“No hay oscuridad en el Mundo más negra que la Ignorancia de un pueblo” ----Shakespeare---
El Liceo de Heredia 1909 La fotografía que antecede a este comentario se remonta a finales de 1909, dándonos la imagen, sencilla y peculiar de una ciudad pequeña y de un colegio humilde y chiquito pero férreamente decidido a surgir, porque la más noble y provechosa inversión que gobierno alguno pueda realizar es a favor de la educación de su pueblo. El Liceo de Heredia que a lo largo de sus 106 años (1904) a consagrado bajo su maternal protección a esa inquieta pero pujante juventud herediana mostrándoles desinteresadamente las verdaderas sendas del saber, de la paz, la justicia y la libertad en el fangoso devenir de la vida. A todos aquellos heredianos que en sus años del colegio corrieron felices por sus añosos pasillos inundados de gratos recuerdos y que en sus amplias aulas atentos iluminaron su destino; a los muchos que en sus claros ojos, el brillo de un reflejo de amor broto y a los que la tentación fogosa de deslizarse por el pasamanos de madera de la escala principal muchos minutos de airados consejos y forzados reproches el director les brindo. Sería injusto borrar su recuerdo, porque para los heredianos ha sido como una madre amorosa que los ha visto crecer; sus paredes, sus pisos, sus aulas y salones, aquellas hermosas escalas y su majestuosa Sala Magna. ¿Cuántas cosas podrían decir? Tal vez hablarían de los roncos murmullos de una Gabriela Mistral o de los altos tonos de un Víctor Raúl Haya de la Torre y porque no del narrar pausado de un Jacinto Benavente que alguna vez sus voces al alumnado dejaron sentir. Aquel hombre de sencilla figura que al morir comenzó a vivir en el corazón de toda una generación, ese hombre llamado Omar Dengo del que todos hemos querido recordar.
Me atrevo a afirmar que los señores Brenes Mesén y Orozco Casorla fueron los primeros defensores de los derechos de la mujer en Costa Rica y también que el Liceo de Heredia es el decano de los colegios mixtos del país. El Liceo de Heredia ha sido para la ciudad de Heredia como su más fino prendedor de domingo, ha sido un centro cultural por excelencia; es por lo tanto que los heredianos no debemos seguir considerándolo como la “Cenicienta” de los edificios públicos de Heredia. Debemos de poner un alto a ese irracional esquema de incultura y drogadicción que gentes de mala fe han querido endosarle, lo denigran y maldicen por ser un titán que no ha querido caer. Vamos colegios hermanos de la ciudad de Heredia, ustedes son sus hijos también, ayuden a restaurarlo y no a fomentar su odio que gran daño hace también. Es un hecho conocido por toda la humanidad el de los Derechos de la Mujer, movimiento justo y necesario para todos y es hasta ahí donde llegan las profundas raíces de ese viejo Liceo de Heredia; fue allá por el año 1907 que de mutuo acuerdo entre su director Don Roberto Brenes Mesén y el profesor don José María Orozco y Casorla dieron por finalizados una gran gama de prejuicios arcaicos en una población casi campesina. Ellos con su gran ingenio y decisión instauraron con una mirada futurista, firme y constante la Coeducación o enseñanza mixta por primera vez en Costa Rica, esto trajo consigo la gran oportunidad de que muchas mujeres pudiesen estudiar en las mismas condiciones y aptitudes que los hombres dando paso inmediato al normal profesionalismo de la mujer en carreras tradicionalmente exclusivas para los hombres. Me atrevo a afirmar que los señores Brenes Mesén y Orozco Casorla fueron los primeros defensores de los derechos de la mujer en Costa Rica y también que el Liceo de Heredia es el decano de los colegios mixtos del país. En la fotografía podemos observar muchachos y muchachas de aquel entonces compartiendo en un ambiente de gran respeto un sueño común de idealismo y comprensión. El edificio que observamos en la fotografía es el ala oeste del actual, el relieve de la entrada ya no existe. Esta ala oeste fue construida a finales de 1908 y principios de 1909 con ladrillos de barro cocido por lo que sus paredes se muestran siempre muy anchas y conservadas, el ala este o nueva fue construida en 1914 siguiendo el plano original de 1908, asimismo la parte norte y la Sala Magna fueron concluidas en 1916. Estas nuevas secciones fueron edificadas sobre el terreno que durante mucho tiempo fue una antigua y solariega casona que perteneciera al eminente médico don Juan J. Flores, donde tuviera su hogar y
consultorio médico y farmacéutico. Dicho terreno paso a partir de 1904 a ser la propiedad donde se instalaría el nuevo Liceo de Heredia, antes Colegio de San Agustín y que por un error adrede en la papelería escolar llevo a partir de esa fecha el de “Liceo de Heredia”. El ala este o nueva utiliza no en su semejante fisonomía exterior, si no en su estructura interior el sistema de chorreado en malla metálica (Bahareque Francés), lo que hace que las paredes sean más delgadas pero también más fácilmente deteriorables. ¡Heredianos! No dejemos en el olvido ese hermoso edificio ni a la magnífica institución que el alberga, cooperemos con la comisión que hoy con gran esfuerzo restaura la Sala Magna devolviéndole paso a paso y día a día su hermosa majestuosidad de antaño (Hoy hermosamente restaurada). Profesores, administradores y alumnos del Liceo de Heredia recuerden siempre que sus plantas pisan no solo ladrillos de mosaico o simples pisos de madera, sus plantas pisan lo más sagrado de todo pueblo: ¡Su historia! Estudiantes, lleven consigo esa distinguida y hermosa insignia azul con sutil orgullo, honrándola y sintiendo por siempre ese palpitar intenso en sus corazones al decir: ¡Sí! Soy del Liceo de Heredia. Sirva el presente comentario para rendir un humilde y merecido homenaje a ese nuestro viejo Liceo de Heredia, a todos sus alumnos, profesores, personal administrativo y a los valientes porteros que como héroes anónimos a diario dan su gran esfuerzo por mantenerlo limpio y en orden para el uso agradable de todos los que lo ocupan de día y de noche. Pero sobre todo a aquellos que al pasar cerca de sus perfiles blancos aún sienten palpitar emocionados el hermoso recuerdo de sus inolvidables años dorados. Manrique Álvarez Rojas
12 de abril de 1991