“Tengo la cara partida, Entre el origen de tu latido Y el desasosiego de mi memoria, Entre lo que éramos y lo que ya no soy. El tiempo, amor El tiempo en el que no estás Y en el que he prometido recordarte. Las once La “hora” de Rafael, Nuestro espacio irrompible En el que te pronuncio. Llegas desde los lagos, Como un cisne blanco Enjaulado en el cuarto que es tú casa, Desde tu cama que fue mi asilo, Desde la mentira que me fabrico; Llegas Y no paras nunca de llegar. Sé que me rompo como la luna, Que evocarte me hunde en una botella En un cigarrillo lleno de ti En una gota de cianuro Que me cuelga de la pestaña. Pero morir en ti Es entrar en la tierra prometida.” NATALIA MONTOYA CARDONA