¿Quién le teme a las TICs? Nelba Quintana @nelbaquintana
Un tema que reclama urgente atención en el ámbito docente y en la sociedad en general es achicar la brecha entre los nativos digitales (los jóvenes) y los inmigrantes digitales (adultos). Estos términos acuñados por Marc Prensky en el 2001 siguen atemorizando a los adultos después de casi 10 años de su enunciación ¿Quiénes conforman este dipolo? Podemos definir brevemente a los nativos digitales como aquellos que han nacido y crecido durante la explosión de los avances tecnológicos de la informática y la comunicación ocurridos a fines del siglo pasado: teléfonos celulares, dispositivos móviles de almacenamiento (MP3 y 4), cámaras digitales, computadoras e Internet. Los inmigrantes son los que nacieron antes de todos estos avances. Ahora bien, ya no podemos hablar de dos “clases sociales digitales” claramente diferenciadas. Si bien sigue habiendo algunos adultos tecnófobos que ofrecen inútil resistencia a este cambio – porque, muy a su pesar, la tecnología llegó para quedarse -, muchos otros han hecho el esfuerzo de adaptarse logrando distintos grados de experticia: han aprendido a comunicarse a través de los celulares, a manejar computadoras y hasta se han animado a abrir una cuenta en Facebook para encontrarse con compañeros de la primaria o la secundaria. Entonces surge la pregunta ¿Son los adultos totalmente inmigrantes? Ha comenzado a circular el término “colonos” digitales refiriéndose a aquellos que ya no son ajenos a estos nuevos medios digitales. Los colonos han empezado a construir sus espacios virtuales usando las nuevas tecnologías y a hacerlos parte de su vida diaria y profesional. Dejando de lado la problemática terminológica y conceptual, hablemos del sentimiento de inferioridad que sienten los docentes y los padres ante la destreza de los nativos digitales en el manejo de los distintos dispositivos tecnológicos. Esta postura es equivocada y cabe citar al filósofo francés Michel Serres para alejar este temor: “La ciencia es lo que el padre enseña a su hijo y la tecnología es lo que el hijo le enseña al padre.” ¿Cómo puede sentirse en inferioridad de condiciones ante un chiquilín un adulto con título docente al frente de una clase, o un padre que es responsable de una familia con todo lo que ello implica? El padre es quien tiene la experiencia para acompañar al joven en su desarrollo en la vida y el docente quien se ha formado - y sigue capacitándose - para guiar al alumno en su proceso de aprendizaje. Por más que los jóvenes puedan moverse en internet como pez en el agua no quiere decir que sepan muy bien para qué usarla, cómo comportarse o los peligros que pueden encontrar en ella. Los jóvenes usan la web principalmente para comunicarse (chat, redes sociales) y entretenerse (jugar, escuchar música, ver videos). Necesitan de los docentes para aprender a procesar la gran cantidad de información que ofrece internet, adoptar una actitud crítica para poder tomar de ella lo que sea válido para su formación y, en un futuro, su trabajo.