Maria de Rosario Avelleira de Villanustre

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Primera maestra de El Calafate: MarĂ­a Rosario Avelleira de Villanustre


Sumario ● ● ● ● ● ●

Introducción……………………………………...…03 Identidad……………………………………………03 Conectando textos…………………………………04 Ilustraciones contemporáneas…...………………. 05 Homenaje………………………………………….10 Escuela Nº9 y María Avelleira de Villanustre…....12


Presentándonos Antes de que avance con la lectura de este proyecto de escritura queremos presentarnos; somos Luisana Jerez, Luciana Quinteros y Abril Sánchez, alumnas de tercer año del colegio “Padre Manuel González” ubicado en la localidad de El Calafate, provincia de Santa Cruz. Dado que nuestra provincia cumple 60 años de vida institucional, el propósito de este ejemplar es recordar a una de las mujeres de nuestra historia: María Rosario Avelleira de Villanustre. Les agradecemos por acompañarnos en nuestro primer proyecto de escrituras que produjimos en la asignatura Lengua y Literatura. Esperamos que disfruten lo que sigue. Encontrará fotos, documentos, de cómo era su vida y su Identidad.

¿Qué es la identidad? Se trata de la construcción de un individuo que lo hacen ser quien es y lo que no. Por ejemplo: características, rasgos, información que singularizan o destacan a algo o alguien, ya sea, una persona, una sociedad, una organización, entre otros

El desarrollo de la identidad de una persona siempre implica un proceso complejo con cierta extensión en el tiempo. En la infancia podemos identificar el comienzo del mismo, porque la persona empieza a preguntarse quién es, qué es lo que quiere, aunque, será en la etapa de la adolescencia donde esa búsqueda se intensifica y empiezan a aparecer las primeras respuestas a las mencionadas preguntas. En la adolescencia hay un fuerte autodescubrimiento personal y es común que se rechacen las propuestas de los adultos, por ejemplo de los padres, y las sustituyen por aquellas que se ajustan a su manera de ser y a las creencias que vayan adoptando de pares o de modelos. Y la identidad se consolidará finalmente en la adultez, con la madurez que esta etapa de la vida nos propone.


Nuestras Mujeres. Hemos estado leyendo distintos textos, entre ellos el libro Ética para Amador de Fernando Savater. Y deseamos elegir de ese ejemplar el capítulo número tres “Haz lo que quieras”. De allí podemos precisar que la mayoría de las cosas las hacemos porque nos mandan, por costumbre o por capricho. Todo esto tiene que ver con la libertad, que significa poder decidir, pero también significa darse cuenta de lo que uno ha elegido y no dejarse llevar. Para elegir algo importante lo aconsejable es pensar detenidamente lo que vamos a hacer y no solo hacerlo porque “me lo ordenaron” o “porque todos lo hacen” o por simple capricho, sino informarse de la elección a fondo y razonar por uno mismo. Tenemos que saber elegir por nosotros mismos. Lo que expresamos se relaciona con la pionera María Rosario Avelleira de Villanustre, ya que ha vivido en una época difícil de nuestra región y en particular para ejercer la labor educativa. Debido a la situación del pueblo los pioneros decidieron continuar con la construcción pendiente desde noviembre, los trabajadores estaban en su libertad de elegir en querer seguir o no la construcción incompleta de dicha fecha nombrada, si bien ellos lo hacían ya que a la mayoría no les gustaba verse en esas circunstancias, también lo hacían porque querían progresar y poder ejercer una educación más correcta. Si bien no pudimos hallar tanta información de la mujer que aquí retratamos dado que no abundan los registros en este segmento hemos tratamos de asociarlo con este capítulo, ya que todos somos libres de elegir que queremos hacer.


Maria Rosario Avelleira de Villanustre, en una salida al cerro Calafate con un grupo de sus alumnos, el más chiquito en el costado y con boina es el querido "Negro" Amado, el cual falleció hace un tiempo; y la chica de gorrito blanco al lado de la Maestra, es la futura primera Maestra del pueblo: Violeta Villalba

De esta Escuela Nº9 salió la primera Maestra oficialmente recibida nativa de El Calafate: Violeta Villalba. El histórico edificio construido por los pioneros de la localidad para el funcionamiento de la primera Escuela, fue Declarado Monumento Histórico. La que está más adelante y de rodillas es Paz Pantin; sentada: Violeta Villalba; le siguen parada casi en


primer plano Aida Pantin y detrás de ella la maestra María Rosario, teniendo a sus espaldas la ventana de su habitación. Las tres chicas juntas delante de la puerta son: Cuca Amado, Estrella Fleire y Quina Gutiérrez. De cuclillas cerca del mástil: Roberto Muñoz y a su lado con una especie de gorro blanco Laura Álvarez.

Imagen del año 1934. Eran tiempos difíciles para vivir en la región y para ejercer la labor educativa. Los pioneros del pueblo se organizaban solidariamente para levantar el edificio, pendiente de construcción desde noviembre de 1922 (momento de creación de la Escuela Nº10, con el designado director Carlos Fernández Morán, según dejó constancia la docente Sonia María Simunovic). La Escuela Nº9 fue clausurada en dos oportunidades, por sarampión -infección viral grave en niños pequeño- y difteria.


“Primero te deja sin palabras y luego te convierte en un narrador” “Una ciudad pequeña con una gran vista”

“Ninguno brilla tanto como la de aquel que tiene coraje de mostrarse al mundo exactamente es.”


Homenaje Los días 11 de septiembre se celebra el día del maestro, en homenaje al “padre del aula” Domingo Faustino Sarmiento. Nuestra mujer, María de Villanustre, se ve claramente reflejada en este prócer, ya que ambos fueron figuras que lucharon por la educación, para que esta fuera un derecho y se ejerciera de la manera correcta.

Por lo que podríamos decir, especialmente los que habitamos el sur, que a no ser por dichos defensores de la educación, no gozaríamos ni con la mitad de los beneficios que nos otorgó una escuela. Razón por la cual tenemos que valorizar aquella mujer que ha sido pionera en la educación en nuestra tierra. No olvidemos que en nuestra localidad en honor de Villanustre nombró una calle en su honor.



Escuela Nº9 y Maestra María Avelleira de Villanustre Gracias a la investigación que realizamos acerca de dicha personalidad en nuestra localidad conseguimos un documento del Archivo Histórico Municipal El Calafate que amablemente nos otorgó el señor, Luis Milton Ibarra Philemon. Que dice lo siguiente: “Mediante expediente número 2274 del año 1920, el Consejo Nacional de Educación comunicó a las autoridades del Territorio Nacional de Santa Cruz, que ese Honorable Consejo había resuelto la creación de dos nuevas escuelas en los pueblos de ésta jurisdicción llamados: Cañadón León, actual ciudad de Gobernador Gregores; y la otra en El Calafate. Sonia María Simunovic, docente nativa de nuestra ciudad, escribió en 1958 sobre la historia de la Escuela Nº 9 que fue el 13 de noviembre de 1922 cuando se creó la escuela Nº 10, habiendo sido designado como director de la misma el señor Carlos Fernández Morlan. Si bien la escuela para El Calafate había sido creada, esto solamente ocurrió en los papeles y debió pasar un tiempo considerable para ver concretado ese anhelo de los pobladores del Lago Argentino. En febrero de 1923, el diario de Río Gallegos: “El Nacional”, informó a sus lectores que el maestro Carlos Fernández Morlan, designado para el dictado de clases en El Calafate, había salido hacia ese poblado en un carro tirado por caballos, llevando los bancos y demás útiles necesarios para el inicio de sus actividades. Primeramente se instaló en el hotel de la “Piedra Grande”, construcción del poblador uruguayo Juan Echeverría, quien se encontraba radicado con su familia desde 1915 en El Calafate, que cedió dos habitaciones para que el maestro pudiese dar inicio a las clases de los once alumnos inscriptos. En 1923, ya en ejercicio de sus funciones como director de la Escuela Nacional Nº 10, el señor Carlos Fernández Morlan remitió un proyecto de planos para la construcción del edificio de la escuela, expediente Nº 2575 del mismo año. Para el ciclo lectivo del siguiente período, que comenzaba en los últimos meses de un año finalizando con la llegada del invierno del año siguiente, el señor Fernández Morlan, quién también se hallaba a cargo del Juzgado de Paz, se trasladó a unos mil metros apróximadamente, donde funcionaba el hotel “El Calafate”, propiedad del inmigrante radicado desde 1913, el gallego José Pantín. Asimismo, se dirige al Gobernador del Territorio reclamando en su carácter de Director de la Escuela Nº 10, que la policía se encontraba ocupando el terreno reservado para la construcción de la Escuela, Lote 17 del pueblo El Calafate, expediente Nº 3379, año 1924. En los inicios del año 1925, mediante expediente Nº 054, Alejandro Menéndez comunicó al Gobernador del Territorio que el Gobierno Nacional aceptó la importante donación del señor José Menéndez de $ 100.000 para la construcción de escuelas, entre ellas la de El Calafate, como también para la instalación del Telégrafo en el Lago Argentino. Pese a todos estos esfuerzos, la actividad escolar quedó momentáneamente suspendida por los siguientes cuatro años. Sin edificio escolar propio aún para el año 1929, se constituyó una Comisión Pro Escuela en El Calafate. El expediente Nº 1752, transcribe la resolución del Ministerio de Agricultura, en el cual se hace mención a la reserva del Lote 17 destinado a la Comisión Pro Escuela de El Calafate. El mismo año, la Comisión Pro Escuela solicitó la designación de personal docente para la misma, la que ya había cambiado de numeración, siendo desde éste año la Nº 9, expediente Nº 2125, año 1929.

El solar asignado a la Comisión para la construcción de la Escuela, se encontraba justo al lado del Lote 16, del poblador mendocino Gabriel Varas que tenía instalados allí sus hornos de ladrillos; y así como fue solidario ayudando a muchos pobladores a instalarse en el pueblo, fue también quién contribuyó donando los ladrillos para levantar el edificio de la Escuela, la que fue construida por las laboriosas manos de los pocos pobladores que eran en aquellos iniciales años de El Calafate, a solamente dos años de su fundación oficial. La Escuela, así como el edificio para el Juzgado y la Comisaría, o sea, todos los edificios públicos, fueron construidos personalmente por los pobladores y luego donados al Estado.


Funcionando oficialmente desde 1929 como Escuela Nacional Nº 9, se designó a la educadora Maria Rosario Avelleira de Villanustre como su primera Maestra, mientras que su marido desempeñaba sus funciones en la comisaría local como oficial de policía. El matrimonio sin hijos tuvo reservada una habitación de la escuela para ser utilizada como vivienda. El problema de la salud no fue ajeno a la vida institucional de la Escuela, y el mismo año en que dio inicio a sus actividades, debió ser clausurada porque se había declarado una epidemia de sarampión benigno. En el expediente Nº 370 del año 1931, el comisario Mario Igartúa a cargo de la Comisaría Lago Argentino, transcribió la nota en la cual consta que el presidente del Consejo Nacional de Educación dispuso la clausura de la Escuela por una epidemia de difteria, acompañado el expediente con el informe médico del Dr. Gerónimo Blumenfeld. Con edificio propio continuó su actividad en forma ininterrumpida la Escuela Nacional Nº 9, hasta que en 1948 se trasladó al edificio contiguo construido por el gobierno nacional. De entre las primeras inscriptas en la Ecuela Nacional Nº 9, salió la primera Maestra oficialmente recibida, Violeta Villalba. El antiguo edificio construido por los pioneros de El Calafate para el funcionamiento de la primera Escuela, fue Declarado Monumento Histórico mediante Ordenanza Nº 570 del año 2000.”


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