas de Gestión Integral de Recurso Hídrico y Gestión Integral de Residuos y del eje transversal Educación Ambiental. En el 2014 es la dedicada de la Semana Cívica, celebrada en la ciudad de Heredia.8

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Semblanza por la María del Rocío Jiménez Brenes; ex asesora de Estudios Sociales de Heredia.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Felicitas Chaverri Matamoros Herediana, hija de padres heredianos, por razones especiales nació en Atenas el 9 de mayo de 1894. Sus padres Vicente Chaverri y Teresa Matamoros. Realizó sus estudios primarios y secundarios en Heredia. En marzo de 1907 se matriculó en el liceo, aprovechando el ensayo que por primera vez realizaban el director don Roberto Brenes Mesén y el profesor de ciencias José María Orozco Casorla, ensayo denominado coeducación o educación mixta. En este liceo, en noviembre de 1911 Felicitas obtuvo el título de Bachiller en Humanidades y junto a las hermanas María Julia y María Ester González Flores, fueron las tres primeras graduadas en Costa Rica, en este sistema de coeducación. María Felicitas, en busca de una aspiración superior, se trasladó a San José, con la firme decisión de matricularse en la Escuela de Farmacia, situación que no fue fácil su ingreso por la razón de que era mujer, hecho que nunca había ocurrido en dicha institución, que una mujer estudiara Farmacia. Algunos profesores no estaban de acuerdo en que una mujer estudiara en esa escuela, donde los reglamentos no lo prohibían, pero tampoco señalaban que las mujeres pudiesen cursar estudios superiores, por lo que

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

la solicitud de María Felicitas causó admiración y perplejidad entre los profesores y fue el criterio del Presidente del Colegio de Farmacéuticos, Lic. Francisco Jiménez Núñez, quien le ayudó a ingresar al centro de estudios. Refiere el Lic. Marco Tulio Fonseca que: “Con gran visión del futuro y reconociendo la capacidad intelectual y responsabilidad profesional de la mujer, pudo conseguir que se aceptara la petición de la señorita Felicitas Chaverri Matamoros, una de las tres primeras mujeres bachilleres, para que se matriculara y pudiera obtener la profesión de farmacéutica.”9 Lita, sobrenombre con que era conocida, ingresó en 1912, y después de cuatro años de intenso estudio, obtuvo el título de licenciada en farmacia en diciembre de 1915, mediante la presentación de un brillante examen que dejó asombrado al tribunal examinador. No obstante ser ella la primera mujer en Costa Rica que ha obtenido un título a nivel universitario, hay un significado superior, pues con su valentía quedó consolidado el derecho de las mujeres a estudiar, no solo farmacia, porque ella dejó abiertas las aulas para todas las que quieran seguir estudios superiores. Un retrato de ella fue colocado en la Sala de Sesiones de dicha Facultad. Lita rompió con los esquemas que reducían la función social de las mujeres al cuido de la familia y con su desempeño académico, demostró la inteligencia y capacidad de las mujeres.10 Durante algunos años trabajó como regente de farmacias, entre ellas “La Imperial”, que fundó en Heredia el Dr. Crisanto Badilla Leitón, luego se trasladó a San José, en donde conoció al entonces diputado Clímaco Pérez Arrieta, con quien en Heredia contrajo matrimonio, en diciembre de 1921. Ambos esposos, en busca de mejores oportunidades de trabajo, se trasladaron a la patria de Clímaco, Santa Cruz de Guanacaste y allá nacieron sus tres hijos, el Dr. Edwin, el profesor Allen e Iván. Lita, desde hacía mucho tiempo, anidaba en su corazón y en su mente, 9 Fonseca Marco Tulio. Muy cerca de mi tierra, 1978, Pág. 208. 10 Zeledón Cartín, Elías. Surcos de Lucha, 1997

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

un sueño superior, ella quería ser médica y como en Costa Rica aun no existía esa posibilidad, con su hijo Iván, a principios de 1927 se trasladó a México a estudiar medicina, iba con el propósito de especializarse en el tratamiento de enfermedades de señoras y de niños. En México vivía Amado, su hermano, distinguido periodista. En aquel país estudiaba y trabajaba, pero sentía la angustia de que los recursos que poseía no le alcanzaban para continuar con su anhelo y enterado de esta situación Francisco Cubillo, diputado y amigo de la familia, en junio de 1928, presentó ante el Congreso Constitucional, un proyecto para que a Lita se le concediera una beca. El 7 de agosto de 1928, el Congreso aprobó un auxilio de $60 mensuales y $100 anuales, para pagos de matrícula y compra de útiles, pero cuando este proyecto se envió al presidente de la República, don Cleto González Víquez, truncó la aspiración de Lita, porque sin sanción lo devolvió al Congreso.11 Lita se vio obligada a regresar al país y el 7 de abril de 1931 el Gobierno la nombró farmacéutica, encargada del control de recetas estupefacientes, con el sueldo de presupuesto12, pero este cargo lo desempeñó por poco tiempo, porque una afección pulmonar la obligó a dejarlo, y aquella dolencia, entonces difícil de curar, le ocasionó la muerte, el 6 de octubre de 1934, cuando solo contaba con 40 años. En una ocasión, la Escuela de Farmacia tributó un homenaje póstumo en su honor, le dedicaron la XXIX Semana de Farmacia y la Secretaría General de la Federación Centroamericana de Mujeres Universitarias, con sede en San Salvador, el 15 de noviembre de 1968, le confirió un Diploma Honorífico Póstumo, como reconocimiento y admiración, por haber iniciado la trayectoria de la Mujer Universitaria.13 Lita, además de científica, fue exquisita poetiza, sus obras quedaron editadas en varias revistas nacionales. Una de sus poesías la tituló A mi Madre: 11

Archivo Nacional, Congreso. Expediente N°15.247.

12

Colección de leyes y decretos, 1935

13

Primera Plana, del 15 al 31 de marzo de 1990, Pág. 8

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A mi Madre En mis horas más tristes de mi vida, cuando el dolor con su aguijón me hiere, tu palabra a mi espíritu sugiere un inmenso valor, madre querida. Tus consejos como aves mensajeras, que llevan a mi mente dulce calma, fabrican sus hogares en mi alma y le cuentan mil cosas placenteras. Al seguir mi existencia por la vía que el destino a sus pasos ha ofrecido, es tu imagen el faro que me guía. Es tu amor el piloto que señala, aquel puerto de dichas bendecido dondequiera que mi nave haga escala.

Por su persistencia, por su valentía y su fortaleza para defender principios y no someterse a presiones, Lita ingresó a la galería de la mujer del Instituto Nacional de las Mujeres INAMU, en el año 2002.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Lucila Duval Saint Claire Nació en Estados Unidos, posiblemente en 1853, y se desconoce cuándo fijó su residencia en Heredia, para convertirse en herediana por adopción. Contrajo matrimonio con Juan H. Brealey, empresario que en 1878 construyó la primera cañería de hierro que tuvo la ciudad de Heredia. Juan fue hijo del Dr. Ricardo Brealey, quien vivió en Heredia durante varios años y donde fue médico de pueblo y dueño de un beneficio de café en Birrí de Santa Bárbara, en donde murió en 1864, víctima de una accidente en ese propio lugar.14 Su hijo Juan falleció en 1885 y dos años después Lucila Duval contrajo nuevas nupcias con el herediano Genaro Morales Gutiérrez, hijo del acaudalado empresario cafetalero y comerciante don Braulio Morales. Genaro y Lucila se dedicaron al cultivo y beneficio del café y a la compra de nuevas fincas, que bien explotadas les produjo una considerable fortuna que cada día acrecentaban exitosamente. Aunque Genaro aparentaba una vida saludable el 17 de octubre de 1912, cuando desempeñaba el cargo de Presidente Municipal de Heredia, falleció víctima de un infarto, y Lucila, toda una experta en el negocio cafetalero, sola, no solo lo manejó con gran éxito, sino que lo acrecentó 14

Fonseca, Marco Tulio. Muy cerca de mi tierra, 1978. Pág. 262.

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con la compra de más fincas, cuya cosecha del grano beneficiaba en una de sus haciendas que ella denominó Miramontes y en la cual residió gran parte de su vida. En esta hacienda, de 10 hectáreas 8.232 metros cuadrados, tenía Lucila su lujosa casa de habitación, con una instalación completa para beneficiar el café, con una máquina de vapor de 24 caballos de fuerza, despulpadora, descascaradora, un enorme abanico, un clasificador, una estufa y otros implementos. Bajo su vigilancia, muchos agradecidos peones llevaban a cabo las labores ante una patrona generosa, donde encontraban segura fuente de trabajo y en la hacienda Miramontes, abrigo y protección, pues disponían de tres casas para sus alojamientos.15 Lucila no tuvo hijos, pero en un viaje a Estados Unidos, en compañía de su esposo, adoptaron una niña que en 1902 había sido bautizada en una parroquia de Nueva York, con el nombre de Muriel, la que en adelante llevó el nombre de Muriel Morales Duval, y a partir de 1912 fue la única acompañante de la viuda Lucila. La salud de Lucila no fue buena, algún serio padecimiento la obligó a viajar en 1895 a Estados Unidos en busca de tratamiento16 y ya en su vejez padeció una parálisis que la mantenía en silla de ruedas, hasta el día de su muerte, la cual ocurrió el 23 de julio de 1921, en su amada hacienda Miramontes. Un mes antes de morir, el 21 de junio de 1921, ante el Lic. Antonio Gutiérrez Benavides dictó su testamento en el que nombra como única heredera y albacea a su hija Muriel e instituye un legado en dinero efectivo de ¢25.000 al hospital San Vicente de Paúl, con la condición de que con esa suma se construya un pabellón de cirugía completo que lleve el nombre de “Lucila y Genaro Morales”. Este es el legado particular de mayor cuantía que el hospital recibió en toda su existencia, y para su administración nombró a la señorita Delia Morales Gutiérrez, su 15

Registro Nacional de Costa Rica. Partido de Heredia, Tomo 959, Folio 488.

16

La Prensa Libre, 26 de julio de 1895.

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

cuñada, a Alfredo González Flores, quizá ya novio de Delia, al Dr. Crisanto Badilla Leitón, quien la asistió durante los últimos siete meses de su vida, a Maximiliano Gurdián Rojas, su yerno, quien el 27 de noviembre de 1920 se había casado con Muriel y a un miembro de la Junta de Caridad de Heredia, para que vigilen que el dinero sea bien invertido, no pudiéndose gastar nada sin antes llevar la aprobación de dichas personas, “quienes custodiarán y velarán porque esta cláusula sea fielmente cumplida”.17 Dejó legados a parientes de su primer y segundo esposos, a la enfermera que la cuidaba Annie Florance Phillips ¢5.000 y no se olvidó del mandador general de sus fincas Vicente Vargas, a quien le legó un cafetal de dos manzanas, situado en Pirro, el que ella había comprado a Cornelia Zamora. Maximiliano Gurdián y Muriel procrearon cinco hijos, Lucila, Maximiliano, José, Salvador y Mario, y fue Salvador quien en 1997 vendió a la Caja Costarricense de Seguro Social, la emblemática e histórica hacienda Miramontes, en la que fue construido el actual hospital San Vicente de Paúl.

17

Archivo Nacional de Costa Rica. Juzgado Civil de Heredia N° 3399. Remesa 1403, N° 307. Alcaldía Primera de Heredia

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

Adela Ferreto Segura Nació en Heredia el 11 de julio de 1903. En 1909 inició la enseñanza primaria en la escuela privada que había fundado la maestra Anselma Rojas, con ella aprendió a leer, a escribir, algo de números, labores manuales: coser y bordar. El resto de su enseñanza lo realizó en la escuela Pública Elemental y en la Braulio Morales, en donde su último curso lo recibió de la maestra Adelina Katchenguis, quien influyó en sus padres para que la matricularan en la Escuela Normal. Relata Adela que ingresó a la Escuela Normal porque deseaba seguir estudiando, porque el gusto por aprender la había acompañado a lo largo de su vida, proporcionándole profundo placer y contento y que pronto se dio cuenta que lo mejor a que se podía aspirar en este mundo era a ser un buen maestro, para servir y ayudar al desarrollo del país, de sus nuevas instituciones y al propio crecimiento espiritual, no para hacer dinero. Dice que eso lo supo desde siempre, que ser maestro de verdad era en cierto modo, hacer profesión de pobreza y agrega: “Nuestros maestros nos enseñaron, de muchos modos, que el éxito material no es el verdadero triunfo de un hombre; que ni la cuenta bancaria, ni un alto puesto son su medida, ni lo que sirve para aquilatar

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

su valor lo que, claro: no está acorde con el sentir del mundo moderno, que todo lo tasa en dólares y porcentajes.”18 Adela, educadora y escritora se graduó de maestra en la Escuela Normal, en 1922 y de 1923 a 1935, desempeñó en esta misma escuela, el cargo de Auxiliar de Secretaría, Profesora de Caligrafía, Historia de la Educación, Dicción y Arte de Contar.19 De 1936 a 1948 laboró en la escuela de niñas Juan Rafael Porras, de San José. Gran pedagoga, escribió numerosos cuentos para niños, dramatizaciones que ella misma escenificaba, y cantidad de artículos de carácter político que publicaba en el periódico comunista “Trabajo”. Asociada con el Dr. Carlos Meléndez Chaverri publicó “Historia de Costa Rica”, que corresponde a un texto para grados superiores de la escuela primaria y para colegios de segunda enseñanza. Su mejor libro lo tituló Crónicas de un tiempo, del cual expresó el Dr. Marco Tulio Salazar: “Es una evocación finamente escrita, en la que se equilibran la espontaneidad afectuosa de la autora, al presentar las imágenes de su ciudad natal y criterio objetivo de una buena observadora, talentosa, que ofrece entre los cuadros familiares y locales, muy valiosos datos para la investigación de nuestra realidad nacional.”20 Por su militancia en el Partido Comunista, una vez terminada la Revolución del 48, con su esposo Calos Luis Sáenz, debió trasladarse a Panamá, luego viajó a República Democrática de Alemania, donde trabajó en la Federación Internacional de Mujeres. Por su copiosa producción literaria, en 1983 se le otorgó el premio nacional Aquileo J. Echeverría, y en 1984 recibió el premio Carmen Lyra. Adela falleció en San José, el 5 de mayo de 1987.

18

Ferreto, Adela. Crónicas de un tiempo, 1978, Pág. 238.

19

La Escuela Normal en sus bodas de plata. Folleto N° 1, 1940, Pág. 36.

20

Ferreto, Adela, Op. Cit. Contraportada.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Olga Gamboa Espinoza Nació en Heredia el 28 de abril de 1936. Realizó su enseñanza primaria en la escuela Cleto González y la secundaria en el Colegio Nuestra Señora de Sión, en San José, en donde obtuvo su bachillerato y en la Escuela Normal el título de profesora de enseñanza primaria. Se integró al magisterio nacional laborando por cortos períodos, haciendo permisos en las escuelas Laboratorio, Rafael Moya, Braulio Morales y en la de

Santa Bárbara de Heredia. En 1966, acompañando a su esposo Antonio Murillo, a quien se le concedió una beca para doctorarse en Derecho, viajó a Madrid, España, en donde residió poco más de dos años. Su permanencia en ese país la aprovechó para ingresar al Instituto de Pedagogía Terapéutica, de Madrid, en donde obtuvo el título de Profesora de Pedagogía Terapéutica. Al regresar al país, ingresó a la Universidad de Costa Rica, en donde obtuvo dos bachilleratos, uno en Retardo Mental y otro en Problemas del Aprendizaje y luego dos títulos más, Magistra en Ciencias de la Rehabilitación Integral y Magistra en Gerontología. De la misma Universidad es egresada de licenciatura en Administración Educativa. En busca de experiencia en la órbita de sus estudios, comenzó a frecuentar la escuela de Enseñanza Especial, que en 1940 había fundado

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

en Guadalupe Fernando Centeno Güell, con quien mantuvo una cordial amistad. En esa escuela observaba con la mayor atención el trabajo de los profesores y en lo que su capacidad se lo permitía, les ayudaba sin percibir paga alguna, pero ganando cada día valiosa experiencia. A ese centro de rehabilitación asistían pocos discapacitados heredianos, que diariamente eran trasladados en un bus que su director Centeno Güell les proporcionaba, y a este benefactor costarricense, un día Olga le planteó la idea y a la vez le pidió el consejo para fundar en Heredia una Escuela de Enseñanza Especial aunque nunca como la de Guadalupe, pero por lo menos evitar de este modo el traslado de los alumnos hacia allá y luego el regreso a sus hogares. Con gran valentía y con grandes sueños y esperanzas, Olga reunió a los discapacitados que pudo conseguir y los trasladó a los altos del actual edificio de la Cruz Roja y con el aporte de sus dos amigas profesoras Alba Luz Hernández Vargas y Aurea Arce, en ese incómodo local, comenzó su abnegada labor. Sus dos subalternas, además de poseer algunos conocimientos en la atención de minusválidos, demostraban cariño y abnegación por su trabajo. La incomodidad del local, obligó a Olga a buscar otro con mejores condiciones y logró que el Director Regional de Enseñanza le permitiera establecerse en la escuela de San Francisco, pero siempre en horas vespertinas, y allí tuvo que luchar con el disgusto y la incomprensión de parte del Personal Docente que no vio con aceptación aquella intrusa escuela. Como el número de discapacitados aumentaba, pronto Olga comprendió que ya era urgente la adquisición de un lote de terreno y la construcción de un edificio propio, para poder alojar cómodamente su escuela. Pidió ayuda económica a su amigo Centeno Güell, con un diputado, cuyo nombre no recuerda, logró conseguir una “partida específica” y con las contribuciones que los domingos recaudaban los rotarios, pudo comprar a un ventajoso precio, a Juan Hernández Valerio, un extenso terreno en San Rafael de Heredia. Cuando Olga, en compañía de Alba Luz se presentó ante don Juan

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

para suplicarle le vendiera el terreno, don Juan dijo a su hija Alba: “Usted sabe que yo nunca vendo tierras, yo solo las compro, pero si es para la sede de esa escuela, quebranto mi promesa, ¡les vendo!” En ese lugar, rápidamente fueron construidas dos aulas, y en ese modesto plantel, con 57 alumnos de ambos sexos, una directora y dos profesoras, fue fundada oficialmente en 1970, la Escuela de Enseñanza Especial de Heredia, dirigida durante siete años por su fundadora. En 1977 Olga fue llamada por la Universidad de Costa Rica en donde laboró por espacio de 18 años como profesora de Educación Especial, hasta obtener su pensión, pero no laboró en forma continua, pues durante 6 meses fue profesora en la Universidad Nacional de Managua, Nicaragua; un año responsable de la creación del currículum para la carrera de Educación Especial en la Universidad Estatal a Distancia; cuatro años Directora de la Escuela de Orientación y Educación Especial de la U.C.R.; cinco años como supervisora ad honorem de práctica en Educación Especial; un año como Consultora Internacional en Educación Especial con sede en la Universidad Nacional de Managua, Nicaragua; corresponsable de la creación y puesta en práctica del currículum para la maestría en Gerontología de la Universidad de Costa Rica. En Heredia, fundadora de la Escuela de Enseñanza Especial; fundadora del Servicio de Estimulación Temprana en el Centro de Salud; fundadora del Grupo Vida Ascendente del Barrio Fátima; fundadora del Servicio Pre vocacional para jóvenes con discapacidad en El Roble de Santa Bárbara; fundadora del proyecto educativo Una Nueva Esperanza, Una Nueva Alegría, de personas mayores, en Barrio Fátima, cofundadora de la Oficina de la Caridad de Heredia; del Movimiento Familiar Cristiano; de la Comisión de apoyo para personas con discapacidad en Heredia. Olga tiene 10 publicaciones de carácter social: Aspectos Sociales de la Rehabilitación; Familia y discapacidad; El género y la ancianidad; Fernando Centeno: El hombre, su poesía, su bosque; Taller de sexualidad al servicio del amor, entre otras. Los reconocimientos a su labor son abundantes: De la Asociación

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

Nacional de Educadores; de la Asociación de Mujeres Universitarias; de la Asociación de Desarrollo Integral de Barrio Fátima; de la Sociedad Internacional Delta Kappa Gama; de la Escuela de Excelencia de Fátima, entre otros. La labor de Olga, el aporte social y humano, ha sido silenciosa, sin aspavientos falsos o lisonjeros, sin embargo, con su apostolado y abnegación se inicia en Heredia el interés por revertir la discriminación, la marginación, que históricamente había afectado a la población discapacitada. Los discapacitados dejan hoy de serlo, y gozan de los mismos derechos de que disfruta cualquier otra persona. Ellos participan en actividades culturales, deportivas, recreativas en igualdad de condiciones, en la escuela que Olga fundó. Jamás pudo imaginarse Olga que su escuelita de 1970 sea hoy una institución de más de 375 estudiantes, distribuidos en los niveles de preescolar, que incluye Kínder y Preparatoria; Primaria I y II ciclo; en Secundaria, que corresponde a los grupos de III y IV ciclo. Olga María, hija de José Gamboa Alvarado y Edelmira Espinoza, llegó a formar junto a su esposo, el intachable profesional Lic. Antonio Murillo Rojas un hogar modelo, profundamente cristiano y de vida ejemplar, al cual Dios bendijo con seis hijos, de ellos cinco casados, uno soltero, quien fue su discípulo, quizá el de más difícil tratamiento y a quien tanto estimó que lo llevó a su casa y es hoy su hijo adoptivo. Su padre, fundador de la fosforera Costa Rica, empeñado en que Heredia tuviera un moderno y seguro sistema de alumbrado eléctrico, propuso que se estableciera un gravamen de dos y medio céntimos por cada cajetilla de fósforos de producción nacional y de los importados y que este se dedicara a financiar el proyecto de una nueva planta hidroeléctrica, sin importarle que él mismo sería afectado con la aprobación de su propuesta.21 De este hogar procede Olga, quien puso la sabiduría con que Dios la dotó, para socorrer a niños y jóvenes heredianos estimulándoles sus aptitudes para poder disfrutar de los derechos que el infortunio les había negado. 21

Entrevista del autor con doña Olga.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Luisa González Gutiérrez Nació en Heredia el 25 de abril de 1904. Realizó su enseñanza primaria en las escuelas de Heredia, luego ingresó a la Escuela Normal, donde en 1922 obtuvo el título de maestra. Siendo aún estudiante, publicó en la revista infantil San Selerín, una primera pieza teatral y en un concurso de esta revista, ganó una mención honorífica, por un ensayo sobre la situación de la mujer en el país. En 1926, Carmen Lira le solicitó que le ayudara, junto a Margarita Castro Rawson, para organizar el primer kínder del país, la Escuela Maternal, con la orientación científica del método Montessori. La situación económica de sus alumnos la hizo involucrarse en la política, para tratar de eliminar la injusticia y la pobreza. Entre 1926 y 1933, participó en la fundación de la escuela Omar Dengo, junto a otras educadoras. Por estos mismos años colaboró con la organización de las Colonias Escolares de Vacaciones, dedicadas al veraneo de los niños sin recursos, posteriormente empezó a administrar la que iba a ser la revista infantil más duradera de Costa Rica, Triquitraque, 1936-1948, que con Carlos Luis Sáenz y Adela Ferreto, llevaban adelante sin subvención estatal. En esta revista Luisa publicó artículos con fines didácticos.

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

Después de haber sido despedida, en 1936, del puesto de maestra, participó con otros educadores en la fundación de la Universidad Obrera, también intervino en la fundación de Maestros Unidos, primera asociación de este tipo en Costa Rica, cuyo núcleo originó la Asociación Nacional de Educadores, ANDE. Colaboradora de varios periódicos, entre ellos “Trabajo”, “Adelante”, “Libertad”, y también publicó en el “Semanario Universidad”. Luchó por los derechos de la mujer en la Unión de Mujeres Carmen Lira, de la que surgió la Alianza de Mujeres Costarricenses, cuyo órgano publicitario Nuestra Voz, ella ayudó a organizar. En este periódico y en la revista Repertorio Americano, comenzó a publicar los primeros capítulos de su novela A ras del suelo. Tuvo que interrumpirla al desatarse la Guerra Civil de 1948; sin embargo, no obstante haber perdido los borradores durante el conflicto; lo retomó cuando la situación política del país fue menos tensa y pudo publicarla. En 1977 recibió, no sin cierta polémica, el premio nacional Aquileo J., Echeverría de novela y dos años después el Premio Nacional de Teatro por una dramatización, cuyo guion hizo conjuntamente con el grupo Tierranegra. Escribió teatro, cuentos para niños, y relatos que se recogieron en un tomo, junto con otros trabajos que había publicado en muchos diarios y revistas a lo largo de su vida.22 Luisa González falleció en San José en 1999. El 16 de diciembre de 1999, el Instituto Nacional de las Mujeres INAMU, bautiza su biblioteca con su nombre.

22

Luisa González. Editorial Costa Rica, 2016. San José Costa Rica

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Hilda González Ramírez Nació el 4 de enero de 1947, en Santa Bárbara, Heredia. Realizó sus estudios primarios en la Escuela Cleto González Víquez, los secundarios en el colegio María Auxiliadora, los cuales concluyó en el Liceo Nocturno Alfredo González Flores. Es licenciada en Educación Física y en Derecho por la Universidad Federada de Costa Rica y cuenta con estudios en Administración del deporte y la cultura. Hilda ha sido profesora de educación primaria, de educación para adultos. Asesora y Supervisora en Educación Física y Deportes en Alajuela, Directora Técnica y de recreación en la Dirección General de Educación Física y Deportes, Presidenta del Consejo Centroamericano de Deporte y Recreación. Profesora de la Escuela Normal y especialista en Educación Física por la Universidad Nacional. Única herediana que ha desempeñado, en dos períodos legislativos, el cargo de diputada, períodos 1986-1990 y 2006-2010, además el honroso puesto de Viceministra de Cultura, Juventud y Deportes, período 19941998, en el Gobierno de Figueres Olsen. Algunas de las iniciativas presentadas por la ex legisladora González Ramírez, son las siguientes: Ley de autorización al Instituto de Desarrollo Agrario para la titulación

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

de inmuebles de la zona fronteriza con Panamá y Nicaragua que no estén afectos a un régimen de protección especial, bajo la legislación ambiental. Autorización al Instituto Costarricense de Puertos del Pacífico para traspasar el inmueble denominado Balneario de Ojo de Agua a la Municipalidad de Belén y derogatoria de la Ley 7304, del 15 de julio de 1992. Ley para impulsar el desarrollo social, económico y eco turístico en las islas del Golfo de Nicoya, mediante concesiones. Autorización a la Municipalidad de San Pablo de Heredia para que done un terreno de su propiedad a la Caja Costarricense de Seguro Social, para la construcción de un EBAIS, de tercer nivel. Creación del Centro de la Cultura Popular Herediana. Ley de creación del Instituto Profesional Uladislao Gámez Solano. Ley de Pensión Vitalicia para Personas con Parálisis Profunda, junto al diputado Carlos Araya Guillén. Autorización al Estado para que done un terreno de su propiedad, a la municipalidad de Santa Bárbara de Heredia, para la construcción e instalación de la Casa de la Cultura del Cantón. Hilda ha sido objeto de varios reconocimientos, tanto en su labor como legisladora, así como en la función de otros cargos fue nombrada Hija Predilecta por la Municipalidad de Limón, e igual honor recibió de la municipalidad de Santa Bárbara y a la vez declarada la Mejor Viceministra del año 1997.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Esmeralda Gutiérrez Flores Nació en Heredia el 23 de abril de 1835 y es conceptuada como el sostén de los necesitados de la provincia de Heredia. Cuando fallece su esposo, el acaudalado comerciante y caficultor don Braulio Morales Cervantes, Esmeralda hereda una considerable fortuna económica, pero fortuna no solo en dinero, sino también en una rica herencia en bienes espirituales, y lejos de acrecentar la fortuna pecuniaria, la empleó en ayudar a instituciones de caridad, educativas, religiosas, sin buscar vanidades personales, por lo que muchos de sus donativos han quedado en el mayor secreto. En 1895 integraba un comité que en Heredia vendía billetes de lotería, cuyo producto estaba destinado a auxiliar el Hospicio de Incurables de San José. En julio de 1897, junto a dos amigas, patrocinó un concierto musical ejecutado por el Club Aberle, y el que tenía como propósito, recaudar fondos para auxiliar al Hospicio de Huérfanos de Heredia. Este club era una estudiantina formada por señoras y señoritas, destinado al cultivo del arte musical, dirigido por el italiano Juan Aberle, educado en Milán y ahora residente en Heredia.23 En 1907 donó un terreno de una manzana de extensión para que fuera rifado y el producto se entregara para las mejoras del hospital. 23

González Flores, Luis Felipe. En: Solera Rodríguez Guillermo. Antología de escritores y artistas heredianos, 1968, Pág. 160

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

El sorteo se llevó a cabo el domingo 8 de marzo de 1908 en el antiguo quiosco del Parque Central y salió favorecido el número 583, adquirido por Gerardo Volio, de San José. En diciembre de 1917 donó a la parroquia de la Inmaculada una valiosa imagen de la Virgen María, traída por ella de España. Para la ceremonia de la entronización, doña Esmeralda invitó a sus amigas Micaela Solera, Adela Oreamuno, Luisa Trejos, María Rodríguez, Victoria Zumbado, entre otras. Expresaba el programa que: “Para el 8 de diciembre Misa y para el domingo 9 de diciembre, a las 9 a.m., bendición solemne de la imagen de la Concepción. Esta bella imagen y un fino cortinaje fueron traídos de Europa por la digna matrona doña Esmeralda de Morales.24 En febrero de 1921, con ocasión del conflicto fronterizo entre nuestro país y Panamá, donó a la recién fundada Cruz Roja Herediana, la suma de ¢3.000.00; y su hija Delia, colaboró también, donando ¢2.000.00.25 De su finca que poseía en el distrito de San Francisco, donó a la Junta de Educación un terreno de 1.755 metros cuadrados, para que en él construyeran el primero edificio escolar. La escritura del terreno fue recibida por Pablo Guzmán, quien desempeñaba el cargo de vicepresidente de dicha Junta.26 Este lote, años más tarde y destruido el edificio escolar, fue permutado por otro de 7.929 metros cuadrados tomado de la finca que pertenecía a don Alfredo González Flores, cuando esta pasó a su hermano Rubén. En este terreno se construyó la actual escuela de San Francisco. Como agradecimiento, la Junta de Educación de San Francisco dispuso colocar, en lugar de honor del plantel escolar, el retrato de doña Esmeralda, efigie que también honró al hospital San Vicente de Paúl y honra hoy la sala de sesiones del Concejo Municipal de Heredia. A la Sociedad de las Señoras Vicentinas, les donó una casa, que en marzo de 1936, ante la necesidad de dineros decidieron venderla. Cuenta Adela Ferreto, quien conoció bien a Esmeralda, que a 24

La Información, 4 diciembre de 1917.

25

La Cruz Roja en tiempos de guerra. Archivo personal.

26

Registro Nacional. Partido de Heredia. Tomos 531 folio 354. 1088 folio 454. Tomo 949 folio 138.

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varias familias pobres que vivían en casas alquiladas, ella pagaba a sus propietarios el monto de los alquileres, que había otras gentes a quienes ayudaba con una mensualidad, o con el diario de la semana, que en la falda de su vestido llevaba una bolsita interior donde tenía su monederito, que sacaba y abría y volvía a guardar, más de cien veces en un día, para darle unos centavos a todo el que llegara a pedir. Esmeralda tuvo dos hermanos, Juan Vicente, gobernador y presidente municipal de la provincia de Heredia. Gestor de la construcción del segundo templo del Carmen (1861-1874). Cuenta Luis Dobles S. que iba a los pueblos a reclutar peones que alojaba en su casa y jamás ponía en las listas el gasto que alimentarlos constituía, porque la comida no se cuenta, justificando que Dios da para todos y agregaba Juan Vicente: “Mientras tenga yo cuatro frijoles...” Su otro hermano, Manuel María, es el autor del Himno Nacional. De vida modesta y sencilla, no le gustaba figurar en la vida pública y por única vez, en 1903, aceptó un puesto en la Junta Directiva del Hospicio de Huérfanos, en el que tan profunda huella dejó. Doña Esmeralda murió en 1924, y en el momento de ser sepultada, don Omar Dengo expresó: “¡Vida ejemplar, oh madre de los pobres; dama gentilísima, Sor Esmeralda de la gracia! Vidas cual la suya inspiraron la más alta sabiduría de los que comprendieron que el destino superior de los hombres se desenvuelve dentro de las normas eternas de una Ley de Amor y de Comprensión.”27 El Concejo Municipal, en sesión del 21 de enero del 2011, declaró a doña Esmeralda Ciudadana de Honor de la Ciudad de Heredia y acordó crear una condecoración con su nombre, la cual consiste en una medalla que se otorgará a mujeres que se hayan destacado por su servicio desinteresado a la comunidad herediana: por su labor social en el desempeño de su profesión, en el campo del deporte, las artes, la superación de adversidades, entre otras distinciones.28 27

González Flores, Luis Felipe. Benefactores de Heredia. 1930, Pág. 39

28

Actas Municipales de Heredia, 21 enero 2011.

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

La fundación de esta distinción se debe a la iniciativa de la señora Estela Paguaga Espinoza, coordinadora de la Oficina de Equidad, Igualdad y Género de la Municipalidad de Heredia, de la profesora María Antonieta Campos Aguilar, presidenta del Club de Jardines de Heredia y a Erick Bogarín Benavides. Dicha condecoración le ha sido otorgada a Miriam Álvarez Brenes, Rita Cabezas Solera, Evangelina González González, María Eugenia Dengo Obregón, Marta Campos Méndez y Olga Gamboa Espinoza.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Graciela Morales Flores Nació en Heredia, el 17 de mayo de 1907. Realizó sus estudios primarios y secundarios en el Colegio de Sión, en San José, los que luego completó en la Escuela Normal en donde se graduó de maestra, en 1923. Inició su carrera en el Magisterio Nacional, trabajando en la humilde escuelita de San José de la Montaña, caserío conocido anteriormente con el nombre de Zanjón, luego sirvió en otras escuelas de la ciudad de Heredia, pero con deseos de obtener una mayor superación, se trasladó a San José en donde realizó nuevos estudios que le permitieron integrarse a la Universidad de Costa Rica, en donde desde 1943 a 1948, trabajó como profesora en la Sección de Servicio Civil. Graciela es fundadora de la Oficina de Servicio Social de la Caja Costarricense de Seguro Social fue además miembro de la Junta Directiva del Patronato Nacional de la Infancia. Aficionada a la política, llegó a ocupar la presidencia de un partido que se denominó Unión Republicana, el cual la llevó a la Asamblea Legislativa como diputada por la provincia de San José, en el período 1966-1970, durante el gobierno del profesor José Joaquín Trejos, acontecimiento que la honra como la primera mujer herediana en ocupar un puesto en el Poder Legislativo, colega en aquella época de los

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heredianos Fernando Gutiérrez Benavides, Enrique Azofeifa Víquez y Alfredo Vargas Fernández. Atenta siempre a estudiar todo proyecto que se presentara a la aprobación de la Asamblea, con gran responsabilidad daba su voto a los que le parecieran beneficiosos para el país, independientemente del partido político que los presentara, de este modo, con su voto se aprobaron importantes instituciones como La Dirección Nacional de Desarrollo de la Comunidad DINADECO y el Banco Popular y de Desarrollo Comunal, entre otras fundaciones. La Unión de Mujeres Americanas, capítulo Costa Rica, en 1960 la declaró Mujer del Año, le otorgó un pergamino y una medalla de oro. Graciela Morales, hija de Arturo Morales Gutiérrez y Elena Flores Ortíz, viene a ser nieta del cafetalero y comerciante don Braulio Morales Cervantes y de la benefactora herediana Esmeralda Gutiérrez Flores. Falleció el 1 de mayo de 1992.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Irma Morales Moya Nació en Heredia el 27 de mayo de 1909. En 1918 debió trasladarse con su familia a Lourdes, Montes de Oca, donde realizó parte de su enseñanza, y la otra en la Escuela Normal, donde en 1928 se graduó de maestra. Se inició en la escuela de Montes de Oca, luego pasó a otras escuelas de San José, pero con el deseo de superarse, viajó a Estados Unidos, en donde se especializó en Ciencias Sociales, en la Universidad de Fortham, Columbia, Nueva York, y en la misma Universidad estudió Economía y Ciencias Administrativas, en 1948.29 A su regreso a Costa Rica, se dedicó por entero a trabajar a favor de los Sectores Sociales marginados del país. Desde 1955, año de la creación de la Comisión Sobre Alcoholismo, hasta 1976, Irma fue su directora General. Esa comisión se convirtió en el Instituto de Alcoholismo y Farmacodependencia, IAFA. En 1960 fue delegada, en carácter de Directora General, ante el grupo de estudios sobre la investigación de los problemas del alcoholismo, en Viña del Mar, Chile. En 1968 fue la presidenta y organizadora de la IV Conferencia Internacional de Servicio Social, en Costa Rica. 29

Entrevista de la periodista Hannia Hoffman

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Irma fundó, en 1974, una organización que denominó Desarrollo Económico Laboral Femenino Integral, DELFI, la que en 1977, con objetivos más ambiciosos se concretó como asociación, conocida como ASODELFI, dedicada a la educación no formal, para capacitar a mujeres y facilitar su inserción en el mercado laboral, con el lema Mujeres ayudando a Mujeres. De 1973 a 1978, fue miembro de la Junta Directiva de la Caja Costarricense de Seguro Social; de 1976 a 1986, fue presidenta de la Comisión Interinstitucional sobre el agua, la mujer y los problemas sociales, es fundadora del Colegio de Trabajo Social, fundadora y preside el Comité Pro celebración del XXV aniversario de los derechos políticos de la mujer, coordinadora general del Foro Permanente contra el abuso a la persona mayor. Siendo integrante de la Junta Directiva del Instituto Nacional de Aprendizaje, se empeñó para que cada día más mujeres llegaran a los cursos que se impartían; entonces indicaba en los anuncios: “Este curso está abierto para hombres y mujeres”. Jamás se convirtió en figura decorativa o presumida, por el contrario, Irma es pionera de las luchas para enfrentar el flagelo del alcoholismo en Costa Rica. Su más importante aporte en este sentido lo constituye el haber cambiado una concepción cultural, al lograr que la sociedad costarricense reconozca el alcoholismo como una enfermedad y se comprometiera, de alguna manera, a propiciar los medios y las instituciones, para que los enfermos tuvieran acceso a los procesos de rehabilitación. Irma divulgada que el alcoholismo es una enfermedad que debe ser tratada como tal; que el alcohólico es un enfermo que hay que respetar y que no se olvide que hombres muy buenos, han caído víctimas de este mal. Esta fue una de sus tenaces luchas. El Dr. Abel Pacheco trabajó junto a Irma, relata que ella fue una especie de Madre Teresa de Calcuta, guardando las distancias. Cuenta que le enseñó a entrar a las cantinas a sacar borrachitos, los que, en

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una camioneta blanca de su propiedad, los llevaba a un centro de atención. Agrega el Dr. Pacheco que definir a la Dra. Irma Morales, para las personas que no la conocieron, es algo así como decir que fue un ángel de bondad, un espíritu humano. En términos profesionales, una gran conocedora de la geografía del alma humana. Una mujer con una capacidad de perdón, de conocer, de entender, de ayudar, de escuchar las cosas más horribles, brindando siempre una respuesta cálida.30 Una vez que Irma sentó las bases del problema del alcoholismo, con logros bien marcados y establecidos, inició una férrea lucha en pro de la mujer abandonada, por la mujer sola, por la mujer que necesita profesionalización o aprendizaje de oficios y se da la ardua tarea de formar empresas de mujeres solas. Mi vida ha estado muy llena, dice Irma, vengo de un hogar preciosísimo, con una abuela materna que adoré y con profesores inspiradores como Omar Dengo, quien nos despertaba el amor a enseñar. Adoré a mi abuelita Juanita Zamora cuando yo era niña, y era ese ser que uno tiene muy cerca. La veía sentada en el jardín de la casa, con gran cantidad de gente pobre que venía a contarle sus problemas, y ella les ayudaba con unas bolsitas de arroz, frijoles o dulce. Otras veces le preguntábamos que dónde andaba y nos decía, vengo de cuidar a un enfermo. Ella enviudó y fue hasta el puerto de Limón por el cuerpo de mi abuelo, para enterrarlo en Heredia. En su humildad, Irma se describe como una mujer común y corriente, pero que cree muchísimo en el ser humano. Refiere que le ha fascinado la música toda su vida y que ha bailado hasta donde las piernas le han permitido, que le gusta la Historia Patria y que se debe darla a conocer y agrega: “Soy incansable lectora y leo en inglés y español”.31 La doctora Irma Morales Moya, falleció en San José, el 3 de diciembre de 1998. Ingresó a la Galería de la Mujer del INAMU, en el 2002. 30

ÍDEM

31

La Nación, 10 setiembre 1994. (Entrevista con Amalia Palacino)

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

Emma Morales Ramírez Nació en San Rafael de Heredia el 1 de febrero de 1899. Realizó sus estudios primarios en San Rafael, los secundarios y la enseñanza profesional en la Escuela Normal, en donde en 1919 se graduó de maestra. Se inició en el magisterio en la escuela Braulio Morales, en donde laboró durante muchos años para pasar luego a la dirección de la escuela Cleto González Víquez, en donde completó el tiempo de servicio para

obtener su pensión. Buena amiga del profesor Uladislao “Lalo” Gámez y del Dr. Edgar Cabezas, ellos la involucraron en la política, enarbolando la bandera del partido Liberación y la indujeron a que aceptara la postulación como candidata a un puesto de regidora municipal y logró salir electa para el período 1953-1958. De esta manera, la maestra Emma Morales aprovechaba la oportunidad de ejercer, por primera vez en Costa Rica, el ejercicio de los derechos políticos de la mujer, elegir y ser electos en los Poderes del Estado, así como en las municipalidades, y en estas elecciones de 1953, solamente tres mujeres en toda Costa Rica, resultaron electas regidoras propietarias, entre ellas la educadora Emma Morales, primera mujer herediana en ocupar una silla en el Concejo Municipal herediano. En el desempeño de su cargo, que duró cuatro años, con su voto

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aprobó las mociones que juzgó positivas, independientemente del color político del colega que las presentara, así como con firmeza, rechazó las que creyó inconvenientes. En una de las sesiones municipales, con gran valentía y responsabilidad, se refirió a la excesiva cantidad de madera, que diariamente salía de la región de Sarapiquí y a la posibilidad de que la tala de árboles, en dicha región, se estuviera llevando a cabo con violación de las disposiciones legales y reglamentarias. Ante esta inquietud de la regidora Morales, la Municipalidad acordó dirigirse al Inspector General de Hacienda, solicitándole un informe sobre el control que las autoridades fiscales ejercían en este aspecto.32 Años después Emma desempeñó el cargo de vicepresidenta de la Junta de Educación de Heredia y en unión de su secretaría, en febrero de 1972 envió una solicitud a la entonces Primera Dama de la República, doña Karen Olsen, con copia para los ministros de Cultura, Juventud y Deportes y de Educación para que llevaran a cabo gestiones ante el Ejecutivo y el Legislativo, con el propósito de que adquirieran la casa de habitación del expresidente de la República, don Alfredo González Flores. En aquella época, dicha casa estaba utilizándose como el restaurante denominado El Chaparral, en el que se expendía y se consumía licor y a Emma no le parecía honesto que esto ocurriera en tan emblemática e histórica mansión. Tenía ella el propósito de dedicarla a sede de la biblioteca pública, que carecía de local permanente y también destinarla “para formar entre las entidades oficiales y los vecinos de buena voluntad, una casa de cultura que sería centro de esparcimiento y foco de esfuerzos aunados, en beneficio de las jóvenes generaciones, que tanto lo necesitan.”33 Esta ambición de Emma, quizá la mantenía desde 1966, cuando en asocio de Lalo Gámez, Edwin León, Jorge Luis Arce, Rolando Sáenz, entre otros, constituyeron un comité que soñaba con la fundación de una Casa de la Cultura en Heredia. 32

Actas Municipales de Heredia, 8 de enero de 1957

33

La Nación, 1 de febrero de 1972

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

Lourdes Montero Gómez Nació en Barva el 18 de febrero de 1945. Hija de León Montero Pérez y María Luisa Gómez Gómez. Realizó su enseñanza primaria en la escuela Pedro Murillo Pérez de Barva y la secundaria en el Liceo Nocturno Alfredo González Flores, en Heredia. Desde muy joven tuvo que asumir responsabilidades y enfrentar con valentía las vicisitudes de la vida. Las carencias económicas de la familia y ser la mayor de sus hermanas, la obligaron a dejar los estudios que emprendía y trabajar para colaborar con la manutención familiar. Narra Lourdes que “Nosotros vendimos tortillas, tamal asado, pan y cajetas.” Cuando joven trabajó en la soda de Paco Alfaro, ubicada en el mercado de Heredia. Esta ocupación la hizo resurgir los pensamientos positivos, esperanzadores e idealistas y determinó que iba a continuar con los estudios. Su anhelo era estudiar en la Escuela Normal y en ella se graduó de maestra en 1969. En 1978 se gradúa en Educación para el Hogar en la Universidad de Costa Rica y en el mismo año se gradúa de Bachiller en Ciencias de la Administración Educativa, en la Universidad Nacional. En 1970 fue educadora en la escuela Purral de Guadalupe, en 1971 laboró como asistente administrativa en el Liceo de Heredia. De 1972

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a 1973, fungió como asistente de dirección en el Colegio Nocturno de Barva. En 1974 fue profesora de Tecnología en el Colegio Claretiano y de 1975 al 2000 fue directora del Instituto Profesional y de Educación Comunitaria de Barva, (IPEC) Su carrera como docente la ejerció durante 36 años y se le considera la gestora y fundadora del IPEC a Nivel Nacional. Para Lourdes la función como directora del IPEC de Barva, le permitió abrir el horizonte a mujeres jóvenes y adultas que deseaban estudiar para optar por una mejor calidad de vida. Dos galardones más obtuvo Lourdes en 1991, un posgrado en andragogía en la Universidad Interamericana Panamá y en 1995 obtiene una Maestría en Administración con énfasis en Educación. Lourdes se destacó como miembro de Coopeande R.L., fue la primera síndica de la Municipalidad de Barva, regidora de la misma municipalidad e integrante de la Junta de Salud. Ha sido galardonaba con diferentes reconocimientos, en 1971 recibe el Premio Mauro Fernández Acuña, en el año 2001 es declarada Hija Predilecta del Cantón de Barva, y en el 2014 es la dedicada de la Semana Cívica celebrada en la ciudad de Heredia. El trazo de la obra de Lourdes y su quehacer son ejemplo para todos los que creen en el alcance de los sueños.34

34

Semblanza por la Master Damaris Miranda Carmona; exasesora de Español en la Dirección Regional de Enseñanza de Heredia.

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Manuela Paniagua Pérez Durante muchos años, predominó en Costa Rica la absurda creencia de que la enseñanza de la lectura y la escritura a las mujeres, no era necesaria, porque carecía de utilidad, y que, practicarla, solo significaba pérdida de tiempo y de recursos. En aquella oscura época, la vida de las heredianas estuvo restringida al trabajo en el hogar: lavar y planchar ropa, cocinar, atender a los niños y así pasaban los días en la más triste ignorancia, tanto cultural como espiritual. A lo único que tenía acceso la mujer, cuando niña, era al conocimiento de un poco de Doctrina Cristiana, que la iglesia católica exigía, para poder cumplir con el precepto de la Primera Comunión. A las palabras y al pensamiento del bachiller Nicolás Gallegos, quien llegó a ocupar el cargo de Rector de la Universidad de Santo Tomás, nadie le prestaba oídos, decía él en octubre de 1844: “Si ellas (las mujeres) constituyen una parte tan esencial de la sociedad, si igualmente los varones tienen derecho a que se les instruya en aquella a que sus deberes particulares compete, ¿Cuál es la razón porque han de hacerse gastos que importan más de cien pesos mensuales en la educación de estos, y no pueden emplearse cincuenta pesos en poner una escuela de niñas?”35 Pero Manuela Paniagua Pérez, herediana, sin conocer la reflexión del catedrático Gallegos, desafiando a la época en que ella vivía, enfrentada al irracional pensamiento que prevalecía, tuvo el valor de establecer una escuela privada, en la que un día de la semana enseñaba la lectura y 35

González Flores, Luis Felipe. Historia del Desarrollo de la Instrucción Pública en Costa Rica, 1961, Pág. 46.

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la escritura solo a niños, y al otro día enseñaba lo mismo a niñas, porque entonces no era bien visto que ambos sexos estudiaran juntos, dentro de un mismo aposento. Se desconoce cómo adquirió Manuela su preparación, pero seguramente fue impartida por su padre. En 1834 Manuela atendía cerca de 50 estudiantes cuyos padres de familia debían pagarle una módica suma, pero solamente 16 padres cumplían con lo pactado, no obstante que los progresos en su escuela, según opinaban algunos beneficiados, eran notables.36 En agosto de 1834, los señores Juan Umaña y Juan González, miembros de una Tertulia Patriótica, rogaron a la Municipalidad que destinara del presupuesto, algún auxilio para la abnegada maestra, quien por ser viuda, el único ingreso que percibía para enfrentar los gastos de su hogar, era lo poco que le pagaban los 16 padres de familia responsables. Conocedores todos los regidores municipales del valioso aporte de la modesta educadora, convencidos de la justicia del ruego que se les hacía, tomaron el siguiente acuerdo: “Siendo constante y notorio el aprovechamiento que produce la escuela que se halla a cargo de la ciudadana Manuela Paniagua, como a todo el público le consta, se acuerda: Que mensualmente se le paguen 8 reales, (un peso) del fondo de propios, mientras el fondo de instrucción pública se halle en el caso de una subvención mayor.”37 Un peso es la misma cantidad que se le pagaba al maestro de la única escuela para niños, establecida por la municipalidad en 1834. Manuela fue la primera maestra que dirigió una escuela primaria privada para niñas en la ciudad de Heredia, pero se desconoce durante cuánto tiempo estuvo vigente.

36

Actas Municipales de Heredia, 27 de agosto de 1834.

37

ÍDEM, 31 julio 1835.

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

Evelia Pérez Madrigal Nació en Heredia el 1 de diciembre de 1925. Realizó sus estudios primarios en la escuela Rafael Moya Murillo y los secundarios en la Escuela Normal, en donde obtuvo el título de Bachiller en Ciencias y Letras. De familia pobre y numerosa, los recursos de sus padres Juan Pérez Loaiza y Guillermina Madrigal Camacho, no le permitieron continuar con los estudios superiores, pero enamorada del deporte, particularmente del basquetbol, se entregó por entero a practicarlo, asistiendo a las lecciones que impartía el profesor José Alberto Trejos Dittel, quien con su grupo de alumnas fundó el equipo Castalia, en el que Evelia fue titular por muchos años, convirtiéndose en una profesional. Su innata habilidad en esta disciplina fue reconocida en todo el país y pronto fue llamada a integrar el equipo Orión, luego el Versalles y cuando se fundó la Selección Nacional, ella fue integrante, puesto que ocupó en cuatro ocasiones. Con la Selección Nacional viajó por toda Centroamérica y Panamá. En la Escuela Normal Superior obtuvo Certificado de Aptitud Superior Docente para la Enseñanza Media en 1969. Antes de entrar al Samuel Sáenz trabajó durante 10 años en la Escuela Joaquín Lizano. Al abrir sus puertas el Liceo Samuel Sáenz, en marzo

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

de 1964, su director Lic. Edwin León Villalobos, tuvo el acierto de incorporarla al personal docente de dicha institución, y en ella laboró durante 30 años, hasta obtener su pensión, y aunque pudo desempeñar este cargo en forma interina, un día de tantos se matriculó en la Escuela Normal Superior, y en ella, con brillantes notas, logró graduarse de profesora de Educación Física, en febrero de 1973. Pero Evelia también empleó su tiempo en servir al desarrollo y al mejoramiento, no solo de su barrio Corazón de Jesús, de cuya Asociación de Desarrollo fue integrante durante 15 años, sino también al desarrollo de la provincia de Heredia, pues fue integrante durante seis años de su Junta de Salud y durante varios años formó parte de la directiva de la Asociación de Educadores Pensionados, del programa Hogares CREA, integrante del Club de Jardines. Una faceta que la distinguió fue su agradable voz y desde niña se dedicó al canto y este arte se pudo haber convertido en su segunda profesión, pero su padre no se lo permitió, sin embargo, relata que durante algún tiempo cantó junto a Mario Chacón en una estación radiodifusora y para que su padre no se enterara, actuaba con el seudónimo de Amparo Quiroga y agrega que en una ocasión en que la orquesta de Lubín Barahona amenizaba un baile en el Club Sport Herediano, le pidió a su director que la dejara cantar un bolero, y el director se lo permitió, al oírla quedó tan impresionado que le habló de la posibilidad de que, algún día pudiera contratarla en una eventualidad. Evelia ha recibido numerosos honores por medio de testimonios escritos que ella guarda con gran devoción, la Comisión de Protocolo de las actividades de la Semana Cívica, le entregó un Honor al Mérito, la Oficina de la Primera Dama Lorena Clare de Rodríguez, le otorgó un agradecimiento por su labor educativa y humanística, en aras de forjar una sociedad costarricense cada día mejor. Un grupo de distinguidas personas, entre ellas los miembros de la Junta Directiva del Palacio de los Deportes lucharon para que a Evelia se le incluyera en la Galería Nacional del Deporte y entre sus atestados

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

presentaron un testimonio, obra del Lic. Edwin León Villalobos, cuya copia conserva Evelia y en la cual expresa lo siguiente: “Siempre puso de manifiesto una gran preocupación porque sus estudiantes participaran en forma distinguida y respetuosa en las Fiestas Patrias como las del 15 de setiembre. Todas estas actividades las realizaba con una gran entrega, con un profundo amor por la educación física y por sus alumnas. Fue, por sobre todas las cosas, una verdadera educadora. Sin embargo, hay un elemento que la distingue sobre las demás, su calor humano, su humildad y su trabajo cariñoso con todas las personas. Evelia es una rara mezcla de deportista, artista y maestra. No he querido dejar pasar esta oportunidad para expresar la opinión que tengo de ella como educadora. Considero que la elevación de una persona a la Galería Nacional del Deporte, debe hacerse no solo analizando su actuación, sino su dimensión humana y profesional. De su labor como deportista, siendo como fue, una excelente basquetbolista, hablan las crónicas de la época. Si el nombre de Evelia Pérez Madrigal se lleva a la Galería del Deporte se habrá hecho justicia a una excelente deportista y educadora.” Lamentablemente el fundado afán de los solicitantes no fue posible realizarse, quizá por lo exorbitante de los requisitos exigidos.

Entrevista del autor.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Edda Rondelli Montanari Nació en Bologna, Italia, en donde realizó toda su enseñanza. Se graduó en contabilidad, profesión en la que trabajó hasta el año de 1922, al contraer matrimonio con el herediano estudiante de medicina, Juan Bernini Badilla, cuando se encontraba en Italia. Una vez graduado el Dr. Badilla, junto a su esposa, llegaron a Costa Rica en febrero de 1928, e inmediatamente sirvió como médico en Cartago, en Palmares y desde 1933, este matrimonio residió el resto de su vida en Heredia. Edda, símbolo de la mujer fuerte, con su constancia y su tenacidad, fundó la prestigiosa botica Bernini, atendida por ella misma y la cual, gracias a su numerosa clientela, le significó un lucrativo negocio. No obstante la atención a su botica, así como los quehaceres del hogar, poseída de un acendrado espíritu de servicio, siempre estuvo atenta a las necesidades de la comunidad herediana y alerta siempre a prestar su colaboración. Este afán de ser útil a la sociedad, ayudando a crear y a servir en instituciones de bien público, se acrecentó en doña Edda, después de muerto su marido y ya casados sus hijos, su actividad se orientó a servir sin límites a la ciudad de Heredia. Fue socia activa de la Sociedad San Vicente de Paúl (Vicentinas), cofundadora del Club de Jardines, fundadora del Club Arpa, agrupación

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dedicada a fines culturales y sociales, tesorera de la institución el Ropero de San Antonio, fundadora de un Centro de Nutrición, tesorera de la Oficina de Caridad, fundadora de la Asociación Damas Voluntarias del hospital San Vicente de Paúl, la que más tarde llevó el nombre de Asociación Edda de Bernini, fue integrante de la Junta Pro Mejoramiento del Cementerio, tesorera del Comité Pro Leprosario Las Mercedes, prestando colaboración al recordado Dr. Arturo Romero, integrante del Comité Central para la construcción del Seminario Claretiano. Socia de la Comisión Interamericana de Mujeres y de la Asociación Americana Damas Amigas del Niño, de Alhambra, California, la cual le dispensó la confianza de enviarle sumas en dólares, para ayudar a los niños pobres. El Club de Leones de Heredia condecoró a Edda con medalla de oro, en su sesión del 15 de agosto de 1965. También recibió homenaje del Colegio de Médicos y Cirujanos y la Sociedad Herediana, el 14 de setiembre de 1969, le obsequió en la Sala Magna del Liceo de Heredia, un caluroso y sentido homenaje, como muestra de agradecimiento.38 Edda, nacida en Italia, por los designios de Dios vino a Costa Rica, para que la ciudad de Heredia aprovechara su bondadoso corazón, que se derramó inagotable, al servicio de esta comunidad. Madre del Dr. Roger Bernini Rondelli, quien al igual que su padre, ambos fueron directores del Hospital San Vicente de Paúl.

38

Elizondo Mora, Lic. Víctor Manuel. La Nación, 13 de setiembre de 1969, Pág. 66.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Zelmira Segreda Solera Nació en Heredia el 29 de mayo de 1878. Realizó su enseñanza primaria en Heredia, que luego completó en el Colegio de Nuestra Señora de Sión, en San José y después se inició en los estudios musicales con los maestros Alvise Castegnaro, italiano residente en Costa Rica, con Alejandro Monestel y con la profesora Zorino. Zelmira llegó a ser en Costa Rica, famosa soprano, y junto al tenor Alejandro (Cano) Aguilar Mora, fueron el más alto exponente de los cantores de iglesia, durante el primer cuarto de siglo XX,39 (1900 – 1925). La escuela de música fundada en San José en 1894 por Alejandro Monestel, le otorgó el diploma de maestra de música. En noviembre de 1895 participó en una velada lírico literaria realizada en Heredia, en una casa situada donde se encuentra hoy la casa cural, fue un acto cultural a beneficio de la independencia de Cuba, con la asistencia de notables personajes, amenizado por la orquesta que dirigía el maestro Octavio Morales. En esta ocasión Zelmira cantó Ti Nurreí rapiri y Mon turno, entre otras arias de famosos compositores.40 El domingo 19 de mayo de 1901 participó en un concierto vocal 39

Araya R., José Rafael. Vida musical en Costa Rica 1957, pág. 40

40

El Heraldo de Costa Rica. 2 noviembre de 1895.

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e instrumental en el teatro Variedades, San José, junto al violinista Palomares y a los maestros Alvise Castegnaro y Fernando Párraga. En junio de 1905 fue nombrada maestra en las escuelas de párvulos N° 2 y N°3 de San José, en donde laboró durante dos años, pues su deseo era el de perfeccionarse en su profesión y como en Costa Rica no existía esa posibilidad, en febrero de 1907 partió hacia Milán, Italia, en donde durante dos años logró la superación en cuanto a la educación de su voz. En Italia conoció al marqués Enrico Capella, con quien después de un noviazgo, con él contrae matrimonio en marzo de 1909, en ceremonia celebrada en Roma y poco después ambos contrayentes acordaron trasladarse a Costa Rica, en donde Zelmira continuó actuando en iglesias y en teatros, considerada ahora como la más famosa soprano del país. Al celebrarse el 15 de setiembre de 1909 la ceremonia denominada Juegos Florales, la gran soprano Zelmira Segreda, cantó la romanza del “Amigo Fritz”, cuya orquesta dirigió el maestro Julio Fonseca.41 Para artistas del nivel de Zelmira, en aquella época, la oportunidad de dedicarse exclusivamente al canto, no era una profesión rentable, por lo que sin abandonarla, regresó al magisterio nacional, y en 1911 fue nombrada maestra de música en la Escuela Superior de Niñas de San José, siempre atendiendo las solicitudes que le llegaran, de cualquier aspirante, para la prestación de sus servicios. En asocio de la Licda. Ángela Acuña Braun y del maestro César A. Nieto, auspició dos recitales en el Teatro Nacional y uno en el Teatro Variedades, en 1914, en ocasiones en que se rendía un homenaje al poeta colombiano Francisco Restrepo Gómez. El 15 de setiembre de 1915, de nuevo actuó en el Teatro Nacional, al celebrarse un concurso de belleza, en esta oportunidad cantó una romanza.42 En 1917 algunos intelectuales organizaron un concierto lírico literario en honor al poeta Leopoldo de la Rosa, en el Teatro Nacional. El discurso de presentación lo hizo don Roberto Brenes Mesén, Ministro 41

Borges Pérez, Fernando. Historia del Teatro en Costa Rica, 1942, Pág. 46.

42

Borges Pérez, Fernando. Op. Cit. Pág. 49

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de Educación Pública, y allí estuvo también presente la diva Zelmira Segreda, Junto a Ángela Chacón y ante el poeta Rogelio Sotela. El 23 de octubre de 1917, en horas de la madrugada fue destruido en gran parte el Cuartel Principal, situado al norte de la ciudad de San José, a consecuencia de una muy fuerte explosión. La explosión fue tan grave que cuerpos mutilados, o bien parte de ellos, volaron por los aires.43 En auxilio de los damnificados se celebró en el Teatro Nacional una velada de beneficencia en la que se puso en escena la obra Flor del Alma, que representaron Ángela Alvarado, Gonzalo Fernández y Zelmira Segreda, entre otros artistas. En cuanto a la vida personal, se decía que Zelmira fue humilde y caritativa al extremo, que en la calle la detenían para saludarla todos, desde el aristocrático hasta el último pobre. En 1922 Zelmira era integrante de la Junta Directiva de la Cruz Roja de San José, integró el Comité de Costura que usarían las tropas que irían al frente durante el conflicto limítrofe que Costa Rica sostuvo con Panamá.44 Zelmira, denominada La Alondra Costarricense, falleció el 19 de julio de 1923. En sus funerales participó la banda militar de San José, que ejecutó, entre otras marchas fúnebres El duelo de la Patria. De ella escribió Fernando Borges: “Ha muerto ya Zelmira. El ruiseñor de su garganta y el pájaro azul de su cerebro se ha fugado… Ariadna divina para los peregrinos del arte, su existencia encantadora y fecunda será en el futuro, el hilo luminoso que los guie.”45 El salón de actos de la Escuela Juan Rafael Mora Porras de San José fue bautizado con el nombre de Zelmira Segreda y el orfeón que en Heredia fundó el maestro Juan Rafael Alfaro, también fue denominado con el prestigioso nombre de la diva herediana.

43

Obregón Loría, Rafael. Hechos militares y políticos, 1981. Pág. 24.

44

La Cruz Roja en tiempos de guerra. Archivo Personal.

45

Borges Pérez, Fernando. Op. Cit. Pág. 57.

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Elizabeth Sequeira Vargas Nació en Heredia el 28 de marzo de 1921. Hija de Rafael Sequeira Cervantes y Teresa Vargas Sáenz. Doña Betty, Realizó sus estudios primarios en la Escuela Braulio Morales, durante los años 1927 y 1932. Los estudios secundarios los efectuó en la Escuela Normal de Costa Rica de 1933 a 1937, donde obtuvo el Bachillerato en Ciencias y Letras. En 1939, obtuvo el título de Profesora de enseñanza Primaria en la Escuela Normal. Luego trabaja hasta 1944 en las escuelas Juan Rafael Mora, Julia Lang y San Francisco de Heredia. Doña Betty siempre disfrutó impartiendo lecciones en la Escuela Primaria pero, como gustaba mucho de las Matemáticas, ella continuó estudiando esta disciplina en forma autodidacta, con la guía del profesor Juan Félix Martínez Mora, con quien contrajo matrimonio. Se inició como profesora de matemática en la Escuela Normal en 1944 y luego continuó su carrera profesional en el Liceo de Heredia, en donde trabajó hasta su jubilación, en diciembre de 1973. Enriqueció su preparación con la participación en los cursos de Actualización Profesional que impartía la Escuela de Matemática de la Universidad de Costa Rica.

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

En su labor como profesora de Matemática en el Liceo de Heredia, se destacó en la creación y funcionamiento de la institución Omar Dengo, cuyo objetivo era brindar ayuda a los estudiantes de escasos recursos económicos y de la cual, siempre fue la Tesorera. Coordinaba la alimentación diaria de muchos estudiantes, la compra de uniformes, zapatos, implementos escolares, etc. También buscaba la ayuda de médicos y dentistas, para la atención de los alumnos que lo requerían. Simultáneamente a su trabajo como profesora de matemática en el Liceo de Heredia, trabajó en la Escuela Normal como Profesora de Metodología de la Matemática y como Profesora de Matemática, en la formación de Profesoras de Educación para el Hogar. Fue miembro de la Junta Administrativa del Liceo de Heredia y del Liceo Nocturno Alfredo González Flores, durante 22 años, de 1932 a 2004. Ocupó la Vicepresidencia y Presidencia de la Junta, donde participó de lleno en la restauración de la Sala Magna. Fue miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Desarrollo Comunal de Heredia Centro, durante 11 años, de 1991 a 2002, en donde participó en la reconstrucción del Parque Flores. Pertenece al grupo fundador de la Fundación Educación contra la Pobreza, FUNEDPO, donde continúa colaborando. Desde su fundación en 1973, ha colaborado en la Parroquia de Nuestra Señora de Los Ángeles, en diferentes grupos de apoyo. Durante muchos años impartió cursos de Bautismo, de Confirmación, de Primera Comunión, Pre matrimoniales y también por 27 años sirvió como Ministra Extraordinaria de la Comunión. Doña Betty ha recibido muchas muestras de cariño por parte de sus exalumnos y amigos. Son varias las Generaciones de la Escuela Normal y del Liceo de Heredia que llevan su nombre. Así mismo, ha recibido reconocimientos de diferentes instituciones. Entre ellos: Honor al Mérito, de parte de la Asamblea Legislativa, la Presidencia de La República y el Ministerio de Educación, por sus valiosos y nobles

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

servicios prestados a La Patria y en forma especial a la educación costarricense. /Noviembre 2001. Reconocimiento por su aporte a la Educación en la Ciudad de Heredia, de parte del Club de Leones de Heredia, en los 50 años de su fundación. /Junio 2004. Dedicatoria de la Semana Cívica, en agradecimiento por el trabajo realizado al servicio de la comunidad y a la educación costarricense, de parte de la Comisión Cívica de Heredia 2009. Hoy a sus 95 años participa de las actividades que se realizan en la Ciudad de Heredia, sobre todo en actos cívicos o alusivos al equipo de sus amores: el Club Sport Herediano y al otro de sus amores, el Liceo de Heredia.46

46

Semblanza. Martínez Sequeira, Elizabeth.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Evangelina Solís Salvatierra Nació en Heredia, el 17 de mayo de 1886. Realizó la enseñanza primaria en Heredia y la secundaria en el Colegio Superior de Señoritas, donde en 1904 obtuvo el título de maestra normalista. Trabajó en las escuelas Superior de Varones, llamada luego República Argentina y en la Braulio Morales, ambas en Heredia y en la República de Perú, en San José y al fundarse, en marzo de 1916, la escuela mixta de párvulos, que luego fue llamada Nicolás Ulloa, Evangelina fue nombrada su Directora, en la que trabajó hasta 1938, año en que se clausuró dicha escuela, para trasladarse a la escuela Cleto González Víquez inaugurada en 1939, y en donde solo permaneció dos años, para acogerse a la pensión. Maestra de reconocida sensibilidad social “pero muy estricta, le teníamos un tremendo respeto”, cuenta quien fuera su alumno el ingeniero Oscar Benavides.47 Desde que inició su labor estableció el plato de avena, que día a día se suministraba a los niños pobres y que en 1918 lo convirtió en Comedor Escolar, cuando logró que algunos carniceros le obsequiaran la carne, y los padres pudientes le donaran 47

La Nación, 4 agosto de 1995. Suplemento publicitario especial.

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

dinero para comprar verduras y especies y de este modo proporcionar a los niños pobres, el plato de sopa. En el salón de actos de su escuela, en julio de 1918, organizó un baile para recaudar fondos, destinados a la compra de útiles, para dar a los niños que por su cuenta, sus padres no podían comprar. Pero su labor no siempre estuvo dentro de las paredes de su escuela, pues en 1920 se desempeñaba como tesorera de la Cruz Roja Herediana, que tenía como objetivo principal, procurar por medio de la limpieza, un pueblo sano. En unión de varias colegas comunicó a la municipalidad que: “Los que abajo firmamos nos comprometemos solemnemente a aceptar, de manera incondicional, todo lo que por buscar el bien y dar vida a nuestra asociación, tengamos que hacer, y desde luego, nos constituimos en miembros de la Cruz Roja de Heredia.”48 En junio de 1921, en unión de las maestras Athala Hernández y Anatolia Chaverri, con el propósito de allegar fondos para su escuela, alquilaron un proyector para exhibir películas, solicitando a la municipalidad los altos del mercado y la energía eléctrica para los días sábados. En octubre de 1921, Evangelina solicitó permiso a la municipalidad para colocar sillas en la Plaza Flores, en la ocasión de que se celebraría un trascendental partido de fútbol entre los equipos Club Sport Herediano y Club Sport La Libertad, y de este modo cobrar alguna cuota por el uso de cada asiento.49 En este memorable acontecimiento, se trataba del encuentro final para decidir al equipo Campeón Nacional, el cual se llevaría a cabo el domingo 30 de octubre de 1921 y como todos sabemos, el Herediano fue declarado Primer Campeón Nacional. Para este partido se esperaba una asistencia de cerca de tres mil personas, y Evangelina, ni lerda ni perezosa, habilidosamente dispuso aprovechar la ocasión. Esta diligente educadora fue presidenta de la Junta Directora de la filial 48

Actas Municipales de Heredia, 3 de abril de 1920

49

Op. Cit, 24 de octubre de 1921

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

herediana del Patronato Nacional de la Infancia y Tesorera del Centro de Instrucción y Recreación del Personal Docente, inaugurado el 7 de junio de 1913, con la asistencia del Ministro de Educación Roberto Brenes Mesén, quien dio una conferencia sobre la ópera Poeta y Aldeano del maestro Franz Von Suppé, mientras Benigna González Solera ejecutaba su música al piano.50 Evangelina fue la autora de la iniciativa para que el Congreso Nacional decretara un día del año, como Día de la Madre, a celebrarse en todo el país. En unión de su personal Docente, integrado por Carmen Martínez C., Otilia Rodríguez S., Hilda Bolaños M., Julia Ulloa Flores, Juan Rafael Alfaro, Wenceslao Arguello, entre otros, envió en julio de 1932 la solicitud “para que el Día de La Madre se celebre en toda la República”51, solicitud que fue aprobada unánimemente, haciéndose efectiva a partir del 15 de agosto de 1932. Evangelina fue objeto de varios reconocimientos, al cumplirse el 25 aniversario de la declaratoria del Día de La Madre, la filial herediana de la Asociación de Educadores de Heredia le tributó un homenaje, ocasión en que su colega Raquel Sáenz Zumbado de Arce le dedicó un poema, parte del cual es el siguiente:

Su misión de maestra fue de ternura, supo educar con maternal cariño; dio de su corazón y de su alma pura, la simiente de luz a cada niño.52

La Municipalidad de Heredia la declaró Hija Predilecta, colocó su retrato en la Sala de Sesiones y una placa en la casa que habitó. Evangelina falleció el 17 de noviembre de 1974.

50 51 52

El Noticiero, 10 junio de 1913. Lépiz S., María de los Ángeles. Memorias del Día de La Madre. (Archivo personal) Ídem.

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María Joaquina Trejos González Nació en Heredia, bautizada el 19 de junio de 1873. Hija de Saturnino Trejos Gutiérrez y Josefa González Trejos. Fue maestra y escritora. Ilustrada profundamente, leída en materias pedagógicas y conocedora de la filosofía cristiana, escribió a veces sobre motivos de hogar y de fe, en los periódicos “La Mujer Cristiana” y en “El Eco Católico”. Como maestra fue siempre abnegada y diligente. Leía perpetuamente, sobre todo las vidas de los mártires de la iglesia y escribía su elogio en forma anónima, o en esa forma mansa y humildísima de los cuadernillos para novenas, que van llevando a las almas, frases de consolación y de esperanza. Fue una inteligencia clara, puesta por entero al servicio de Dios y de la escuela, al servicio de las mujeres piadosas y de los menesterosos por el lado divino y a sus niños por el lado humano.53 En 1911 publicó sus ensayos personales para la enseñanza de los rudimentos de la lectura, reuniéndolas en un silabario, que fue recibido con simpatía por las autoridades escolares y que ha ayudado bastante a nuestra cultura docente. Manifiesta María Joaquina que la idea la tomó del Silabario Intuitivo de don Esteban Paluzie, pero sustituyendo por otras más adecuadas, algunas de las comparaciones que trae aquel autor, y que para cada lección ha procurado elegir, en cuanto sea posible, las palabras más familiares a los niños y agrega que ha seguido en lo general el método que desarrolló Napoleón Quesada en su silabario, pero procurando 53

Dobles Segreda, Luis. La Provincia de Heredia, Pág. 563.

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introducir las mejoras que su experiencia personal y las observaciones de otros compañeros, le han sugerido, y una de ellas consiste en la presentación de semblanzas que faciliten a los niños el conocimiento de las letras: el cisne para la a minúscula, un puente para la m y la n, un calabazo para la g, etc. Su silabario fue una importante contribución pedagógica, de la que hacían uso todos los maestros y desde 1911, fue objeto de varias ediciones, las que se vendían en algunas librerías. En febrero de 1916 un periódico anunciaba: “El Silabario de la Señorita María Joaquina Trejos González se vende a ¢2,90 la docena y a ¢23,00 el ciento. Como los pedidos aumentan, esperamos que nuestros favorecedores no omitan diligencia, a fin de enviarles con la mayor rapidez, los ejemplares que necesitan.”54 Esta altruista maestra ejerció su caridad como miembro de la Sociedad San Vicente de Paúl, del Ropero de San Antonio, de la Gota de Leche y en otras muchas instituciones de beneficencia, donde ha quedado escrita su huella sobre la vida.55 Por los servicios prestados a la Patria, el Congreso le otorgó una pensión en mayo de 1920, la cual, en octubre de 1949, fue aumentada a ¢150 por mes. Su padre, desempeñando el cargo de Gobernador de Heredia, es el fundador de la primera biblioteca pública de Heredia, la cual inauguró en 1890 con 628 libros.

54

La información, 11 febrero de 1910

55

Dobles Segreda Luis. Op. Cit. Pág. 562.

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MUNICIPALIDAD DE HEREDIA

Regina Umaña Orozco Bautizada en Heredia el 10 de octubre de 1834. Quizá aprendió a leer con su padre Juan Umaña, miembro de la Tertulia Patriótica que en Heredia se había fundado en 1832, la cual siempre manifestaba preocupación por la marcha de la escuela de niños.56 Pero Juan Umaña no quería que su hija permaneciera con tan reducidos conocimientos y como en Heredia era imposible superarlos, decidió enviarla a San José a completar su instrucción, en el Liceo de Niñas que había fundado en Dr. José María Castro Madriz. Este liceo ofrecía dos becas para Heredia, pero solamente Regina se matriculó, “con el compromiso de que, una vez terminados los estudios, las jóvenes contraen la obligación de servir durante cinco años en la escuela y con la dotación que se señale.”57 El liceo inició labores el 1 de marzo de 1849, bajo la dirección de María Agueda Peralta de Rivero, quien en 1852 renunció, sucediéndola en su puesto Ceferino Rivero, ambos notables educadores españoles. El objetivo fundamental de esta institución era el de preparar las primeras maestras, para que luego se trasladaran a prestar los servicios 56

Actas Municipales de Heredia, 28 junio 1834

57

González Flores, Luis Felipe. Historia del Desarrollo de la Instrucción Pública en Costa Rica. 1961, pág. 232

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a varios lugares del país, con un sueldo de 20 pesos por mes. El 21 de abril de 1852, después de 4 años de estudio, Ceferino Rivero informó al Ministro de Instrucción Pública que: “La señorita Regina Umaña está en estado de ir a enseñar a su provincia lectura, escritura, contabilidad, bordado, principios de gramática castellana y dibujo.”58 Al regresar Regina a Heredia, la municipalidad le encargó la dirección de la primera escuela para niñas, oficial, que tuvo la ciudad, y esta educadora se convierte en la primera maestra normalista herediana, quien a principios de marzo de 1853, se dedicó a la educación de las niñas. Cuando concluye el segundo curso, en 1854, sus alumnas fueron sometidas a examen en un llamativo acto público, el cual al concluir: “el Gobernador, el Juez de Primera Instancia, como individuos de la Junta de Educación Pública de la provincia, pronunciaron, cada uno un panegírico análogo a las circunstancias y en que se felicitó a la Directora Señorita Doña Regina Umaña, por el estado floreciente en que se encontraba el liceo, debido a sus talentos y a su asiduo trabajo.”59 El mismo día, pero por la noche, para complementar tan importante ceremonia, hubo un baile, en el que se oyeron vivas a favor de la directora y en el que se disfrutó de una agradable música, ejecutada por el joven músico Manuel María Gutiérrez, quien ya había compuesto la música del Himno Nacional. A partir de aquel significativo acontecimiento, una amistad surgió entre el músico y la maestra, amistad convertida en noviazgo, afecto que los llevó a contraer matrimonio, el 24 de octubre de 1856, Manuel María de 27 y ella de 22 años. Por razón de ser becada, Regina debía permanecer en la dirección de la escuela por un período no menor a cinco años, requisito que cumplió y pudo haber permanecido por un mayor tiempo, pero por motivos de la ocupación de Manuel María, quien desempeñaba el cargo de Director 58

Archivo Nacional de Costa Rica. Educación, N° 1090.

59

Meléndez Chaverri, Carlos. Manuel María Gutiérrez, 1979, Pág. 93.

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de la Música Marcial de Costa Rica, cuyo lugar de trabajo era San José, ambos se vieron obligados a residir en la Capital y el músico, con mejores condiciones económicas, no consintió en que su esposa continuara en el Magisterio, para que se dedicara al cuido del hogar y a atender la educación de sus seis hijos, como aún era la costumbre en la sociedad costarricense. Manuel María, por razones de su trabajo, de vez en cuando debía salir del país, en ocasiones por largo tiempo, a Europa en 1864, a Jamaica y Nueva York en 1872, de nuevo a Europa en 1882 y Regina debía permanecer sola, al cuido de sus hijos, pero el amor entre ellos nunca se apagó, y son fiel testimonio las cartas que ella le enviaba cuando él se encontraba en Europa. En una comunicación le escribe ella: “Reciba un millón de abrazos de sus hijitas e hijos y el verdadero cariño de su vieja.”60 Y en otra misiva le recomienda: “Una súplica de esposa y es que le rece una Avemaría al Corazón de María, todas las mañanas para que ella lo defienda de todos los peligros.”61 Regina falleció en San José, en 1897, y fue sepultada en la misma bóveda donde en 1887 se había sepultado a su esposo, pero ahora, los restos de ambos no permanecen en el cementerio de San José, porque la Municipalidad de Heredia acordó exhumarlos y trasladarlos al cementerio herediano, en una ceremonia religiosa celebrada el 12 de octubre de 1959, con la asistencia de escolares, alto clero, autoridades civiles, militares y judiciales locales y representantes de los Supremos Poderes.

60

Meléndez Chaverri, Carlos. Op.cit. Pág. 142.

61

ÍDEM.

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GALERIA

DE

LA

MUJER

HEREDIANA

Francisca Valerio Badilla Nació Francisca en San Rafael, el 23de agosto de 1882. Hija de Santiago Valerio y de Guadalupe Badilla. Inició sus estudios primarios en la escuela de su pueblo natal, pero como su padre era un acaudalado cafetalero, pronto la envió al Colegio Superior de Señoritas en donde en 1900 obtuvo el título de Conclusión de Estudios, tanto primarios como secundarios. Con esta instrucción aparece integrada al Magisterio Nacional, trabajando en la escuela de San Rafael, pero a la vez asistiendo al Colegio Superior de Señoritas, en donde en 1910 adquiere el título de maestra normal. En 1920 fue ascendida al puesto de directora de dicha escuela, en donde se mantuvo hasta 1928, en que se acogió a la pensión. Con el propósito de recaudar fondos para establecer en su escuela un comedor escolar, organizó un turno, en el que su hermana Celina, también maestra y su prima Francisca Badilla tuvieron una labor extraordinaria, lo que permitió la inauguración del comedor, el miércoles 19 de julio de 1916, y de ahí en adelante 30 niños tuvieron garantizados un plato de sopa y un trozo de pan.62 Junto a su Personal Docente, Francisca editó en 1921 un texto que 62

El Arca, julio 1916.

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

denominó Miscelánea Costarricense, que es una valiosa selección de lecturas adecuadas a todos los grados de la escuela primaria, y en cuya presentación, en su segunda edición de 1924, indica: “Fue arreglada con el único fin de llevar un grano de arena a la interminable obra de la enseñanza nacional.”63 Acatando una sugerencia del Ministro de Educación Miguel Obregón Lizano, en unanimidad con la Junta de Educación, el Patronato Escolar, el Personal Docente y la venia de los padres de familia, en reunión solemne procedió a bautizar la escuela con el nombre de Presbítero Pedro María Badilla Bolaños, el 14 de setiembre de 1921. Este sacerdote, pariente cercano de Francisca, fue benefactor de la enseñanza en San Rafael, donó el terreno y construyó la primera escuela que tuvo el lugar, en 1876. Como directora de la escuela, Francisca logró incorporar a su personal un maestro de música, uno de religión y otro de trabajos manuales. En 1928 dejó la dirección de la escuela, pero no del todo, pues se mantuvo en el Patronato Escolar, también presidió la directiva de las Damas Vicentinas y la del Comité Auxiliar del Patronato Nacional de la Infancia, pero también le alcanzó el tiempo para realizar frecuentes viajes a California, Estados Unidos, en donde vivían varios de sus parientes, y en algunas ocasiones viajó a Europa. Apasionada lectora, se mantenía al día con el conocimiento de los sucesos ocurridos no solo en el país sino en el panorama mundial, lo que le permitió adquirir una refinada educación y una vasta cultura, pero su principal atributo fue su sencillez y su humildad pues a veces se le veía en cualquier pulpería, comprando sus artículos para el hogar, y en el camino, a quien se topara, se adelantaba a dar el saludo cariñoso, sin importar la condición social de quien se tratare, pero si era algún indigente, lo llevaba a su casa para que compartiera con ella los alimentos. Francisca falleció el 6 de agosto de 1962, y su hacienda de siete manzanas de extensión, dispuso en su testamento, legarla al Estado 63

Archivo personal

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MUJERES HEREDIANAS QUE ESCRIBIERON HISTORIA

Costarricense para la fundación de un asilo para la vejez para los pobres de Heredia y que tendrá una sección especial para profesionales de toda Costa Rica. Ese Asilo estará súper vigilado por la Directiva de la Sociedad de Jubilados y Pensionados del Magisterio Nacional.64 Un juicio ordinario seguido contra el Estado por tres sobrinas de Francisca, quienes pretendían luchar por la posesión de esta propiedad, impidió que el deseo de Francisca se llevara a cabo, pero, al final, este litigio fue solucionado mediante un decreto de la Asamblea Legislativa que consistió en el traspaso del inmueble a propiedad de la Municipalidad de San Rafael. La utilización de esta propiedad ha sido sorprendente, en ella se han levantado los siguientes edificios: Asociación de Guías y Scouts (Unidad 92); Asociación de Desarrollo Integral; Biblioteca Pública; Caja del Pensionado de ADEP; Campo Ferial (Feria del Agricultor); Clínica de la Caja Costarricense de Seguro Social; Canchas Deportivas; Centro de Atención Integral al Anciano; Centro de Acopio; Centro de investigación y Docencia del INA; Cen Cinai; Cruz Roja; Delegación Policial; Estadio de Fútbol (Adrúbal “Yuba” Paniagua); Jardín de Niños. Todo el conjunto corpóreo fue bautizado Centro Cívico Francisca Valerio Badilla.

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Escritura N°32 del Tomo 64, Fol. 20 v, 21, del Lic. Bernardo Benavides Zumbado.

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Bibliografía — Araya R. José Rafael. Vida musical en Costa Rica. Imprenta Nacional, 1957. — Borges Pérez Fernando. Historia del teatro en Costa Rica.

Imprenta Española, 1942.

— Dobles Segreda Luis. La Provincia de Heredia. Asociación ALA, 1935. — Ferreto Adela. Crónicas de un tiempo. Editorial Costa Rica, 1978. — Fonseca Marco Tulio. Muy Cerca de mi Tierra. EUNA, 1978. — Gamboa Emma. Omar Dengo. MCJD, Departamento de publicaciones, 1971. — González Flores Luis Felipe. Historia del desarrollo de la instrucción pública

en Costa Rica, Tomo II. Editorial Antonio Lehmann, 1961.

— Lépiz María de los Ángeles. Memorias del día de la madre. Archivo personal. — Meléndez Chaverri Carlos. Manuel María Gutiérrez.

Dirección de Publicaciones,MCJD, 1979.

— Obregón Loría Rafael. Hechos militares y políticos. Imprenta Nacional, 1981. — Rodríguez Chaverri Camilo. Heroísmo y vocación en la vida de los médicos.

Editorial Maya & P.Z., 2016.

— Solera Rodríguez Guillermo. Antología de escritores y artistas heredianos.

Imprenta Nacional, 1968.

— Zeledón Cartín Elías. Instituto de Estudios de la mujer, 1997.

Periódicos — Boletín de la Asociación Costarricense de Bibliotecas. — El Heraldo de Costa Rica, 2 noviembre 1895. — El Noticiero, 10 junio de 1913. — La Información, 11 febrero 1916, 4 diciembre 1917. — La Nación, 13 setiembre 1969, 1 febrero 1972, 4 agosto 1995, 2 marzo 2015.

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— La Prensa Libre, 26 julio 1895. — Primera Plana, del 15 al 31 de marzo 1990

Actas municipales de Heredia

— 28 junio 1834; 27 agosto 1834; 31 julio 1835; 3 abril 1920;

24 octubre 1921: 8 enero 1957; 21 enero 2011; 14 abril 2011.

Otros — Archivo Nacional de Costa Rica. Congreso, 15,247 — Archivo Juzgado Civil de Heredia, 3399, Remesa 1403, N°307.

Alcaldía Primera de Heredia.

— La Escuela Normal en sus bodas de plata. Folleto 1, 1940. — La Cruz Roja en tiempos de guerra. Archivo personal. — Registro Nacional, Partido de Heredia.

Tomos 531 Fol.354 - 959 Fol.488, 1088 Fol.454.

— Colección de leyes, decretos... 1935

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Mujeres heredianas que escribieron historia Hemos reservado estas páginas para que usted anote los nombres de las mujeres que considere tienen los méritos necesarios para, a futuro, ingresen a la Galería.

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