TRES POEMAS DEL LIBRO ARQUITECTURA DEL ESPANTO, DE DOMINGO DE RAMOS*
EN LA FRESCA TARDE DE MAYO
En la fresca tarde de mayo blanca y calurosa en la escena de ayer donde filmamos un trozo de lo que hoy vivimos habíamos hablado tanto recorriendo en la memoria los sitios angustiantes de nuestra niñez “Aquel barrio oscuro de las fábricas de donde salen rostros ahumados rumbo a las casas destartaladas por el viento llenas de aliento de sueños palpitando sobre catres que rechinan de tanta soledad y tu asma azul y tu asma azul...” (El ruido de motores apagados / voces por la acera el entrechocar de botellas / noche embriagada y el murmullo de la gente) “Y cómo acordarme de ti tenías la apariencia de un perro salvaje y nosotros que nos burlábamos de tu cara de lo huraño que eras mordiendo a los que te perseguían a palos y cansado te refugiabas en nuestra covacha llena de pulgas y allí mismo yo traje unos panes de ayer junto con Saúl, tanto tiempo en pocas horas como si fuera hoy el invierno en que nuestros padres tuvieron que acampar a dos leguas de las estrellas cerca al mar mientras nos desalojaban de nuestras prendas para ir desnudos al río donde todo se detenía como el charco plúmbeo que nos cobija de los rayos del sol...” (El viento húmedo levantando polvo / el café humeado sorbido por labios temblorosos / los pasos irreconocibles desde la otra orilla calles húmedas y el murmullo de la gente) Se había hecho tarde y no pude detenerme para avanzar Caminando / perdido / quieto como una roca me deslicé calle abajo y vi un letrero que dice bar subí y pedí ron para la sed y humedecí mis recuerdos cuando me encuentro conversando contigo frío hinchado de vaho con un bloque de hielo entre las manos “Sí, fue en verano apenas llegué y pesqué una terrible insolación porque anduvimos muchos días por estos desiertos donde Dios jamás alcanzó a mirar...” Recuerdo las noches en que nos escapábamos al cerro más alto allí hacíamos fogatas y devolvíamos a las pálidas casas esas llamas que desgarraban / La noche casi nos devora con todo nuestros deseos y maldiciones y rodamos y nos apretujamos como una bola de nieve hasta alcanzar la edad para
tener una mujer y borrarnos los barritos de la cara. Me acuerdo yo tuve que abandonar la casa la escuela y la hembrita con quien soñé masturbándome hasta altas horas de la noche y que tú hacías tu mujer en mi ausencia desde entonces toda la mancha me trataba con indiferencia y me odiaban porque era un cholo y un anciano que ya no servía para nada y huí / huí a dos cuadras para caer a cántaros bajo una madeja de niebla y ciego irrumpí de un puntapié en mi cuarto y escribí lustros atrás “esto sucedió frente al mar y ninguna botella me trajo noticias de mis padres” No estaba escribiendo ni pensando el tiempo cayó en mi garganta como una suave anestesia y todo se alejaba cada vez más cada vez más... (Noche embriagada con una canción de cantina / los rostros sudorosos los gestos nerviosos / la respiración asmática de un reloj de plástico La densa luz entrando como un arco hasta el pecho violado de la mesa y el murmullo de la gente) Se acabó la calurosa tarde y estoy solo / los trazos débiles de algunos rostros se esfuman y tú te vas con esa multitud como una bandada de pájaros asustados / ya nadie me espera en el siguiente paradero la avenida se angosta y veo una sombra tensa y la detuve gritándole volteó rotando como un planeta y se quedó paralizada absorbiendo mi llamado como si lo hubiera escuchado en otro tiempo y me preguntó ¿Quién eres tú? / su pasmada figura contuvo el aire (Oh maldito recuerdo ¡No me aceches! ¡aléjate concíbeme el olvido! hazme intemporal sin memoria y sin raíces! no merezco mi difunta muerte no la quiero dócil inválida y desarrapada rondándome por las esquinas ¡Lábrame un cráneo donde mire el blando cuerpo del suicidio para esta torva imagen que me han levantado los que quieren verme muerto entre los muertos!) (Gritos destemplados / los sentidos se opacan / los miembros fletados a las sillas / las cabezas giran intermitentemente torpes pasos ágiles / el piso enlodao de aserrín / noche embriagada / y la música que es una nube que baja y sube respirando como un pulmón enfermo / Su contenida mirada era una flecha ardiéndome en los párpados: ¿Quién eres tú? ¿Te conozco de algún sitio? (Los dientes brillando como el lomo de las moscas / la radiola rayando un disco lejano / los viejos desmuelados mirando el oscuro horizonte el mozo despeinado como un cerro bombardeado / más allá la niebla humedeciendo los parques y el estertor de las almas que huyen espantadas por el alba) No hubo palabras sólo un remezón en el vacío y un dolor incandescente en el suelo donde yace el pasado como un poste y una sórdida imagen se diluía a trancos por entre densas humaredas por entre carretillas y hervideros de yerbas. Me incorporé como la tarde se extiende antes del ocaso / dejé a un lado la noche tomé altura y me alejé (¿lo había visto? ¿era él? Porque esa maciza sombra me tumbó sobre tantas preguntas y me hace ver la luz de unos ojos que acaso hoy recuerde cuando miro a esta mujer que tomo desde la cintura y le acaricio los senos y la arrojo a un costado) ¡Sí! por eso huiste, ahora tus
palabras me suenan como el tableteo de un martillo. No, no la maté; para qué ensuciarme las manos me puse a ruletear mi vida apreté el gatillo y salió un sonido hueco y cambió todo, menos la ciudad que apesta como aquellos que dicen puras huevadas de lo que hice o no hice / Dime si con todo esto puedo vivir en paz morir en paz no faltará algún cojudo que se acuerde de mí y entonces nada será mío ni mi fresca locura ni mi hermosa soledad mi detestable soledad mi malparida soledad... Y así anduve buscándolo perdiéndome (Ingrávido y pesado como un sueño irrealizable) y me marché hasta la última tarde en que violé la Impecable blancura de tu muerte. –
DECLARACIÓN DE AMOR ENTRE UN CIEGO Y UN SORDO
E.V.M.R
…“Y tu cabeza era como el follaje que se balancea en los campos de verano cuando la tibia brisa mueve sus tallos y tus labios eran una gota de agua en mi rostro y tu corazón iluminaba el día como una piedra ígnea sobre lomas estériles sobre pantanos donde me enlodé creyendo que aún me amabas pero salí apestado, violáceo, arrastrado por tu recuerdo, porque eres todos los días de una historia trunca analfabeta que no supo enseñarme eso que estremece el corazón y la cabeza como una vena cortada cuando el cuerpo termina como una gota de polvo / polvo imperfecto polvo enamorado Y me dijiste que yo era un ciego que no veía más allá de mis narices / que estaba más sordo que un sordo que escuchaba y no escuchaba que me gustabas y no me gustabas que tenías pecas y hablabas despacio que tu silencio era mi silencio Pudo haber sido cierto pero ya todo ardía y caían hojas de hielo sobre mi espalda y tu voz venía resonando como un gemido ahogado en sangre...” Y ahora que he alcanzado la estatura de los pájaros me acerco a ti y doy mis primeros pasos indecisos y me siento como un extranjero sin poder pronunciar tu nombre y la noche claro y la noche fría que me mira como un muerto y eso por eso que soplo como tierra recalentada ante la lluvia donde tu cuerpo es una acumulación de yerbas sobre la arena parda. No hablemos más quiero imaginarte música muda torrente roto que erosionas mis paredes hasta dejarlas ruinosas como huacas donde se erige un templo cristiano en una guerra a la que nunca asistí y de la cual salí perdiendo y aún continuaré perdiendo si termino contigo pero es imposible /
cada vez te veo más cerca llena de muerte y sonámbula de sueños me dijiste: “La muerte es la madre de la belleza por eso ella vendrá y cumplirá nuestros deseos” Y al día siguiente despierto de una pesadilla abrazando el catre y oliendo el humo de las velas derretidas II -Me siento mal no debo hacer estas cosas. No esta bien / me dices y miras al espejo empozada en una acequia que te echas para mejorarte el cutis y rejuvenecerte no sé cuántas décadas o segundos cuando tu silencio se prolonga más de lo debido y las palabras se quiebran por el frío en medio de los cables / en el camino de una llamada de las doce que usurpo yo ahora con voz temblorosa queriendo arrancar el fono masticando el lapicero y arrugando el papel donde escribí un poema de amor apresurado -No, no está bien lo que hacemos- me dices y miro tus ojos (“el álbum de familia”) y me pongo a dibujar tu rostro tras el teléfono cuando viene la policía y armo una pedrea y yo pensaba en ti en que algún día nos veríamos escribiendo en las paredes nuestros nombres De nuevo en la celda y nos arrojan agua y de pronto despierto y todo vuelve a la normalidad menos mi cuerpo que ya no es el mismo hasta tengo miedo de levantar el auricular y marcar el número perfecto-pero el corazón se equivoca como una computadora y oigo el roce de tus labios sobre mi oreja y puedo ver cuando te arrecuestas en el árbol y te envuelves como un huevo y se hace frágil tu coraza ante ese otro sol depresivo porque su soledad es cruel a pesar de que lo rodean millones de estrellas y galaxias que como yo tienen un brillo modesto III Aunque te vea y tú no me puedas ver aunque mis ojos se inflamen como llamas y tú los veas como profundos hoyos aunque de mí salga una brizna de soledad y tú la siegues como quien siega la vida de un perro o de un insecto que merodea las migajas de un banquete tú me pides que me calle / que no hable de esas cosas. Para entonces yo ya me habré marchado poseído por un resplandor como si fuera todas las explosiones juntas de una guerra / o me habré quedado como una estatua resquebrajado por la luz / mojado por la madrugada inútilmente borracho como aquel rostro helado de las doce deambulando en el asfalto mendigando unos tragos por la Mía Farrow cruzando una esquina azul y los cabros y las putas que se gritan los belfos de la noche babeando los postes los edificios de vidrios de donde salen hombres enigmáticos y mujeres maquilladas mientras escucho tu embriagada voz detrás del teléfono: La garúa / los quetes / tus tiernos labios hablándome de pétalos de arroz y de cosas imposibles la revolución imposible / los rostros maltratados por nuestra cirugía y nuestros hospitales la muerte imposible / vida previsible y mi sordera y mi ceguera tus breves respuestas esquivas / un quizás un tal vez y el azar oh el tiempo es el peor enemigo Sabes que cada invierno es el espacio que dejas para recordarte como siento la vellosidad del aire como dos rayos que se cruzan como la colisión de dos arco iris en la noche Sabes que tu presencia es como un dolor en el
pecho Sabes que quisiera ser tu amante en tus ratos libres y miserables cuando entres al baño y cuando sola te acuestes.
ESCRITO EN SOLEDAD
Porque nadie ha tomado en serio mi soledad de animal acorralado por el fuego mi obstinada permanencia en la vida alfarero de las horas / del tiempo que pasa irremediablemente sin pena y sin gloria en la esquina de mi barrio con mis amigos y enemigos con un sol y una luna persiguiéndome como una maldita joroba yo te digo que esta noche me siento alejado de los hombres diferente inexplicablemente y tengo tantas ganas de estar solo como un poste a medianoche caminando en el silencio de los arenales suaves como tapiz de grasa pensativo encerrado en mis propias imágenes susurrando una canción transpirando bajo las sombras de los edificios invertebrados que se arquean como un laberinto de luz Porque nadie ha traspasado esta piel que se escama con los años con la cual ando y dormito por el mundo ausente a los ojos de las bestias que postergan / que aniquilan la belleza del pan la belleza de la lepra horadando las quijadas mi propia belleza que es una habitación desconocida como aquellos que veo rostros partidos en una baraja de naipes en un juego en el cual todos arrojan más sombras sobre la luz sobre el silencio de un cuerpo que nunca muere no estalla no estorba el ritmo del universo ... Y EL ALMA ARAÑA me interroga sobre el dolor y la ausencia de estos cerros Porque estos pensamientos brotan torpes como cerdos enjaulados de deslizarse a una ilusión: Hombre tumbado por la soledad hombre errante / sin huella ante la historia ante la especie como las aguas que corroen las rocas en tierra ósea donde se esparcen donde desaparecen sin honduras / sin cimiento...
*Los tres poemas han sido tomados del blog DORADA APOKALIPSIS, del poeta DOMINGO DE RAMOS.