REVISTA DIGITAL Taller Literario de Jรณvenes Co
l e g i o s
A b i e r t o s
El Calafate- Santa Cruz. Diciembre de 2016.
A modo de prólogo. Un taller de literatura en 2016 supone darle una batalla a un modo distinto de ser en el mundo. Un barricada, la resistencia de lo momentáneo, de lo efímero, una defensa ante lo pasajero e inmediato. Sentarse a escribir, a mezclar con sabiduría el silencio y el intercambio, la profundidad y la búsqueda de la palabra que connote, la elección de los temas, la incorporación de sus experiencias de una adolescencia atravesada por situaciones que la vida les impone a los desafíos en las consignas que el taller les ofrece es un momento sublime, una pausa en lo diario. Como coordinadora del taller de literatura en el espacio Colegio Abiertos de la ciudad debo declarar aquí que es un regocijo para el alma encontrarme con jovencitos que eligen ir un sábado al encuentro: a sentarse dos horas a pensar, a leer, a detenerse, a intercambiar, a escribirse a sí mismos. Un deleite para el espíritu. En este primer número nuestros lectores conocerán una porción de textos emergidos de las propuestas del taller, escritos que muestran verosímiles individuales, estéticas que empiezan a aparecer, juegos de la imaginación, intereses y desafíos que las chicas y chicos de 12 a 18 años aquí les comparten. Textos inaugurales de un hacer con la palabra. Sus primeros escritos que salen de un taller y aparecen aquí para cobrar la libertad de la lectura. Los recuperamos para resistir al olvido, al papel que se ha escrito y entendemos no es justo que quede en silencio. Son estas primeras páginas las que conforma su primera publicación colectiva. Es mi deseo que puedan experimentar aquí ese algo de humanidad, esas búsquedas que estos jóvenes han llevado al papel con la única y hasta inocente pretensión de decir algo desde ese rincón del taller sabatino que los reúne para reconocerse. Prof. Natacha Contreras Peñaloza.
Siento algo en los ojos no lo veo pero se siente. ¿Estaré pasando de cenizas a viento? ¿Estoy yendo por algún rumbo sin destino? Tal vez solo me estoy esparciendo, como gota de lluvia en tormenta, para poder gozar de los alaridos putrefactos de este mundo sin gracia. Eliezer Brito
La realidad que se puede sentir es oscura. El aire se llena de calor, es tibio y me transporta al último café que compartí con ella. La escasa luz se escapa desde mi ventana, al tacto, cesa casi cósmico, casi mágico. Tengo miedo, pero es de esos miedos que te abrazan porque sí, que vienen despacio y te dan besos dormidos con el sabor más agrio. Ella está cerca de mí, se ríe como nieve, se siente como el invierno. Hay muchas llaves tiradas, tantas llaves para una sola puerta, es sospechosamente paranormal. El suelo es de madera, muy blando al tacto por la vejez del material. Ella acabó de susurrarme algo, algo que no pude entender, recibo el abrazo más triste de mi existencia, y le canto hasta sumirla en un sueño sin paranoias y mentiras, un sueño con calor de paz, un sueño con sabor a sol, un sueño de mentira para demostrarle mi afecto, soledad fría, sabor agrio.
Mahatma Rebodera
Verde y amarillo, así es mi corazón: una hoja en el viento. Natacha.
La brisa, roza tu pelo, la calma te inunda. Gaston.
El sol por la mañana, me despierta alegre, me llena de luz. Victoria
El viento sopla fuerte, trae silencio, paz en este momento.
Observo con el alma la luna, tan altiva triste recuerdo. Soledad
Pienso en el viento que agita mi pelo en la tarde que cae. Ana
Está volando, el viento la acompaña a un camino sin fin. Flor C.
Miro hacia arriba, la nieve cae, sobre mi propia alma.
El agua es el mayor estado de paz mental, me gusta oírla. Serena.
Disfruto sentir el frío de la brisa del viento tocándome. Serena
Viento. En la mañana escucho tus silbidos mientras abro mis ojos. José
Mientras miro al cielo, la luna baila mostrando su secreto. Kano.
El rugido de león, se escucha a kilómetros. Es mi corazón. Nahuel Sol especial, alegre que ilumina pero también apaga. M. Verónica Lluvia hermosa, aumentas mi alegría, llenas el vacío, ese. M. Verónica La pradera avisa cuando es tu ir, vos avisas el venir. Mailen
En el álamo se hamaca tu mirada y yo soy el viento. Nata
Mirando a las estrellas siento tranquilo: me produce paz. Nahuel El viento, con estos ojos va por el amor buscándote a ti. Gabito
“Escucho este viento hablándome de alguien que me recuerda a ti.” Kano
Profundo, miro esa luz ilumina esta rara sonrisa. Luli
Poemas de todos -creaciones loquísimasI
Mírate al espejo: cuando tu mente no razona no podría ser el tuyo sino el reflejo de otra persona. Tal vez sea cierto, y ahora tenga miedo. No sé cual es mi verdadero pensamiento la confusión es mi enemigo mayor. Puedo alejarme de mi camino. Ser un pocito en la cara. Comedia policial, o desorden criminal. Del que tanto huyó aquel joven introvertido Pero alcanzado fue… Esa rabia y odio que me hacía caer por una ventana sin marco: vidrios polarizados y ningún punto transparente que algún humano haya podido observar.
II Él se encontraba en una prisión fractal contemplando la peor versión de sí. Sin claridad alguna en sus ojos. El sol lo encegueció y el amor lo fortaleció. Bajo aquella encantadora mirada quedé sumisamente encantada por esos ojos que me hacen crecer otra vez. Tanto tiró que en una ocasión cayó el mismo como lo caro de una bala al corazón. Tan pesado como el oro pero con tan poco valor. Haré lo que pueda para prevalecer sin ninguna cicatriz. Solo fue una cara con fortuna.
III Siento tu aire en mi oído, pero no te veo un despertar al ver el sol y tu rostro. Es el despertar de un nuevo día. Ya cantó el gallo. La noche terminó. Aunque el sol nunca salió. Y ahora solo espero absorto una posible horrible promesa: ¿la cumplirás? Obvio que sí, jamás me rendiré. El cazador no me atrapará. Tengo un auto rápido. Pero mis pies son lentos y me pierdo con miedo de quedar en el olvido ¡ sal, miedo! No te quiero en este camino ¡ apúrate! ¡Que se va el tren!
Sinfonía N°1 – Ludwing Van Beethoven
La maravilla de construir arte, lo asombroso de la creatividad humana. Un pincel se desliza rebeldemente de un lado a otro sobre el lienzo, siento la emoción, el excitante momento en el que mi obra comienza a tomar el rumbo que deseo. Un par de gotas de colores salpicaron violentamente sobre mi vestimenta, como atacándome, enfurecidos, pero yo no me detengo. Ya no soy yo, ya no es mi voluntad, el pincel se ha apoderado de mí y dibuja todo aquello que deseo, que anhelo, le transmito mi pasión y éste lo interpreta. De pronto me detengo un momento para apreciar el progreso, donde un rostro con una expresión extraña, me observa incansablemente, le sonrío a ésta <<eres mía>>, exclamo entusiasmado y sus cejas se dibujan fruncidas de manera rencorosa. Corro hasta la ventana para apartar las cortinas, le permito la entrada a los rayos del sol para alumbrar mi creación, mi mano tiembla impaciente, ya falta poco para terminar. Me arrimo al lienzo nuevamente, casi rozando los labios de mi pintura con los míos, cuando su mano húmeda y pegajosa me toma por el cuello precipitadamente, el pincel cae al suelo cuando abrí mis manos aterrado.
Sin Parar Sábado Estoy desesperado, hoy saliendo con el auto atropellé accidentalmente al perro de mi nena, cuando me percaté del hecho bajé del vehículo tan desesperadamente que caí al suelo, pude ver al animalito desangrándose bajo la rueda, frente a mis ojos, mis manos comenzaron a temblar cuando aquel líquido rojo mojó mis dedos.
Domingo Le tuve que decir a Vale que su cachorro se perdió y que probablemente no volvería, lloró muchísimo contra mi rostro, tanto que la piel de nuestras mejillas se pegaron dolorosamente durante unos minutos.
Lunes Erika lo descubrió todo, me llamó bestia y asesino, me cuestionó como me atreví a matar a la mascota de nuestra hija, no comprendí por qué no entendía que todo había sido sin querer. Tenía que salir, estaba por legar tarde al trabajo y ella no dejaba de gritarme, su voz me aturdía tanto que me descontrolé, la empujé con tal fuerza que calló y el tiempo se detuvo cuando en vez de tocar el suelo su cabeza dio contra una silla que le abrió una herida que sangraba sin parar. Sentí que fue tan común como verla despedirse de mí y deseándome un buen día.
Martes Hoy falté al trabajo para enterrar a Erika, por suerte sepultar al perro había sido práctica suficiente para no desesperar ante esta situación. Ayer logré convencer a Vale de que su madre había ido con su abuela, pero esta mañana ya me reclamaba por su presencia. Antes de dejarla en la puerta del colegio le prometí que cuando pasará por ella Erika estaría ahí. Creo que no comprendió si le estaba contando un chiste o si hablaba en serio porque inevitablemente reí pensando en lo ridículo que era jurar aquello.
Miércoles Mientras imprimía unos contratos y pensaba quién sería mi próxima víctima, entró la secretaria a mi oficina diciendo que tenía una llamada del colegio. A través de la bocina oí la fría voz de la maestra contándome que mi hija había escapado del instituto. No lo pensé dos veces y conduje desesperado hasta a mi casa, no temí apretar a fondo el acelerador cuando un niño pequeño cruzaba la calle de la mano de su madre y fallecían momentáneamente bajo las ruedas de mi auto a mi grito victorioso de: “¡Ustedes!”; para encontrarme finalmente con Valeria escondida bajo la mesa de la cocina.
Jueves La luz no entró en la casa durante todo el día, mi auto manchado de culpa yacía oculto en mi garaje. Vale se entretuvo pensando que jugábamos a los espías, pero para mí fue el peor día de mi vida, tenía tanto miedo y sentí tanto remordimiento que no podía tranquilizarme.
Viernes No tardó en llegar la policía esta mañana, mientras Valeria temblaba entre mis brazos y las sirenas sonaban en mi jardín tomé el delicado cuello de la pequeña que no tardó en quebrarse al mismo tiempo que decía: “Una más y es la última”. La puerta se abrió violentamente y junto con los rayos del sol que me atravesaron, entraron las miradas horrorizadas de los oficiales.
Soledad Cobelo SI
ALGUIEN
VENDE
ILUSIONES,
¡¡QUIERO
UNA
POR
FAVOR!!
Me duele la cabeza ¿ ué pasó ayer? No se veo mi vaso vacío, me levanto y mi piso está sucio, mi cama desordenada y el sol me pega en la cara, perdí mi pluma para seguir escribiendo de mi vida, se van a perder la experiencia que estoy por vivir, ¡el horno! Algo se quema: mi casa se llena de humo no puedo ver nada estoy perdido si mi pluma, necesito un almacén cerca una casa, una ayuda, alguna persona que me pueda ayudar. No quiero terminar como mis amigos inmemorables, este dolor encarnizado en mi alma. Zafar de esto sería mi gran anhelo, mejor voy a cerrar los ojos y terminar este capítulo.
KEVIN BALLESTEROS Basta. Ya estoy en sábado y me siento peor que nunca. Mi mente no para de pensar y las voces aumentan a mi alrededor, me siento tan vacío por dentro que ya no sé quién soy . Odio el domingo, lo odio, es el día de semana que menos me gusta y me siento presionado por esas voces a hacer algo que no deseo. Siento que voy a explotar, mis nervios aumentan y me estoy volviendo loco, ya es lunes y tengo que ir al trabajo pero no quiero. Es martes y mis brazos están de destrozados por las voces que me dijeron que lo haga. Pasaron los días, miércoles, jueves y viernes. Llegué al viernes y lentamente me estoy desvaneciendo con mis brazos cortados y con esas voces que me repetían que me iba a morir. Estoy en el hospital, viendo como mi alma se desprende de mi cuerpo, viendo como tratan de arreglar mis brazos lastimados por esas malditas voces que me obligaban a hacer algo que no quería, pero tenia que calmarlas de alguna forma. Luciana Rodriguez Frieiro
A primera vista El amarillo anochecer en penumbras antes, de estar a pleno sol. Las penumbras son hermosas, allí conocí esos negros ojos llenos de voracidad, ¡Muero!, ¡Ten piedad! Esa boca tentada, de un rojo sanguinoliento que requiero un mordiscón. Es que tengo sed.
Dolor
El brumoso mar me traía recuerdos, una triste imagen veloz de mis memorias, varios sapos saliendo del charco, saltando, lejos de aquella criatura que me lastima cada vez más.
Soledad Cobelo.
Hombre con sombrero. Ese día era raro. Ese hombre sosteniendo un sombrero y la gente pasaba como si el tiempo no estuviera pasando para ese hombre. Me acordé de que era un mafioso, vendía drogas y secuestraba personas. Es más, ahora que lo recuerdo, mató a mi hermana hace 5 años y maldijo a mi familia. Ahora estoy despertándome en el psiquiátrico. Los doctores decidieron darme pastillas para dejar de alucinar. Luciana Rodriguez Frieiro
SATURNINA. Los ojos cansados, la mirada pérdida, la respiración entrecortada, el frío. Una realidad confusa, un sueño alertarte, memorias jamás recordadas, resoplos agobiante. La llaman y no oye, la tocan y desaparece, la miran y no la ven, la buscan y no es ella. Y qué será qué es, quién será, qué pregunta. Parece helada y triste, agotada, es débil y callada, no la conozco ni me importa, hablo de ella sin certeza. Algo quiere, algo busca, algo añora su alma si es que tiene una y lo que tiene que hacer no lo hace, y lo que hace no está bien hecho, la recrimino y la castigo, pero como un insecto temeroso e inferior, huye por cualquier motivo, con calma debes hablarle, sin agresión debes moverte, sin presión debes relacionarte o se esconde y desaparece. Y a veces deambula sola, pensando o recordando, sufriendo o riendo, quiere hablarme y no lo oigo, quiere contarme y la ignoro. Saturnina, de Saturno más no perteneces, de esta tierna común y corriente, vos y yo, tu amado y cualquier gente. Aquella que pretende ser libre, viviendo de la opresión, quien pretende compresión y afecto, sin palabras ni dolor. Mala y piadosa, cruel, llorona, que camina con tristeza, muerta de risa, muerta de sueño, disputa con el mundo su divinidad irreconocida , constante piensa en aquello que no pudo decir y no dijo. Saturnina, amante apasionada, con el rostro húmedo y las manos congeladas, Es tan blanca como la niebla y tan irreal como un sueño es un sueño maravilloso que alimentado de tantas esperanzas ha pretendido ser material.
Soledad Cobelo
Capsulitas literarias que retratan momentos jubilosos de estar juntos .
Retrato de Natacha. Cabellos remojados en café con leche descienden agitados formando curvas. Destellos del sol parecen iluminar la espesura capilar y una sonrisa amplia en su rostro que genera paz. De piel con sombras rosadas y labios delgados con textura de papel. Dos soles eclipsados en sus ojos con un leve brillo de alegría, que me cuentan cómo está, que no me esconden. Cejas pequeñas pero frondosas, como un bosque en la noche, al igual que sus pestañas que se curvan para ver al cielo. En sus mejillas se agolpa un leve color rosa, que terminan de darle a su rostro ese aspecto de encanto y un lunar delicadamente sobre sus labios. Soledad Cobelo.
Anécdota. Recuerdo el día en el que estaba en el cabi en el taller de Natacha. Con Soledad, Verónica, Kevin, y Nicolás, nos morimos de risa toda la clase pensando qué anécdota poner y recordando cosas tristes, pero tomándolas con gracia. Riéndonos del día en que aguantábamos la respiración y nuestros padres pensaban que nos queríamos suicidar. ¡Qué gracia! ,¡¡cuántos recuerdos!! Verónica cuenta anécdotas divertidas, como la de sus compañeras. Ella se quedó dormida y el profesor se enojó tanto ¡que le pidió a sus compañeras que la graben!. Y ahora sigo escribiendo las cosas que están pasando y contándolas como si fuera el pasado aquí. Luciana Rodriguez Frieiro.
Agradecimientos especiales a: A toda la gente que hace Cabi, en especial a a Pino por abastecernos de materiales para el taller y darnos un espacio para permitirnos encontrarnos con libertad y gozo.
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