Poesias de Baúl por Horacio A. Vega

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Poesías de Baúl Poesías de Baúl . por Horacio Vega Enriquez Por Horacio A. Vega Enríquez




Poesías de Baúl


5 Poesías de Baúl

HORACIO A. VEGA ENRIQUEZ.

2006 Editorial La Prensa.

Poesías de Baúl . por Horacio Vega Enriquez


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“Poesías de Baúl” Titulo Original. Todos los derechos reservados. © 2006. Horacio A. Vega Enríquez © Impresión Comercial / La Prensa. Primera Edición, 2007. Diseño Interior y Exterior: Horacio A. Vega Enríquez. Editorial La Prensa Km. 4 1/2 pista Dr. Pedro Joaquín Chamorro C. Apartado Postal No. 192 Managua, Nicaragua. ISBN: 99924902-1-7 Impreso por Impresión Comercial / La Prensa Impreso en Nicaragua | Printed in Nicaragua.

Poesías de Baúl . por Horacio Vega Enriquez


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Dedico estas líneas a mi Padre Dios, ya que sin él estas líneas no tendrían sentido y los versos y prosas jamás hubiesen cobrado vida.

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Poesías de Baúl . por Horacio Vega Enriquez


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A la memoria de mi abuelo Sebastián Vega Báez A mis Padres

A mis hermanos

A mis abuelos

A mis Familias

Alejandro Vega Sánchez Y Ana Clemencia Enríquez Lacayo Alejandro y Ana Valeria Juan Carlos Cerna Barrantes Abelardo Enríquez Mora Lastenia Lacayo de Enríquez Auxiliadora Sánchez de Vega Familia Vega Sánchez Familia Enríquez Lacayo

Poesías de Baúl . por Horacio Vega Enriquez


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A mis amigos incondicionales: Claudia N. Cerulli Arana. Julia G. Cuadra Arana. Gabriela Soledad Castillo. Claudia L. Rodríguez. Juan Pablo Llápiz. Willy Tanaka. Harold Rocha Pacheco. Yaoska L. Guillén Mejía. Javier Argeñal. Ernesto Alvarez Arévalo Roberto Arróliga Ortíz

“Aquellos que desde el principio de los tiempos Han hecho de mis poemas una gracia divina, Aquellos que han guardado mis versos en sus almas y han sentido mis lágrimas humedecer sus hombros, Ustedes, de quienes Dios me dio la gracia De tenerlos como amigos.” Horacio Vega Enríquez

Poesías de Baúl . por Horacio Vega Enriquez


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Para el lector: Muchas veces, desde que decidí publicar este libro, pasaba largos momentos pensando en quien pudiese hacer el prólogo de mi primera publicación, la verdad es que nunca pensé en escribirlo yo mismo, hasta este pequeño instante en el que se me vino a la cabeza, porque realmente nadie puede expresar mediante unas cuantas páginas la verdad, que en este caso consiste en unas cuantas palabras. Este libro consiste en tres partes, en las cuales se va observando una pequeña transformación de lo que yo he llamado versos, realmente a mi me gusta mas la prosa, me siento mas libre, siento que tengo mas capacidad de expresión y lo que mas me envuelve, es que solamente dejo que la tinta de mi pluma corra sobre las líneas de mis diarios hasta que desista el verso. Hay muchos sentimientos contradictorios, y muchas ideas que no tienen sentido alguno muchas veces, pero un momento, cuando escribí Poesías de Baúl apenas tenía 17 años, mi vida era una plena confusión y no lo niego, aun lo es, pero que sentido tendría saber las palabras exactas con las que Dios ha escribo mi vida, imagínense, perderíamos nuestra capacidad de crear, nuestra capacidad de asombro, nuestra capacidad de sentirnos únicos, perderíamos el sentido de nuestra propia vida. La poesía y yo, nos encontramos un 9 de noviembre de 1994, recuerdo que la mañana fue como un día cualquiera, estaba en sexto grado de primaria en el Colegio Centro América, estábamos esperando 2Alex, la Ana y yo que mi padre nos llegara a recoger, pero llego mi tío Fernando a traernos, recuerdo que cuando le pregunté que pasaba, me dijo que mi padre estaba ocupado y que nos iba a llevar a la casa de mi 3Abuela Lastenia


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Cuando llegamos a la casa de mi abuela, recuerdo que nos reunió a los tres y nos dio la noticia que mi 2Abuelo Chan había muerto, recuerdo que me fui del cuarto y miraba de lejos a mis hermanos que lloraban arrodillados sobre las faldas de mi abuela, ese cuadro se quedó grabado en mi cabeza para siempre con un sentimiento de incertidumbre. Mas tarde nos fuimos a Granada, y recuerdo ver a mi padre destrozado, y no le dije nada, era mi padre, ¿Qué podría decirle?. Durante toda la vela recuerdo que me paseaba por toda la casa tratando de ver el féretro, pero al mismo tiempo no quería, y así fue en misa, de la misma manera. Cuando llegamos al cementerio recuerdo que habían muchísimas personas, hasta dos y quizás tres calles del cementerio alrededor de la tumba de mi abuelo estaban llenas, recuerdo que todo el mundo que estaba presente lloraba, menos mi padre y yo, pero al momento de introducir el féretro en el agujero, vi como los ojos de mi padre se llenaban de lágrimas desesperadamente, y fue en ese momento en el que sentí que me caía una enorme fuerza de dolor sobre mi corazón, que al mismo tiempo era tibia y helada, me provocaba escalofríos fuertes y fue cuando me di cuenta del dolor que sentía mi padre al enterrar a su padre, fue en ese momento en el que comencé a llorar también. Cuando todos nos íbamos recuerdo que yo me quede de último y me despedí de mi abuelo diciendo: “Adiós abuelo, adiós abuelo, Que Dios y los ángeles te lleven al cielo, Dejándote recitar tus poemas con las estrellas, Al sonido del viento y la naturaleza,..”


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Ese fue el día en que despertó en mí la poesía, aunque la conozco más a medida que el tiempo va ganando terreno. Poesías de Baúl conforma el inicio de mi vida como escritor, son mis primeras letras, escritas entre 1994 y 1998, fue un período de desequilibro en mi vida en el cual, el tubo de escape de mis emociones fue la poesía. Fue así entonces cuando comencé a escuchar las voces de los poemas que golpeaban las paredes de mi cerebro, las voces que reclamaban ser escuchadas y ser dejadas en libertad, entonces así lo he hecho. Cuando escribís algo y lo lees, te das cuenta que es tuyo y lo llegas ha apreciar muchísimo, porque esos poemas hablaban de ti y te llevan a conocer lo que fuiste y hoy lo que sos. Llegó un día en el cual alguien tomó mi libro de poesías (un buen amigo mío: Fred), y comenzó a leerlos y leerlos y leerlos y luego, me dijo que se sentía identificado en cada uno de ellos, me sentí halagado por supuesto, pero Fred solo fue el primero, luego fueron mas amigos, y mas amigos y mas amigos, hasta que me di cuenta que mis poemas ya no eran míos, si no también de todos aquellos que se sentían identificados con ellos. El motivo por el cual he decidido publicar este libro, no es para mostrarle a la gente que también escribo, si no para compartir lo que siento.



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Primera Parte



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La hora de tu muerte. Era un 9 de noviembre de 1994 El día que tú desapareciste, Ese fatal día te tuviste que ir, Allá donde solo los muertos te pueden ver, Donde creí que nunca llegarías. Te fuiste con el viento en una simple travesía De la cual nunca volviste, Te fuiste con otros poetas y ahí te quedaste, Recitando junto con otros, Poemas de amor natural, Amor a la naturaleza, Amor a la creación. Tu muerte fue dolorosa, Tú hiciste calentar el más frío corazón, Supiste muerto cultivar en mí tu literatura, Supiste morir con el honor de ser poeta, Pero no supiste hacer morir tus poemas. A tu muerte, Sentí tus manos en mis hombros Como escalofríos por todo mi cuerpo, Como en voz de despedida. También en el infinito el sonido de tu guitarra Y tu voz que al mismo tiempo declamaban poemas, Me despedí de ti diciéndote:


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Adiós abuelo, adiós abuelo, Que Dios y los ángeles te lleven al cielo, Dejándote recitar tus poemas con las estrellas, Al sonido del viento y la naturaleza, Y tus restos materiales retornen nuevamente a San Miguelito, Allá donde te convertirás en material dúctil, Infiltrado en la tierra, aire y agua, Y hasta la mismísima naturaleza Para rehacer de nuevo lo que tú un día perdiste. Que en la hacienda de San Miguelito; Caiga una brisa fría en invierno O un movimiento de viento seco en verano Para reconocer nuevamente tú presencia. Después de un año De tenerte mas que nunca en mi corazón, Asisto a misa y veo tu rostro tras la cruz de cristo, Que luego desaparece, Pero aparece una lágrima de amor y dolor en mi rostro. Voy al cementerio y veo hoy la placa puesta sobre tu fosa, La cual dice tu nombre que esta en un libro abierto a la mitad Y trozos de tu epitafio al igual que el de tu agro, Con el cual me voy despidiendo de ti, Suspirando y llorando al cielo: “…Cuando yo muera deposita mis restos allá donde tu sabes, donde no hay mas ruido que el del viento, ni mas palabra que la de la ola....”

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Árbol Es mi árbol El que crece con las nubes, Son sus hojas un triste libro Que abre la verdad. Es el sitio En donde se esconde mi locura, Y como en un barco Lo transporto a mi corazón. Buscaré un cielo carmesí En donde vuele con mis alas, Me duerma con el día Y despierte con la noche. Buscaré un lugar En donde descanse mi alma, Y en donde el cielo suspire La verdad del amor. Entonces buscaré El espacio si fin, Donde nazcan las auroras Y mueran los ocasos. Espero encontrar el amor Detrás de un suspiro, O detrás de los versos De las hojas de mi árbol.


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Hojas que hablan. Es mi tinta, Es la aurora, Es mi soledad, Eres tú. Es el cincel De las hojas que hablan, Es el aguante de las duras palabras, Es el soporte de la inspiración del poeta. Es la carta blanca Que aun no dice nada, Nodriza de las letras que el poeta plasma Para enardecer su poesía. Son sus palabras Que a lo largo son mudas, Es el silencio que se escucha En el leer silencioso del poeta. Es la inspiración del verso, Es el cetro de oro de mi libro, Y es el melancólico dolor De un corazón roto. Tonta! Las hojas que hablan No son más que tus labios Que me hacen sufrir, Y son las hojas de nuestra historia Que aun no tienen fin. 19


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Muerta soledad. Concepción mortal, Soledad que aun se siente, Que absurdo! No puedo vivir con este corazón vacío. Es la mirada de un sol Que aparece y desaparece En la amargura de su triste verdad. Bestia celestial Que de los cielos bajaste Para traer una abstraída mentira en sus alas, Sus dedos, Y el infinito azul que se esconde en ti. Es la ley de una verdad, Es el mando fuerte de un Dios Que crucifica mi alma a los pies del Olimpo. Vuela mi alma Como un suspiro al compás del aire, Para llegar a un lugar Negado de alegría y verdad, Y en donde se esconde una placa oscura Puesta con mi nombre y la soledad.


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Amor pasado. Revivir el pasado es más fácil Que hablar contigo, Es aún más fácil Que revivir a un muerto. Eres tan difícil de alcanzar Como el corazón del infinito, Es más que fácil volar al cielo Y gritar tu nombre, Que conquistar tu corazón. Pero cuando algo muere Es tan difícil revivirlo, Como encontrar mí silencio En un mar de gente. Por ti, Iría al bosque más oscuro, Soportaría los infanzones de un duende, Describiría con las nubes el haz de rostro, Pero sería aún más difícil soportar tu hipocresía Y hacer morir de nuevo el amor. Te Amo!, Cuando dices que me amas, Pero no entiendo tal amor Que depende de palabras vacías.

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Al pie de mi ventana. Al pie de mi ventana Canta una golondrina, Cuenta su triste historia A quien la quiera oír. Busca quien la escuche Las penas que de su corazón saltan, Y fluyen con el viento A menos que alguien las atrape. Al pié de mi ventana, Se levanta el sol cada mañana, Más fluye el luminoso rayo, Que alcanza mí pupila Y me despierta de misa sueños. Al pié de mi ventana, Se muere el sol y fríamente Despierta la luna en su traje blanco, Y me hace llorar por ti sobre mi almohada. Yacen mis sueños como Témperas de oro, Lucen plateadas Las hijas de la luna. Mas un día Desperté con la angustia De que tú no me amabas, Mas el momento de morir llegó.


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Y es al pié de mi ventana En donde de negro se quedó el día, Y oscuros cuervos salpicaban la noche, Y es al pié de mi ventana En donde ahora se encuentra Mi oscura tumba.

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No vivo. Creo que la noche me traga, Creo que estoy muriendo, No se si sigo vivo aun, Pero mi alma lo está sintiendo. Siento que me hundo en pensamientos, Creo que ya no me queda aliento, Creo que mi amor abandona mi corazón Porque ya no tengo razón. Si es que amas ven, Si es que me quieres, Aun ven. Si me Odias, Lo siento, Está bien. Me gustaría irme En el silencio de la costa, Para escuchar a las caracolas Tras las puestas de sol. Pero quiero morir y no puedo, Mas la vida ya no me da la cara, Me quiero morir y no puedo. Aun así creo que Dios me llama Y no lo escucho entre los gritos de mi agonía, Más nuevamente quiero morir y no puedo.


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En al Noche. En la noche, Es cuando el búho habla Las hojas de los árboles están quietas Y el silencio se siente de pronto. Corta al silencio el canto de un grillo, El latido de un perro, Y el sonido del viento moviendo las hojas secas, Y se Acerca y llega. En el cielo, El brillo de las estrellas, El reflejo de tu rostro, Lo claro de la luna Y el aleteo veloz de los murciélagos. En el agua el canto del río, El sonido del agua abatiéndose, El salto del pez nocturno Y el perfume de un suspiro. Y es así cuando el silencio de la noche cae, Y los misterios nocturnos nacen, Haciendo fusionar mis palabras en versos Y haciéndolos inmortales entre Los hilos del viento.


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Tu Silencio. Silenciosa, Callada, Maldita sea!, Tu silencio me mata. Toda tú ahí, En tu pensar incansable De decirme lo que sientes, Pero no, Tu aun sigues en tu silencio impetuoso. Rosa blanca Que al pinchar mi dedo Te volviste roja, si, Habla que tu silencio me mata. Corazón que te fuiste al alto cielo Y ahí te quedas, Vuelve!, Que aun te espero con los brazos abiertos. Funde tus pensamientos, Que se formen palabras En tus cuerdas vocales, Vamos, habla que aun te espero. Cada vez me impaciento aún más, Mi corazón late a mil por hora, Y el tictac, tictac De tu relojito que ya casi me mata.


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Conjuro al infierno Por tu maldito silencio, Y compone tu relojito tictac Que tiene las cinco y son las diez. Me despido, Hasta algún día, Adiós, Que en tu silencio se quedó mi inspiración.

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Despedida. Las golondrinas Posan en mi ventana, La oscura noche Se dice al fin caer. Son gotas de rocío, Las lágrimas De un adiós Sincero. Son las siluetas de tu cuerpo, El camino que silencioso E indiscretamente Me conduce a mi tumba. Es dolorosa la despedida Que me robo el corazón, Y soneto al viento Que acabó en soledad. Se fueron contigo mis poemas, Se fueron mis sentidos, Se fueron mis palabras Y se fue mi corazón. Ahora, La tristeza en mi mirada se nota, Y las lágrimas resbalan Sin tener razón.


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Carta a Mariana. (Mariana Antelo) Celestial Beso de un ave, Arcado el vuelo Sin vía presurosa, Enmarca el poeta Su mejor ángulo de despegue. Abrir el libro de las grandes verdades Es abrir mi corazón Y decirte lo que siento. Mas el pensamiento tardío De una búsqueda imaginativa, Niega a mi corazón no decir La verdad de tí que se esconde en mí. La noche aun pasa lenta, Siento hora tras hora, Minuto tras minuto, Tictac tras tictac, Hasta que al fin vea salir La luz de un horizonte claro, Y ver el surgimiento De un Dios entre montañas.

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La hora es en este preciso momento, En el que la luz ya se alcanza a ver, Y a como dije antes, Es el preciso momento En el que el poeta despliegue sus alas Para dejar volar la imaginación.


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El ave, Será el animal Que eleve el vuelo presuroso, Para llegar a un lugar En el que tus plumas Serán versos, Y tu realidad Serán los subjetivos ojos De una realidad ficticia. Ahora que he despegado, Reúno mis sueños y aventuras, Reúno mis plumas y mis hojas Para redactar esta vida en un vuelo tardío. Declaro por abierto mi sueño.


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Lo ignoro. ¿Te Ame? Lo ignoro, No recuerdo Ni un suspiro por vos. Mas sé que un día Hace mucho tiempo, Te mentí, Al decirte Te Amo. Nunca es verdad si no sale del corazón, Más tú dices que lo hice, Lo ignoro!! Bah!! Que tonta eres, Y pensaste que tenía corazón.

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Te Extraño La luna y las estrellas, Las luces de la ciudad, En un lugar alto y oscuro, Se envuelve mi soledad. Más no encontré momento De sacar mi armónica Y expresar al viento Mi eterna soledad. Encontré entre telarañas y polvo Un tierno recuerdo De tu presencia Que tanto añoro al tu no estar. Siento sed de amar, Quiero soledad sin estar solo, Quiero una muerte sin estar muerto, Quiero volar sin tener alas, Pero lo que más quiero Es tenerte ahora a mi lado Pero no es posible. Pero aun guardo recuerdos De aquel invierno, Del que siento caricias Que desgraciadamente son del viento, Y siento la presencia que es de la soledad, Y aun siento besos que; maldita sea Nos son tuyos.


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Como duele estar sin ti, Como maldigo el día en que te perdí, Como añoro cada verano contigo, Lo que paso desde hace mucho tiempo hasta aquí. Te extraño. Como te extraño Que ya ni mis poemas me llegan, Como te extraño, Que ya ni otras caricias siento, Como te extraño Que ya ni otros besos Satisfacen mis labios. Más te extraño, Porque esta porquera distancia Que acabo conmigo No me deja salir de esta maldita celda En la que me dejaron Tus besos, Tus caricias, Y mis sueños. Amor, Regresa conmigo Hermosa ave blanca Que aun te sigo extrañando. Amor, ¿Acaso esa palabra ya no te dice nada? 33


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Oscura soledad La luna ilumina Mi oscuro cielo, En la noche helada Se siente la soledad. Escucho voces Que no son de este mundo, Y siento caricias Que se van con el viento. Caen las hojas Como si fuese nuestro otoño, Y cantan los ruiseñores Como si fuese primavera. Es la imaginación La que se va con el sueño Es de una historia De la que habla mi poema. Es el amor Una rosa que se abre, Es el palpitar de un corazón El que se siente. La soledad es la que me cobija Con algo de tristeza, Y la que me encierra En el solo estar. Mas libertad no hay, Y los sueños se van, Y el pasado no se siente.


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La noche cae, Las estrellas picotean el cielo, Y los Dioses Hablan en su corte. Es esta oscura soledad Que me mata, Es esta oscura soledad La que me encierra en el sue単o. Es la noche oscura Y la soledad intensa, Intensa la noche Y oscura la soledad. Sucede entonces Que a mis versos Les mato el olvido, Mi felicidad se fue a Francia, Mis besos y mis caricias Se quedaron en tus labios, A mis poemas no los encuentro, Y a mis sue単os Se los llevo la imaginaci坦n. Ahora Que no veo nada, Y todo parece claro oscuro, Me he quedado en el olvido, Con mi oscura soledad Cerrando los ojos entre el sue単o De unos cuantos versos. 35


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Mi infierno Las copulas de las flores Se abren al sol salir, Desgarrado el grito Rompe el silencio que el tiempo dejó. Es cuando en la selva profunda Se despierta el infierno, Del que quedaron huellas De hace mas de 2 años Que el tiempo dejó. Son los recuerdos De este maldito infierno, Que lo formas tú, Tú sombra Y tu luz. ¿Porque? Maldita sea! ¿Quien eres tú Para terminar con mi oscuridad? ¿Quien eres tú para iluminar mi infierno?


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Encaminado al Infierno Son las estrellas Pequeñas luces Que encienden al cielo Y acompañan mi soledad. Cada vez que te veo, La música se calla, La soledad se vuelve melodía Y mis ojos se tornan enamorados. El tiempo Desaparece la sabiduría, Y el maldito olvido Que devora mi pasado. La hora es serena, El tiempo pasivo, Y mis ojos idos En el cielo que se va. No puedo maldita sea Retroceder el tiempo, Con este tu amor Que me lleva al infierno.

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Lagrimas negras. Llueve en mi rostro, Llueve en mi alma, Ingenuo silencio, Muerta libertad. Palabras silenciosas, Palabras amadas, Palabras cincelosas, Palabras de acero. Tintes de verdad, Recuerdos silenciosos, Callados o casi muertos, Escondidos entre criptas. Siguen hablando De lo que no puedo escuchar, Se derraman las palabras, Las observo caer. Se derraman tus ojos, Serรก por odio, Serรก por nostalgia, Serรก por amor. Besos que trae el viento, Junto a la rosa del recuerdo, Marchita y triste, Ausente de la muerte.


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El ocaso del sol, Mi despedida, Un simple adiรณs, Lรกgrimas negras. Las lรกgrimas negras, Derraman las gotas de sangre Que vienen del alma Y que expiran por mis ojos Ahogados entre los recuerdos. Las lรกgrimas negras son tus recuerdos Que cuando expiran de mis ojos, Salen silenciosas y lentas, Las lรกgrimas negras son los tormentos de tus recuerdos.

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Ayer Ayer te conocí Ayer robaste mi corazón, Ayer escuche tu adiós, Ayer lloré por vos. Todo en un día, Todo en una noche, Todo en un suspiro, Todo en un beso. Cincelosos recuerdos de ayer Rompieron mi alma, Con simples palabras Con que enterraron mi corazón. No hubo mal recuerdo ahora, Solo el pensar de mis palabras El recordar de momentos Y el sentir del viento. Suena el reloj, Llega la hora, Pasa el momento, Todo fue ayer. Ayer fue un tiempo, Ayer fuiste tú, Ayer fueron tus besos, Hoy son mis recuerdos.


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El Ocaso Paso a paso, El fin del ocaso, Caminos de sangre, De los sinceros recuerdos. Acabara el capitulo de mi historia Y el fin de mi vida amada, Congelado y amargo trago de histeria, De mi locura en mi alma encerrada. Se le caerá al pájaro su plumaje Y será piel su vestimenta, Lo matara el frío y lo abandonara el aire. Se llenara de augurio mis ojos, Y el odio de mis pensamientos, Rabia será mi sentimiento Y oscura mi vida sin aire ni luz. Ciego y sordo, Mudo e inmóvil, Se ha quedado mi cuerpo, Y mi mundo alegre y dulce. Han desenterrado mi rabia, Ha estallado el grito de mi alma, Salpicando las gotas de sangre De mis venas mugrientas que sangran.

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De mis ojos estalla la histeria, Por mis manos resbala la sangre de mis venas, El viento expande mi alarido Y la inspiraci贸n del miedo. Aterra el temblar de mi cuerpo, Mugre sola la sangre de mis venas, De repente estalla el silencio Y todo es paz y calma. Estalla el silencio, Un 煤ltimo latido, Estalla el silencio Porque el ocaso me llama.


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Nostalgia. Florece mi jardín, Se torna verde, Se aclara la oscuridad, Es un nuevo despertar. Se despiertan las rosas, Las acaricia el rocío, Se llena todo de luz, Y destallan los reflejos. Se acabo el silencio, Cantan los colibríes, Danzan los picaflores Y desaparece la neblina de mis ojos. Ha muerto la nostalgia, Se quedo con el olvido, Estallo el miedo, Sobrevivió la esperanza. Amor mío, Siento verte en el olvido, Pero ya pasaron mis noches de tormentos, Y mis momentos melancólicos. Ahora, Bésame y vete, Estaré en el agua de las cañadas Y viajare con el viento. 43


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Búscame en la colina De mis pensares, En los ocasos, En las auroras. Búscame en las caracolas, En los calnegues, En las arenas, En mis sueños. Búscame, Que ahora eres luna, Búscame, Que al fin soy humano. Desempacare los recuerdos, Apartare las lágrimas de mis paredes, Cultivare girasoles en mi jardín Y encenderé mis sentimientos. Se fue mi infierno, Se fue mi soledad, Se quedo mi alma en mi corazón, Y la nostalgia en un ataúd.


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Serán recuerdos Serán recuerdos, Los pabellones a nuestra ausencia, Serán recuerdos, Los pabellones a nuestras guerras. Serán recuerdos, Los sermones de quienes nos quieran, Serán recuerdos, Las travesuras causantes a nuestros castigos. Y es que los recuerdos serán Sonrisas y lágrimas Que nos harán de un pasado, Que a como los suspiros se olvidaran. Y no serán recuerdos Volátiles como el aire, Si no serán recuerdos De pensamientos y huellas. Serán nuestros recuerdos entonces Nuestros años de estudio en el Centroamérica, Serán simples Junto a los pensamientos y los recuerdos. El momento se acerca, Ya será hora de marcharnos, El adiós llega Y serán solo pensares nuestros recuerdos.

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El sueño de marcar huella ha llegado, El momento de hacer historia es preciso, Es hora de convertir nuestros sueños, Es hora para salir adelante. La generación 1999, No es solo una idea, Es un sentimiento vivo, Para nuestro presente y nuestro futuro. Serán recuerdos, Los retiros que nos mostraron a Dios, Serán recuerdos, Las misas de Lucho. Serán recuerdos, Los momentos que estemos unidos, Serán recuerdos, Las palabras que mencionen nuestro pasado. Serán entonces nuestros recuerdos, Las horas que pronuncien nuestra unión, Las huellas que marquemos ahora Y nuestras horas de melancolía después.


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Lo mucho que te amo. Si la noche pasa A como pasan los sueños, Si los besos del aire Son los besos del alma, Supiera yo como decirte Amada mía, Que los besos que te mando Los lleva el aire. Si pisara el suelo Con las suelas de mi zapato, Y atara mis sandalias Tal a como Hércules lo hacia, Supiera decirte cara a cara Que te amo, Aunque mi alma este tan fría. Si tendría que llegar a Plutón Para alcanzar tu amor, Seria capaz de morir, Para con mi alma aun viva Poder viajar en el espacio de mis pensares Y conquistar tu amor. Si tendría que suspirar Y en cada suspiro pensar en ti, Suspiraría tanto Que para el respirar Ya no existiría ni campo ni espacio Que me aleje de la realidad. 47


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Y es que el amor Es como la gravedad Y los pensamientos Y la relatividad de los cuerpos. Y si tendría que ser científico o matemático Para poder amarte, Tendría que amarte como un loco Para entender mi gravedad, Y sumar mis pensares Y mis poemas, Para llegar al mismo fin Del que inicie, Que te amo a como sea! Y es que el amor en verdad Hace maravillas, Me hizo pensar, Y hasta que me hizo hacer de poeta. Y es que también estoy enredado, Porque tantas cosas tuve que expresarte, Cuando solo quería decirte, Lo mucho que te amo.


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La soledad se ha callado. Es mi habitación Un una nube de humo, Eres tú mi inspiración Sin un suspiro. Es monótono el silencio, Es oscura la soledad, Es aburrido el verano, Y esta solo mi corazón. El teléfono ya ha perdido su tono, La música ha perdido su efecto, ¿Acaso no tiene sentido la vida Porque la soledad la ha cubierto? Quizás irme seria bueno, O quizás no, O quizás respiraría, O quizás no. Los recuerdos me dicen Que tus ojos están llenos de silencio, Que tus rosas se han deshojado Y que te has ahogado entre tus lágrimas. La lluvia es fría, El río manso, El viento monótono Y tu vida silenciosa. 49


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Aunque... Disculpa, Ya has muerto?


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Musa. Tu piel se broncea Ante los ojos del sol, Mis ojos envueltos Entre la suave arena. Tú eres mi musa La que inspira al poeta, La que vibra en un sueño Y la que despierta en mis poemas. He salido De los muros de mi ser, Y he podido encontrar La voz que en mi corazón late Suave y pasiva. Has despertado de nuevo en mí Al poeta que tiene la pluma de oro, Al poeta que tienen placer en el alma, Al poeta que tenia sus hojas en blanco. Has vuelto al día de colores, Has puesto en pie Al poeta muerto Que en mi habitaba. Y sigue siendo la musa Que de mis poemas ha hecho, Las palabras y gritos Los sueños y mitos, Que mi corazón encierra.


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Te amo musa, No porque fermentas mis poemas, Sino porque haces un amanecer Cuando estoy en la oscuridad, Me pintas de colores el día Cuando todo esta claro oscuro, Y porque me llenas el alma De recuerdos y armonías Cuando en mi recae la pesadumbre del día. Y es por eso mi musa que tanto te amo Aun que no estés a mi lado.


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Versos. En el aire Danzan los versos Como si fuesen Hojas en el viento. Mis manos Escriben los poemas, Que mi corazón Reza cada noche. En la costa Las caracolas y el resonar de las olas, Duermen a la noche Y anuncian el día. El viento Que en la noche es suave y sereno, Suenan tan bello Que se parece al piano De mis noches estrelladas. La lira, Que me despierta de mis sueños, Que envuelve en su lecho El recitar de un verso. Las palabras que se dilatan en mis labios Al decir te amo, Son como los versos Que se quedan silencio. 53


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Las hojas que caen de mis árboles Son el otoño de mis pensares, Que caen al suelo, Por la divina inspiración. Y versos? Si versos no son más que tus labios Que hacen en cada beso un poema, Si versos no es más que tu voz Que son melodías a mis oídos. Y versos? Si versos eres tú Cuando te escondes en mis poesías.


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Una poesía, una rosa y mi amor. Es que acaso madre Ni la misma aurora se iguala a ti, Es que acaso mujer, Ni la misma madre naturaleza se atreve a desafiar tu belleza. Las flores silvestres Anuncian tu legada, La canción del infinito Proclama tu verdad. A ti madre, A la que tantas veces le dije que la odiaba, A la que tantas veces intente desafiarla, A la que tantas veces pretendí abandonarla. Y es que tu madre, Has apagado el infierno que mi corazón escondía, Es que tú me has amado tanto Que el odio se fue con el viento. Madre, Es que acaso ni la estatua de la libertad Seria un respectivo obsequio hacia ti, Es que acaso ni la noche Esconde el secreto de mi amor por ti.

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Es madre, Acaso una poesía Lo que encierra tu corazón, Es acaso madre La pasión de tu amor por mí, Es entonces una poesía, Lo mas tierno que mi corazón guarda par ti.


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Eres madre, Acaso una rosa, Que encierra la frescura de tus labios, Lo suave de tus manos, Tus espinas de intocable, Y tu rostro lleno de alegría y frescura, Eres madre entonces La rosa que vela mis sueños. Es acaso madre, El amor que mi corazón guarda, El suspiro que se hace eterno, La mirada que no es pasajera, Los sueños que no son solo sueños Y el amor que te hace extrañar, Es madre entonces, Amor lo que siento por ti. Madre, Entonces lo que mas te quiero obsequiar en este día, Es una poesía, una rosa y mi amor, Para que ilumines por siempre mi alma, Y te obsequiare un lugar en mi cielo junto a las estrellas Desde donde podrás apreciar lo bello de esta tierra Como mi madre que eres. Mama, Mi mente dice que te quiere, Mi alma dice que te adora, Y mi corazón... Mi corazón dice que te ama.


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Describiendo tu cuerpo. En la noche, Los destellos e tus ojos negros Vence a la armadura De la luna blanca. En pendiente, Lo rosa de tus labios, Estrechos a los mĂ­os, Sin dejar escapar el suspiro de nuestras almas. Estas desnuda Sobre las rocas Del arrollo de las musas, Abrazando el agua Que acaricia tu cuerpo de piel blanca. Tu mano desnuda, Que resbala por tu cuello Hasta tus senos de porcelana. Cierras tus ojos sensuales Y acaricias nuevamente tu cuerpo, Y el agua sigue cayendo En cascada de los cielos del hielo. Tus labios que brillan Y tus ojos que amanecen A la luz del dĂ­a, Como dos luceros que atraviesan Al horizonte. 57


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Tus sensuales senos, Que son como porcelana viva, Los acaricias como tus tesoros Desnudamente escondidos. Y mi musa, Mi amor de esta vida, Mis sueños arcados en oro Y mi tesoro escondido, Sueño algún día Tenerte en mis brazos, Sonriendo a la vida Y besando mis labios.


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Se ha ido el silencio. El movimiento del viento Es suave y preciso, El sonar de las olas Es espumante y sordo. El amor es, Cuando pienso en ti, Cuando se mueve el viento Y cuando suenan las olas. En mis poemas, Se han quedado las palabras, Cuando veo tus ojos Y amanece el día. Los versos lo dicen todo, Porque son versos, Son palabras Que se han quedado en silencio. Las estrellas para mí Son tus ojos, Porque encienden la luz En la oscuridad. Y tú eres la luna Que brilla fuerte, Aunque la noche sea oscura y peligrosa, Ella sigue hermosamente bella posada en su lecho. 59


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Ahora que te veo Se ha ido el silencio de mis labios, Y se ha vuelto brillante mi oscuridad Y me doy cuenta de cuanto te había extrañado. Así es mi alma, Silenciosa y vaga, Depresiva y obsesiva, Tierna y fraga. Y los ojos te brillan Como si fuesen luceros, O quizás Una estrella cercana. Los sueños Son sueños, Y tú, Parte de mi corazón


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Alguna vez la soledad. Alguna vez acaso Has escuchado el murmullo de las hojas, Alguna vez acaso, Has sentido el viento rozar tus manos. Alguna vez Hubieron historias en mi vida, Y jugueteaba y sonreía, Y esa fue mi vida. Pasaron entonces, Los años que al tiempo envejecían Y fueron eras hermosas, En la que aun flores existían. Fue el sol hermoso, Fue la luna bella, Fueron las auroras brillantes Y fueron un tesoro mis noches estrelladas. Alguna vez acaso, Has abierto los ojos en la oscuridad, Y has visto todo Como si estuviese a la luz del día. Alguna vez acaso Has hablado con la luna, Y te ha respondido Como si fuese persona.

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Alguna vez acaso Has visto el llano llorar, Y has sentido Su tristeza y su dolor. Has entonces alguna vez acaso, Besar las estrellas, Y llorado junto a ellas Cuando una se apaga. Es la vida entonces, Un alguna vez que nunca fuiste, Y es un sentimiento Que no lo sentiste. Es la soledad entonces, La que vive en mi alma, Quien ha visto y sentido El beso de una estrella, El llanto que cubre al llano, El gozo de un lobo a su hermano, La luminosidad de la noche, El tesoro que fue de un ni単o, Y las miles de cosas que vives y sue単as Cuando estas solo. Y es que alguna vez acaso, Has hablado Y sentido que nadie te escucha, Y no te das cuenta, Que has hablado estando muerto, Y al fin te das cuenta Que tu soledad se ha callado.


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Segunda Parte

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El fantasma de mi melancolía. Entre las sombras que vagabundean en la noche, esta el fantasma de mi melancolía, se esconde entre mis pensamientos y grita junto al zumbido del viento. Grita y grita, pero nadie le escucha. Es como un alma en pena, es como un pensamiento ausente. Camina entre la gente, callado, sordo, indiferente, ausente al mundo en que viven los demás. Camina como un alma sola, pensante, como desconectado del mundo, como desconectado de la vida. Sus ojos vacíos, sus labios secos, sus cabellos intactos como si se hubiera detenido en el tiempo, como que se hubiera quedado soñando. Ese es mi fantasma, el fantasma que llena de melancolía mi alma, cuando el viento me trae tus recuerdos.


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Entre el viento se escurren mis recuerdos, entre las nubes se esconden mis pensamientos, donde estarán las lagrimas que derrame solo, junto a tantos árboles y entre tantas piedras. Donde estarán los poemas que declame al viento, improvisados por la soledad y la tristeza. ¿Donde estarán?, ¿Donde estarán mis improvisados poemas?

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Si acaso muriera, me transformaría en hilo para unir con el las estrellas del cielo, desnudaría tu rostro en cada una de ellas y así que iluminen todas ellas mi cielo. Si muriera, subiría al cielo y robaría una estrella, traería consigo una rosa para que tú no me olvides. Si muriera, haría cualquier cosa excepto olvidarte.


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Por las puertas del infierno a paso presuroso, la sangre en llamas de mi alma desangrada. Deshojando la rosa oscura, Lanzando lágrimas rojas Y pintando el alma de negro Por el incierto color de mis venas. Pero dejan de derramar sangre mis ojos Y se tornan negros como los ébanos, Una satírica sonrisa en mis labios púrpuras Y una cruz puesta de cabeza sobre mi pecho. Mientras sale el demonio que llevo dentro Toman mis manos un árbol de espinas Y lo frotan sobre mi piel, Hasta que no quede espacio cubierto de sangre. Cuando al fin despierta el demonio que llevo dentro, Doy un grito maldiciendo al cielo, Y con mis propias manos voy destrozando Pedazo a pedazo Las historias que llevo guardadas en mi pecho.

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Planta Exquisita. En el atavĂ­o de mis versos se esconde un secreto, cuando la luna guarda en ella cuentos aventurados de estrellas y poetas, en si se esconde como queriendo quedar guardado entre la hierba, tras el escudo de humo y el fatal suspiro, eleva como en espiral al cielo, la mente juguetona del desquiciado poeta. El suspiro fatal de la planta exquisita, hierba de los ricos, amapola de los pobres, el desorden de otro suspiro, las potencias de mi mirada, la altura de mis alas y de un momento a otro el desorden de mi locura ante otro suspiro fatal de esta planta exquisita.


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Un verso tras otro viene cayendo sobre mi cabeza, pensando en una obra inmortal, que cruce las barreras de las obras maestras, creando tres mundos en mi cabeza; mi vida mis sue単os y mis poemas aun desnudos y ciegos al mundo real que pueden ver mis ojos, que no ven los ojos que llevo en el alma de mis secretos.

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Al fin un verso que desvista mil palabras y una mirada tierna que descubra al universo, unas palabras que broten como melodĂ­as brumosas, una comparaciĂłn que haga del pincel de mis ideas una madrugada de brumas, como una amanecer en la costa y que las pequeĂąas y casi diminutas brumas roben mis versos al alba.


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¿Que de nuevo puedo hablarte? Que las oraciones de mis noches has sido tú, que los nuevos versos de mis labios se los ha llevado el viento a que toquen tus oídos. Acaso ha dejado de ser la distancia un místico perfume a flores que solo lo sienten los dioses y ha sido tu amor el cual a cada momento toca constantemente una música tenue en mi corazón. Las caricias que me ha traído el viento, son tus palabras delicadas intentando describir las oraciones, que hace mucho tiempo se habrían quedado solas en el último ocaso antes de ver tus ojos.

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Cuando miro a través de los sueños, el silencio se vuelve una copla divina que luce estallar en la imaginación mía. Un verso que trasluce mil palabras y hace de un rayo de luz un esquema de arco iris bajo nubes con piel sangrienta. Suave y sensible la copla divina, como queriendo quedar estancada en el lecho del viento. Un perfume exquisito, que llena la esencia del viento que corre, frotando entre mis dedos la espuma inmortal del silencio. Tú, que hiciste del dulce perfume la esencia exquisita el sentido que llena las flores que tocas con tus dedos y se transforma en el incienso divino que perfuma a los dioses.


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Se escabullen mis versos de entre mis labios, tratando de encontrar esos ojos claros y unos labios que perpetúen el infinito. Tras el escudo del poeta, se esconde el alma de mil versos que se esconden entre mis ojos, justamente en los rincones empolvados de mi cerebro. Siempre que miro al cielo, escucho que desnudos y antes de nacer susurran mis versos a mi oído: “los sueños están unidos, por el mismo hilo que une a las estrellas del cielo.”

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Paseando aquĂ­ entre los rincones del verso, viendo a las estrellas brillar entre ese inmenso manto negro, paseando entre los versos de la idea y leyendo a quienes acaecen entre ellos.


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Cuando de un momento a otro los recuerdos se vuelven cinceles y los besos del ayer son las pesadillas de hoy, es que los sueños llegan en espiral a las costas de mis manos para traslucirlas al papel blanco de las cosas que vivo a diario. Se que las luces de la ciudad ya están encendidas, porque ha llegado la noche y con ellas han venido a visitarme los sueños a que entre en su mundo. Hay algunos días que me gustaría tan solo vivir lo que me espera en vez de soñar, pero hay días como la mayoría en las que los sueños me atrapan en su magia ya perdida. Pero pasan los días y continúan pasando, de algunos se me queda la idea y de los otros están hechos los días que continúan mi vida. No puedo hablar mientras pienso ya que siempre ambos van de caminos diferentes, pero cuando chocan en un pequeño espacio desconocido son como la obra maestra del arte de hablar y aun mas, cuando habla mi alma y no yo. Pero cuando veo los ojos de mi amada, se quedan mis palabras dentro de mi garganta, porque mi voz se torna temblorosa y seca.

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“No hables, Y mucho menos del silencio, Que lo entenderé mientras no salgan palabras de tus labios.”


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Versos que en una noche se hicieron eternos, que mis poemas sacudieron al viento, hicieron llorar a las rosas y cantar a los ruiseñores sobre mi ventana. Esos versos que hicieron de la mirada un arte y de los esquemas de los sueños una realidad jamás vivida, transformaron a las ideas en versos que acaecieron en estas líneas, y miraron al horizonte limpio y prefirieron esperar a que vinieran los días.

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Si el verso acaeciera en la dorada lira, seria el infinito magno que despertase el sueĂąo divino, haciendo de nuevo a las rosas despertar el amor no encontrado del verso silencioso, que es el mismo verso nada mĂĄs que transformado en mujer hermosa.


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Sin poder describir al silencio en unas cuantas palabras, he descubierto a la poesĂ­a que esta en mi cerebro y me he quedado pensando en que el silencio se esconde en una sola frase, la frase que antes de expirar deja nudos en mi garganta y mudos mis labios.

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Mas no escucho a las nubes hablar a solas, y de ahí el inmenso universo parece estar encerrado en una pequeña gota de rocío. Una noche en que el rocío se transformó en nieve, y se cubrió de gris el inmenso paisaje frente a mi ventana, mas no cantaba ni un ave, solo se respiraba la melancolía del lugar, y lo frío y triste se transformó en la lágrima que al expirar se congeló.


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El espacio que existe en la punta de un alfiler, es el espacio por el que brotan los sue単os del universo entero.

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No encuentro el silencio en tu mirada y las palabras que expiran de tus labios son la esencia del significado del color miel de tus ojos. Jamás he renunciado al amor y hoy menos que nunca, cuando la luna brilla más bella durante la noche, y las estrellas que se reflejan en tus ojos incrustados en el ébano, y siento en el corazón las palabras antes de salir de mi garganta. Cuando vea tus ojos fijos a los míos sin parpadeo alguno y que el viento junto a las olas del mar suenen la canción más bella y que al amanecer el sol nos encuentre bailando descalzos sobre la arena, mientras nuestros labios se estrechen y la canción del mar cuente nuestra historia.


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Si el verso estuviese solo, podrĂ­a darme cuenta que el silencio de mis labios esta dentro de mi cabeza.

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Me siento junto a un árbol a escuchar al viento, dejar al tiempo cantar en el silencio de las aves, en el momento en que el cielo se torno claro y vi tus ojos como el verde azul profundo del océano inmenso. Soy aquel poeta que nació borracho en el lecho de las poesías que son naturaleza, empapado del aire y del amor que nace de ser realidad. Esperé entonces que al silencio se lo llevase el viento y dejase al beso volverse eterno y que el infinito busque el débil y sensible beso, que va de labio en labio, de verso en verso, hasta que el verso desista en silencio.


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Hablando de sueños. Estoy en el espacio del tiempo Capturando mariposas, Escuchando a búhos Comentar de filosofía. Hablando de la filosofía Comentando del arte, Hablando del amor Y de la mitología del sueño. Más no encuentro lugar alguno Que me comente de ti, Hablando de tus sueños Y de tus viajes por el infinito. El silencio no es vasto Correteando en mi cabeza, Viajando y tocando El mundo de la idea. Tocar al sol con mis manos Sentir las estrellas brillar, Escuchar al viento Y besar tus labios. .. Mas en tu silencio abarco el infinito entero...

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En el silencio hay versos que mueren solos y entre las borracheras silenciosas también lo hay. He encontrado entre mis hojas, recuerdos que hablan de amores idolatras, amores imposible, mas me doy cuenta que lo único que hago es encontrarme a mi mismo entre mis sueños vacíos que no les encuentro. Si encontrar unos versos tristes es encontrar lágrimas sobre mi rostro, entonces seré tan cobarde que intentaré olvidarlos. La vida no es más que un simple destello de ilusiones, ahora muchas convertidas en lágrimas.


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Tercera Parte

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Lamento Lamento que la noche sea triste y que mientras el ocaso se oculta detrás del horizonte, el tiempo se va buscando los versos que van detrás del sol, encontrando la manera de como llegar hasta el norte y acariciar tus manos o tus labios y decirte al oído que tanto te extraño. Lamento que mis versos sean tan tristes esta noche, y que las rosas al amanecer dejen resbalar sus lágrimas a través de sus tallos y las espinas. Lamento buscarte entre cada suspiro, porque cada vez que sucede se humedece el iris de mis ojos, y de entre cada suspiro los hermosos recuerdos vuelven de la arena y lo reviven entre mis manos. Lamento el no tenerte, porque siento la vida pasar como el tiempo y sentir que no la he vivido, es triste saber que respiras y que no sientas el oxígeno atravesar tu cuerpo, lamento tener que vivir y no compartirlo contigo. Lamento que la noche sea tan triste y que mis versos no lleguen a tus oídos.


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Sintiendo las palabras a solas, recordar el momento incierto y perdido, en que se ocultó el sol tras las páginas de este libro, buscando el vacío del hombre que hace transformarse a los suspiros en versos, tras unos ojos como los míos que esconden el misterio de transformar las frases del silencio de los labios, en la poesía que guarda los secretos del alma.

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Ver tus ojos mientras piensas en el ocaso vacío de las horas a solas, mientras escucho las palabras que se dilatan en tus labios y expiran al viento. Cuando dejo que el verso se haga eterno y se convierta en un sencillo monólogo que resuma mis pensamientos a unas cuantas palabras. En esos momentos en que dejo el atavío humano y me voy tras los pensares guardados entre las palabras vacías, dejándome llevar por el viento hasta donde desaparezca la bruma y se conviertan en melodías brumosas.


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No he parado de pensar desde que vi tus ojos claros, transparentes como el místico ámbar del que comentan los sueños. No hemos concluido aun nuestros versos, desde aquella noche que pasamos hablando en la arena helada, y fueron testigos el mar y las estrellas, quienes parpadeaban al ver nuestros ojos verse los unos a los otros sin cerrarse, sin que puedan parpadear mientras brotan los versos de nuestros labios. En tu mirada seductora, sensible como el verso que define al silencio, llamaba a mis labios a acercarse a los tuyos, hasta que tus manos rozaran mi rostro y el silencio de nuestros labios se convirtiera en el sonido del viento y el oleaje del mar, y sucedió, todo nuestro entorno se convirtió en el templo, con el escenario encendido del cielo y los versos que traen las olas que acarician la arena; y estalló el tan ansiado beso entre nuestros labios. Y entre la música del viento y las olas del mar, paso el tiempo mientras se escondía la luna y salía el sol de entre las montañas. Cuando salió el sol, lo primero que vi fueron tus ojos, entonces sucedió ahí, sentados ante la arena, el sol saliendo entre los destellos de la aurora, ante el oleaje que ya alcanzaba nuestros pies descalzos y el frío que abrazaba nuestro amanecer, y entonces sucedió ahí, ante todo el universo me enamoré de tí.

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Algunas veces, cuando no puedo conciliar el sueño, pienso en la luz hermosa que irradian tus ojos, y en las caricias suaves y delicadas que son como el viento silencioso de las voces que escapan a lo lejos. Cuando los cantos del viento vienen y se vuelven coplas, deja el silencio de ser un vacío y se vuelve el oscuro, un paraíso de aves dando sus cantos al viento y paisajes de flores y árboles de colores mágicos dejar volverse ilusiones de los sueños a los ojos de los seres humanos.


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Una caricia tuya resbala por mi rostro dibujando una silueta, dejando que una oraciĂłn se vuelva eterna, tocando frases silenciosas que quieren salir de mis labios que estĂĄn sellados por tus dedos, pero mis miradas dibujan el iris hermoso que ven dibujados los amaneceres, en la aurora que esconde el sueĂąo del secreto de estar enamorados.

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Mi camino se ha vuelto triste y frío como el mismo hielo, y mi corazón se siente como esos parques solos llenos de nieve a los que ya nadie les visita excepto el olvido. Aunque mi sueño se encuentre escondido tras aquellas esperanzas del inconsciente junto a los versos que nunca he escrito y que están furiosos esperando el llamado a ser creados y transformados en las letras que esperan transmitir los pensares de las ideas que esconde la melancolía. Más no conozco aquellos versos que son idólatras de otros extraños, ya que ninguna idea es igual al verso que va de la mano de otros versos ausentes. He encontrado ideas en el aire, buscando versos que nacen de la idea que no existe, y encontrando entre las lágrimas derramadas, vacíos de versos melancólicos, que caen de mis ojos claros en series intermitentes, y creyendo que el verso se queda solo, cuando me equivoco porque les acompaña la melancolía. “Espacio con rostro frío y solitario; en donde se encuentran las luces de lo incierto para descubrir el silencio que habita tras los ojos de la melancolía.”


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Versos que descubren en una mirada lo magnífico del ser humano, manos que a un tiempo son la debilidad y delicadeza de los versos, pintando las líneas de la vida con el pincel más fino, y hacer que el tiempo se vuelva inexistente cuando cargo entre mis brazos los versos de la inocencia, que son la razón del existir del ser humano.

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Hoy he tomado del vino triste de la vida, la tristeza se ha vuelto silenciosa mientras de mis ojos brotan lágrimas de desconocida esencia o motivo. Se han convertido mis versos en lágrimas y se ha vuelto débil y vulnerable mi alma; me cuesta conciliar el sueño, la tristeza se ha vuelto de mí ser parte inescrutable. No sé que es lo que me oprime, no sé que es lo que me entristece, he sentido que he envejecido y estoy pronto ha abandonar mi atavío humano. No se que me ha sucedido, ahora ¿Dónde está Dios cuando lo necesito?, me siento solo, tengo ganas de llorar y mis ojos tratan de mantenerse secos. Parece ser la tristeza infinita y la melancolía eterna, no puedo conciliar el sueño y mi pecho se siente comprimido y hasta siento que duele.


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Ya se encuentran esperando las horas, los momentos entre el tiempo inexistente a que llegue la hora y se vuelva el momento preciso en que inicie lo desconocido que está pronto a suceder. Ambiguo como lo confuso son los versos, que a un tiempo se deslizan entre estas líneas y al otro, son versos danzantes del viento sin dirección alguna. A veces se resume a la ambigüedad mi vida, ambigua, incierta, improvisada, pero son menos los momentos con dichas características las que llenan mi vida de momentos que conforman su esencia.

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Aun me encuentro junto a los versos del viento, escuchando melodĂ­as finas que conforman las divinidades humanas. Entre palabras y palabras la melodĂ­a del silencio se transforma en su esencia misma que define del amor las mismas melodĂ­as hermosas que salen de tus labios, cuando tratas definir junto a mis labios el secreto que esconde un beso.


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Cuando de tus labios brota la divina esencia siento mi cuerpo viajar entre las estrellas, rozando con mis dedos las nebulosas y cuĂĄsares del espacio inmortal e infinito. Es inexplicable e indefinible como el tiempo habla de lo que siento, ya que los versos que hablan de tĂ­ y de mĂ­ no tienen ni tiempo, ni estado, ni fecha alguna, ya que son simples versos ambiguos escritos en momentos en que no existe mas que nosotros dos.

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100

Los sueños son inmortales suspiros que hacen de la idea una espontánea sonrisa. Siempre tu consuelas del alma el silencio verdadero, haces que mis amores dejen de ser lágrimas y se transformen en sonrisas, secas la idea incierta y la transformas en una meta, haces que mis sueños pongan los pies sobre la tierra y tomen forma humana en mí, mientras trazamos una estrategia simple de convertir los sueños en un futuro real. No conozco a ciencia cierta el funcionamiento de nuestras reuniones diarias y conversaciones largas, pero sé que las ideas dejan de ser sueños y los sueños dejan de ser inalcanzables, porque ha llegado el día de hoy y aun seguimos siendo amigos. “...y todo porque aun los versos siguen siendo versos, y los sueños aun tienen colores y notas...”


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Cuando el tiempo se vuelve incierto y las voces de la ciudad se vuelven las frases que se quedan solas entre los momentos felices, así inicia el melancólico momento de soñar en que las mañanas dejarán de estar a solas y que los momentos dejaran de ser partes silenciosas de las frases que se encuentran dentro, aun sin hablar, aun sin decir nada.

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102

Las frases han estado a solas, sin planear los momentos que hacen de la idea la copla divina, esencia de la magnĂ­fica estela de los dioses o de las deidades desconocidas del silencio inaudito entre los versos ilĂłgicos de las expresiones inciertas del rostro de la mujer que desconozco, y que por la extraĂąa y loca manera creo que amo, aunque deja de ser mentira la incierta verdad de la que hablo.


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Mientras estoy solo aquí pensando en los juegos del destino, creyendo que el amor existe y que los versos son una forma sincera y soñadora de expresarlo, aunque una mirada de ella pueda encerrar miles y miles de libros completos, tratando describir el momento de esa mirada que descubre mi mundo, aunque el roce de su mano comprenda el significado completo de mi amor por ella. Tristemente soy tan sensible como el mismo silencio, que puede ser roto por el mas leve zumbido del viento, pero al mismo tiempo mi amor puede ser tan fuerte e indestructible como el magnánimo océano, que entre su silencio y el delicado zumbido de las olas rompiéndose ante las rocas, puede consolar mi solitario sueño a los pies de la arena y del agua que lame la costa. No logro describir entonces como mi amor pueda ser puesto en duda, y si no lo ha sido, se me hace difícil intentar deducir mi soledad en estos momentos, mientras escribo estos versos a quien enloquece mi mirada, escucha los versos de mis labios y les admira con una mirada tierna y delicada, mientras sus dedos rozan entre deslices suaves mi rostro, pareciendo no solo acariciar mi corazón, si no mi alma.

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104

Ambos lloramos por la misma suerte, cuando extrañamos el recuerdo de ser amados, cuando presenciamos un beso de amor y las miradas nuestras se quedan solas y ya no exista nadie que extrañe nuestros labios. Si alma mía, así es, ambos lloramos juntos cuando nos enteramos que el amor nos ha hecho extrañar, y el sentimiento se vuelva poesía herida, mientras vemos nuestras manos ensangrentadas cuando tocamos nuestro pecho y sentimos el alma herida.


105

Del verso expira la esencia, en la dorada lira acaecen mis penas, la música se vuelve un tenue viento, y se convierten en poesías mis versos cuando hablo de mi amada. Se enciende el día entre los delicados destellos, siempre rojizas como ensangrentadas las auroras del cielo. Los párpados débiles, los susurros del mar, los pies descalzos y el alma desecha en pedazos esparcidos por la arena.

105


Los campos fenicios hoy son idiomas de los pintores, fondos de una poesía silenciosa, como la mirada de ella. Entre pausas y silenciosos sueños pasa el verso a la ideología, y el pintoresco sabor de que los sonidos del verso se vuelvan a mis manos. La aurora, en el pensar y cantar de los poemas, trae los cantos e irrumpe el silencio tras el consolar de cada ola. Más estrellas en el cielo, tras el velo oscuro que cobija la esencia, está de luto el momento, ya no cesan las horas y el pensar se vuelve absoluto. La Revelación y la absolución de todo pecado, tras la esencia del verso que se vuelve real y lloré, y pedí perdón por haber pecado.


Ante la impetuosa Opera de los océanos, las hermosas olas del silencio hacen verse como sonidos mágicos, que hacen resaltar la melancolía de lo eterno y de las frases que aman los silenciosos poetas de los versos que acaecen en las costas. Mirando al ocaso reflejarse ante la bella razón de las nubes que viajan en la divagación de las poesías, y las danzantes musicalidades que a un momento y ante el otro acarician mis oídos y besan las hojas de mis libros, acariciándolas como la pluma sobre las líneas románticas y melancólicas que arrastran nuestra sangre.


Descenderé río abajo, Deslumbrará el sol mis ojos tras el ocaso, Se esfumará silenciosa el alma Y se esconderá detrás del silencio.


Del cielo la metafórica sonrisa de los escritores, intentando descubrir las palabras de sus oraciones sin sentido. En un libro abierto como el alma mía, que en la que cada momento es una aventura de la que nacen mis versos. Mas desaparecerán de entre la hierba, y del bosque oscuro y solitario aparecerá el sol de las realidades divinas.


Frente a mis ojos, la luna hermosa de una noche de verano, con miles de estrellas adornando el marco de este inmortal escenario. Un destello que a mi pupila se vuelve una caricia, como el de la luz azul sobre el incesable océano, que suena la música que inspira al canto de las sirenas. Y ante al marco escénico perfecto, una lágrima de soledad que resbala por el rostro del autor de estos versos, y cuando cae, se transforma en el broche de oro de este poema.


Y contarán las estrellas a los vientos estrofas de versos que vienen del alma, y sucederá que el silencio escuche mis poemas y los convierta en sonetos para el universo: “Cantarán mis libros al viento los epitafios y mi despedida, cerraré los ojos y mi cuerpo se volverá frío; entonces los poemas pasarán al alma popular y cuando broten mis versos de los labios del pueblo hará entonces a mi alma volverse inmortal”.


112

Fin


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